UNIDAD II. ÉTICA Y CIENCIA. 2.1 ÉTICA, CIENCIA Y AMBIENTE. REFLEXIONES TEÓRICAS. Las relaciones entre ciencia, ética y ecologismo no están exentas de paradojas y de contradicciones, cuando no de virulentas polémicas y enfrentamientos. Abordaremos inicialmente está contradicciones por pares en primer lugar la relación entre ciencia y ética. Originalmente la tríada medieval compuesta por el bonum, el pulchrum y el verum (bondad/ ética, belleza/ estética y verdad/ciencia), constituían una unidad indisoluble (nulla a ética sine a estética, nulla a estética sine a ética). La irrupción del nominalismo de Occam, del racionalismo de Locke y del escepticismo de Hume destruyó tal unidad. El racionalismo cartesiano y la cultura analítica y atomista del mecanicismo consagró tal divorcio sobre la base de los principios de separación analítica. La distinción kantiana entre razón práctica y razón teórica acabo edificó una arquitectónica del saber centrada en esta división entre el conocimiento científico exento ya de todo valor moral y de toda dimensión estética y ética (valores en sí mismo positivos, auto justificación trascendental, subjetivismo. En el pensamiento moderno está prohibido transgredir estas fronteras y especialmente la que divide la valoración ética de la descripción científica. De esta forma hemos obtenido una "ciencia sin conciencia (parafraseando al contrario de la expresión usada por Morin) y una "conciencia sin ciencia " (sin apoyatura ontológica solo sicológica o jurídica. Todo lo demás es o "falacia naturalista" (deducir leyes morales de leyes científicas) o teología (deducir leyes científicas de leyes morales. La relación pues entre ciencia y ética ha sido, y en gran medida sigue siendo, de divorcio y de incomunicación. Hay entre la lógica moral y la lógica científica una relación de inconmensurabilidad que hace teóricamente imposible cualquier reducción (o traducción) de enunciados de una a otra o el encuentro en cualquier territorio común de diálogo y debata. No es que la ciencia sea inmoral y la ética falsa o anticientífica.
Son amorales y acientíficas respectivamente (en todo esto ayudó mucho la doctrina fideista itida incluso por la propia iglesia católica en última instancia. ¿Pero esta situación de aislamiento es realmente insuperable? ¿Está la división en la "naturaleza de las cosas?"¿Es posible que ese vastísimo campo de creencias, argumentaciones, actos y prácticas que es la ciencia funcione sin ningún tipo de valores morales y sin ningún sustento ético?¿ Y por el contrario puede entenderse que la ética carece de cualquier anclaje en la racionalidad o en la "naturaleza de las cosas y de los hombres?" ¿Es posible en fin una ontología sin axiología o una axiología sin ontología? Sobre ello volveremos más adelante, de momento dejemos anotado la situación y sus interrogantes. Veamos el otro par, el compuesto por ciencia y ecologismo. Aquí tenemos que detallar, en primer lugar, la existencia de una situación paradójica por la cual por un lado todo el discurso ecologista proviene de datos obtenidos y respaldados científicamente (los ecologistas perciben la crisis ecológica con ojos científicos), incluso la denominación de origen está tomada prestad de una ciencia la "ecología". Por vez primera una ideología política y social recibe su denominación de una ciencia.
Por otro lado el discurso ecologista se distancia y se enfrentan a la ciencia a la hora de establecer las responsabilidades y las culpas de la crisis ecológica (el cientifismo, el racionalismo, el mecanicismo, la racionalidad científico-técnica) y en muchos casos ignora, cuando no desprecia, el papel de la ciencia a la hora de configurar alternativas a esta misma crisis. Podemos decir que hay una percepción racional de la crisis ecológica pero una alternativa irracional o acientífica a la misma. Tal paradoja ha sido interiorizada por el ecologismo hasta el grado que muchos discursos ecologistas utilizan las nociones entresacadas de la meteorología, la botánica, la geología, la zoología o la química para denunciar y demostrar los efectos catastróficos de la cultura científica y racionalista a la que impugnan por falsa (la vida no es así) y por dañina (sus efectos son destructivos. Esta interiorización ha llevado a abrazar las explicaciones más inusitadas bajo los paraguas de un supuesto y malentendido holismo, del esoterismo orientalistas, del energetismo ilusorio o de las imposibles experiencias extrasensoriales (sí hay experiencia hay algún tipo de sensibilidad, si no hay ninguna sensibilidad entonces no hay experiencia; Podrá haber, a lo sumo, experiencia paranormal, fuera de las normas cognitivas itidas. El budismo, la él chamanismo, la intuiciones místicas o el hinduismo no son instrumentos más ciertos y más buenos, como parece creer la ecología profunda, que la geología, la botánica o la química orgánica para construir un sistema y una cultura sostenible y ecológica. Bien es cierto que esto no ocurre en todo el discurso ecologistas, ni se da con igual magnitud en todo los discursos. Pero también es cierto que de una manera u otra esta paradoja atraviesa, en un grado mayor o menor, todo discurso alternativo sobre la crisis ecológica que pueda ser identificado con el ecologismo social y político. Por tanto, tiene por un lado una relación inexistente entre ética y ciencia, y por otro lado, una comunicación confusa y contradictoria entre ecologismo y ciencia. ¿Es esto realmente así? Me propongo demostrar aquí dos cuestiones a este respecto una, que el supuesto divorcio entre ciencia y moral es falso y que lo que sí existe es un muro de separación (descontrol) de la ciencia con respeto a una ética pública y democrática. Y dos, que no hay ninguna contradicción fundamental entre ecologismo y ciencia sino una confusión, lo que provoca la contradicción fenomenológica, entre una versión ideológica (paradigma científico) el mecanicismo y un uso determinado la tecno ciencia y el ecologismo. Pero la ciencia no es solo mecanicista y no es solo tecno ciencia. La alianza entre la ciencia y la ecología es tan evidente como necesaria, pero tal alianza no depende solo de afinidades epistemológicas u ontológicas sino de opciones éticas que deben gobernar la investigación científica y la aplicación técnica. Como se podrá ver las líneas de disolución del divorcio ética-ciencia y de las contradicciones entre ciencia y ecología son complementarias en el proyecto de un mejor diseño de las utilidades sociales y ambientales de la ciencia. ¿Por qué hay valores en la ciencia y porque hay ciencia en los valores? Toda actividad humana consciente y social, medida por alguna forma de leguaje natural o artificial, es gobernada por ideas y reglas sobre lo justo, lo bueno, lo deseable, lo legítimo. La actividad científica está cargada de estos componentes de tipo inter-subjetivo o social, que sirven para motivar la acción, organizar la percepción, seleccionar los datos relevantes de la realidad externa, impulsar programas, definir metas y resultados, bendecir objetivos, etc. Incluso la misma ciencia cuenta con reglas epistemológicas que le diferencian de la brujería o la religión. La definición de lo
verdadero o de lo correcto remite genealógicamente a ideas morales. Los mismos sentimientos son siempre sentimientos morales. Todo esto sin recurrir a la historia empírica de los conceptos y los métodos científicos cargados de influencias externas de tipo social y moral como muy bien nos detalla la historia social de la ciencia. LA CIENCIA Y LOS VALORES: ¿MONISMO O PLURALISMO? La ciencia pues está atravesada de valores, es más, resulta, como hemos visto, que es imposible hacer ciencia sin valores, pues la ciencia consiste en gran medida en la racionalización de un conjunto de procedimientos basados en unos determinados tipos de valores. Pero esos valores permanecen ocultos bajo falacias naturalistas, objetivistas o fisicalistas. ¿Cómo se produce esa ocultación de los valores? ¿Son todos los valores a los que nos referimos valores éticos o morales? La ocultación viene de la mano del reduccionismo monistas. "La ciencia sola busca la verdad", " o la tecno ciencia busca la eficacia y la utilidad". En la ciencia y en la tecno ciencia conviven valores de categorías diversas y plurales, la negación de esa pluralidad (en la que también puede incurrir un exceso de constructivismo sociólogo al afirmar solo la existencia de valores sociales o éticos, negando el resto. La primera cuestión pues para deshacer la separación entre ciencia y ética y entre ciencia y ecologismo es reconocer que tanto en la ciencia como en la tecno ciencia subsiste un conjunto plural de valores o de categorías de valoración. ¿Cuáles pueden ser esas categorías valorativas?, simplificando podemos distinguir cuatro tipos de categorías valorativas
Epistemológicas.
Pragmáticas.
Sociales
Y
Éticas.
EPISTEMOLÓGICA Precisión. (Formalización y / o cuantificación)Coherencia / consistencia. Adecuación (a los hechos) experimentación universalidad replicabilidad Publicidad. Simplicidad (elegancia, belleza) economía (la navaja de OCAM) Falsabilidad. Previsibilidad. Comprensión del mundo (dar sentido). Explicación de la realidad (orientar la acción, dar significado) Prognosis Racionalidad (reglas conforme la lógica clásica o alguna otra lógica consistente o para consistentes) Explicativa (causalidad) Comprensión (Von Wright )Todos estos valores epistemológicos no se dan en cada una de las prácticas científicas, ni siquiera se dan en igual grado y frecuencia en toda y cada una de las ciencias y disciplinas o encada una de las escuelas. Es más el debate sobre la unida epistemológica del método científico es un viejo debate de la filosofía de la ciencia y un viejo sueño, nunca alcanzado, desde neopositivismo lógico de la Escuela de Viena de Neurath o Carnap. Pero lo cierto es que todos esto valores forman parte del meta relato o discurso de justificación y legitimación de la ciencia. También es cierto que un cierto grado de combinación de esto valores forman parte mayoritaria de los valores epistemológicos de todo acto o teoría científica, al menos desde la aparición de la ciencia moderna con Galileo, Bacón, etc. Hay meta
teorías como la del "cierre categorial" de Gustavo Bueno o la teoría de los juegos de leguaje de Wittgenstein que restringen la unidad epistemología a cada disciplina científica (la química inorgánica, la biología molecular) o a cada corriente de pensamiento (mecanicismo, evolucionismo. Ciertamente diferencias epistemológicas entre disciplinas y entre escuelas y corrientes pero eso no significa que entre geología y química no haya ninguna comunidad epistemológicas o que ambas no contienen un cierto "aire de familia". Ni tampoco puede suponer que no podamos distinguir entre una discurso científico y otro que no lo es, o que no hay una identidad o unidad básica mínima epistemológica entre todas las disciplinas y corrientes que podemos describir como formando parte del sistema de la ciencia significa que esa identidad y esa unidad son difusas. Es decir, que hemos que comprender que la forma de pertenencia al conjunto de los valores epistemológicos científicos es una pertenencia difusa según la lógica difusa de L. Zadeh. Alguno de estos valores epistemológicos (como los conceptos de la filosofía aristotélica) proviene del discurso jurídico y forense. Por ejemplo la falsación (principio de contradictoriedad), racionalidad (razonamiento del fallo), experimentación (teoría de la prueba), publicidad (audiencia pública y oralidad del juicio), explicación (causalismo procesal e imputacional), axiomática (dogmática) prognosis (fictio iuris), replicabilidad (reconstrucción de los hechos), economía cognitiva (economía procesal y principio de interpretación del legislador económico), universalidad (universalidad de la norma. Esta relación entre derecho y ciencia está bien estudiada en la Grecia clásica por Jean-Pierre Vernant ante la crisis del imperio micénico. Allí se demuestra la afinidad entre los valores epistemológicos del derecho y la ciencia y la emergencia de la democracia. Es decir, derecho, ciencia, política y democracia tienen una misma cuna y comparten unos mismos valores no y amorales si no epistemológicos. El origen de la racionalidad es político; y el origen de la política es evolutivo. El origen de esto valores epistemológicos esta unido a cambios sociales y a la emergencia de otros valores morales (virtudes públicas que entierran la moral heroica) y la democracia. El mismo término "investigación", procede, como demuestra Foucault de la construcción de la unidad istrativa del Estado protomoderno allá por el siglo XIII y XIV. ¿Que significa esta identidad de valores epistemológicos entre fenómenos sociales convencionales (lo que para Searle sería una hecho social construido o convenido) con la axiología científica? Significa que esas identidades nos remontan al origen y a la base de todo discurso y de todo valor las estructuras evolutivas del conocimiento de la especie humana. Hay una unidad básica elemental de la estructura cognitiva de la especie humana. Y esa unidad elemental es evolutiva es el producto de la evolución (interacción continua con el ambiente y la herencia) y está en continua evolución (sigue en interacción con diferencial de complejidad con el medio) y, por tanto, sometida a cambios.Esa unidad elemental determina la forma de representación del mundo y la forma de acción y transformación de este. Como podemos ver la axiología epistemológica de la ciencia no es monista ni pacífica (hay contradicciones) ni cerrada (es difusa), ni excepcional (comparte valores con otros campos de la acción y el conocimiento humano.
PRAGMATICO Eficacia. Eficiencia Equilibrio Utilidad. Rentabilidad. Economía de costes Productividad Capacidad de transformación del medio Fuerza Precisión Exactitud Complejidad Seguridad Velocidad No cabe duda que al igual que la axiología epistemológica está dominada por la intuición de la verdad y de la demostración; la axiología pragmática está gobernada por la utilidad (efectos) y la eficacia; es decir, por el establecimiento de medios que obtengan más y mejor y con mayor seguridad unos fines determinados. Los valores pragmáticos son los valores típicos de la tecno ciencia y no son para nada despreciable siempre y cuando se sitúen en el lugar subordinado propio de los valores instrumentales y no en el cuadro de mando de las decisiones políticas o científicas. SOCIALES empleo renta social seguridad salud Evitación de tareas penosas. Incremento en la producción de bienes Aumento de la autonomía del medio La axiología social está unida a satisfacción de necesidades, deseos, demandas y a la producción de bienes y a la consecución de objetivos colectivos. En este caso se trata de un conjunto de valores que deben desde un criterio de valorización ética jugar un papel de principios rectores, evaluativos y orientadores del desarrollo científico. El uso de este tipo de valores nos adentra en las complicaciones conceptuales y éticas sobre las necesidades básicas, los deseos, la jerarquización de las satisfacciones de preferencias, etc. Las paradojas en la toma de decisiones colectivas son abundantes como nos indico en su teorema de incompatibilidad K. Arrow. Esto supone que la axiología social requiere también de una auto valorización interna.
ETICA Justicia. Igualdad. Equidad. Libertades. Derechos fundamentales. Bienes básicos. Verdad (no mentir) Piedad. Precaución. Beneficencia. No- maleficencia Irreversibilidad. Responsabilidad Como se puede ver no todos los valores que intervienen en la valorización posible del sistema científico son exclusivamente valores éticos pero si son valores que tienen algún tipo de conexión mutua. El reconocimiento de la determinación y la pluralidad axiológica de la ciencia es básico para poder reconstruir la relación entre ciencia y ética y entre ciencia y ecologismo. Ahora bien esto es solo un paso estructural que por sí sólo no es suficiente, es necesario dotarlo de un nuevo contenido. Una nueva axiología pluralista que sea capaz de articular una sistema de valorización pluralista capaz de conciliar los objetivos y valores éticos y ambiéntales con el quehacer científico y tecno científico. El objetivo aquí es seleccionar valores en las cuatro dimensiones de esta axiología pluralista (eficiencia sobre eficacia), (seguridad sobre velocidad) (equilibrio sobre productividad); con una reelaboración de estos mismos conceptos seleccionados.
1. UNA CULTURA CIENTÍFICA DEMOCRATICA. La democracia entendida como democracia radical o integral (también denominada forma de vida) ha de presidir todo este nuevo proceso de valorización pluralista de la ciencia. Sin una cultura científica democrática no cual comporta que la ciencia tenga afinidades interiores y axiológicas con los valores democráticos pero también que la cultura democrática ciudadana tenga conocimientos y cultura científica, es imposible esta el pluralismo axiológico y la emancipación de la tecnocracia. Para ello os propongo un breve decálogo de reflexión y propuestas. La alianza epistemológica entre ciencia y democracia (isomorfismo epistemológico) No hay democracia sin cultura científica popular. Es necesaria una opinión pública informada y crítica. Son necesario instrumentos normativos e institucionales Son una ética ambiental y una bioética vigorosa. Códigos profesionales de ontológico. Son necesarias normas (mejor hipé regulación que desregulación) Sistemas de valorización pública y eliminación del secretismo. Programas de formación científica popular no reglada y medios de comunicación con secciones y espacios sobre ciencia. Comités de bioética, sistemas de auditorías y tribunales de tecnología. En definitiva proponemos reconsiderar a la ciencia como un complejo hecho social. Complejo en cuya evaluación y dirección interviene un abigarrado pluralismo axiológico. El objetivo es reconducir la ordenación, peso y composición de los valores de tal modo que sea compatible con un uso sostenible de la tecno ciencia y con una cultura y una visión del mundo ecológica. Estos objetivos comportan el abandono de cualquier imperialismo epistemológico y la convivencia de la ciencia con otros discursos del saber que sean compatibles con una ética pública y la justicia ambiental. La ciencia, y la tecno ciencia, no son la única forma universal y absoluta de conocer la realidad. Tal definición presupone deberá ser democráticamente ponderada por la sociedad desde criterios de sostenibilidad y solidaridad inter generacional e inter específica.