Características y partes de una obra de teatro Conoce las partes de una obra teatral y sus principales características. Desde el teatro clásico hasta nuestros días, la estructura de las obras teatrales ha variado, pero siempre manteniendo las bases sentadas por Aristóteles en su obra “Poética”. Las características y partes de una obra de teatro tienen una estructura que podemos dividir en dos partes, interna (acción, situación, tema y argumentos, conflicto, personajes, espacio y tiempo) y externa (escenas, actos y acotaciones).
Estructura de las partes de una obra de teatro Estructura externa: Escena: Es el centro de la acción dramática, limitada por la entrada y salida de personajes. Se compone de diálogos, monólogos, silencios y acotaciones. Su duración es variable de acuerdo a las pautas que la determinan. Acto: Es un conjunto de escenas que representan una unidad. El teatro clásico constaba de cinco actos, pero en la actualidad suelen ser dos. Los actos corresponden con las fases de la estructura argumental de: presentación, desarrollo del conflicto y desenlace. En la presentación se exponen los personajes y la situación que desencadena el conflicto. El desarrollo es el nudo de la obra, donde se desenvuelve la acción. El desenlace es el remate, donde se resuelve de alguna forma el conflicto. Acotaciones: Son todas las aclaraciones y explicaciones que el autor de la obra introduce para el director, destinadas a señalar entradas o salidas de personajes, vestuario, escenografía, ubicación de los personajes, silencios, etc. Estas indicaciones pueden ser de diferentes tipos: lugar, tiempo, gestualidad, descripción física o psicológica del personaje. Van entre paréntesis y son muy sintéticas. Estructura interna: Esta estructura está relacionada directamente con la estructura y características de la obra, pero está ligada a la estructura externa. Acción: Es toda la actuación de los personajes, lo que acontece durante la obra de principio a fin. Es lo que da el clima de la obra. Sorpresa: Es todo elemento inesperado, personaje, situación, etc. Apartes: Son momentos destinados a los pensamientos, reflexiones, etc. de los personajes. Son como paréntesis dentro de la acción. Suspenso: Es la prolongación en los tiempos de resolución del conflicto, que se emplea para mantener el interés del público.
Retrovisiones: Son los recuerdos de un personaje. Sueños: Se expresan mediante alguna técnica específica para ello. Peripecias: Son los obstáculos a que deben enfrentarse los personajes para lograr su cometido. Situación: Es una unidad escénica teatral, de hecho es la más pequeña de ellas. Es la encargada de conducir la acción mediante el diálogo. Tema: Es la esencia de la obra, aquello que es el asunto fundamental de la misma. Puede resumirse en pocas palabras. Por ejemplo: el amor, la justicia, etc. La obra puede tener un único tema central o varios. El tema es una abstracción. Argumento: Es como un resumen de la obra, donde constan los principales momentos. Es una reseña de los acontecimientos de la obra. Conflicto: Es la esencia del drama, la situación central en torno a la que gira toda la acción. Personajes: Son los encargados de ejecutar la acción. Pueden ser varios o uno solo. Los personajes deben actuar en presente, en el mismo tiempo que el espectador, aunque se trate de hechos acontecidos en el pasado o el futuro, o hechos imaginarios. Los personajes deben tener un carácter bien definido. Espacio: Es el lugar en que se desarrolla la acción, puede ser físico o abstracto. En caso de espacios abstractos, su visualización se da a través del accionar de los personajes. Tiempo: En teatro se manejan tres tiempos, el cronológico, el escénico y el interior. Tiempo cronológico: Es el tiempo real, el que dura la representación. Tiempo escénico: Es el que transcurre en la obra, el tiempo en que transcurre la acción de la misma, que es independiente del tiempo cronológico. Pueden ser años que en escena duren minutos. Tiempo interior: Es el tiempo que transcurre en los personajes, la forma en que los afecta el tiempo escénico.
Importancia de los titeres En la educación inicial los títeres son muy valiosos, ya que a través de ellos se puede expresar ideas, sentimientos, así como también hacer representaciones de la vida cotidiana. Al pensar en los niños que son un poco tímidos y vergonzosos para representar algún papel teatral, se creó el teatro de títeres, como un medio que le puede facilitar soltura en la dramatización a los niños, les brindan la oportunidad de crear en su mente y con sus manos, diferentes situaciones, que los ponen en o con el medio artístico; sus posibilidades educativas son numerosas. Los títeres son de mucho valor ya que educan de una manera entretenida siendo un medio didáctico muy valioso. Son utilizados como un recurso ideal en las motivaciones de clases para captar la atención de los niños y niñas más pequeños, nos ayudan a descargar emociones: miedos, tensión, cólera, odio y otras.
Las formas que se les dan a los títeres son de humanos y animales, que al manipularlos con las manos cobran vida y con nuestra voz parecieran que hablaran. Ellos con clasificados de acuerdo al material con que son elaborados. Los títeres contribuyen al desarrollo verbal enriqueciendo el lenguaje y la práctica de valores. Mejoran la expresión del niño y la niña, en cuanto a la resolución de conflictos y necesidades. También estimulan la partición de los niños y niñas tímidos. Estos pueden ser confeccionados por los propios niños o niñas y les permite disfrutar, reír y sentir placer. Desarrollan la creatividad y el aprecio que el infante siente por las cosas llenas de color y de fantasía. Los títeres se pueden utilizar en el proceso enseñanza – aprendizaje de diversas áreas. Sirven para desarrollar el lenguaje oral a los niños y niñas y les ayuda a desarrollar un pensamiento creativo. Son utilizados en la presentación de actividades y dramatización de cuentos o historias que ayuden a reforzar los valores y respetar las normas dentro del aula, permiten que los niños y niñas representen pequeños papeles. Su manipulación ayuda a los niños a desarrollar destrezas motoras finas de las manos. También son empleados para liberar tensiones, ansiedades, miedos y otros trastornos.
Maestra ya sabes que los títeres son un recurso muy necesario en tu aula, puedes adquirirlos en tiendas o elaborarlo tú misma.
El teatro es una buena alternativa para evitar a que los niños no estén expuestos todo un fin de semana a la televisión o al ordenador. Como padres responsables, debemos vigilar el tiempo libre de nuestros hijos, guiarlos y motivarlos a participar en actividades saludables y entretenidas. Llevarlos al teatro es una buena opción.
Por qué llevar a los niños al teatro Los niños no deben ser llevados al teatro solamente para que no estén todo el día entregados a la tecnología. El teatro les abre las puertas a la creación, al cuento y a la historia. Las experiencias del sentido, de la atención, visión, y auditivas, aportan una riqueza artística y cultural a los niños. Existen diferentes tipos de obras infantiles. Los cuentos clásicos, las obras musicales, las distintas danzas, son algunos de los estilos que ofrece el teatro infantil y seguramente los niños se sentirán más atraídos por una o por otra. El teatro hace con que el niño ejercite su propio pensamiento al esforzarse para entender lo que quiere decir la obra. La mejor edad para empezar a llevar a los niños al teatro es a partir de los 3 o 4 años. Al principio, ellos tendrán dificultad para entender lo que se quiere decir en la obra. Cuando son muy pequeños, es recomendable que antes de llegar al teatro, les expliquemos cómo es el teatro, qué obra verán, los actores y en qué se difiere el teatro de la televisión o del cine, por ejemplo. A medida que van creciendo, los niños se van enterando más. Lo importante es que lleves a tu hijo a ver, siempre, una obra que está dirigida hacia su edad, y así lograr un interés y una atención adecuados.
La importancia del teatro en educación infantil. El teatro en la infancia es una las mejores formas de expresión, diversión y desarrollo. A los niños/as les gusta y lo pasan bien y además favorece a la evolución de cada parte de su cuerpo y mente. El teatro ayuda a los niño/as en la mejora del lenguaje, de la compresión y
especialmente de la expresión. Amplían su vocabulario; mejora la pronunciación, entonación y vocalización; permite conocer su voz aguda, grave, fuerte y débil. Impulsa a los niños/as más tímidos a ir perdiendo poco a poco ese miedo a relacionarse con los demás o a hablar en público y a aceptarse a sí mismo, por lo tanto se está propiciando a una buena socialización, autoestima y autonomía personal. Y no solo eso sino que también enfatiza la cooperación y el trabajo en equipo y les hace sentir que forman parte de un grupo de iguales.