Tema: La Verdadera Hombría Texto: 1 Cor. 16:13-‐14 Pastor José Luís Cruz Mendoza “Velad, estad firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos.Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Cor. 16:13-‐14)
Intro: • El día de hoy quiero hablar acerca de la Hombria, y no slo en el aspecto del sexo masculino, sino en el concepto de SER VALIENTE • Esto es muy importante para cada creyente que esta viviendo en estos tiempos tan dificiles, en donde, de verdad se necesita Valentia Viviendo Varonilmente • El verdadero hombre es aquel que HACE la voluntad de Dios. Esto es hacer las cosas de una forma buena, agradable y perfecta. La Bilbia dice: “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Corintios 16.13-‐14). • Portarse varonilmente significa imitar a aquel que nos ha dejado ejemplo en todo: Jesucristo. Ser hombre • El rey David, antes de morir, dijo a su hijo Salomón: “esfuérzate, y sé hombre” (1 R 2.2). La hombría es más que el ser masculino, es producir el carácter de Cristo en mí. En este mismo pasaje se nos dice que la verdadera hombría consiste en la obediencia a Dios. • Cuando Moisés escogió hombres para ponerlos por jueces del pueblo escogió hombres con las siguientes características (Ex 18.21 y Dt 1.15): “Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.” (Ex. 18:21) “Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras tribus.” (Dt. 1:15) 1. Virtud: Llenos de carácter, de dones, de cualidades. Hombres que amen y se dejen amar, y que expresen ese amor a Dios, a sus mujeres, a sus hijos, a sus padres, a sus hermanos cristianos y al mundo en general. Hombres eficientes, productivos, capaces, fuertes y estables. 2. Temor de Dios: que respeten a Dios y le teman a él y no al mundo, a la sociedad o a la presión de otros, sino que mantengan un testimonio vivo y radical de Jesucristo. Que no se dejen influenciar por la presión de grupo, sino sean ellos agentes de cambio. Que ante todo honren a Dios y lo amen no sólo por sobre todo sino con todo. 3. Varones de verdad, llenos de integridad y cumplidores de su palabra, que mantengan promesas, santos. Varones fieles, no sólo a Dios sino aquellos a quienes Dios ha puesto a su alrededor; fieles a personas y a ideales. Hombres de principios, que tengan valores.
4. Que aborrezcan la avaricia: que sepan dar y compartir, sus diezmos y ofrendas a Dios, como regalos y dones a los hombres. No avaros no sólo en lo material sino también en lo espiritual y lo sentimental; que puedan compartir el evangelio y la palabra, ministrar la unción, así como demostrar afecto a su familia y a todos, amar, entregarse y dar. 5. Líderes, personas de influencia hacia otros, ejemplares, que marquen el paso de una generación que desee cambiar este mundo para Cristo. Personas de carácter, amorosos y tiernos con las personas, pero severos con el mal, llenos de gracia y de verdad. Ejemplares, decididos, motivadores, personas de empuje y consigue metas, logrando cambios positivos en la gente, en la familia, en la iglesia y en la nación 6. Varones sabios, apartados de la necedad y la obstinación; prudentes, entendidos en la palabra y con conocimiento de Dios, que sepan dirigir con sabiduría a su familia, a su empresa y a su nación para Cristo. 7. Varones entendidos y conocedores. Varones educados, enseñados y puestos bajo una autoridad que respeten y honren. Hombres de visión, de ideales, de sueños, por los cuales luchan y se esfuerzan en alcanzar Cristo, la cabeza de todo hombre “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón...” (1 Cor. 11:3) • Cristo es nuestro ejemplo de hombre y nuestro líder. Así como Cristo es la cabeza del hombre, éste debe ocupar su lugar como cabeza del hogar. • El liderazgo del hombre es necesario en estos días en los que cada día más sufrimos por falta de personas dignas de imitar. El hombre debe ser la cabeza del matrimonio y ejercer el liderazgo con responsablidad, amor y firmeza. Todo hombre dará cuenta al señor de la posición que él le delegó un día.