ORIGEN DE LA PALABRA SOCIOLOGÍA
Etimológicamente, la palabra sociología es un término híbrido, pues se integra con una voz latina, socius, compañero y la voz griega logos, tratado. En un concepto muy general, la sociología es el estudio de la formación y del funcionamiento de la sociedad. Y en una acepción más específica y contemporánea, se dice que es la ciencia que tiene por objeto el estudio de las relaciones humanas, empleando para ello, sistematizadamente, la observación, la verificación empírica, la teoría y la razón. Esta palabra se forma al unir la raíz latina societas, que significa sociedad, con logos, de origen griego, que significa, palabra, ciencia y conocimiento.
Reflexiones sobre la sociedad han habido desde los orígenes del pensamiento sistemático, como lo hicieron entre otros Platón, con su obra “La República”, en la que estudia la estructura de un Estado ideal, Aristóteles con su obra “La Política” en la que define deductivamente los tipos de gobierno y de convivencia cívica. También los escritores clásicos romanos, como Lucrecio, Cicerón y Séneca abordaron temas que hoy son objetos de la investigación sociológica moderna. Una teoría sobre la sociedad civil se encuentra en San Agustín, para quien la sociedad terrena es un reflejo imperfecto de la “Civitas Dei”. Estos escritores se inscriben dentro de la filosofía social, es decir, estudiaban la sociedad desde el cómo debe ser y no cómo de hecho se presenta y cuáles son los las estructuras determinantes de la misma. A este último aspecto responde la sociología como ciencia. Como afirma Rodríguez Zúñiga, el modo de pensar sociológico nació como fruto de un proceso en el interior de un determinado contexto (1982). A este proceso corresponden, como precedentes inmediatos del comienzo del nuevo pensamiento sobre la sociedad, autores de la Edad Moderna como Maquiavelo, Rousseau, Locke, Voltaire, Jobe, Ferguson, quienes comienzan a estudiar la sociedad
1
desde el ámbito de las condiciones geográficas, biológicas, psicológicas, históricas y económicas. Al citado proceso, y en orden a la verdad, el nacimiento de la sociología como disciplina científica, autónoma, desligada de la metafísica y comprometida con el método científico, pertenecen, como elementos alumbradores de la sociología, los siguientes factores, entre otros: la caída del viejo orden social y la fe en la razón, como base del progreso; la Revolución Industrial con la aparición de la economía industrial y el crecimiento de las ciudades; el cambio en el pensamiento político y el nuevo orden democrático. Todos estos factores hicieron necesario y posible el surgimiento de
un
nuevo pensamiento sobre una sociedad que en nada se parecía a la que se venía extinguiendo. Se precisaba un conocimiento y explicación de la misma desligada del pensamiento filosófico-deductivo y con fundamento en los nuevos métodos científicos. La sociología es una disciplina aún reciente. Es una de las disciplinas científicas más jóvenes, más que la historia, la física o la economía, por ejemplo. Fue en 1838 cuando el pensador Augusto Comte acuñó el término de sociología para describir y explicar de forma científica la sociedad, en su obra “Positive Philospophy”. Su pretensión fue formular leyes sobre el desarrollo de la sociedad y ordenarlas sistemáticamente en un nuevo saber. En este momento surge la sociología que tiene por objeto de estudio la sociedad humana. A Comte se le llama el “padre” de la sociología por su papel en la fundación explícita, pero junto a él hay que citar a Saint-Simon, dada la influencia directa que ejerció en su pensamiento y doctrina.
2