1. Cuadro comparativo de la teoría Saussure y Peirce. Ferdinad de Saussure
Charles Sanders Peirce
Semiología: la semiología (del griego
sȇmeîon
Semiótica: la teoría peirciana se presenta como
“signo”) es la ciencia que estudia la vida de los signos
una semiótica cognoscitiva, como una disciplina
en el seno de la vida social; es decir que enseña en qué
filosófica
consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan. La lingüística es una parte de esta ciencia
que pretende la explicación e
interpretación del conocimiento humano.
general. Las leyes que descubra la semiología serán aplicables a la lingüística; por ello, la tarea del lingüista es definir qué es lo que hace de la lengua un sistema especial en el conjunto de los hechos semiológicos. Signo: es una entidad psíquica dos caras; es la
Signo: “Un Signo o Representamen, es un
combinación de un concepto (significado) y de una
primero que mantienen con un segundo, llamado
imagen acústica (significante) que componen en
su Objeto, tan verdadera relación tríadica que es
conjunto una entidad lingüística dual.
capaz de determinar un tercero, llamado su Interpretante, para que éste asuma la misma relación tríadica con respecto al llamado objeto que la existente entre signo y objeto”. Su función es “ser algo que está en lugar de otra cosa bajo algún aspecto o capacidad”; es decir, es la representación
por la cual alguien puede
mentalmente remitirse a un objeto. Dicotomía del signo: el signo presenta la siguiente
Tricotomía del signo: relación tríadica:
dicotomía:
Representamen:
un
signo
o
Significado: huella psíquica de la imagen
representamen es algo que está para alguien,
acústica. Es el “contenido”, aquello a lo que apunta o
por algo, en algún aspecto o disposición. Se
refiere el significado. Significante:
dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa
es
la
imagen
representación de los sonidos de la lengua.
auditiva;
persona un signo equivalente o tal vez más desarrollado. Es la representación de algo, el signo como elemento inicial de toda semiosis; es el fruto del artificio o de arbitrariedad de quienes lo crean. Objeto: aquello a lo que alude el representamen; ”este signo está en lugar de algo. Su objeto”. es la denotación formal del signo en relación con los otros componentes del mismo. Se distingue: Objeto inmediato: el objeto tal como es representado por el signo mismo, cuyo ser es
dependiente de la Representación de él en el Signo. Objeto dinámico: es la realidad que por algún medio arbitra la forma de determinar el Signo y su Representación. Interpretante: es lo que produce el representamen en la mente de la persona; es decir, la idea del representamen (del signo mismo). El Interpretante es la captación del significado con su significante –es siempre otro signo- que puede estar constituido por un desarrollo de uno o más signos. Se distingue: Interpretante inmediato: corresponde al significado del signo –lo que él representa-. Interpretante dinámico: es el efecto que el Interpretante produce en la mente del sujeto. La noción de interpretante encuadra con la actividad mental del ser humano, donde todo pensamiento es la representación de otro: “el significado de una representación no puede ser sino otra representación”. Principios del signo:
Niveles del signo:
Primer principio: el signo lingüístico es
Primeridad:
Ícono:
un
signo
arbitrario, porque los signos son establecidos por un
determinado por su objeto dinámico en virtud de
grupo lingüístico (social). Segundo principio:
su naturaleza interna. (comparten sustancias y
carácter
lineal
del
significante. Los significantes acústicos disponen de la línea del tiempo, sus elementos se presentan uno tras otro formando una cadena de sucesión. Este carácter se destaca cuando los representamos por medio de la escritura. Tercer principio: inmutabilidad. El signo es inmutable porque resiste toda sustitución arbitraria. Cuarto principio: mutabilidad. El signo es
esencias). Guarda relación de analogía o semejanza con el objeto. Secundaridad: Índice:
un
signo
determinado por su objeto dinámico en virtud de la relación real que mantiene con él. Guarda relación de existencia con el objeto. Terceridad: Símbolo: un
signo
determinado por su objeto dinámico solamente
mutable, porque los factores de alteración conducen a
en el sentido en que será interpretado. Guarda
un desplazamiento de la relación entre el significado y
relación convencional de valor con respecto al
el significante.
objeto. El índice es un signo que se encuentra en contigüidad con el objeto denotado. Ejemplo: aparición de un síntoma de enfermedad. En la lengua
lo
que
proviene
de
la
deixis
(marcador/señalador: prototipo de indicios).
El ícono es lo que exhibe la misma cualidad o configuración de cualidades que el objeto denotado. Ejemplo: diagramas que reproducen relaciones entre propiedades (onomatopeyas). El símbolo se refiere a algo por la fuerza de una ley. Ejemplo: el caso de las palabras de la lengua. (Relación con la arbitrariedad de Significación y valor: el lenguaje es un sistema de
Saussure). Fanerón y faneroscopía:
valores en el sentido en que todo signo lingüístico vincula sonidos e ideas. Si tal vínculo no existiera, sería
Fanerón:
imposible separar un pensamiento de otro. La función
“aquello que se muestra”; es todo lo que aparece
del lenguaje no es crear un medio sonoro para expresar
ante nuestros sentidos y es percibido o pensado
un pensamiento sino mediar entre el pensamiento y el
por la mente. Sinónimo de “fenómeno”. Él
sonido, de modo tal que el vínculo entre ambos dé por
denomina fanerón al fenómeno de conciencia, y
resultado unidades que se determinen mutuamente. El signo, en efecto, comunica un valor lingüístico el
lo define como la suma de todo lo que tenemos
cual deriva de su contraste con otros signos con los que
en la mente. “…fanerón (es) un nombre propio
está
ejemplo:
para denotar el contenido total de una
nieve/helado/hielo/glaciar. Cada una se entiende en la
conciencia…”. Sin embargo, es fundamental
medida que se entiende la otra, porque podemos
resaltar
diferenciarlas. El principio que distingue el valor del
“fenomenológico” sino también “ontológico”, ya
significado, distingue también las formas entre sí y
que un objeto puede ser percibido con nuestro
vinculado.
Por
crea el significado.
término
que
el
griego
fanerón
que
no
significa
sólo
es
conocimiento y al mismo tiempo tener existencia real y objetiva fuera de la mente. Faneroscopía: es el estudio de los fanerones y sirve para analizar y clasificar la realidad; es una forma lógica de encarar las cosas con el fin de reducir
al
interpretándolos
orden
fenómenos
diversos,
desde las categorías de la
primeridad, secundidad y terceridad. Toda la realidad faneroscópica va conectada con la tríada del signo, y explica la presencia de sentidos previos en la mente de os sujetos que leen las realidades sígnicas, las cuales funcionan como elementos combinatorios con cada aspecto de la tríada. Lenguaje: se pueden distinguir dos lados, uno
Semiosis ilimitada: cadena de semiosis infinita
individual y otro social, y no se puede concebir uno sin
de significaciones. Todo signo interpreta a otro
el otro; a su vez, implica un sistema establecido y una
signo, y la condición fundamental de la semiosis
evolución. En cada momento es una institución actual y
consiste en esta regresión al infinito. La semiosis
un producto del pasado. El mismo, en su conjunto, es
ilimitada es, entonces, el fenómeno por el cual un
multiforme, heteróclito, físico, fisiológico y psíquico;
signo
perteneciente al dominio social e individual.
especialmente, un pensamiento da nacimiento a
Dicotomías:
otro.
da
nacimiento
a
otro
signo
y,
Lengua: es el conjunto de hábitos lingüísticos que
permiten
a
comprender;
un
sujeto
realidad
comprender
psíquica
que
y
hacerse
comprende
significados e imágenes acústicas; sistema gramatical existente en el cerebro y producto social de la facultad del lenguaje; y a su vez, conjunto de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo social. Habla: es la actividad lingüística concreta; es “fonación”, “ejecución de las imágenes acústicas”; acto
de
fonación
individuales,
voluntarios
y
momentáneos.
Sincronía: se detiene en analizar el estadio particular de cada idioma (lengua) en una determinada época o período temporal. Situado sobre el eje de la simultaneidad: que se refiere a las relaciones entre cosas coexistentes, donde toda intervención del tiempo queda excluida. Diacronía: describe la evolución histórica de un idioma (lengua) a lo largo del tiempo. Situado sobre el eje de las sucesiones: en el que nunca se puede considerar más que una cosa por vez, pero en que están situadas todas las cosas del primer eje con sus cambios. Para Saussure, la sincronía y diacronía son categorías que permiten abarcar el estudio de la lengua, primero en su aspecto más concreto: como hecho social dinámico en el que los sujetos hablantes son los protagonistas (sincronía) y luego en la perspectiva diacrónica, es decir, como un sistema en el cual se hallan los esquemas estructurados, formales, teóricos y estables que dicha lengua fue asumiendo a lo largo del tiempo.
Corriente del pensamiento “estructuralista”:
Corriente del pensamiento “pragmatista”: por su estudio y análisis fenomenológico de la
Sistema es un sinónimo de estructura. Esta corriente de pensamiento, el Estructuralismo, se llama de esta forma por que los científicos se plantean, al igual que Saussure con la lengua, mirar la estructura que hay en su objeto de reflexión. Se empieza a pensar ese objeto, el objeto de reflexión de una
realidad.
¿Qué
es
el
pragmatismo?
El
pragmatismo pretende determinar el significado real
de
los
signos
(ideas-conceptos-
pensamientos-etc.), de aquello que se afirma sobre las cosas u objetos. Se trata de un método
para averiguar para averiguar la validez de ciencia, está regido por algún sistema, que nada de lo que ocurre es al azar, sino que todo está en una relación sistemática con el resto. Ningún elemento se define por si solo, sino por en relación con el resto. Estructura y sistema son sinónimos y esto es lo que marcó al estructuralismo. El estructuralismo en lingüística tiene como consecuencia instalar la idea de que hay que trabajar con manifestaciones representativas de la lengua, y que hay que conocer el sistema para usarlo bien. La lingüística es la ciencia que ofrece esa descripción del sistema. Saussure considera que el sistema representa la esencia misma de la lengua. El estructuralismo lo que hace es pensar que el objeto de estudio tiene una estructura, un sistema y trata de encontrarlo.
nuestros razonamientos sobre algo. Su principio máximo consiste en:”Considerar cuáles son los efectos prácticos que pensamos pueden ser producidos por el objeto de nuestra concepción. El sentido de todos esos efectos es la concepción completa del objeto”.
Sincronía y diacronía Una de las dicotomías propuestas por Saussure es la referida a sincronía y diacronía.Tiene que ver con la que se establece en relación con el tiempo,
él llamo el estudio diacrónico y sincrónico de la lengua. El análisis diacrónico describe la evolución histórica de un idioma a lo largo del tiempo, mientras que el estudio sincrónico se detiene en analizar el estadio particular de ese idioma en una determinada época o período temporal. El carácter histórico y social de la lengua, su inmutabilidad y su mutabilidad, se comprenden aun mejor de la ley de la sincronía y diacronía. Se debe considerar el sistema de la lengua en dos ejes: 1- “El eje de la simultaneidad que se refiere a las relaciones entre cosas existentes, donde toda intervención del tiempo queda excluida y, 2- El eje de las sucesiones en el que nunca se puede considerar más que una cosa por vez, pero en el que están situadas todas las cosas del primer eje con sus cambios” 1 Tomar en cuenta y distinguir estos dos ejes lingüísticos resulta esencial para estudiar la lengua ya que el valor de los signos hay que considerarlo en función del tiempo, es decir, se deben apreciar simultáneamente su organización y uso en el sistema actual, o sea lo que constituyen los hablantes en un momento dado, y también la evolución de su estructura a lo largo de los años y de las épocas históricas. 1
De Saussure, F. Curso de Lingüística General. Buenos Aires, Losada;1961.
Para Saussure la sincronía y la diacronía son categorías que permiten abarcar el estudio de la lengua, primero en su aspecto más concreto como hecho social dinámico en el que los sujetos hablantes son los protagonistas (sincronía), y luego en las perspectivas diacrónicas, es decir como un sistema en el cual se hallan los esquemas estructurados formales, teóricos y estables que dicha lengua fue sumiendo a lo largo del tiempo.
2. Resumen sobre la teoría de Saussure y Peirce. Charles Peirce y Ferdinand Saussure son autores que vivieron en el Siglo XIX -sin conocerse- a los que se los considera los autores del campo disciplinar, que en Saussure aparece designado como Semiológica y en Pierce como Semiótica. Saussure no solo deja planteado un programa disciplinar para el desarrollo de la semiológica, sino que además, sus investigaciones influyeron en otras ciencias sociales. Saussure define a la lengua como un producto social, de naturaleza psíquica, es decir, que se ubica en la mente de los hablantes que pertenecen a una comunidad lingüística determinada. Saussure es muy influenciado por la psicología (que venía investigando la asociación entre la palabra y la idea) y lo llevan a plantear a la lengua como un fenómeno que responde a dos cuestiones. Por un lado que está determinado socialmente, que es un producto de convención social y por otro lado que es un fenómeno psíquico (que nos lleva a individualizar el sujeto). Se contempla a este sujeto y se trata de ver como este sujeto se articula con la sociedad. En Saussure aparece un intento de articulación de lo individual con lo social para explicar el fenómeno del lenguaje. Entonces se tiene una doble definición: la lengua en una convención (es homogénea, es decir que es igual para todos) el sistema lingüístico que cada hablante tienen en su mente es idéntico. La lengua es un sistema de signo. El signo lingüístico es la unidad mínima de la lengua, está definida como una entidad biplánica constituida por un significante y un significado, o como también lo designa Saussure, una imagen acústica y un concepto. Hasta este momento lo que se tenía era una lingüística en la que dominaba la concepción de la lengua como una nomenclatura, esta definición consideraba a la lengua no como un sistema sino como una lista infinita de conceptos que sirven para designar objetos. Si pensamos que la lengua es una nomenclatura significa que los objetos preexisten a la lengua. Saussure sostiene que la lengua es un sistema de signos y lo que la lengua va a nombrar no son objetos sino ideas. La lengua es un principio de clasificación (otra definición de la lengua que da Saussure). La lengua es la posibilidad de que exista el pensamiento, no hay pensamiento sin lengua. Lo que existe es lo que la lengua puede nombrar (idea saussuriana). El signo que es una unidad mínima esta estableciendo una relación entre una idea y un modo de nombrar esa idea que se materializa en el significante. La lengua es un instrumento de comunicación entre los seres humanos. Saussure plantea que no existe pensamiento sin lenguaje, sin lengua en particular. La lengua lo que permite es diferenciar una idea y un concepto de otro, estas idea son sistemáticas; es decir, están regidas por relaciones de oposición. Los signos fuera del sistema no tienen ningún valor, adquieren
valor a medida en que participan en un sistema. Un valor significa: una identidad que es diferenciada con respecto al resto de los signos. Sistema es un sinónimo de estructura. Esta corriente de pensamiento, el Estructuralismo, se llama de esta forma por que los científicos se plantean, al igual que Saussure con la lengua, mirar la estructura que hay en su objeto de reflexión. Se empieza a pensar ese objeto, el objeto de reflexión de una ciencia, está regido por algún sistema, que nada de lo que ocurre es al azar, sino que todo está en una relación sistemática con el resto. Ningún elemento se define por si solo, sino por en relación con el resto. Estructura y sistema son sinónimos y esto es lo que marcó al estructuralismo. Saussure opone a la lengua el habla. Ya que considera al habla como un acto individual mientras que la lengua es psíquica y social mientras que el habla es individual y empírica, material. Considera al momento del habla puramente individual. La descripción del sistema solo se podía hacer observando a la lengua. La lingüística estructuralista que inaugura Saussure va a hacer es trabajar con pequeños sintagmas que considera representativos de la lengua. El estructuralismo en lingüística tiene como consecuencia instalar la idea de que hay que trabajar con manifestaciones representativas de la lengua, y que hay que conocer el sistema para usarlo bien. La lingüística es la ciencia que ofrece esa descripción del sistema. Saussure considera que el sistema representa la esencia misma de la lengua. El estructuralismo lo que hace es pensar que el objeto de estudio tiene una estructura, un sistema y trata de encontrarlo. Saussure piensa que la semiológica es la ciencia que va a estudiar la vida de los signos en el seno de la vida social. Saussure sostiene que la lingüística es una rama, que proporciona la descripción de los signos lingüísticos y del sistema de la lengua, pero que tiene que haber otras ramas que estudien otros signos, que existe en el seno de la vida social. En la primera mitad del Sxx, la lingüística va a ser prácticamente una lingüística estructuralista, es decir que se dedica a la descripción del sistema. Por otra parte, la teoría semiótica de Charles S. Peirce, sostiene que lo que el hombre puede conocer son signos, pero cuando él habla de signos se refiere a signos de todo tipo, no como Saussure que solo había hablado de los signos lingüísticos. “La teoría peirciana se presenta como una semiótica cognoscitiva, como una disciplina filosófica que pretende la explicación y la interpretación del conocimiento humano”. Sostiene que se puede interpretar la realidad como tríada, en ella reconoce tres categorías: primeridad, es todo cuanto tiene la posibilidad de ser, real o imaginario; la secundidad, son los fenómenos existentes; la terceridad, está formada por las leyes que rigen el funcionamiento de los fenómenos, es una categoría general que da validez lógica y ordena lo real. Define al signo como aquello que está en lugar de otra cosa (esta definición es muy amplia, lo que permite dar ejemplos de signos de todo tipo). Para él el signo, a diferencia de Saussure que es biplánico, es triádico, en donde se encuentran tres componentes. Al primero lo llama “representamen” que es la manifestación a través de la cual el signo de hace visible. El segundo elemento “interpretante” que es un signo que interpreta al representamen en la mente de las personas. Señala que hay dos tipos de “interpretante”: en primer lugar lo llama “inmediato” que es el significado del diccionario, es aquel que corresponde al significado del signo; a otro lo llama “dinámico” mira al intérprete y trata de explicarlo. Al tercero lo llamó “objeto”, no es el objeto concreto sino la idea de objeto. Distingue dos clases de objetos:
a) Objeto inmediato: es el objeto tal como el signo lo representa, y cuyo ser depende de su representación en el signo. Está “dentro” del signo, es el aspecto del signo lo que lo hace apropiado para representar al objeto dinámico u objeto “estra-semiótico”. b) Objeto dinámico: es la realidad en sí misma, que por diversos medios logra determinar al signo para que represente, para que cause un interpretante similar a él mismo. Es el último (o el primero) eslabón del proceso sígnico en su origen, el “significado externo” denotado por el signo. Por lo tanto, el objeto no es, como pretende cierta divulgación, un algo externo a la operación sígnica. De hecho, el objeto inmediato existe solo en virtud de la relación semiótica y se presenta como ley o regularidad, con lo que trasciende la dimensión subjetiva hacia una pluralidad de individuos. Clasifica la división del signo en relación con su objeto: “ícono” que es el que presenta una relación entre significado y significante. “índice” son signos indícales porque indican que hay una relación de proximidad entre el sujeto que habla y el objeto que está mostrando. La relación entre el significado y significante es arbitraria cuando esto ocurre Pierce habla de “símbolo”. Los seres humanos estamos permanentemente expuestos a signos. Estos signos se pueden superponer: un signo puede ser un símbolo que está funcionando como índice, o ser un icono con valor inicial. El dibujo de una mujer es la puerta de baño de damas, es tanto un icono como índice. Los seres humanos estamos expuestos a representamenes, a signos de todo tipo, tanto de tipo natural como de tipo cultural. El representamen y el objeto se relacionan de forma inmediatamente. En cuanto a la división del signo en relación con el interpretante, Peirce lo clasifica en: “rema” es el signo percibdo en su forma abstracta, o sea, una ralcion que el sujeto establece con el representamen de manera general, porque así lo expresa el signo; “decisigno” es un interpretante con contenido concretizado; “argumento” es el signo cuyo interpretante tiene forma de silogismo, es decir, posee algún tipo de razonamiento argumentativo e interpretativo.
3. ¿Cómo impacta la teoría de Saussure en Julia Kristeva, Roland Barthes, Jacques Derrida y Walter Ong. Julia Kristeva En “La semiótica, ciencia crítica y/o critica de la ciencia” Kristeva comenta que gracias a la lengua podemos conocer los tipos de prácticas, entre ellas la científica, que necesita de la lengua para ser comprendida y desarrollada. Concluye que si se puede estudiar la lengua se puede estudiar entonces el discurso científico soportado en ella. Propone, además, organizar a la Semiótica no sólo como una ciencia, sino como una disciplina transversal a todas las demás disciplinas. Para ello indica que es necesario estandarizar las terminologías y apropiarse de categorías de otras configuraciones científicas, especialmente la matemática y la gramática generativa. También afirma que es importante revisar la intelección del texto teniendo en cuenta a Marx y su concepto de productividad, a los efectos de observar al texto no como un producto sino en su proceso de
producción. También retoma la idea de Freud respecto de la producción sin destino comunicativo, tal como ocurre en el sueño. En “Para una semiológica de los paragramas”, retoma el concepto de paragrama de Ferdinand de Saussure (en el cual se discute la linealidad del significante) y trabaja sobre la tesis de superficies significantes. En éstas, el texto se puede leer en múltiples sentidos, proponiendo entonces pensar al texto (y al lenguaje poético) como un paragrama, como una superficie textual donde se inscriben múltiples discursividades. También asegura que el texto no tiene individualidad sino que es por definición intertextual. Esto implica que la naturaleza composicional, la ontología del texto, es plural.
Roland Barthes Saussure se pregunta ¿Qué es el habla? Entenderá, que el habla es toda unidad significativa individual que sea verbal, sea visual y añade: "Esto no significa que debamos tratar el habla mítica como si fuera la lengua, en realidad, el mito pertenece a una ciencia general que incluye a la lingüística: la semiología." Al hablar de Barthes, nos recuerda que "Saussure trabajó con un sistema ejemplar, el de la lengua; pero el mito es un habla, en este reencontramos el sistema tridimensional, el significante, el significado, y el signo. Pero el mito es un sistema particular por cuanto se edifica (es decir que existe previamente). Es un sistema semiológico segundo". La relación entre significado y significante, se apoya en objetos equivalentes pero no iguales; es decir, el significante no expresa al significado. Debemos reconocer que el significante, significado y signo son en cualquier sistema semiológico: diferentes. "Semiología: Propondremos la palabra con confianza pero también con ciertas reservas. En el sentido actual y al menos para nosotros – data Saussure – `puede concebirse una ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social... la llamaremos semiología. Tienen como objeto todo sistema de signos cualquiera que fuere su sustancia: las imágenes, los gestos, los sonidos melódicos, los objetos y los complejos de sustancias que se encuentran en los ritos, los protocolos o los espectáculos que constituyen sino verdaderos “lenguajes” por lo menos sistemas de significación" Barthes, en el mismo texto, denuncia inmediatamente una "cierta incomodidad" causada por la idea saussureana de que la lingüística formaría parte de una ciencia más general: la semiología como ciencia de los signos en el seno de la vida social. No está dispuesto Barthes a postergar la ciencia lingüística a un lugar menor; fundamentalmente por que el lenguaje verbal (el que estudian los lingüistas) es, de los lenguajes humanos, el más amplio y completo, y porque atraviesa todos los sistemas de significación dotados de profundidad sociológica; y con ello "todo otro sistema semiológico (imágenes, gestos, objetos) se mezclan con el lenguaje verbal; de donde la semiología es una transición lingüística que atraviesa hasta el lenguaje interior" Se hará necesario invertir el presupuesto saussureano y Roland Barthes lo hace de modo contundente: "La lingüística no es una parte, ni siquiera privilegiada de la ciencia general de los signos, la semiología es una parte de la lingüística: precisamente esa parte que se haría cargo de las grandes unidades significantes del discurso". La semiología no se ocupará solo de textos, sino de todo otro objeto, relato, imagen, etc. que se proponga como discurso. ¿Pero de qué manera se hará cargo? Barthes lo ejemplifica con un objeto de estudio: la moda. Dirá con insistencia "me di cuenta inmediatamente que el sistema de la ropa era muy pobre". La ropa es un sistema de signos, pero rudimentarios, porque en sí mismos aporta pocos
significados; sin embargo, cuando el lenguaje verbal toma la moda a su cargo hace con ella lenguajes poéticos, imaginarios, ideológicos. Se refiere Barthes al que el sistema deja de ser pobre cuando se analiza el discurso sobre la moda. La moda verbalizada (escrita) en las revistas de moda constituidas de esas sustancias mezcladas de lenguaje (sistemas semiológicos pocos puros), sustancias trans-lingüísticas se constituyen en el objeto de estudio de la semiología. La moda, explica Barthes, "solo existe a través del discurso que se pronuncia sobre la moda, sin lo cual se puede reducir a una sintaxis muy rudimentaria que no tiene más riquezas que el del código vial: minifaldas se veían muy pocas; en el plano de la realidad no era más que un entusiasmo particular; casi excéntrico, pero ese rasgo se ha convertido rápido en objeto de un discurso general, público, y solo entonces adquirió una verdadera consistencia social y semiológica: lo que se dice revierte sobre lo que se lleva y lo que se ve. Creo que esta restricción metodológica de mi propio proyecto corresponde en grueso a la revolución de la semiología: los conjuntos un poco complejos de objetos no significan fuera del lenguaje". La semiología deberá examinar las representaciones colectivas no la realidad a la que esta se refiere; de la realidad se encarga ya la sociología. La semiología indagará la faceta significante de las cosas. ¿Cómo lo hará? Primero deberá reconocer que la moda no equivale a ningún objeto real que pueda describirse y del que se pueda hablar en forma independiente. Segundo la moda esta en los objetos o en la forma de describirlos. Se dirá sobre las cosas que unos zapatos son "ideales para andar", otros "para una ocasión especial". Así constará que el significado de esta escritura es la prenda y que la relación entre significante y significado constituye el signo de vestido. El significante moda incluye: objetos (por ejemplo, camisa); soportes (por ejemplo, cuello de la camisa); variación (por ejemplo, cuello abierto). El significado moda es el contexto externo (por ejemplo, camisa de lana = invierno). El signo de la moda no es la relación entre los dos anteriores sino la escritura sobre la moda que es donde se encuentra la connotación. En el modelo lingüístico saussureano el toma del "tesoro de la lengua" una palabra, y a su vez tal palabra solo forma parte del sistema en tanto se ha poblado en el habla. En cambio, en sistemas como el mobiliario, el vestido, el automóvil, el origen del sistema está en la misma masa de s (de hablantes de Saussure) que instituyen el sistema. No solo habrá diferencias en el origen del sistema, sino también en el volumen de la relación lengua / habla. Por otra parte, con referencia a las relaciones sintagmáticas y asociativas del lingüista ginebrino, Barthes considera que pueden explotarse a la semiología y resultar allí productivas. Denominara a las primeras sintagmas en el habla, y a las segundas sistema en el paradigma. En semiología cuando la materia no es originalmente significante como ocurre con los objetos, los íconos, y otros sistemas no-lingüísticos, la operación de identificación de unidades significativas es más difícil. El semiólogo tiene a su cargo la segmentación, la identificación de unidades paradigmáticas, pero a demás deberá determinar las reglas que la gobiernan. Uno podría suponer, explica Barthes, que en los platos de un menú, las combinaciones son en cierto sentido libre, sin embargo, habrá que investigar en qué consiste esa libertad, que en cierta forma controlada.
• Sobre el Signo
La naturaleza del signo semiológico frente al lingüístico, Barthes considera que el signo semiológico tiene también dos caras (el significante y el significado) como el saussureano, pero se distingue de él en el plano de la sustancia de la expresión. Barthes observa la existencia de sistemas semiológicos que tienen una sustancia de la expresión, que, por su naturaleza, no está destinada a significar. Se trata de objetos de uso que la sociedad desvía hacia fines comunicativos. Los denominará funciones – signo. Es la función de esos objetos la que se carga de sentido. En nuestra sociedad tales objetos se encuentran estandarizados, y deben considerarse hablas de una lengua. Hay además signos cuyos soportes es una única materia de la expresión, y en este caso, nuestro autor propone la denominación de signo típico. El signo verbal es un signo típico, y el signo icónico (las imágenes) también lo es, independientemente de los modos de producción, manual como en el dibujo, o mecánico como el de la fotografía. También el signo gestual es un signo típico al apoyarse en un único soporte o materia de la expresión. Es un error – explica Barthes – considerar a los signos como puramente arbitrarios, ya que estos están cargados de connotaciones. Pero esos mismos signos pueden ser utilizados de manera diferente. Es aún posible preguntarse si existen signos desprovistos de ambigüedad: en el sistema gestual un puño cerrado es un signo inequívoco de enojo, pero el mismo signo fue utilizado como saludo que significaba compañerismo y solidaridad por los activistas de izquierda en la década de 1930. • El significante Se pueden distinguir tres niveles:
a) El nivel de la comunicación b) El del significado, que permanece en un plano simbólico c) En el de los signos, y el de la significancia En el plano de los signos (el simbólico) hay dos facetas: la intencional (lo que ha querido decir el emisor) es un sentido claro que no necesita interpretación: el sentido obvio; el otro sentido, sobreañadido, es como un suplemento que el intelecto no llega a asimilar, es huidizo, resbaladizo, es el sentido obtuso. El significante ocupa el primer plano, el sentido obtuso se obtiene cuando comprendemos que hay algo que no está en la lengua, ni en los símbolos y que si lo retiramos, "la comunicación y la significación aun persisten, circulan, pasan sin él, y, sigue siendo posible decir y leer pero tampoco está en el habla".
Jacques Derrida La idea saussureana de que el lenguaje es algo dado cobrará gran importancia en el pensamiento de Jacques Derrida. El lenguaje, como la ley, es algo dado, que encontramos ya hecho. De acuerdo con Saussure, el lenguaje es un sistema de signos que funciona según un código operacional de oposiciones binarias. Todo signo está compuesto de un significante y un significado que son inseparables y mutuamente irreductibles. La escritura, había dicho Saussure, es secundaria con respecto al habla hablada por los de una comunidad lingüística. La escritura para Saussure es incluso una deformación del lenguaje en el sentido que él (a través de la gramática) llega a ser una verdadera representación; mientras que, en realidad, reclamó Saussure, la esencia del lenguaje está contenida únicamente en el discurso viviente, el que está cambiando siempre. Derrida interroga esta distinción. Y como distinto, él observa que tanto Saussure como los estructuralistas operan con una noción coloquial de escritura, una que intenta evacuar todas las complejidades. Por lo tanto, la escritura presupone ser puramente gráfica, quizás una ayuda para la memoria, pero secundaria para el habla; está considerada por ser fundamentalmente fonética, y representa así los sonidos del lenguaje. El habla, por su parte, supone estar más cercana al pensamiento, y en consecuencia a las emociones, ideas e intenciones del hablante. El habla, como lo primario y más original, contrasta entonces con lo secundario, el estatuto representado por la escritura. Derrida, el gramatólogo (teórico de la escritura), intenta mostrar que esta distinción es insostenible. El propio término différance, por ejemplo, tienen un elemento irreductiblemente gráfico que no puede ser detectado en el nivel de la voz. Además, la pretensión de que la escritura fonética es enteramente fonética, o que el habla es completamente audible, se torna sospechosa tan pronto como la naturaleza exclusivamente gráfica de la puntuación deviene aparente, junto con los silencios (espacios) impresentables del habla. Walter Ong Walter Ong (1912-2003), indagó en su más importante obra sobre oralidad y escritura: tecnologías de la palabra, las múltiples formas que el hombre desarrollo desde tiempos antiguos para lograr comunicarse y afirma de manera contundente que “el lenguaje es un fenómeno oral”. Según lo anterior, respalda que los planteamientos de Saussure atendieron con seriedad a la primacía del habla oral, porque ello reforzó eficazmente la comunicación verbal y sustenta que en el transcurso evolutivo que tuvieron las lenguas predominó su carácter de permanecía, ya que la escritura no fue desarrollada por todos los pueblos. Así “la escritura no puede prescindir de la oralidad” y por lo tanto, “podemos llamar a la escritura un “sistema
secundario de modelado” que depende de un sistema primario anterior: la lengua hablada”. Entonces, las dos modalidades de realización del lenguaje humano son la oralidad y la escritura. Mientras que la modalidad oral es natural, consustancial al ser humano y constitutiva de la persona como miembro de la especie, la modalidad escrita no es universal, es un invento del ser humano y se aprende como un artificio. El habla es la forma básica del lenguaje y tiene primacía sobre la escritura, ya que ésta constituye un fenómeno secundario que depende para su existencia de la lengua hablada. Para Ong, este "prejuicio caligráfico y tipográfico" se debió, en gran parte, a la estrecha relación del estudio mismo con la escritura. Este autor establece una clara distinción entre oralidad primaria y secundaria, y señala cómo estas modalidades inciden en las formas de pensar, aprender y de transmitir conocimientos y valores entre los de cada cultura. Mientras que la oralidad primaria es propia de las culturas que carecen del conocimiento de la escritura o la impresión, la oralidad secundaria es característica de las actuales culturas de alta tecnología, en donde se da una “nueva oralidad” propiciada por los medios de comunicación (teléfono, radio, TV, etc.), los cuales dependen, para su existencia y funcionamiento, de la escritura y la impresión. Según este autor, el aprendizaje a través del estudio es propio de las culturas con escritura; en las culturas con oralidad primaria éste se realiza de otras maneras: se da principalmente por entrenamiento y discipulado, escuchando y repitiendo lo que se oye, así como por la asimilación de proverbios y otros elementos formularios. Estableció que era radicalmente diferente la oralidad de las sociedades sin escritura y la oralidad de las sociedades con escritura, y que tampoco la simple subordinación de una a la otra explicaba cómo funcionaba cada una en sociedades donde coexistían los dos códigos. La aparición de la escritura marcó una ruptura con respecto a las formas de concebir la palabra porque ella permite “establecer fuera del pensamiento lo que en realidad sólo puede existir dentro de él”. Si bien debemos su origen a necesidades netamente prácticas derivadas de la contabilidad, sus funciones se fueron extendiendo: hoy la escritura constituye una actividad privilegiada de las sociedades contemporáneas, que excede ampliamente el papel de ayuda-memoria. La invención de la imprenta permitió extender esta práctica, ya que con ella se democratizó la alfabetización, al poderse editar libros más pequeños y económicos. Según los postulados de nuestro autor, podríamos clasificar a “El Quijote” como un ejemplo de oralidad secundaria, ya que en éste la oralidad está mediada por los códigos de la escritura. Otro fenómeno que distingue la oralidad primaria de la secundaria es el distanciamiento y la ampliación de perspectivas: la escritura genera distancias en contextos, cultura, etc. Mientras que la oralidad primaria se caracteriza por su inmediatez, la oralidad secundaria es un distanciamiento tanto espacial como temporal. Esto rebatiría la teoría de Saussure de la escritura como mera transcripción, manifestando que la escritura desarrolla y transforma la conciencia, creando una memoria exenta, crea distancia entre el dato y su interpretación. Así, la escritura proporciona estabilidad a la información.
4. Conclusión personal El trabajo práctico realizado para el Espacio Curricular de Semiótica, me pareció un aporte muy importante para la formación de nuestra carrera, debido a que al analizar la bibliografía propuesta por la profesora Alejandra Ledesma, pudimos definir semiología y semiótica, comparar las posturas de los diferentes autores tratados: Saussure, Peirce, Barthes, Derrida, kristeva y Walter Ong, después del análisis realizado en el presente trabajo, tomo
algunos puntos importantes que, a mi entender dejaron los diferentes autores: Ferdinand de Saussure, su objetivo estudiar "la lengua, considerada en sí misma y para sí misma", su punto de vista da cuenta del enfoque comparativo: "si se quiere descubrir la verdadera naturaleza de la lengua, es necesario, en principio, tomarla en lo que tiene de común con todos los otros sistemas del mismo orden" y su valoración del lenguaje, "el más extendido y el más complejo de los sistemas de expresión". Tomando algunos aportes de Saussure Barthes, Roland -semiólogo francés- introdujo conceptos del psicoanálisis, la lingüística y el estructuralismo en la crítica literaria y en el análisis de la cultura popular. Charles Sanders Peirce se interesó, entre otras cosas, en la semiótica a la que consideraba ante todo como una lógica, es decir "la ciencia formal de las condiciones de la verdad de las representaciones”, también tenía una concepción tríadica y dinámica del signo (semiosis) esencialmente relacional ya que, para él, la significación da cuenta de la forma de las relaciones transmitidas por los signos y de su combinatoria, más que de sus propiedades materiales. Julia kristeva comenta que gracias a la lengua podemos conocer los tipos de prácticas, entre ellas la científica, que necesita de la lengua para ser comprendida y desarrollada. Concluyendo que si se puede estudiar la lengua se puede estudiar entonces el discurso científico propone además organizar a la Semiótica no sólo como una ciencia, sino como una disciplina transversal a todas las demás disciplinas. Derrida en un discurso declarado confirma, diciendo lo que se sobreentiende sin ser dicho, la subordinación de la gramatología, la reducción histórico-metafísica de la escritura al rango de instrumento sometido a un lenguaje pleno y originariamente hablado. Ong abordará de manera sincrónica la oralidad y el conocimiento de la escritura por medio de la “comparación entre culturas orales y las caligráficas” .Cita los trabajos clásicos de Saussure y otros para distinguir que su interés es la oralidad primaria, es decir, la de culturas que desconocen por completo la escritura. Habla de despertar el interés por la oralidad, su sentido profundo de lenguaje no solo como comunicación sino como pensamiento y su relación con el sonido. La condición oral básica del lenguaje es permanente y la escritura se entiende como la posibilidad de extender la potencialidad del lenguaje. Frete, Gerardo D. Por supuesto, que los lingüistas y semióticos modernos no se han quedado en Saussure, lo han criticado pero le reconocen como el institutor de la Semiología general y le toman prestados la mayoría de sus conceptos y ven la necesidad de contemplar los dos planos por igual del signo, de la lengua, del habla, de lo oral y lo escrito se nutren de esta idea y la extreman, por eso, la ciencia de los signos, investiga todos los rasgos comunes de signos, su interrelación y las características específicas de cada uno. Estos aportes teóricos me permiten tener una mirada más amplia sobre la concepción de cómo conocemos, de cómo aprehendemos y construimos la realidad, de cómo elaboramos el sentido y/o significado frente a los signos de todo tipo, y en términos del Espacio Curricular Alfabetización, estar “altamente alfabetizado”. En conclusión, frente a las ideas teóricas de los diferentes autores, estoy en condiciones de afirmar que fueron claras y significativas para mi trayectoria escolar. López, Horacio A
Este trabajo para la cátedra Semiótica a cargo de la profesora Alejandra Ledesma, me permitió la revisión y profundización del desarrollo acerca de la semiología como ciencia de los signos. Partiendo desde la Antigüedad clásica, luego ya en el siglo XX, con la propuesta de Ferdinand Saussure- considerado el fundador de la Semiótica- y la de Charles Peirce, quien sostiene que es una “disciplina filosófica que pretende la explicación y la interpretación del conocimiento humano”, para continuar luego con las posturas de Roland Barthes, Jacques Derrida, Walter Ong entre otros, me han permitido develar que sus investigaciones han dado un vuelco en los estudios lingüísticos posteriores a Saussure y además, contemplar la posibilidad de abarcar cualquier tipo de análisis semiótico, ya que me permite no tener una mirada unificadora. En fin, en referencia a Umberto Eco, la Semiótica “debe atender a cualquier cuestión que pueda considerarse como signo” en el marco del proceso complejo de la comunicación. Pérez Melisa