La Rueda De La Vida 5u5j2w

La rueda de la Vida Elisabeth Kübler Ross Este libro trata la vida de la Doctora Elisabeth Kübler Ross, una psiquiatra de origen suizo con trabajos en el campo de la tanatología en enfermos terminales. Comienza desde sus antecedentes los cuales definieron sus primeros años de vida y formaron su carácter tan decisivo y la hicieron una persona muy perseverante que se proponía cumplir sus metas. La carrera de Médico Psiquiatra fundamentalmente no era su prioridad pero por azares del destino esa fue su especialidad. La casualidad no existe menciona en su libro y a medida que uno va adentrándose en el libro se da cuenta de cómo es algo que a la misma autora le costo trabajo entender, ya que muchas de los incidentes que se le presentaron en su vida no eran muy gratos que digamos pero cada uno de ellos tenia un finalidad, una lección encomendada para hacerla madurar y crecer como persona que es, aprender de ellas y compartir sus experiencias. Así es como nos pasa a todos y la mayoría de las veces nos martirizamos por que creemos que no es lo que merecemos, que el sufrimiento o el dolor no es para nosotros, pero de no ser así, no serviría nuestro paso por la vida, sin obstáculos no podríamos superarnos en nuestras expectativas y hacernos fuertes ante las adversidades. El fundamento de la doctora y que realmente me fascino es que cada uno de nosotros estamos destinados a una tarea en esta vida, tenemos un objetivo que cumplir al llegar a la vida, una serie de pruebas que superar y miles de cosas por aprender. Tal vez todos necesitemos aprender las mismas cosas, pero la diferencia radica en que somos diferentes y libres y cada quien elige de que manera vivir su vida, si prestamos atención a las señales que senos presentan y estamos receptivos a las mismas elegir el camino correcto no será difícil y nuestro aprendizaje por la vida será mas fácil. Pero si por el contrario nos mostramos reacios a estas situaciones, será más difícil el poder aprender lo que realmente nos esta destinado. Algo que realmente se me quedo muy grabado fue lo relacionado con respecto al suicidio: ¿cuánta gente? ¿cuántos chavos no se suicidan a diario?, terminan con sus vida presas de la desesperación e incapaces de afrontar las situaciones que la vida les plantea, creyendo que no hay salida o que es demasiado difícil y no hay ayuda para ellos terminan con sus vidas, sin saber que se han ido sin pasar una prueba que les pudo haber enseñado mucho, pero la mayoría de las veces es debido a que personas asi, no se sienten amados por los que los rodean, y no se de que manera, pero cada uno de nosotros podemos morir en paz y tranquilos el día en que hemos terminado de aprender todo lo que nos fue asignado para esta vida. El mas grande de las tareas de cada uno de nosotros los seres humanos es el aprender a amar incondicionalmente y por supuesto a ser amado de la misma manera. No podemos dar lo que no tenemos, y buscarlo externos a nosotros no resuelve el problema, debemos de conectarnos con nuestro ser, nuestra misma vida, nuestro prójimo y entender que todo necesitamos de amor en esta vida, es un bien y un placer necesario y que alegra a cualquiera. ¿A quién no le gusta ser tomado en cuenta?, ¿ser escuchado?, creo q no hay ser humano en esta tierra que no demande atención, nos hace sentir valiosos e importantes y con un sentido de trascender en la vida. Lo mismo sucedió con los pacientes con quienes trato la autora del libro; enfermos terminales a quienes no se les dedicaba otro tipo de atención que el de simplemente dedicado a aligerar sus molestias físicas dejando de lado sus necesidades emocionales. Si es importante nuestra labor como sanadores, pero es igual de importante nuestra labor como consoladores, comprender al paciente y compadecerse del mismo para así poder entenderlo en su enfermedad y brindarle el apoyo que muchas veces no encuentra en su familia o desesperanzado pierde las ganas de vivir. Parte de este problema radica en la enseñaza médica, se nos enseña en las aulas la teoría, pero en la práctica es muy diferente, cada persona es única e incomparable, y cada una tiene diferentes necesidades. La base de una buena relación médico paciente esta en la

comunicación, si no hay comunicación se pierde ese humanismo dela medicina donde solo se convierte en algo mecánico y deshumanizado. El gran dilema de la aceptación de la muerte no es de hoy sino desde siempre. ¿A quién no le cuesta trabajo aceptar a pérdida de un ser querido? O vamos de cualquier pertenencia, es difícil, pero es algo tan natural como nacer, así lo afirma la autora. La muerte es temida por mucha gente que piensan en las cosas y personas que dejaran atrás el día que les toque su día, pero el gran problema está en que creemos que la vida es para siempre y que esto no es pasajero, cuando sin embargo solo estamos temporalmente mientras aprendemos lo que se nos encomienda y cumplimos con nuestra misión. La rueda de la vida nos transmite el hecho de no temerle a la muerte, no es algo tan feo como todos pensamos, es una experiencia maravillosa de la cual podemos estar seguro que así será si vivimos de tal manera que no nos arrepintamos de nuestros actos y todo lo que hagamos lo hagamos con amor. Muchas de las decisiones de la autora según lo relata en su libro están basadas un poco más en su intuición o atracción hacia las cosas que de un fundamento puro científico. Pero tal parece que esa formula le dio resultado; llevada de la mano por su guía, aprendió bastantes cosas y pudo superar muchas más, ayudo a muchos enfermos y abrió los ojos al amor incondicional a pesar de los prejuicios antiguos imponiendo ante todo el servicio humanitario. Los pacientes en enfermedades terminales para poder realizar una muerte plena, deben aceptar su paso por esta vida y no aferrarse al hecho de su destino, aceptar su muerte. En ese proceso pasan por las fases de negación, rabia, tristeza, negociación y aceptación. La misma autora lo vivió varias veces con sus pacientes, cada una de las etapas; irónicamente ella cayo en una enfermedad en la cual durante un principio estuvo renuente a aceptarla, y consciente de ello y de todo lo que ella sabia referente a la vida y muerte, no lo aplicaba para ella misma. Fue hasta que acepto su enfermedad que pudo estar mas tranquila y serena, preparada para la espera de su gran muerte. Considero personalmente que lo mas me ha quedado de la obra es el trato que se le debe de dar al paciente, darle su importancia como persona, y que debemos de tratar a cada uno de nuestros pacientes como nos gustaría ser tratados esa es la formula infalible para complementar la ciencia con la humanidad. En lo personal me encanto este libro y lo recomiendo mucho.