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SIR CHARLES SHERRINGT
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EDICIONES ORBIS, S. A.
Distribucion exclusiva para Argentina.
Chile. Paraguay, Peru y Uruguay.
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HYSPAMERICA
Titulo original: Man on his Nature Trad.ucci6n: Francisco Martin Asesor cientifico de la colecci6n: Pedro Puigdomenech Direcci6n de la colecci6n: Virgilio Ortega.
INDICE Prologo a Ia segunda edicion de 1951 Prologo a la primera edicion de 1940 Naturaleza y tradicion . . . . . Lo natural y la supersticion La vida en su minima expresion La sabiduria del cuerpo La recomposicion de Ia tierra Un conjunto formado por sus partes EI cerebro y su funcionamiento E16rgano de union . . . . . . . . El cerebro colabora con la psique La alquimia de Ia Tierra . . . . Dos formas de una mente (mica Altruismo . . . . . . . . . . . © © © ©
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Foto portada: Aisa
1940, Cambridge University Press
Tusquets Editores, S. A., Barcelona
Por la presente edici6n, Ediciones Orbis, S. A., 1985
Distribuci6n exclusiva para Argentina, Chile, Paraguay, Peru y Uruguay:
HISPAMERICA r:::;;C::CNES ARGENTINA, S. A. Corrientes, 1437. 4.° piso. (1042) Buenos Aires Tels. 46-4385/4484/4419 ISBN: 84-7634-310-8 Dep6sito legal: M. 24337-1986
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Impreso por Artes Grlificas EMA, S. A. Miguel Yuste, 27. 28037 Madrid Papel offset COUTO Encuademado por LARMOR
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Printed in Spain
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PROLOGO A LA PRIMERA EDICION
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Se me pide una introducci6n para este libro, y considero que 10 mas apropiado es dar las gracias a la Universidad de Edimburgo par su ama bilidad al invitarme a pronunciar estas conferencias, invitaci6n a la que respondi superando ciertas dudas que, supongo, comprendera ellector. Por otla parte, debo agradecer a sir S.R. Christopher, miembro de la Royal Society, a quien me une una amistad de anos, su gentileza al revi sar las pruebas del texto y la digresi6n sabre parasitologia de la malaria que conforma el ultimo capitulo; tambiElil mi agradecimiento ami buen amigo J. Reid MOir, miembro de la Royal Society, por sus buenos oficios en relaci6n can las referencias ocasionales a la vida y a los trabajos del hombre prehist6rico y otros temas similares que figuran en el texto. En muchos parrafos, especialmente en los primeros capitulos, el texto incide en Ia obra del medico del siglo XVI Jean Ferne!, un personaje segu ramente poco conocido, salvo para los historiadores de la medicina, y so bre el que espero publicar un libro 1 mas documentado desde e1 punto de vista biografico y bibliografico. Para terminar, deseo expresar mi agradecimiento a la University Press par su esmerada edicion, sin olvidar mi reconocimiento al Dr. Ro bert Chambers por su amable autorizaci6n para reproducir dos notables microfotografias de su labaratario. C.S.S. Agosto de 1940
Sir Charles Sherrington. Fotografia de Allan Chappelow, B.A.
1. The Endeavour ofJean Ferne), Sir Charles Sherrington, editado par Catnbridge Univer·
sity Press en 1946.
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION Hemos procurado realizar en esta segunda edicion una revision bas tante minuciosa. El libro hace hincapie en la consideracion de que el hombre es uno de tantos productos de las fuerzas naturales que actuan sobre 10 material en las condiciones pasadas y presentes de nuestro pla neta. El autor se dara por satisfecho si, gracias a estas paginas, logra despertar en el lector un interes favorable al tema.
C.S.S.
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Abril de 1951
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NATURALEZA Y TRADICION
Quemcumque aegrum ingenio praestantem curandum in viseba t. siquidem morbi vehementia pateretur... familiarem cum eo sermonem aliquandiu conferebat, cum philosophis Philosophica, cum mathematicis Mathematica, cum ducibus ac militibus, de urbium situ, et fluvlls eas alluentibus, deque instrumentis bellicis et eorum inventoribus; cum nautis de naVigandi ratione et regionibus nuper repertis; cum theologis de Deo. Vida de Jean Femel, de Guillaume Plancy,
1607. Univ. Medicina (Cuando algun' paciente':;con formaci6nle consultaba,.el.(Fern Fl l), !';i el estado del caso 10 permitia. se complacia en darle conversaei6n; si era un filesofo, sobre filosolia; 5i era matemchico. sabre rnatematicas; si era un oHeial 0 un soldado, sobre la situaei6n de las eiudades, de los rios que las banan y sobre las maquinas belicas y sus inventores; si era marino, sobre navegacion y tierras reeien descubiertas; si era un te6logo, de DiOs.)
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Sobre teologia natural y 10 que por ella se entiende, contamos con no pocas definiciones celebres. Bolingbroke, prototipo genuino del intelec tual del dieciocho, escribio al poeta Alexander Pope: «Lo que yo concibo por primera filosofia es "una teologia natural", y considero la contempla cion constante de la Naturaleza, entendiendola como el conjunto del sis tema de la obra divinaque se da a nuestros sentidos, la fuente comun de todas las ciencias y de ella misma, es decir, de la Teologia Natural.)) Tambiem esta la famosa definicion de lord Bacon1 : «Chispa del conoci miento de Dios, que puede obtenerse mediante la luz de la naturaleza y el estudio de las cosas creadas; y, por 10 tanto, que puede con toda razon considerarse divina en relacion can su objeto y natural en relacion con su fuente de informacion.» . La ciencia natural es una rama del conocimiento, segun consenso uni ver~al, no basada en el a priori. La ciencia natural observe. y opera por medio de la experimentacion para entender y desentranar el (como» de ( 10 que sucede en la Naturaleza. Progresa por generalizacion de ese ({comQ) e intenta descifrar algo de 191 en el pasado y prever cualquier dato ~sp~ro, sobre todo, su mayor empeno 10 constituye la descripcion ctel «como»" de un modo total y exacto, mediante la observa cion a:rrectaen e1 presente. Es precisamente un empeno que forma parte del «gusto de vivir)), principio que el estudio de 1a biologia identifica como motor en todos los seres vivos. No es que la ciencia natural ita, ni que 10 que acabamos de exponer implique, que la curiosidad de la ciencii'! por la Naturaleza se base exclusivamente en los beneficios que de ella pueda extraer; conviene precisar con toda sinceridad que su ob jeto, cuando menos parcial, es aprender el «como» de la naturaleza por amor al propio «como» por ser uno de los aspectos de la «verdad». Sin embargo, 10 que no incluye en su objeto. ni plantea. es si ese HCOmO» es «buena» 0 «malo», a de donde procede en ultimo extremo. Tal objetivo implica una actitud totalmente distinta hacia la Naturaleza desde la perspectiva de esos dos interrogantes. Es una actitud seme jante a la del nino que contempla una actividad y quiere saber como se hace. Podria alegarse que, para una fraccion infinitesimal de un todo complejo, enorme e inimaginable, esta fraccion es inutil para percibir el todo. y menos aun entender, y que disponerse a pronunciarse sabre la excelencia de ese todo, a sobre sus circunstancias buenas 0 malas, es 1. De Augmentis. III. 2.
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para esa fracdon minuscula una transgresion de su propi8 inteligencia y un exponente del falso criterio de sus propias proporciones eticas. Puede alegarse que cualquier alabanza 0 critica que exprese tal eDte es pura impertinencia. Pero, aunque la validez de un juicio elaborado en tales circunstancias equivalga en abstracto a nada, y su aplicacion al todo sea de muy poca utilidad, cabe la posibilidad de que sea valida para el hom bre debido a Ia repercusion que ejerce sobre el hombre mismo, Quizas asumir esa postura, aunque esta, considerada desde una perspectiva es trictamente Iogica y revisionista de ese todo, parezca casi inaudita mente ccantropocentrica», sea un paso propio del hombre que se siente obligado para consigo mismo, Si el hombre tiene una obligacion para consigo mismo 0 para con sus semejantes y su entorno, ese ambito, en e1 que se aventura para indagar el significado de ese todo del que forma parte, puede realmente serle muy provechoso a el y a su especie. El he , cho de intentarlo es otro de los aspectos de su empeno en a1canzar la verdad. Algunos fijan la fecha del comienzo de la Edad Modema en e1 Renaci miento. Me remito allibro de un medico, quizas el mas eminente de su epoca, muy leido en su tiempo y muchos anos despues de su publica cion, que, entre otras cosas, representa todo un tratado casi filos6fico. Su autor, residente en Paris y en o con la Corte, obligado a tratar a pacientes y a atender consultas de medicos de allende las fronteras de la propia Francia, era un espiritu liberal y un reformista de la medicina y de sus metodos.docentes. La obra, aunque nunca conocio una edicion en lengua vemacula, iba dirigida allector medio de la epoca y es una dis quisicion sobre ellugar del hombre en la Naturaleza, Femel, antes de dedicarse exclusivamente a la medicina, habia sido lector de filosofia en la Universidad de Paris. Fue tambien un notable matematico y se dedico con gran entusiasmo al estudio de la astronomia y la geodesia. Su libro De Abditis Rerum Causis (De las ca usas ocultas) podria servirnos de refe rencia. Ya en la epoca en que 10 escribi6 estaba Fernel en el cenit de su carrera medica. En aquella epoca, mediado el siglo XVI, la medicina se encontraba aun fundamental mente controlada por las caritativas manos de Ia Iglesia, pero Jean Ferriel, a diferencia de Linacre, su a::;,te-c:ec;::r V contempora neo, no era sacerdote. Como medico, destacaba en no pocos aspectos y habia adquirido gran fama por sus exitos profesionales en la Corte cu rando a ricos y tambien a pobres que acudian en procesion a su consulta, Fernel fue el primero en estructurar la fisiologia en una sola disciplina, denominandola con ese termino por vez primera y sosteniendo que era introduccion imprescindible a la medicina cientifica. Su obra, primoro samente editada en folio en Paris, en 1542, por Simon de Colines, consti tuye el punto de partida de la fisiologia moderna, En la universidad se dedico mas a la cosmologia y al estudio de Ciceron, Aristoteles y PUnio que a la patristica. En cualquier apoca, el concepto que los medicos ela boran sabre la Naturaleza es exponente basico de la opini6n culta de sus ,contemporaneos, aparte de que el caracter mismo de la profesion me dica siempre induce a contemplar la Naturaleza con el hombre como centro neuralgico. Es precisamente 10 que sucede con la obra de Fernel: 14
los antecedentes dellibro y de ~u autor son, por una parte, el renacer hu manistico aun vigente por aquel entonces y, por otra, el conflicto reli gioso que, en la propia Francia, comenzaba a recurrir con furia al fuego y a la espada. El libro hace poca 0 ninguna referencia a este aspecto. . , Jean Fernel fue medico de Enrique II de Francia, por eso su libro esta dedicado al monarca. Circulo durante muchos anos en forma de manus clito, se imprimio en 1548 y conoci6 muchas ediciones posteriores, pues aun 100 afiosl mas tarde tenia lectores. Es indudable que la obra ex presa, cuando menos en parte, el pensamiento de la cristiandad de la epoca. Las reediciones italiana, suiza, alemana, holandesa, e incluso la sa, nunca aparecieron en Jengua vernacula, 10 que indica que circulu entre un sector de lectores bastante cultos, La dedicatolia ex plica un poco Ia genesiS de la obra e incluye un aforismo de Hipocrates, ~iempre presente en las refle~io!l'§E-9,.E2-~~Jnel:I::?LJ}}terr~gante d~ ((si la §!vfermedad nO~ltalgo_sofirenaturab: it Selov, quid divinum? Es significativo tanto por el hombre como por la epoca el que Ferne1 diera vueltas en su cabeza a este interrogante. La frase habia sido mo tivo de discusion desde tiempos de Galeno. quien la habia interpretado como indicio de supersticion. En uno de los escritos hipocraticos mas fa mosos. el titulado Sobre la enfermedad sagrada, se rechaza explicita mente la atribucion de la enfermedad a la magia, pero para la sensibili dad de Fernel, en una epoca mas refinada que la de los antiguos 1, Mas de treinta ediciones en 100 anos,
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curanderos de Cos, la escueta brevedad del interrogante «LHay algo 80- ) brenatural en Ia enfermedad?» sabia a algo oculto que pugnaba por ex presarse. No hay que olvidar que, para Fernel, la frase evocaba siglos de creencia en Ia magia y en el milagro. LNo habria Hip6crates (el vate de la medicina tradicional) intentado transmitir una profunda verdad can un enunciado criptico, con la intenci6n de que durante cierto tiempo s610 , los sabios lograran descifrarla? Y asi inicia Fernel su Dialogo', en el que dos de los personajes van en busca de un tercero -un medico- para plantearie el celebre interrogante hipocratico, formul8.ndolo como cosa suya, como si se tratase de una cuesti6n viva de aquellos tiempos de mediados del siglo XVI. Fernel ini cia sus razonamientos par el principio. Es su estilo. Si su incursi6n de ju ventud en el ambito de la geodesia Ie impuls6 a realizar una nueva me dici6n de la Tierra, cuyos calculos fueron celebres durante mucho tiempo, en este caso, el interrogante ante la naturaleza de Ia enfermedad Ie induce automaticamente a preguntarse que es el hombre y cual es la estructura del mundo. En su estudio, no hay escisi6n alguna sobre hom bre y naturaleza. En su deseo de empezar POr el principio, Fernel no se arredm ante pre guntas para las que con toda honestidad ite no tener respuesta. LQue es la Naturaleza?, se pregunta, porque considera que ni los escrito res hipocraticos ni Arist6teles, pese a las innumerables referencias a ella, la han definido con rigor. Tal vez sea que el resumen aristotelico de la misma, reduciendola a simple movimiento, se Ie antoja demasiado ra dical, puesto que opina 2 que la «Naturaleza universal» de Arist6teles es equivalente a la Anima Mundi de Plat6n y sanciona la observaci6n de Tully de que tal (Naturaleza» debe significar una Deidad Suprema3 Fer nel ite que la Naturaleza es un principio evidente, pero de par sf in demostrable de forma aislada. «iLo habeis visto alguna vez, 10 habeis te nido en la mano?», pregunta Brutus, y Filiatros contesta: «No intento mirar con el sentido real de la vista 10 que infiero por la reflexi6n.» Fernel dio a su tratado forma de dialogo, una ~muy en boga entre los fil6sofos. Ya Plat6n afirmaba que e)~nsamient9.J un dialogo interior del alma. En el Dialogo de Fernel, ~n n tres personajes, Brutus, prototipo del hombre de la calle, es un hombre culto cualquiera del barrio universitario del. Paris del siglo XVI; yo co:u.cGptu
3. Ibid.• 7. 4. Ibid.• 18. 5. Chrysopeia. Venecia, 1515. editado par Simon de Luers.
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cultad. En un pasaje del Dialogo, hay una discusi6n en la que el que, aunque Eudoxus toma partido par Arist6teles y Brutus por el se inclina por la Sagrada Escritura. Finalmente, Eudoxus es un me dico de mayor edad que sus amigos y representa al propio Fernel. La Naturaleza no es 10 que definia Bolingbroke como Hel conjunto del sistema de Ia obm divina que se da... », ni las «cosas creadasH de Bacon. Es un principio intuido a priori por la mente, pera confirmado par induc cion. Una ((causa», La causa del multiple mundo perceptible que nos ro dea. Una causa no antitetica al hombre, sino corolaria de el. Las obms de la naturaleza guardan una relaci6n comparable a la de los productos de las artes y los oficios con el propio hombre; del mismo modo que, cuando vemos una montana, un arbol 0 un pajaro, sabemos que tiene que haber una serie de causas para su existencia, causas inmediatas y finales. Fer nel afirma que el propio Arist6teles presentia que el significado de la existencia de esa Naturaleza era una Deidad Suprema 1 • Pero 10 fundamental del concepto ferneliano es que el hombre, aparte de su alma inmortal. es produeto de la Naturaleza. De la Naturaleza como causa inmediata. EI significado que el da a Ia palabra «(causa» es el de ese tipo de causa que Arist6teles definia como dinah). Segun el cla sico analisis, habia causas inmediatas, a semejanza de cuando se mez clan dos sustancias quimicas y se produce una reaccion; las sustancias pueden considerarse las causas inmediatas del resultado y, Iuego, la mana u otro agente productor de la mezcla se califica de causa «final», 0, si se prefiere, de causa con prop6sito determinado. Tal causa puede comportar uno a varios actos mentales. Mientras que la causa inmediata no impliea problema mental alguno, la causa dinal» implica problemas mentales. La causa inmediata puede ser instrumentalizada por una sie rra 0 un cincel; la causa final esta en e1 cerebro, por 10 cual este puede considerarse, al menos en 10 que a1 hombre respecta, como e16rgano de las causas finales. Esta insistencia en considerar al hombre como un pro ducto de la Naturaleza es connotativa a la condici6n medica de Ferne!. Un siglo mas tarde, se generalizaria contra 61 la acusaci6n de que su pensamiento era fundamentalmente irreligioso, alegandose que se in clinaba, no ante Dios, sino ante la Naturaleza. Quiza la respuesta del pro pio Fernel habria sido que el medico accede a la idea de Dios a traves de la Naturaleza. Para la mayoria de las personas de la epoca, habia otros intereses vita les masatractivos que la Naturaleza, pero, para Fernel, de todas las acti vidades propias de su carrera -tanto en la Corte como fuera de ella-, que Ie ponian en o con profesionales y hombres de toda condicion, curiosos e instruidos 2 , la Naturaleza seguia constituyendo e1 interes mordia1, y el hombre, como individuo, el orgullo de la Naturaleza. Consi derarle producto de la Naturaleza no suponia para el discrepancia al guna con su fe cristiana, y logr6 superar la que Ie toc6 vivir de agrios conflictos religiosos sin criUcas nt reprobaciones. Ignacio de Loyola, unos anos mayor que e1, fue su condiscipulo en la misma facu1 1. DiaJogo, II. 7. 2. Plancy. Vita, pag. "2.
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tad universitaria. Fernel observaba en la Naturaleza la evidencia de un poder y de una inteligencia soberanos que el identificaba con Dios; esa religion natural era para e1 un elemento importante de su actitud reli giosa. No era de esos medicos, frecuentes mas tarde en los siglos XVII y XVIII, para quienes, cuando eran creyentes, Ia Naturaleza era Ia unica religion. En su epoca -ni en los cien anos siguientes-, para Fernel, la Na turaleza no era un Reino autosuficiente Ley; Galileo y Newton aun no habian cuestionado e1 «primer Motor inmovil» de las esferas celestes, y ademas Fernel basaba su fe en las verdades cristianas. Pero, para e1. am bas constituian una sola religion, aunque consideraba necesario un sis tema; por ello, religion natural y religion espiritual requerian una armo nia que evitara esa contradiccion. Sin ello, la vida carecia de paz, de plan, de direccion. En un parrafo, escrito unos cuatro anos antes de su muerte, cuando ya habia alcanzado e1 cenit de su fama, y su nombre de medico-filosoio era .tan popular en la Corte del emperador como en la del rey, enuncia 10 que podemos equiparar a una especie de credo sucinto sobrela NaturaIeza!:
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La tierra circunnavegada, la imprenta sustituyendo a diez mil escribanos, el papel en lugar del pergamino, el mundo de las letras abierto a todos gracias a la lectura; la escultura, la arquitectura, la musica, la pintura, al mismo nivel que las obras cumbIe de la Antiguedad. La recuperaci6n de los textos autenticos de las obras maestras de la sabiduria griega; el florecer del estudio y las Bellas Artes tras un invierno de trece siglos. Nuestra Nueva Epoca no desmerece la compara ci6n can los mejores tiempos de Ia Antiguedad. Nuestro deber es ser emprende dores.
La Naturaleza que abarea todas las casas y penetra en cada una de ellas, rige el curso y las revoluciones del Sol y Ia Luna y de las otras estrellas, y la sucesi6n del tiempo, los eambios de estaei6n y las mareas del oceano. La Naturaleza dirige esa inmensidad de casas con un orden firme e invariable. ,Como dirigiria bien todo esto Ia Naturaleza sino as por la intercesi6n de una Inteligencia divina que, al ha ber creado el mundo, 10 conserva? Es decir, la Naturaleza opera bajo Ia direcci6n divina. Esta piausibiUdad, esta perdurabilidad de Ia ley, es Ia mayor virtud de 1a Naturaleza. Su regIa la corona. Sin ella nada en su reino seria estable, ni el propio mundo. Este reino de la ley fue creado con el mundo para el propio mundo; y cier tamente representa la mente y Ia voluntad divinas. El padre de los dioses, dice Platon, cuando cree el mundo y la Naturaleza, los sometic a leyes inmutables. Cada animal, cada planta, cada mineral, todo 10 que existe en este mundo sublu nar, contiene una Naturaleza particular que 10 sustenta a el y a sus semejantes. El conjunto se funde en una Naturaleza universal que es soberana, por decirlo asi, par consenso y simpatia unanime de todas las cosas. Par 10 tanto, la Naturaleza esta perfectamente ordenada y se rige par una regIa adecuada e infalible. Por 10 que, segun 10 que antecede, para el fisico no hay nada en el hombre que no se ajuste a la ley de la Natura!ezS!.,.nada, ..sC'lurn:;u entendimienlo y au libre albedrio (cognitio voluntatisque arbitrium).
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En una palabra: su «espiritu de raciocinio». Si consideramos este parrafo bajo una perspectiva co1ateral, podemos interpretarlo como un manifiesto de Fernel. El era un medico que vivia en una sociedad en la que 10 sobrenatural formaba parte de cualquier discusion sobre la salud y la enfermedad y se relacionaba con la minima peripecia vital extraordinaria. La astro10gia y la magia eran manifesta ciones por las cuales 10 sobrenatural reclamaba credibilidad de cultos e incultos y concedia a sus interpretes buenos beneficios y fama. Oficial mente, 1a Iglesia las reprababa, pera la astrologia tenia mucha fuerza. 1. Therap. I, pret., ct, tambilim Dialogo, I, 10.
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POI las mismas fechas en que Fernel escribia e1 panafo citado, el emba jador espanol ante la Corte en que Fernel era medico oficial. informaba a Ia reina sobre el caso de dos herejes, ambos adalides de los partidarios ses de Ia Iglesia protestante: «No hay dia en que el italiano no re cuna a los horoscopos y apriete las tuercas a unos munecos de tamano natural, construidos por alemanes a imagen de CoIogny y Conde. Nin guno vivira mucho))'. En Ia epoca de Fernel, habian ya pasado los tiempos de esplendor del Renacimiento literario, hacia ya siglo y medio de la muerte de Petrarca, denominado e1 primer «moderno». Fernel sentia con entusiasmo juvenil los logros de los Nuevas Tiempos. Estas son sus pa1abras 2 :
Ante la cristiandad se abrian los horizontes de un gran mundo instau rado por el propio cristianismo, y al cristianismo correspondia la tarea de entrar en el y tomar posesion. Son aspiraeiones taciles de entender, pues, cronologicamente, Fernel apenas si esta mas alejado de nosotros que de los personaies de Shakes peare, que en gran medida nos parecen contemporaneos. Con el Renacimiento surge quizas un mayor interes par 1a Naturaleza, una mayor respuesta a su Hamada. El renacer humanistico desbordo a la epoca como si fuese su ambito natural. no cientifica, sino esteticamente: Petrarca, con su «vida solitaria» y su melancolia humana, reflejada en el paisaje; Eneas Silvius, con sus relatos de los bosques italianos. Los pin tores comienzan a sentir que la nube, la colina y el arbol son en S1 dignos del de1eite cortesano, palaciego; Ia cosa viva, en su mu1tiplicidad de tar mas, atrae al artista. Pero aun.·estabf.! por venir el renacirniento cienti fico, y se a1ega que el renacer humanistico fue la causa de su retraso. El renacimiento de la cieneia es un episodio posterior, aunque en la epoca de Fernel hubiera portentos, algunos de elIos entregados a la reflexion sobre la botanica de Plinio, cerebros que, en realidad, ya eran una critica en ciernes, cuya limitada rebeldia representa un indicia de cambio. Tan solo unos das anos despues del Dir!l1ogo de Fernel se produciria un acon tecimiento cientifico: la publicacion de un libra dedieado al Papa, aun que posteriormente incluido en e1 indice, cuestionando el sistema ptolo meieo. La obra3 , surgida del lecho de muerte del anciano astronomo polaeo 1. Catalina de Medicis. Paul Roeder, Londres. 1937. pag. 411. 2. Dialogo, prel. 3. De revolutionibus, etc., 1543.
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CopEHnico, esta considerada e1 autentico punto de partida renaci miento cientifico. La medicina tendria alm que esperar hasta el siglo si guiente, ochenta anos despues de la muerte de Fernel, para su gran re surgir, cuando e1 medico de Carlos I de Inglaterra, William Harvey, descubridor 1 de Ia circulaci6n de la sangre, restableciera para esta cien cia, tras catorce siglos de tinieblas, el metoda fundamental de la «com probacion experimentabl. En el parrafo que hemos transcrito anteriormente, Fernel recune a 10 que Keats llama «gusto por el tono isabelino», compartiendo al maximo Ia actitud cultural y progresista de su epoca, pero resulta medieval en e1 conocimiento de la Naturaleza que Ie rodea, sigue arraigado en el cono cimiento cientifico de su epoca y representa, quiza como nadie; e1 acervo del conocimiento naturalista de sus contemporaneos, un conocimiento aun medieval, que poco habia progresado tras las saludables esperan zas de los siglos XIII Y XIV. Cierto es que la modernidad de su tempera mento y su cultura contribuye a que apreciemos su interpretacion de la Naturaleza y dellugar que en ella asigna al hombre, pero, con todo, de tectamos facilmente con cuanta frecuencia su interpretacion es erronea, S1 bien hay que anadir que no es un defecto personal, sino de la Sin este condicionante, Fernel no habria sido una figura tan caracteris tica y representativa, valedor infatigable de la audaz actitud renacen tista de profundo entusiasmo por la vida. Para Ferne!, la vinculaci6n del hombre al resto de la Naturaleza es triba en que la vida en el es parte de la misma vida que informa toda la creacion animad~, plauras incluidas. Pero, en Fernel, el concepto de «vida)) y el concepto de «mente» significan algo separable de la materia concreta en que"se manifiestan. La Naturaleza es el principio que, regido por Dios, permite que estas se manifiesten en 10 concreto. Este principio de la Naturaleza tiene que contar con algo sobre 10 cual actuar, del mismo modo que el escultor (mecesita bronce para una estatuall. Ese algo es la materia. Hasta aqui Fernel es aristotelico. Lo concreto, cada cosa concreta, es desglosable en materia y forma. La Naturaleza es la causa, la causa productora y la que 10 mantiene. Cuando se crea algo, a 10 unico que se da principia es a su forma, y, cuando la cosa-perece, s6lo su forma desapa:rece. 8i la propia materia de sapareciese, haria tiempo queel mundo habriactesaparecido, se habria gastad0 2 . Hay una jerarquia de formas y una escala de materia. El estado final de la materia escapa a nuestra observacion, pero la razon ha conce bido, por medio de la contemplacion, cuatro elementos. Cada uno de elIos es una combinaci6n de materia y forma, cada uno de ellos es algo relativo con respecto a todo 10 concreto. Los cuatro elementos son tierra, aire, fuego y agua. No los percibimos en su pureza, ya que, par ejemplo, el fuego -el fuego puro- solo se encuentra en las esferas celestes, fueIa de 1. Descubrimiento que en puridad debe considerarse, como tantos otros, la culminacion de un proceSQ se incia con e1 damasceno Ibn Nafis (siglo XIII) y, a traves del aragones MI guel Servet y (1511-1553), llega hasta Harvey. Para ampliacion de detalles historio graticos, vease Historia de 1a circu1acioll de la sangre de J. Baron Fernandez, Espasa Cal pe, 1973. (N. del T.) 2. Dialogo. 1. 1.
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la tierra. La tierra sin rastro de humedad s610 existe en el centro del globo. E1 aire puro solo esta en el empireo. Esos cuatro elementos que daron encerrados en la cascara de nueve capas del sistema ptolomeico. Cada elemento posee una de las cuatro virtudes cardinales del mundo: calor, frio, sequedad, humedad, junto con una huella de su «compati ble». Por 10 tanto, cada elemento es diametralmente opuesto a su con trario y, por si mismo, siempre permanece inmutable, pero reacciona con su contrario. Todo 10 inanimado y animado es una mezda de estos cuatro elementos. Componen el cuerpo del hombre y el alimento que 10 nutre. Los cuatro elementos llegan hasta Fernel tras un de diecinueve siglos. Son la «raiz de las cosas», y desde Empedocles se transmiten al cristianismo a traves de Hipocrates y Aristoteles, convirtiendose en dogma. No obstante, Fernel Uene suficiente categoria como para ha blar de ellos sin cerrar categoricamente el discurso. un capitulo desarro11ado en el Dialogo can amplitud de estilo es colastico: 1I1,Son estos elementos sustancias 0 cualidades?» Que Fernel entre en semejante discusion es indicio de que, al menos en su caso, el renacer clasico no habia desplazado completamente el criterio cienti fico del siglo XIII. Es evidente que conoda a los maestros de la medicina arabe y que, con tal planteamiento, contradice a Avicena. El Dialogo no dice casi nada sobre la especulacion «atomista», y Fer nel hace referencia a la teoria de una forma un tanto singular diciendo que la ciencia no tiene cabida para la especulacion pura y sin trabas, 10 cual, no obstante, es una puntualizacion isible referida ala antigua especulacion de Democrito. Puntualizacion que alm seria fructifera en manos de Rutherford. Mientras otros veian la Naturaleza exclusiva mente como una multiplicidad de acontecimientos divinos y semidivi nos, de indole magica, etc., surge, al parecer, enseguida, en la mente de los griegos jonicos, el concepto de que constituia un mundo operacional de esos productos observables. Podemos imaginarnos per fectamente que la exploracion de ese algo en la Naturaleza fue casi el autentico arranque de la ciencia natural. Que esa indagacion no fuera en aquella epoca evidente en si 10 testimonia la reaccion que pro dujo POT parte de Platon, perc el interrogante a durar. De hecho, mastaroe se Ie consideraria 10 que William JaT!1es denoIHin",ba ((con ceptos de sentido comun». Una vez establecida la premisa, la suposicion de que, en vista de la movilidad y cambios camaleonicos de la naturaleza, ese algo debia es tar compuesto de particulas finales moviles y subdivisibles de distinta variedad, no era una idea muy intrincada ni original, y a ella se 11ego rapidamente. Pero era dificil demostrarla. Se mantendria en el epigrafe de las puras especulaciones mas de 2.000 sin que, al pareeer, in fluyera para nada en Newton, puesto que se cree que la hipotesis new toniana sobre la naturaleza corpuscular de la luz procede de sus pro pios experimentos. El tratamiento newtoniano de los vapores, en tanto que compuestos de particulas, parece remitirse a los ({corpusculos)) de Gassendi y Boyle, y las «particulas finales» del quimico Dalton, religan historieamente con los corpusculos de Newton. Solo mas tarde las de
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nominaria «atomos)), reinstaurando Ia moda del termino griego claslco. El hecho genial estribaba, no en la especulacion definidora del atomo, sino en la demostracion de su existencia. Fernel creia que la doctrina de los cuatro elementos era mas demos trable que la de los «atomos». Habia sido, y seguia siendo, uno de los fun damentos de la medicina durante todo el cristianismo y el Islam. Para los personajes del Dia]ogo constituye el nexo entre su concepto de Natu raleza y Ia religion, yen cierta medida los caracteriza, a modo de declara cion cientifica, el que e1 mundo no fuera, como muchos sostenian, un simple producto material del Azar y el Caos. La ciencia de las casas [dice Fernel en el "Prolegol) 1J al principie era simplista y solo aprehendia Ie que Ies sentidos de la vista y el oide transmitian. Los efectos se descubrian tras poca reflexi6n. Con el tiempo, Ia observacion fue profundizando, el conocimiento super6 la percepci6n sensorial y se alcanzo 10 abstruse. La pri mera filosofia nacio en la palabra y la obra, tilosofia que trata de di'scemir la multi plicidad de efectos de sus causas y reconciliarlos. Sin embargQ, aun hay muchas casas oscuras. Sonreimos cuando se evoca la antigua teoria de los ,homos y nos preguntamos como puede nadie estar convencide de su existencia -tal cantidad de corpuscules indivisibles que, par una especie de azar aglutinante, han contor rna do Ia inmensidad, la variedad, la exorbitancia y la totalidad de la vasta multi plicidad de tedo el ornate de este mundo. Sin embargo, s1 Democrito pudiera re gresar, se motaria de nosotros, como era su costumbre, incluso ahora, por nuestros presuntos elementos. No es que yo sugiera que la teoria de los cuatro elementos sea una filia: la existencia de los elementos es verosimil y razonable. La que quiero dejar bien sentado es que los que convierten los cuatro elementos en causa de todo 10 existente, son arrastrados muy lejos por sus prop10s argumen tos. Las causas de muchos acontecimientos estan en algo mas. En mi opinion, el parrafo expone el deseo de Femel de declarar dos co sas: primero, que no Ie satisface en absoluto e1 materialismo. Cuando re dactaba este texto, la Universidad de Padua era averroista y materia lista. Segundo, yes 10 mas notable, que consideraba simple hipotesis la doctrina, de antiguo sancionada y generalizada, de los cuatro elementos proverbiales constilutivus d6. toda sustancia corpore::::.. Ned!:::: mejor que el para saber hasta que punto la doctrina estructurabi;l.la cosmologia y Ia geodesia, y que todo e1 armaz6n de la medicina, tanto hipocratica como galenica, descansaba sobre ella. Nada hay que demuestre mejor su sa bia independencia, presta a apartarse de caminos trillados. Fernel sen tia 10 nuevo a traves de 10 antiguo: modemo en su insistencia de que un dogma sancionado hist6ricamente, y no demostrable por la observacion, es una hipotesis; pero anticuado al no recurrir al metodo experimental para corroborar los hechos que postulaba. Tambien anticuado al proce der, a partir de ello, a una elaboracion casi absoluta. Los elementos con fieren su propia caUdad a un compuesto por el hecho de formar parte de el. Aunque nuestros sentidos no puedan percibir los elementos como ta les, son materiales, y, si tuvieramos sentidos mas perfectos y medios de
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analisis mas refinados, podriamos aislarlos y contemplarlos en su pu reza I. A pesar de ello, despues de esta manifestacion, los trata como si su existencia estuviera probada y parece olvidar que esta razonando sobre una simple hipotesis. Cierto es que, en este caso, hace 10 que todo el mundo en aquella epoea, y no hay que olvidar que a poco podia recurrir. Algo que pareee notable es que este universo, como nosotros 10 llama mos, y que pereibimos a nuestro alrededor con nuestros sentidos, es un universo unitario, un universo tridimensional, a pesar de que algunos de nuestros sentidos 10 capten en forma bidimensional. Sin embargo, es un universo variado, por profundamente homogeneo que sea como feno meno. Las lentes que 10 exploran hasta su mas remota estrella se basan en el mismo principio que el microscopio que nos revela los «microbios)} mas invisibles para el ojo desnudo. Al pasar de la fisica a la biologia, el nivel del hecho se funda en la misma estructura, a pesar de que la vida, tal como la vemos, sea algo mas entranable. Que el ojo, con ayuda del te lescopio, nos permita captar otros universos, es indicio de que todos los universos son uno solo. Esperamos como agua de mayo Ia pluralidad de mundos de Giordano Bruno dentro de universos fundamentalmente si milares. En aqueUa epoca, no existia una quimica que superase la vigente en tiempos de Arist6teles. Lo que habia procedia de atanores, alambiques y retortas, y, en parte, de las mistificaciones intencionadas de la alqui mia; la quimica propiamente dicha tardaria easi un siglo. En t€nminos generales, podemos afirmar que es una ciencia que no cobra inteligibili dad hasta Robert Boyle. Fernel, a su manera, iba por buen camino, pero segun el metodo alquimista de entOJ:1ces. En el DiaJogo, cita un procedimiento para Ia obtencion de la piedra fi losofal, pero soJo como pretexto para que el personaje principal, con gran lucidez, 10 desautorice. El modo en que Femel enfoca la gran ciencia de la quimica aun par nacer procede de sus propias y agudas observaciones sobre el cuerpo humano, al relaeionar ciertos procesos que se originan en el higado con la fermentacion, aunque no creo que fuera el primero en hacerlo. Actualmente, el quimico sabe que en el higado tienen lugar nu merosas fermentaciones. Sigamos un poco el pensamiento de Fernel en su aceptacion de los cuatro elementos. Tras itirlos, Ia hipotesis Ie arrastra muy lejos y, en su explicacion de la Naturaleza y del hombre, se ve obligado a razonar 0 exponer ideas que actualmente son lugares comunes de la quimica que se ensena en la eseuela. Primero, expone con dificultad que los com puestos constituidos por los elementos no son simples mezclas, sino uniones elementales. En su accion reciproea, sus cualidades se templan mutuamente, y el resultado es un nuevo euerpo aunque persistan de forma latente las eualidades elementales: la diversidad se ha heeho uni dad. Semejante raciocinio serviria actualmente de simple introduccion al capitulo de la combinacion quimica, pero, en tiempos de Fernel, es tructura todo un preambulo a la doctrina del temperamento. En el Dia10go, Eudoxus habia por boca del propio Ferne!. Sin duda 1. Riolanus, Commentar. Liber de elementis, cap. 6, schoL
1. Diillogo, II, pre!.
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este nombre sugiere el del astronomo-filosofo tan estimado pOI Aristote les\ el que analizara matematicamente el curso aparente de los plane tas. El propio Fernel habia estudiado provechosamente astronomia, yel Eudoxus de Aristoteles escribio un libro sobre la Proporcion, como tam bien hiciera FerneF. Eudoxus, el personaje del Dialogo, es un sabio me dico en su madurez. El culto Filiatros Ie induce a hablar sobre el tema del equilibrio. En todos los cuerpos compuestos intervienen tres factores: materia elemental, forma y temperamento. Una cosa requiere una forma para ser dicha cosa, pero su temperamento es la clave para entender su estado y su comportamiento. La quimica analitica actual no habria ser vido para informar al cientifico de la epoca de Fernel nada que desease saber. A 10 unico que entonces se aspiraba era a conocer la genesis del resultado de las. cualidades primordiales. Esa resultante era el tempera mento del cuerpo humano, la «constitucion». Su perfecto equilibrio era un ideal inalcanzable, un patron ideal con el que se evaluaba 10 concreto y, entre ello, el hombre. En el mundo animado, yen el propio hombre, las cuatro cualidades que caracterizaban a los cuatro elementos circulaban a traves de los cua tro humores. ((Quatuor humores in nostro corpore regnant)}, deda el poema medic0 3 • La sangre, pujante y humeda, la colera del higado, con trapartida del aire elemental, la atrabalis 0 melancolia propia del bazo que representa la tierra fria y seca; la flema era el elemento agua, hu medo y frio, propio del cerebro y del pulmon. La salud es un equilibrio aproximado entre los cuatro humores, un equilibrio con tendencia a de r.ivar durante el ciclo vital hacia una de las doce direcciones. Una ten dencia mas 0 menos marcada, por ello en nuestros semejantes se dan los tipos sanguineo, colerico, flematico y melancolico, combinados en cada individuo. Todos pertenecemos a uno u otro de esos tipos. Nuestra tipo logia es 10 primero que el medico toma en consideracion para interpre tarnos. En libros 4 doctos. figuraban los diversos tipos de temple 0 tempe ramento. El termino ha llegado hasta nuestra epoca como lugar comun en todas las lenguas de la cristiandad. Cualquier desviacion del equili brio aproximado normal se consideraba enfermedad, pew siempre ha bia un contrario susceptible de actuar como remedio, y, asi, cada planta .Y yerba poseia esa potencialida.d. Mientras Fernello escribia, los espa .. fiole;; saqueaban e1 nuevo ITnlndo buscando «contrarios» frescos. En to das las regiones,la Naturaleza ofrecia remedios para los temperamentos trastornados, las enfermedades locales, pero Fernel en su Dialogo pone en tela de juicio esta pretension universal, yes Eudoxus quien dice: «Si. el desequillbrio constitucional es la enfermedad, pero 10 importante es 1. En la Etica a Nic6maco, IV. 2, Ie menciona como hedonista. Theodore Gaza. en un Ii
brito, Liber de m ensib us atticis, editado pocos aii.os antes (1535, Paris) por el editor de Fernel.
Colines, menciona el viaje del astr6nomo Eudoxus a Egipto.
2. De proportionibus, Paris, 1528. 3. De Secretis Mulierum, de Chirurgia, de Modo Medendi, Libri VII, "Poema medicum nunc primumll, edidit Dr. Car. Daremherg (Napoles y Paris, 1885). 8vo. VI, 27, linea 490. Siglo
XlII, MS Bib!. Nat.
4. Un ejemplo posterior en lengua vernacula es Des natures et complexions des hommes
de Jacques Aubert, Paris, 1572.
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la causa. Hay causas que ignoramos»l. Aunque no disponia de microsco pio ni podia recurrir a la quimica, Fernel era partidario del criterio de que la enfermedad y la epidemia son venenos introducidos en el organismo que se diseminan, y comparaba esa causa desconocida con ese algo des conocido que hay en la mordedura de un perro rabioso. Su imaginacion iba tras algo que aun tardaria 300 anos en descubrirse: el microscopio y los virus invisibles para el ojo humano. jCausas naturales de la enfermedad todavia desconocidas! En el si glo XVI, en que se habia llevado a cabo la circunnavegacion terrestre y en el que la imprenta sustituia a 10.000 escribanos... jIncreible l El sistema medico de Hipocrates habia alcanzado su maxima perfeccion, y cada en fermedad constituia un trastorno de temperamento demostrable. LDe que causas naturales ocultas podia tratarse? Pues bien, Fernel se vale del personaje Eudoxus para ensenarnos que algunas de las enfermeda des son de naturaleza desconocida. LSobrenatural, no natural?, pre gunta Brutus. No, replica Eudoxus, porque esta pensando en algo que sea natural. .. aunque proceda de las estrellas. Fernel desbroza el camino hacia el rastreo definitiv~ de las causas ocultas. LHabra al final, de ver dad, un rasgo sobrenatural? Contemplando esa «escala de vida», La que distancia de 10 humano se situaba el travesano animal en la concepcion de nuestro medico-filo sofo? Sin duda para Fernel el vinculo real entre animal y hombre era que ambos fueran creaciones de Dios. Para Aristoteles, el hombre y el animal eran una misma categoria de seres; para Fernel, no. La piadosa fe que Ie nutrl;:)' rechazaba ese concepto, la mente de Fernel no daba cabida a un vinculo de parentesco entre hombre y animal. Ni la mas leve sospecha. Por ello es interesante examinar algunas de sus ideas positivistas sobre la naturaleza animal, ya que, segun su criterio, esta era mas proxima a la vegetal que a la humana, aunque su espiritu fuese distinto al de las plantas, concepcion que sostenia aun en el caso de las mas humildes es pecies animales. «La ostra y otros moluscos adheridos a la roca son inca paces de movimiento (locomocion), pero sienten y tienen cierta imagi nacion y cierto pensamiento (figendi cogitandique facultas))2. Si se les coge, se escurren. Imagino que la opinion de Aristoteles no habria sido muy distinta 3 . En el caso de Fernel, la dificultad residia en no poder dife .. renCIar {(vida» de «mente»~. rata el,LJ.ue los vegetales se nutrieran del suelo -no sabia que tambien 10 hacian del aire- era evidencia de una mente interna de la planta. La aceptacion universal de un principio vital, uno de cuyos dones era la mente, impedia la consideracion de cualquier caso concreto de vida como algo que no fuera indivisiblemente vida y mente. «Todos los animales tienen la nocion de 10 placentero y 10 desa gradable, y este sentido los impulsa a moverse hacia un objeto 0 a a1e jarse de e1»5. La sensacion provoca «una agitacion interna que impu1sa a1
1. Dia.logo, II, 13. 2. Physiol. V, cap. 9, pag. 109. 3. De generatione animalium, I, 23. 4. Physiol. V, cap. 18, pag. 125a. ({Eadem mens naturae utens facultatibus corpus univeI sum alit}), etc. 5. Physiol. V, cap. 9. pag. 109a.
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animal a buscar 10 placentero y 10 provechoso))l y a evitar 10 opuesto. Ta les movimientos son inevitables y necesarios en su naturaleza. Fernel senala algunas 'de las fases del proceso en la siguiente forma. Las imagenes de un objeto externo se forman en un organo del sentido
desde el que se transmiten al «sentido interno)) del cerebro. Al ser reco
nocidas como 10 que son por este sentido interno, dos subfacultades de dicho sentido, es decir la memoria y la imaginacion -situadas en la parte anterior del cerebro-, juzgan si son placenteras, desagradables, prove chosas 0 nocivas, segun el caso. A esto sigue un impulso instintivo de conmocion (appetitus) que «causa)} un movimiento de acercamiento al objeto agradable 0 provechoso, 0 de alejamiento del desagradable 0 no
civo. El movimiento opera2 por contraccion (sistole) del cerebro, la cual impulsa los espiritus animales desde sus camaras frontales hacia la ca mara mas posterior (cuarto ventriculo) y, a partir de esta, por el canal de la medula espinal y a traves de los nervios hasta los musculos, tensando los adecuados a1 acto. No habia posibilidad de eleccion para el animal en todo el proceso. Ellibre albedrio era facultad exclusi.va del hombre. Cuando, unos cien anos mas tarde, Descartes pensaba que los animales actuan como automatas, no se apartaba mucho de las tesis de FerneL Y no hablemos de la epoca posterior a Fernel, en la que los naturalis tas, muchos de elIos medicos, confeccionaron el catalogo del reino de la Naturaleza con arreglo a la forma, con un celo no menos acendrado por que fuera su vision. La clasificacion siguio vigente, y actual a ser el inventario de todas las formas de vida. En la epoca algunos de los que se dedicaban a la taxonomia llegaron a ciertos tiP05 idealeshacia los que supuestamente tendian am plios grupos de individuos, inconscientemente, como 5i de un objetivo de la Naturaleza se tratara. Se pretendia la existencia de un {(universal!! hacia el que intentaba encaminarse 10 individual. Habia un arquetipo imaginario de planta con flores, un arquetipo de vertebrado. La tesis atrajo incluso al propio Goethe, quien contribuyo a afianzarla. Pero era algo Husorio, y su propio entusiasmo Ie arrastro hacia una cierta distor sian de los hechos. Sin embargo, el futuro tenia reservado un gran descubrimiento, y fue principalmente como consecuencia del estudio de I:::. fair::.1U ::m bruto par el que Charles Darwin llego a dilucidar que la «escala .de la vida» era en realidad un arbol genealogico. En Fernel. no hay el menor atisbo de se mejante concepto. La que a elle impresiona es que las series vitales su gieran cierta continuidad, que la tribu animal se funda con la tribu vege tal. LQuien puede decir si una esponja es animal 0 planta? La tierra sigue produciendo formas inferiores a partir de S1 misma; las genera el limo fluvial y maritimo, y la carrona eria abejas e insectos. Este concepto tan ambiguo de generacion era en la epoca, y patrimonio de cultos e incultos. La autoridad patrfstica 10 respaldaba, pues San Agustin habia ensenado que desde el principio existian dos clases de origen de vida: el Creador habia situado una clase en los animales y en las plantas para 1. Ibid. cap. 12. pag. 154a. 2. Ibid. cap. 13. pag. 156a.
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que cada uno produjera su propia especie, y la otra clase residia en los elementos y solo se activaba en determinadas condiciones. Dos siglos despues de Fernel, el naturalista Buffon seguia ensenando 10 mismo. El material procedia de cualquier parte. Pero LY la forma? En las for mas superiores, la forma es de procedencia limitada. La forma del caba llo requiere que se produzca el caballo, la forma del hombre mente humana. Que ambos tengan dos ojos, una cabeza y cuatro extremidades, no sugiere a Fernel un tronco comun. La Naturaleza en su fertilidad produjo en un momento dado una de esas dos formas y, en otro momento, la otra. Ambas eran, en sentido literal extrema, una CrE~a(~lOn especial. No habia una historia, en el sentido actual, que las fundamen tara. Cada una de elIas era una creacion sin rakes en el pasado, un rayo en el espacio. Para Fernella uiorma» de los seres vivos es algo separable de su sus tancia; y no simplemente en el sentido analitico, sino tambien en el exis tencial. Dice que, en las cosas inanimadas, es la forma haciendose mate ria 10 que las dota de individualidad. En los seres animados, es la forma que los estructura 10 que no solo les individualiza, sino la que les da vida. En una planta 0 en un animal, hay dos componentes: los cuatro elemen tos, con la constitucion resultante, y la «iorma)). La forma se halla en su estado mas simple en los elementos. En las plantas mas perfectas la forma aporta el crecimiento y la reproduccion. Aun mas perfecta es la forma animal que incluye sensacion y movimiento, Y la mas perfecta es la humana, la suprema 1 de todas las formas sublunares. Es esta una concepcion ferneliana a la que hay que habituarse. El cuerpo, a pesar de que en else ajustan armoniosamente los cuatro ele mentos dandole «constitucion», no tiene poderes propios. No actua: esta sometido a actuacion. Lo que realiza no es efecto propio, sino del ente que 10 habita. Para Fernel y su epoca, la materia era un sustrato inerte . Para nosotros, es un sistema de unidades en continuo movimiento; una proliferacion de actividad que se automantiene, una poblacion de car gas electricas que se mueven en espiral, se atraen, se repelen, giran mi Hones de veces por segundo. El mismo termino y concepto de «materia)) cede actualmente el supuesto al de energia, acto. La sustancia inerte de Fernel, incluso en sus estados mas estaticos, se ha convertido actual mente en equilibrio de avalanchas dinamicas. Su propia continuidad es continuidad de cambio. En lugar de escindir forma y"materia, estas se hacen inseparables Y una misma cosa, y constituyen e1 movimiento en s1. Asi es por doquier exista materia: en una raca, un arbol 0 en e1 hombre. A Fernel, en su simplicidad pragmatica de juicio, Ie cuesta, como a Aristoteles, perder de vista el individuo. Esta forma suprema, que es propia del hombre y 10 configura y 10 completa, es una forma total que domina todas las formas de todas las partes. Es una perfeccion, pero Fer 2 nel anade que no hay que considerarla una mera armonia Una armonia es un conjunto de sus partes. La forma total es un individuo, una unidad
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1. DiBlogo, I. 3. 406. 2. Diillogo, 1. 3, 407.
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indivisible en S1 misma. Es una eausa de armonia, hace armonicas las partes del cuerpo. Este concepto excluye 10 que en pSicologia actual se denomina «figurismo» y parece un tanto
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Can ella, llegamos a una gran cosa. Una gran cosa como las glandes casas des cubiertas pOI los antiguos. Es el calor innato... Una ley comun a toda especie ani mal, una ordenacion de la Naturaleza, es que viven merced a1 calor innato. Mlen tras viven, estan imbuidas de un calor adecuado. Cuando mueren, se extingue ese calor y quedan frios. Es un hecho facil de sentir, es un calor sensible para el hombre, el tacto 10 prueba... Sin embargo, en las plantas no es alga tan evidente, a pesar de que, en elIas, no es menos cierto que en los animales ... Ademas, cuanto mas sensitivo y activo es el animal, mayor y mas profuso es su calor. Si os pregun tais por que, pensad en la excelencia del sol, primer prinCipe y regidor del mundo, que favorece y prolonga toda la vida existente. Ahara bien, si ese calor externo fa vorece tanto, mientras.que el frio restringe, Lno habra dentro de los seres vivos un calor que favorece sus actos, un calor que incluso es de igual naturaleza que el del sol? <-No dijo Aristoteles con verdad, dejimdolo escrito para la posteridad, que el calor es la condicion de la vida? El definia la muerte como la extinci6n del calor. Ahora bien, este calor es el calor innato). El calor innato es un calor cuya pervi venGia puede observarse incluso en la frialdad de la decrepitud de la edad. La frialdad de la ancianidad domina, en efecto, el fuego material que hay en el tem peramento, pero la senectud no puede, mientras hay vida, apagar el propio calor innato. Es en virtud de este calor por 10 que la sierpe vive, aunque su tempera mento sea frio, tambiEm la mandragora y la adormidera y todas las hierbas de temperamento frigido.
La mandragora y la adormidera eran hierbas a las que, debido a su temperamento frigido, se atribuian virtudes paliativas de la fiebre, al ser la fiebre un caso en el que el trastorno del temperamento elemental nor mal hace que el calor elemental, eual es el de la sangre, se desenfrene. Prosigue Fernel: De ella se desprende claramente que el calor innato es superior al calor elemen taL El frio elemental prevalece sabre el calor elemental, pero no hay nada que pueda contra ese calor de mayor excelencia que es el calor innate de los seres vi vos. Por 10 tanto, ese calor innata no es de igual naturaleza que el fuego. Precede de una fuente superior al fuego l . Al definir la muerte, Arist6teles, con su inten ci6n magistral. dice que su frialdad se produce no por simple derrocamiento del tef!1peramento -ni por sobrecarga del frio elemental-, sino por un lapso del calor innato. 1£1 calor innato·, elcalor vital, al igual que la luz, nc ticne opuesto: La luz no tiene «contrarion, ya que la oscuridad es s610 privaci6n de luz. La muerte es la pri vacion del calor innato, del calor vitaL Este calor no es producto de la mezcla de los elementos; el cuerpo agonizante 10 demuestra, ya que, aunque se haya produ cido la muerte, el cuerpo conserva la estructura y la forma de sus partes. Recono cemos al amigo, aunque este sin vida y no tenga calor. El calor innate Ie ha aban donado. Por 10 tanto, no es atribuible a los elementos, ya que estos siguen conformando su cuerpo. POI consiguiente, el calor innato -el calor vital- tiene que proceder de «otra partel)'
1. Antes ya y despues del Dialogo escribio Fernel sabre el calor innato. 1. De Nat. Parte Med. IV, 1.
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2. Of. Dialogo, II. 7.
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De este modo lIega a identifiear Fernel esta sustancia (que es inmate rial y universalmente presente en los seres vivos) como el vehicul0 de su ((forma». Probablemente ningun fenomeno de la eieneia fiska ha resultado tan complieado como el calor, ni existe concepto con tan accidentada histo ria. Para Fernel, es una sustancia. Mas de 100 anos despues, con las es peculaciones quimicas, se llego a determinar que era algo que se des prendia de la materia durante la combustion, Pero Newton y Boyle sostenian que se trataba de un movimiento de las particulas de la mate ria y demostraron que no era identificable como la masa. Thomas Young, comparandoio con la luz, concilio las definiciones a nivel de vi braciones equivalentes de materia. Supongo que actualmente habria que compararlo con el movimiento de cargas electricas. Una de las cosas que Bacon se propuso, cuando propugno el metodo experimental, iue precisamente e1 examen de la naturaleza del calor. Actualmente, pode mos decir que la «naturaleza), como ella llamaba, se ha resuelto en mo y que el calor es parte de la inmensidad del movimiento en e1 que e1 universo parece constituirse. Vemos que Fernel a estas graves cuestiones, pero no habia captado del todo que, en el campo de la Naturaleza. hay que basarse constantemente en la observacion, comprobando cada respuesta con esa otra modalidad de interrogacion Hamada experimentacion. iDos c1a ses de calor! Es propio de su epoca: postular sin veriticar. Sediento de «causas». dice: «Este calor vital. que es la sustancia de la forma vital, ~que causa tiene? lcua1 es su origen?n Y renuncia a una observacion mas profunda. Eudoxus, en el DiiJ.logo. es decir, el propio Ferne!, dice!: «Amigos mios, la cuestion que planteais es ardua. Aristoteles, en el prologo a su exposi cion de la Naturaleza, senala que todo 10 que cita puede tocarse 0 verse. Pero no siempre es posible contentarse con esos limites.» La sustancia de la forma vital procede de mas alla de las estrellas, del Primer Motor2. Esta reflexionando en terminos del universo ptolemaico. la boveda ce leste de nueve esferas centrada sobre el hombre. Las estrellas pertene cen a1 techo giratorio de la q"ctava esfera. mas Iejanas aun que el planeta mas lejano, Saturno. «el mal permitido por Dios». Eudoxus recuerda a sus amigos que lapro!lia estera estrellada es 'Un elemento, muy distinto de los cuatro elementos que se conocen: es la quintaesencia. y echa a volar hasta 10 que lord Russell ha denominado «(pura Existe un enorme depOSito celeste de las formas especificas de vida. Sol. Ia estrella, esta entre tal deposito y la Tierra. El Sol no s610 vierte sino un brillante esplendor que concede los celestes a 1a por eso las entranas de la Tierra producen tribus de plantas y ciertos animales. a saber, gusanos. moscas, molus cos, crustaceos y sierpes. aunque es isible pensar que se originan de forma espontanea 3 . Y Brutu~ excIama: (qPero e1 hombre procede del
hombreil), a 10 que Eudoxus responde: ((Todo en ultimo termino de Dios». EI joven Filiatros recuerda a Eudoxus 1 que antes e1 mismo les ha dicho, citando a Aristoteles. que ((el primer motor de las esferas es la cara y la fuente de todo 10 que existe. lNo es eso equiparable aDios?)} Un parrafo de Renan ensaiza 1a grandeza y Ia simplicidad de la con cepcion aristotelica. fundamentalmente naturalista, del Ser Divino. La profonde conception d'Aristote, ce dieu du XII" livre de la Metaphysique, im mobile, separe, centre de Funivers, qui dirige et meut 1e monde, sans le voir. par l'attraction du bien et du beau, ce newtonisme metaphysique, si simple, ne satis fait pas Jes Arabes. Jamais Dieu n 'a ete aussi determine, aussi isole du monde que celui d'Aristote. Si l'on applique Ie nom de panthelisme aux doctrines qui craignent de limiter Dieu, aueune doctrine n 'a ete plus que la sienne au pamheisme. Cette theodieee pouvait convenir a une ecole naturaliste comme J'ecole peripape ticienne: pour simplifier son objet et ecarter tout ce une hypothese, 1e naturalisme voudrait faire Dieu, une lois pour toutes, sa part bien am§tee, et 1e releguer 1e plus loin possible du champ de
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Fernel, por boca de Eudoxus, hace una cita -no por breve menos im presionante- de los atributos del deus uSempiternus, im mensus, incorporeus, individuus, non in mundo corporeo, sed supra hunc in excelso habitans domicilio. immutabilis. nulli affectioni subjecws, om nia movenslP, etc. EI concepto Ie arrebata como una especie de Hamada
irresistible. Sin embargo, no alcanz6 su concepcion en este campo {a juz gar pot sus escritos y segun Ia ((vida» de Plancy) por la misma via que Arist6te1es, ni concuerda con Ia de aste, aunque acuse su influencia. Fer nel, acuciado por su fe. se vuelve hacia una deidad que es, por as! de cirlo. menos inhumana y menos remota que 1a de Aristoteles. Hay que recordar que. aunque separados por sus distintas carreras, Fernel y Loyola asistieron a1 mismo College de Sainte Barbe en Paris y en la misma apoca, y que Govea. el decano del College. con quien Fernel man tenia vinculos amistosos 4 , era el Govea que defendio a Loyola cuando aste tuvo problemas en su epoca de estudiante. Los escritos de Fernel, aunque son prosa laica. suelen hacer referencia a la religion, y hay que senalar que -para ser «pr{l!':R lAir.,A ciA un laico»- no hay en ellos nada de un ((Dios personal que este en 10 mas profundo del alma»5. Esto vale 10 que Ia queja de su comentarista, Riolan el Viejo, segun Ia cualia 1. Dialogo, I, 9, 2. Averrhoes et l'Averrholsme. II, 4, "La profunda de Arist6teles. ese dios del libra XII de la Metaiisica, inm6vil. aparte, centro universo, que dirige y mueve el mundo, sin verlo. por atracci6n de 10 bueno 10 bello. ese newtonismo metafisico. tan simple, no sa
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1 Dia]ogo, I, 9. 2. Diii]ogo, I. 7: II. 3; II, 7. 3. Dialogo, r, 6, 7, 10.
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tisface a los arabes. Nunca ha Dios tan determinado. tan aislado del mundo. como el de Arist6teles. Si denominamos panteistas a las doctrinas que temen limitar aDios, ninguna de ellas sa ha mostrado mas opuesta al panteismo que la suya. Esta teodicea era adecuada para una escuela naturalista como la ascuela peripatetica: para simplificar su objeto y descar tar cualquier cosa que se parezca a una hipotesis. el naturalista quisiera dejar a Dios de una vez por todas atado y bien atado, relegandolo 10 mas lejos posible del campo de la expe rjencia." 3, Dialogo. I. 10. 4. Fernel Ie dedico e1 Monalosphaerium, 5. Juan de Valera, en su prologo a la edici6n inglesa de Pepita Jimenez, 1886.
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Pero istra animales, plantas y otros seres mortales mediante la lD tervencion de los cielos. Y, para proceder a tal delegacion ha dictado a sus ministras leyes que preven la creacion y preservacion de las cosas mortales»l. Pero el espiritu del hombre, al compartir, como es efcaso, la naturaleza celestial, no queda incluido en esas cosas mortales y se halla bajo el gobierno directo de la Divinidad. En cuanto a la naturaleza del hombre, los dialogantes coinciden en que no basta con saber que clase de individuo es el hombre; la clave es triba en gran medida en el como ha llegado a ser 10 que es. Natural mente, esto no significa que muestren predispoSicion alguna por 10 que actualmente denominamos evolucion. Lo que inquieren es como la crea cion elabora al individuo, en su tipologia perenne Y de inmutable sempi terna repeticion, dentro de los limites de las propias especies creadas. LEs la perfeccion del nuevo individuo en su principia, antes de haberle sido insuflada la vida, un perfeccionamiento de materia, a la que se Ie ha dotado de cualidades potenciales?2 Eudoxus rechaza esta opinion, y la discusion aumenta de tono y dramatismo. Fernel ha lIevado a estos tres personajes a un antiguo terreno de batalla, y, aunque han transcurrido ya dos siglos y media desde la batalla original, su sola mencion, al me nos en el Paris de entonces, altera el pulso. El obispo Stephane Tempier, con el celebre decreto de 1276-77, logro condenar los principales errores de la doctrina aristotelica Y averroista que, por entonces, se ensenaban corrientemente en la Universidad de Paris. El decreta apuntaba directamente a Sigerio de Brabante Y a su ra cionalismo averroista, pero algunos de los ccerrores)) condenados consti tuian parte esencial del aristotelismo «ortodoxo)) de Santo Tomas de Aquino y de los profesores de Paris. El obispo Tempier condeno 219 cche rejias)), Una de elIas era la «individualizacion de la materia», centro de la discusion en este parrafo del Dialogo de Fernel. Los ccarticulos condena dos)), 0, por ser exactos, 216 de ellos, fueron editados de nuevo en Padua, poco menos de unos doce anos antes del nacimiento de Fernel, por el im presor Mathias Cerdonis, hacia 14853. La controversia seguia viva en el reducto paduano del aristotelismo. El articulo 103 decia: «Forma hominis non est ab extrinseco sed edueitur de potentia materire», y va en contra de 10 que argumenta Eudoxus en el Dialogo, escrito cincuenta anos des pues. Eudoxus derrota dialecticamente a Brut\.ls. No hay simple perfec cionamiento de materia que valga, no hay mera entelequia. Lo tinieo po sible es la evolucion de 10 que hay de potencial en la materia, aunque esto aun seguira siendo cualitativamente materia. Pero no basta; el hombre posee poderes superiores a los de la materia. No; en el rudi menta corporeo debidamente dispuesto y en el cuadragesimo dia de su devenir, empieza la forma especifica; es celestial, procede de allende las estrellas. Despues, claro esta, comienza una nueva vida individual. Hasta ese momenta solo ha sido parte de la vida materna.
Fisiologia adolece de aplicacion religiosa. Pero, aunque todo 10 arabe de sagradaba a Fernel, es precisamente en el, ligeramente mas que en los propios arabes, en quien persiste la «simplicidad», como la denomina Renan, de la concepcion aristotelica. Esa simplicidad era inevitable mente complicada par la tendencia orientalista de las fuentes sagradas de Fernel. Eudoxus contesta a Filiatros 1 : «El universo es doble. Hayen el, por una parte, 10 visible, 10 concreto, 10 corporeo; por otra, un mundo que escapa a nuestros sentidos, un mundo incorporeo. Este otro mundo esta lleno de formas simples, puras, disueltas. Las mentes carecen de toda dimension y de todo elemento corporeo; un mundo de 10 mas excelso y deseable, morada de Dios y de 10 divino.)) Y ese Ser Supremo, de morada tan re mota y lejana, mas alIa incluso de Saturno, el planeta mas distante, LPor medio de que sistema ejerce la guia y gobierno de la Naturaleza y del propio mundo? El no era, para Eudoxus y los interlocutores del Dialogo, un Espectador negligente 0 indiferente respecto a 10 que habia creado. Para elIas, no caia un solo gorrion sin que El 10 supiera. «El, que ha creado la Naturaleza, es quien la guia; El no abandona el barco que El construy02. El era el timonel, el piloto. LDe que sistema?)) Filiatros dice: «Con tu permiso, discutamos esto. Brutus, tu cita a Platon; Eudoxus a Aristoteles; y yo, las Sagradas Escrituras))3. Asi 10 hacen, yen el disCUISO van recurriendo a las diversas fuentes para establecer los antecedentes bibliogr8.ficos sobre la organizacion de la istracion divina de la naturaleza y el mundo. El razonamiento se estructura sobre 10 que pode mos denominar lineas de autoridad. Las autoridades se aceptan con una universalidad un tanto desconcertante para ellector moderno. Cita a So lon, Aristoteles, Platon, las Sagradas EscritUIas, Virgilio, Plotino, Jam blico, Hipocrates, Temistio, DioniSio, Teodoreto, Porfirio, Jeronimo y otros, con 10 cual no dejan nada para una refutacion equiparable en ter minos generales. Es como si, desde el criterio pagano, se buscara una confirmacion de la fe cristiana. El tema que nos ocupa linda con la tesis de una jerarquia de formas que, sometida al Dios supremo, compartiera la istracion de la Naturaleza y del mundo, y dellugar del espiritu del hombre en relacion con dicha jerarquia. Estan los nueve caras de «formas)) celestes, en grado decreciente desde los serafines hasta los an geles. Esta Zakiel, el angel guardian de Abraham, y Rafael y Metraton, de Jacob y Moises respectivamente. Salen los «daimones)) de Platon y el promio «daimOlll) familiar de Socrates. No se escatiman ni los Lares y Pe nates. Realmente, muy lejos de Aristoteles y del comentario que de el hace Ibn Roschid: «La verdadera religion de los filosofos es el estudio de 10 que existe.)) Los espiritus invocados son todos de indole celestial, y asi se situa el «espiritu del hombre)) en su debido nivel. «Todo 10 que Dios creo en su momenta, en el cielo 0 en la tierra, es cuidado y regido por El. SU provi dencia y celestial gobierno de las casas es directo y de primera mana. \ 1. Dialogo, I, 9, en especial. 2. Dialogo, I, 10, 448. 3. Dialogo, I, 9, 443.
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I
1. 2. 3. anno
Dialogo, I, 10,449. Dialogo, 1. 7. Articuli Parisius condemnati". sub bone memorie reverendo patri domino Stephano"
1276". Padua, Mathias Cerdonis, 4to (c. 1485).
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En e1 Dialogo, mientras tanto, Brutus ha salido de escena «con la ca beza hecha un lio». En espera de su regreso, Filiatros propone resumir, a modo de «epilogo», e1 razonamiento conseguido. Y 10 hace de un modo sucinto 1 : Todo 10 que Ia Naturaleza engendra consta, desde su primer momenta, de ma teria y forma. De las dos, la forma es con mucho la mas importante y constituye la cosa tal como la conocemos. De 10 que se sigue que la cosa engendrada no es esta ble nf permanente. La forma por Ia que la cosa comienza a existir no puede perma necer unida a su materia para siempre. Se une·a ella en cierto momenta, de pronto, en un instante. Este es el verdadero sentido del «nacimiento)). De igual modo, en determinado momento, la abandona: es Ia muerte. Antes de que la forma se incorpore al material, este debe estar dispuesto. Sin ello la union de la forma con el material no podria producirse. Sin embargo, esto es una simple preparacion. A esta organizacion preparataria contribuye el padre, mediante la semilla, a de algun otro modo. Esta organizacion preliminar esde diversas dases: Ia union de los cuatro elementos formando un temperamento, la proporcion del cuerpo y de sus partes, la provision de los tres espiritus corp6reos a modo de me diadores. Todo ella procede de los padres a traves del germen. Una vez culmi nado este proceso preparatorio,la forma,Ia especie, entra sin mas de forma natu ral. y digamos par necesidad inevitable. Como esta «forma) es muy simple, en modo alguno esta constituida por subformas. Sin embargo, las facultades que po see Ie permiten desempenar la pluraJidad de cosas que debe hacer. Los que juz gan meramente por el sentido y solo observan las causas inmediatas infieren que la forma se obtiene y procede de potencialidades de la materia. Pero hay muchos argumentos validos que refutan tal afirmaci6n. El padre, que engendra a otro ser del mismo nombre y clase, no 10 crea. Todo 10 que hace el padre es actuar de me diador en Ia concomitancia que une la materia a la forma. Par encima del padre hay un Artifice mas poderoso y mas sublime que al. que es quien envia la forma, como insuflada par un soplo.
Lo has resumido bien -comenta Eudoxus. E1 argumento, dadala inclinacion de Fernel hacia la naturaleza y Ia re ligion, era mas concebible que el de Ia materia viva, tras millones de anos de «preparacienn, p~r decirlo conla pA1AhTA qllA Almismo emplea, fuera desarrollando una modificacien progresiva de la vida en su propio seno. La vida, en sentido humano, parece tener un buen futuro en nuestra superficie terrestre, pero es un mecanisme muy especializado y deli cado, y sus creaciones singulares no duran mas que un plazo limitado. Esta brevedad individual provee pingues oportunidades de ulterior me jora de las generaciones subsiguientes por efecto de las leyes de Darwin. Un plazo intergeneracional de veinticinco anos, .comparado con un mi llon, 0 incluso medio millen de anos, presenta grandes oportunidades de mejora hereditaria. 0 de deterioro de la raza, particularmente por efecto del stress de la civilizacion. La formacion de «especies» impliea especia lizacien y, una vez obtenido 10 geneticamente especial, es dificil de eli 1. Dialogo, I, 7.
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minar. Una de las eonclusiones de la historia biologica es la de que la es pecializacion de la estructura heredada, a 10 largo de los cambios sucesi vos de la superficie de nuestro planeta, ha resu1tado fatidica para mu chos de nuestros poderosos antecesores. Es este amplio margen de utilidad de Ia mente 10 que ha permitido que el desarrollo relativo y pro gresivo del cerebro sea una excepcion. Y es tan acusado que el hombre ha llegado a considerar esa erguida cabezota humana como un rasgo de belleza biologica. Actuaimente Ia Naturaleza se nos muestra mas amplia que nunca y nos integra mas que nunca. Es, si quereis, una maquina, pero una ma quina parciaImente mentalizada y, por el hecho de integrarnos a noso tras, es una maquina con cualidades mentales humanas. Es un torrente vivo de energia -mental y fisica- y, a diferencia de las maquinas cons truidas por el hombre, la animan emociones, temores y esperanzas, aversiones y amores. Promete aduefiarse del planeta, ((mira adelante y atras». "A que 0 a qUien debe esa condicion eminente y en apariencia unica? Su respuesta decisiva es que se Ia debe a sl misma. Pero, para Ia concurrencia semidivina que la contempla, dada su proverbial ignoran cia, la respuesta resulta impertinente. Es de suponer que, si las estrellas 10 oyeran, sonreirian. E1 pensamiento humano vaga errabundo. GDe que nos sirve? El hombre es demasiado pequeno y perecedero para ser su ob jeto. Un consejo seda «aguantar y estarse quieto»; es el consejo mas facil de seguir porque es, en apariencia. 10 unico que podemos hacer, al me nos par ahora.
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u LO NATURAL Y LA SUPERSTICION
Come son fjsse Ie stelle in cislo!
(jQue fijas estan las estrellas en el cielo!) D.G, Rossetti Videme mademo multos Japides virtutibus olim sibi attributis deficere.
"(Vemos que en los tiernpos rnodernos rnuchas piedras carecen de las virtudes que se les atribuian,) Petrus Garcias Episcopus ad sanctissimu patrem et dnm Innocentiii papa viij in determinationes magistraies contra conc1usiones Joanni Pici Mirandulani.
Roma, 1489,
2 Nuestro medico-filosoto del siglo XVI, JeanEernel, suponia la existen cia en el cuerpo de algo incorporeo. EI C1.1'ElrPO materigJmo funcionaba por S1 mismo; estaba regido por algo que h~ hada «vrvrr;;. En cilento -a-T6sac tOB del cuerpo, sususfancfa corporea era como una herramienta en ma nos de un artesano, y ese artesano era el regidor incorporeo del cuerpo!. En esta descripcion, Fernel menciona repetidas veces el anima, con un significado muy similar a1 que figura en e1 tratado psicologico de Aristoteles, titulado De Anima. Para traducir con una palabra e1 sentido con que Fernel emplea tan ampliamente el vocablo, habria que imaginar que palabra habria empleado si hubiera escrito en nuestro idioma. Pero no redacto sus tratados en lengua vernacula, por 10 que carecemos de pistas, pero, en el siglo XVII, un traductor s de Ia Physiologia, daba anima por i'ame. Es de suponer que e1 propio Fernel habria hecho 10 mismo. Un memorable promotor de estas conferencias dedo. que la pa1a bra «alma», igual que la palabra «causa», esta pasada de moda. No obs tante, opino que, si Fernel, en lugar de escribir en latin, hubiera escrito en su idioma, habria puesto ((almall, suposicion que tal vez impregne de arcaismo 10 que escribio, pero, para valorarlo ((hoy», 10 que nos interesa es quiza su arcaismo. As! p~es, Fernel denomina,~ ese principio incorporeo de vida que actua dentro del cuerpo y 10 activa, que procede de las estreUas y que rige la vida y la mente. Como buen discipulo de Aristoteles, dice que este principio es de tres dases: el alma de las plantas, nutritiva y repro ductora, e1 alma de los animales, sensible y vegetAtiva, y el alma hu mana que, por encima de su facultad vegetativa y sensible, es capaz de razonar. A Fernel1e cuesta demostrar que en el hombre no hay tres al mas, sino una sola. Sobre su tirmamento cristiano planeaba un alma tri partita. Cada parte del cuerpo se procura alimento merced a una facultad del principio vital vegetativo. Esta facultad Ie dota de poder para agen ciame, como si de una succion se tratara, material adecuado. EI nino, aparte de alimentarse, crece. Fernel observa que un nino postrado por la nebre sigue creciendoZ. Por 10 tanto, dice, aparte de la facultad nutritiva del principio vital, hay tambien una facultad de crecimiento. Cada c1ase de aedon principal que distingue en el euerpo la identifiea a una facul 1. Dialogo. I, 4; II, L 2. De Nat. Parte Mad. V. 3.
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con tanta frecuencia acude a los 1abios de William Harvey. Para Fernel existia un poder ajeno a1 Universo que adecuaba los medios a sus fines. La anatomia se e,nfrenta a1 problema de interpretar la funcion a partir del diseno. .--~-.--. ~~ . -SUcede con Fernello mismo que con Aristoteles: las funciones son las. ~alida..;!.es, y las finalidades las caus~sQglg~lJ\?mQ. Fernel aruma que ula H. geogra11a es a la histona 10 que 1a anatomia es a la Medicina: describe el \' escenario de los acontecimientos»l. EI principio vegetativo de la vida es comun a plantas y animales. En los animales, el principio vital, mayor y superior al de las plantas, posee capacidad sensible, facu1tades sen sibles. Las facultades vegetativas estan difundidas par el cuerpo, pero no las facu1tades sensibles que estan casi excl}lsivamente localizadas en el ce rebra. E1 conjunto de estas constituye el ualma sensible». Tienen que es tar localizadas, deben hallarse en un lugar de reunion comun a 10 que entra por los ojos, por los oidos, etc. Estas mismas percepciones son ima genes de los objetos que vemos, imagenes que discurren'por los nervios. En la Medicina galenica desempenan un papel importante en el drama que se representa en el cuerpo. ~Cual es la naturaleza de estas image nes? Los medios de propagacion son los humores del principio vital que pueden ser de tres clases: e1 humor natural, el vital y el animal que de sempenan un pape1 distinto. Sin embargo, los tres son (cintermediarios» entre el alma vital incorporea y el cuerpo material. A esa parte del alma vital que es la mente, es decir e1 alma sensible y, en el hombre, el alma racional, pertenecen los denominados humores animales. Esos humores animales son, por un lado, los agentes de que se vale la mente para per cibir el mundo externo. Son tambien los agentes a que recune la mente para mover el cuerpo, actuando asi sobre el mundo externo. Estos humo res propios del anima se originan en las camaras cerebrales 2 • Se generan en eHas por depuracion de los humores vitales de la sangre; de la sangre contenida en las rete mirabili, una red vascular subcerebral. A su vez, los humores vitales son generados por el corazon, el hogar focal del calor vi tal del cuerpo. Volvamos a las estrellas: la sustancia incorporea del alma era una chispa estelar. y, ahora, sus agentes, los humores que la sirven, son la esencia rennada del c;::i1ot'lIiriato, es decir, del calor ((celest'.ah> impartido desde fuera del corazon. En el razonamiento de Aristoteles queda mu chas veces la duda de si la mente es 0 no algo que pertenece a la materia. EI de Fernel no nos permite la mas minima duda: la mente es incorporea, su sustancia no es material. La mente, en cuanto «sentido», recibe las imagenes materiales de los objetos; y nos explica que las ((imagenes>l vi suales discurren hacia el cerebro y son percibidas. y que la percepcion implica en primer lugar una distincion por la comparacion con otras ima genes. Esas imagenes. que van del ojo al cerebro, son «humores anima 1es», es decir, intermediarios entre 10 corporeo y 10 incorporeo, entre la materia y la sustancia no material de las estrellas. 1. De Nat. Parte Med. II. pret. 2. De Nat. Parte Med. IV. II.
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Galileo revolucionola ciencia por preguntarse, no el «por qua» cae una piedra, sino por preguntarse el «como»), pero, antes de que al naciera, Fernel ya habia muerto. En ellatin de Fernella palabra es materia, con el sentido general que se la atribuia entonces, denotando la sustancia compuesta por los cuatro elementos. Fernel denomina la materia ele mental «sustancia corporeal). La mente es sustancia incorporea, pero tambien hay grados intermedios de sustancia. Los humores que inter vienen en la actividad vital de la Naturaleza estan incluidos en este con cepto y son el natural, el vital ':i el animal. Se cree que Galeno podria ha ber tornado la idea del Timeoplatonico. Actualmente, los fislcos definen la materia como un sistema granular de protones, electrones, neutrones, mesotrones, etc. Los humores animales de Platon 0 Galeno son para ellos algo intermedio entre una cosa y una idea. La misma libertad de hipote sis Ie permite medir segun el mismo rasero todas las «facultades» del alma, tanto las de la nutricion como las de la mente. Ello Ie ayuda a pre servar algo cuya conservacion Ie acucia notablemente, la unidad del alma. Considera la genesis de un proceso como la «secrecion», como la consecuencia de una facultad del alma. La razon es otra consecuencia de una facultad del alma. En Fernel, una facultad es una suposicion em pleada como causa. La mente es un tema propio de la fisiologia, y a ella dedica todo un ter cio de su tratado, un tratado que fue libro de texto en Europa durante mas de un siglo, y en el que figuraba la mente dentro de la fisiologia, no porque el considerase 10 mental como un capitulo de la materia, todo 10 contrario, 10 que sucede es que nuestro hombre no dejaba lugar al mate rialismo. Fernel consideraba la accion de 1a mente parte de la fisio10gia, porque para el todo 10 que ejecuta el cuerpo es de origen no material, in corporeo. Todo es obra, mente incluida, de un inquilino incorporeo espi ritual del cuerpo material: el alma. Por 10 tanto, el alma humana era una, a pesar de su aspecto triple: vegetativo, sensible y racional. Aunque Fernel era partidario de la clasificacion aristotalica de tres grados de alma, no aprobaba la explicaci6n que da Aristoteles al modo de union; el ite que, conforme se hace el embrion, aste recibe en pri mera instancia un alma vegetativa que regula su inicio a la vida. Mas tarde, al insuflarsele el alma sensible, es esta la que posteriormente' asume la actuacion del C:!.lIIlC:!. vegetativa. Y. mas tarde, cuando se im planta el alma racional, esta asume las funciones de su predecesora, que simplemente Ie ha preparado el camino. S1 no fuera asi. aduce, el hom bre seria en parte planta, en parte animal y solo parcialmente humano, y el hombre es humano del todo. Y, en cuanto al modo en que el alma ra cional absorbe a las otras almas, Fernel adopta 1 el simi! aristotelico de las figuras geometricas que comienzan en el triangulo y evolucionan ha cia figuras geometricas mas complejas, dispuestas de modo que cada una de ellas contiene potencialmente a las que anteeeden. Por 10 tanto, el alma del hombre es singular, sus aetos son plurales, pero en si es una. La integraci6n del cuerpo se efectua por media del alma. Una integra cion del alma individual con el cuerpo no era necesaria. 1. De Nat. Parte Mad. V. 3; V. 18 (orig. cap. 17).
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tad independiente del principia vitaL Una vez hecho esto, da un nombre a tal facultad y a veces no pasa de ahi, como $i denominar ya equivaliera a «explican), No se conoce una cosa mientras no se conozca su causa, dice' De las cualidades vitales, la primera y mas fundamental -ya que puede existir sola, como en el caso de las plantas- es la vegetativa, que comprende la nutricion, el crecimiento y la reproduccion. Hay tres gra dos 2 en la reproduccion: la Hamada espontanea, debida en realidad al principio generador del sol que nega a la tierra, la derivada de un proge nitor, como se da en las plantas fijas y en los animales, y la derivada de dos congeneres. En cuanto a esta ultima, Fernel negaba que el desarro llo prenatal -ejemplificado en el embrion humano- fuera una «indivi dualizacion de materia» y se pronunciaba en favor de Aristoteles. Pero la «individualizacion de la materia» era uno de los cargos3 contra Aristote 1es en la epoca en que este fuera ensa1zado por la Universidad de Paris y luego prohibido durante algun tiempo. Una de las cualidades de la Naturaleza que mas impresionan a Fernel es la continuidad de la vida. No solo la continuidad de 10 animado obser vable sus diversos graCIos, sino la continuidad de 10 animado con res pecto a 10 inanimado. Las transiciones siempre son graduales. a veces a traves de grados pequenos e imperceptibles. Pero no; no siempre es asL Existe esa laguna entre el hombre y 10 demas. Para saltar del hombre al resto de las cosas hay que pasar de un orden de casas a algo tan distinto que constituye otra totalidad, aunque no absoluta, Eso era 10 que Ie sorprendia en su contemplacion, EI hombre era unico y no 10 era, habia miriadas de cosas en parte similares a e1. LSeria que existian solo para serle) utiles? Fernel, como medico, opinaba que el estudio exhaustivo de plantas y hierbas demostraba que estas contenian un remedio para cada una de las enfermedades humanas 4
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Esa continuidad de las sertes vivas era un Plante.. a.mi.ento aristotelico, Su escala de la vida tenia peldanos que iban desde el hombre hasta la .; tierra. Fernel se preguntaba si la escaia en sentido ascendente termi-;_ naba en el hombre, pues hay formas que son ~
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1. De Nat, Parte Med, I, pIet,
2, Dialogo. I, 8.
3. Argiculos 190 y 214 (Articuli Parisius condemnati. , 1276. impresos por M. Cerdo nis, c. 1485). 4. Therspeut. 5. Dialogo, I. 9.
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un publico amplio, podrian ser mal interpretadas,» En realidad, el texto circulaba ya hacia anos, en forma manuscrita, entre sus amistades. Una vez impreso, alcanzo rapidamente gran audiencia, pues la luz aristot€ ; lica ya no era una estrella ascendente. Cabe suponer que su edicion fue dictada por la imperiosa necesidad de Fernel por exponer su concepci6n de la Naturaleza y dellugar del Hombre en ella. En el momento de su re daccion tenia cuarenta y cinco anos. En el texto expone opiniones elabo radas no s610 en la clausura de su estudio, sino durante las lecciones a sus alumnos, motivadas tambien por su experiencia como medico pres criptor a enfermos de hierbas y remedios curativos. Fernel deseaba ex poner todo aquello y, al mismo tiempo, razonar sobre 10 oculto. Fernel era un experto anatomista, fue uno de los primeros partidarios de incluir la disecci6n en las practicas de los estudios de la Medicina, anticipandose con ella a Vesalio, de quien a veces se Ie considera maes tro. EI prestigio de Galeno era inmenso, tanto en anatomia como en otras campos, y Fernel fue sensible a los errores de Galeno, aunque, a diferen cia de Vesalio, se limit6 a enmendarlos tranquilamente sin censuras. LNo era e1 viejo Maestro. pese a sus errores de 1.300 anos atras, e1 eofun dador de la Medicina? El hilo conductor en toda la anatomia de Ferne1 es la interpretacion del objetivo final de la creacion y la estructura. Para e1 desarrollo del embrion hasta la madurez vital es un «aeontecen) ini ciado ygili~dQ p_aso Cipaso por uria causa con una finalidad. FerneI tenia un criteria equivocado sobre e1 papel y el funcionamiento del coraz6n. pero su intuici6n anatomica Ie sugeria que estaba disenado para la funcion que entonces se Ie atribuia. Nunea habia prestado oidos a la afirmaeion de que e1 ojo no fuera el resultado de una causa finaL En e1 Dialogo de Hume, un personaje nota, a1 examinar un ojo, que la con clusi6n que acabamos de citar impresiona a1 observador con la fuerza ({de una sensacion»l. Asi sucedia con Fen-lel, quien nos dice que el estu dio de la Naturaleza es el estudio de las causas finales. Para Arist6t'eles, causalidad er~a inmanente; para Fernel, es extrinseca; pera, para am bos, nada estaba ereado en vano. ({La Naturaleza aporta siempre 10 mejor)f. posible para cada especie con arreglo a la esencia de esa especie»'. Cuanto mayor es nuestro conocimiento de una rama de la biologia, mas numerosos y abundantes son los ejemplos, en cosas importantes yen co sas pequenas. r.DS }Jdo~ eu e1 pabellon de la 01:';"]0 ';:]81 S0n distintos a la piel suave que los circunda (Fig. Va) y forman una tenaz barrera, en maranada y protuberante. Al menor o desencadenan un impor tante acto automatico con una «iinalidad», en la medida en que esto se entiende por un proceso automatico. EI o provoca una sacudida violenta y ritmica de la cabeza del animal que persiste aunque esta des cerebrado, pues con ese movimiento expulsa automaticamente cua1 quier gota de agua 0 insecto intruso. El mismo proceso se observa cuando nuestro perro sacude las orejas y el pelo despues del bano. Tam bien los «pelos» de las flores tienen su importancia, Es la ((sabiduria del cuerpo» cantada por el salmista, 1a ((omnia plena Jovis!! de Virgilio que 1. Ed. Kemp Smith. pag. 191.
2, De animalium incessu. cap. 2,
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Una de las eonvieeiones de Fernel es 1a de que el alma del hombre in
dividual es inmortaL En el indice de la Fisiologia, figura el capitulo «So
bre la inmortalidad de nuestra alma)) ((Animam nostram esse immorta-
El alma es singular y no eseindirse, no dividirse, es
un individuum,. un atomo espirituaL No puede romperse. Es totalmente
singular. Y, si no puede no puede afeetarle la desintegra
cion, es imperecedera. Luego, es inmortaF, algo que, escrito dos siglos
mas tarde, habria podido suscribir Leibniz.
Y es que, para Fernel, fisiologia y psieologia no son fundamental
mente distintas. No son cieneias diferentes. Arist6teles habia avanzado
la tertii tesis de una aetividad, una aetividad mental, en e1 umbral de la
mente perceptiva, por la cual el receptaculo comun de las imagenes sen utilizando el termino de Fernel, compara, escoge y difereneia
estas imagenes, poco aprovechables para la mente sin esa actividad
Fernel sanciona entusiasmado la doctrina de un sensus communis interne y, con su habitual concision y incluye el es 3 quema de una camara en la que simulacra e imagines del exterior se apinan para la mente. Es ahi de donde, como explicaen su dibujo, son recogidas y percibidas por la facultad alerta del alma: la mente. No seda descabeUado pensar que Fernel, con este dibujo esquematico del fun cionamiento de la mente en esa camara receptora, es implicitamente consciente de que se trata del «yQ) 0 el «mh). Efectivamente, parece ha ber un «YOl) implicito, vinculado claramente a la actitud de la mente en esa hipotetica sala de recepcion. La mente individual no prevalece contra su mundo, no adopta una actitud en su papel de l
l; Fernel no advierte la relacion entre mente y yo, puesto que un acto no parece aportarle ninguna nocion del «yo)) mental -identificable al acto.
No obstante, Ie resulta mas penoso que nunea resaltar la faeultad hu
mana del libre albedrio. Es uno de sus cargos contra los materialistas
que negaban en el hombre el don del libre albedrio, y tambien es expo
nente de su rechazo de la astrologia. Pero parece escaparsele la nocion
de que la capacidad reflexiva practica del hombre gire, en suma, tacita 0 exp!icitamente, alrededor del propio pensamiento. Quiza 10 daba por sentado, pero, en tal caso, su despreocupacion nos autoriza a entender la incapacidad de la Medicina ortodoxa de su para abordar todo ese arsenal de paliativos del que se vale la psicoterapia actualmente con tanta utilidad. Fernel habia observado enfermedades de esa indole y, en sus obras medicas, cita algunos casos. Podria haber recurrido a San Agustin, aunque es verdad que aun faltaba un siglo para Descartes y su celebre «cogito ergo sum)}. Hay un parrafo en el que Fernel utiliza el antiguo simi! comparativo entre el alma racional y el cuerpo, y un timonel can su barca. En su alarde de claridad expositiva sobre su concepcion de la muerte humana, es el mismo quien ofrece un simil. Era algo que deseaba recaIcar, porque 1. De Nat. Parte Med. V. 18 (orig. cap. 17 y tabla). 2. Ibid., 125. 3. Ibid.. 8.
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10 expone dos veces 1 con estas palabras: ({Mira, imagina a un obrero a quien todo Ie sale bien. Esta dentro de una habitaci6n y, para hacer E'~l trabajo que considera adecuado para el, necesita herramientas y luz para ver. Asi sucede con el alma: mientras se halla en los entresijos del cuerpo, el alma, para entender y razonar, necesita un lugar apropiado. Si no 10 tiene, no y se va.» Fernel era probablemente el mediCO de su se Ie denominaba el «mas grande de los moder nOS)). Se decia de el que, a pesar de su aspecto de hombre sesudo y severo, cambiaba de tone de voz y se enternecia cuando Ie anunciaba a un enfermo que se recuperaria. El simil acabamos de citar casi nos transporta a traves del tiempo junto a a la cabecera de un mori bundo. No cabe duda de que muchas veces se repetiria mentalmente este simi! casero, inspirado en su concepcion aristotelica de la forma. La «forma» del Hombre es la mas perfecta; una forma que es y posee un sinfin de facultades y funciones -nos diria- no se une al basta y simple material. Con ella se evitaba vincular par las buenas los nos a herramientas del espiritu, afirmando implicitamente que el ritu posee sus propios instrumentos, no herramientas carnales. El cuerpo y sus se convierten en un simple campo de actuacion e influencia; por 10 tanto, el simi! no era una simple analogia pintoresca para Fernel, sino un resumen razonado de la situacion resultante, ala hora de la muerte, entre cuerpo y alma. Filiatros, oyendo que Eudoxus afirma que Aristoteles dice poea cosa en realidad acerca de 10 sobrenatural, se dirige al medico de mas edad. «No te preocupes», contesta este, «tu experiencia nos dira que papel de sempefia 10 sobrenatural en la Medicina». El viejo Adan asoma en me dio de las luces del Renacimiento del siglo XVI. El medico era por tradi cion el brujo y e1 mage de la Naturaleza. Eudoxus, con una verba no muy a1ejada de 1a ortodoxia del discurso profesional de la dice: «Aun se desconocen diversas causas de enfermedad. Aunque creo que 1a mayoda de elIas puede atribuirse a algo natural. Y por suerte, pues 10 que deriva de 1a Naturaleza tiene sin duda remedio y cura en la Na turaleza. Pero 10 sobrenatural tiene tambien su lugar en la enfermedad. Sin embargo, el mediGo debe estar alerta para no achacar 10 sobrenatu rai a algo que no 10 es»2. Brutus pregunta: ((Cuando la enfermedad es realmente sobrenatural, ~opinas que e1 rcmedl0 debe ser sobrenatu ra17))3, y Eudoxus responde: «Sin duda. Pero'hay remedios con poder su puestamente sobrenatural que son meras exhibiciones supersticiosas. Ni son divinos ni realmente No proceden del temperamento ni de la influeneia divina. Pues cosas como un anillo, un frag mento escrito. LComo van a desviar la enfermedad unas marcas de tinta sobre un papel? LeOmO pueden esas cosas reclamar a voces la ayuda de Dios 0 de sus espiritus? LeomO simples palabras van a veneer por si mismas a 1a enfermedad?))4 Y Brutus ruega: {{Digame las pala i. Dialogo II, 4. al final; De Nat. Parte Med. V, 17; Physioi., V. 18. 2. II, 17.
3. 4.
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bras», a 10 que Eudoxus contesta: {(Ante el mal mortal he oido emplear palabras como estas: Gaspar trajo mirra, Melchor incienso y Baltasar oro; Quien traiga esas tres cosas En nombre de los reyes antiguos Cura el mal mortal con su piedad.
Para Ia curacion del dolor de muelas se usan estas palabras: Peines, sierras y rastrillos,
que teneHs dientes, aliviad el dolor de estos dientes.
Tambien existe para la inflamacion de los ojos un papel que se ata al cuello, en el que estan escritas las letras griegas R y A. Las fiebres cuar tanas se tratan con un clavo de crucifijo envuelto en lami de oveja. El mal de bazo con un bazo fresco de buey aplicado sobre el punto doloroso, y el medico, dirigiendose al bazo, exclama: "Curate". Para la tos persistente, "se tose en 1a boca de un sapo y luego se tira"))1. Semejante dialogo, es crito en e1 ambito universitario de Paris, no hace mas de cuatro siglos, es exponente del cambio operado en esta materia. En 1552, el celebre medico milanes, Jeronimo Cardano, fisico y mate matico, fue Hamado a Edimburgo para pasar consulta a un «Principe de la Iglesia)), e1 arzobispo Hamilton, primado de Escocia y, durante el viaje, hizo alto en Paris. En sus escritos, ha quedado testimonio de sus contac tos con «el Gran Orontius)) -0 sea e1 matematico Fine- y con «Pharnalius)) (FerneI). Cardano, al igual que Fernel, habia escrito un De Proportioni bus y era un estudioso del curso de las estrellas, sobre 10 cual habia he cho sus propios calculos, pero, a difereneia de FerneI, era un partidario entusiasta de la astrologia, y, en ello, mas que FerneI, quien era un hom bre genuino de su epoea, un hombre que afirmaba que su propio horos copo Ie habia predicho fielmente toda su carrera. Cuando visito a Fernel, estaba a punto de publicar sus Aforismos as
trologicos, compendio de 100 horoscopos. Mientras se dirigia a Paris via
jando'j)oi' '!:iI'Lairl'!, se entretuvo eii 'esclibh un L:0111enLcuio sobre Pto
2 lome0 • Era un hombre de talento natural que habia resu1tado adversa
rio irreductible en Ia controversia con el vituperante inte1ectual JUlius
Caesar Scaliger. Cardano narra los agradables os que tuvo en Paris con FerneI y, al parecer, lament6 tener que marcharse, por 10 que es de suponer que tendrian mucho de que hablar. Entre otras cosas, del dialogo de Ferne! sabre Causas ocultas, libro que, a poco de su edicion parisina de 1548, tuvo otra edicion en Venecia. Por 10 que a la astrologia se refiere, Car
dano estaria impaciente, a juzgar par su autobiografia, por conocer las dudas de FerneI. Como hemos visto, Fernel no creia mucho en la magia natural, que solo aceptaba de boca de Homero y Virgilio y a la que daba por cosa de tiempos pasados, aunque quizas esto fuera la opinion gene ral. De ahi que e1 obispo Garcia dijera que, «en los tiempos modernos, muchas piedras carecen de las virtudes que se les atribuian» 1. En el tema de la magia, Cardano, que era de natural fantasioso, debio enfren tarse sin duda al escepticismo de Ferne!. Nos atreveremos, ayudando nos de la autobiografia de Cardan0 2 , a imaginar una conversacion entre ambos. Cardano, voluble y algo temperamental, Bevaria e1 peso del dialogo: Fernel, de los que han leido vuestro libra sobre Causas ocultas, muchos me di cen que creeis en Ia piedra filosofal y otros me dicen que no creeis. Todos sabe mos que sois discipulo, discipulo cristiano, del gran Arist6teles. Yo tambiem 10 soy. ;,Recordais 10 que el piadoso Eusebio dice? Abandonando su intenso estudio de Arist6teles, exclam6: ({Soy como un pescador que persigue la sepia, el gran ca lamar. Cuando creo que ya Ia tengo, me lanza una nube de tinta y desaparece, iY con ella la inferencia! Y no se en que direcci6n se ha ido.» Mi querido Fernelius, vuestro juicio sobre la piedra filelsofal es como el de Arist6teles a prop6sito del alma in mortal. Los elementos, al:.nque mis elementos no son los vuestros, no se pueden trastocar hasta cambiarlJs, querido Fernel, porque entonces no sedan elementos.
A 10 que Fernel contestaria: Para los que las sopesan, Cardano, mis palabras son elaras. 6No digo que se trata de una tabula al referirme
Y Cardano replicaria: Puede ser. Pero tl'lmbien tenemos a ese Bom-pastus que convenee a los necios de que tienen un duende, un Archaeus, en el est6mago, que s610 ei sabe tratar. Que mitigue el duende de su propio est6mago porque padece una sequia mortal. l,Incomprensible?, ISeguro!: cada vez que respira espeta dos contrarios.
-De esa manera -interrumpe Fernei-, si continua, acertara a veces. -Basta -exclama Cardano-, este hombre es un ignorante. -Entonces es muy verosimil que consiga curaciones -anade Fernel.
1. Ibid.
2. En CJ. Ptolomei IV astrorum judiciis, vulgo Quadripartitae Constructionis, JibIOs com mencaria, folio, Basilea, 1554: dedicado a John Hamilton, arzobispo de San Andres, de quien Cardano trazo el hor6scopo. Entre las «genituras ejemplaresIl dellibro, figuran Jas de Eduar do VI, Enrique VIII, Juan de Medicis, la de Cristo y la del propio Cardano.
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1. Lynn Thorndike. History of Magic and Experimental Science (1934), IV, 500. 2. De vita propria Jiber, 1575. 3. Arnaldo de Vilanova. (N. del T.)
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Es un caso en que la ignarancia puede servir, por la confianza en S1 mlsmo que a su vez gana la confianza de los demas. He visto el resultado calificado de maglCO de una curacion cuando contribuye Ia confianza. La magia no os 10 que ella se cree. El origon de su poder es Ia fe. "Es eso divino 0 maglco, Cardano?
~~!
Respuesta de Cardano:
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:.1'
jAh, querido Fernelius, ya se que sois esceptico l Estoy de acuerdo con vos en cuanto a la piedra y muchas otras cosas absurdas, pew jl0 magico l Yo 10 conozco par propia experiencia. ~Quien era, os pregunto, la persona que me vendi6 aquel ejemplar de Apuleyo? jParecia un hombre! Yo acababa de cumplir veinte anos y me encontraba en Pavia, cerca de la Academia. Me 10 vendio y desa pareci6. Fue una tonteria comprar ellibro, poIque estaba en latin, Y yo no sabia la tin, pues s610 habia ido a la escuela elemental. Lo compre por los grabados y, aquella noche, me dedique a hojearlo sin lograr descifrarl0, naturalmente. A la manana siguiente, al despertarme, volvi a pasar sus paginas y, joh maravilla!, sa bia latin a la Podia leerlo, escribirlo y discursear, igual que hoy. ~QuiEm era, me pregunto, el que me vendi6 ellibro en Pavia, junto a la Academia? La magi a, Fernel; 10 se pOI experiencia y he tenido muchas. jAh, Fernel, tambien os mostrais esceptico respecto a los planetas l No sois el unico. Tambien 10 era Pico, y estan Sambucus y, Dios Ie perdone, Scaliger, y. creo, por 10 que decis, que vuestro Plancy. Pero, docto Fernelius, jc1aro que los influyen sobre los humores y espiritus del cuerpo! ~C6mo no influirian, pues, en nuestros aetos? Del mismo modo que hay causas de enfermedad naturales, las hay sobrenaturales. En ambos casos, son ebra de los cielos estrellades. A la entrevista no siguio conversacion alguna por parte de ninguna de las dos partes, por 10 tanto, mas vale dejarlos. Medico apreciado en su epoca, vemos a Fernel rodeado de un mundo de y supersticion. Incluso EH menciona 10 (autenticamente ma gicon 1 . Para la mayoria, incluidos los cultos de la epoca, en la Naturaleza puede suceder casi todo. La herencia de Egipto, Grecia, Roma y los ara ademas de cierta verdad, una pizca de mentira. Y todavia faltaba una buena criba de los contenidos supersticiosos. En cierta me la baja Edad Media fue mas crltica. En medio de estas tinieblas trataba de disc.ernir entre 10 verdadero y 10 falso, y razonaba ccme un creyente alerta por captar la verdad. Y, como el, habia otros, aunque no muchos. Volviendo al Dialogo, Brutus exclama: -Luego, iJno crees en esas cosas? LLas consideras s610 causas natura les inutiles contra la enfermedad?2 A 10 que Eudoxus contesta: Eso digo. Pero ignoramos muchas cosas. Por encima del mundo visible, hay un mundo inaccesible a los sentidos, al que s610 se 11ega por AlIi ha 1. Dialogo, II, 16. 2. Dialogo, II, 16.
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bita DIOS y los espiritus que £1 manda De alIi nos !legan muchas cosas que son titHes 0 nocivas para nuestro mundo mortaL La tierra se cubri6 can un eclipse cuando crucificaron a Cristo. Por Jose a5010 a Egipto con el hambre, las y la peste Par6 el movimiento celeste para Josue, y el Sol S8 detuvo. Tambien esta el demonio Caca de Platon, enemigo recalcitrante de la humanidad, que, con per miso de Dios, inflige enfermedades: ese tipo de enfermedad es sobrenatural, pero solo en su causa. Personalmente, me cuesta creer que haya hombres que puedan hacer el mal como Caco. no puedo concebir una tarasea el mal con la mirada, aunque se que Virgilio y PUnio 10 afirman. Sabemos que ha habido ma gos. Los apostoles de Jesucristo hablan de las obras de Simon el Mago como de portentos. Plinio Neron era ducho en magia, pero yo mas bien creo que mangoneaba can Se dice que la magia actual es capaz de introducir en un hombre un mal espiritu. En cierta ocasion, me presentaron a un joven que su fria hasta siete veces diarias tan fuertes ataques que cuatro criados no bastaban para sujetarle, y que, en los intermedios, regresaba a su sano juicio y reconocia todo 10 que Ie rodeaba; decian que era un poseoso, pero yo creo que era epilepsia, producida, no por un demonio, sino por la acci6n del cerebro sobre los nervios. Le recete enemas, banos y masajes. Mientras que, si la causa hubiera sido 10 sobre natural, el remedio habTia debido ser sobrenatural: oraciones y ofrendas. Pero creo que hoy 10 mas que puede producir la magta es una apariencia de enferme dad, es decir, llegar a convencer a una persona de que esta enferma de verdad He visto como un con signos eseritos, colocado en torno al cuello, cura esa clase de enfermedad general del organismo en cosa de una noche. He visto desapare cer la fiebre al pronunciar unas palabras rituales. Pero son remedios que no curan ala larga. Hay que estar alerta, porque la enfermedad ser ficticia. La natu raleza humana es En su entusiasmo por las «causas detectables», Fernel desconfiaba de todo 10 que no tuviera una (causa» precisa. Esa busqueda de 10 sob rena tural en Medicina coincide con su esquema mental de un mundo de se res incorporeos. Seres (entre el cielo y la tierra». Una jerarquia de poder, supeditada a Dios, que tiene encomendada la istracien de diver sas cosas en el mundo sublunar. En Platen y en otros, halla las fuentes que confirman la misien y el rango de estos seres, de sustancia total mente de los que el hombre es parcialmente semejante. Fer nel estaba muy i...rnpresionado por la cita platonica del «espiritu liar», cuya compania habla experimentado el propio S6crates desde juventud. Estos espiritus no tienen nada que ver -nos dice- con la ente lequia de Aristete1es. Otra supersticion, aun mas arraigada, rodeaba a Fernel. Una supersti cien basada en la Naturaleza, y mas exaltada y refinada que la magia. En aquella epoca -y mas aun en la Antiguedad clasica-, un hombre po dia mostrarse esceptico ante la magia y, sin embargo, aceptar la astrolo gia como ciencia. Desde 1a Antiguedad llegaba a la de Fernel sin merma alguna de prestigio, en su calidad de estudio oculto de las estrellas. Tenia categoria de culto, se Ie atribuia 1a confirmacion de que ciertos aspectos celestes de forma sObrenatural en los DiaJogo. II, 16.
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hechos y circunstancias del hombre. La astrologia contaba can un sim bolismo evolucionado y era un talso misticismo que, can sus reglas y ri tos, enseflados y practicados par los iniciados, colmaba el ansia mistica que forma parte de la naturaleza humana. En realidad, era una religion casi natural. No hay que olvidar que, en aquella epoca, la cosmologia se deducia de la doctrina religiosa a un extrema dificilmente imaginable para la actualidad. Si es viable una religion sin implicaciones morales, la astrologia era una religion natural. En tiempos de Fernel, era la religion natural de las clases altas y de las personas de «mentalidad liberabl, de la (!intelligentsia)). En la Edad Media y en tiempos de Fernel, ciertas personas considera ban la magia compatible can, e incluso confirmatoria de, la doctrina cris tiana. Una de las famosas 900 tesis de Pica della Mirandola era: «Nin guna ciencia presta mayor credibilidad a la divinidad de Cristo que la magia y la cabala»l, aunque la Iglesia rechazaba esta tesis 2. No obstante, 10 que si estaba mas generalizado era aceptar la astrologia integrandola en la Teologia natural, y hasta habia quien enseflaba que teologia y as trologia coinciden merced a la relacion divina que las une. Vemos, pues, que la astrologia se hallaba «teologizada»3 y que su atractivo se basaba en que era un sistema que exponia el papel que el «destino» desempefla en los asuntos humanos y que correspondia al papel que desempena la Fortuna en la tragicomedia humana. Segun su interpretacion, cada hora que pasa la vida humana es una palestra en la que se enfrentan los pode res beneticos can los maleficos para conseguir la hegemonia, y este en frentamiento se reflejaba en la vida y el alma humanas. El tiempo acOI daba la oportunidad a ambas partes par igual, el tiempo aportaba las inexorables circunstancias de 10 «favorable» y 10 «desfavorable». El hom bre, con ayuda de los poderes beneficos, podria erigirse superior al Des tino y, par consiguiente, con el conocimiento que podia alcanzar gracias . a la astrologia, dejaba de ser en cierta medida victima constante de las circunstancias imprevistas. Habia tambien poderes que acechaban con tinuamente al hombre para ofuscarle cuando se presentaba la oportuni dad y cambiar el infortunio 'en algo maletico adverso, transformando 10 propicio en atencion. Existia un constante conflicto finisecular, bajo el sol y las estrellas, entre Dios y el Mal par apropiarse del hombre. Ouizas una celebre portada4 de la epoca (fig. 1.) seamas explicita que cualquier pagina de texto. Representa a un hombre que pasa las horas junto a una ciudad amurallada, a orillas de un torrente. En primer plano, un astro logo lee un astrolabio, y una figura humana sostiene un dado gigante. Encima de las nubes esta representada la esfera celeste, circundada por el zodiaco )' sostenida por el tiempo con un extrema del eje accionado por un angel, la Virtud, y el otro por un demonio, Vo]uptas. Encima de la 1. L. Thorndike, IV, 497. 2. Petrus Garsias, Determinationes magistrales, Romae, Euch. Silber, 1489.
3. Vease, p~r ejemplo, Astrologie Theologized, de Valentine Weigelius, Londres, 1649. Traducci6n de una obra del autor aleman (1533-88), edici6n p6stuma. 4. Triompho di Fortuna di S. F. (Sigismondo Fanti), il quaIe trata delli accidenti del mondo, si per scienza naturale come per astrologia da M. Vannullo ... fedelmente esposto, Vene cia, 1527, 2vo.
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esfera, entre dos angeles, hay una figura sedente, la Religion, con triple tiara. Debajo, en una tone de la ciudad, la esfera gigante de un reloj, can el ciclo de las veinticuatro horas. Es muy verosimil que Fernel conociera esta portada. La astrologia era en aquella epoca la mas matematica Y probable mente, en la opinion general, la rama mas respetada de la filosofia natu ral. Y, en la medida en que la filosofia reclamaba una relacion y una afi nidad can la teologia, la «Ciencia Reina», la ciencia mas calificada para ello, era sin duda, en la opinion publica, la astrologia, Este prestigio lle vaba aun mas a clasificarla como parte de la religion natural, y reforzaba esta pretension el que se consideraba con mucha frecuencia, que las es feras celestes estaban habitadas. Los que las movian eran «inteligen cias». Si adorarlos suponia idolatria, la objecion podia obviarse con toda tranquilidad imaginandolos angeles al servicio de Dios. Pico della Mi randola, en su famoso ataque retorico, 10 habia criticado: «Si los astrolo gos creen en algo, es en los planetas, no en Dios.» Frente a la objecion de que la astrologia fuera fatalista, esta replicaba con la maxima «el hom bre sabio rige sus estrellas». Ouiza refiriendose a ello, el Cassius shakes peariano dice: «La falta, querido Brutus, no esta en las estrellas, sino en nosotros mismos», afirmacion que en Cassius no significa que no crea en la astrologia, pues, a veces, estas alusiones son una especie de oni cion para recurrir a ella. La dinamica celeste es un tema tratado con relativa amplitud por Wimpina, el clerigo que en vida de Fernel fuera rector de la recien creada Universidad dp. Viena y en cuyo tratado sobre la nobleza de Cristo se inspiro Fernel para «el tema de la nobleza de las esferas celes tes y sus moviles 0 almas como complemento idoneo»l. Incluso un siglo despues de Fernel, el astronomo y astrologo Kepler escribiria sobre las almas de las esferas planetarias. Hace cuatro siglos, en la epoca de Fernel, el conocimiento docto era Yproclive a esta clase de mistificaciones. El conocimiento autentica mente cualificado para someterlas a critica apenas estaba en ciernes y habria que esperar a Galileo y a Harvey. La magia y la brujeria formaban ( parte de las creencias no ya del pueblo llano, sino de la gente culta, sa bre todo la de mentalidad «progresista». La Iglesia condenaba la brujeria y la mag-ia; pero,en cuanto a la astro logia, todos los cardenales tenian su astrologo. «En Roma», dice Savona rola hablando del ano en que nacio Fernel, «no hay prelado ni hombre pudiente que no tenga a mano un astrologo que Ie aconseje si debe salir de viaje a 10 que debe hacer. Nadie da un paso en la vida sin el astro 10go»2. La opinion liberal culta mostraba tendencia a aceptar la astrolo gia medica como el no va mas de la Medicina cientifica. No debe sorprendernos 10 que actualmente parece una irrgenua credu lidad, si consideramos las circunstancias de la epoca, tiempos en los que se mantenia incolume la gran ilusion sensorial par la cual se creia que habitabamos en un planeta inmovil y que las estrellas y el Sol gira 1. L. Thorndike. IV, 268. 2. Villari, Scoria de O. Savonarola, I. 169.
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tejo de las constelaciones, trayemdole las estaciones. Una sintesis que
representaba, como decian los estoicos, la Rueda del Destino. Sobre la
cabeza del hombre, bajo sus pies, en tomo a el, giraba el macrocosmos,
con su lluvia de infiujos. EI Sol gobemaba el dia y Ie traia la noche, y tam
bien Ie aportaba, como dice Femel, calor innato, la autentica esencia vi
tal. En cuanto a la Luna, su ciclo regia las mareas oceimicas y el ritmo de
la vida de la mujer. El microcosmos humano y el macrocosmos de las es
feras eran mutuo refiejo y, entre ambos, actuaba un sinfin constante de
causas y efectos, una circulacion inacabable de elementos, influencia.s y
almas.
i' EI macrocosmos, inexorable en su itinerario de vastos circuitos y epi , ciclos de meticulosa precision, sus amaneceres y ocasos, sus movimien tos circunscritos a otros movimientos, era un cuerpo inmenso hecho a imagen del cuerpo humano. Hacia adentro miraba al microcosmos hu mano, prototipo concentrado de la creacion, epitome del propio Uni verso. Macrocosmos y microcosmos se bombardeaban mutuamente de infiuencias. Todos y cada uno de los planetas ejercian upoderesll sobre el hombre. Si no, LPor que ese incesante ghar en torno a el? L Y que eran los planetas? Descartemos radicalmente la idea de que, en tiempos de Femel, sugirieran nada parecido a 10 que hoy significa el concepto, y no olvidemos que, de todos los cuerpos brillantes que pue blan el firmamento, los planetas eran los mas moviles y rapidos. La idea de que el movimiento espontaneo significa vida esta profundamente arraigada en la intuicion humana. Tambien nuestros parientes los ani males 10 creen, puesto que, para ellos, naturalmSi1te, «la vida» es una idea no conceptualizada. Sabemos por experiencia que la vision indi recta capta 10 que se mueve, aun cuando no Hegue a percibir 10 inmovil. El caballo que montamos se asusta por una hoja que cruje en el camino y no se inmuta por otra inmovil. Nunca vive con mayor realismo un zarcillo de vid como cuando en e1 cine su abrazo se convierte en movimiento vi sible. La marioneta danzante de carton cobra vida, y es comprensible el ataque de Don Quijote a los titeres del Retablo de Maese Pedro. Los bio logos saben que esa deduccion intuitiva es genuina hasta en la mente primitiva. El movimiento supueStamente espontaneo significa vida, y el movimiento de los planetas parecia espontaneo; con sus airos decian al hombre que esta,oa:U"iv'os: '!'Oc1as las estrellas 10 estaban: pero mas que ninguna los planetas, porque las otras estrellas estaban «fijas», es decir que no se movian en relacion unas con otras. Las palabras de Lorenzo a Jesica, «e1 ciel0 esta artesonado con laminas de oro brillante», expresa ban la opinion generalizada de que las estrellas eran fijas, algunas sobre un plano mas distante, en la octava esfera, como en un techo. Eran como remaches briHantes en la boveda de una catedraL· EI tejado celeste, en su movimiento majestuoso, arrastraba en su itinerario a las estrellas fi
jas. La curiosidad de Leonardo da Vinci Ie Hevo a sospechar que estuvie
ran dispuestas con arreglo a un patron poligonal, y a observar en vano el
cielo por las noches. Que las estrellas fueran fijas hada aun mas impre
sionante e1 perpetuo periplo de los p1anetas y sus diversas aceleracio
nes, retrocesos y demoras.
Agostino Nito, el averroista italiano. cuando Averroes aun estaba de 54
moda, sostenia la unidad del intelecto humano en el senUdo de que solo habia un intelecto. Era contemporaneo de Femel, de mas edad, y Ie so brevivio. Su doctrina 1 sobre los planetas puede resumirse afirmando que los unicos intelectos individuales autonomos eran los de los planetas. Concluyendo: la opinion culta de la epoca de Fernel consideraba, en ter minos generales, que los planetas estaban vivos y tenian alma. Fernel hace hincapie en que Platon ensenaba que eran seres divinos; luego, a Platon poco Ie falto para ser un pre-cristiano. Mas, si Femel hu biera sabido que Anaxagoras proclamaba que «el Sol es una gran piedra calientell, probablemente 10 habria rechazado por no ser amigo de la es peculacion desenfrenada. Concebir los planetas en los terminos actua les -masas muertas y, al parecer, sin ningun tipo de vida- habria resuI tado penoso para Ferne!. Saber que la Tierra, una partlcula, al parecer un cuerpo infinitesimal y secundario, se mueve entre millones de cuerpos similares y esta separada del mas cercano por espacios infranqueables para la vida, Ie habria parecido a Femel un desaire celeste, una repri menda divina, El aislamiento de la Tierra, tal como hoy la conocemos, Ie habria turbado. Aun no se habia inventado e1 telescopio y, cuando apa reciO, la primera reflexion que suseito fue: Ili,Estan poblados los orbes que nos rodean?», aunque quiza la primera pregunta de Fernel habria sido mas espontanea: «LCOmO son sus habitantes?» , Seria necesario un conocimiento mas profundo de la fisiologia y de las condiciones fisicas de los planetas que el del siglo XVI, e incluso del XVIl, para desterrar la idea de que los planetas estaban habitados. EI aspeeto de sus habitantes era tema de conversacion refinada en los salones de Paris del siglo XVII. Como prueba de la estructura fundamentalmente 10 calista y terrestre de nuestra mente, es interesante saber que la charla se centraba basicamente en torno a la conjetura de que tipos de seres lm manos vivirian en la Luna, Marte, etc. Kant, en su ensayo sobre 1a teoria celeste 2 , expondria. en la segunda mitad del siglo XVIII, Ia tesis de habi tantes p1anetarios, clasificandolos por categorias con arreglo a su dis tancia con respecto al Sol. Los habitantes de la Tierra, Venus y Jupiter formaban una serie catalogada segun la distancia a que sus respectivos habitantes se encontraban del Sol. En la mat"eria deq:.::.c c:::'!:e:n hechos los habitantes de los distintos pla netas, asi como los animales y plantas de los mismos, debe ser tanto mas sutil y delicada cuanto mas remota sea su distancia con respecto a1 Sol; y tanto mas per fecta la elasticidad de sus tibIas y la disposicion de su estructura. "'! -=;. -:;,.; .~!
Y anade que no es mera conjetura finalista, sino que concuerda con los calculos de Newton, y necesariamente es aplicable a las facultades de esos habitantes. La excelencia de sus «naturalezas pensantes)), la rapi dez de sus ideas, la lucidez y la fuerza conceptual que extraen de las im presiones externas, etc., en una palabra, que su grado de perfeccion «es
1. De intellectu et daemonibus, 1518. 2. Sammtl. Werke, I, 207..Theorie des Himmels, 1755 (Hartenstein). Anhang. Von den Ein wohner der Planeten.
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Figura 2. Macrocosmos y microcosmos, segun Robert Fludd (1617).
Figura 1. Portada del libro de Fanti.
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ban a Sli alrededor. Desde ese lugar supuestamente inm6vH, e1 hombre contemplaba las b6vedas celestes que Ie encerraban, tomimdose par el centro de una esfera celeste de nueve capas (fig. 2). En torno a e1 giraban los siete planetas -entre ellos el Sol y 1a Luna- en incesante peripio. EI eje y el punto fijo eran e1 hombre, y el objetivo aparente de la existencia de aquellos era infIuir sabre e1. El SolIe daba luz y calor, 1a Luna miti gaba las tini'eblas; par encima de su cabeza, discurria ana tras ano e1 car 53
otro (Saturno), seres que contemplan a Newton con la misma perplejidad con que mirarian a un simio<
Xilografia de Nito [Agostino], 8010nia, 1520. Dos cilgnatarjos reciben al emisaiill
de un astrologo que les predice el diluvio universal para 1524.
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proporcional a la distancia can respecto al Soh>. La perfeccion corporal e intelectual aumenta en los planetas de Mercurio a Saturno, «0 quizas aun mas lejos (si hay otros planetas»)). 8i la idea que pueda hacerse del hombre sabre los seres de superior inteligen- \ '; cia que habitan Jupiter y Saturno suscita envidia y Ie humilla al comprender s u : : propio bajo estado, puede consolarse pensando en 10 muy inferior que es en los <~i planetas de Venus y Mercurio la naturaleza humana de los seres que los pueblan. <: iGuim digno de iraci6n es el espectaculo! Por un lado (Mercurio), criaturas A pensantes entre las que un esquimal 0 un hotentote seria como un Newton, y, por 'i I
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Sin embargo, para Fernel, objetivamente, las estrellas eran simples puntas brillantes que proseguian sus movimientos ciclicos alrededor de la Tierra can puntualidad matematica, Al ser mas experto que la mayo ria en su observacion, incluso en aquella epoca de contemplacion ce leste, conocia su cenit y su ocaso, y habia construido su propio astrola bio, pues ya desde sus primeros pasos en el terreno de la Medicina Ie fascinaba la astrologia. Habia publicado un libro sobre las proporciones para facilitar los calculos; conocer la influencia de los planetas, sus con junciones, sus oposiciones, sus efectos acentuantes 0 reductores sobre la salud y la enfermedad, era una de las artes principales en que se habia ejercitado despues de acceder a la profesion medica. Existian compen dios astrologicos de Medicina muy leidos en tiempos de FerneL Uno de ellos era el de Arnalda de Vilanova, medico del siglo XIII1. El subtitulo deda: ({Sobre e1 enjuiciamiento de la enfermedad can arreg10 a1 movi miento de los planetas)), «Todos los movimientos elementales, tanto del aire como de nuestro cuerpo, se originan par cambios del fluido astral, por efectos de los movimientos planetariosH. Los planetas en su itinera rio discurren par las casas celestes y, conforme 10 hacen, cada uno de elIas presta alga de su espiritu a la casa en que se encuentra. Ademas, e1 planeta que cruza una casa modifica en cierto modo su espiritu por efecto de 1a naturaleza de ese trayecto concreto. Entre los planetas, Jupi ter es benigno y amigo del hombre, Venus ejerce influencia generativa, tanto en el hombre como en la mujer, Mercurio es inestable y promotor de cambio, Marte se asemeja a su prototipo del Olimpo clasico, Saturno es el mal, el demonio Caco de Platon, y existe una afinidad entre el y los meiancolicos, es enemigo de la alegria, aliado del dolor y de la muerte. Las casas que atraviesan estos personajes,las doce casas celestes, son las camaras del Destino. La primera casa, una de las cuatro cardinales, es favorable para empezar algo, como es el inicio de la vida, el naci miento; la segunda es la puerta del infierno, e1 pozo de lamentos; la ter cera, bajo e1 signo de Geminis, es ellugar fraterno, de la amistad; la oc tava la de la muerte; la decimoprimera, la del buen espiritu; la decimosegunda, la del odio, el lugar platonico del mal. Pare. el astro logo, el decurso de los p1anetas en el cielo nocturno, ora aminorando, ora ace1erando su marcha en las sucesivas parcelas del zodiaco, era igual al movimiento de los personajes de una apasionante obra teatra1 que se agruparan y se separaran en e1 escenario celeste; figuras fatidicas del macrocosmos al que pertenece el hombre, Y e1 hombre, en su microcos mos, actua bajo su influjo como una marioneta. Las oleadas fluctuantes de influjos procedentes del macrocosmos, cualidades, efectos y causas, Ie impulsan a su antojo. En el prologo de su Fisiologia, habla Fernel de la necesidad de «mirar hacia arriba y observar los engranajes del cielo y las
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L Haecsunt opera Amaldi de Villa Nova quae in hoc volumine can till ell tuI, ff. 398; 2,° Lug duni per Franciscum Fradin. 1504, EI ejemplar de la Biblioteca de la Royal Society lleva un exlibris de Bilibaldo Pirckheim. mecenas de Alberto Durero.
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estrellas (fig. 3) y las influencias que de alli nos vienen y que rigen este mundo inferioI» 1. En 1a epoca de Ferne1, para los cultos y estudiosos,]a cuesti6n no estri baba en si la astrologia era 0 no verdad, sino mas bien en si era cierto todo 10 que exponia. El medico mas honrado tenia que orientarse al respecto, y Fernel sostenia y ensefiaba que 10 natural en las estrellas y planetas afec taba a 10 natural en la Tierra. «La piedra lunar contiene la imagen de 1a Luna incluso en sus diversas fases. La piedra magnetica apunta hacia la estrella polar,ll «Son cosas muertas», dice Brutus, ({,",sufren tamblen las ca sas vivas las influencias celestes?» «SI)), contesta Eudoxus, ((algunas mas del Sol, otras mas de la Luna. La flor de la achicoria mira hacia el Sol po niente y, cuando la Luna cae, 1a hormiga permanece quieta, pero en e1 ple nilunio es muy activa))2. Pero, a pesar de su entusiasmo inicial par la astrologia 3 , Fernel fue desi lusionandose con los afios. Su fervor pertenecia a una etapa anterior a su dedicaci6n a la practica medica, una epoca en la que era matematico y, en su condici6n de joven medico, lector de Medicina te6rica. Mas tarde, se entreg6 al cuidado directo de los enfermos, con la consiguiente tarea y res ponsabUidad cotidiana, asistiendoles a 1a cabecera, y no de un modo con vencional, pues su practica era muy amplia. Por consiguiente, con su co nocimiento del cielo planetario y de las casas estelares y con sus dotes de matematico, estaba preparado como pocos para 1a lectura de las adivina ciones astro16gicas y capacitado para comprobarlas con los hechos. Al principio, procedi6 con entera confianza con respecto a los hor6scopos y predicciones, y comparaba 10 que aquellos postulaban con 10 que 131 veia en los hospita1es. Poco a poco, Ie fue ganando una firme desilusion. Era to talmente opuesto a la corriente de su epoca y se fue haciendo cada vez mas esceptico con respecto a la autenticidad interpretativa de 1a astrolo~ gia para leer con certeza el significado de los cielos 0 de las enfermedades. El famoso astr610go Nostradamus visit6la Corte y recibi6 el encargo de realizar el horoscopo de los infantes. Fernel mantuvo su reserva y se dice que influyo tambien en 1a del rey. Ouien recompenso a Nostradamus fue la reina Catalina de Medicis. Los horoscopos de su familia los habia reali zado en Florencia e1 platonicoMarsilio Ficino. Fernel se iue apartando cad.a vez mas de la astw10g:!? e.1 p'J:nto que, diez afios antes de su 'muerte: escrlbia4 : Estudia par todos los medios los cielos para ayudar al hombre. Los antiguos 10 ha dan como parte de su investigacion sobre la naturaleza de las cosas. Yes correcto, tal como muchos 10 siguen hacienda, pero muchas veces el astrologo es un astro nome indiferente. Hay entre eHos algunos que pretenden leer casas inexistentes de las estrellas, y eso es abusar de la buena fe, porque siembran la astronomfa de su persticiones. Algunos vinculan 1a Iibertad de nuestra mente y de nuestros actos al 1. De Nat. Parte Med., pIef. 2. Dialago. II, 18. 3. Dos obIas semiastrologicas suyas son: Monalosphaerium sive astra/sbii genus, J. Ferne!. Paris. 2.°. Simon de Colines. 1526; De proportionibus libti ii., J. Fernel. Paris. 2.°. Simon de Coli nes. 1528. 4. Dialogo, II. 18.
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fatalismo de las estrellas, y los hay que adulteran la ciencia can fraude dcliberado.. La enfermedad tiene, a veces, causas sebrenaturales, es verdad, pero l.io rman parte los planetas de dichas causas? Las influencias de los planetas son mas bien causas naturales, como la luz del sol.
Y 10 resume asi!: En la naturaleza, 10 desconocido, aunque proceda de los planetas a de los ele mentos (de planta, metal a piedra), no puede beneficiar ni perjudicar. sino es en vir tud de alguna propiedad naturaL Lo natural no puede provocar 10 sobrenatural.
1. Ibid., 16, a1 final.
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La disidencia de Fernel con respecto a Ia fue para muchos de sus contemporaneos un extrano y lamentable retroceso en un hombre li beral y culto. Su desconfianza les una reacdon contra 10 que qui zas estaba considerado el capitulo mas hermosa de la dencia. Pero noso tros vemos que era un desagravio al conocimiento en su interes par la verdad, y Fernel condeno abiertamente a los astrologos que se daban al fraude, aunque, a diferencia de Pico della MirandoIa, no publico contra ellos una extensa diatriba. Su sistema de la Naturaleza tenia que coincidir can la religion. 8i la astrologia no era verdad, se tambaleaban sus convic- . ciones cristianas, y para el era inaceptable que hubiera dos interpretacio nes del mundo. Tenemos en Fernel un de la cultura de la epoca, por su humanismo y por su actitud A pesar de su eminencia profesional, se encontraba rodeado, en un mundo dominado por la magia, la as trologia, los Ia mosofal y la cabala. Un mundo de cion atrincherada en Ia nlbrica de saber y ciencia, y aun mas peligroso cuanto que muchas veces era sincero. i-Como podia ni cualquiera, verse libre de aquel bagaje sobrenatural, que abruma a la humanidad en una tradicion finisecular? Todas las cosas del mundo natural conservaban la herencia preterita de un tufo de supers tidon, supersticion culta y supersticion popular. No existia aun un marco referencial de la ley natural, de la quimica ni de la fisica: cualquier cosa podia suceder en cualquier momenta. Una exp!icacion, por simple 0 retor cida que fuera, era tan aceptable como cualquier otra. El vue10 de un jaro saliendo del bosque era 10 que parecia, a podia no serlo. A 10 era un agente demoniaco, maletico, a un mensajero angelico dispensador de mercedes, a quizas el alma de algun difunto, inofensiva pero desasose gada. Podia tratarse de un portento, 0 no. De hecho, una vez que la critica racional empezo a rechazar los topicos aceptados, ya no pudo detenerse hasta e1 final. Una prueba irrefutable era la observacion experimental, pero en este terreno aun escaseaban las demostraciones acumuladas. Fernel abandonola cabala par vacia y falsa. 8abemos que, como mate matico y estudios.o dp.lasest.rellas, de joven se habia sentido atraido por Ja astrologia, pero, con el transcurso de los anos, al madurar su H:::"_U~,"', hizo una revision ideologica porque comprobo que en el terreno de la Medicina directa, en el hospital, las pretensiones de la da ban resultados negativos, y que la importancia desvanec.ia en o con hechos reales. Frente a1 fluido anos a la clasificacion de los en funestos y benevolos, a su influjo sobre las horas del dia, a su trascendencia en la de las crisis patologicas, a la influencia de las casas del zodiaco sobre Ia vida humana, frente a todo esto, su racionalismo fue ganando altura fe cundado por la madurez de la experiencia. Fue sin duda una amarga victoria y no rotunda en todos los aspectos, pues, si leemos sus recetas, que siempre fueron muy aun ha llamos concesiones a la magia natural-Ia contra la epilepsia debe de cogerse durante el cuarto menguante-, y quiza tenga relacion can la
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su creencia de que entre las hierbas de una region hay antidotos que, si 10gran encontrarse, curan cualquier enfermedad endemica. En su pugna en media de aquellas arenas movedizas, Fernel de una roca a la que asirse. Era un descubrimiento en gran medida perso nal. porque sus maestros y colegas apenas la veian: ese era la observacion directa de los «hechos». Era una idea que mente a sus discipulos. Guy Patin, antiguo alumno de su escribi ria un sigl0 mas tarde en una alabanza a su maestro 1 : ((Era un hombre inNos ensenaba que nuestros dedos tienen ojos y que, ademas, poseen la virtud de ver solo 10 que esta al alcance de sus Yo mismo creo, como debo, por cristiano, una serie de cosas que no yeo, es decir que creo par fe. Pero, en Medicina, solo creo en 10 que veo.» Son apli cables al espiritu que se estaba despertando en Fernel en can la Naturaleza. La astrologia, aunque no formaba parte de la relacion natural de la epoca, y Fernella descarto de su naturaL Y 10 hizo par apego a Ia verdad. Habia en el un instinto excepcio nal para la epoca, del que podriamos decir que un nuevo uso de la verdad. «Socrates es nuestro amigo y Platon es nuestro pew Ia verdad es aun mas amiga», escribio Guy de Chauliac en e1 lier, y Fernello habia leido y sin duda sancionaba estas palabras. El procedimiento alquimico de la fUosofal que menciona Ferne1 para refutarlo, establecia la correspondencia durante la transmutacion entre siete grados, desde el blanco hasta el vivo, icon siete eones suce sivos del universo! Fernel debio sentir que ya era hora de replicar a seme jantd argumento metaforico y buscar en la naturaleza semejanzas mas im portantes. Charles Myers 3 dice que «actualmente no hay psic6Iogo que se precie que crea que los procesos tal como hoy se entienden, se produzcan fuera del organismo vivo». «Cuando los semidioses se van, llegan los dioses.» Saber hasta que punto habian desaparecido los semidioses cuatro sig10s escasos despues, habria sorprendido mucho a Fernel. En este caso concreto, los dioses huyeron y desaparecieron sin que se hundieran las naciones y sin que hu biera revoluciones sangrientas ni ristras de martires. Los cinicos sonrei fan ante la insinuacion de que una simple concepcion de la Naturaleza fuera a provocar un sobresalto nacional. En definitiva, fue una transicion en la que no aparecio e1 carro arrasador de Krishna y que llevaron a cabo tranquilamente unos cuantos, aunque con el tiempo gano a la mayoda. Jean Fernel era uno de esos pocos, y su esfuerzo y honestidad en aquel atolladero de estupor, sirvio al menos para que todos nosotros lograramos sacar e1 pie. En este sentido, el astrologo y alquimista abri6 bre cha, 0 incluso abrio el camino, para la Uegada de un Newton, de un La voisier. A pesar de ello, en su incluso en su estricta aun se descubren casas sorprendentes. Para empezar, vivimos en un 1. Lettres choisies de feu M. Guy Patin, Paris, 1692, tomo L 2. Inventarium, Guido de Cauliaco, Venecia, 1480; N. Girardencus; en italiano [Brit. Mu
seum, B 3. In the
of Mind, pag. 120.
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mundo que se mueve a una velocidad de 1.100 millas por minuto sin sen tir tal movimiento. Un mundo en el que pequenos corpusculos que nos ro dean se convierten en hombres y mujeres, sin que nadie se sorprenda por ello. Supongo que porque nunca se pensaba en ella. LUn mundo contra dictorio en si? Al contrario, resulta que es fiel cumplidor de la ley y que ex hibe una autocoherencia que raya en el aburrimiento. Sin embargo, por contradictorios que sus hechos puedan parecer, estos tienen el empeder nido habito de coincidir a la postre. Son hechos conciliables, al punto de que, si no 10 son, se sospecha que no son hechos. LOUe connotaci6n encie rra esta conciliacion de los hechos naturales? La primera evidencia es que Naturaleza es armonia; la Naturaleza tal como la contemplamos incluye al hombre, y el hombre forma parte de esa armonia, y cada uno tiene un «yO». Si nuestra sustancia fundamental y la del universe son una, es evidente que deba existir una mutua armonia. Oue la Naturaleza sea armonia y que nosotros pertenezcamos a la Naturaleza, signifiea que nosotros y la Natu raleza somos una misma cosa. CieIto que ese «yO» nuestro nos parece a eada uno algo individual. Por 10 tanto formamos parte, con el resto de la Naturaleza, de ese algo coherente hasta la saciedad, cumplidor de la ley que, como se sabe, otras consideraciones aparte, rige el mundo. La sus tancia «bivalente» de Fernel a duras penas podia superar su definicion. . Esta claro que al contemporaneo Ie es posible una actitud muy dis tinta a la de nuestros antecesores de hace apenas doce generaciones para razonar sobre 10 divino y 10 humano. Ellos vivian en un ambiente social muy parecido al nuestro, tenian un codigo etico muy similar al nuestro. La Constitucion de las Leyes, aunque haya sufrido modifica Cion, responde hoy a la misma estructura de entonces. Pero nuestra no cion de la Naturaleza es radicalmente distinta a la suya. El horizonte del mundo sensible, no solo se ha ensanchado, sino que actualmente nos ofrece una perspectiva totalmente nueva. Se acab6 la Noche de las Wal purgicas, la cuadrilla esM desbaratada, sus partidarios han huido, su danza no se reanudara, ha terminado el festival, porque no hay publico. Los semidioses no solo se han evaporado. sino que estan casi olvidados, y solo se les recuerda con un rotulo en una vitrina de museo. No hay que olvidar, sin embargo, que se trata de nuestl'a propia fuga, de una largo. posadillu. de la transici6n de un mundo monstruoso a otro ' relativamente sano; en el que observamos los hechos did lei Naturaleza y los desentranamos cuando podemos, libres de aquellos truculentos mis terios inexistentes. El misterio de la Naturaleza no necesita supersticio nes. A pesar de ella, aun en los libros de apuntes de Leonardo, en los que se representa sin supersticion Ia Naturaleza, planea ese misterio. En nuestra epoea, el hombre puede captar el mundo natural sin esa tara de formante y monstruosa, interrogandole can una confianza consolidada por la desaparicion del equivoco y Ia profundidad del conocimiento. Ve mos con quien nos las tenemos. Lo que ostenta la librea divina puede exhibirla a la contemplacion hu mana sin temor ni trato de favor. Las condiciones actuales para leer en los Iabios de la Naturaleza 10 que tenga que decirnos de divino, en nin guna epoca fueron iguales.
LA VIDA EN SU MINIMA EXPRESION Recuerdo que una vez me pase sabre el microscopio veinte horas seguidas, avizorando los gestos de un Ieucocito moroso, en sus laboriosos forcejeos par evadirse de un capHar sanguineo 1 • Santiago Ramon y Caja!, Recuerdos de mi vida, ed. 3, II, 171. La imaginacion que representan las palabras «juego accidental de moleculas y atomosn (K. Sapper, Philosophie des Organischen, 1928) no corresponde a nada en la Naturaleza. J(p.itb W. Monaarrat, Human Understanding &'nd its World. paq. 278
1. En castellano en el original ingles. (N. del T.)
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El£gI~X:vjen S)..t lenitud fue en no pocos aspectos el inicio de nuestra propfu ~ra.""E:l~br a1 contemplar 1a Naturaleza, se consideraba a S1 mismo (y a sus semejantes) como su principal objetivo y su particular centro de atencion. Con arreglo a este criterio, el hombre era el centro de la Natura1eza. Para Aristoteles, el hombre era un animal social; para Fer medico del siglo xvr, el hombre era ante todo una criatura can alma inmortal. Toda la humanidad estudia bajo una u otra forma, la Naturaleza, un hombre cualquiera 10 hace por imperativo vital. Un producto de la Natu raleza ha sido centro de interes mas que ningun otIO: el cuerpo humano. El estudio y la preocupacion por el cuerpo humano determinan en gran medida la concepcion medica de la Naturaleza. De todas las obras de la Naturaleza, decia Galeno, medico del emperador estoico, no es sino el cuerpo humano el que da el supremo testimonio de 1a grandeza del po der celestial. Qui.nce siglos mas tarde, el robusto y anciano medico Lus sauld, de la corte del Grande Monarca, se siente ultrajado por la tesis de Descartes segun la cual ((Dios crea e1 cuerpo humano, 1a estructura viva de uno de nosotIOs, tan solo a partir de la materia y sin dotarl0 de un alma, y solo en su corazon luce un fuego debil como el que calienta el heno 0 hace fermentar el vino))l. i,Que posicion ocupa Fernel entre uno y otro? Para Fernel, la vida era un principio alojado en el cuerpo. Ese principio no formaba una unidad con el cuerpo, 10 que hacia el cuerpo era conse cuencia de la activacian par ese principia interno, su «vida». Una vez es tableddo esto, se deducian otras cosas; deducciones sin prueba experi mental, es cierto. EI principio vital humane penetraba en el cuerpo desde el exterior en e1 momenta preciso, de una vez, y, a partir de ahi, el individuo iniciaba una existencia independiente de 1a vida materna. Este principio, 0 alma, venia hasta el cuerpo desde las estrellas, 0 desde el primum mobile, mas aHa de las estrellas. Al morir ese priDclpio vital. 0 al menos esa parte identificada can la mente racional, abando naba el cuerpo para regresar a la region celestial de procedencia. 1. Apologie pour les medecins, contre ceux qui les accusent de deterer trop a la Nature et de n 'a voir point de religion, par Ie Sisur Lussauld, Conseiller et Medicin Ordinaire du Roy, Pa ris, Damien Foucault, 1663, 12.°. n, 53. En las LetCres de Guy Patin. hay referencias a esta obra. par ejernplo, en la carta 816. La Apologie fue reimpresa, can numerosas notas de
P.J. Amoreux, en Montpellier y Paris en 1816.
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Mirando la historia en su conjunto, parecera insignificante la retros pectiva de quince generaciones y, sin embargo, es suficiente para com probar e1 cambia de tendencia; considerando asi los hechos, en la figura de Fernel se esbozan ya indicios del crepusculo finaL Preguntarse par e1 principio de la vida es preguntarse algo sabre 10 que proverbia1mente se obtiene una respuesta satisfactoria. Bichat definia la vida como Ia resul tante de fuerzas que contrarrestan la muerte, y no era cinismo por su parte. Cuando, en e1 siglo XVII, aparece e1 microscopio, la celu1a esperaba ser descubierta. Nuestro medico-filosofo, Ferne1, escribia apenas un siglo antes que se puede dividir y subdividir un trozo de viscera cuantas ve ces se quiera sin que este deje de ser vIscera, piel, muscu10, etc. En una palabra, un trozo pequeno de musculo siempre era identificable como musculo en porciones mas pequenas. El microscopio Ie habria decepcio nado en este sentido, mostrandole que, traspasado ellimite de la capaci dad visual del ojo desnudo, las visceras, los musculos y todas las partes del cuerpo se descomponen en pequenas unidades estructurales que, aunque caracteristicas en cada caso, son fundamentalmente de un mismo tipo. Robert Hooke, miembro de la Royal Society y uno de los pri meros observadores a1 microscopio, dio a estas unidades el nombre de «celulas». Practicamente todas las partes del mundo animado, indivi dualmente visibles a1 ojo desnudo estan constituidas por celulas. Pero ocurre que Fernel, sin culpa por su parte, por mucho que mirara no podia lIegar al analisis celular de los seres vivos, y menos disponer de fJrocedimientos de analisis quimico. La quimica como tal no existia, no se conocian los elementos quimicos, y los elementos de los tiempos de Fernel eran los cuatro de la Antiguedad clasica: tierra, aire, fuego y agua. Como al decia desconso1ado, astos no se reconocen en e1 cuerpo por observacion, sino por «excogitaciom). E1 microscopio reservaba aun otra sorpresa sobre la Naturaleza viva. Hasta entonces, seguia slendo desconocida una clase de ser animado, porque su entidad era demasiado pequena para el ojo humano. El mi croscopio revelaba un mundo de cosas vivas tan pequenas, que resulta ban invisibles sin su medicion. Can cuanto asombro los primeros ob ... servadores comprobaron que el principie vita! era algo intrinseco a seres tan minusculos, aquellas palticulas invisibles al ojo humano. Por 10 visto, nuestra ingenua imaginacion nunca habia considerado seme jante posibilidad. El naturalista Buffon y otros se mostraron durante al gun tiempo relativamente escandalizados por 1a novedad. Era una afrenta a1 sentido de proporci6n del hombre: que una gota de agua con tuviera miles de vidas individua1es les hacia pensar que anulaba la propia vida. Pero a medida que se estudiaba, los hechos iban confirman dose. Aquellas formas microscopicas nadaban, se movian, se alimenta ban, respondian a una increible variedad de formas; cada una de ellas era un ser vivo especifico. En el siglo XVll, constituyeron una revelacion comparable a la conversacion de las nueve esferas ptolomeicas en la magnitud del universo de Newton y Galileo. La calula 10 ilustraba. Con cuanta razon senalaba Charles Singer, en su revision de los primeros tra bajos microscopicos del siglo XVII, que (da variedad y la comple 66
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jidad comenzaron a infundir un excesivo temor a los naturalistasn J • La geologia es historia,la evolucion y Ia propia astronomia han contri butdo a su estudio. Una idea que surge actualmente cuando pensamos en la celula es que, en cierto momenta de la historia del planeta, tras la aparicion de Ia vida bajo la estratosfera, debio existir un perIodo en e1 que surgio esa estructura microscopica organizada llamada calula, se milla tan importante de la vida, pues hay que descartar, por ser excesi vamente complejo, el que esta naciera ya completamente estructurada. Ademas, el comportamiento de esta pequena unidad vital tiene que ha ber adquirido en alguna parte yen algun momenta la propiedad de con tribuir a 10 coherencia de Ia cooperacion organizada. Asi, a partir de un numero menor de vidas cooperantes, se ha llegado a un mayor numero de vidas cooperantes y posteriormente al hombre, entre una de sus ulti mas variantes. Todos al principio de nuestra vida individual somos microscopicos y unicelulares. Por la multiplicacion de esa celula y por la coherencia de su progenie, adquirimos el tamano y la forma definitivos, y nadie, en nin guna fase de ese fantastico udevenir», deja de ser un individuo autocen trado. Es una ruptura con respecto a la concepcion de FerneI, pues, para aI, e1 feto no alumbrado era simple parte de la madre hasta que, en el cuadragesimo dia, recibia el alma. El retono posee su propia individuali dad desde el principia y, en ningun momento, es realmente parte de la madre. El cuerpo de la madre prepara cada mes un nido, par si se da la eventualidad. El pequeno ser, con su individualidad propia, encuentra ese albergue preparado y 10 ocupa y, alli acoplado, succiona e1 teiido de la madre extrayendo su alimento de la circulaci6n materna, a travas de la cual realmente respira. Pero, a pesar de ello, e1 embrion nunca es parte de la madre, en ningun momento forma parte de la vida materna, como Ie atribuian piadosamente algunas doctrinas. La vida del embrion y la vida de la madre nunca coinciden ni se entremezclan. La nueva vida es independiente, aunque viva en parasito de la madre; benigno e inocuo parasito, que la dejara libre al termino del desarrollo embrionario, aban donando su alojamiento una vez cumpUdo su cometido. Aun cuando el embrion solo conste de tres 0 cuatro calulas, es una so ciedad solidaria autoconcentrada, familiar y unitaria: una familia orga nizada da individualidad colccti'J':::!. E:Jt:::! caracteristica de individuo se da en Ia Naturaleza como un rasgo peculiar, propio de 10 vivo. La Fisica trata necesariamente casi siempre con upluraIidades», pero la Biologia se enfrenta, en la mayoria de los casos, a 10 individuaL Cuando Aristote les, en su estudio de la Naturaleza viva, a1canza las infima species, no ha llegado a un punto final cientifico, sino a un umbra1que daba paso a otro problema cientifico. Arist6teles nunca perdio de vista la importancia ca pital del individuo. El viaje cientifico no tiene fin, s610 hay etapas en las que el viajero se detiene para contemplar y examinar, y cualquier pro blem", final existe unicamente en funcion de un problema previo que conduce a1 punto de partida de otro. As!, al descubrirse la evolucion, se planteo inmediatamente otro interrogante: «LOUe es la variacion?)) 1. Short History of Biology, pag. 171.
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El mdividuo humano es una familia simple de celulas orgamzadas, una familia tan integrada que no solo posee unidad estructurada, sino personalidad estructurada, Los aetos de este conjunto eelular son -su pone el mismo, la sociedad permite y la ley decreta-los de un ser indivi dual, unitario. Sin embargo, cada una de sus celulas constitutivas es una vida autonoma que se las arregla por si sola y se alimenta y para s1 misma, nacida aparte y destinada individualmente a la muerte. Es ademas una vida ayudada por, y que a su vez ayuda a, todo el con junto que, en definitiva, constituye el individuo estructurado, una eoo peraci6n clave en la integraci6n del individuo, Afirmar que las celulas de nuestro arganismo constituyen una vida aut6noma no as una simple frase. La celula, como componente del cuerpo, no solo es una unidad microscopicamente visible y delimitada, sino una vida unitaria que rige su propia existencia. Tal vez no se de tecte al microscopio, y durante mucho tiempo se creyo que era un conti nuum y que no tenian vida propia, pero la experimentacion demostro que, aunque se junten, no existe union reciproca. Si por leSion 0 enter medad se separa el componente celular de la union con el resto, el com ponente se desintegra y se ve -como cuando se practica un corte con un cuchillo- el punto de union de dos celulas individuales. Toda celula es un sistema vital organizado, centrado en si mismo. No puede llamarse qua sistema energetico a la suma total individual que somos cada uno de nosotros. La celula es una vida unitaria, y nuestra vida, que es a su vez una vida unitaria, esta claramente formada par vi das celulares. La celula no es estrictamente un sistema fisico-quimico polifasico, cualquier gota de jalea compleja podria serlo; la celula es un sistema fisico-quimico p01ifasico integramente OIganizado. Por ello, res ponde a 10 que se describe como «vidal). A este intercambio equilibrado con e1 entorno, intercambio que se centra en la autonomia de la vida ce1ular, es esencial una relativa plasti cidad propia de cada celula. La adaptacion a la Naturaleza y al entorno es su condicionante vital. Cuando, como en el caso de los individuos plu ricelulares, el entorno celular consta de otras celu1as, la autonomia de cada una de ellas esta influenciada por las celulas proximas. Pero esta dependencia y coordinacion conlas celulas y las modificaciones que ello supone, no deben hacernos creer que rib una vida cen trada en si misma. La especializacion consiguiente es exponente de su autonomia. Suponer que se ha convertido en mera parte de otra vida, que no es la suya, es despreciar los hechos. Las celulas que componen el cuerpo aseveran la realidad de su autonomia individual pOI su diversi dad de modos de vida, pero siguen siendo vidas unitarias. Pongamos como ejemplo las tibras nerviosas, de aspecto estatico, altamente espe cializadas. Desde el punto de vista «celulan) (fig. 4), son una diminuta rama de una celula nerviosa !
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Fotografia de sangre humana, en la que pueden apreciarse los compo nentes celulares. Las abundantes ce lulas disciformes son las qUE! contie nen el pigmento respiratorio; no tie nen motilidad activa y las arrastra el torrente sanguineo. La celula de mayor tamano se mueve muy activa y ataca a los invasores; la zona central mas clara es el nueleo.
Celula nerviosa cerebral de pez. Su parte erizada, semejante a una bro cha, es 1a «receptora» de mensajes distantes; la especie de tallo que aparece a 1a izquierda es 1a tibra ner viosa transmisora de los mensajes a un organa distante semejante a un musculo.
Celula nerviosa de cerebro no viable con tincion de plata. Cons tante de una «entrada» (input), terminal arborescente para las ((senales» y de una «salida)} (out put) filamentosa (izquierda) para transmitir las «senales» a las ca lulas nerviosas distantes. Muy aumentada. Figura 4
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produce el nefasto cancer, las celulas cancerosas que se originan en las celu1as mamarias, hepaticas 0 de cualquier otro tipo, se hacen activas e independientes al punto de asemejarse a invasores parasitos del cuerpo, Si las contemplamos en un film en movimiento, en el que la dina mica or ganica se acelera 100 veces, casi podr:lamos decir que oimos como se empujan y se abren paso entre las celulas normales mas «tranquilas», Es como si estuvieran poseidas por una especie de frenesi inconsciente; in consciente porque, aunque animadas por una prodigiosa energia repro ductora, similar a la de las celulas embrionarias, tanto ellas como 10 que hacen son imprevisibles. En un organismo san~, todo responde a un plan. Los organismos pluricelulares, como nuestro propio cuerpo, son en origen unicelulares. y, cuando se convierten en pluricelulares, el com portamiento de las celulas que los componen demuestra que todas, a se mejanza de Ia celula-madre, siguen teniendo vida autonoma. Pero el comportamiento de la celula individual del cuerpo esta restringido por la infiuencia de las demas celulas. La interrupcion del crecimiento en la edad adulta es un ejemplo parcial de ello. Hace 37anos se coloc6 un trozo histico de embrion de polIo en un cultivo artificial y hoy dia sigue creciendo vigorosamente. Si hubiera permanecido en el pollo a que per tenecia, habria muerto hace anos. Algunas de nuestras celulas, aunque formen parte de nosotros, nl si quiera guardan una coherencia constante con el ((resto» de nuestro ser. Se las denomina celulas «libres». La celula original de la que surgio el cuerpo er'a libre como estas celulas especiales. Hay otras tambien libres, como las del torrente sanguineo, que son como peces que viven en el rio de la sangre. Algunas se asemejan tanto en su estructura y modo de ac tuacion a las amebas que nadan totalmente libres en 'un charco que se las denomina ameboides. Las amebas acuaticas se mueven lentamente, cazan y digieren las particulas que hay en el agua, y de igual modo ac tuan las celulas ameboides que pueblan la sangre y la linfa, capturando y digeriendo particulas a traVElS de las membranas vasculares. Si tene mos una herida, contribuyen a su curacion comiendose y digeriendo las bacterias que la infectan, y fagocitando a las celulas muertas como con secuencia de la hedda. Tambien eHas son vidas unitarias, .pero, con res pec~p a,p'I.lestr
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la salida del alma del cuerpo. El clerigo no encuentra explicacion para algo tan increible. Tampoco habria entendido que el cabello siga vi viendo algun tiempo despues de que el corazon y la respiracion se hayan detenido. Quizas algun medico de su epoca Ie contestara que Aristoteles consideraba el anima dividible en no pocas ocasiones, y que esta podia permanecer mas tiempo en unas partes que en otras, aunque, por otra parte, en tal explicacion tambien habria podido sospechar el tufillo de Averroes, el intiel comentarista. El problema biologico de la vida se dividi6 en dos: la vida de la celula constitutiva y la vida de todo el organismo constituido. Extranamente, se denomina a la primera categoria, Fisiologia general y a la segunda Fi siologia especial. Una disculpa de peso es que el organismo completo se inicia en una cellula. Desde un principio es especial y, al mismo tiempo, general, y hasta el final sigue siendo a la vez general y muy especiaL El punto de partida humano, ya en oIigen, cuando existe una sola celula fe cundada, no es general, sino «humano». Es humane al principio y en cualquier fase ulterior, aunque el acontecimiento concreto de lIevar chistera se produzca mas tarde. lUna particula de materia de la que se afirma que «vive», mientras la gran mayoria de particulas de materia se califican de inertes? LPosee, entonces, algun elemento especial de materia que las otras particulas no tengan? No, no va por ahi. Los elementos de la materia -y ahora nos refe rimos a ellos, no en el sentido que Fernelles atribuye, sino en el de Ia quimiea actual- de la celula viva forman parte de los mas corrientes y di fundidos de los materiales que no «vivenll: la tierra, Ia roca, el aire y el agua. Quiza 10 mas sorprendente en Ia lista de componentes quimicos de nuestro euerpo sea el hecho negativo de que en ella estan excluidos la gran mayoria de los elementos quimicos y, desde luego, todos los raros. Pero, en la eelula viva, los elementos comunes estan combinados de modo distinto. Para empezar, componen una minuscula gota de jalea granular. Es decir, que no se tIata de un material en un estado puro y simple, solido, fluido 0 gaseoso, sino de una mezcla de ellos. Esto se de fine, en parte, con la calificaci6n de coloide. Hace muchos anos, cuando se descubrio que esa jalea era el «principio fisico de la vida)}, se lallamo 'lprot9plasma}). Actualmente, es una pala bra menos empleada, pero nos silve para recordar que entonces se pen saba que la materia viva de la celula poseia una composicion especifica determinada. Quizas habIia side mucho mejor, no conociendo su cuanti ficacion, denominarla X, pero habria resuitado menos atractiVo e intri gante. La denominacion tenia fundamento: una sustancia compuesta, que, en cuanto enUdad quimica, era sede del comportamiento biOtieo. Se creia que, en terminos generales, presentaba dos clases de actividad: una de creeimiento y otra de esciston. La denominacion de protoplasma contribuye a sustancializarla. En euanto a su composici6n quimica y exacta entidad, eran euestiones que se resolverian en un futuro previsi blemente lejano. Atacarla con metodos quimicos en aquella epoca signi tieaba enfrentarse a la paradoja de que tales metodos la umatarianll, y entonees el protoplasma dejaria de ser protoplasma, ya que, por defini cion, e1 protoplasma era vida. Desentranar la composici6n quimiea de la 71
vida en su nueleo original parecia algo asi como pedir la Luna. Era una entidad, pero quimeriea: la fascinaci6n galeniea seguia atenazan<;io la vida. Por aquel entonees, se produjo un cambio. Hada an os ya que el qui mico organico y el quimieo fisieo estudiaban biologia, aunque los expe rimentos aun no habian superado las formas er.istalinas. Puede que, a di ferencia del bi610go de a pie, hubieran tenido menos oeasiones de inelinarse sobre el microscopio para seguir las misteriosas contorsiones de los segmentos nueleieos en torno al ester fusiforme de la celula viva. A muehos bi610gos les pareda un procedimiento farisaico, pero fue una audacia que dio su cosecha de nuevos conocimientos. Aquellos puehes de celulas desintegradas irreeonocibles, obtenidas por congelacion, tri turacion, aplastamiento, molienda y estrujamiento, proveian al analisis quimico secretos y mas secretes de la vida celular. Una vida microscopica, cierto, pero grande comparada con otras es tructuras de vida individual; las esporas bacterianas, por ejemplo, e in eluso el «virus» mas pequeno, son mucho mayores, que cualquier mole cula y fabrican muchas veces algunas de las moleculas de mayor tamano, pero, aun asi, estas caben comodamente en su seno. En la su perticie de una celula hay espacio para cientos de millones de moleculas proteicas grandes, en forma de baston 0 de ovillo, que erizan los recepto res quimicos. El numero de cargas electricas que giran a increible velo cidad, algunas de elIas millones de veces por segundo, impide una cuantificacion practica. Al no tener partes ni estructura y, por 10 tanto, ser indivisible, era inmortal. En la concepcion de la cEllula es fundamental saber que no se trata de un sistema estatico, sino dinamico, formado por cielos de energia, series de oxidaciones y reducciones, acciones fermentativas encadenadas. Es como una colmena magica en la que los muros de sus camaras esponjo sas fueran velos cambiantes de moleculas ordenadas que se rajaran y se renovaran conforme se inician e interrumpen las operaciones. Un mundo de superficies y corrientes. Se diria que contemplamos batallo nes de catalizadores especificos, como los «demonios» de Maxwell, en formacion, alerta y cronometro en mano, en espera de que Uegue e1 mo mento de intervenir para realizar su cometido. Sin embargo, cada paso es un proceso quimico comprensible. La mayor parte de la celula aunque fluida y acuosa no es una verda dera solucion. Una autElTItica gota soluble de liquido homogeneo no po dria «vivin rel="nofollow">, porque esta muy alejada de 10 que llamamos «organizacion». La celuia consta de soluciones heterogeneas. Las grandes moleculas de proteina y sus particulas agregadas estan en suspension, no en disolu cion. Su superficie es campo de la actividad quimica y fisica. El interior de una solucion pura no tiene superficie, pero e1 agregado superficial en esos coloides espumosos ubicados en la celula supone una notable su pertide. La «superficie interna» de la celula es enorme y su quimica final en ellaboratorio solo se sintetiza can temperaturas y presiones que su peran enormemente las del organismo vivo. Parte del secreta de la vida esta en la gran superficie interna de la celula. En la esponjosidad de la celula coexisten focos de distintas operacio
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nes y, en su interior, se desencadenan simultaneamente miles de proce sos diversos. Los focos aumentan y disminuyen segun las necesidades, y esto es comprensible porque e1 campo celuIar es un Call1P9j;oloide en el que se organiza todo el sistema. Los distintos catalizadores actuan coordinados como S1 cada uno tuviera su propio compartimento en e1 pa nal y su propio turno de intervenci6n. En la gigantesca empresa, aparte de los cronometros, hay indicadores que van senalando como se desen vuelven los companeros con los sustratos, y, cuando acaba la cuenta atras,les toca a otros. 8i llega lacatastrofe de la muerte, los catalizadores se convierten en una turba desordenada y destrozan la estructura ce lular. En toda CEllula hay un centro visible Hamada nueleo; es un centro rec tor,lleno de fermentos. Si se extirpa, el resto de la celula se descontrola y muere. Tambien hay una superficie externa celular sabre la que, al pare cer, se conectan las proteinas, base fundamental de la CEllula, consti tuyen una especie de esqueleto y adoptan forma de bastones semirrigi dos 0 se extienden como finas peliculas tangentes a las peliculas grasas del recubrimiento celular externo. As! pues, la celula posee un esqueleto elasificable can arreglo al esquema de su organizacion rectora interna, que esta, naturalmente, en constante intercambio con el mundo qui mico que la rodea. En el caso de una celula corporal, comprimida entre otras, e1 mundo quimica circundante es muy especial. Podemos conside rar la superficie externa de la celula como un mosaico de millones de po los quimicos que atraen y retienen todo 10 que puede acoplarse a su es tructura y participar en Ia construccion electrica. La superficie externa tambien actua a modo de tamiz para expulsion y drenaje de las molecu las de desecho. La celula hidroliza, desmenuza, excreta. Y ademas construye: de la bacteria al arbol, del insecta al hombre. Las proteinas, en sentido am plio, son las piedras con que se construye la casa de la vida. La celula produce sus propias proteinas, las rehace para si misma a partir de otras que recibe. La ({vida» es una produccion de proteinas. El pigmento rojo de nuestra sangre hace maravillas: aprovecha la cualidad de que el hie rro es un metal que, con e1 oxigeno, se gasta rapidamente y se desinte gra, es decir que se. oxida y se desoxida facilmente. Nuestro pigmento. ·rajo debe su color al hierro. Recoge oxigeno del aire en los vertices monares para distribuirlo por los distintos organos del cuerpo. Esta ope racion, realizada par e1 pigmento portadar de hierro, esta controlada par minusculas variaciones de la presion de oxigeno. Dnos cuantos milime tros mas de presion de oxigeno en los pulmones hacen que e1 oxigeno acumu1ado se incorpore al pigmento sanguineo, y unos milimetros me nos en los organos corporales permite que estos absorban e1 oxigeno contenido en el pigmento. Para que e1 proceso funcione bien, e1 meca nismo retentor de oxigeno del pigmento tiene que ser debi! y las cons tantes fisicas del pigmento de una exactitud estandar. La precision ne cesaria se cumple meticu10samente. En las distintas especies anima1es, estas constantes fisicas difieren 10 bastante como para atender en cada especie sus necesidades particulares. Por 10 tanto, este pigmenta contri buye de forma especifica a la vida actuando de optima portador de oxi 73
gena, y no es caer en la exageracion decir que ha posibilitado tanto la clase de vida que nos es propia como otras muchas. Todos nosotros pro ducimos este pigmento diariamente en cantidad suficiente como para compensar el equivalente que se descompone. El organismo animal em pezo a elaborar10 hace quiza cientos de rnillones de anos. La especie de celulas que 10 (dnvento» sigue conservando su destreza y, por 1a teoria evolucionista, sabemos que la quimica celular 10 ha ((inventadoll varias veces. Hay ce1u1as de gran antiguedad que 10 siguen fabricando; sus an tecesoras debieron inventarlo independientemente. Por 1a gran comp1e jidad de la funcion que desempena, es un milagro de eficacia. La combustion incompleta produce gas monoxido de carbo no y nues tro pigmento sanguineo, que tan beneficiosamente reacciona con e1 oxi geno, tambien reacciona con el monoxido de carbono. Con e1 monoxido de carbono mantiene una vinculacion quimica mas fuerte que con el oxi gena. Si el aire que respiramos contiene monoxido de carbono y oxi gena, el pigmento sanguineo incorpora el monoxido, pero, como en nuestro organismo el cerebro no puede vivir cinco minutos sin absorcion de oxigeno, el mon6xido de carbona no Ie sirve. Si la sangre transporta monoxido de carbono en vez de oxigeno, morimos por asfixia, «ahoga dos». (lEI mon6xido de carbono causa mayor nurnero de muertes que los demas gases juntos. Ocupa el segundo lugar de los venenos industria les», dice el Dr. Yandell Henderson, autoridad en la materia. Debido a la afinidad quimica entre e1 y nuestro pigmento sanguineo, e1 monoxido de carbono «se convierte en el principal enemigo de cualquier ser de glo bulos rojos. EI uso del fuego fue el primer paso de la hUmanidad en el control de las fuerzas de la naturaleza para su provecho, pero trajo con sigo e1 riesgo de asfixia», a causa de nuestro pigmento sanguineo. El pri mero en demostrar esta predileccion quimica del pigmento sanguineo por el monoxido de carbono fue Claude Bernard. Actualmente es un gas que emiten no solo los homos, sino todos los motores de automovil. Nuestro pigmento sanguineo puede ser un grave peligro para nosotros. Parte de la historia del desarrollo de la vida en nuestro p1aneta gira en torno a1 uso clave del oxigeno, yen determinado momento de esa histo ria surgio la estructuracion de ese sutH pigmento que tan eficazmente incrementa la captacion yital .del oxigeno terrestre. Con el, la vida se abrio un panorama de nuevas posibilidades. Ouiz=,_ Fernel nos dijera «la alternativa era ese mecanismo, a nada». Si asi fuera, habria que dar la razon a Lucrecio: la materia es mas fuerte que el Ollmpo.
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La celula es un equilibrio dinamico_ Su constitucion Ie permite auto mantenerse durante un tiempo concreto; un periodo de tiempo muy breve en comparacion can la perdurabilidad de muchas cosas inanima das. La celula intercambia energia con el mundo que la rodea, es un re molino en medio de un torrente de energia, can capacidad para expulsar de su interior otros remolinos de similitud especifica. De este modo, aun que su propio remolino es breve, la vida de su remolino espedfico como especie, es rriuchisimo mas 1arga. Pero tendencias intrinsecas al remo lino son los cambios, y. en los casos en que es posible estudiar en retros
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pectiva largos periodos geologicos, vemos que muchas de esas formas especificas han desaparecido para ser sustituidas por incontables modi ficaciones. Modificaciones que, a su vez, van cambiando; son procesos que ni siquiera actualmente podemos prever. El Dr. Needham dice: «Los bio10gos piensan que solo cumplen su mi· sien si definen la vida como un equilibria dinamico dentro de un sistema polifasico formado pOI proteinas, grasas, carbohidratos, esteroles, lipoi des, ciclosas y agua.» Son terminos un tanto tecnicos, pero la afirmacion as exaeta y de una irable 1ucidez; define un sistema fisieo com puesto por determinadas sustancias quimieas que consta de todo 10 que 1a bioquimica descubre en la vida. Se trata de un sistema delicado, un sistema energetico que utiliza parte de su energia para mantenerse a S1 mismo; por ejempl0, en la nutri cion (1), reponiendo en el sistema la energia adecuada; en e1 creci rniento (2), ampliando el sistema; en la excreci6n (3), eliminando del sis tema 10 que por su estructura ya no es adecuado; en los movimientos rnasivos de sus partes (4), una actividad de desarrollo intrinseca, tal como la locomocion, la alimentaci6n, etc.; en la reproduccion (5), gene rando un nuevo sistema independiente, un individuo joven a su seme janza, potencialmente al menos. Esto implica dependencia de su en torno para la recepeion de energia, que es una funcion impensable sin el entorno. La cliHula este. tan unida a su entorno que sacarla de el es ha cerla pedazos. Pero 10 que se expulsa no sirve para reponer el sistema vivo. Par 10 tanto, la vida en ultimo extrema equivaldria a un agota rniento definitivo del entorno energetico que supIe su alimento, si no fuera porque la propia vida, en su totalidad, se asegura contra este im eterrestre. No deja de ser interesante comparar este aspecto con a1 razonarniento de Fernel: si 1a materia no fuera imperecedera, ya habria sido consumida por la vida l . Es una observacion de un calibre poco co rriente en su epoca. Existen incontables variedades de sistemas energeticos denomina dos, can toda justicia. vivos. Algunos contienen, gracias a su propia ela boracion quimica, un compuesto organico mas complejo y, en terminos generales, de mayor importancia que el pigmento sanguineo del que ha blabamos. Es un compuesto que, por decirlo de algun modo, acapara cierta tracci6n de la energia que 11ega a la tierra procedente del sol. Con esta energia solar elabora compuestos quimicos, cuya acumulacion energetica es de tal especificidad que casi todas las clases de seres vivos pueden utilizarla. Nuestro medico-fi16sofo del siglo XVI, sumandose a 10 que tradicionalmente se deda y cantaba, tenia razon en su veneracion par la infiuencia solar, aunque no pudiera saber en su epoca que en 1a luz solar esta la clave del verdor de las plantas y que los vegetales son la clave de la vida animal y humana. Es como si la insistencia de Fernel sabre la importancia de los rayos solares para la vida, anticipara con cierta medida los conocimientos ac tuales. «(Considerese)), dice. da excelencia del sol, primer prinCipe y regi dor del mundo, que favorece y fomenta toda vida existente. Con su calor 1. Dia!ogo, I, 1.
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purificador mantiene a todos los seres vivos para que cumplan su mi si6n 1 • Opina que el calor solar es distinto del calor elemental, cualidad cardinal. Se trataba de un calor vital, vivificante, en un sentido no atri buible al «calor)), elemento cardinal. GHemos de intuiT por este pchrafo, terminologia aparte y habida cuenta de su tono un tanto figurado, que nuestro medico-fil6sofo, que escribia influido por la herencia de preteritos, tenia un concepto de la vida no muy distinto, en terminos ge nerales, del actual? Suponerlo asi seria una traicion a Fernel. Para Fernel, en cada ente vivo habia un principio especifico. Este prin cipio era algo que procedia del sol. Los seres inanimados no vivian por que carecian de este principio. Nuestras ideas actuales son distintas en ambas apreciaciones. En lu gar de un principio especifico, la vida es un exponente de la manera en que un sistema energetico, en su intercambio con el sistema energeti co que Ie rodea, es capaz de mantenerse durante determinados periodos en cuanto unidad centrada sobre si misma, autoequilibrada, por asi de cirlo. Ouiza la caracteristica mas relevante es que actua como si «de seara)) mantenerse, mientras que del giro de una peonza que resiste las interferencias no decimos que «desee» seguir girando. La propia consti tucion del sistema vivo Ie obliga a desarrollarse; por 10 tanto, un sistema proteico de autofermentacion, en condiciones apropiadas, tiene que cre cer. El comportamiento del cuerpo vivo es un ejemplo, y podemos Ha marle «vivo». EI comportamiento del atomo es un ejemplo de ella y 10 lla mamos «vivo)). El comportamiento de los recien descubiertos «virus» es un ejemplo de ello, y S6 duda en catalogarlos 0 no como «vivos)). La diferencia no esta en la naturaleza definitiva, sino en el esquema y en el grado de complejidad. Los atomos y subatomos son elementos muy corrientes en la tierra. «Vivo)) es el caUficativo de algunos de sus comple jos, disposiciones de las que puede decirse que poseen una organizacion integral, para constituir una solidaridad, un individuo. Para posibilitar la integracion de este complejo, se requiere una heterogeneidad, aun que en ultimo termino esta suponga una sola celula. Par eso, cuando Ro bert Chambers extrae habilmente el nueleo de una celula, privada de ese pequeno organo, «muere))' Al interrumpirse su coherencia inte grada, comosucedera tarde 0 temprano, Ia c¢llula se descomponeen par 'tes mas simples que 'rompen la solidandad: es 10 que llamamos «muerte). Constituye un misterio por que 0, mejor dicho, como el equili bria dinamico de la vida deja de mantenerse, un misterio como se dete riora una vez roto. Si Fernel sancionara esta forma de razonar, anadiria «pero omitis la "causa"; la causa, aqui, es la privacion del "principia vi tal"». Los naturalistas conocen distintos sistemas que pertenecen a cate gorias interrnediarias entre 10 «vivo» y 10 (mo vivo», par ejemplo los nue vos «virus», a los que se duda en calificar de vivos 0 no vivos. Comprensible, pero poco cientifico. La ley de la Tierra define la vida, pero s610 al estilo de las reglas de un juego, tal como la de «la bola pierde si cruza la linea blanca)). tOUe habria significado para Fernella vida de unacelula, si hubiera tenido la oportunidad de conocerla? No olvidemos 1. Vease cite en pag. 30.
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que su principio vital del cuerpo unitario era simple e indivislble estaba en el cuerpo, no era de e1. Habria vista que su principia global se gaba -e!l el hombre, en quince millones de principios unitarios, todas vi vas. EI «principia vital» del cuerpo, canvertida en particulas, del mismo modo que la materia corporal consta de particulas, unas particulas defi nidas COlno vivientes y llamadas «celulas», Cada una de estas celulas posee sus «facultades)), como explica Fernel en su paradigma del «principio vital», Cada una de ellas consta de facul tas attractix, facultas altrix, facultas genetrix. etc., y, al microscopio, las vemos moverse, ingestar, excretar y secretar; incluso poseen otra facul tad, nueva con respecto a la epoca de Fernel, la facultad de respirar. De hecho, Fernel quedaria convencido de que esa minucia, la celula, posee «vida)), can solo comprobar el ejemplo de esa minuscula muestra de elIas, recagida en un corazon de pallo hace treinta y siete anos y que, en el caldo de cultivo, prosigue normalmente su desarrollo. Como contradi ciendo el concepto de (1principio vital», la vida no 11ega allimite de la es cala en la pequenez de una celula corporal, pues 1a espora bacteriana y la «particula virica» son mucho mas pequenas que una celula corporal. Sin embargo, estas facultades son procesos quimicos y fisicos perfec tamente explicables por observacion. con 10 que se explican las causas finales 0 las genesiS. La Ouimica y la Fisica no ven en ellos entes al mar gen del resto de la Ouimica y de la Fisica. La que convencionalmente de nominamos «vida)) es un proceso quimico-fisico, y no existe realmente una base firme para calificarlo de vivo 0 no vivo. Cuando el profesor Blac· kett habla de la vida media del mesotron, parafraseando las campania:; de seguros que hablan del promedio de vida del ser humano, es porqJll~ el comportamiento de esa particula atomica Ie autoriza a hacerlo can igual derecho que a las companias de seguras. Si una definicion debe ser ala vez excluyente e incluyente, habra de tender hacia un limite logica de 10 que define; pera ocurre que el termino «vida» no establece una frontera precisa can respecto a la «no vida». Si Fernel viera al hombre -su arquetipo de unidad indivisible del «princi pio vitah)- descompuesto en billones de vidas microscopicas, quizas exi giera que se Ie demostrara, no solo que es verificable que esas unidades vitales 'son «vi!;ias)), sino tambien qW;l,la vida colectiva del cuerpo y sus organos tienen su fundamento'en ellas, Se pracedeIla d U!::iUU::;LlCU que tala cualorgano vital. separado del cuerpo y trasladado a una incuba dora alimentado con una perfUSion de nutriente y calida fluido, sigue siendo un agregado celular que prosigue su propia vida organica. El co razon continua latiendo, el pancreas sigue segregando insulina, la hip6 fisis segregando iodina y reaccionando, con mayor secrecion de iodina. a una hormona tirotrofica incorporada alliquido de perfusion, igual que una persona viva. Se Ie ofrece la sintesis y el analisis, y se encuentra con que el humor fundamental-Ia sangre-, en lugar de un flujo igneo proce dente de las estrellas, es un nutriente fluido que irriga el organismo; ve ria el corazon, su alambique regenerador del fuego superestelar, que no es mas que una bomba que acciona la circulaci6n del fluido. Todo parece indicar que la idea de materia autoact1l:9nte fue total mente ajena a Fernel y a su epoea. Aunque fuera discipulo de Arist6te 77
les, no hay indicio alguno de que suscribiera el concepto aristotelico de capacidad activa de la materia, La palabra ((vida» sigue teniendo su utilidad; es un termino conve niente, aunque no exacto. Hay que ver la vida total como un resultado acumulativo, no producto de acumulacion simple, sino de una coorgani zacion de tipo integrador. En ella, como insistla Fernel, la armonia del conjunto no se establece estrictamente en funcion de sus partes, sino que es el conjunto el que Ia imprime a las partes. Una individualidad, cuya totalidad. como brillantemente dijo Coleridge. esta postulada en todas sus partes. Es una concepcion notablemente reinstaurada p~r el mariscal Smuts con el nombre de holismo. El sistema energetico vivo, en intercambio con su entorno, tiende a propagarse, Si 10 imaginamos como un remolino en la corriente energe tica, es un rsmolino que tiende a crecer, y, como parte de ese creci miento, tenemos que tener en cuenta que genera otros remolinos pro pios a semejanza suya, Esta tendencia es la que promueve, mediando los factores evolutivos,la constante produccion de patrones modificados de ese remolino. Es como si tuvieran un proposito, pero la Filosofia nos dice que el movimiento del remolino es generado por la corriente, y la co niente esta destinada irrevocablemente, segun la segunda ley de la ter modinamica, a cesar. EI impulso generador, segun una ley dinamica ve rificada, se agota. A continuacion, sustituye a Ia corriente un estado de equilibria estatico, y los remolinos que llamamos vivos tienen que cesar. Y, sin embargo, han evolucionado. ~Era, pues, su finalidad transitoria? Esto parece: El «movimiento» de un sistema energetico es su «comportamientoll. Distintos tipos de sistemas organizativos produciran distintos tipos de comportamiento, Una roca gris es, segun Ruskin, una buena referencia. Es una clase de comportamiento. Una libelula volando es otro tipo de comportamiento. A uno 10 llamamos vivo y al otro no, pero ambos son fundamentalmente equilibrios del intercambio de movimiento que les rodea. Hacer de la «vida» su caracteristica diferenciadora es, en el fondo, tratarlos artificiosamente. Fernel recurria al sol, pero esa energia solar es un factor que forma parte del entorno energetico de ambos. Hay que con siderar a la libelulat;tl}. sis:tel1),a mas delicadamenteequilibrado, con mayor intercambio, que, directa e indirectamente, a traves del sistema colateral vegetal, sostiene un intercambio mas activo con e1 sistema energetico solar. Se Ia puede considerar un sistema mas organizado e in tegrado que la roca y, desde Iuego, mas eiimero, Pero, si entre la vida y todo 10 demas no hay una diferencia esencial, Lcual sera Ie diierencia entre la mente y 10 que no tiene mente? Para ha Har una respuesta, seguiremos esa jerarquia de sistemas y cosas en es cala descendente para ver en que punto desaparece 10 mentaL Si no 10 hacemos asi, ~como sabremos cuando no hay mente? Sabemos que no sotros tenemos mente. ~ Y la libelula? Sf, puede que tenga mente, LY una ameba? Tal vez, pera Lcomo saberlo? ~ Y la raca gris? Para Ferne1, raca y libelula eran seres irreconciliablemente distintos. Las ideas al respecto han cambiado mucho desde la epoca de Fernel, y basta con remitirnos a las repercusiones que han tenido en el medico cll
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nico que actuaimente se plantea los problemas del cuerpo como proce sos quimicos y fisicos. Desgraciadamente, Fernel, en su epoca, disponia de pocos conocimientos de Fisica, y aun menos de Ouimica. Pero, aun que hubiera estudiado a sus pacientes en una epoca anterior, no habria podido imaginar que, en la Ouimica y 1a Fisica. estaba la clave de su pro blematica, y no digamos de las causas finales. La vida, en cuanto sistema energetico. esta tan vinculada al tejido de la superficie terrestre que imaginar una vida aislada del resto de este mundo terrestre, por rudimentaria que sea, nos da una imagen dema siado deformada para que nos parezca vida. Todo' se articula, y ellugar de todas las cosas concretas animadas es su propio lugar y no se adapta !ian a otro. Tambien en esto diferimos de Fernel y su siglo, que mental mente eran capaces de trasladar la vida, el objeto de su estudio, de la su perticie de la Tierra a las estrellas, y viceversa, Disponia de menos datos que nosotros, y el pensaba en una sustancia, un principio autocontenido y libre, indivisible, inmortal e indefinido, Recordemos hasta que pun to 10 casi inconcebiblemente diminuto y 10 casi inimaginablemente grande se han ampliado desde entonces, pero, aun asi, no ha quedado laguna entre ambos extremos. En el inmenso rompecabezas, no hay mas que una posibilidad de encaje de'las diversas piezas y muy poco margen de traslocacion, al contrario del que se Ie atribuye en la piadosa fantasia de FerneL Como sabemos, Ia vida siempre es especifica, en el tiempo y en el es pacio. Por supuesto, especifica de donde y cuando es, y no de otro donde y cuando. Toda la vida que conocemos no podria existir probablemente fuera de la superficie de nuestro planeta, que es donde existe. Incluso nuestra vecina cercana, la Luna, hija como nosotros de la Tierra, seria poco adecuada, demasiado fria, seca y enrarecida. La vida en ella pere ceria. Tampoco prosperaria en la hermana mas proxima de la Tierra, Ve nus. Ni nuestro buen vecino Marte, practicamente privado de oxigeno, podria dar buena acogida a ningun tipo de vida procedente de la Tierra, Las clases de sistema que aqui «viven)) no subsistirian ni se manten drian alla. La vida en Jupiter se veria agobiada por nubes de particulas de metano y amoniaco solidificados. Se afirma, no obstante, que Marte tiene un algo particular en el que se observa crecimiento y cambio esta clonaL Un gran fisiologo norteamericano, Lawrence Henderson, ha expuesto 1 la peculiaridad de las condiciones fisicas y quimicas concordantes en la Tierra que posibilitan la existencia de los sistemas llamados «vivos)). Ciertas propiedades anomalas del agua, junto con poderes infrecuentes y relaciones espaciales del atomo de carbono, unidas a condiciones ex cepcionales de radiaci6n y temperatura, formaron una especie de conca~ tenacion de circunstancias que permitio el naCimiento de la vida, aqui y ahora. Hubo una fase «en la sima oscura y preterita del Tiempo)) en que nuestro planeta aun no era un lugar adecuado para la vida que ahora nos rodea. Pero a esta etapa siguio otra en la que las cosas permitieron por un margen minimo e1 surgimiento de la clase de sistema energetico que 1. The Fitness of the EnVironment.
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llamamos vida. Surgio la vida. Quizas en el reguero fangoso de una ma rea 0 en un exudado espumoso. No queda mas remedio que imaginarla como algo diminuto. quizas encapsulado y numeroso, yen modo alguno por su aspecto externo comparable a 10 que es hoy. Podemos pensar que tal vez fuese plural, pero en particulas microscopicas. Sin embargo, es taba destinada a invadir la Tierra, a cubrir can su expansi6n los conti nentes y despues a aventurarse en el oceano y poblarlo. Millones incal culables de bocas que alimentar, y haciendolo mientras se trasladaba con sus aletas, aletas premonitoras del ala de los pajaros y de la mana humana. Millones de bocas hambrientas sin vcz, pera con el potencial del canto de las aves y de la palabra humana. Simples mecanismos, car gados, no obstante, de razon germinativa. Aqui, el Cleantes del Dialogode Hume nos diria que, para esto, se pro dujo la preparacion de la superficie terrestre, para el advenimiento de la vida. Esta concatenacion de circunstancias, a la que hemos aludido, causa de la (mica oportunidad para que se pradujera la vida, era en si. nos dida, una preparacion del acontecimiento por venir. Ya contenia to das las expectativas y el conocimiento previo de las peculiares condicio nes vinculadas a la vida, sin las cuales esta no podia producirse. La con catenacion prosiguio. nos dida, con la ampliacion de las formas vi vientes que conocemos, y en la que cada nueva forma encuentra, en la estructura general tenestre, un nicho adecuado. Un lugar propicio den tra de la economia de la Naturaleza que Ie permite desarrollarse, como si fuera un nido. listo para albergarla y nutrirla, y en el que sus retonos puedan criarse. A esto, su antagonista en el Dialogo, un Philo contemporaneo -acep tese la fantasia- quiza respondiera: Cleantes.l,no estas tratando como una sola dos cosas que son distintas? Hablas de los origenes de la vida en la Tierra, y luego de la extension de las formas vi vientes que se han producido en su superficie desde el primer acontecimiento vi tal. Aceptamos 10 ultimo como un hecho porque los testimonios geologicos nos ilustran la historia de la Tierra. En la sucesion de millones de anos que han trans currido desde que surgio la vida, se han producido nuevas formas de vida, todas eLIas variantes de la que, en terminos generales, es el modele basico.U.n remolino en' una coniente soporta nurnerosos cambios can arreglo' alcaud3.l. Pero que 10 haga no presupone que se haya producido una alteracion de caudal precisamente para que el remolino persista.
Supongamos que Cleantes acepte 1a posibilidad y que Philo prasiga:
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Pero el origen de los sistemas vivos es otra cosa. El paso de los sistemas energe ticos no vivos a otros vivos continua actualmente y en abundancia. La planta construye su propio sistema energetico vivo a partir de los sistemas energeticos sin vida del aire y del suelo y de la radiacion solar. Recuerda 10 que Lucrecio decia can toda razon, aunque se que en muchas cosas tu discrepas.
Praeterea cunctas itidem res vert ere sese; vertunt se fluvli frandes, & pabula laeta
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in pecudes, vertunt pecudes in corpora IJostra naturam, & noscw corpore saepe ferarum 1 augescunt vires, et corpora pennipotentum .
Estas transiormaciones de 10 no vivo en algo vivo no cOllstltuian misterio al gUllo para Lucrecio. Coniiaba en sus encantados «atomos» que las hacian, pero no nos dice como, y hay que contentarse con esta eita sin mas. Tampoco para nuestro buen Fernel era ningun rompecabezas aque] bullir del alimento muerto convir tiEmdose en vida. Como Lucrecio. tenia sus agentes feericos, solo que 131 los lla maba «iacultades)). Fernel nos dice 2 que una vez que el desayuno se incorpora a mis venas. iplaf!, con un toque de varita -en rigor can dos toques-. se Ie contiere la vida. EI primer golpe, dado por la facultas procreatrix, prepara la materia para re dbir la dorma», es decir e1 principia Vital; el segundo, de la facultas altrix, es el que rea1mente otorga la «vida». Puede parecer una invocaci6n a los «espiritus de las profundidades», pero es la uniea dificultad. una vez aceptado, el resto sigue par sf solo. C1eantes, la diferencia entre mi rosal y yo -estetica aparte, porque ya se que esta en ventaja- estriba fundamentalmente en el modo de alimentaci6n. Yo, a mis amigos por mi, tenemos que buscar e1 alimento para comer, pero el rosal se alimenta tranquilamente del suelo y e1 aire. Esto hace de 131 un veeino tranquilo. mientras que yo soy inquieto, incluso agresivo. El rebano pace tranquilo en el prado, en comparacion con las bandadas de moscas que 10 acosan. pero mas tran quilos aun son los verdes alamos que se alimentan y crecen estaticos gracias al suelo y a1 aire con los que estim en o... Pero yo, mas que el rebano y las bandadas de moscas, tengo que busr...ar e ir tras mi alimento. Tengo que buscar los sistemas de los que me nutro y saquearlos y, si no 10 consigo, decaigo. En reali dad, es 10 que me pone en tension convirtiendome en un individuo inquieto. in cluso agresivo. y, sin embargo, existe, despues de todo, una gran afinidad -este tica aparte- entre mi rosal y yo. Creciendo juntos en la misma tierra yean el mismo aire, un rosal da rosas ((Marechal Niel» y otro ((Claire de Dijon». Tambien nosotros. tu y yo, Cleantes, aunque compartamos la misma rebanada con mante quilla en el desayuno, tu trozo se convierte en Cleantes y el mio en Philo, y uno esta destinado a pensar en terminos de Designio magnanimo y el otro en termi nos de Determinismo materialista. La Fisiologia nos dice que todos los elementos de nuestro cuerpo se renuevan en un determinado plaza de semanas. meses 0 anos. Yi:! uo e;;tarnos en esa edad en la que el comentario de los i;).::;truidos ::;obrela famosa mujer de Norwich de Roger Bacon, quien ayuno durante veinte anos, era que ayunar no es mas maravilloso que la necesidad de comer3. Tenemos que re novarnos, y esta renovaci6n proviene de los sistemas energeticos que, en len guaje corriente, no estan vivos. Un ejemplo de la escala de creacion. par asi 11a marla. de materia viva a partir de 10 no vivo, es 10 que sucede con la particula viva del embri6n. Durante nueve meses, esa particula crece hasta constituir una masa viva 15.000 millones mayor que en arigen. Este crecimiento de los sistemas ener geticos vivos se ha producido a partir de sistemas energeticos no vivos, por el im pulso inicial de una diminuta particula viva. Del mismo modo que era especifica 1. De Rer. Nat. II. 2. Physio]. V, 3. 99. 3. N. Oresme, Ollodlibeta, 1370. Vid. L. Thorndike, III, 456.
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la particula inicial, tambi€m 10 es el ntmo de crecimiento. Y aun mas. es personal -John Brown 0 Mary Smith-, can una personalidad inalienablemente modelada sobre la particula inicial. Ahora bien, esta transici6n de 10 no vivo a 10 vivo es comprensible si se trata en origen de una reordenaci6n quimica, pero es mimaginable en cuanto transicion de una categoria fundamental de cosas a otra" fundamental mente distinta. Lo vivo y 10 no vivo, en funci6n de la energia, no presentan una diferencia que no sea explicable por la reordenaci6n de sus partes. Sin embargo, no vayamos a pensar que es la trascendental cuesti6n can que nuestro fisiologo del siglo pasado zanja el asunto. No es una simple cuesti6n de cantidad de energia recibida segun patrones estandar,. carbohidratos, grasas, proteinas y algunas sales minerales. No puede evaluarse una dieta en simples ca lorias, como si del abastecimiento del gas urbano se tratase. Una dieta con sufi ciente valor ca16rico y cantidades correctas de los patrones quimicos estfmdar puede resultar inadecuada, aunque, con la simple adici6n de un poco de leche completa, sea adecuada. Se ha demostrado que un menu a base de las entidades quimicas tradicionales no sirve para el crecimiento animal si no se Ie anade un factor alimentario no identificado (Osborne y Mendel). Estos constituyentes in dispensables no identificados eran las «vitaminas)), En la Europa continental, hubo quien acat6 con reservas esta tesis, pero el tiempo ha dado la respuesta, de mostrando la existencia de seis sustancias quimkas puras, aisladas y de consti tucion qui mica verificada, y, de elIas, tres ya se sintetizan en laboratorio. Actualmente, las vitaminas son mas de una docena, Y sabemos que no consti tuyen un grupo quimico homog€meo. Cada facultad corporal -empleando el ter mino de Fernel~ requiere su vitamin a y degenera si no esta inc!uida en la alimen tacion 0 10 esta con escasez, y se recupera cuando su proporcion es la adecuada, Este nino, par ejemplo, el hijo de tu vecino, Cleantes, a quien da gusto ver, con su gIacia y sus dientecitos, es el resultado de los cuidados de sus padres y de las circunstancias favorables, nos dlda lady Mellanby, y, ademas, del magica con curso de la vitamina D, Un hada buena que rige las sales de la osificacion, la for maci6n y la disposici6n de los dientesy evita las caries. Es un conjuro contra el ra quitismo y, sin embargo, era inexistente en el concepto de dieta de una generaci6n atras, Y esta la vitamina A, un angel de la guarda del crecimiento, ba luarte contra la infecci6n baeteriana, que abunda en los alimentos corrientes eomo)a mantequilla,lo? huevos y lasverduras, pera depende de la luz solar, Y precisamente de los rayosde sol que los cristales de nu..,,,,"'''''''' y,;,,-,taxia.5 no dejan pasar. Necesita el sol y es mejor entre mayo y septiembre; por 10 tanto, hay una variaci6n estacional en la produccion !aetea de nuestra dieta. Son simples ejem plos, Existen la vitamina B, la vitamina C, la vitamina E; la B consUtuye un grupo por si sola, de la Bl a la «un autentico enjambre». La carencia de una de ellas causa escorbuto: de otra, raquitismo: de otra, polineuritis; de otra, una especie de esterilidad. Sonries por los pocos atractivos nombres de estas buenas hadas, pero se les dio esta denominacion facil para que la ignorancia cientifica no tuviera ex cusa. La vitamina C es aCido asc6rbico (Szent-Gyorgyi) y asi suele denominar sela. La vitamina A es caroteno-/3. No hace tanto tiempo en que ya no nos conformamos con harina del molino mas cercano 0 con la leche de la granja vecina. Ahora exigimos harina cada vez mas blanca y rennada, y la leche se distribuye limpia de impurezas. Si se me permite, Cleantes, dire que en nuestra raza son cosas que ya han sucedido, de «tiempo in-
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memorial», y el descubrimiento de las vitaminas es un paso mas en el dominiC del pJaneta, y que, para realizar 10 que debernos como ninguno de nuestros anteceso res infrahumanos tuvo inteligencia para realizar, debemos seguir el consejo de Claude Bernard, transportando con nosotros nuestro propio entorno. Su escasez cuantitativa fue uno de los mayores obstaculos en el descubri miento de las vitaminas. Una cantidad suficiente de vitamina A, para doce ratas durante toda su vida, equivale a una gota en una soluci6n al5 por ciento. Y no soJo su magnitud es de una pequenez escurridiza, sino que ademas son qui mica mente fn~giles y, en consecuencia, dificiles de detectar quimicamente y de aislar. Conocemos las vitaminas alimentarias, pera hay alimentos como los azucares, las grasas, y anadiremos las proteinas, de importancia ealorica. Hemos de imaginar nos su papel mas bien como una contribuci6n a la renovacion del patron especi fico y del patron parcial de la molecula organica esencial de determinadas celu las. La vitamina B, que contrarresta la degeneraci6n nervlosa, es 10 que se denomina una enzima en oxidacion (del acido piruvico), propia del cerebro (Peters). Puede que nl siquiera ahora los gastr6nomos las ensalcen, Cleantes, y es muy posible que les haya tenido sin cuidado, como sucede en el caso de tus vecinos y su pequeno, en el que las circunstancias economicas posibilitaron una alimenta ci6n variada que incluia toda la gama vitaminica, pero en nuestra sociedad hay muchos pequenos que viven en casas oscuras, y algunos padres que no cuentan con medios suficientes. El estudio de las vitaminas exige que socialmente se pos tule una dieta «destinada a saJvaguardar la salud de todos los ciudadanos»l y de sus hijos. Hemos comido y bebido de un modo parer-ida al que adopta cuando habla en prosa el senor Jourdain, sin entender la complejidad de 10 que hacemas. 0 quizas hemos salido de esa misteriosa transici6n de 10 no vivo a 10 vivo demasiado empa rentados con 10 prodigioso para ser capaces de entenc;terl0 como un proceso: el paso misterioso de Ia ((no vida» a la ((vida», jla indefinible, la inexplicable! Sabe mos que la vida se nutre de materia, perc leoma vamos a entender la genesis de la materia que se convierte en «vida», detectar su transmutaci6n de una a otra ca tegoria de la Naturaleza? lQue pregunta podemos plantear a prap6sito de ese cambio que cruza la frontera entre 10 «muerto)) y 10 «(ViVOll? Claro que no, Cleantes, perc supongamos que la frontera es una·Heeion. Entonces, ese paso es puramente imaginativo, puede que 10 (mico que hayes .una remodelacion quimica parcial, suficientemente comprensihle parael quimico. Tambien las vitammas encajan en su lugar correspondiente.
Sin embargo, para Fernel, esta reposicion del euerpo vivo y esta for maeion completa a partir de la incorporacion de materia no viva que, par eteeto de ella, se hace vida, apenas merecia comentarios. No presentaba dificultad que un prinCipia vital inmaterial, que habitaba el cuerpo, 10 vivificara par completo. La extraccion de vida a partir de 10 no vivo se produce ineesantemente en una diversidad incalculable de tierras, mares y rios, pero, en todos los casas, su origen es la vida ya existente. El individuo es siempre retono de otro anterior. Es una actitud observaeional relativamente moderna, 1. L. Hogben, Science for the Citizen, 1938, pag. 918.
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impensable en Aristoteles ni en nuestro medico-mosofo Ferne!, diecio cllo slglos Sin eInbargo, un siglo mas tarde, William Harvey 10 intuia «Las cosas vivas siempre proceden de un ovulo, que, a su vez, pro cede de una cosa viva.» El problema cobraria ulteriormente gran impor tancia en determinadas aplicaciones, al comprobarse que los procesos basieos de fermentacion, a los que se recune en numerosas ra mas de la industria (produccion vinicola, agricultura, manufacturas, et eran desencadenados por vidas que surgian del material Si no se producian de novo, sino estrictamente a par tir de semillas especificas, eliminando las semillas inadecuadas, podia y mejorarse el proceso de elaboracion. Pasteur no podia i tir que los germenes surgieran de novo; es deeir, no habia «generacion Demostrar 10 negativo es imposible, pero el desafio a todo el mundo para que demostraran un positivo contrario a su afirmacion negativa. Desde entonees, se han realizado esfuerzos a una eseala colosal para conseguirlo -en el terre no de la industria de fermentacion de lica res-, pero el aserto negativo de Pasteur permanece incolume. Lister de mostro que la superacion en heridas, erisipelas y septicemias, la tiebre puerperal, etc., la causaban unos germenes. Nunca creyo, como Pasteur, que los germenes surgieran de novo, y, asumiendo esa imposibilidad, ideo los medios para que sus semillas no penetraran en las heridas y 10 erradicar la supuracion y la en cirugia. Se diria que fue un caso en el que casi se logro la demostracion de una afirmacion y, gracias a ello, cada ano se ganan puntos en la lucha contra el sufri miento humano. Imaginemos ahora que Cleantes se dirige a Philo, diciendole: «Si la materia hizo semejante cosa, es si produjo por si sola la vida, hace anos, ~por que no 10 sigue haciendo? ~ Tal vez crees, pese a la que sigue produciendola?ll Cabe imaginar a Philo moviendo la cabeza y respondiendo: «Las condiciones actuales no son las mismaS.ll A 10 que Cleantes replicaria: «Ahora son favorables a la vida y asi es como que eran entonces.» Se oye a Philo musitar: uCuestion de substrato y fer mento.» Pero, para Cleantes, habia algo mas. La materia pl).Slde reducirse cas! por completo a electricidad. Las car gas electricas se mueven entre ::;1, agrupandose en determinados tipos de sistemas en racimos llamados atomos, porque durante un tiempo se penso que eran indivisibles, como las particulas especulativas de los an tiguos «atomistas)). Los elementos de estas agrupaciones se descompo nen y vuelven a y luego forman nuevas agrupaciones de atomos que, a su vez, se estructuran en otros sistemas: las moleculas. Son siste mas electricos, igual que los atomos que se agrupan y, con a cier tos aspectos de su algunas mezclas moleculares se acoplan en un de fases, el estado coloidal, que consta de agre gados moleculares, muchas veces formados por moleculas de gran com plejidad. El estado coloidal desempena un papel fundamental en las ce lulas vivas. Los casos mas diminutos de vida unitaria apenas son algo mayores que ciertas particulas del estado coloidal. Sin todas tienen un tamano suficiente para contener una determinada cantidad
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de de la categoria de las proteinas, grasas y carbo hidratos. Estas suelen ir asociadas en 1a de un que se define como vivo. Las cargas agrupadas pOI atomos, los ,homos agrupados en mo1ecu1as, las moleculas agrupadas en agre moleculares y, una vez alcanzada esta organizacion, algunos de los agregados menores y menos estables equilibran su perdida tempo ral de energia absorbiendo nueva LHemos de imaginar que ha entrado algo en este material que 10 convierte, a diferencia de to das las organizaciones precedentes de la materia, en algo superior a ella? La celula se alimenta. Se ha comprobado que las amebas acwiticas y 1a celula ameboide de nuestra sangre capturan particulas del fIuido cir cundante y las digieren. un acto atribuible a las propiedades de la simple materia? Vistas al estas celulas son una gra nular infima de jalea que cambia constantemente de forma. Cambios de tension superficial y cargas en el tabique entre la celula y el fIuido acuoso, explicarian este cambio de forma, como sucede en la membrana de un electrometro capilar. Que se produzcan cambios de carga superficial es propio de la composicion quimica de la que es un campo quimico de extrema actividad. Que la celula efectue movi mientos propios es consecuencia de las cargas, y de elIos se vale para ali mentarse. Si se la somete durante un minuto a temperatura de ebulIi cion, cesan los movimientos y no se reanudan: decimos que e1 calor la ha «matado». Eran los movimientos de 1a vida, pero, como la quimica desconoce la palabra «vida», nos dice que las proteinas han sufrido un cambio irrever sible, pues, efectivamente, el complejo proteico de la celula era la base de estos movimientos. Se ha alterado la composicion interna, y la celula ya no se alimenta. Los movimientos formaban de su nutri cion. De ella partian unos filamentos hacia 1a particula cercarIa y atraparIa, y, una vez dentro de la celula, el fIuido que la se vuelve acido, la particula se disuelve, igual que 10 haria en nuestro y se convierte en una de jugo. Quiza parezca, por asombroso que sea el proceso, que nada hay en el sistema quimico de la celula que no sea pura quimica, ya que se puede reaUzar sin «vida», en un tuba de ensayo. Pero parece que la celula muestra predileccion por ciertas particulas. En cuanto sistema quimico especializado, reacciona de modo distinto ante particulas quimicamente distintas. Su tension superficial se a1tera en proximidad de una particula sabrosa, 10 que es comprensible 8i 1a particula esta rodeada de cierto «ambiente» 0 so1ucion. Incluso entre un simple acido y un a1cali, las celulas se precipitan hacia uno u otro, im pu18adas par quimicos estrictamente. Es la composicion qui mica de una herida 10 que dirige hacia esta nuestras celulas defensivas. Las celulas danadas excretan mecanicamente estas sustancias que atraen a las celulas ameboides sanguineas. Es un fenomeno e1 fIuido que humidifica el abdomen no las atrae si este esta sano, pelO, cuando se produce una irritacion 0 inflamacion en la membrana que 10 recubre, rapidamente su fIuido adquiere la propiedad de atraer a las ce 85
lulas ameboides sanguineas 1 , Tambien los muscu10s lesionados, a dife rencia de los sanos, atraen a las celulas ameboides, Este comporta miento no se restringe a la indiferencia 0 a la atracci6n, tambiEm es elu sivo, y se ha comprobado que las ce1ulas de pallo eluden e1 encuentra can celulas sanas de rat6n, pera se precipitan sabre cua1quier celula le sionada, aunque sea de raton, Si observamos una ameba de agua dulce, vemos que a1gunas de las particulas que digiere no son nutrientes, aun que S1 la mayoria. Si Ie damos opci6n a elegir entre un conjunto de parti culas a1 azar, algunas de eUas modifican e1 flujo de la sustancia celular y son las que Ia ameba fagocita. Cada particu1a esta rodeada de una espe cie de ambiente quimico distinto, segun los tipos quimicos de particu las, y parece ser que un medio quimico rodea a la ameba. Los investiga dores describen con que rapidez la lenta ameba captura al minusculo co]pidium, que nada como si se sintiera atraido hacia la «boca)) de esta. Es e1 comportamiento quimico de la bacteria invasora 10 que orienta a las celulas ameboides para tragarlas y digerirlas. Nuestras celulas ame boides tratan a Ia herida y a los germenes de la enfermedad como facto res quimicos, can el resultado consiguiente para 180 protecci6n del orga nismo, Es un acto tan claro e importante que los cirujanos que observan y estudian el comportamiento celular, aunque saben que es una reac ci6n quimica,la denominan «defensiva)), como si tuviera una finalidad. La celula que se mueve libremente en e1 estanque 0 en nuestro cuerpo, Lbusea su alimento? LHay en ella un movil 0 una mente? Es na tural plantear esta pregunta, pera no hay una respuesta tajante. Algunos que las han bbservado con suma paciencia creen que las celulas sim ples, libres, los paramaecium, por ejemplo, pueden entrenarse en cierta medida. Es decir, que pueden aprender, En otras palabras: su comporta miento puede modificarse, 10 cual nos lleva a concluir que esta modifica ci6n se basa en una experiencia individual. Si entendemos por experien cia la experiencia mental, creo que, aunque no dudemos de las des cripciones de los investigadores, hay que poner en tela de juicio seme jante conclusion. No es que exista una inverosimilitud intrinseca a que exista cierto grado de mente en un ser como Ia celula simple.l.Que deda Hobbes? «Se que hubo ftlosofos, hombres cultos, que sostenian que to dos los cuerpos eston dotados de sentido, y y::: no veo,qu.e se Ies pueda refuter s1 la naturaleza del sentido se'atribuye a la simple reacci6m)2. Sin embargo, lao improbabilidad estriba en que podamos considerar mente ese grado de mente.
LA SABIDURIA DEL CUERPO
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una r1sita nerviosa ante 10 maravilloso Keats
Anatomice el ojo, verifique su estructura y funcien, y digame, con toda honradez, 81 no surge inmediatamente en vos con la fuerza equiparable a una sensaci6n la idea de un inventor. Dialogos sobre la religion natural, Hume, Ed. Kemp Smith, pag. 191,
Recuerdo perfectamente la epoca en que pensar en el ojo producia escalofrios. Charles Darwin L 'iration est toujours une fatigue pour J'espece humaine, (La iraci6n
es siempre fatigosa para la especie humana) Le Bal de Sceaux
1, C.G. Grand y Robert Chambers. en Journal of Cellular and Comparative Physiolo gy. 1936, IX. 172. 2. Elementorum Philosophiae, IV, 25,
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dejar de ser nifios, solemos perder nuestr~e1d~ d<",~' ion aunque despues la reeuperemos y todo nos ezea mara\Tmoso, ero la mayor maravilla es 10 poco que dura nuestra propia maravilla, ",Quien se entretendria en eontemplar un areo iris todas las mafianas?Lo maravilloso, S1 es freeuente, deja de llamar nuestra atenei6n; aetitud bastante pnktica, pues nos permite dedicarnos a los quehaceres eoti dianos,lo cual, por otra parte, puede embrutecernos si no sabemos pres cindir de ellos de vez en cuando, Recuperar la capacidad de maravilla de la infancia es fuerza motriz de algunas ideas adultas, Entre las obras del planeta existe un tour de force, si es que el termino conviene a las obras de planeta. El cuerpo consta de celulas, miles de millones, en nuestro caso con creto aproximadamente de un billon. Es una unidad convertida en mul tiplicidad sin ir en detrimento de su cUfl,lidad unitaria (Carre1)t. En ori gen es una sola celula y de ella todo el cuerpo es progenie. Su as cendencia se remonta a la celula ancestral. que, a su vez, procedia de una celula ancestral de la familia celular inmediatamente anterior. En toda generaci6n el impetu de la celula inicial para producir una fa milia organizada se obtiene por e1 acoplamiento de esta con otra celula, ajena a la estirpe familiar, pero no muy distinta. En nuestro caso y en el de las especies proximas, estas dos celulas proceden de individuos de especies iguales. Los dos individuos tienen que complementarse se xualmente. Obviemos el proceso de fecundacion previo al proceso de de sarrollo del nuevo individuo. Esbozaremos la historia del desarrollo de una simple particula microsc6pica hasta que se convierte €nun ser con forma. Antes de la invenci6n del microscopio, los primeros capitulos de esta historia de la vida confundian a los mas sabios y no se superaba la simple conjetura. Con la introducci6n del microscopio, se inieia una odi sea: la genesis de un 6vulo del tamafio de la eabeza de un alfiler hasta un individuo desarrollado. Algunos 10 eonsideraban como el punto inicial de un hombre infinitesimal, pero la verdad era aun mas extrafla. Lo unico observable era una jalea granular que nada tenia que ver con los padres ni con el hombre. Luego la particula ereda y, escindiendo en dos su pequefio ser, for maba un par unido. Luego 4,8, 16,32 Y asi sueesivamente; un proceso cuyo ritmo s610 disminuia una vez alcanzada la replica de millones y mi-
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L Methods of Tissue Culture, 1938, de RC. Parker, pr61ogo de Alexis Carrel.
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llones, una genesis que no cesa mas que cuando, POI accidente, a a1 cabo de los anos, pOI decaimiento natural, en el conjunto sobreviene ese cam bia subversivo Hamada «muerte». Desde un principia, cada cEHula, aparte de adoptar una forma, adquiere su lugar correspondiente en el conjunto con arreglo a la fase que aste haya alcanzado en aquel mo mento, y de este modo cada calula contribuye a dar forma, estructura y diseno a la generalidad org2'mica. El proceso se inicia cuando estas treinta y dos ce1ulas originarias adoptan la forma de una pelota hueca Uena de agua; es la fase inicial del futuro individuo, e1 principia de un animal 0 de un hombre. Durante esta fase, su disposicion visible no es un exponente muy claro de 10 que sera e1 futuro individuo. Mas tarde, rapida aunque gradual mente, se van sucediendo cambios en cada fase. Darwin citaba a un na . turalista que habia dicho: «Tengo dos minusculos embriones sin etique tar metidos en alcohol. y ahora soy incapaz de saber a que animal pertenecen.» l,Lagartos, pajaros 0 mamiferos? Es algo que habria afec tado profundamente al Aristoteles biologo: la causa finaL Et que no de jaba de insistir en que, para conocer una cosa, hab:ta que averiguar su causa final, precepto aceptado y avalado par Jean Ferne!. Pero el acto de remontarse a las causas finales ha producido muchas veces errores en biologia, como sucedio con Galeno, aunque a veces soluciona problemas a provee claves, como en el caso de Harvey, con la salvedad de que este no olvido que seguir una pista exige la verificacion de cada paso. Los sucesivos capitulos de la historia de la pequefia pelota de celulas son como un cambio constante de decorado. Una analogia rudimentaria de la pelota seria un conjunto de ladrillos magicos. La celula primitiva, la fecundada, se escinde en dos, y estas a su vezoriginan otras dos y asi sucesivamente. Cuando en el agregado se ha producido e1 fenomeno unas 45 veces, ya hay 26 billones de ladrillos magicos que forman una sola familia -es el numero aproximado de celulas que tiene un recUm na cido- formando un complejo: el cuerpo del nuevo ser. Cada celula ha ad quirido forma y tamano adecuados, situandose en ellugar preciso. No es un conjunto estrictamente especifico, sino un individuo particular den tro de los limites de 10 especifico. Recordemos que cada celulaes ciega y que carece ae sentldos. No dis tingue (carriba» de «abajo», actua en la oscuridad. Sin embargo, la celula nerviosa, par ejemplo, «encuentra» incluso en la yema de los dedos a la celula nerviosa que les data de tacto. Es como si un principia inmanente les infundiera e1 conocimiento para cumplir un proposito. La vision que nos aporta el microscopio y que nos produce esta impresion de prescien cia e intencionalidad, 10 que en definitiva nos aporta -por tratarse unica mente de una imagen- es la forma estatica. No es sino el signo externo y visible de una actividad dinamica, armonica en el tiempo y en el aspa cio. «Nunca coinciden el tiempo, el espacio y el amado.» Pero S1 en este caso, salvo si hay enfermedad. En su primera fase, las celulas embrionarias no muestran diferencias apreciables. Mas tarde, la celula muscular madura, Ie. celula nerviosa desarrollada y la celula hepatica formada, son tan distintas en estruc tura visible como en comportamiento; y Hegan a este estado a pesar de 90
ser, par descendencia, de una sola familia. Por el contrario, si contemplamos un par de celulas de identico funcionamiento, una de hombre y una de pez, a pesar de que pertenezcan a sistemas totalmente distintos, el observador puede ver enseguida que, por pertenecer a una de funcion semejante, tienen igual estructura. La celula nerviosa es ine quivocamente una celula nerviosa, sea de hombre a de pez. Las celulas de las distintas partes del conjunto sistematizado adoptan formas deter minadas, octogonales, estrelladas, filamentosas, etc., segun 10 requiera el caso y excretan un pegamento aglutinante 0 un fluido que les faculta para moverse libremente. Algunas modifican su constitucion y se con vierten en hueso rigido, 0 en un elemento mas duro como es el esmalte dental; otras se hacen fluidas y flotan en unos tubos muy finos invisibles para el ojo humano. Muchas se convierten en sustancias tan transparen tes comO el cristal, 0 tan opacas como la piedra, 0 bien adoptan colores: raj 0 , negro. Otras se convierten en centros fabriles de productos quimi cos de gran actividad, otras permanecen inertes, como muertas. Las hay que desempenan el papel de motores de energia mecanica, 0 de estruc turas estaticas de apoyo. Otras forman un sistema de transmision de sig nos electricos. Es un comportamiento que podria servir de modelo de mocratico. Es como si, en esa cifra de millones, la vida de cada celula entendiera su papel particular. De este complejo surge el futuro indivi duo en su plena integridad. Pera existe, a primera vista, una excepcion en el praceso. Existe un tipo de celula que, entre todas las miriadas, es la tinica que conserva su personalidad original y no se especializa. Una calula que preserva Ia na turaleza original de la celula ancestral; sus hermanas y su progenie se metamorfosean a traVElS de cadenas y procesos constituyendo una pIe tara de formas y actividades. Pero esta celula no experimenta modifica cion alguna y permanece fiel a su antepasado. Tiene que ser asi, pues, si no, la especie no se perpetuaria. Para recomenzar el cicIo reproductor es imprescindible un regreso a los origenes. Todas sus hermanas se embar can en especializaciones complicadas, incluida la cerebral, con todos sus misterios mentales, pero son impotentes para producir a su vez un germen igual al de procedencia. En ninguna de elIas, aunque sean hu manas, se produce por fecundacion otra semejante can forma de hombre ode n.iTlO. Para ella, el unico medic disponible es la celula hermana, ge neralizada como celula ancestraL De esta celula ancestral, solo una es trecha linea genetica derivada, alojada en el resto de la inmensa proge nie coiateral especializada, conserva la naturaleza germinativa original, e incluso esta debe madurar. Es bastante significativo que, de genera cion en generaci6n, esta celula sea autonoma con respecto a las demas. Esta reserva ceIuIar limitada, que podemos calificar de excepcional por ei hecho de que, a diferencia de sus congeneres, no adquiere especiali zacion a partir de la forma germinativa paterna, no es ninguna excep cion despues de todo, ya que su especializacion es la reproduccion. Su particular especializacion es que solo un fertilizante especial puede fe cundarla. Su propia especializacion, como por adivinacion, preva, entre otras cosas, cual va a ser la naturaleza de este fertilizante especial. Por 10 tanto, todo el sorprendente praceso de formaci6n de un nuevo individuo 91
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es una aventura de especializacion organizada, en 1a que intervienen in numerab1es unidades cooperantes. Un proceso que no solo sirve para completar un nuevo individuo, sino que provee la futura produccion de otros individuos a partir de al Existen, si no me equivoco, mas de medio millon de patrones de seres vivos distintos. E1 que nos ocupa es a1 que pertenecen e1 par de celulas que 10 constituyen, y nunea forman otro. Pero, aunque su especie es to talmente distinta a cualquier otla que haya existido, no es simplemente 1a del hombre, sino 1a del hombre John Brown 0 de la mujer Mary Smith, cuyos iguales exactos nunca han existido. Pero esta concatenacion de cambios que culmina, por ejemplo, en e1 descendiente humano, nunca se produce dentro de la funcion de la autemtica descendencia de la celula fecundada que 1a motiva. Todo 10 que aporta la experiencia de este !inaje es ellanzamiento, en las sucesi vas generaciones, de esta aventura colateral que ahora culmina en 1a comp1ecion de un ser humano. Segun una de las antiguas explicaciones del proceso evolutivo, aste era e1 producto de una ({memoria)) en 1a celula ancestraL Aunque esta explicacion se funda, aun a nivel de analogia, en una talsa interpretacion de las circunstancias reales, ya que seda imagi nacion mas que memoria 10 que cabria atribuir a 1a calula ancestral; la memoria es incapaz de recordar una experiencia que nunca tuvo. Las escasas unidades primitivas que formaban la familia cuando esta se reducia a una pelotita, absorben su agua inspirativa que Hena la es tratagica esfera, de modo que la membrana en desarrollo, medio flo tando, pueda plegarse, adoptar una forma, alimentarse, pues el aglla es un fluido condescendiente que permite la actividad elactrica de los com puestos quimicos de signa contrario que se repelen. EI agua es el mens truo real y e1 habitat de todas y cada una de las ca1ulas. El agua interna y externa posibilita e1 lible campo de accion de la celu1a. El agua es un «entorno») estupendo y la calula germinativa parece apreciarlo. Agua dentro y fuera. La superficie celular se convierte enseguida en la frontera de un medio de intercambio entre dos mundos quimicos, uno «vivo» dentro de la celula y otro sin vida fuera de ella. Las celulas experi mentan sucesivas divisiones y diferenciaciones, el agregado superficial entre 10 vivo y 10 no vivo va en aumento y asume constaptemente una graduacion cualitativa. . , . Paso a paso, las cosas van tomando forma. Al principia, son diminutas, minucias que el ojo del experto reconoce como partes rudimentarias del futuro ser. El cerebro es una pequena estructura formada por tres dimi nutas camaras huecas, en cuya parte mas posterior se esboza un corto tuba: la madula espinal. Se han ido formando a partir de las membranas que, al doblarse a derecha e izquierda y al juntarse sus pliegues latera forman un tubo. Esta membrana sera la sede sistematizada de celulas interconectadas en interaccion reciproca directa 0 indirecta, las cuales, en el hombre, alcanzan una cifra casi igual a la poblacion mundial. La camara tubular, con su contenido acuoso, perdura sepultada en el fondo de la membrana enormemente enriquecida. Perdura durante toda la vida, a modo de vestigia primitivo, testigo mudo de los tiempos prime ros en que estaban por venir, no s610 e1 hombre, sino el mamifero, e in
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cluso el reptil. El primer paso de ese pliegue, Hamado a constituir un ce rebra tubular, pertenece al espiritu inicial de la historia del embri6n hu mano que se convertira en nino, pero es un paso primordial que ante cede en eones al advenimiento de la autantica forma humana. Pero hay cJerto detalle en a1guna escena de esta obra veloz e impara ble que infringe la A veces, el nino nace con el cerebro y la meduia fuera del tubo, formando un simple surco, y todos los nervios del cuerpo, que habrian de desarrollarse y conectar con la base del tuba natural, se presentan en un estado que parece que 10 buscan, y 10 buscan en el sitio debido, pero inutilmente: no esta en su sitio. GOua cooperacion es asta? Entonees, no se trata de pura quimica y fiska. Hay una causa final ac tuante. Es un resultado en el que se evidencia un proceso que a veces fa lla. Son casos bastante frecuentes: dedos de manos y pies que crecen mal, juntos, en palillo de tambor; rinones que faltan, cabezas practica mente descerebradas, corazones en los que la ventana entre la mitad pulmonar y la otra mitad no esta cerrada al nacer y la sangre circula muy oxigenada y el nino sobrevive medio ahogado, cianotico. GOua signifi can estos fallos en el plan? Hay casos de terneros de sexo opuesto naci dos en un mismo parto, en los que el sexo de la hembra esta atrofiado. Su desarrollo depende de sustancias quimicas que han favorecido el desa rrollo del gemelo macho. En el utero materno, los geme10s comparten la circulacion, y las hormonas masculinas, al circular por los dos embrio nes, inhiben el desarrollo sexual de la cria hembra. En el caso humano, no se produce esta malformacion porque la circulaci6n no es comun y cada gemelo tiene su aporte sanguineo independiente. Pero las hormo nas son substancias quimicas. Hablamos de nervios hechos para hacer esto 0 aquello. Es la perviven cia del espiritu de Galena, es alga que afirmamos sin pensarlo. Galeno pensaba al respecto como todo e1 mundo, como el hombre de la calle, no solo de su epoca, sino de siempre: los musculos parecen estar hechos para ejecutar 10 que les pide la mente. En el feto, hay un canal no muy largo que une la base de la arteria pulmonar con la de la arteria principal del cuerpo. Inmediatamente despues del naCimiento, el pUlmon inicia su actividad, y esta derivacion del aporte sanguineo seria inconve niente. Poco antes del parto, se cierra en el feto este canal par la accion de un fJt::queflo muscul0 especial. Este musculo, «que se sepa; ll~..mca lizado por el feto», ((entra en acci6n al nacer»l y cierra el canal. «Tras cum pHr su funcion, se atrofia» y desaparece, mientras, el ducto, en su mo mento, se ha cerrado por su desuso. Sir Joseph Barcroft anade: «Resultaria dificil afirmar que el musculo que cierra el ducto al nacer se haya diferenciado como consecuencia de alguna enfermedad especifica que haya influido sobre aI, y menos aun por efecto de haber desempe nado alguna funcion concreta»2. Es un ejemplo de causa final. Los nervios, para su finalidad, parecen estar construidos en funcion de 10 que se «desea)) que ejecuten. Antes ya de entrar en funcionamiento, 1. The Brain and its Environment, Sir Joseph Barcroft, Yale University Press. 1938.
73-81. Ibid.. pag. 73.
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Figura 5a. Pabellon de la oreja de un gato.
lzquierda: afeitada para que se vea el contorno. Derecha: marana de pelos que cie
rran la entrada. cuya funci6n es inducir movimientos espasm6dicos ritmicos en la
cabeza. con los que el animal expulsa cualquier intruso. Es un acto reflejo.
Figura 5b. Fibra muscular (amablemente cedida par Longmans. Green and Co.).
crecen en ellugar que se «desea» y efectuan las inserciones «correctas». Todos caemos en esta modalidad de raciocinio y la adoptamos conforme diseccionamos. En el prodigio particular que ahora nos ocupa, el de una c€ l lula microscopica que deviene hombre, mostramos tendencia a inter pretar todo el proceso de igual modo. Decimos que «se convierte en» nino. LSe convierte? Las palancas formadas por cartilago se convierten en hueso para un oportuno y mas energico movimiento del musculo que las recubrira; los pulmones. visceras solidas, se disponen para vaciarse en cuestion de minutos cuando tienen que tomar el aire que necesitan; los brotes de los de aparienciafutil brotan sin embargo deli beradamente para convertirse en dispuestos para U.na exis tencia en la que han de ser de suma importancia.Un parasito pseudoa cuatico es mudo como un pez, pero construye contra reloj en su interior un instrumento vocal que llegara a hablar; organos como la piel. el oido, el ojo, la nariz, la lengua. son superfluos en la oscuridad acuosa en que se desarrollan. y todos ellos, sin embargo, se preparan incansables para irrumpir a plena luz. al aire libre, en un mundo de objetos multiples al que estan convocados. Una gran excrecencia al extrema de un tubo ner vioso, un cerebro rabiosamente magnificado, imitil de momento, pero en el que se producira el aprendizaje de un mundo para el desconocido. La estructura viva es una masa de causas finales aristot€ l licas. Todo esta previsto, no se olvida ningun detalle, hasta los pelillos entrecruzados del pabellon acustico del gate que impiden la entrada de agua y de moscas (fig. 5a). Si los antiguos de la Edad Media hubieran conocido los he
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chos. los habrian atribuido a la magia natural. En el prologo dellibro de Fernel (1542).leemos: «Como dice Arist6teles, conocer el fin de una cosa es saber su porqu€l». y, de igual modo, actualmente, el bi61ogo escribe L «S6lo podemos entender un organismo si 10 consideramos como si fuera el producto de una inteligencia ordenadora con un proposito», como una causa final actuante. Supongamos que. antes de desentranar el enigma. itimos la pre misa de que este embri6n en desarrollo aloja algun tipo de mente 0 psi que, e inc1uso que as! es en cada una de las celulas que 10 constituyen, y qu~ no es inferior a la que va a tener como ser humane individual. La existencia de una mente como €lsta, dedicada a producir al futuro nino. tendria que hacer frente. de todos modos, al «como» en los sucesivos pa sos del proceso. Seria impotente. Se trata de un agregado de c€ l lulas que 'hacen 10 que hacen por primera y ultima vez. Sin ~mbargo, cada paso que dan parece estar fraguado con un prop6sito definido. Una finalidad clara y un «como» oscuro. Si contemplamos un esbozo de miembro. como crece y como cobra forma de brazo, la sorpresa no estriba en que las co sas salgan bien. sino en que a veces salgan mal. Quiza sea mejor inter pretar este hecho como una causa final hereditaria. El microscopic se limita a resolver simplemente el misterio a nivel de millones de crecimientos microscopicos independientes. pero cada uno de ellos sigue siendo un misterio. LCual es el proceso individual? "Como se coordinan para alcanzar un crecimiento armonico de acuerdo con un plan? LCrecimiento? Este termino, empleado en Bioiogia, creo. desde que existe la biologia, tardo en relacionarse con e1 termino cientifico «como)). Su relacion con la Quimica y la Fisica no era intima. Su estudio se cir cunscribia mas bien al de las formas voluminosas visibles, las formas vi vas. Catalogar las formas ha sido mucho mas facil que entenderlas. La forma del embrion. tomada por su aspecto externo, es un sorprendente «devenir» que implica un «proposito». inc1uso en la forma de ala de in secto 0 en la linea aerodinamica de la baHena. Porque los atomos se com binan en base a la disposicion de sus partes subatomicas no decimos que estas partes constituyentes sean productoras moleculares. En el es tudio de la biologia, Ia forma integral de los seres vivos siempre ha ocu pado un puesto preponderante. Esta forma as siempre especifica y de una importancia decisiva para la propia vida 2 , y constituye un sector de la investigacion que. conforme se fue haciendo mas sutH y consciente de su proposito final, se denomin6 morfologia. Su t€lcnica, semejante a la empleada en la anatomia de la cual procede, y anterior a la microscopia. es sencilla y solo requeria algunos instrumentos cortantes y el ojo des nudo. Ya era por tanto posible en la Antiguedad. El genio de Aristoteles, centrimdose en el campo de las formas animales, pnlcticamente por pri mera vez en la historia de la ciencia, supo descubrir muchos datos yes tablecio las bases filosoficas. Poseia para su tiempo verdaderos conoci 1. R.e. Punnett, "Forty Years of Evolution Theory», en Needham and Pagel. Background to Modem SCience, Cambridge, 1938. pag. 196. 2. Para una excelente exposicion. vease On Growth and Form, de Sir D'Arcy Thompson.
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IDlentos enciclopedicos sobre formas animales, y dE 110s extrajo profun das deducciones de gran repercusi6n, Aristoteles trataba 1a forma visible como un concepto a priori, Si tene mos en cuenta las circunstancias, diremos que probablemente era una actitud correcta, Podemos afirmar que por este camino 11ego mas lejos de 10 que habria llegado por cualquiera de los que su epoca Ie brindaba, EI profesor S,D, Ritchie senala acertadamente que la ({abstraccion estructu ral y funcional es en el fondo una simple cuestion de la lentitud 0 la rap i dez del cambionl. Sin embargo, hay un aspecto del proceso evolutivo de las formas vivas que siempre ha subrayado de manera inequivoca su dinamica: el creci miento. Una vieja creencia comun en los libros de texto afirmaba que, aunque crecimiento es un termino que se aplica a los cristales y a los se res ,Vivos, el crecimiento cristaloide no nos da la clave III el paradigma del crecimiento vital. Actualmente, nos parece una afirmacion heeha a la ligera. Recientemente se han ideado nuevas tecnicas para examin2H la estructura biologica, y una de ellas es 1a desarrollada por Braggs me diante un excelente analisis por rayos X de la estruetura y e1 erecimiento cristalinos. No hace tanto que la celula estaba considerada como una go tHa coloide. Una gota de una suspension eoloidal amorfa es posible mente 10 mas a1ejado que quepa imaginarse de 10 que entendemos por arquitectura. Entender 1a celula viva como tal gotita, equivalia a olvidar que la celula es ante todo un ente organizado. Si calificamos de arquitec tonico un plan espacial unificado, la celula es arquitectura. En cuanto a las piedras de esta arquitectura, son las «proteinasll. Es un edificio de proteinas y el nucleo sobre el que se centra, el punto nodular de la sinte sis proteica. En cuanto al calificativo de coloide, las proteinas se comportan en va rios aspectos del mismo modo que los coloides inorganicos: estan conte nidas en membranas, su difusion es lenta, etc. Tampoco hace mucho que se consideraban las particulas proteicas como agregados molecula res coloides y no como moleculas simples, debido a su gran tamano. Los quimieos, a pesar de los adelantos de sintesis con que cuentan, son inca paces de obtener una mohkula cuya masa se aproxime a la de una paTti cula molecular. Par eso, cuando se creia que esta particula era una agru pacion de moleculas mas pequenas, se Ie atribuia una masa indetermi nada, Pero actualmente sabemos que la particula proteinica, en muchos casos al menos, es una molecula gigante. Posee una individualidad con creta que es su distintivo molecular, en la que cada atomo constituyente es indispensable para la integridad estructural. El analisis par rayos-X proporciona una imagen de la arquitectura atomica de la molecula pro teinica que, al igual que la centrifugaci6n, aunque de modo distinto, nos aporta datos sabre la masa y la configuracion de las particulas proteicas y nos confirma que son moleculas gigantes. Algunas tienen forma fila mentosa, otras son practicamente globulares, Su variedad potencial de formas alcanza cifras astronomicas. Sin embargo, se sostiene la probabi lidad de que todas ellas posean un unieo estil0 arquitectonico latente.
Su riqueza de formas las faculta para construir una variedad de vida practicamente inagotable 1 • El tratamiento puramente mecanieo afeeta a estas moleeulas gig antes en un grado que no se observa en otIas mas pequenas y simples. Se las puede lIdesnaturalizanl, es decir forzar su configuraci6n, de modo rever sible 0 irreverSible, mediante agitacion mecanica 0 hasta par inclusion de una barrera en la capa superfiCial. La c€dula, y par 10 tanto el orga nismo vivo, son esponjosidades con limites en su contorno. El recubri miento proteico de la celula del huevo fecundado, que impide a las celu las-hija convertirse en esfericas, actua a modo de lamina de jalea elastica. Se 1a puede cortar con una «microaguja1l sin que pierda rigidez, pero con una agitacion mecanica que imprima un movimiento de vaiven a 1a aguja, se consigue una «disoluci6nll local. La molecula de la quera tina de la lana posee una espina dorsal extensible que 10ngitudinal mente se despliega en zigzag, a 1a eual debe 1a lana su extensibilidad re versible. Vo1vamos a que 1a gran importancia del musculo para la vida estriba en su propiedad de modificar longitud y tension longitudinal, propiedad que se atribuye a una molecula proteica elastica. El servicio esencia1 que e1 musculo presta a la vida, de forma rapid a y reversible, es eneogerse y extenderse. El acortamiento se denomina «contraccionll. Podemos valorar la importancia de 1a contraccion muscu lar con solo considerar que todo 10 que puede hacer e1 hombre es mover cosas, y su capacidad de contraccion muscular es el unico medio de que dispone para ello, Cada fibra muscular es un musculo simplificado de ta mano visible para el ojo desnudo. Uno. fibra muscular 1arga mide 15 mm de largo y 0,1 mm de ancho. Un musculo consta de haees de este tipo de fibras dispuestos en sentido longitudinal para accionar el tendon del musculo, Observadas al microscopio, cada tibra consta de bandas de fi brillas que discurren en sentido longitudinal dispuestas en paquetes y totalmente banadas por un jugo nutritivo interno de la propia fibra, Mas a11a, a un nivel mas profundo microestructural, el microscopio penetra con dificultad. Hay que proseguir e1 analisis con los rayos X Z, La unidad de medida es la millonesima de milimetro. E1 filamento que se observa en e1 aumento maximo son las innumerables llneas 10ngitudina1es de celulas gigantes. Cada una, deellas tiene una longitud aproximada de 60 mm y una anchura de 5 mm, Es un tipo de molE3eula enormemente grande dentro del orden molecular, que pesa unas 500.000 veees mas que la molecula de hidrogeno. Se trata de una proteina (miosinogeno) y de una de las mo1eculas plegables que, a1 a1abearse, se acorta, En un simple corte transversal de una muestra de fibra muscular, dividiriamos 150 millones de ellas. Es como si, par cada milimetro cuadrado de corte transversal de musculo, hubiera alineado un conjunto de palancas cinco veces superior a toda 1a poblacion mundia1, dispuestas a actuar coordi nadamente en una misma direccion, y que, al reeibir la voz pertinente de mando, entraran en accion. Este mando 11ega a traves del nervio muscu lar, es un mensaje quimico, pero se transmite e1ectricamente. 1. Prof. Leathes, Pres, Address, Physio!, Sect, B, Ass. 1926,
1 The Natural History of Mind. 1936: pag. 183.
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2. No se disponia aun, naturalmente, del microscopio electronico, (N. de! E)
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Aun no sabemos como se induce e1 alabeo de estos millones de mole culas, pero sea cual fuere el mecanismo, 1a Natura1eza 10 ha aplicado a una serie de casos distintos; por ejemp10, a1 pedunculo filamentoso de las pequenas vorticelas 0 a los muscu10s de los vertebrados. He oido a1 profesor Vivian Hill afilmaI que e1 diseno de una piqueta 0 del engranaje de un pedal de bicicleta se estab1ece en funci6n proporcio nal al rendimiento de 1a fibIa muscular humana. Este no se conoda cien tificamente hasta que quedo estab1ecido por las investigaciones de Hill, pero, si observamos la tibra muscular, vemos que esta ha resuelto e1 pro blema, incomparab1emente mayor, de construir un primer movil que se adapte a la situacion bio16gica, y esto es un simple ejemplo de 1a com plejidad biologica. Ross Harrison, eminente observador, senala que esta influencia mecanica es inconfundible: Chambers ha descubierto que «si estiramos longitudinalmente un ovulo de edzo de mar en proceso de mi tosis, €lsta no se interrumpe, mientras que, si se estira transversalmente, cesa par completo» (fig. 6,3,4)1. Se ha logrado aislar dertos virus en estado cristalino -por mor de pu reza- y se ha comprobado que son proteinas de peso molecular gigante que se propagan y autorreproducen; el mecanismo de multiplicacion pa rece ser una accion fermentativa, en la que quiza la molecula virica ac tua como enzima (fermento). En definitiva, estas proteinas «crecen)) y re sulta -cual si se tratara de demostrar que las proteinas autofermentan tes son una clave del crecimiento biologico- que e1 «gen», quintaesenda del crecimiento, parece ser una proteina autofermentante. Podemos equipararlo, con derta libertad, a un quantum hereditario, pera aun can mayor libertad hemos de considerar10 como una semilla p1antada que crece, por muy quantum que sea. Cada gen en la celula embrionaria con tiene un «caracter» unitario de 1a construccion del individuo que se ori gina a partir delovulo; con e1 desarrollo corporal, e1 gen llega a multipli carse miles de millones de veces. Se localiza en uno de los fHamentos nucleares. Se cree que estos filamentos nucleares contienen cadenas de genes. El tamafio estimado del gen 10 situa en e1 orden de 1a molecula prateica gigante, y sabemos que un nueleo celular es un cumulo de fer mentos. Por 10 tanto, e1 gen, considerado como molecula proteica auto fermentante, es un arquitecto de plantas y animales. Sabemos, por experiencia, que pueden inducirse cambios abruptos en los «caracteres)) transmitidos, definidos en genetica como «mutaciones), sometiendo e1 gen a «radiacion)). La modificacion de la molecu1a gene tica, inducida por la absorcion de un quantum de energia, se repraduci ria posteriormente par influjo de 1a autofermentacion de Ia mo1ecu1a. Esta mutacion seda un «paso cuantico)), y 1a tasa de produccion y repra duccion de la sustancia celular en fase de crecimiento puede ser muy elevada, pera esto no es sorprendente dada 1a intervenci6n de cataliza dores (enzimas). ya que un catalizador organico activa en 10 segundos una cantidad de peroxido de hidrogeno casi equiva1ente a 10.000 veces su propio peso. En un cuarto de h~ra, e1 nucleo de una celula en secre cioT). activa produce una cantidad de «enzimas)) casi igual a su propio vo 1. J. Cell. and Comp. Physiol, 1938, XII. 2. pag. 160
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Figura 6 1. Fotografia de ovulo humano fecundado (unos 250 aumentos), captada cerca de su plano central y en la que se aprecia la forma, la vema granular y 1a robusta capsula sujeta a tension par la presion de los contenidos fluidos, Es una celula simple, en la que la zona mas clara del centro corresponde al nueleo. 2. Vista proxima a la superficie.
3 y 4. Huevo de erizo de mar en fase de mitosis. Si se aplica una tension artificial sabre el plano de division, esta se interrumpe par completo, pera, si la tension se aplica en angul0 recto can respecto a dicho plano, no se interrumpe la division. Experimento realizado POI el profesor Chambers can agujas microscopicas,
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lumen. Cuando al sistema celular se suma la sintesis -la sintesis pro teica, por ejemplo-, la ce1u1a tiene que sencillamente por que e1 necesario intercambio entre ella y su entorno impone un limite maximo al cociente volumen celu1ar / celular. Es asombroso ver e1 documento cinematografico celular, por la intensa actividad que despliegan las guineo, la sintesis proteica es de una actividad abrumadora, pero no par ella menos ordenada. La especificidad enzimatica es un factor del meca nismo que potencia el orden. Un cuerpo de gusana y un rostro humane tienen algo en comun: son respuestas quimicas. Los alquimistas sonaban tiempo inmemo rial que as! fuera, pero su sueno suponia la intervenci6n de una quimica magica. Estaban equivocados, porque es una corriente y mo liente, aunque compleja. Ademas, e1 preparado en que se fra gua, el Tiempo,la ha estado agitando sin cesar durante millones de anos al servicio de una causa final. Es un preparado selecto. l.Pueden, pues, Ia Fisica y la Ouimica explicar por si solas que una bo lita de celulas del tamano de una cabeza de alfiler, se convierte, en cues tion de semanas, en un nino? En reatidad, mas que dar explicaciones, las sugieren. Un observador muy competente, tras eontemplar un foto grama de la filmacion microscopica de una masa celular en proceso de osificacion, dice: uTrabajo de equipo de las masas celulares. Espiculas cretosas de lineas de osificacion cruzan la pantalla, a modo de obreros que levantaran un andamiaje. La escena sugiere un comportamiento vo litivo de las c€llulas individuales y, aun mas, de colonias de celulas orga nizadas en tejidos y 6rganos» I. Esta impresion de esfuerzo concertado surge, y no es exageracion, de Ia fuerza de la evidencia real. Igual con clusion se extrae de la genesis de la estructura ocular. Al margen del co nocimiento t€lcnico, hasta el profano sabe cuales son las partes del ojo que presentan una especificidad obvia con arreglo a su funci6n. Su simi litud con una camara optica, fotograiica pongamos p~r caso, necesitara madera, metal y vidrio, y no se preocupara de adaptar la fuerza motriz que regula la longitud focal 0 la magnitud de apertura del diafragma. Si se Ie ordena que, en vez de madera, metal y vidrio, utilice albumina, sal y agua, ni s.iquiera se Ie ocurrira poner manos a la obra. Sin embargo, 8!:;tO es precisamente 10 qt1B :haceeste n;:ote del tamano de una cabeza de altiler compuesto de celulas proliferantes, el embri6n inidal. Y tiene que tenerlo terminado en cuestion de semanas. Le llamo blOte, pero es un sistema autonomo de la madre, aunque se alimente de los fluidos que €lsta Ie aporta. Y ese ojo que va a hacer, 10 hara a partir de esos fluidos. El conjunto, en su punto iniciaI, no es ni la diezmil€lsima parte del tamano del globo ocular final. En realidad, va a elaborar dos, de igual precision, para que la mente pueda leer las dos como una sola. Lo ma gico en esos fluidos lleva denominacion quimica: proteinas, azucares, li pidos, sales, agua, y esta ultima en una proporcion del 80 por ciento. El agua es un magnifico vehiculo «vitaln. Posibilita la vida y forma 1. E.G. Drury, Psyche and the Physiologists, and other Essays on Sensation. Lon
dres. 1938, pag 4.
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parte de la trama mediante la cual nuestro planeta engendro la vida. Cada embrion esta fundamentalmente formado p~r agua, y el agua es su habitat. El agua sirve para muchas cosas: de apoyo Y!lecanico y sede a las laminas membranosas durante su proceso de formacion, con figuracion y plegamiento, por ejempl0. EI embrion primitivo es funda mentalmente una serie de membranas en la que una pieza determinada erece mas deprisa porque sus eelulas creeen. protuberancias y de presiones que su correspondiente cometido 0 que, mente, se acomodan. La lamina se va en un centro determi nado de actividad mientras que en otro se adelgaza formando un orifieio. De este la boca, que en no tenia razon de ser, abre paso al y en todo este proceso el agua es el elemento mordial. El globo ocular es una camara en miniatura. Su pequenez forma parte de su perfeccion. Es una camara esferoide, y existen pocos organos ana tomicos en los que la forma cuente tanto como en e1 ojo; la luz que pene tra en el atraviesa una lente situada en posicion apropiada. La atraviesa, pero todo este proceso optico por el que el ojo ve la luz, se efectua en la oscuridad, se prepara en la oscuridad para empieario a la luz. La lente imprescindible a tal funcion es biconvexa, y su forma tiene que ser ido nea para acomodar este haz Iuminoso a una determinada distancia de la lamina posterior de celulas fotosensibles que forman la retina. La lente biconvexa consta de c€llulas iguales a las epid€lrmicas, pero modificadas para ser transparentes. Tiene una delicada y esta centrada con IJH' ..... ~O'" exactitud sobre el trayecto de luz que, a su debido tiempo, meses mas tarde, penetrara en el ojo. Frente a ella, una pantalla circular con igual que el diafragma de una camara fotogrMica 0 de un micros copio, la amplitud del rayo, y es acomodable de manera que absorba mayor cantidad de luz en condiciones de escasa luminosidad para for mar la imagen. En el microscopio 0 en Ia camara fotografica, este ajuste es realizado par el observador que maneja el aparato, pero en el ojo es una operacion automatica en funeion de la propia imagen. La lente y la pantalla dividen la camara ocular en dos mitades: ante rior y posterior, ambas llenas de un fluido claro, practicamente agua, que se mantiene a una presion par? que el globo ocular "conserv~ 10. forn1a debida. La (;8.H1d1d. d.HLt::!~u! esta recubierta por una capa de piel especializada de c€llulas transparentes y sin capilal para que la sangre no enturbie el ojo con sombras. Esta transpa rente esta protegida por una capa de agua lacrimal que se renueva cons tantemente. Este fluido lacrimal presenta la peculiaridad quimica espe cifica de destruir los germenes irritantes para el ojo. La cazoleta cutanea en cuestion solo dispone de uno de los sistemas cuadruples del sentido cutaneo, al tocarla stempre duele y no hay que tocarla. La piel que la pro tege por arriba y par abajo forma dos cierres moviles, secos por fuera como la piel corriente, pero humedos en su cara interior para, cada mi nuto aproximadamente, limpiar Ia ventana de cualquier particula de polvo can una pasada de liquido lacrimal fresco. La pantalla sensible a la luz, situada al fondo, es la estructura clave. Registra constantemente una imagen cambiante; rectbe, almacena y re 101
glstra durante toda la vida una imagen en movimiento sin cambiar de «placa)) 1 , enviando a1 cerebra los cambios de exposicion en forma de se ii-ales. Esta camara se enfoca tambiEm automaticamente con arreglo a la dis tancia de la imagen que Ie interesa, regulando la «potencia;; de la lente. Es una camara que gira en la direccion del encuadre precise y ademas esta continuamente alerta para protegerse. Si la acecha un-peligra, nipi damente se cierran sus estructuras cutaneas, protegiendo as! la ventana transparente. Toda esta estructura de seguridad y eficacia esta formada por particulas de una sustancia granular viscosa dispuesta coherente mente en laminas y capas que actuan aparentemente segun un plan concertado. Una vez que han quedado estructuradas y que el organo ha alcanzado su pleno desarrollo, se atienen a 10 que han creado y reposan en una relativa calma sin experimentar cambios ulteriores. Todo ello pa rece un cuento, exagerado y dificil de creer, pera asi es a Ie luz de una ob servacion minuciosa. Pero aun hay mas. La diminuta vejiga hueca del cerebra embrionario, estrechandose en dos puntos para hacerse triple, genera desde BU camara mas anterior dos brotes huecos hacia ambos lados. Los brotes se abren camino hacia la piel que los recubre, y esta, como s1 les conociera y s1ntiera afinidad, se deprime formando un hueco en forma de copa para alojar al tranco cere· bral tambien hueco que crece hacia afuera. Luego se juntan y, en el ex tremo redondeado del brote cerebral hueco, se forma un hoyuelo con cavo que se acopla a la copa. Al mismo tiempo la invaginacion de los brates de piel se desprende de la pieI original, y estos adoptan una forma esferica hueca que descansa sobre la boca de la copa cerebraL De esta copa, la copa optica, el tallo se convierte, al cabo de unas semanas, en un cable con millones de fibras nerviosas que conectan las celulas nervio sas del globo ocular con el cerebra. La copa optica, que en origen no era mas que una doble capa de celulas de aspecto simple, multiplica sus ca pas en el fondo de la copa para que, cuando penetre la luz en el ojo -10 que no se producira hasta que hayan transcurrido varias semanas-, se impresione 1a foto de la imagen. En este punto, la capa adopta un pUe gue cuadruple muy complejo. Se trata, en sentido estricto, de una pieza del cerebra alojada en el globo· ocular. Efectivamente, si nos remonta mos aSH crigen embilonario, podemos consIderar qUE' e1 cer-eklro forma una sola pieza con la piel original; es como si recalcara la maxima aristo telica sobre e1 sentido y la mente. Las celulas mas profundas del fondo del ojo se convierten en una capa fotosensible, el film sensible de la camara. Si la luz actua sobre la retina -y sabemas que e1 efecto visual de la luz se inicia en e11a-, esta la ab sorbe. En la retina hay un delieado pigmento purpureo que absorbe la luz incidente, la cuallo blanquea, formandose la imagen Iuminosa. El efeeto fotoquimieo genera corrientes nerviosas que diseurren hacia e1 cerebro. Los circuitos que unen la capa fotosensible con el cerebro no son sen 1. El autor se reHere a las placas fotogrMicas utilizadas para una sola toma antes de 1a in venci6n del rolio de pelicula sensible_ (N. del T.)
cillos. Estan dispuestas sobre una serie de reles, y son las celulas primi tivas de la copa optica y su progenie las que, al cabo de una semana, for man estos reles semejantes a un cerebra en miniatura; todos elI os estan configurados y conectados para transmitir adecuadamente hacia los co rrespondientes puntos cerebrales la imagen luminosa que se forma y se «capta n en cada momento, En la capa de celulas sensibles, la «imagem) posee dos dimensiones, como ocurre en una fotografia. Estas relaciones espaciales ureaparecen» en la mente, por 10 que podria pensarse que los datos de esta imagen se conservan en cierto modo en el patron electrico de la subsiguiente alteracion cerebral. Pero, si recordamos que la transi cion del cambio electrico cerebral a la experiencia mental es un miste rio, hay que concluir que ila mente anade la tercera dimension al inter pretar la imagen bidimensional! Tambien anade el color. En resumen: elabora una escena visual tridimensional a partir de un cambio elec trico. Todas las celulas que recubren la copa optica originaria tienen que (lte nerse en cuenta» unas a otras, por asi decirlo, a1 trazar estos circuitos, por que elaboran precisamente tales circuitos convirtiendose elIas mismas en circuito. Gajal, el brillante neurologo espanol, estudio minuciosamente la retina y los circuitos nerviosos que la conectan al cerebro. Observo ojos de insec tos pensando que en ellos los circuitos, «de relativa simplicidadl), mostra fian sistematicamente, y, par 10 tanto, con mayor claridad, a1gun esquema general adoptado por la Naturaleza en el aparato visual de la especie ani mal. Despues de estudiarl0 dos anos, deda 10 siguiente: La complejidad de las estructuras nerviosas visuales de los insectas es alga real mente maravillaso. Del ojo facetado del insecta sale una intrincada marana de fi bras nerviosas delgadisimas que se hunden en un laberinto ceIuIar que, sin duda, sirve para integrar las impresiones de la capa de la retina. Luego sigue una multi tud enorme de celulas amacrinas y, con elIas, innumerables fibras centrifugas. Su cede ademas que estos elementos son tan diminutos que los microscopios moder nos mas potentes apenas silven para observarlos. Lo intrincado de las conexiones dificulta su descripcion. Ante ella Ia mente se detiene humillada. In tenuis Jabor. Ivlliando_.8sta vida liliputiense a traves del microscopio. uno se pregunta 5i 19. que con desdim denominamos c
El primer gran problema a que se enfrenta la vision es sin duda su vin culacion a la relacion mente-materia, LeOmO se genera la imagen visual -suponiendo que sea esta la palabra adecuada- a partir de un cambio electrico praducido en el cerebra? Pero tambien se plantea un subpro blema de la viSion, de gran importancia: el de la Vision-patron. Por estu dios comparativos de vision en distintas especies animales, sabemas que la vision primitiva, que prevalece a nivel general en las formas vivas mas simples, solo alcanza a distinguir 10 duminosoil de 10 «oscuro». General mente, posee el refinamiento de diferenciar grados de inte-nsidad lumf
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nica. Sin embargo, esta vision rudimentaria es incapaz de diferenciaI fOI mas 0 figuras, no a 10 que se denomina «patron de vision». Nuestra propia vision aporta tan contribucion a las formas del mundo que nos resulta algo confuso hablar de vision sin patron. Pensar en una vision sin color tambiEm es sin muchos seres no yen los colores. Por encima de la gran diversidad de las visiones mas desarrolladas, el ojo da una imagen definida de 10 se mira. Debemos itir e1 de vision)), ya que sin el el aparato estaria infrautilizado. En muchos casos, e1 ojo dispone de los medios para enfocar la imagen. Esto permite desarrollar la bien conocida relacion entre nervio y mente. es decir, la «po sicion» de un punto estimu1ado sensorialmente sobre la mente, U gando el «espacio sensoriail) con el local». El sentido de la vision no es menos en este sentido. Si 1a lamina sensible que recibe 1a imagen lumi nosa esta dispuesta a modo de un mosaico de subareas que corresponden respectivamente a elementos nerviosos casi independientes, que tienen «sensorial)) autonomo, entonces luminasa que afecte simultaneamente ados 0 mas a adquirir «forma», a, si las afecta sucesivamente, a «moverse». E1 patron BS pacial de la imagen actua, pues, sabre la mente. Distintos patrones ac tuando de modo distinto permiten la distineion mental entre ellos. Por ejemplo, un objeto en movimiento tiende a «captan) la vision 1. Sabemos bastante sobre el patron de vision en nosotros mismos para reconoeer que es e1 fundamento de un amHisis perceptivo del mundo visible que nos es de suma utilidad. Sabemos 10 suficiente de nuestros parientes, los anima les, para conduir que tambiEm a eUos les sirve, y de un modo no muy dis tinto. Hay que pensar que, en cada caso, el ojo debe estar conectado a un importante centro de conexion nerviosa para reeoger los impulsos nervio sos aferentes enviados por los elementos casi independientes de 1a la mina ocular y recibir las reacciones entre eUos, La observacion 10 con firma. El ojo tiene a su servicio unas masas condensadas de estructura nerviosa que, examinadas al microscopio, resultan unas enmaranadas es pesuras, sin duda llenas de sentido si pudieramos interpretar su es quema. Los zoologos conocen perfectamente los grandes ganglios nervio sos de la vision; se identifican en la hormiga, Ia abeja, el calamar y, sobre todo, en nuestra propia especie. Su complejidad en los insectos causaba sorpresa incluso a un expedmentadEl- anatomista con:IO Cajal. El ojo humane posee unos 137 millones de elementos «visuales» inde pendientes, esparcidos sobre la lamina de la retina. El numero de circuitos nerviosos que los unen con el cerebro desciende gradualmente hasta al canzar un millon escaso. Hemos de pensar que bene que enlazar en e1 ce rebro con sus puntos adecuados de interseccion, unas intersecciones ale entre si y que solo son meras estaciones en la ruta hacia otras. Todo el cortex cerebral es una espesa jungla enmaranada de intersecciones y ramales que entran y salen. Conforme 1a capa ocular se desarrolla en la re tina nerviosa, el correspondiente desarrollo cerebral provee toda esa in trincada orientacion local. Las celulas contiguas: aunque tie nen que de un modo muy distinto para desempenar todas las 1. Vease pag. 54.
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funciones necesarias. La se convierte en filamentos dispuestos en sentido longitudinal en la direccion general de la pero sacan sus brazos como s} sujetaran los cables del sis tema conductor. La «conduccion» nerviosa es la transmision de senales nerviosas, en este caso, a1 cerebro. Tambien hay otro proeeso nervioso que la fisiologia tardo mas en descubrir yen el que la actividad en uno u otro punto del sis tema en los disminuir hasta quedar suprimida. Esta disminucion se denomina inhibicion y se produce en 1a retina y en otras regiones Para a esto -un ojo que vea-, la copa ocular tiene que desarrollarse, preparar y Hevar a cabo millones de conexiones can el cerebro. Es evidente que existen posibilidades casi ilimitadas de un paso en falso. Un paso sin relevancia en e1 momenta en que se produce, porque todo el proceso que hemos esbozado se desarrolla meses y sema nas antes de que se utilice el ojo, y todo se efectua una y otra vez con tanta perfeccion que el ojo de cualquier nino es bueno y adecuado, yenseguida la mente comienza a instruirse y a acurnular informacion por media del sistema visual. Ademas, el ojo del nino no es solo un ojo propio de la espe cie humana, sino un organo con personales al de sus padres. Las numerosas celulas que 10 forman han realizado correetamente una danza multitudinaria en la que han participado millones de interpretes en dentos de secuencias de distintos pasos especifieos, distintos para eada interprete can arreglo a su papel. Su complejidad desafia 10 inimaginable, pero nos puede servir para seguir reflexionando. Esta tambien la otra capa de celulas embrionarias en el fondo del ojo, que actua de recubrimiento negro de la camara y que, can su pigmento negro, anula cualquier luz dispersa que pudiera enturbiar la imagen op tica. Estas celulas desplazan el pigmento y, a plena luz del dia, tapan los elementos visuales especificos que ayudan a 1a vision cuando hay poea luz, y por 1a noche los destapan. Son las celulas que fabrican el pigmento purpureo, «purpura visual», que sensibiliza el ojo en la vision can lumino sidad escasa. Esta tambien esa bolita de celulas que rnigran desde la piel y se alojan en 1a boca del tallo ocular del cerebro. En este punto forman una lente, mo dificandose en fibras transparentes.9-grupadas con exactitud ru::,.,,\,.,...c,rr, trabandose por medio de bordes dentados. E1 haz de luz que las atraviesa debe incidir sobre el punta, ala distancia correcta con ala longi tud del futuro globo ocular. La lente no s610 ha de ser que su forma tiene que ser opticamente adecuada, y su sustancia un indice de refraccion de valor exacto. Un indice que es mayor que e1 de cualquier otro elemento corporal transmisor de luz. Sus das eurvas, anterior y posterior, han de estar exactamente centradas sobre un solo eje, y cada una de las curvas subesfericas requiere un de curva tura correcto, para que, siendo correcto e1 indice de la luz in cida bien enfocada sobre 1a retina y proyecte en ella una nitida. Los opticos fabrican cristales con un indice de refraccion y habilmente sus curvaturas siguiendo la correspondiente mula matematica. En la lente ocular, una serie de celulas cutaneas gra nulares tiene que tras1adarse desde la piel a la que en realidad 105
pertenece, para alojarse en la boca de la copa optica y disponerse en forma de bola compacta y adecuada, para a continuacion convertirse en tibras transparentes que asuman un indice correcto de refraccion y para configurarse en una subesfera con dos curvaturas exactas bien centra das sobre un eje determinado. De este modo, constituyen una lente de tamano correcto, situada en el lugar correcto; esto es, a una distancia exacta entre la ventana transparente anterior del ojo y de la pantalla vi sual posterior sensible de la retina. En pocas palabras: actuan como diri gidas por las hadas. No causar una falsa impresion. El aparato optico visual no res ponde en todo a la precision de un taller de optica de primera categoria y Uene defectos capaces de mitigar la envidia de cualquier optico. Es como si el mundo, al producir 10 que produce, trabajase con limitaciones. Es un mundo cuya produccion sigue siendo objeto de critica. Por otIa parte, en el tema concreto del ojo, e1 proceso de construccion parece aprovechar oportunidades inherentes a su peculiaridad, en cierto modo adversas al material que esta obligado a emplear, y de este condicio nante desfavorable extrae unas ventajas practicas para instrumento que la artesania humana mas depurada nunca podria obtener. Por ejem pIo, las celu1as que constituyen el nucleo de esta lente viva son mas den sas que las de los bordes. Con ella se corrige un defecto focal propio de las lentes de vidrio ordinarias; la lente ocular, para captar 10 que es inca paz de captar una 1ente de vidrio, modifica su curvatura a1 enfocar los objetos proximos y distantes cuando, por ejemplo, leemos. En su parte superior, tiene una capsula elastica accionada por un muscuio especial, . y ademas la pupila -obturador de la camara- se regula automatica mente. Todo ella sin que ni siquiera tengamos que desearlo ni sepamos como funciona. Ademas, vemos satisfactoriamente. La elaboracion del ojo se produce a partir de particulas autoactivadas que se unen, multiplican y mueven como si las animara un deseo:el de construir un globo ocular. Al cabo de unas semanas han culminado su obra, cesa su actividad, se sientan y descansan satisfechas para ser du rante toda la vida 10 que elIas mismas se han hecho y para, digamoslo asi, esperar la muerte. aun no hemos hablado de la suprema maravill8. MAravi.l1a de las maravillas, por archiconoCida 'que sea. Tantv que nos olvidamos de ella.. Cuando miramos, a 10 largo del dia, el ojo envia continuamente haeia el bosque cerebral de celulas y fibras impulsos ritmicos de corrientes eleetri cas, diminutos, evaneseentes. Este caudal pulsatil de puntos elE~ctricos moviles sobre la red esponjosa cerebral no guarda parecido con el patron espacial, e incluso en sus relaciones temporales recuerda muy de lejos la imagen bidimensional invertida del mundo externo que el globo ocular refleja en los captores de las fibras nerviosas. Pero esta pequefia imagen desencadena una tormenta electriea que afecta a toda una poblaci6n de celulas cerebrales. Las cargas electricas no poseen en S1 mismas el mi~ nimo.clemento optico, no cuentan, por ejemplo, con ningun dispositivo de «distancia», Kenderezamiento», «verticalidadn, ({horizontalidadll, de «con torno» 0 {(transparencia», ni de !Copacidad», «aproximacionll 0 «aleja miento», ni visualizan nada, y, sin embargo, inducen todo el proceso. Una
el
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cascada de diminutas gotas eleetricas evoca el paisaje, cada vez que miro, el castillo aHa. arriba. 0 el rostro de un amigo cuando 10 miro, y determinan a que distancia esta; ficindome de elIas, avanzo, y mis otros sentidos me confirman que esta efectivamente ahi. Es uno de esos casos en los que !CIa naturaleza nos es demasiado fami liar)); demasiado obvia para maravillarnos. Para comprender las otras co sas que hemos mencionado, la construccion y configuracion del globo ocular y la implantacion de sus conexiones nerviosas sobre los puntos ce rebrales adecuados -asi como en sus procesos subsiguientes-, apelamos a la ayuda de la Quimiea y de la Fisica, y a las causas finales. Obtuvimos estas ayudas y la promesa de otras ulteriores. Pero, <.,y este ultimo caso, no el ojo, sino 10 que «(ve» el cerebro que hay detras de el? Sobre esto,la Fisica y la Quimica callan, y 10 unieo que nos di cen es que el cerebro es cosa suVa Y que, sin cerebro, que es cosa suya, no hay vision. Pero, en cuanto al proceso, no nos dicen una sola palabra. Y se obstinan en su negativa diciendonos que este proceso no es de su incum bencia. «Que el ojo es necesario a la vision, me parece un concepto propio de alguien inmerso en la materia)), para parairasear a J.S. Mill. Pero, volviendo a la construcci6n del ojo, queda claro que es un tema que sirve perfectamente de prueba a la concesion, por ejempl0, de Lucre cio, por un lado, y de nuestro medico-filosoio del siglo XVI, Fernel, por otro. Todos estos conocimientos pormenorizados son, claro, cosas totalmente nuevas, aunque a veces algo falle. Fernel no habria dicho nada, pero Omar Khayyan sf: «LTembl0 la mano del alfarero?ll Es 10 que sucede en la CU.9S tion de la copa optica: justo en los bordes que sujetan la lente, su margen se estrecha convirtiendose en el iris circular que da al ojo su color, ave llana, negro, gris 0 azul, segun el caso. Es~ circulo, al principio no esta completo porque la copa tiene una fisura en un punto y una interrupcion en el borde. Mas tarde, e1 surco se cierra y el iris se convierte en un circulo perfecto. Pero, en algunos casos, no se cierra y esta interrupcion subsiste en eI iris desde la pupila, a modo de una muesca. Es un defecto que no se produce al azar. Se presenta en algunas familias. En esa gran danza multi tudinaria creativa, cuyas evoluciones hemos seguido, los pasos conducen a un final exacto, las evolueiones de los bailarines deben guardar el paso, . pues, de 10 contr~rio, algunos Hegan tarde r.; ciertos puntos y no coinciden eon sus parejas. Un detalle es digno de mencion: todo error es irreparable en esa gran danza y cada bailarin parece cegarse ante errores. Por 10 tanto, en la eonstruceion del sistema nervioso, en 1a que ciertas tibras nerviosas tienen que creeer mucho para unirse a otras determinadas que tambien convergen hacia un punto concreto, la puntualidad en la cita es de Buma importancia. La puntualidad no es en realidad exacta y, en consecuencia, no hay dos seres humanos que presenten una estructura exactamente igual en las rakes nerviosas espinales. 10 eual, en las operaciones, es un engorro para el cirujano. Este tipo de falIos sugieren un mecanisme de ea racter falible. El exito de la produccion de la criatura humana se juzga mucho mas su
til mente por el autentico funcionamiento de la vida resultante que por los
resultados feacientes que pueda facilitarnos un examen ocular 0 micros
c6pieo. Tomemos por ejemplo el don de distinguir los colores que, como
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sabemos, a veces falla, Algunos nacen sin Ia capacidad para distinguir, como hacemos Ia mayoria, el rojo del verde, En ellos, retina y todo 10 demes es normal observado al microscopio mas potente y no existe ele mento cerebral 0 visual defectuoso alguno, Es un defecto que se da funda mentalmente en los genes hereditarios, esta relacionado con e1 sexo, con el sexo masculin~, y para el genetista es una clave, El sexo es una caracte ristica, cuyo desarrollo en el individuo es detectable hasta un elemento vi sible en el ovulo. Este elemento contiene, aparte del sexo potencial, otros ((caracteres)) denominados Hligados al sexo», porque estan vinculados al gen 0 genes sexuales. Cada «(can3.cter» tiene su propio gen, La vision era: matica es un ((caracter» relacionado con un gen. La normalidad en este as pecto puede faltar en uno de los cong€meres, ya que el defecta radiea en un gen de los vinculados a1 sexo. En los varones, el cromosoma ypaterno, que se une al cramosoma x materno, es pequeno, La earencia de duplicacion en x, en algunos casas, puede dar lugar a que no se compense el defecto en x, pero, en las mujeres, un segundo cromosoma xpaternocompensa el de fecto. El misterio que al principio pareda acentuarse al descubrir la ex trana preferencia por un sexo determinado, se aclara gracias al conoci miento, No ha transcurrido ni una generacion desde que Edouard Gley, ce rrando el discurso inaugural del ano academico en Paris, senalara que las causas finales aristotelicas se habian convertido, en su mayor parte, en procesos fisicos y quimicos, en metodos de explicacion en biologia, Pero anadio que existe un ambito biologico que nunca podrian resolver: el de sarrollo de un ovulo en nino. En el desarrollo del embrion, se observa la influencia de una parte sobre otra. Hemos visto un ejemplo en el globo ocular. Su origen es un brote del cerebro embrionario. La piel que 10 recubre sufre una depresion para ir a su encuentro y se convierte en lente ocular. Cerebro y piel conspiran inde pendientemente y se alian para construir un ojo. En un renacuajo joven, el brote cerebral puede trasplantarse a un punto distante del destinado al ojo, y, en ese nuevo lugar, la pieI se hunde para formar una invaginacion que constituye una lente para un ojo que nunca surgira en ese lugar. Sin embargo, en ese nuevo lugar, la piel hace 10 mismo que haria en ellugar corrccto. Y, si sustituimos lEi piel que recubre el brote ocular. cerebral por piel de otra region, aunque no sea la adecuada, experimenta 'una de presion en direccion al brote ocular y forma una lente. Si extirpamos un trozo de esa parte del embri6n, destinada a ser el prin cipal cordon nervioso, y ponemos en su lugar un trozo de piel procedente de otra zona que no estaba destinada a ser cordon nervioso, el injerto, aun no estando destinado a dicha funcion, se convierte en cordon nervioso. En esta fase, el embrion pareee responder a un plan general invisible que in duce a cada localidad, independientemente de la procedencia del mate rial, a convertirse en 10 previsto. Mas tarde, la tendencia de cada parte a convertirse en 10 que esta destinada es tan fuerte que no ite cambio. Despues, el esbozo rudimentario del futuro miembro se convierte en miembro independientemente de donde 10 situen los experimentadores. Hay un momenta en que un determinado trozo restringido del embrion, en la zona que va a ser la espalda embrionaria, posee una curiosa capaci 108
dad de ((organizadon) Si se Ie transplanta a otra parte del embrion, contl creciendo y parece dirigir todo el esquema de desarrollo, casi equipa rable al inicio de un nuevo embrion. A veces, sucede algo Similar sin artifi cio. Hay dos clases de gemelos. Una, los fecundados en ovulos distintos, en cuyo caso su parecido no es mucho mayor que el existente entre otros hermanos de Ia misma prole. La otra son los univitelinos que nacen de un mismo ovulo fecundado. En estos casos, elovul0, como es ley, se y extrae su alimento de la madre; es una masa celular primordial, origina riamente, como de costumbre, un rudimento embrionario, y luego se forma un segundo embrion. Este tipo de gemelos son siempre asombrosa mente igu8.les. Los quintillizos canadienses pertenecen a este tipo univi telino, y en su caso un solo ovulo fecundado produjo un embri6n suple mentario cuatro veces seguidas. EI {(organizador)) es la explicacion del fenomeno. Uno de sus componentes es quimicamente afin a los compuestos quimi cos que actualmente sabemos que inducen la formacion cancerosa. Su identificaci6n con este grupo quimico situa a la organizacion embrionaria dentro del mismo cuadra quimieo del crecimiento y de la enfermedad pro pia de el: el «raquitismo»; tambien es equiparable a1 control quimico del ciclo menstrual y, en ultimo termino, al origen y desarrollo del cancer, pues parece existir una relacion latente entre todos ellos. Esta breve panoramica no nos faculta para suponer que, cuando ha fin a lizado la fase vital embrionaria, este poder de las partes del cuerpo para ((convertirse» alcanza su objetivo y cesa. Supongamos que una lesion corta un nervio de mi brazo; las fibras nerviosas mueren en toda su longitud en tre el punto del corte y los musculos 0 la piel en que se insertan. En ese punto, la piel ha perdido la sensibilidad, y los musculos su «potencia». Pero las fibras nerviosas comienzan inmediatamente a crecer en los pun tas del corte y mas alIa de ellos. Durante mas de ochenta anos, las fibras nerviosas no habian dado signos de crecimiento; sin embargo, despues de la leSion, cada una de elIas, motora 0 sensorial. vuelve a crecer extendien dose hacia su punto de insercion en musculo 0 piel. Encontraran dificulta des, puesto que un enjambre de celulas no nerviosas estan atareadas cu rando la lesion y les interpondran tejido cicatrizal. Las fibras nerviosas de regeneracion seabridm una ruta tortuosa entre estas celulas extranas, sin. jamas unirse a riinguna de ellas, y tardaran varios dias 0 semanas en supe rar el obstaculo, pero, una vez que 10 hayan conseguido, las nuevas fibras nerviosas presionaran y llegaran a Ia zona en que se encuentran las celu las-vaina de las antiguas fibras muertas, alteradas e irreconocibles. Pero unas y otras se reconoceran. y las nuevas, avanzando imperturbables par los innumerables tuneles, llegaran finalmente, tras semanas 0 meses, hasta las fibras musculares danadas que constituian su meta. Tambien estas las reconocen enseguida y se unen can ellas rapidamente, perforan las membranas que las recubren, se restablecen las conexiones de patron caracteristico, semejante al primitivo aniquilado semanas a meses atres. De estos millares de fibras nerviosas ninguna se unira a una fibra muscu lar que haya comenzado ya a reparar a otra fibra nerviosa. Cuando haya acabado completamente la reparacion, cesa el crecimientonervioso, el musculo danado se recupera y mi piel insensible recobra la sensibilidad. 109
La regeneracion nerviosa parece un regreso a Ia fase original de creci miento, Piezas de tejido adulto, que hacia tiempo habian cesado su de sarrollo, al ser extirpadas del cuerpo y sumergidas en un fluido nutritivo artificial, comienzan a creeer. Un trozo de epitelio, que no crecia en el cuerpo cuando se extirpo, empieza a crecer; las ceIu1as pierden su espe cializacion adulta, En la regeneracion nerviosa, las celula:s-vaina y, hasta cierto punto, las celu1as musculares, que han perdido sus nervios, pierden tambiE~n su forma especializada. Solo la recobran al restable cerse el o con las celulas nerviosas, Como hemos visto, una pizca del corazon de un embrion de polIo, con servada desde hace treinta y siete anos en un tuba de vidrio, protegida de los germenes y convenientemente alimentada, sigue creciendo. Si hubiera seguido en el pollo, habria muerto hace anos, Todo 10 que pode mos aducir son «causas finales)), pero ello no basta como explicacion. LDe donde provienen los medios y de donde el proposito? El ojo que se prepara en la oscuridad para ver e1 mundo diurno, el oido elaborado en un medio acuoso para oir a1 aire libre, ese sistema reparador de un ner via en prevision a un posible accidente cortante que, sin embargo, puede no produeirse .. , Siempre que el cuerpo sufre una lesion, hay ro tura de vasos sanguineos, 10 que signifiea perdida hematica, y una per dida severa puede ser letal. Esta perdida es severa y probablemente fa tal si no se contiene la hemorragia. y no se podria contener S1 la sangre no se solidifieara en su momenta en e1 punto de escape. Efectivamente, la sangre se coagula y ocluye la herida Esta coagulacion es obra de una enzima, una enzima cuyo origen se detecta en un gen concreto. Algunos nacen con e1 defecto genetico hereditario, un defecto ligado al sexo, 10 cual ayuda al genetista a detectar el gen. Es evidente que la Fisica y la Quimica celular pueden realizar una gran labor secundadas por las causas finales. La Fisica y Ia Quimica ex plican tanto del comportamiento celular que es razonable suponer que 10 que todavia pmmanece sin solucion vera la luz de la mana de estas cien cias en el futuro. Es comprensible la invectiva de Keats contra la ciencia: (qExistia an tanG un horrendo ?,ico iris en e1 cielo.!)) Stn embargo, c;;omo se ha dicho, e1 «SUPO encontrar en la interpretacion cientifica del mundo, matelialpara un optimo uso poeticol>. LMermaria en algo su belleza un capullo de rosa si lograramos sintetizarlo? Seguramente todo 10 contrario, porque asi sa briamos que los capullos de rosa no. son ni un accidente ni un milagro. Seguiria pendiente la clasificacion de la causa final, pero no la explica cion. Dice Fernel: «Nuestra tarea, ahora que hemos estudiado la inmejo . rable estructura del cuerpo, no. puede detenerse ahi. porque un hombre es la union de un cuerpo y de una mente))!. EI mensaje conserva la vigen cia de cualquier postulado actual del protesor Whitehead.
1. Pbysiol.
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LA RECOMPOSICION DE LA TIERRA ...el curso de la Naturaleza... parece deleitarse en transmutaciones. Newton, Query 30, Optics Los lirios primitivos se hicieron parte del nino y la hierba y los dondiegos
blancos y rojos, y el trebol blanco y rojo y al canto del pajaro aguador.
Y los peces curiosamente suspensos en el fondo -y el precioso y extrano
liquido,
Y los nenufares con sus graciosas cabezuelas planas -todo formo parte de al.
Walt Whitman, Assimilation Pienso que no fui creado para el cielo
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el infierno, sino simplemente para la tierra. W. Morris, Belerofonte en l!rgos_
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Hay palabras que, al entrar en la historia del pensamiento, abruman de repente por su particular amplitud de significado. Asi sucede con el termino evolucion. La connotacion particular de evolucion es que exis ten clases de seres vivos que, como los humanos, tienen una historia reconstruible, en la que se detecta un cambio Los tipos nuevos han «evolucionado». En el curso de su los tipos mas complejos han evolucionado a partir de otros menos Y este aspecto de la evolucion es de particular interes para nosotros, porque nosotros mis mos formamos parte de estos Somos un ejemplo relevante. Lo que denominamos «nuevo» no da lugar a equivocos. «Nuevo» signi fica una disposicion reciente, una una combinacion no vel de partes, de partes no distintas a las anteriormente existentes. La nueva maquinaria ha evolucionado, en el sentido de que la antigua es el punto de partida de la nueva, ya sea en disefio elaborado por el disena dor 0 en material manipulado por el artesano. No tiene el mismo alcance que el que Bergson atribuye a su evolution ere a trice. La evolucion de los seres vivos produce combinaciones nuevas de las partes antiguas. Aparecen clases de moleculas que antes no existian. Cabe suponer que no se ha producido el advenimiento de un nuevo tipo de ser vivo sin que previamente haya producido un compuesto quimico sin antecedente igual, al menos en 10 que a la Tierra respecta. La evolu cion ha ido produciendo una pletora de nuevas formas de vida y, en vir tud de ello, una pletora aun mayor de sustancias quimicas, de posibili dades latentes del planeta que nunca habian sido convocadas y que constituyen un ejemplo a gran de'ese nuevo «deveninJ. Un deve nir que encerraba el secreta de la vida, ya que acompafio a la evoluci6n progresiva de las sucesivas vivas. La evolucion de la vida ha aunque se trate esencialmente de la , impuesto una nueva misma quimica antes de la aparicion de la vida. En resumidas cuentas, se tr8ta, despues de todo, de una recomposi cion. lResulta extrafio que un planeta que no piensa, sin proposito de terminado e ignorante de 10 que hay que hacer, haya realizado esto, i que, en cierto modo, supera a 10 que el hombre ha hecho? No olvidemos • que los perfodos son de muy distinto orden a los de la hu manidad, que la escala de actividad es de otra indole y que, en defini tiva, la inteligencia humana en este contexta data de ayer mismo. Quiza sea mas extrafia que a la mente humana se Ie haya acurrido tan tarde que el p]aneta es un lugar de formas y potencias vitales recientes.
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Sin duda es una idea que engendra en el hombre una nueva concepcion del planeta y de su papel en eL La constante intrusion de 10 nove doso en el mundo desapercibida a sus antecesores de la Antigue dad, aunque no se les que el mundo experimenta cambios, pero los consideraron mas bien como ciclos recurrentes. Un cambio progre sivo, que produce cosas nuevas, para despues desecharlas y producir algo aun mas nuevo, volviemdolo a desechar, y que sigue actuando como la moda que lanza y incesantemente novedades, tiene que estar haciendo algo que dleve a parte)). Era una concepcion a la que no habia llegado la porque sus conocimientos especifi cos no se 10 permitian. Es extrano, aunque cierto, que de todos los animales fuera solo uno el Hamado a diferenciarse del resto, tanto que lleg6 a olvidar su origen ani mal. Entre los nuevos puntos de vista biol6gicos legados por el siglo XIX, el que teoriza la procedencia animal del hombre es de gran fecundidad. La idea es un simple regreso al sentido comun aristotelico, pero el siglo pasado documento esta creencia con hechos nuevos Y ({ejercio enorme influencia en la mejora de nuestro conocimiento del mUndOl)1. Segun las ideas que el hombre actual elabora, en un futuro no muy le jano, el, 0 alguna forma de vida que Ie suceda,llevara a cabo sintesis qui micas de sustancias que en ellenguaje corriente se Haman «vivas». Ya hemos oido eljuicio negativo de Phil0 2• Con cuanta mayor convicci6n se ria capaz ahora de considerar bajo esa 6ptica el amplio muestrario de 1a superficie del planeta en cada caso concreto -roca, ola, nube, arbol, in secto, pez, pajaro, animal y hombre- sin excepcion, de principio a fin, como progenie del propio planeta. Algunos -Helmholtz, Arrhemus y otros, por ejemplo- han pensado que el origen de la vida en el planeta parte de una semilla que surco e1 espacio no se sabe desde donde. Pero 1a vida conserva en sus caracteres un sabor terrestre demasiado fuerte para poder atribuirle una procedencia extraterrestre. Como hemos visto, 10 animado y 10 inanimado son iguales en sus par tes extremas, y con mayor motivo en el principio constructivo. Al siste matizar,lo animado cae de forma natural dentro de las series de 10 inani mado, con 10 cuallo animado se convierte en un simple caso particular de 10 generaL De forma analoga, la quimica de todas las series de com puestos carb6nicos que engloba el sistema quimico, c:::; ::;strictamente un caso especial entre otros mas generales. Sabemos por la historia del planeta que 1a quimica de la vida solo posible tras cierta fase de enfriamiento y que la vida surgio muy poco despues. Hasta este momento, los tiempos habian sido les para Ia conservacion de los sistemas quimicos relativamente inesta bles. Cuatro de los atomos mas comunes optaron por la de estos nuevos sistemas a los que se les presentaba la eUos se engarzaron sistemas de equilibrio dinamico con sistemas tores» que los regulaban y que reponian su equilibrio cuando se haman i:Ut~ldUU excesivamente de el; y, al coincidir, por ejemplo, fases 1. C.G. Darwin, "Conferencia Galton», EugeniCS Rev., pag. 17. 2. Vease cap. 3.
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das, solidas y gaseosas, se presentaban oportunidades de Nuestro planeta ofrece estas condiciones. Lo que deno minamos es una gran interfase en la que concurren fases so lidas, liquidas y gaseosas que se entremezclan como la roca, la marea y el aire. En esta interfase se formarian numerosos sistemas nuevos y, en ella, se generarian los sistemas nuevos de que hablamos durante la etapa concreta del enfriamiento. Sistemas complejos, delicados y, ais ladamente, de corta vida en relacion con los viejos sistemas que Ies ro deaban. Segun el profesor Whitehead, la diferencia entre Fisica y Biolo gia es que esta estudia los organismos mas complicados y aquella los menos complicados. Monsarrat afirma 10 mismo. LNo cabe pensar que nuestro planeta, en esa fase historica que da inicio a nuestra propia historia, fuera ya una fase dispuesta de tal manera que la organizaci6n fisica se fusionara y se transformara en biologica? LSe produjo esta po sibilidad? Una vez iniciados, los sistemas vivos procedieron en ineontables oea siones a hacerse mas eomplejos, aumentando en ese plano 1a diferencia entre organismo fisico y organismo biol6gico, segun el postulado de Whitehead. Esta complicacion progresiva fue obra de la evoluci6n. LAporta algo realmente nuevo? El tamano aumenta, la vida sale del nivel de 10 microsc6pico, 10 eual ya es importante. Habitamos un mundo de tamanos diversos, en el que el tamano es algo relevante, La vida invade otra razon de distinta escala. Las cosas pueden 0 no diferir de las que hubiera 0 no cuando eran mi crose6picas, pero entrar en una eseala distinta no es en S1 nada eomple tamente nuevo. La multiplicaeion de unidades permite mayor especiali zacion de las distintas partes de un compuesto, aunque la totalidad siga siendo un sistema integrado, una unidad. EI individuo posee mayor ra dio de aceion, pero el simple incremento del numero de unidades eonsti tutivas no lleva de par si muy lejos. Hay ejemplos en los que grandes nu meros de vidas unitarias dan coherencia y eomponen masas, pero, en 10 que respecta a la capacidad para hacerlo, es alga de nula 0 poca utilidad, porque la organizaci6n de 1a masa agregada en nuevas direcciones no es paralela a su coherencia. La organizaci6n por diferenciacion de las uni dadesCollstitlitivas ljara tal 0 cual funcion, y la cooperacion simultanea entre eHas para el servicio de 1a vida compuesta unificada: esta es la clase de eomplejidad de mayor importancia, segun nos demuestra la evolucion, porque es una integracion mas amplia. esta compleji dad integrada, por asi Hamarla, algo totalmente nuevo? algo? GIn troduce algo, aparte de ampliar el a1canee del potencial vital, inexis tente en 1a vida mas simple? GHay algo mas en e1 hombre que en una ameba 0 en un paramecio, excepcion hecha de Ia mayor eapacidad de aquel? LA1go de distinta naturaleza? En nuestro caso, la vida es ahora y siempre, individuaL Es esta relacionada con su modalidad generativa. No procede asimilarla a un «universal» porque eualquier intento de definicion de 1a vida debe ini ciarse a partir del concepto de «individualidad}); en caso contrario, no se ria vida. En cierto sentido, aun somos unieelulares y mierosc6picos. La evolueion nos ensefia que las plantas y los anima1es actuales son la 115
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prole de arboles genealogicos. Cada generacion ha sido a su vez el con junto de brotes de ese arbol. Algunos ejemplares de esa filiaci6n llegan con el transcurso del tiempo a producir una vida mas organizada que otra, pero los brotes que producen desarrollo altamente organizado se remontan en su genealogia a prototipos mas sencillos. A este nivel, elli naje converge en unos protatipas principales. Uno a varias, parece que el tipo 0 tipas a que se 11ega en la linea evolutiva en sentido inverso siem pre fueron en su origen microscopicos. En esas ramas del arbollineal que configura todos los tipos de vida de mayor complejidad organizativa, tales como los de nuestra propia espe cie, cada retono tiene su cicIo de desarrollo. En su cometido de producir el siguiente retono que Ie suceda, produce 10 que a veces se considera un vehiculo para transportarlo, una enfermera para ese brote. El vehiculo es un individuo multicelular. «La gallina es el medio con que cuenta el huevo para hacer otro huevo.» El brote es microscopico, pew no el ve hiculo. En epoca reciente el vehiculo adopta forma humana, 0, como nuestro ser es «activo», ha Uegado a hacer, en su condicion de individuo, 10 que es propio del ser humano; entre otros actos, el de pensar, em pleando, como solemos decir, la «razon». Tal vez llegue un momento en el que, al reconocerse como simple vehiculo del siguiente brote, seme jante individuo concluya que no merece la pena existir 0, por el contra rio, considerando 10 que representa la vida, llegue a disfrutar de ese pri vilegio trascendental legado de las vicisitudes acumuladas en 100 millones de anos de evolucion. En el hombre, como en otras muchas de las clases de vida que han sur gido a traves de la evolucion, la vida individual presenta dos fases, una unicelular y microscopica y otra multicelular: el autentico hombre. Son fases que se alternan, son eslabones de una cadena. La fase microscopi ca es breve. Un brote; pero, en principio, solo un brote potencial. Una ye rna potencial a la que, si realmente prospera, puede unirsele otra yema potencial. Y estas dos -hablamos del hombre y su especie- proce den de dos individuos sexualmente distintos, pero de la misma especie. Con esto podemos entender un poco como el arbol, mientras crecia, maptenia cada rama dentro de una estructura general similar a 1a ante rior y, sin embargo, sin' que fU.8S~ unamera repeticiofl.Ca:ia vida ~o· mienza, por asi decirlo, perfectamente arraigada a su especie, pero con cierto margen de libertad entre dos individuos. La disposicion heredita- ... ria para la produccion de 10 semejante se refuerza con respecto a la espe- -.~:,::::, cie, pero, en relacion con e1 individuo, 1a semejanza es un terminG medio entre dos ejemplares distintos. Por 10 tanto la fase multicelular que su- cede a la unicelular, produce un individuo (mico en su genero. El profe sor Whitehead es partidario de englobar dentro del termino organismo el agregado atomico y molecular de la fisica y e1 organismo biologico. De 10 que se deduce que, con la vida, se ha producido una mayor individua lidad a traves de la complejidad. Es una meta de 1a vida. En cuanto al poder de determinadas celulas para producir una proge nie coherente que sepa organizarse en unidad colectiva, en individuo multicelular, opino que poco sabemos sobre la genesis de tal predisposi cion. Tampoco sabemos con certeza cuando surgio por primera vez. Se 116
remonta a un pasado muy remoto del registro geologico de la vida, fue un acontecimiento de cariz ineluctable, que puso un medio timo en manos de la evolucion y esta comenzo a elaborar con'el vidas vegetales que van desde el moho saprofitico hasta e1 arbol del bosque y vidas de animal, desde e1 gusano hasta e1 hombre. En terminos generales los huevos son de dos tipos: pequenos y grandes. Los primeros, el del erizo de mar, par ejemplo, disponen de pocas reservas alimentarias (yema 0 vite10) y estan dispersas, 0 no, concentradas en un nueleo. Esta clase de huevo, a1 crecer, se seg menta transversalmente y todo el forma parte del embrion. El tipo de huevo de mayor tamano, e1 de 1a gallina, por ejempl0, es un millon de veces mas grande. Su yema es inmensa, y 1a parte que constituye el embrion es un simple y diminuto «disco germinativo» diferenciado de la yema. El ovulo humane es muy pequeno y su vitelo es desdenab1e, y, en cuanto huevo sin vitelo, todo el se segmenta. Sin embargo, pertenece ancestralmente a1 tipa de huevo grande, como elaramente se demuestra par la segmentacion, aunque, en realidad, solo una mi nima parte es embrion; el resto forma unas estructuras rias como las de los huevos «grandes», como si se tratara de facilitar a1 embrion una gran reserva vitelina. Es un comportamiento de clave ancestral. Los mamiferos -y nosotros entre e11os- pertenecen desde tiempos inmemoriales al tipo de huevo grande. Procedemos de los reptiles que ponian huevos «grandes), 10 cual constituye un dato clave en Sil historia. Los huevos de los grandes reptiles poseian un embrion inmerso en un bane que hacia las veces de mar y que fue uno de los mecanismos que emancipo a estos anima1es de 1a servi dumbre universal de todo 10 vivo al mar. Los reptiles abandonaron el mar y se instalaron en 1a tierra, y su emigracion fue un exito porque pob1aron 1a tierra y, explotandola, se convirtieron en los seres vivos hegemonicos del planeta. Nadaban, volaban y andaban por la tierra, y algunos a1canzaron un tamano tan gigantesco que e1 suel0 tem blaba a su paso. Tuvieron su propia era y, luego, inexplicab1emente, desaparecieron. Pero algunos de menor tamano se habian preparado contra toda eventualidad, no con corazas armadas y grandes muscu 16s, sino coIipie] pe1uda y glandulas productoras de leche y lln Am-. brian que, en su primera fase, es parasito de lamadre. Estos aberrantes se defendian de los peligros de la hibernaci6n adaptando su cuerpo a guisa de estufa, cual si hubieran conocido e1 principio que Lavoisier descubriria en su momenta: «Respirar es quemar.)} Aquellos mamiferos primitivos, al igual que sus antepasaqos reptiles, tenian huevos «grandes», y los ponian, como hace 1a primitiva equidna australiana. Pero, paralelamente a 1a evolucion de los mami teros, el huevo grande fue disminuyendo de tamano, y 1a yema fue re duciemdose paulatinamente. El embrion fue extrayendo cada vez mas el alimento de la madre, aunque conservara su caracteristica primi tiva de gran tamano, como si dispusiera de enormes reservas de yema nutritiva, cuando en realidad, 1a reserva era ya 1a circulacion sangui nea de la madre, y asi e1 embrion comenzo a succionar, no la yema del huevo ancestral, sino los fluidos maternos a traves de 1a placenta. 117
Can ella respondia a la antigua costumbre vital. y esta no quedaba eli ! minada. sino que persistia en una forma nueva. La vieja botella con vin~ ( nuevo. Del mismo modo que es lenta la desaparici6n de una estructura esta blecida, igual sucede con su «proceso»; la distincion es artificial. En los hielos del Antartico, el pinguino, desde que es pinguino, no ha visto un arbol. No puede volar, porque su ala se ha atrofiado y ha quedado redu cida a una paleta rudimentaria que ni siquiera Ie sirve para ocuitar la ca beza. Sin embargo, es tiel al habito adquirido miles de anos atras y, cuando se dispone a dormir, gira la cabeza y coloca la punta del pico bajo su ala enana. Los botones de nuestras levitas sostenian antano la es pada, pero este conservadurismo no es nada comparado con el atavismo del pinguino. Sin embargo, la Natura1eza. par mucho que anore 10 anti gua, raras veces 0 nunca restablece algo abandonado. La ballena en el oceano suena quiza con sus preteritos pastas en la tierra, pero, aunque volviese a ella, sus extremidades rudimentarias nunca serian 10 que fue ron. Por e1 contrario, es muy probable que llegaran a convertirse en alga totalmente distinto. La que durante anos de existencia acuatica fue nuestro aparato respiratorio, actualmente nada tiene que ver con la res piracion. pero sirve para oir en el aire. La evolucion elimina, pero no re vive. Los genetfstas nos 10 confirman y 10 explican. Los animales gigan tes, cuyo peso Ytamano se considera motivo de su desaparici6n, poddan haberse sa1vado regresando a su forma ancestral menos engorrosa. Pero no fue a.:':;i: desaparecieron Y los sustituyeron otros tipos. Los obstaculos a la aventura de la vida, par insuperables que los ima ginemos, fueron vencidos. Una de estas dificultades primitivas fue que la vida en sus comienzos era totalmente acuatica, aunque desde luego en un tiempo tan remota que hasta la salinidad del mar era menor que la actual. En aquel periodo, las vidas, como las de nuestra especie, se mul tiplicaron, florecieron y evolucionaron. Mas tarde, la vida invadiola tie~ rra; algunos de los primitivos antepasados de nuestra especie formaron parte de esta invasion. EI equilibrio dinamico de la vida ceIuIar en nues~ tra especie primitiva era casi literalmente una partlcula de energia en el nuu., E.l agua del mar la condicionaba, sus jntercambjos energeticos de~ pendian del mar. ,:,C6mo puctoexlsiir esa vida prcscindiendo del mar? EI bi610go canadiense Archibald Macallus nos aelara el enigma: las sales que actualmente se haIlan disueltas en nuestra sangre son las de aque 11a epoca geologica remota. Ya en aquel mar, los vertebrados, que conta ban con numerosas celulas enterradas en la masa corporal, sin real con el agua marina, habian desarrollado un sistema a base de tubos-.;,..,." conectados y una bomba muscular. el coraz6n, el cual aportaba a cadc(-~:t celula interna una sangre de salinidad similar a la del mar areaico, un:=~ sustituto de este agua de mar en la que primitivamente habian surgid6:;:-: las celulas y a la que sus formas de vida se habian adaptado. Al dejar de':::0'cC'j finitivamente el mar para emprender su odisea terrestre, tuvieron que .~~;, I transportar, consigo e1 metodo de fabricaci6n. Y asi ha sido. Con el, han 'E.:'; \ . atravesado cordilleras y desiertos, llevando a cuestas su propio medio:c;: Han invadido el aire y la tierra. Corren, vueIan y andan erguidos. Hast~~lcl el agua del oceano ha cambiado en comparacion can la del mar anceS~_~~;:' E-;-'jJ;'i.-£ ._-·~~I
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tral, modificada por las deposiciones fluviales, desde hace millones de anos. Pero la sangre, un equilibria dinamico, ha permanecido invariable en relaci6n con esas sales. EI poeta ha cantado can una exactitud mas li teral quiza de 10 que pensaba: "LIevo para siempre la sal en mis venas» 1. La salida de aquellos del oceano es la causa que posibilit6 que fueramos 10 que somos. Claude Bernard fue el primero en descubrir que la vida vence los obs taculos desfavorables del entarno creando un eritorno adecuado y trans portandolo de un. Iugar a otro. Sir Joseph Bancroft reviso el postulado y demostro que es particularmente aplicable al mantenimiento constante, pese a las circunstancias adversas, de las condiciones cerebrales. Forma parte del razonamiento que nos permite argo.ir que somos el animal mas Iogrado del periodo actual. Principal exponente de nuestro exito es la ca pacidad para dominar el entorno externo y vivir eficientemente bajo la presion de diversos entornos adversos. Que la vida preserve como 10 hace, a traves de grandes vicisitudes climaticas, etc., las actividades normales de Ia mente, a pesar de estas amenazas (Bancroft), es un ejem plo de Ia caracteristica organizativa de la vida modelada por la evo luci6n. Hay un proceso vital tan genuino que, desde epocas primitivas, esta considerado como su simbolo mas representativo: la imagen de la respi racion. Es un proceso que ha dado origen a las palabras y a las frases pin torescas que en todos los idiomas significan vida: «anima)), !Cespiritull, {(soplo de vidal), etc. Cuando en su momenta surgiola ciencia, nada fun damental tenia que anadir a la ancestral deducci6n de que la absorcion ritmica del aire era 10 mas proximo al verdadero origen de la vida. EI cuerpo absorbia alga invisible que alimentaba la llama de la vida-Lo que hizo 1a ciencia fue redefinir can palabras propias 10 ya sabido, confir mando can ella, por otra parte, que, al final de la vida individual, alga in visible volvia al aire. La ciencia apartolos detalles y cierta aplicacion ex plicativa, ensefiandonos de que modo la respiracion intervenia en el comercio entre el aire y la vida, demostrando par que el movimiento del diafragma era de suma importancia para practicamente todas las parti culas del cuerpo, y aclarando can ello que no se trataba de un proceso magico, sino quimico. Hemos vista c6mo las enzimas un papel clave en la qui mica de 10 vivo. En este primordial proceso vital que es la urespiraciom), su intervencion es fundamental. Con nuestra respiraci6n ritmica reno vamos el aire pulmonar para que la sangre, al circular, pueda absorber oxigeno y transportarlo a todas las partes que 10 requieran; todas las par tes 10 requieren con mayor 0 menor urgencia y, entre todas, destaca par sus necesidades el cerebro. En ella circulacion de oxigeno es rapida. La sangre no dispone de un mecanisme que impulse ese factor vital dentro de las celulas, su papel es ofrecerselo en cantidad suficiente, indepen dientemente de que requieran mas 0 menos, par 10 que cada celula es ar bitro de su propio cansumo de oxigeno. La clave de la capacidad de la celula para absorber el oxigeno que se 1. W.H. DaVis.
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Ie ofrece es que cuenta entre sus sistemas quimicos con un sistema enzi matico especial. Muchas sustancias del cuerpo, es dedr del interior de las celulas, no se oxidan facilmente con el oxigeno molecular a la tempe ratura del cuerpo, son desoxidables La enzima respiratoria de la celula es capaz de inducir en con el oxigeno, una rapida oxidacion. En la de las hay una sustancia que, vista al espectroscopio, anoja sombras caracteristicas que desaparecen con la oxidacion. Si ob servamos celulas vivas al espectroscopio, vemos como desaparecen y reaparecen periodicamente estas sombras (Keilin): se esta oxidacion y desoxidacion, y la responsable es la enzima respiratoria. Se sabe que la presencia de la enzima respiratoria en la celula es de una parte cien millones y que, si esta sufre una neutralizacion prolongada , la c\:llula se destruye irreparablemente. Afortunadamente, este desastroso proceso se produce gradualmente. Se cree que, en las celulas cerebrales, esta inhibic10n la efectuan los anestesicos quirurgicos por interrupci6n de la «respiraciom) celular y la consiguiente supresion de «dolo!)), y mas aun de 1ntelecto, memoria y emoci6n. La absorcion de oxigeno en los vortices helicoidales de la celula es solo un aspecto de la respiracion. La sangre circulante actua de vehiculo y, arrastrando los subproductos hacia el exterior, barre el pUlmon que es la entrada del aire, pero, como el torrente discurre mas alIa de la entrada, la permanencia de cada particula que llega es breve. No habria tiempo suficiente para salir por la puerta s1 la expulsion no fuera especialmente activada. La sangre posee una enzima que acelera la hidrolisis del aCido carbonico (Roughton). el cual se descompone en agua y dioxido d'a car bono, y este sale por la puerta en la espiracion. Cuando desarrollamos una actividad fisica, corriendo, por ejempl0, en cada minuto discurre por nuestros pulmones un volumen de sangre ocho veces mayor. Tras la primera division de la celula fecundada, las dos celulas geme las resultantes constituyen la mitad rudimentaria del futuro ser (rena cuajo), pero si dejamos separadas las dos celulas producto de esta divi Sion, S8 forman dos renacuajos. Evidentemente, las dos ee1ulas gemelas yuxtapuestas se influyen mutuamente. De igual modo las eelulas ner viosas poseen determinados puntos de contaeto por los que se influyen rcciproca:rp.ente. La evolucion conlleva reconstruccion. La aleta natatbria reaparece en forma de extremidad para caminar, 0 de ala para volar. Y no se trata de que 10 que ahora es ala haya sido aleta, sino de que el rudimento que ac tualmente corresponde a un ala, fue alguna vez una aleta potenciaL Por 10 tanto, el brazo humano es la extremidad mas que existe, y ademas hay que tener en cuenta que es una de las extremidades de mas _. reciente evolucion. El cerebro humano es el ultimo cerebro y el mas cOIn:-=.-:· plicado. Su mayor control nervioso aun mayor tratico nervioso: ~.. . La organizacion reciente se superpone a 1a organizacion anterior y, si· fuera una organizacion comercia1, a autocriticas. El progreso, por efecto de la evolucion, sigue la direccion de mayor complejidad orga nizativa. Esto se debe en parte a que el progreso no consiste en hacer mejor un minimo de cosas, sino en hacer muchas adecuadamente. J.Z. Young, 120
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sus numerosos escritos sobre el sistema nervioso, pone de relieve la mayor de la abeja con respecto al gusano. «Los dos pueden caminar y comer, y el gusano nadar y en algunos casos secreta en pero 1a volar y recoger nectar y polen para hacer y llenarlos de limpiar sus patas, bailar para comunicarse con sus caientar 0 enfriar su colmena y aauiionear a un Cuando una sola especializacion desarrolla mucho su eficacia, tiende a hallarse tan estrechamente vinculada a las condiciones espado-tem que nunca puede subsistir fuera de elIas. De 10 que se deduce que la evolucion olvida que los lugares y las epocas cambian y que el en~ torno esta en continua transformacion. Una especiaUzacion sobrevive a su Y puede resultar un condicionante fatal, por 10 que es necesa ria la repeticion de 10 mas general a modo de punto de partida para una nueva direccion. El planeta va eliminando, en el transcurso de su cam bia, los tipos que ha creado y borra continuamente los antiguos modelos que, en su momento, resultaran utHes. Hay fanos que se autocorrigen por extincion y que equivalen al suicidio. La historia natural en tlElmpC)S de Jean Fernel ignoraba este aspecto de Ia Naturaleza, su primer indicio al respecto serian los fosHes. De ahi la invocaci6n victoriana al darwi nismo, una decada antes de la aparicion del Qrigen de las acu sando a la naturaleza: Desde el escarpado acantilado y 1a piedra de 1a cantera
Llora 1a desaparicion de mil especies;
No me preocupa. jTodo pasa!
La naturaleza salvaje es una eseueIa aun mas dura para los ejemp1ares «iallidos». LOue posibilidad de supervivencia tendrian algunas de perro domestico de las que vemos en los concursos caninos si hubie ran nacido en plena naturaleza salvaje? Estu los habria eliminado casi . desde su naCimiento, si no hubiera sido por la intervencion del hombre. LOue es 10 que realmente debemos considerar Como sabe~ mas, el naturalista esta acostumbrado a hablar de determinadas formas de vida Hsuperiores» y ciertas formas de vida «inferiores)). Es una cos tumbre que rebasa efestricto haBito de la y, en e1 pio naturalista se va haciendo mas parco que nadie en el de esta categorizacion. porque probablemente que una forma de vida adecuada es tan «buena» como otra. Podemos imaginarnos la vida en sus comjenzos como una aventura arriesgada y muchas veces frustrada. Ouizas hoy seria tema de discu sian el hecho de si procede denominar vivos a no a los sistemas «vivien tes)) primitivos. Pero la ((vida)), una vez estab1ecida inicialmente, ha am pliado su habitat, extendiendose en altura y profundidad por todo e1 planeta, se ha adaptado a todos los lugares, y su mas cruel com~ peticion generalmente ha sido con otros de vida. Existe'n las for mas denominadas «parasitarias)) que viven en e1 organismo de los otros tipos de vida a los que hace de anfitrion. En ciertos tipos de parasitos, e1 entorno limitado de una parte del huesped Ie aporta todo 10 necesario, y 121
e1 parasito solo se adapta a esta parte concreta. El anfitrion Ie prepara e1
alimento, y el parasito deja que actuen sus organos de absorcion; aparte
de estos organos, el parasito no es mas que un saculo de productos geni
tales para la reproduccion de su especie. En este sentido, la vida que
Heva es una maravilla de adaptacion comparada con las formas de vida
que utilizan la potencia locomotriz para atravesar continentes u oceanos
y muestran un comportamiento muy especializado. Si efectuamos un
test para comprabar que formas de vida son «superiOIes», e1 grado de do
minio del entorno es una de las caracteristicas genuinas del termino «SU
perion). Como la mente es una de las claves fundamentales para e1 domi
nio del medio, «superior», en sentido biologico, tiene una categorizacion
equiparab1e al nivel mental. Actua1mente, en el entorno de Ia natura
leza, no existe un grado de dominio superior al de] hombre. En base a
ello, Ie atribuimos la denominacion de forma viva ((suprema)).
Se ha dicho que la Naturaleza piensa en terminos matem,3.ticos
(Jeans) 0 geometricos. Siendo 10 que es, cabe suponer que no tenga pre
ferencias pOI un metoda u otro, ya que ella 10 es todo. Pero, si miramos a
nuestro alrededor en e1 planeta y nos dejamos Hevar par la fantasia de
considerarla sobresaliente en algun aspecto, su obra mas evidente en Ia
tierra es la creadon de vida. Aunque, desde luego, esto es una afirma
cion que quiza solo denote que «e1 hombre empieza a saber algo de bio 10gia». Las mismas piedras de las que actualmente se vale la evolucion
para construir han evolucionado. Curiosamente e1 edificio de la vida es
agua; pensemos que e1 80 % de nuestro cuerpo es agua y recordemos
que, en este edificio evolutivo, e1 agua es un campo de accion, un instru
mento y un medio saturado de corrientes electricas; el agua no es un
simple aglutinante estatico, sino un escenario lleno de accion, la plaza
del mercado de una ciudad bulliciosa. Y el ser vivo siempre es expo
nente de una causa final.
Entre los sistemas activos que configuran y rigen este campo, nino. guno tan importante como las proteinas, elementos gigantes aun entre las moleculas mayores. Cada proteina forma un conjunto de grupos qui-· micos menores, pero no menos importantes. Las proteinas son agrega dos caracteristiws y fundame.ntales de Ip. vida y sus dases son innume rabIes. . . Su actividad constructiva, destructiva y modificativapor reconstruc cion constituye una gran parte de la actividad de la celula viva, de la ac tividad vital. Ahora cabe plantearse en terminos generales si es la celula., la que hace todo eso, fundamentalmente a traves de los esos portadores de cargas energeticas, pues quizas el producto posea ca-~~= pacidad propia para seguir catalizando su propio desarrollo. La cadena de pasos no se interrumpe hasta que la proteina que se forma ya no po-: sea la enzima especifica para seguir construyendo La sintesis de ......?."';c;;...., proteinas, sus composiciones y transformaciones, parece obra de mas espec:ificas constructoras de proteinas. Recordemos el aristotelico de que «la parte actua sobre la parte como un automata)}, materia actuando por si sola; Jean Fernel anadiria, bajo direccion p~rea, es decir: causas finales. Una enzima es un medio poderoso con una finalidad, pero muchas """_;"_r 1??
ces cada fin particular requiere su particular enzima. De no ser por las enzimas, la quimica del cuerpo vivo requeriria condiciones de tempera .tura, presion y movimiento tan intensas que 10 vivo pereceria. La enzima
es un don ante y un receptor de energia especializada, susceptible de
'comparacion a un canal a traves del cual bIota energia. La propia enzima
no se consume en la accion que potencia, solo presta su mano. Es un
puente levadizo que se abre y se cierra, pero que debe acoplarse a ambos
extremos. El sistema enzimatico de cada celula es esencial para la vida,
10 que equivale a decir que las enzimas son esenciales para la vida del
cuerpo en cada una de sus particulas.
La particula de vida mas pequena conocida,la vida concreta mas di
minuta, es la partlcula virica. Es tan pequena que, en ciertos casos, el
microscopio a duras penas puede describirla. Eillamado microscopio
electronico', que procura un aumento mayor, nos da una especie de «bo
rrom). La part:lcula virica se situa en el extremo de 10 visible para el mi
croscopio iluminado aun con luz granular especial y muy fina. Es mucho
mas pequena que la celula mas diminuta, y es capaz de atravesar los po
ros de un filtro por los que no pasan las bacterias mas pequenas. Es tan
minuscula que apenas supera a algunas de esas gigantes invisibles del
interior de la celula: las moleculas de proteina. La particula virica no
puede contener gran numero de moleculas grandes, por 10 que su vida se
reduce necesariamente a algo especializado, muy especial. La particula
virica es parasitaria de otra vida y se alimenta de las proteinas propias
del huesped.
EI descubrimiento de Ia celula tuvo lugar hace unos dos siglos y me
dio, pero hasta el siglo pasado no empezo a llamar la atenci6n una «pe
quena area) -como la denomino el botanico Robert Brown, primero en
describirla-, caracteristica constante en el interior de todas las celulas:
una particu1a dentro de otra. Este «nueleo)) es un punta nodal en Ia vida
ceIuIar. Si dividimos la celula en dos partes, y una de elIas contiene el
nueleo, esta, aunque sea mucho mas pequena, sigue viviendo y se auto. rrepara, mientras que Ia otra, carente de nueleo, muere y se desintegra. En e1 desarrollo, durante la replicacion ceIular, siempre es e1 nucleo el que inicia 1a division. Y, en el proceso de 1a union celular, la fusion de los dos nuCleos es el paso mas importante. Las fases de la union nuclear constituyen datos fundamentales en los estudios de genetica. El nueleo es, ademas, el punto nodal nutritivo de Ia celula, y su influencia se ex tiende a todo el campo ceIular, incluida la superficie. Tal vez no parezca gran cosa, dado el minusculo tamano de las celulas, pero 10 es en rela cion con las distancias moleculares. El medio para el intercambio energetico de la celu1a con su entorno es la interfase entre este y aquella, es decir la superficie celular. En igua1 dad de condiciones a otras actividades, la cantidad de intercambio ener getico es una funcion del volumen ceIuIar. En una ce1ula mas 0 menos esferica enseguida se establece un tamafio limite, ya que el volumen aumenta en proporcion geometrica mientras que 1a superficie ceIuIar de 1. Los microscopios electronicos actuales proporcionan ya. naturalmente, una resoluci6n y una nitidez incomparables al que cita Sherrington. (N. del E.)
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intercambio 10 hace en proporcion aritmetica. Puede decirse que 1a ce lu1a vive merced a su superficie. 1...;,1a cantidad determinada de celu1as requiere una determinada superficie en o con e1 entorno. Si una celula esferica se hiciera grande, posee ria poca superficie para e1 inter cambio energetico que necesita para «vivir». En algunos casos, la celula es un filamento que llega a alcanzar se senta centimetros de longitud; en terminos microscopicos, su extrema esta muy alejado del nuelea, pero, si cortamos el filamento de la parti cula nuclear, matamos todo el filamento y, en pocas horas, la vida ha de saparecido aun en su extrema mas distante. Sin embargo, la porcion nu clear no solo no muere, sino que empieza a crecer y a generar un nueva filamento. El eampo vital de la eelula, nucleo incluido, esta integrado. El nuclea es un crisol de enzimas, agentes feericos que se transforman y van cons truyendo con sus toques de varita la casa de la vida; casa que puede pa recernos bonita 0 no, ya que es nuestro concepto el que la dota de tal cualidad, y las unicas ideas existentes al respecto son las nuestras. Pero hay que itir que, a juzgar por su construccion, cuando menos es una casa saludable, una casa de joie de vivre!, aunque a veces sus tribus de fermentos se desvien de la salud y construyan un cancer, convirtiendose entonces en casa de dolor. El nueleo es un crisol de enzimas y el organo de la herencia por exce lencia. Aparte de estos momentos de convulsion celular en los que la ce lula se multiplica escindiendose en dos, el nucleo es una bola diminuta netamenle delimitada del resto de la celula por una membrana. Fuera de el, la masa celular, aunque en estado semifluido, dista mucho de ser una jalea informe. Es mas bien un fragmento espumoso de multiples compartimentos. No es de estructura rigida, sino un laberinto cam biante de paredes que se disuelven y de suelos que se forman, se funden y se rehacen con arreglo a las necesidades de la factoria quimica. Se cal cula que una simple celula secretaria produce y expulsa por segundo mil partieulas que eontienen enzimas. Cuando la celula se autorreproduce, la convulsion interna que acaba por escindirla va precedida de unas contorsiones del nucleo y de la desa paricion de la membrana nuclear. Para estudiar el proceso, se emplean diversas tinciones, y, gracias a elIas, puede observarse como la parte del nueleo que absorbe color, la parte enzimatica, se reestructura en forma de bastoncitos muy visibles: los cromosomas. El cromosoma es el ele mento responsable de la transmision hereditaria. Los caracteres se transmiten por grupos, y eada cromosoma consta de un conjunto com pleto de earacteres. Se dice que caracteres pertenecientes al mismo con junto en ambos cromosomas estan «ligados», porque se transmiten jun tos, pero a veces estos caracteres unidos no se transmiten todos juntos, como ha podido comprobarse en observaciones, y asi un rasgo como el azul de los ojos 0 el cabello rubio se explica por las vicisitudes que expe rimenta en nuestro organismo un puntito microscopico. En la fecunda cion, los cromosomas distintos de dos celulas madre se eombinan por 1. Alegria de vivir. (N. del T.)
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pares. Cada cromosoma en la celula madre se une a1 correspondiente cromosoma de la otra celula. Son elementos filamentosos y, en su union, se entrelazan y, cuando luego la celula fecundada se escinde, cada CIO mOsoma -que ya se ha juntado con la otra- se parte en sentido longitudi nal y aporta una mitad a cada una de las dos nuevas celulas. En esta di vision cromosomica, el filamento, si esta retorcido, puede trastocarse con la parte correspondiente del otro y, de este modo, se recombinan los rasgos. Existen otras modalidades de recombinacion que incluso muchas ve ces no son manifiestas, quedando latentes algunos rasgos; asi, un nino de ojos azules puede ser hijo de padres con ojos oscuros. Por 10 tanto, los rasgos se identifican por puntos concretos del filamento nuclear. Como hemos senalado, hay una proteina responsable del pelo humano, dis tinto al pelo del perro, otra para el pelo de la oveja y asi sucesivamente. Ademas, a nivel individual dentro de la especie, la herencia aporta a una persona enzimas que, a partir de su alimentacion, producen cabello os curo, ya otra persona, otras que con la misma alimentacion producen pelo rojo. El punto concreto del filamento cromosomico responsable de este efecto, que se asocia a la potencialidad para transmitir un rasgo adulto, se denomina «gen» y posee un sistema enzimatico, el sistema enzima tico caracteristico de cada gen. Por ejemplo, el defecto clorofilico defi nido por Mendel. va asociado a una carencia especifica de catalasa. La epigenesis de William Harvey se reduciria a una cuestion de cataliza dores. . La herencia nos trata como si estuviesemos formados par parches de caracteres, y como si, al atribuirlos al individuo, estos pudieran en cierto modo recombinarse. La observacion nos demuestra que en esa fase en que nuestra vida esta contenida en una celula microscopica, estos carac teres, en poteneia, se alinean en una fila de puntos a 10 largo del fila mento nuclear. En la pequena mosca del vinagre, la Drosophila, se han identificado y fijado 2.500 de eUos. Se ha verificado su localizacion bom bardeando cada uno de los puntos con rayos X destructivos y compro bando que el rasgo correspondiente resulta afectado. Rasgos como nuestros ojos azules, pelo claro, etc., son una linea de puntos dispuestos a: 10 largo del nucleo de la celula primig8nie: d:::: Ie: que procedemos. LY el gen? LUn sistema proteico con autocatalizadores? Un sistema que, en el interior de la celula, se continua y se repone en ultimo terminG a partir del mundo externo. El sistema original de un gen se multiplica por mi Hones conforme crece el embrion humano. Sin embargo, a eada paso, se preserva la relacion con el futuro rasgo, y la alimentacion se comporta como un genio, bueno 0 malo. Una de las principales propiedades dina micas del gen cromosomico es su capacidad catalitica para la reproduc cion especifica y la regulacion automatica de la misma. Cabria pensar . que el proceso agote las posibles variantes, hasta de tipo proteinico, pero incluso con solo treinta aminoacidos en los anillos de enlace, pue den combinarse con distintas proteinas en un numero que requiere veintitres guarismos tras la tercera cifra. La evolucion nos habla con igual impetu corporal y mental. 125
Vemos como nuestra vida corporal conlleva su propia evidencia de~; que su origen es terrestre. Si denominamos ~xo~ic? 10 de. procedencia esperanza de encontrar a un amor terrenal, a una.esposa, a un hijo, y ha extraterrestre, en la vida del planeta no hay mngun mg;edlente que sea blar con eIlos.» Como buen conversadar que era, nos dice que, para el, «e1 exotico. Sus elementos quimicos forman parte de los mas comunes en la deleite infinito» del otro mundo seria conversar con Ulises y el capitan Tierra, y todo en ella huele a la tierra de donde salio. Igual sucede con la de la expedicion a Troya. Mente elevada, el gran fi10sofo griego, al ima mente finita a juzgar por sus caracteristicas. Su historia 10 ginar e1 paraiso, cita su aficion terrestre favorita, costumbre a la vez de la Nuestra especie es la de los vertebrados, nuestro cuerpo es vertebrado criatura social, el hombre. La condicion terrestre de la mente condiciona nuestra mente es vertebrada. Si los vertebrados son un producto del de inmediato todos sus actos y quiza mas aun cuando intenta no ser te neta, nuestra mente es tambien su producto. Sus sentidos se integran rrestre. No reneguemos d~ la madre Tierra; congratulemonos, al contra los modos y maneras de nuestro planeta. Estan hechos para esto, rio, de Hamarla «madre». La Naturaleza de la tierra es nuestra natura el cuerpo del pez para el agua. A ambos extremos de la estrecha leza, ala t.iena debemos toda la gama de los prodigios de nuestra mente, del ((CalOD) 0 del drio)) , en los que la temperatura represente una faustos 0 mfaustos. La historia de la vida ha sido una explosion de pode naza para su vida, sienten dolor. Tenemos una mente terrestre res germ~nativos del planeta, cuya culminacion es la mente. Demos gra a nuestro cuerpo terrestre, que ayuda al cuerpo ammado a ·das a qUIen las merece. La situacion crea la vida que se adapta a ella, y las cosas terrestres, y, en consecuencia, a vivir. Nuestra mente la tierra arida creo el pie que la pisa. Nuestra situacion ha creado la truye «tiempo)), y su ritmo del tiempo es e1 del h~b.itat terrestre . imente para desenvolvemos en ~l planeta. Es una situacion terrestre. Si cuerpo que alberga un alma, aunque, con Clerta lC?gl.ca, h~yamos 'eI agente es :~rrestre y la reaecion es terrestre, ~no es terrestre e1 medio puesto que el es absoluto y universa1. El penultlmo gno de de esa reaCClon? Este medio es la mente. tro planeta es el «ayer» y e1 siguiente el «manana)). . .. , pu.ede pareeerobvio, pero no siempre fue asi, y han existido otras con «La muerte y su hermano el sueno.)) En la muerte, por deflm.clOn, cepclOnes. Nuestra mente, reflexionando sobre 51 misma, se ha recreado mamos un todo con la tierra. Nuestro habito diurno de dormu nos a veces pensando que no era terrenal, y se ha considerado de origen «ce cuerda e1 giro de nuestro planeta. ~Hay algo en e1 sueno que nos leste}); un concepto que a veces ha surgido al margen de la revelacion re de la Tierra? ~Los suenos? Un trastomo de las fantasias terres~res, ligiosa. , gacion ajena al juicio, para mejor desvelar n~estra tend~ncla ~_, Omar !
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biaba y la vida consiguiente tenia que cambiar. No obstante, para esta mente finita, siempre, como par arte de magia, incluso en los peores mo mentos, su vida fue preciosa. Su empeno, una vez adaptada al mundo, nunca ceso por arduas que fuesen 1a 1ucha y la experiencia. j«Armonia preestablecidall e intervencion milagrosa! La adaptacion de la mente finita a su cuerpo se va produciendo, caso tras caso, como una conquista improba, a 10 largo de una 1ucha tenaz contra 1a adversi dad y el desajuste. Ha sido un lagro dentro del gran conflicto en el que la nemesis del fracaso era la aniquilacion. Reconocemos hoy a nuestro mundo como un mundo en genesis. Nuestro presente no solo no es esta tico, sino que cada uno de sus movimientos es tal que e1 manana no re pite e1 ayer. Nuestra isla planetaria esta inacabada igual que esos uni versos insulares que los astronomos nos dicen se hallan en diversas fases de devenir. Kant parece entender 1a mente humana como a1go aca bado, pero la mente humana es parte de una marea de cambia que, en su caso, ha estado ultimamente, y yo diria que movj.endose como una cascada de molino. Muchas casas vivas no cesan de transformarse y con vertirse en algo distinto, y entre elIas esta nuestra mente. Es un movi miento paralelo a 1a actividad de nuestro planeta. No sabemos si alguna vez estara acabado. La vemos como un arreglo ad hoc del presente. Ha bra que recordarlo can frecuencia cuando lleve a cabo definitivamente su tarea de establecer los «valoresll. . 8i Fernel estuviera entre nosotros, veria quizas en la evolucion un ejemplo apabullante de una serie de llcausalidad finab. Que esa serie de pasos consecutivos conduzca en una direccion concreta no supone nece sariamente que este prevista con un proposito. Es facil que, si se mira esa serie de pasos retrospectivamente a partir del ultimo, nos que los anteriores iban dirigidos a alcanzar precisamente este octrina (Driesch) que ha adoptado de Aristoteles la pal. elequi -adulterando su uso-, afirma que el gen es un . s de entelequias para el proposito establecido de construir dor mas»: una ideologia de regresion al Medioevo. Jean Fernel dejola ente lequia tal como la habia encontrado 1 , en una perfeccion de naturaleza material. Bosanquert2 observaba con toda propiedad que «el intento de· tratar la entelequia como un f<:).ctor que opera ab extra sobre el sistema material, cuando sencillamente 10 representa en su funcion normal, debe considerarse puramente artificial y ficticio». Guy Patin, un antiguo irador de Fernel, pergenando en el siglo siguiente una de sus car~ tas caracteristicas, decia: «Los rabinos ensenan que Dios guarda tres Ha ves, una para la prediccion meteorologica, otra para la prediccion de nuestro destino y otra para el misterio de la reproduccion de la vida. Tres buenos secretos. jY bien guardados l » En cuanto a1 ultimo, 1a cion de la si nuestro materialista, en su mente arcaica, hoy que tiene 1a clave, podria acudir a los tribunales can un caso cuidado.
~
1 Fernel, Dialogo, I, 3. 2. B. Bosanquert, The Individual, pag. 193.
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UN CONJUNTO FORMADO POR SUS PARTES Defino 1a vida como e1 principia de individuacion, a como e1 poder que une un todo determinado con un conjunto fortnado de partes. S.T. Coleridge Que voulez-vous? La perfection absolue fait toujours plaisir.
Jules Lema'itre
1. Ya sabe, la perfeccion absoluta siempre da gusto.
6 «El organismo -dice el profesor Ritchie 1- a 10 largo de cualquier plazo de tiempo no hace fundamentalmente mas que ir y venir entre distintas partes. Este intercambio es 10 que Ie da cohesi6n como unidad y Ie per mite desplegarse en e1 entorno. El organismo es su actuaci6n y actua como un todo.» Una de las conclusiones es que el todo unificado de este modo s610 hace una cosa importante a la vez. Esto no es aplicable a todos los tipos de comportamiento individual integrado. Desde el punto de vista fisio16gico, su campo de actuaci6n es e1 neuromuscular. No hay mayor evidencia de la integraci6n del indivi duo que esta realizaci6n de una cosa principal a un tiempo. L Y que es una cosa principal? Es siempre uno de esos actos que denominamos in tenciones, que puede ser extensivo al ponerse en accion los museulos 0 relativamente limitado. Es un acto motor de tal indole que eualquier otro simultaneo remite a un apoyo mental negligente, mientras que aquel dispone de un apoyo total. e incluso puede absorber en sl mismo la mente. Naturalmente, hay aetos motores de los que habitualmente no nos pereatamos, como el movimiento de los parpados, pero existen mu chos aetos motores mas complejos y variados, de los que en determina das ocasiones somos tota1mente conscientes, en otras menos eonscien tes y en algunas nada conscientes. Hay aetos de los que puede decirse que, por su simultaneidad con un acto principal, los realizamos de forma totalmente ineonsciente. Hay grados de acto. Somas individuos que a cada instante hacemos esto a 10 OtIO; pera as una· forma de hablar para en.ten.dernos. Cada uno de nosotras, en cada momenta que pasa, somas un conjunto de actos rea lizados simultaneamente, y nunca ninguno de los actos que realizamos entorpece el acto principal. Ninguna parte del conjunto puede entorpe eer ala pieza clave de Ia pauta de acci6n, parque, si 10 hiciera, cambiarfa la disposici6n de las y la pieza diseordante se con~ertiria en pieza clave de otro modelo que sup1antaria al anterior. La pieza clave es la cus pide de la acci6n unificada del momenta. Su prop6sito varia enorme mente; puede ser el gal marcado par un delantero 0 Ia incision minus cula y precisa del cirujano en un ojo. El individuo no puede escindirse en dos actos principales simultaneos. En la pauta de actuaei6n momenta nea, el acto principal suele tener cierto numero de actos subsidiarios que Ie apoyan por ser ella pieza clave del eonjunto. Una serie de actos secun 1. Natural History of Mind. pag. 184.
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darios de postura y acoplamiento sensorial contribuyen en segundo plano a acelerar. equilibrar 0 conferir precision al acto principal, aunque cada uno de ellos haya sido. a su vez, centro de atencion. Ni el delante ro ni el cirujano son totalrnente conscientes de ello cuando actuan, aun que conscientemente sepan qne existen. Son fenomenos que se in tegran mentalmente par efecto de una «ley de produccion constante» (Spearman). A veces. el acto principal no es perceptible para un observadoI. salvo en forma negativa. El estado denominado de Hensimismamiento» es ejemplo de ello. Es un estado que generalmente adolece de la conver gencia postural ocular propia de la mirada, y que embarga a cuerpo y mente fundidos en una existencia comlin. El acto principal momentaneo condiciona, ademas, una determinada postura, aunque a todos nos parezca que es un acontecimiento que COI1 trolamos en un mundo natural y aunque no pensemos que 10 realizamos a impulso de 10 inevitable, ni que estemos simplemente hacienda algo ya fijado de antemano en el pasado. Nos haHamos condicionados a reali zar s610 un acto en un momento dado. porque se trata de un acto que re quiere la completa integracion de nuestro ser. y no podemos evadirnos de un mundo determinista en varias direcciones a la vez. El ser inte grado que somos nos 10 impide. En cuanto al acto principal que podemos realizar. nos parece tener libertad de eleccion. y a veces el problema es mas bien «por eual decidirse)). Cuando conversamos, pongamos por caso, las ideas que pensamos son el acto principal. Al pensarias, parece que nos ayude la elaboracion lingl1isticamental que efectuamos en nuestro interior; se diria que tene mos cierta opcion entre los simbolos lingl1lsticos que utilizamos. Pero tambiE'm hacemos otras casas simultaneas: la enunciacion de las por ejempl0. Y, en cuanto a los actos motores de fonacion y articulacion, habitualmente no somas conscientes ni pensamos en elIas para nada, Solo a posteriori recordamos que hablabamos de pie, Para realizar el acto de permanecer de pie. por ejempl0, es necesario, entre otras cosas, un grado exacto de accion de varios museulos y ner vias principales. varios miles de tibras nerviosas y quiza cien veces mas de fipras qmsculares. Al hacerlo, la exactitud de Bccion de mi cerebro se basa en 18. recepcion y despacho de miles de mensajes nerviosos, can los correspondientes registros y ajustes de presion, tensi6n. etc., en diver sas partes del cuerpo. Quiza me decepcione un tanto 10 poco que mi mente tiene que decirme sobre mi postura erguida, ya que, cuando se tija en que estoy de pie. me hace perfectamente consciente de esta pos tura. pero ni me dice como la mantengo, ni me ayuda a explicarmela. Es muy poca informacion; 10 mas que me aporta es la afirmacion inequivoca de que soy «yo») quien esta de pie. No olvidemos que es una nocion anali tica que no tenia Fernel y quiza tampoco Aristo.teles. De igual modo, si sigo mucho tiempo de pie, llego a la conclusion inequivoca de que soy «yO)} quien se cansa de estar de pie. Es como si este poder que me identifica conmigo mismo, y que se llama «yO» y desea que el cuerpo este erguido (y el cuerpo 10 hace). a quiere que el cuerpo se siente (vel cuerpo obedece), no supiera que e1 cuerpo hace estas cosas.
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Estar de pie es un acto que e1 nino pequeno tiene que «aprenderlJ. La mismo sucede con un animal. aunque tenga la ventaja de apoyarse en cuatro patas, Cuando, ya adultos, estamos de pie, en la parte superior de nuestra cabeza un indicador muy precise oscila levemente. Mientras permanecemos de pie, se producen continuos eonatos de caida hacia uno u otro lado. y estas oscilaciones se neutralizan y se corrigen sobre la marcha, 0 inc1uso se corrigen excesivamente. No obstante, todo ella su cede sin que nosotros 10 pensemos 0 10 percibamos. Tenemos, igual que los animales, un par de bolsitas llenas de agua a ambos lados de la cabeza alojadas en e1 hueso eraneal. Estan reeubiertas de unas celulas con una pardon dotada de pelillos. Entre las celulas. hay una pieza cristalina diminuta unida a los pelillos, La bolsa posee un ner via que discurre desde la poreion pilosa hasta el cerebro. y cualquier desplazamiento de la piedrecilla entre los pelillos estimu1a al nervio. En el cerebro, el nervia esta conectado a eadenas de centros nerviosos que. a su vez, conectan los musculos del cuello, del troneo y de las extremida des con las porciones pilosas, Cuando mantenemos la cabeza perfecta mente erguida, la estimulacion de lasporciones derecha e izquierda es equilibrada e igual, porque las dos piedrecillas mantienen una posicion simetrica. La accion compensatoria de los musculos derechos e izquier dos mantiene la cabeza en una postura equilibrada. Si esta se inclina una pizca a un lado, la desviacion de las piedrecillas sabre sus parciones nerviosas, par n'licroscopica que sea, las coloca en posicion asimetrica y, a partir de esta desviacion. se produce la acci6n correcta de los musculos del cuello y de las extremidades que vuelven a situar a la cabeza en una verticalidad equidistante asegurando la necesaria estabilidad. Es la misma clase de acto que se produce cuando la imagen en movimiento que contemplamos se desplaza del punto central de mira y los musculos oculares desvian inmediatamente e1 ojo para reajustar el punto de mira optico. La mente nada sabe de esto, salvo el resultado. si es que puede decirse que conoce algo que acepta como un hecho sin ni siquiera obser var atentamente los detalles. Es un antiguo sistema de ajuste que po seen, diversamente estereotipado. muchos seres de nuestra especie an tecesores de nosotros. Podemos comprobarlo en el vue10 giratorio de las gaviotas: su cuerpo se inclina en cada sesgo u oblicuidad de las alas, pero la cabeza se mantiene alineada can la horizontal por la accion com: pensatoria del cuello; desde esta posicion fijada ventajosa, sus ojos ob servan el mar y los bareos en atisbo de alimento. Esos mismos saculos gravitatorios de nuestra cabeza controlan la po sicion de los ojos. Los ojos nos sirven para orientarnos en e1 espacio con respecto a nuestro comportamiento en posicion vertical. Esta orienta cion es una de las que William James curiosamente denomino nuestras ({concepciones de sentido camun», evolucionada, en su opinion, en nues tros antepasados prehistoricos, Pero ya existia en nuestra especie antes de que aparecieran los hominidos. Para tratar adecuadamente con el es pacio visual, el globo ocular -la retina- tiene que estar perfectamente si tuado y orientado. Las dos bolsitas gravitatorias de la cabeza que actuan sobre los musculos del cuello para restablecer la postura de la cabeza, actlian tambien sobre los musculos oculares regulando la postura de los
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ojos. A cualquier lado que giremos la cabeza, los musculos regulan la po sicion de los ojos de forma que la retina siga mirando desde su habitual verticalidad, es decir, conservando su ancestral parametro de vertical y horizontal. Conforme la cabeza gira hacia la derecha, el eje vertical del ojo se desplaza hacia la derecha. EI ojo actua como S1 estuviera montado .~ sobre unos balancines de brujula en un barco oscilante. Ad'mitimos que estas reacciones de 1a cabeza, de los y del cuerpo, que se producen cuando un pajaro planea, son inconscientes, pero, en nosotros mismos, se producen de igual modo cuando el avion en que viajamos desciende 0 se inclina. Descartes las atribuia a un puro mecanismo. Actuan por sf sa las, y nuestra mente solo percibe el resultado. La mente es inconsciente del proceso que nos permite estar de pie, caminar, correr, etc. Nuestro medico del siglo XVI daba por sentado que el cuerpo era per fectamente consciente. Para el, era una morada del alma sensible. Mu cho despues de el, el prototipo del
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en movimiento (Graham-Brown) y aste se mueve despacio, el animal anda despacio. S1 el suelo se mueve rapido, avanza a zancadas rapidas. Si el suelo se mueve aun mas rapido, galopa. Si, cuando esta levantado, se Ie alza el morro, sus patas anteriores se tensan y las traseras se flexio nan como si estuviera mirando un estante. Si Ie agachamos la cabeza, las patas delanteras se flexionan, y el animal adopta una actitud como si viera alga en el suelo. Salta y, si cae desde una altura, maniobra en el aire para aterrizar bien sobre sus patas. EI modo en que efectua esta co rreccion en el aire es un problema de fisica bastante complejo, pero el animal 10 hace sin mente. Esta claro que, en este caso, la integracion del agregado celular en el individuo 10 ha convertido en unidad motora, y, dicho en pocas palabras, los medios de los que se vale esta unidad motora son los nervios. El sis tema nervioso construye y rige la unidad motora. El sistema nervioso, pero no la mente. Con arreglo a esto, como hemos observado, se efectua la relacion de la mente can los actos corporales integrados. La mente los utiliza pero no conoce su funcionamiento, al igual que una persona que conduce un coche sin saber como funciona. La mente es utilitaria y esta obligada a serlo por efecto de la evoluci6n. Cada paso en su desarrollo ha tenido que justificarse ad hoc. Lo que la evolucion persigue es su servi cio progresivo al individuo. Mucho antes de que existiera una mente ca paz de reflexionar sobre estos particulares, los animales ya los hadan. EI «organo sensorial» muchas veces no implica para nada sentido a mente. Puede a no ser una entrada para la mente, pero siempre es una entrada para el individuo motor, y su vinculacion con este individuo puede restringirse a moverse 0 no moverse. Del mismo modo que un or gana sensorial, cuando su nombre 10 justifica, es un media para iniciar e interrumpir la reflexion, tambien en el individuo motor es un medio in dependiente de la mente para iniciar e interrumpir los actos motores. En aste ultimo caso, denominarlo organo sensorial induce a error equivoco que podemos evitar denominandol0 «receptor)) 0 «analizador» (Pavlov). Altamente selectivo en relacion con la causa a que responde, cada una de sus modalidades requiere un tipo concreto de agente para su activa cion. Es como una puerta en la que esta escrito «(tocar el timbre» y sobre la eual un aldabonazo no obtiene respuesta. Series de estos organos se leccionan al unisono, rudimentariamente, 10 que sucede en el mundo. Los pensadores en la Edad Media, y desde siempre, se han rebelado contra el criterio de que e1 conocimiento es un resultado de los sentidos. EI rechazo de la «tirania de los sentidos» ha sido la piedra de toque del «conoeimiento reveladon. Los sentidos eran groseros y corporales, y vin culaban al hombre a 10 terrestre y al mundo animal. La inteligencia de las estrellas pulia la perfeccion humana al no ser en ella requisito los sentidos para conocer 10 que era un don divino. Los pecadillos de nues tros sentidos solian interpretarse como advertencias para desconfiar de 10 «sensorial»1. Es curioso que su mayor error, el de que la Tierra era in movil, siguiera limpio de vilipendio y aun 10 defendiera la autoridad mu 1. Vease para diversas citas acerca de cuan vituperables son los sentidos. L. Thorndike. III, 451, sobre el tema ((Naturalez8H de Nicolas de Oresme.
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cho despues de que la opinion publica se hubiera liberado de semejante ilusion. Hoy, con la evolucion de la mente y e1 desarrollo del sistema ner vioso, la famosa insistencia aristotelica de que e1 intelecto esta arral gado en los sentidos es mas demostrable que nunca. Lo que se origina en la mente concurre con 10 que se estimula en el in dividuo motor. Sin embargo, a veces por la inexperiencia de la mayoria, nuestra actuacion individual responde a una situaclon repentina de un modo correcto antes de que la mente se haya hecho cargo de la situa cion. En medio del trafico urbano saltamos de improviso y dejamos sor prendida a nuestra mente, porque nos percatamos de la inminencia del topetazo antes de que ella nos 10 advierta. Nuestra mana agarra la tragH copa antes de que nuestra mente se de cuenta de que cae y, menos attn, antes de que haya tenido tiempo de dar las ordenes oportunas para evi tarlo. El individuo motor actua impulsado por dos medios. El mundo que Ie rodea y su propio mundo interior, mas limitado. Podemos considerarlo un sistema que, por su estructura, hace determinadas cosas y posee una organizacion tal que el mundo externo pulsa las palancas para que ac tue, pero su condicion intema dispone cual c:ie estas cosas debe haeer dentro de unos limites y como ha de hacerlas. Su propia condicion in terna es a la vez motivadora de algunos de sus actos. Descartes esta considerado un innovador por su concepcion de que los seres vivos actuan como maquinas. En el siglo anterior, nuestro medico, Fernel, arg11ia que el acto motor no puede asumirlo totalmente la volun tad. En 10 que respecta al cuerpo y a sus actos motores, fue un tema en el que se habia apartado claramente de Arist6teles, quien pensaba que los aetas motores eran siempre dependientes de la mente, es decir, de la ac tividad mental que es el deseo. El deseo podia ser racional 0 irracional y obedecia tanto a la emocion como a la voluntad deliberada. Sin em bargo, al ser el deseo un resultado de esta primera funcion vital, la sen sacion, y como e1 movimiento corporal es una consecuencia del deseo, este movimiento corporal era una consecuencia secundaria de la sensa ci6n, y, segun el analisi~ aristotelico, el movimiento quedaba excluido de las funciones primarias vi tales. Pero era un razonamiento que no sa tisfacia.~ Fernel; por eUo, insiste repetidamente en que hay movimiento corporal distintoal sensorial y volitivo. 8enala 1 que Aristoteles no habia sido suficientemente explicito en esto, y dice -yaqui se echa de ver el medico versado- que en la enfermedad se pierde la sensacion y, aunque la «voluntad)) resulta impotente, se produce movimiento. Senala 2 como, aunque en nosotros e1 acto volitivo del movimiento es con frecuencia su ficientemente claro e inequivoco, muchas mas veces aun realizamos mo vimientos en los que no se detecta que la «voluntad» es la «causa)), e in siste en que existe una clase de actos motores, animales y humanos, en los que el alma-pensante interviene poco 0 nada. A tal efecto, citaJ movi mientos de parpados, ciertos movimientos oculares. el movimiento res 1. Physio]. V. g, 109a, por ej., cap. 8 de la edici6n original de 1542. 2. Physio]. VI. 13. 3. Physio]. VI, 13.
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piratorio, determinados movimientos durante el sueno, etc. Los movi mientos de parpados suelen producirse inconscientemente y suelen pa sar desapercibidos. Respiramos mientras dormimos y no producimos el movimiento ni 10 sentimos. Por 10 tanto, en algunos de nuestros actos motores, no interviene para nada la voluntad. Aillamar la atencion so bre estos hechos, Fernel estaba fundamentando -y parece que por pri mera vez- una postura que los nuevos progresos confirmarian sobrada mente. Ahora sabemos, sin genero de duda, que hay una clase de actos motores que, aunque mimeticen actos volitivos y parezcan deliberados, como es el parpadeo protector de los ojos, y sean adecuados a las cir cunstancias, la mente, en realidad, no interviene en eIlos en el sentido normal de la pa1abra mente. Fernel iniciaba con esta concepcion no solo un nuevo capitulo en los estudios del sistema nervioso, sino que introdu cia una perspectiva original en la interpretacion de las manifestaciones de la naturaleza viva. En el siglo siguiente. unos noventa anos despues de Ferne1, Descartes volveria a tratar el tema. En aqueIla epoca, se practicaba muy poco la cita de fuentes bibliograticas en los escritos cientifieos, y Descartes no hizo mencion explicita de Ferne!, como tampoco Ia haria Thomas Willis de los escritos cartesianos. Sin embargo, cuesta trabajo pensar que Des cartes, quien, para ampliar sus conocimientos de sus disciplinas preferi das «Anatomia y Fisiologia», curso estudios medicos en Amsterdam 1, no hubiera leido a Fernel, cuyo libro era el texto de fisiologia de la epoca. Ademas, igual que habia hecho antes Fernell , Descartes cita la glandula pineal como valvula reguladora del paso de los flujos animales entre las camaras anterior y posterior del cerebro. Guy Patin contrasta a Fernel con Descartes, indicio de que, para muchos contemporaneos, los dos nombres eran inseparables. De cualquier modo, que la teoria fuese 0 no de Descartes ni nos interesa ni hace al caso; cierto que Descartes, al de sarronar la doctrina de los aetos motares inconscientes humanos y ani males, 10 hace con un vigor y una claridad que ganaron atencion univer sal. Descartes dice, por ejemplo: «El pajaro 0 el perro del que imagina mos al verle volar 0 correr que esta actuando reflexivamente, por voluntad, etc., no actua asi. Sus movimientos son simplemente semejan tes al desarrollo de una cuerda de reloj. Del mismo modo sucede con mu chas de nuestras ernociones, vuestras y mias.» Citaremos un parraf0 3 : Del mismo modo que un reloj formado por ruedas y pesas observa con no menos exactitud todas las leyes de la naturaleza cuando este. mal hecho y no marca las horas tan bien como cuando es una obra bien acabada, de igual modo considero yo el cuerpo humano, una me.quina construida y hecha de hueso, nervio, muscu los, venas, sangre y piel, que, aunque no tuviera mente, no de moverse tal como 10 hace. ya que no se mueve por influjo de su voluntad y, en consecuencia, por intervenci6n de la mente, sino simplemente por la disposici6n de sus organos. 1. Carta a Marsenne. 2. Physiol. VI, 13. 3. Meditationes, VI.
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o un pimafo que puede considerarse como uno de los u1timos que es cribio. puesto que figura a] final de De Homine. que fue una publicaci6n postuma y en el que. tras citar varias acciones corporales. dice 1 :
Las casas creadas son, en realidad. como intuyo Descartes, extrema mente delicadas y pero maquinas. Estan de tal modo dispuestas. que reaccionan con arreglo a leyes infalibles frente a las fuerzas externas. La impe riosa reaccion del ser vivo a los cambios que Ie afectan, Ie conHere esa aparente espontaneidad de hacer 10 que en realidad no es mas que una respuesta inevita ble. Su acto es stemple una respuesta inexorablemente condicionada. 8i 1a res puesta parece a veces desproporcionada cuantitativamente a 1a circunstancia que 1a induce. se debe sencillamente a que 1a relacion se da entre la fuerza de li beracion y 1a energia disponible para la misma. Asi sucede en particular con 1a celula nerviosa que responde tan mecimicamente como cualquier muscu10.
que quiero que considereis estas funciones como algo que se produce naturalmente en esta maquina por la sola de sus partes. igual ni mas ni menos que los movimientos de un raloi u otro automata accionado por pesas y ruedas. por 10 que no hay que suponer en ella ningun alma vegetativa 0 sensible, ni principio alguno de vida. aparte de la sangre.
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efectivamente. una perspectiva nueva. Poco regusto hay en ella de Aristoteles. Quiza su fuente mas afin sea una espectacular y breve frase en De Anima 2 • El vigia de noche agacha automaticamente la ca beza cuando ve moverse la antorcha del enemigo. Actualmente. 10 11a mamos «refiejo defensivo». La frase de Hamlet. (tcierto que teneis senti dos. si asi no fuera. no os moveriais». es aristotelica y exponente de que, en la generacion anterior a Descartes, el «acto refiejo» no formaba parte de las ideas corrientes. Se me permitira tomarme una libertad al margen del tema que nos ocupa. Supongamos que en el cerebro existieran procesos que se corres pondiesen con los procesos mentales, y que (no solo procesos sen soriales. sino procesos mas complejos) afectaran a las relaciones entre los objetos de nuestra experiencia. Imaginemos que estos pudieran ori ginarse en el propio cerebro. La biologia de Descartes conserva aun para el biologo un interes que rebasa la categoria de antigualla. Su primera materia es la anatomia, la anatomia par la luz que anoja sobre 1a funci6n. Descartes no era medico y, por 10 tanto, no tenia las oportunidades que tiene el medico de tratar con la vida y la muerte, pero no era un simple biologo de biblioteca. De dico muchas horas a la diseccion y enseguida comprendio el alcance del hecho que habia expuesto su contemporaneo William Harvey: la circula ci6n sanguinea. Familiarizado directamente con la anatomia general de musculos y nervios, Descartes refiexiono sobre muchos dH los actos motores corpo rales. Era su teme favorito, aunque, a diferencia de no dedico tiempo a comprobar experimentalmente sus hip6tesis. Escribio De Ho mine, que algunos han llegado a calificar de tratado fisiol6gico, para describir el modo en que el ser humano se mueve como un automata. Una obra genial. Por 10 tanto, asumio estrictamente a priori que e1 acto motor requeria un proceso inhibitorio estimulado por uno excitatorio. Era una idea original suya, y la fisiologia experimental 10 confirmaria 250 anos mas tarde. De Homine circulo en vida del autor en forma ma nuscrita y solo se imprimi6 despues de su muerte. El argumento de la obra esta elaramente expuesto en un parrafo de nuestro contemporaneo Charles Richet 3 : 1. De Homine. IV. 2. III, 7 §5. 3. Physiologie des muscles et des nerfs, pag. 898.
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No hay nada en este razonamiento que pueda sorprendernos, pero si que habria asombrado al lector medio en tiempos de Fernel. Actual mente, damos por sentado que nuestros musculos son maquinas, yel bi610go habia de su eficiencia mecanica en los mismos terminos que un ingeniero. La eficiencia maxima de todo el cielo de contraccion muscu lar humano, ineluida su recuperacion, segun el protesor Vivian Hill, ex cede ligeramente a120 %, y no es muy distinto en la rana. Considerando las partes del cuerpo como maquinas, podemos evaluar, por ejemplo, la economia tecnica de los movimientos corporales en comparacion con los de las maquinas realizadas por el hombre. Probablemente seria un concepto impensable para Fernel, ya que, para el, las acciones de las partes y los organos eran propios de la ({vida», un misterio cuyo desentranamiento Ie estaba vedado al hombre. Sugerir que la via corporal puede explicarse en teIminos mecunicos habria side para Fernel contrario a su filosofia natural y a sus creencias religiosas. Richet va mas lejos y aplica la maquina al conjunto de la cosa creada: el individuo. La aceptacion de la tesis depende de nuestro concepto de mente. Fernel 10 habria rechazado, como hizo con Democrito y los ato mos; su fe en el «libre albedrioll habria bastado para refutarlo. Quiza para Spinoza la mente, obedeciendo a sus leyes, se aproximara mas a algo mecanico. Platon solia comparar e1 alma humana al Estado. La fosa entre uel Estado)l y «una maquina» no es muy profunda. Sin em bargo. Descartes excluyo explicitamente la «raz6m> y la uvoluntadl> de su maquinaria del individuo. Excluidas ambas, e1 individuo cartesiano e:r:a una maquina. La concepcion de Descartes de los actos humanos coincidiacon su concepto de los actos del universo fiSiCO, y trataba de armonizarlos en un mismo contexto. Basaba el comportamiento del recientemente descu bierto universo copernicano en una teoIia de vortices cuya falsedad se encargaria de demostrar Newton. Los actos automatizados descartianos del ser humano formaban un todo can los actos automatizados de los cuerpos celestes. E:l identificaba como uno y unico e1 principio del movi miento subyacente a los movimientos celestes al que animaba la vida corporal. El mismo movimiento,la misma mecanica. Prescindio del «(pri mer motor inmovil». Pero. si queria decir, yen muchos parratos parece querer decirlo, que. del mismo modo que el hombre es un automata can una mente sobrea nadida. los parientes del hombre, las bestias, son automatas sin mente, 139
su opinion no ha recorrido un largo camino. En cierta manera, Descartes estaba impregnado de medievalismo. La opini'on medieval atribuia a los animales una categoria no mucho mas elevada que la de muebles terres tres para usa del hombre durante su vida en este valle de lagrimas. La ausencia de simpatia y comprension par parte de Descartes en este tema fue mucho mas lejos, cometiendo un abuso inaceptable para can nues tros semejantes irracionales y una afrenta al sentido comun. Incluso su poniendo, yes una suposicion cuestionable, que la «fraternidadll de San Francisco hacia tada 10 animado fuera, pese a su fraseologia, no una sim patia en reconocimiento de la afinidad, sino senciIlamente parte de un amor extensible a todo 10 creado por Dios y, en esencia, un acto de adora cion hacia el ser Supremo, aun tal concepto seTia de una ceguera venial en camparacion can la cruel ruptura cartesiana en la escala tradicional de la vida que, escalon tras escalon, conduce hasta el hombre. La ciencia ha sabido reparar despues esta escalera y la encuentra mas significativa que nunca, porque es parametro del progreso humano. Yes una escalera de mente y cuerpo, sin interrupcion alguna, en la que la mente humana no es mas que el travesano maximo respecto a los inferiores. Descartes -par seguir un poco mas con su curiosa y relevante figura es un hito entre 1a Edad Media y la Edad Modema. Le plus grand geome tre de son sU;c1e1 se alineaba tambien can los romimticos de la cosmolo gia, 8i se me permite acunar este termino. Su obra Le monde hizo los de leite8 de 1a alta sociedad en tiempos de Moliere. En Les femmes savantes, Sophie exclama: ((J'adore ses tourbillonsJi. La «refiexologia», como se la denomina en Rusia, se convierte en up..a ciencia del hombre por la que e1 Estado toma interes. En el Pavlov de Pretogrado habria en contrado Descartes a su sucesor mas eminente. En cuanto a1 propio termino, Descartes, en su descripcion de los auto matas, no dice ((refiejo», apenas 10 dice, ya que la palabra solo aparece una vez y no en forma sustantivada. Fue Willis, profesor de Medicina en Oxford, qUien, al escribir mucho despues sobre el sistema nervioso, dio vigencia a la palabra, al hablar de la acci6n «refieja». Los uespiritus ani males» ascienden por el nervio sensorial, Hegan al organo nervioso co rrespondiente y vuelven a discurrir por el nervia motor, y aducia a modo de ejemplos el pie que.se levanta cu.ando se Ie toea durante el sueno y un parpado que se cierra al tocarl0. Su intioducCi0TI creaba una situacion nueva muy distinta a la que habia planteado Descartes. Ademas, Willis no Ie mendona, pero se trataba ya de un esbozo experimental, una base para una ulterior ilustraci6n de la tesis cartesiana. El sigl0 siguiente aportaria muchas mas observaciones de este tipo, algunas de eIlas mas controladas en condiciones experimentales. Robert Whytt, en Edim burgo, demostro que la medula espinal de la rana es per se responsable de muchos refiejos sin que intervenga el cerebro. Mas tarde, se com probo que la respiracion humana era fundamentalmente un refiejo. En los animales, fueron descubriEmdose reflejos aun mas complicados. Y, mas tarde, se 11ego a la conclusi6n que hernos rnencionado, la del ser re
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1. "EI geometra mas emineme de su epoca», (N. del T.) 2. "Me encantan sus voragines". (N. del T.)
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flejo que no solo respira y se mantiene en sino que se levanta, ca mina 0 corre y adopta la postura de mirar a un estante 0 husmear el sualo. Un reflejo muy simple es el Hrotuliano», utilizado por los medicos para cornprobar la salud nerviosa. Se trata de una rapida y leve extension de la rodilla cuando se la aplica un suave golpe por debajo de la rotula. Su variabilidad es muy util para el medico, pues el golpe que imprime sa bre el tendon envia al musculo una senal nerviosa que al11egar ala me dula espinal repercute de nuevo en el muscul0 y Ie hace contraerse. Nada mas que eso, pero su variabilidad es muy significativa. Para ga rantizar Ia regularidad, la rodilla y todo el cuerpo deben mantener una actitud estandar y la atencion debe canalizarse, porque en caso contra rio, la respuesta es irregular. Con este reflejo se comprueba el estado de las distintas partes del sistema nervioso: cerebro, cerebelo, centros auditivos, bulbo raquideo, partes bastante alejadas de los nervids de la rodilla y del centro nervioso. Es como si el refiejo los tocara con los hedos, o mejor dicho, 10 tocaran ellos. Algunos 10 potencian, otros 10 deprimen; si el ser refiejo en su deambular se hace dana en el pie, casi todos los re fiejos de su organismo se alteran. El pie herido se aparta inrnediata mente del peligro y las otras patas echan a correr. Las senales que convergen a traves de numerosas lineas en los cen tros coinciden y se refuerzan. Es tambien en estos centros donde se ini cia un proceso que inhibe la excitacion en vez de inducirla. Este es el proceso postulado a priori por Descartes. Voltaire, con su caustico estHo, dijo de Descartes que :(au lieu d'ewdier 1a nature, e1 voulut 1a devineIJ)l. La observacion tiene su punto de verdad, pero, en este postulado de in hibici6n fisiologica, Descartes no solo pretendio, sino que adivino a priori un hecho y un proceso natural que solo dos siglos mas tarde descu briria la fisiologia experimental. En el sigl0 XVII, Descartes postulo una actividad que suprimia Ia actividad, y habria que esperar al sigl0 XIX para su confirmacion. Y, cuando se confirmo, al prinCipia, muchos no 10 creyeron, y algunos, aunque verificaron el reilejo, no 10 comunicaron por dudar de su autenticidad. Descartes habia enunciado el postulado al re flexionar sobre su presunto hombre-robot y su modo de funcionamiento, pensando concretamente en los nervios de los musculos dispuestos de forma antagonica. Desca'rtes penso que, enluYctlli.;: aCLLktl de forma con-": ' trapuesta, uno se distendia cuando el otro se contraia, correspondiendo la distension a la inhibicion de 1a actividad. Y tenia razon, aunque en realidad ]a inhibici6n no se ejerza directamente sobre el musculo, como el creia, sino sobre el centro nervioso que el musculo y actua dentro del propio sistema nervioso. Un centro nervioso en el1ugar en que se juntan las lineas nerviosas y del que parten otras. En estos puntos de convergencia es donde se pro duce la inhibicion. En ellos, se suprime la accion 0, 10 que es mas impor tante, se gradua moderandose. Los centros nerviosos actuan sobre]a red de conductores desconectando una linea a] conectarse otra. La verda dera importancia de la hipotesis de Descartes radica en que atribuyo la 1. «En vez de estudiar la Naturaleza. pretendia adivinaria)}. (N. del T)
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actividad del sistema nervioso al propio sistema nervioso, del cual se creia anteriormente que actuaba por efecto de los fluidos galemicos y del alma, Coleridge deda que una maquina es un hombre que solo puede hacer una cosa, Un hombre, dice Charles Richet, es una maquina que puede hacer diversas cosas. Es cierto S1 nos reterimos a las cosas que hace al margen de su mente. Pero e1 hombre es una maquina con mente. LOUe diferencia hay? Pues mucha, porque Ie faculta para, hacer cosas de distinto nivel y cognicion, y a partir de ellas intentar otras; Ie permite hacer cosas «principales», pero no dos a la vez, Veamos donde podemos detectar primordialmente Ia mente 0 donde finalmente se pierde. loNo comienza con e1 impulso de vivir, el gusto de vivir que es parte y fundamento de 1a vida? LEs solo eso? LEs ir perfeccio nandose? EI gusto de vivir del ser vivo para seguir viviendo a modo de nueva vida. EI gusto que anima toda Ia conductavital, que es a Ia vez im pulso y motivacion. No hay ninguna especie viviente que no 10 posea, de forma innata, inalienable, actuando por igual sobre el hombre y sobre el animal mas diminuto; es una earacteristica que no falta en ninguna de las innumerables especies de la Naturaleza. Mentes individuales de in contable diversidad: de reptil, de pez, de abeja, de pulpo, de hormiga. Observandolas, el hombre refuerza su propio antropocentrismo y com prueba que algunas son tan extranas como la forma corporal que las al berga. Algunas, mejor conocidas, Ie parecen aun mas extranas; otras, mas conocidas todavia, irremediablemente repulsivas; y otras aun, deli dosas en sus detalles. Pero, en todas elIas, singularidad aparte, existe ese rasgo constante: el impulso de vivir y multiplicarse. Podemos deno minarlo gusto, y muchas veces 10 es, pero Lquien diria que, al detectarlo a 10 largo de la escala de formas de vida que preceden al hombre, este gusto se convierte en impulso ciego y que este impulso se atrinchera tras un instinto inconsciente? Puede que siga interviniendo la mente, aunque una mente «mas alla del horizonte», pues dificilmente ite descripcion. Hace arios se ensalzaba la «voluntad de viviD), pero era una concep cion falsa,y, a pesar de su intencion, tristemente inadecuada al hecho real, era como llamar «voluntad» a la corriente marina que impulsa a1 marinero, como i9uponer que hacemos 1~ !1rinvwera pidiendola. Pensar en la profunda mar de fondo del (<'impulso vital» como simple «vo luntad de vivir» es confundir el significado de todo el mundo subcons ciente del que procede el hombre y a1 que todavia pertenece en parte. E1 impulso vital es una situacion natural inconmensurable, mucho mas an tigua y amplia de 10 que la «voluntad» puede abarear. Era ya una «ley) biologica antes de que existiera la «voluntad)), Recuerdo un dia en que puse en un tarro de 2litros agua (cdestilada)) con una minuscula particula de un cultivo de germen del colera. Al1ado habia otro tarro con agua, sin germenes. Cuando sali aquella tarde del laboratorio, los dos tarros te nian el agua clara y cristalina, pero, al volver a1 dia siguiente, vi asom brado que e1 agua de uno de eIlos estaba turbia. Observe una gota al mi croscopio y vi que estaba invadida por miriadas de germenes del colera, progenie de la particula que habia dejado el dia antes. Una multiplica 142
cion casi increible, pero cualquier filosofia que denomine «voluntad de vivir)) a este fenomeno cae en el melodrama, es un lirismo comparable a atribuir a la polvora «voluntad de explotar», Cuando se descubrio que actos relativamente complejos como estar de pie, caminar, coner, girar la vista, levantarse, etc., podian inducirse en los anima1es -en el perro, por ejemp1o- en condiciones que excluyen la conciencia, gano terreno el concepto de acto reflejo latente a amplios aspectos de nuestro propio comportamiento motor. Estos impulsos de comportamiento motor pueden inducirse par reflejo hasta en el indivi duo eonsciente. La accion refleja es comp1ementaria a nuestro compor tamiento motor consciente. La «inconsciencia)) del habito es otra cosa. Un acto que en el aprendi zaje haya requerido gran atencion, por repeticion se convierte en algo tan facH que la mente deja de intervenir y, sin ella, puede hacerse mejor que con su concurso. Un pianista nos dire que su mente se aleja de las te clas euando interpreta un pasaje estudiado hasta la saciedad. Una ma quinista habil que realiza un proceso rutinario nos dira que, mientras cumple con su trabajo, disipa la monotonia dando rienda suelta a sus fantasias 0 hablando con las companeras: algunas hasta hacen punto 0 leen en voz alta para deleite de los demas. Decir en tales casos que el acto en el que no interviene la conciencia es un acto reflejo, es abusar del significado de «refiejo». La utilidad del termino residia en principio en que indicaba un tipo de reaccion, en la que un estimulo externo relativa mente simple inducia una reaccion nerviosa en Ia que no era necesaria la conciencia. Pero estos aetas de habilidad, convertidos en «inconscien tes» por la costumbre, no 10 inducen a estimuios externos, sino que se han adquirido por reiteracion de un acto mental. Igual sucede con el fiui! reflexivo, es una reaccion a una situacion mental mas que un simple es timul0. Lo mismo sucede con un perro al que se Ie hace la boca agua al air sonar un tenedor, porque, por costumbre, 10 asocia con que van a darle comida. Estas dases de reaccion se han convertido en autometi cas, aunque al principio se fundamentaran en una atencion plena y cri tica. Que luego se reaUcen sin pensar no los ealifica de «actos refiejos». El acto refiejo es independiente de la concieneia; incluso la primera vez que oeune.> no emana del «egOl!. El acto reflejo es innato y hereditario. La adquisieion de un habito no presenta ninguna deesiC:ls ticas, es el resultado de un entrenamiento, y forma parte de la educa cion, formal 0 «natural». EI habito es una economia caritativa que alivia los actos mentales mas costosos del «yO). De ese modo, el «yO)) cuenta con un dispositivo de holganza que Ie ahorra trabajo, mientras que, en el autentieo acto refiejo, nunea interviene el «yO)), Un atleta muy entrenado adopta ineonseientemente una postura habitual. 8i un habito va acom panado de notable intervencion mental, signifiea que aun no esta adqui rido. 8egun las facultades de la antigua pSicologia, los maestros podrian esperar que el alumno adquiriese un habito que facilitara la adquisicion del habito en general, 10 que tendria ventajas y riesgos. Mais tous ceux que sa force obscure A gagnes insensiblement,
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que deshumanizar su punto de vista; ha tenido que abandonar su ({an tropocentrismo)}, segun expresi6n de S. Alexander. Necesariamente ha tenido que prescindir de la «causalidad» considerada como antrapocen trismo, pera causa final al fin. Contia mas en Guillermo de Occam. No existe la Htacultadn del habito, pues la adquisicion de un habito es Podria alegarse que decidirse pOI una u otra condici6n contributoria especifica e «intransferiblell a1 margen de su aplicacion. Es algo ad hoc, particular es una conspiraci6n reaccionaria, y etiquetarla de {{CaUsall, ar un fiel sirviente en su puesto. Al amo compete asignarle con cuidado su bitrario y artificial. Sin embargo, el hombre corriente cae en ese habito tarea particular, porque no es verosimil que el amo, una vez delegada la cuando, en un determinado concurso de circunstancias, el cambio de un tarea, vuelva a realizarla, como dice el sabio poeta: factor observable va seguido de un cambio que puede preverse a partir del primer cambio. Es pura pragmatismo. La golondrina que vuela sobre la carretera par la que se aproxima un Travaillant par nous en silence, coche, preve el «tiempo» como seda incapaz de hacerlo una golandrina D'un geste sur, toujours pareil, puramente refleja. Esta coherencia secuencial en situaciones nos la de Elle a l'oeil de 1a vigilance, muestra el perro al que llamamos desde e1 camino, 0 el perro pastor Les l€wres douces du sommei.!. cuando recoge el ganado disperso por la colina; es mucho mas profunda que cualquier acto reflejo. Aprendemos a reconocer en el a un amigo por BU alegre ladrido que nos saluda a distancia, las cabriolas y el meneo del EI habito no es hereditario, ni es un «acto reflejo». LPUede adquirirse rabo que preceden al paseo diario, la forma tranquila de acurrucarse un reflejo ejercitando la mente? GPuede adquirirse un habito sin ejercitar cuando Ie regafiamos. Sin embargo, aparte de esto, que distinto en su la mente? El habito forma parte de la educacion y tanto e1 reflejo como el comportamiento como perro. Como dijo Goethe alleer ellibro Man a Ma habito son medios de economia mental, pero aun falta demostrar que chine, nuevo en su epoca, (<jque oscuro animal!)). Un animal domestico sean una misma cosa. exclusivamente reflejo gustaria poco al mas amante de los animales: a el Los actos reflejos han contribuido enormemente a Ia integracion del individuo. Seria un acto reflejo, y no la mente, 10 que primordialmente menos que a nadie. No esta muy aceptada la teoria de Descartes de que el hombre, «VO integraria al individuo motor. Los actos motores mas simples existian luntad)) y «razom> aparte, sea un automata reflejo. Antos de que la Medi con anterioridad a Ia mente, entendiendo siempre esta por «mente reco cina, en su calidad de ciencia, pudiera dar su conformidad, habda que nocible». Si miramos la escala de la vida, ya sea en su orden cronologico preguntarse que es exactamente ((voluntad)). En los actos motores, Len como en e1 arganizativo, e1 muscul0 aparece antes que el nervio, y el ner que punto exacto se situa la linea divisoria entre «voluntario)) e «involun via antes que la mente, la «mente reconocible)). Diriamas que es el acto tarim>? Algo nos hace pensar que tal vez Descartes cortaba de un tajo los motor, par efecto del «impulso vital)), la cuna de la mente. E1 acto motor, a1 integrar mecanicamente al individuo, habria iniciado a Ia mente en su nudos gordianos. Spinoza en su apoca critic6 la actitud cartesiana y consider6 el pro desarrollo como tal. La gran rama colateral de la vida, las plantas, a pe blema en una perspectiva fundamentalmente mas moderna. «En la sar de su variedad e inexplicable profusion de tipos, nunca ha desarro mente -dice 1- no hay facultad volitiva 0 no volitiva alguna, sino volicio Hado en ninguna de eUas un acto locomotor de naturaleza animal, ni un nes concretas como tal 0 cual afirmacion 0 tal 0 cual negaci6n. Voluntad musculo 0 un nervio, y as! tampoco una mente reconocible. Conforme se y entendimiento son una misma cosa. Las ideas no son torRes figuras produce Ia integraci6n motora, se produce la mente como sirviente de un trazadas sobre un li~.lu.o, la asuncion de que 10 son es 10 que nos impide «ansia)) que.. hus'C.a satisiacci6n. . ver que cada idea, por e1 hecho de ser idea, contiene afirmaci6n 0 nega Fernel, en el sigl0 XVI, consideraba el cuerpo un habit.3.culo de faculta cion. No hay en la mente una vo1untad absoluta y libre, sino que la des. Una de eIlas era la que accionaba los distintos movimientos corpo mente esta condicionada a ser el agente volitivo de esto 0 aquello. por rales. Despues, Descartes postularia su robot, un mecanisme que ac efecto de una causa determinada a su vez por otra causa y esta por otra, y tuaba por S1 solo, porque asi era como Descartes concebia los movimien asi hasta e1 infinit02. Por 10 tanto, en 10 que respecta a la relacion entre tos del macrocosmos. Pero aun para Kepler, un siglo despues de Fernel, entendimiento y voluntad es equivalente a 10 petreo de esta 0 esa habia un angel que movia cada planeta. Mas tarde, con el «reino de la dra, 0 de la humanidad entre Pedro y Pablo. La voluntad no puede deno ley)), este patronazgo se convirtio en una «fuerzall, la gravitatoria. Ac minarse "causa libre", sino "causa necesaria"', La voluntad no es mas tualmente, la
Des chases par 1e mouvement ' .
,j
1, "Mas todos aquellos a quienes su fuerza oscura I ha conquistado insensiblemente I son hombres por la apestura I y cosas por el movimiento». (N. del T.) 2. «Trabajando para nosotros en silencio I con gesto firme, siempre parejo I Ella tiene el oio de la vigilancia I Los labios suaves del sueno." (N. del T.)
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1. II, prop. 49, 2. Ibid. prop. 48, 3. Ibid. prop, 48.
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son libres para pensar, porque son eonscientes de sus voliciones y sus deseos, y olvidan las causas que les impulsan a desear y a querer»!. Tal vez un comentario apropiado, desde el punto de vista human~, sin caer en absolute en cinismos, seda que 10 importante no es tanto que la voluntad humana sea libre, sino que e1 hombre piense que 10 es. Par su puesto, esto serviria para activar y mantener este gusto de vivir, porque, si no 10 tenemos, resulta un fallo biologieo y morimos. Para nuestro amigo Ferne!, no existia difieu1tad alguna en entender que la mente tiene poder sabre los aetas motores del individuo, pues sus hallazgos como medico-mosofo eonsistlan en que Ia mente racional era un huesped celestial del cuerpo y 10 guiaba como un marino un barco. En derta epoca, vincular la mente a la energia se habria considerado equivalente a convertir par fuerza todo el conocimiento humano en parte de un esquema inevitable de cosas, parte de un universo tipo laplaciano. . A ctualmente, se considera al individuo parte de un sistema de probabb lidades, en el cual la ventaja bio16gica que la mente parece otorgarle como individuo concreto es la mejora y el control del acto motor, y parece vincularse unicamente a casas susceptibles de modificaci6n, vinculan dose mas a ellas cuanto mas modificables son. Se aferra al aforismo de Carlyle l(el proposito de la vida es un acto, no una idea». La influencia de la mente en los actos vitales hace de ella un factor de eficaz contribucion a la vida. Par todo esto, podemos entender por que la mente es impor tante y 10 ha sido, y su evo1ucion parece corroborar esa importancia. Y la medida en que ha sido importante podda darla e1 hecho de que la mente finita haya influido sabre la c(actividad» individual Lloyd Morgan, el biologo, arguia que «el primer fin, objeto y proposito de la consciencia es el control», La senora Naturaleza parece haber adoptado la misma opinion.
B EL CEREBRO Y SU FUNCIONAMIENTO I
La tuncion principal del sistema nervioso central es enviar mensajes a los musculos que hacen que el cuerpo se mueva con eficacb unitaria. E.D. Adrian, The Mechanism of Nervous Action L'Homme n'est qu'un roseau Ie plus [aible de 1a nature; mais c'est un roseau pensant1 •
Pascal
i
1. Ibid.. apendice.
1. "El hombre no as mas que un junco. el mas debil de la Naturaleza; pero es un Junco que piensa», (N, del T.)
7 La biologia analiza el organismo en nuestro propio caso y en el de otros muchos seres semejantes a modo de un ensamblaje de unidades vivas minusculas, casi independientes. Se confirma este hallazgo por la demostracion de que cada uno de nosotros vive durante un breve plaza de tiempo como una de esas unidades simples. La ciencia tisica con sus unidades de distinto orden, descubre al indagar que nosotros tambien estamos formados por tales unidades y, como el resto de 10 que examina, ve en nosotros una masa descomponible en unidades de 10 que deno mina ({energian. Quiza nuestra fantasia imagina tales unidades energe ticas a modo de ({paquetes de movimiento» cargados de eleetricidCj.d. Las fenomenos residuales que no explican ninguno de estos analisis san siempre los mismos. Como se trata de fenomenos aparentemente de una sola categoria, los clasificaremos juntos y veremos que corres penden al epigrafe «mente». Los actos de energia son movim1entos, pero, en 10 que a la mente se refiere, la dificultad esta en saber s1 es mo vimiento. El acto de comer un bocado presenta distintas fases. Una fase inieial en que nos llevamos el alimento a la boca y durante la cual se efectua un ,minucioso movimiento del bocado, humectandolo, etc.; es una opera cion que implica la intervencion de labios, lengua y dientes. El bocado, y 10 que con el se hace, es alga consciente para la mente, su «atenciom) se centra en el, quiza mas aun si es un bocado exquisito. Lo mantenemos en la b?ca mayor 0 menor tiempo, podemos apresurarnos 0 demorarnos, 0, si, par Bjemplo, el bocado es desagradable, rechazarlo. Mientras el bo cado se enclientra en e'sta controlado par la mente, nuestra activi dad motriz es susceptible de modificacion, diriamos «a voluntadll. Final mente, la fase culmina dirigiendo el bocado desde la cav1dad bucal ha9ia Ia siguiente fase: la «deglucion». El bocado pasa a manos de un acto 10 bastante ef1caz para su relativa mente simple proposito, es decir, introducirlo dentro del cuerpo. Es una fase transitoria en la que la mente va perdiendo el control del bocado; 10 pierde, a menos que 10 recupere en el recuerdo como parte de una situa cion preterita. No es que las musculos y las nervios no ejerzan ya su ac cion sobre el; al contrario, mantienen can el un intercamb10 aun mas ac tivo, pero la mente ya no tiene o can ellos ni con e1. a partir de aqui, ningun esfuerzo del individuo integrado puede demorar, acelerar ni modificar en modo alguno el tratamiento del bocado. El individuo per se no puede controlar, aunque el bocado sea un veneno, el proceso que 149
sigue. En resumen: cuando el acto del individuo integrado ya es irreme la mente olvida el acto. De ella se deduciria que una de las fun ciones de la mente en e1 individuo es contralar y modificar el acto motor del mismo. E1 corazon, can su red tubular que aporta alimento a todos los recove cos corporales, es un mecanisme integrado de impartancia capital. 3i se para un minuto. la vida se para. Las integraciones mas perfectas del sis tema nervioso no son tan sumamente importantes como el. El doctor Ekehorn 1 ha insistido hace poco en que e1 rinon es un organa integrado; de una integracion en la que la mente no intenliene. Para que los pulmones funcionen bien, el rinon tiene par cometido re gular otros aspectos de la composicion sanguinea. Para que el rinon de sempene esta funcion, la hipofisis, situada en la cabeza, debe secretar debidamente su aportacion a la sangre. Un hombre sano es un conjunto de organos de accion interconexa que se regulan entre sf y forman todos un sistema autorregulado. Esta solidaridad de los organos se lleva a cabo fundamentalmente mediante la secrecion interna del cuerpo. Es algo asi como si, para intensificar un acto muscular, el cuerpo se auto inyectase una dosis de estricnina, 0 como si, para paliar el dolor, se in yectase un narcotico. Las clases de funcion que esta integracion quimica abarca se ilustran con el desarrollo del embrion. Su quimica es constructiva. Todo este im presionante crecimiento y desarrollo que produce un nino a partir de un ovulo celular es basicamente construccion quimica, operada, regulada, caordinada y unificada quimicamente. Puede decirse que el recien na cido es un producto de la integracion quimica. Fernel, en el siglo XVI, ha bria dicho que construye un habitaculo para la mente, pero -y 131 10 habria encontrado bastante natural- no praduce al habitante. Hemos visto que 1a integracion del cuerpo no es obra de su mente !inita. Gran parte de esta integracion corporal esta fuera del alcance de su mente. Se atribuye a causas finales. Por otra parte, la integracion del cuerpo en vir tud de una de sus caracteristicas conlleva la intervencion de la mente, de la mente reconocible. Los actas motores del individuo requieren un coajuste de una preci sion tCln rapida y espacial ana.da comparable. Es esta integraci6n de «ac tOS» 1a que, en definl.iiva, tiene que urdir la consecucion del alimento. La busqueda de alimento es un atributo del gusto de vivir. Gran parte del alimento es material que se desplaza con rapidez y, para conseguirlo, se requiere un minima determinado de rapidez de movimientos. La rapidez sirve a su vez como media de fuga para no convertirse en alimento de otras seres maviles. Hay una competicion entre cazar y ser cazado. Ade mas, el que es especialmente certero asegura la caza 0 evita ser cazado mientras que el torpe no puede. La integracion quimica mediante men sajeras quimicos es excelente para la «digestion» 0 el «crecimiento», pera no aporta una coordinacion suficientemente rapida en los «actos de rela cion externa», como dicen adecuadamente los fisiologos. Para este tipo de actos, la graduacion de precision cuantitativa exige otra modalidad 1. Gber die Integrative Natur d. Normalen Harnbildung. Helsinki, 1938.
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de integracion, suplida por el sistema nervioso. Camo dice pintaresca mente Bergson, «hay un esfuerzo del cuerpo hacia la unidad, en la que el cerebra desempena un papel indispensable»l. La integracion del sistema nervioso es sui generis: se efectua a traves de Iineas vivas de celulas estaticas a 10 largo de las cuales discurren co rrientes elEktricas que, en determinados puntos, inducen 0 contrarres tan a otras, y finalmente Began al musculo y 10 activan. A veces, denomi namos l<mensajes») a estas corrientes electricas, pera hay que tener en cuenta que no son mensajes en el sentido de simbolos significativos. Llamarlos ((senales» presupone la existencia de un interprete, pera no hay nada que lea, ni «senales» ni «mensajes». Las senales se prapagan por simple excitacion electrica de la pieza contigua en ruta. Todo es pu ramente mecanico, tan mecanico como un rele a como la activacion de un resorte que activa a otra, este al siguiente y finalmente un muelle mas patente que, en lugar de ser un timbre, es un musculo. Esto coincidtria con la descripcion del automata de Descartes. En vez de ruedas y pesas de re10jeria, reles de corrientes elEktricas que discu rren par las vias nerviosas. En consecuencia, el automata se mueve de una forma u otra. Desde el principia, esta determinado que musculos van a moverse, ya que ciertos puntas iniciales conducen a unos muscu los y otros a otras. Los puntas de partida estan distribuidos par el cuerpo, algunos en su interior, y la mayoria en la superficie. La superficie externa del cuerpo es donde mas incide el gran mundo del siglo XVI de FerneL Es la superficie que siente, y ha sentido desde tiempos inmemoriales, las innumerables peripecias del entorno. Es una superficie rep1eta de puntas que comer cian con el mundo externo. Algunos reaccionan a determinados aconte cimientos externos y otros a otro tipo de episodio, por 10 que, en este as pecto, son selectivos. Son los puntos de partida de las corrientes po tenciales del sistema nervioso. De este modo, a traves del sistema ner vioso, tienen a su mando los musculos del animal y sus movimientos. In fluyen poco en los grandes reservorios a factorias quimicas; tampoco en las estructuras estaticas, pues las vias nerviosas no Hegan a eIlas, sino que conducen directa 0 indirectamente ala maquinaria motriz, y a tra ves de ella haeen que el animal ejecute tal 0 eual acto. El individuo m6 vii, considerado bajo esta limitacion, parece una marioneta en sus ma nos, un automata cartesiano movido par el mundo externo, igual que esas «esculturas de jardin, movidas par chorros de aqua». El mecanismo es puramente fisico, pera no tan rigido como las ruedas y pesas cartesianas. Cuando un ojo gira a la izquierda, el otra hace 10 mismo, y el cuello tambien, pero el automata «mira hacia la izquierda)). 'Cuando un perro corre, los avanzan en diagonal. mientras el otra par impulsa desde atras el peso del cuerpo; es decir, que los nervios unifican al animal movil y se Ie hacen solidarios. El reflejo ratuliano es uh movimiento en el que no interviene la men te. Quiza resulte impertinente preguntar «por que», pera hagamoslo: cuando una reaccion es inevitable, l,puede hacer alga la mente? l,Que 1. Evolution creatrice. pag. 209.
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puede interesarle a la mente de una situacion en la que ella no cuenta? Es un movimiento fisieo que diseurre eterente por un haz nervioso y ate rente por otro, dando par resultado una extension momentimea de la ro tula que, de par 51. es inutil: una fraccion desdenable de un movimiento finalista mas general. Vemos que la mente no eonoce el «como» del acto y que 10 que la preocupa es el «porqUElI>. Entonces, La que viene que pueda interesarla 0 convocarla? ((La vida es el prurito de vivir.)) Este prurito es universal en eUa. Visto al microscopio, revela minusculas vidas que bullen de un lado para alimentandose. Movidas par e1 «impulso vital», cada una de eIlas 10 pro clama tan claramente como 51 hablase. La frase clave de todo este bulle bulle es el «impulso vital». Si dejamos el microscopio y miramos e1 bullicio de la calle, can todas las personas que van de un lado para otro apresurandose para entrar en los restaurantes, Lno 'es algo pareeido a la escena del microscopio? LCon que expresion 10 resumiriamos? ~dmpulso vitah>? Como se trata de un caso que conoeemos por propia experiencia, podemos interpretar en este impulso un componente, parte y motivacion, un factor de «celo por vivin), «ansia de vivirll. La psico-quimico euenta en este caso con una apoyatura mental. El ansia vital por vivir como consecuencia de la vida a aumentar euantitativamente, habida cuenta de la d1stancia entre la po blacion microscopica y la humana; sin embargo, si hubiera una forma mental en esta poblacion microscopica, aunque par ser el microbio un ser tan alejado del criterio can que la definimos, dHicilmente encontra riamos una palabra para definirla, l,no es probable que esta mente fuera el germen del lIansia de vivir»? Una presuncion basica en Fernel era que hay en el hombre, vinculado de tantas maneras al resto de 1a Naturaleza, un aspecto que Ie aparta to ta1mente de ella. Solo 191 razona y tiene libre albedrio. Fernel no parece percatarse de que tanibien esto va vinculado a1 «gusto de vivin). El hom bre sigue siendo todavia unico con respecto al resto de la vida y esta mas profundamente comprometido con el proposito comun que ningun otro ser. Para Ferne1, el hombre posee un alma que ningun otro ser terrestre posee, y por ella realmente no es de la tierra. Pero parece escaparsele que, de todas las vidas existentes, la del hombre es 1a mas completa y plenamente unida a la tierra, porquela experiencia vital, exclusiva mente terrena, es, en el caso del hombre, sumamente completa y plena. Siendo la mas completa de su y siendo su clase propia del planeta, es mucho mas terrena que ninguna otra y esta subordinada al ((gusto de viviDl como proposito. Es el nexo mas completo y pleno que conocemos entre la vida y la tierra. El hombre es la mas terrestre de las criaturas. Cuando Fetnel minimiza el vinculo entre la tierra y el hombre como pr6 pio de un mero transito, nos relega a adaptarnos a un extrafio y banal barniz aplicado a una situacion trascendente. Lo unico que Ie inspiran los animales es que estan creados para su usa. Incluso a finales del si glo XVIII (1786), en que se si!uan Kant l y su «historia humanal), el hombre dice dirigiendose a la oveja: «Este abrigo que Hevas no te 10 ha dado la 1
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Stlmmtl. Werke. IV. 341 (Hartenstein).
Naturaleza a ti, sino am}», y esquila al borrego y se viste. Kant pone de relieve que el hombre, desde el principio. «comprendi6 su derecho a dis poner de todas las criaturas como medios e instrumentos dados a su vo luntad para la consecucion de sus empresas». Kant es en esto como un Fernel explicandose 250 anos atras. Tambien para el. cualquier especie animal es simple alimento para 81 cuerpo del hombre, recurso para sus necesidades, pieles para su confort, remedios para sus achaques. Su opi nion sobre nuestros afines podria ser la del propio Fernel: «No son en si malos, aunque puedan habitarlos los poderes malignos», y no olvidemos que Fernel estaba considerado persona amable y compasiva I. Los nuevos conocimientos nos han dado otra perspectiva y, gracias a elIas, los otros tipos de vida nos resultan mas allegados. ya no son otro orden de seres, sino nuestros afines. Su naturaleza y la nuestra son una, todos ellos se mueven como nosotros por el «ansia de viviD), somas com paneros de una misma gran aventura: la vida. ElIas, como nosotros, se esfuerzan por 10 mismo. Todos hemos venido al mundo y a todos nos mueve el
2 Realm of Mind. pag. 251.
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centr~rla en si. en su fase venidera. el planeta va a ser 0 no el plan eta hu mano. Una fase proxima en que toda 1a vida del planeta este subordi nada a una sola: la vida humana. Esa vida. 1a vida humana, parece ir ca
mino de algo, por supuesto natural. pero no obstante sobrehumano. LOue medios aplicara? LLa mente a1 servicio del «ansia de viviDl? LComo? Mediante la conquista implacable 0 la mision benetica. Com
pete a los Hvalores» decidir el camino. En cuanto a 1a relacion real entre el alma de la bestia y la suya propia, es algo que no tiene cabida en e1 pensamiento de Ferne}; algo que Ie ha bria resultado impensable. Pero hoy, no; hoy, al derrumbarse la antigua barrera de division tajante, sabemos que hasta nuestros parientes po bres, los peces y los anfibios. pueden «aprender». El perro aprende mas pronto y con mayor versatilidad; el nino aun mas rapidamente yen mu chos mas terrenos. LLa reflexion conceptual surgio en la mente humana de novo y ya madura, como un nuevo don. 0 nos lIego a traves de la es ca1a infrahumana? E1 simio semejante a1 hombre posee inteligencia para 10 simbolico 1 y sentido demostrativo y direccional. LCuenta el perro con esa inteligencia rudimentaria? LOue grado de entendimiento prehu mana 0 infrahumano anterior a la nocion de «herramientall? El chim pance utiliza y construye herramientas. y, sin que Ie ensenen, coge una rama curvada para alcanzar un platano y, cuando el palo no es de longi tud suficiente, sin que Ie ensenen, une dos palos. "No cabe pensar que esta experiencia Ie aporta cierto atisbo del concepto de «herramienta»? . Si dispusieramos de todo el registro infrahumano y prehumano, Lno nos serviria de orientacion a t:raves de los grados de mente que ininterrum pidamente nos unen con las modalidades claramente infrahumanas de reflexion. con la mente de la bestia de 1a que procede la mente humana? Cuando nuestro perro se detiene, tenso, sobre la punta de las patas y grune a un perro extrano. Les de suponer que no posee la nocion gene rica del «perro extrano»? LNo es consciente cuando se nos acerca, como disimulando. para pedirnos una palabra de estimul0 0 de deferencia? Para Fernel, la mente humana era otro orden de mente, creado por e1 cielo e impuesta a1 resto. Para nosotros la mente humana es un producto reciente del planeta, generado por otra mente que la precedio en tiem po!'; remotos ..dando paso a la mente humana por cambios graduales de la primitiva. Estoy convencido de que puedo coger este 0 aquel libro de la biblio teea, pero no se cual de elIos es el prescrito por el determinismo; no puedo decir al elegir un determinado volumen, me aparto 0 no del de terminismo. Un reflejo espinal por efecto de un estimulo concreto, cuando la pierna esta flexionada, impulsa el pie hacia abajo y, cuando esta estirada. 10 le vanta, El estimulo es el mismo; la maquinaria nerviosa. la misma; pera la disposicion interna de la maquinaria nerviosa esta en parte condicio
nada por la postura de la extremidad. Si esto 10 extrapolamos a la com plejidad incomparablemente mayor de la raiz cerebral, capaz de sufrir el influjo de la estrella visible mas remota, quiza 10 maravilloso es que, in merso en un mundo cambiante y alerta, el mismo estimulo en dos oea siones distintas induzca el mismo resultado. Sus vias de conduccion forman un conjunto euantificable con la abru madora cifra de millones, Aun suponiendo que cada una de eHas sea una calle de (!direecion unicall, con sus miriadas de encrucijadas y conexio nes reguladas por valvulas, hay que itir que constituyen una pano ramica de tratico casi impensable. En cuanto sistema, esta abierto a la vez al influjo de dos mundos que actuan superpuestos sobre el: tanto el propio cuerpo como el mundo que Ie rodea reaccionan mutuamente a traves de eL Las pautas cam biantes de estos dos mundos inducen. en los terminales del sistema, pa trones secuenciales. Las reaceiones se difunden, se combinan y entran en conflicto. siempre con resultado significativo, porque 10 incompatible acaba disipandose. El resultado final que surge del sistema en forma de acto motor, siempre es algo con sentido. Podemos imaginarlo como Fernel imaginaba la «forma» aristotelica: una armonia constante, pero no una armonia elaborada por las partes en el sentido de un mero producto de partes arm6nicas, sino algo que en si es causa de la armonia de sus partes. La historia previa de la actividad individual determina en parte ha cia donde va. Establece «habitos» de reaccion, y estos habitos, con arre g10 a las distintas historias individuaIes, difieren de un individuo a otIO, Esta claro que, si la maquina fuera estrictamente refleja, su compleji dad e individualidad harian que el comportamiento ante Ia situacion cambiante del momento fuera variable e imprevisible, salvo a efectos estadisticos. Pero es curioso que, para el propio individuo que reacciona, su comportamiento no suele causarle sorpresa. Mas extrano aim, que de todas las personas que reaccionan el propio individuo es el ultimo en pensar que es un ser reflejo. Este sistema reflejo, que actua por medio de secuencias de estimulos predeterminados en respuesta a cualquier si tuaci6n momentanea, podria perfectamente haeer funcionar un robot, indiferenciable en muchosaspectos de un hombre. Semejante robot seria capaz de autoadaptarse a las infracciones de su propia maquinaria, del mismo modo que nuestro sistema nervioso se re compone despues de una lesion. El nervio lesionado se cura y supera sus incapacidades. Una cadena de centros nerviosos de accion coordinada tiene siempre un «liden>. y, si 10 pierde, elliderazgo pasa automatica mente a otro eslabon de 1a cadena. Si un cangrejo queda apresado en una grieta por una pata, e1 centro nervioso local hace que la pata se des prenda, y las otras, dirigidas por los centr~s nerviosos locales, prosiguen su avance de forma coordinada. Es un simple acto reflejo. Si en el cora zon, maquina aun mas sencilIa, falla el impulso primario del latido, Ie sustituye el impulso de un punto proximo.
1. Robt. M. Yerkes y H.W. Nissen; Universidad de Yale, Laboratorio de biologia primate, "Science», 23 de junio de 1938.
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En el siglo pasado, se descubrio que el cortex cerebral no era, como se creia hasta entonces, totalmente «equipotencialn. Se suponia que efec tuaba siempre 10 mismo en todas sus partes, aunque 10 que hada si- _. guiera siendo un misterio. Pero se descubrio que distintos campos del mismo originaban comportamientos distintos, de 10 cual se dedujo que tal 0 cual acto movilizaba tal 0 cual parte de las distintas areas de la su perticie corticaL Fuera del area en cuestion, e1 resto permanecia indife rente al acto concreto. Se postulo que este acto se «localizaban en un de terminado «centro» del cortex. Con este concepto se interpretaba muy erroneamente Ja escala de cooperacion motriz interna del cerebro. Re cientemente, quiza como revulsivo, se postula 10 contrario. Sea 10 que fuere, si 10 que se quiere afirmar es que la excitacion del sistema en eual quiera de sus puntas afeeta a todas las partes, la afirmacion excede a 10 que parece avalar la observacion. Parte de la precision y de la eficiencia del sistema radica en su prevision reactiva, que desencadena la inter vencion de una serie de factores que no impiden necesariamente la reae cion simultanea de otros. EI sistema posee capacidad limitativa del cambio interno. La vista del cazador que sigue el vuelo del pajaro no Se ve entorpecida por el manejo del arma en la accion de apuntar. Cuando, sentados en el escritorio, cambiamos de postura, no entorpecemos 10 que pensamos. Nuestros parpados se mueven sin estorbarnos la lectura. Una excitacion, por violenta que sea, no activa totalmente todo el cor tex, pues semejante accion contradiria el principio de funcionamienta observado en las vias y en la estructura del sistema nervioso. Si la fun cion de este es responder con un «comportamientoll, la actividad difusa no 10 induciria, no produciria «comportamiento» y seda un caos. El com portamiento esta basado en la integracion. La naturaleza de las activi dades pautadas del cortex expresan la integracion por efecto de su pro pia patron. Una caracteristica propia del acto refiejo a nivel universal, es que no emana del «egQ); por 10 tanto, postular que el eomportamiento humano es totalmente refiejo, es afirmar que nada de 10 que hace se origina en su HegO». El acto refiejo es una aceion inducida por un estimu10 que Uega a1 sistema nervioso desde el exterior del propio sistema. Hay unas celulas del.cuerpo que se autoactivan. Las celulas cardiacas estan toda.Ia vida «autodisparandos9 l i,las que mantienen el movimiento ritmico respira torio toracico forman un grupo que se «autoexcitall. Se ha demostrado por experimentos ehktricos que celulas de a1gunas sucesivas capas cor ticales se autodisparan: se dan la mana y se autodisparan par grupos. La celula nerviosa, que se autodispara y hace funcionar nuestra respi racion, reacciona tambiem en parte de forma refieja. Su induceion se ace lera 0 retrasa por eiecto de los nervios de otra zona que responde a un es timulo exogeno. Lo mismo sucede con estas celulas nerviosas del cortex cerebral que se autodisparan. Su autoaccion es modificable desde el ex terior, aplicando, par ejempla, una luz sobre e1 ojo a un ruido en el oido. Recientemente, se ha demostrado 1 que un o sobre cualquier punto cutaneo, por leve que sea, produce un cambio electrico detectable 1. Philip Bard. Bull. New York Acad. Med., XIV, 585,
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en e1 punta correspondiente del cortex cerebraL La localizacion de este punto corresponde a la del punto que se toea en la epidermis, y su res ponsividad es de ciclo variable. Este cicIo de autoactividad en la esta cion receptora cerebral desencadena una accion refieja. Si, en el primer punto receptor del cortex cerebral, se dan tales variables, mucho mas variable sera el desarrollo de 1a reaceion cerebral que se produzca y pro pague por el vasto laberinto cerebraL Cabe pensar que, por dos contac tos similares sucesivos, se produzca una reaccion distinta. En general, la sensacion es igual, 10 que indica que la percepcion sensorial todavia en cierra sus misterios. No hace mucha, la ciencia se inclinaba pOI e1 criterio de considerar la naturaleza como una proeza de ingenieria, criterio periclitado segun la actual concepcion matematica. Un esquema de lineas y puntos nodales, reunidos por un extremo en un gran nuda retorcido -e1 cerebro- y, par el otro, canalizados en una es pecie de tallo, la medula espinal. Imaginemos que representamas en el la actividad por medio de puntitos de luz y que, de elIas, algunos fijos se iluminan rltmicamente con mayor 0 menor rapidez. Otros son puntas m6viles que discurren a ritmos seriados a diversa velocidad. Las luces fi jas ritmicas se localizan en los nodulos y estos son metas en las que con vergen y encrucijadas de las que salen las lineas de puntos moviles. Las lineas y los nodulos en que se situan las luces nunca son exactamente las mismas por un solo momenta; siempre hay nodulos y lineas apa gados. Supongamos que elegimos la hora de sueno profunda; solo veremos, en algunos lugares dispersos, alejados nodulos iluminados y series mo viles de puntos luminosos. Indican la actividad local que prosigue. En una de estas regiones, observamos el comportamiento de un grupo de luces, compuesto quiza por una miriada, que se entrega a una maniobra mistica y repetitiva, como si se tratara de una danza ritual. Estan contro lando los latidos del corazon y el estado de las arterias para que se man tengan adecuadamente mientras dormimos. La gran pieza nodal princi pal permanece fundamentalmente a oscuras durante el sueno, y en particular el cortex. Eventualmente, en alguna de sus zonas, se iluminan a se m.ueven unos puntos, pero pronto se apagan. Estos puntas Iumino BOS y series de luces mov iles suelen localizarse en la periferia, y su deste- . 110 y velocidad son lentos. A intervalos se observa incluso un borboton de chispas que se encienden y discurren por la medula espinal, pero no Ia excitan. Sin embargo, en el punto en que ese tallo se junta con el cere bro, prosigue un notable destello sabre un campo limitado. Alli, una densa constelacion de varias millares de puntos nodales se ilumina cada pocos segundos en una breve fase de destello ritmico. Primero, son solo unas cuantas luces, luego mas, y van aumentando en velocidad y nu mero, en un crescendo deliberado, hasta alcanzar un maximo, y a canti nuacion disminuyen y desaparecen. Despues de una pausa, se repite el centelleo y, en cada uno de estos brotes ritmicos, se produce una des carga de impulsos de luces moviles a 10 largo del tallo y fuera de el por ciertas ramas nerviosas. GCon que proposito? Controlar la respiracion durante el sueno. 157
Si seguimos observando el esquema, vemos que, al cabo de cierto se produce un cambia que de repente va en aumento. En el gran terminal principal, que permanecia casi a oscuras, comienzan a centellear miriadas de luces en distintas direcciones. Es como si, desde una de esas zonas locales que habian permanecido ac tivas en Ia masa principal a oscuras, de repente se esparciera Ia activi dad invadiemdolo todo. La parte mas superior de la masa, en Ia que cast no habiamos vista encenderse ni desplazarse luz alguna, empieza a con vertirse en un campo centelleante de puntas fijos del que parten impul sos de lucecitas moviles que discurren rapidas de un lado para otro: el cerebra se despierta y la conciencia vuelve. Es como si la Via Lactea ini ciase una especie de danza cosmica. Enseguida la mas principal se con vierte en un telar encantado en el que millones de lanzaderas luminosas tejen un dibujo inconsutil, un patron siempre significativo par espora dico que sea. Una versatil armonia de subpatrones. Ahara, conforme el cuerpo despierto se yergue, subpatrones de esta gran armonia de activi dad discurren par las vias no iluminadas del tallo del esquema. Series de luces centelleantes y fugaces cubren toda su longitud: el cuerpo se ha puesto en pie y se dispone a iniciar un nuevo dia. Durante toda la jor nada se iran sucediendo fugaz e incesantemente las pautas luminosas en este esquema can el que hemos representado el cerebro y la medula espinal y, especialmente, y can extrema complejidad, en ese area de la que hemos hablado: el cortex cerebral. Cuando acabe el dia, volveran al reposo, aminorandose hasta apagarse casi por completo rindiendose al sueno. Solo entonces, en 10 que al cortex atane, cesa la actividad motriz. El cerebro queda liberado de la actividad diurna y deja de ser rector de los elementos de sus actos motores. Un acto que puede parecernos de sencillez casi banal es el·de dirigir la mirada. Sin embargo, los elementos que intervienen en 131 actuan nota blemente sabre el cortex cerebraL La «miradan y la actividad del cortex se coordinan. Cuando miramos un objeto, el globo ocular, sujeto por sus musculos, sufre una retencion para que la imagen de 10 que contempla mosse aloje en el punto visual retiniano mas idoneo. Esta maniobra Ia efectuan los ojos, y no solo cuando nosotros y e1 objeto que vemos esta mas quietos, sino tambien cuando el objeto se mueve aunque nosotros no 10 hagamos, a cuando nosotros nos movemas y el objeto no, a cuando nosotros y el objeto nos movemos en Ia misma a en distinta direccion. En todos los casas, los dos globos oculares 5e desplazan para captar la ima gen que miramos en el mejor punto visual de la correspondiente retina. Esto requiere la accion coordinada de dace musculos que desplazan el globo ocular sabre distintos Es una maniobra de preciSion, ya que el punta optima de vision en la retina, que siempre debe hal1arse enfo cado a la imagen que se mira, tiene escasamente una anchura de 1/30 pulgadas. Este ajuste del globo ocular para mantener Ia mirada sabre un punta concreto se llama «fijacion», y no debe confundirse can inmovili dad; al contrario, generalmente impliea une.continuidad de movimiento de suma precision. Tampoco basta con que el globo ocular se limite a si 158
tuar en ellugar de la imagen optica el punta optimo visual de la retina. No es suficiente, porque, ademas, es necesario que el centro de este di minuto punta optimo converja en ambos oios sabre el mismo punta de Ia imagen optica que se mira. Si no, vemos un objeto doble; dilema de gran confusion para la mente. Pero los globos oculares Uevan perfectamente a cabo la fijacion. Vemos un pajaro que cruza el cielo, aunque estemos pa rados, andemos a viajemos en un cache veloz, y 10 hacemos sin verla «do ble)). Es nuestra capacidad de fijacion la que 10 10gIa, y nosotros 10 hace mas sin saber «como)) se hace. En muchos animales es un acto refiejo, y en algunos no interviene el c6rtex cerebral porque practicame.nte estan descerebrados. En otros, es un elemento no esencial para el acto, ya que este puede realizarse sin necesidad de cortex, aunque exista. En nosotros, el acto requiere cortex cerebral. Los medicos afirman que hay enfermedades nerviosas en las que el paciente no puede controlar a voluntad Ia direccion de la mirada; desea mirar alga y no puede, porque la mirad.a se vl.,lelve hacia otro lado. uSe Ie indica a un paciente que volviera la cabeza en esa direccion y Ia Ie vanto de Ia almohada, se inclino hacia delante y volvio el cuerpo hacia la derecha, extendiolos brazos y, apretando las manos, gimio "no puedo"» 1. Puede pensarse que era paralisis motora, pero, si se Ie indica al enfermo que siga can Ia vista un objeto que se mueve despacio, puede hacerlo. Es decir, aunque el acto falle par esfuerzo voluntario, los ojos siguen «por sf solos» un punta en movimiento y fijan la imagen. Los ojos permanecen fi jos en el objeto par el «refiejo de fijacion». Los afectados par esta enferme dad, cuando quieren mirar algo de nuevo, cieuan un momento los ojos 0 mueven Ia cabeza, a bien interponen la mana entre los ojos y el objeto, y asi, inteuumpiendo momentaneamente la vista, anulan el reflejo de fija cion a pesar de que voluntariamente no puedan evitarlo. El refiejo de fi jacion actua por efecto especial de ese pequeno punta retiniano que he mos denominado de vision optima. El campo retiniano que 10 rodea ve menos yean menos agudeza cuanto mas alejado se halla de ese centro. Cuando sobre la cubierta externa de la retina incide una nueva imagen, especialmente una imagen movil, entra en acdon a su vez una fundon principal para desplazar el globo ocular, de forma que el punta optima retiniano fije la imagen. Para ello, primero tiene que interrumpir el re flejo de fijadon existente para sustituirlo par otro. Generalmente. este proceso, como demuestra la introspeccion. parece estar motivado par alga a 10 que de momenta no prestamos atencion, pero que nos atrae. y par un acto uvolitivo» miramos hacia ello, es decir. interrumpimos Ia fija cion existente e iniciamos la fijacion de otra cosa. En resumen: el refiejo de fijacion esta normalmente sometido al «control de la voluntadll. Gracias al simple refiejo, la vista del paciente puede seguir las lineas impresas de una pagina. EI paciente lee. «Cada letra sucesiva, senal a segmento de una linea, tiende a excitar un movimiento oscilatorio late ral de los ojos. Este seguimiento de cada linea es reflejo. El medico com prueba que la fijacion refleja depende de una region del cortex que desde hace tiempo sabemos por experimentacion que es Ia visual». y 1. Gordon Holmes. British Medical Journal. 1938. II. 107.
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sabe que ese {(control voluntarioll de 1a fijacion depende de una re gion del cortex muy alejada del punto sobre el que actua el refiejo de cion. As! pues, la enfermedad disocia estos dos factores, volitivo y re fiejo, que normalmente se coordinan. La ulocalizacion» de uno esta en e1 frontal del cerebra y la del otro en e1 opuesto. Para este acto re lativamente simple de nuestro comportamiento motor, la pauta de ac cion en el cortex cerebral se estructura sobre la coordinacion de puntos muy distantes entre 51 en el propio cortex. Por se ha demostrado que uno de los componentes del acto es puramente reflejo. Mas bien habria que interpretar que 1a armonica pauta instantanea, que excluye automaticamente elementos incompatibles, se deriva de la situacion integrada de ese momento y opera sobre 1a mitad ocular no es trictamente como reflejo visual. El tratamiento que efectua el ojo de este comportamiento, en apariencia tan simple, por medio de componentes tan complejos y alejados, nos previene contra la suposicion de que la ac cion del cortex cerebral sea puramente refleja. Un hecho sorprendente con respecto al cortex cerebral es el de que los «cinco sentidos» se distinguen en el con gran facilidad. Cada sentido tiene un «enclave) primario independiente. El «organo», como se Ie de nomina, de esas sintesis mentales supremas que generan e intervienen en 1a concepcion y en el acto focal, jresulta estar escindido en cinco sen tidos! Sonrisa de Aristoteles: (Recuerda 10 que te Pero quizas esta discreta base sensorial del «organo de la mente» sea indicio de simplicidad. Sin embargo, el analisis medico del aparente y relativamente simple acto que hemos seguido, demuestra que no es tan sen<;:illo. Los hechos rechazan las concepciones simplistas atribuidas a las distintas piezas del cortex cerebral que, a modo de un rompecabezas, tuvieran funciones independientes dentro de un comportamiento nota blemente integrado. Un area especial para la comprension de nombres, un area espeCial para el calculo aritmetico, otra para la comprension mu sical y asi sucesivamente 1 . Tufillo a ufrenologiall anticuada. Suponer que el cortex consta punto por punto de «(centros)) identificados con un deter minado sector de comportamiento inteligente especifico es un esquema «simplista que hay que desechan>2. Es preferible pensar que las contri buciones que e1 c:ortex, combinado a las otras areas y a la medula nal, aporta al comportamiento integrado.-se resolveran cuando se anali cen completamente en componentes para los que actua1mente no disponemos de nomenclatura. Definir la organizacion cerebral en termi nos de actividades del cortex es un desideratum fuera de lugar. mente, en la enfermedad 0 lesion locahzada en el cortex, «se descubra un fraccionamiento comportamental que no podemos expresar ni enten der con la actual terminologia psicologica»3. En la mayoria de las nes del cortex, la extension de la lesion debe ser para que se produzca un defecto mental reconocible. 1. W. Kleist, Zentralblatt f. d. gesamte Neurologie u. Psychiatrie, CLVIII, 164.
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2. KS. Lashley. 3. KS. Lashley, «Functional determinants of cerebrallocalizationn, Archives of Neurology
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and Psychiatry, XXXVIII, 386.
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Ferrier fue e1 primero en observar el efecto que ejeree la estimulacion electrica sabre Ia superficie desnuda de un cerebro de mono, y la lesion que causa, Cuando al cllnico parisino Charcot Ie mostraron en L,ondres los exclamo: (qSi es un La ((causa finaln aristote lica, Tal «localizacionl) exigiria mayor conocimiento de la circunstancia de que el cortex cerebral es el1ugar en el que el «pensamiento» entra en o con el comportamiento motor y el proyecto de acto motor con e1 propio acto motor. EI matematico Poincare explicaba como Ie vino de repente la solucion de un problema al subir a un taxi sin tener conscientemente el problema en la cabeza. La estructura anular del benceno se Ie «ocurrio)) a Kekule de repente mientras bajaba de un autobus londinense. Si el cortex cere bral actua espontaneamente, como parece indicar la experimentacion electrica, la accion no se inicia a traves de una puerta sensorial. Los fisio logos utilizan el termino (espontaneo» del mismo modo que la palabra corazon, que late ((por si mismo», es decir se autoactiva, sin implicar con notacion de libre albedrio alguna. Si dibre albedrio» significa una serie de episodios en la que, en cierto momento, 10 que sucede no esta condi cionado porIa reaccion a 10 anterior, tal anomalia es cientificamente im pensable en las secuencias cerebra1es. Cuando «elijo)) un libro de la es tanteria, no reacciono basicamente como la ameba microscopica, indecisa ante dos particulas. La diferencia entre ambos es que mi antojo evoca diversas posibilidades y, a continuacion, explicito mi actuacion optando por una concreta, que es el acto principal. Como hemos visto, estoy condicionado a ejecutar un solo acto principal a la vez. De la plura lidad de posibilidades de mi antojo, surge de facto mi singularidad de actuacion que deja en mi la impresion de una decision. Es indudable que la ameba no tiene antojo y, por consiguiente, carece de esa sensa cion de decision. Hemos aceptado que el cortex cerebral es el organa por excel en cia en el que el acto motor y la mente finita entran mutuamente en o, y nos ha parecido que debiamos considerarlo un «(o util» , En toda la gama de especies animales, incluida la Hamada (sUperioDl, el comporta miento motor del individuo consta de dos componentes. Uno es el com ponente {(reflejo», q:ue, por ser el predominante en origen, consideraba mas basico. El atro es una superestructura -no rc-fit::jo.. Est& "(lltima perspectiva en los animales superiores la aporta el cortex cerebral, yello independientemente de que el comportamiento motor sea instintivo 0 racional. Se hizo mas prominente en el hombre por efecto de la homini zacion. El reflejo espinal humano nunca induce un acto motor «de rela cion externan con la finura y precision del acto normaL El ",..,.........,..,"'"" del cortex cerebral potencia esta finura, habilidad, adaptabilidad y es pecificidad del acto motor. Se ha comprobado que, sin el, el acto motor, reducido a su fundamento en los animales superiores y sabre todo en el hombre, es impreciso, inconsecuente y adolece de «habili dad». Sin embargo, en los animales inferiores el fundamento reflejo del acto motor es intrinsecamente mas capaz y completo que en los res. El reflejo interviene generalmente con mayor amplitud en el com portamiento. En este caso, el acto motor resulta menos afectado por la 161
inhibicion del componente superior no reflejo. Si camparamas el perro al hombre, aquel, tras la extirpacion del cortex cerebral, puede levantarse, caminar y correr perfectamente, orientarse visualmente, pero el hombre, no. Sin embargo, si extirpamos el cortex al perro, el acto motor ya no se adapta a un proposito deterrninado ni podemos amaestrar al animal. La (darge circuiteria» (Fulton) de los impulsos sensoriales hacia niveles de integracion superior es en sf una especie de dlamada» refleja que 11ega hasta el cortex cerebral para inducir la cooperacion y se acopla a tala cual actividad momentanea que impongan los requerimientos de la si tuacion en que se encuentra el animal. EI perro, no solo camina, sino que camina para saludar a su arno. En una palabra: el componente del cortex cerebral altera el caracter del acto motor a partir de una intencion espe cifica mas reducida que se adapta a una circunstancia especifica. La mo dificacion estriba en que es como si el acto motor, de repente, se viera vinculado a la mente finita del momenta. jEs como si el cuerpo y su mente finita fueran una sola cosa!
EL ORGANO DE UNION La mente canace el mundo y aettia sabre el par media del cuerpo. Es dificil sustraerse a la eonclUf3i6n de que eXistian cuerpos antes que mentes y que las mentes s610 existen cuando hay cuerpos adecuados para ellas. AD. Ritchie, The Natural History of Mind La ciencia ha dado.muerte a la antigua teologia. Su espiritu incorp6reo, carente de vitalismo y de cualquier vinculo material, inmortal. sigue viviendo solitario, y es un fantasma del que nada tiene que temer la ciencia. Lawrence Henderson, The Fitness of the Environment
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Sf pudieramos considerar con absoluta ingenuidad 1a cuestion de una residencia corporal de la mente, podriamos imaginar una mente difusa no confinada en una parte concreta. Un individuo -nuestro propio perro es una masa de vidas microscopicas, centradas independientemente. Podria ocurrir entonces que nuestra mente, al menos en 10 que a sensibi lidad atane, se extendiera por todas las partes de nuestro cuerpo. Pero la experimentacion no corrobora tal cosa. La mente finita del individuo, en 10 que a la docalizacionll atane, esta relacionada con uno solo de los sistemas corporales; un sistema que es 10 opuesto a 10 difuso. No obstante, existen los denominados, y con razon, sistemas nerviosos difusos, formados tambien por celulas, celulas ner viosas despolarizadas, denominadas «protoneurona8) (Parker), pero son los sistemas nerviosos mas simples y no estan relacionados con mente demostrable a reconocible alguna. Aunque la mente en liltim.o extrema esta relacionada con el sistema nervioso, este no muestra fundamental mente esta relacion. La correlacion cobra evidencia solo cuando el sis tema se hace mas complejo. Ello es debido a que las unidades celulares tienen que interactuar, y 10 hacen par o. A partir de ello se agru pan en masas llamadas ganglios, medula espinal y cerebro. El comportamiento de animales tan complejos como los cefalopodos, los in sectos y los vertebrados, es fundamentalmente la expresion de esta inte raccion en las masas agrupadas del sistema nervioso. La mayor de eIlas es el cerebro, y es con el con el que se relaciona la mente reconoscible. De forma muy parecida a como ese 6rgano especial, el corazon, man tiene el flujo nutriente corporal, el organo del cerebro provee la mente al individuo. Si tan simple afirmaci6n hace sonreir, hemos de i tir que define la situacion practica a que se enfrentan medicos y ci rujanos. Por otra parte, el cerebro nos demuestra palpablemente 1a integracion del cuerpo. Gran parte del cuerpo no tiene mente demostrabie, y la mayor parte del resto tiene una mente prestada, en forma de sensacion par poderes, que se comunica estrictamente con una sola region restrin gida del cuerpo, una parte concreta de un solo organa en la que, con arre glo a la sensacion de la mayor parte del cuerpo, elabora su propia sensa cion. Pero en el cerebro es tambien donde se elabora la reflexion. Sabemos del hombre, can mayor seguridad que de cualquier otro tipo de vida, que su mente esta relacionada con el cerebro. Pero evitemos la mistificacion de creernos que el que la mente este en el cerebro sea una 165
proposicion de por si evidente, Kant escribio: «Muchos hombres imagi nan que sienten sus ideas en 1a cabeza, pero es un errol. La experiencia no me dice que yo este encerrado en algun lugar de mi cerebro.» Funda mentalmente debemos a la Medicina el conocimiento del lugar del cuerpo que es «sede de la mente». Pero de ser un hecho de por si evi dente, uno de los mas grandes biologos, Aristoteles, no 10 sancionaba, pese a que 10 itieran los medicos de su epoca, Hace mucho tiempo que la Medicina hace hincapie en la importancia de 10 que denomina ((localizacion». Se entiende por ello el1ugar 0 sede corporal de una «funcion» normal 0 patologica. Segun la vision galenica, la fuente de la salud y la enfermedad eran los humores, los cuatro humo res cardinales. Como estos se extendian practicamente por todo el cuerpo, su docalizacionll quedaba descartada, Uno de los meritos de Jean Fernel, nuestro medico del siglo XVI, es haber subrayado la impor . tancia de identificar el «sitioll de la enfermedad. Su vanguardismo en el terreno de la localizacion se basa en su conviccion de que los propios or ganos, los organos «solidos», como el decia, para diferenciarlos de los humores, eran e1 centro de la funcion y de la disfuncion. El estudio del sistema nervioso y del cerebra entraron a finales del si glo pasado en una fase intensiva de «localizacion)), debido fundamental mente a que e1 medico David Ferrier introdujo el empleo de corrientes inductivas para la estimulaci6n electrica del cerebro. La corteza cerebral en ciertos puntos induce actos motores, a rudimentos de actos motores; de una extremidad, de un lade del rostro, por ejemplo. En esta 0 aquella parte del cerebro, esta repre:1entado tal 0 cual movimiento del brazo 0 del rostro. Quiza se piense que estos movimientos corporales, tan facil mente inducidos por la aplicaci6n de electricidad sabre un punto u otro del cortex, son simples movimientos «refiejos» estereotipados, suscepti bles de induccion en medula espinal, 0 en piel. por ejempl0. Hay ejem pIos de este tipo de movimientos refiejos en el gato y el perro, cuando se rasca ritmieamente con la pata trasera para limpiarse el pelo, cuando sa cude la oreja si Ie irrita una mosca 0 cuando se sacude el agua, se levanta o camina. Pero no; estos movimientos no los induce un estimulo en el c6rtex. Son reflejos, pero, por 10 visto, no estan «representados» en el cor tex. Los movimientos inducibles por·corrientes eIectricas sobre e1 cortex de mono son la desviacion iateral de los oios Y e1 acto de tr<:lpar y asirse. Estos movimientos son de indole muy distinta a los actos reflejos espina les, mas bien parecen fragmentos de un comportamiento motor en el que, si pudieramos indueir la secuencia completa, comprobariamos el mismo canicter de 10 que podemos llamar la franja de un acto com puesto, cuya parte focal ocupa la atenci6n durante el desarrollo del «acto)) consciente, Por 10 tanto, nunca se ha inducido una sola «palabra», ni siquiera una interjeccion, carcajada 0 gruflido, aunque, por otro lado, se hayan identificado en el c6rtex «centros que representanll el habla. Ademas se ha comprobado que los distintos sentidos, la vista, el oido, el oItato, estan docalizados)) en determinadas areas cerebrales. Se llama a esto localizacipn sensorial y se descubri6 que el origen de un epi leptico, ciertos movimientos 0 cierta sensaci6n premonitoria del ataque, son indicativos, con arregl0 al movimiento 0 sintoma, del1ugar del cere 166
bro Tesponsable del ataque, Fue un descubrimiento de suma importan cia en Medicina. Pero la «localizacion» de la mente seda la «10calizaci6m) clave, y hemos visto que no es tan tacil. lC6mo es que Arist6teles, el ((padre de Ie psico 10gia)), no localizola mente en el cerebro? No olvidemos la caracteristica de insensibilidad a la manipulacion y a 1a lesion del cerebro descu bierto, la indiferenciaci6n de aquella epoca entre nervios y vasos san guineos y la evidencia de alteracion de la funcion cardiaca por efecta de la emocion; ademas, Arist6teles opinaba que al cerebro correspondia una de las cuatro cualidades cardinales, el «frio)), contrario especifico de otra cardinal, el ((calor», de Ia que el corazon era foco y sede. Por 10 tanto, en su opinion, el cerebro estaba conectado con el organa de la mente, es dech. el corazon, y era tributario de ella y no su sede. A pesar de esto, fue Arist6teles con su descripci6n de la mente quien probablemente aport6 al tema la prinCipal contribuci6n, no solo de la Antiguedad, sino de nuestra era hasta la llegada del Renacimiento. Su erronea «loealizacion)) pronto fue corregida, conservandose su descrip cion sobre estructura bio16gica de la mente, que durante siglos fue para digmatica. Su concepto del common sensorium, que figura en De Anima. fue fundamental y fructifero durante mas de dieciocho siglos, y aun per vive en diversas expresiones de usa corriente, como el conocido «sentido comuw), con las que se denotan la mente «cotidiana». Lo que pareee ex trafio es que esta adscripcion de la mente a un organo tan distinto al de la verdadera 10calizacion, apenas vulnerase su explicaci6n sobre la mente. Una de las impresiones que causa De Anima es que Arist6teles estaba totalmente seguro de que el cuerpo y su pensamiento componen una sola existencia. Si elleetor 10 interpreta como materialismo, poco hay en De Anima que 10 contradiga y, si deduce que la descripci6n va en el sentido de que la materia actua por S1 sola y que el resultado es la mente, yo creo que dificilmente puede encontrarse nada que contradiga esta conclusion. Pero la «unicidad» del cuerpo vivo y su mente es algo que esta latente en toda la descripcion, como un leim 0 tiv. En terminos modernos, diriamos que enfoca el problema de la integraei6n como si se tratara de un cuerpo y una mente cuya solidaridad es inquebrantable. Comparado con e,ste razonamiento, la disquisici6n. de Fernel soste~ niendo que son cosas distintas parace una pura fantasia. Hubiera sido 10gico que la atribucion aristoteliea de la mente a 10 que se ha demostrado ser una simple bomba muscular, en vez de su sede, arruinase su descripci6n de la estructura y vias mentales; que no la afecte notablemente es un tanto para la macroanatomia como clave de la mente. Semejante refiexion se produce cuando leemos 10 que afirma so bre la mente otra autoridad mas contemporanea y no menos original, pues no cabe duda de la distancia que separa a Arist6teles de Freud. Son casi dos polos opuestos y, sin embargo, en cierto aspecto, su obra es pa recida. Ambos estudian la mente en total divorcio con las caracterlsticas anatomicas del cerebro. Incluso como telon de fondo de las metatoras, parabolas y mitos clasicos de que se vale el pSicoanalisis para expliear los hechos; la anatomia del cerebro figura en elIas menos que en la na rracion de Bunyan, Pilgrim's Progress. pongamos por caso. Aunque total 167
mente distintas a la tematica simbolista y semidramatica del psicoana !isis, las compactas descripciones de De Anima son igualmente ajenas a cualquier referencia anat6mica. En Aristoteles, este distanciamiento del contexto anatomico cerebral no obsta para que su estudio sobre la mente coristituya un gran paso adelante en 1a memoria. La descripcion de la accion muscular no podia prescindir de una refe rencia a la estructura visible del musculo. Sin embargo, en la actualidad, la referenda al cerebro poco contribuye a1 estudio de la mente, y ahi se deja sentir 1a ignorancia sobre e1 «modo» de vinculacion entre cerebro y mente. Existen personas que estudian el cerebro y existen estudiosos de la mente, pero todos caen en el mismo defecto. Son dos disciplinas que requieren coordinacion. Nadie niega la vinculacion cerebro-mente, pero el ((como» sigue siendo para la ciencia y la filosofia un enigma que hay que desentranar l urgentemente. Segun el estado actual de conocimien tos, no podemos asegurar que muchos de los enfoques de la salud y la enfermedad mental no esten todavia a1 mismo nivel que ,la teoria de los «humores» fie la medicina medieval z. La Medicina, con su premisa de nlocalizaciom), siempre ha conside rado imperativo el examen de dugan) de 1a mente individual en el cuerpo individuaL Galeno, con su capacidad didactica, atestiguo casi con estridencia la localizacion de la mente en el cerebro. Aristoteles te nia sus razones al rechazarlo, pero estaba equivocado, La correccion de Galeno fue un retroceso, con mayor detaIle de conocimientos, a las doc trinas pre y postaristotelicas; la enfermedad sagrada, la epilepsia, que afectaba a 1a mente y que, en los escritos hipocniticos, se localiza en el cerebro. En Fernel no se observa la mas minima intencion de unificar mente y cuerpo. Puesto que por la combinacion de la <dorma)) aristot~Hica con el conjunto del material del cuerpo se obtiene la armonia vital, de mo mento Fernel se atiene a esto y, mas tarde, apenas si Ie preocupa, Pero se ha visto enfrentado a un «principio» que actua sobre el cuerpo y su «vida» y, ademas en contra de esto, algo en el cuerpo, que eillama ctintelecto», que es aun mas ajeno a 10 corporeo, y se ve obligado a conciliarlos, pues, en caso contrario, e1 alma no seria una. Naturalmente, a Aristoteles esto no Ie causabapreo~up~ci0!l. Al atribuir todos los fenomenos corporales. al yo que los nutre, describia la «mente» entre esos fenomenos, sin bus car una desconexion de esta con el cuerpo. En este sentido, su postura difiere muy poco de 1a de Spinoza, salvo que el esta mas desligado de la religion. Fernel, por el contrario, se muestra muy preocupado por demostrar que el hombre como individuo posee una sola alma, cuya univoca singu laridad garantiza su coherencia. Su profesion Ie ayuda en esta materia a explicar los procesos que se producen en la mente y el cerebro. Esta con vencido de que el cerebro es ellugar de la mente, y dice 3 que, en el, el 1. Vease Viscount Sammel. Nature, feb, 1939; C.s. Myers, Realm of Mind, pag. 112; Mac Dougall. Outline of Psychology (final). 2. FU,ndaci6n Rockefeller. Talks Ahead of Medicine, A Review faT 1938. de Raymond B. Fosdick, Nueva York, pag. 29. 3. Physio}. V, 14,
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traumatismo 0 la compresion provoca inconsciencia y lesiona 0 destruye la memoria, induciendo locura 0 delirio. Mas adelante. en el Dialogo 1 • se nala par boca de Brutus. arquetipo de la cultura comun, que la lesion al cerebra causa lesion en la inteligencia. Para Fernel, el cerebro en los anima1es es 1a sede del {(alma sensible», entendiendose que quiere decir «mente animaln. En el hombre, el cere bro aloja tambiEm, como contrapartida humana del alma sensible, el alma racional formada por intelecto y razon. El alma los contiene a pesar de seguir siendo una, iguaF que un pentagono contiene un cuadrilatero o un triangulo y sigue siendo una sola figura geometrica. Ahora bien, el intelecto y la razon son de una esencia que no requiere materia y que es inmortal3 . Se refiere Ferne!'! al cerebro como a un «castillo y fortaleza» del «alma sensible», del alma animal, por ejemplo, y de su homo10ga en el hombre, castillo que es el (Cautentico reino» de la sensacion y de la percepcion. El esquema fernebano va por ese derrotero. Los organos sensoriales externos reciben imagenes de los objetos externos; estas imagenes, por efecto de la fuerza de atraccion de los nervios sensoriales, discurren ha cia e"I cerebro, como espiritus anima1es, pero siguen siendo e<espiritus» entorpecidos y contaminados por materia grosera 5 . En el cerebro, Hegan primero al common sensorium y luego se juntan en el c(sentido interno». Del mismo modo que las cualidades materiales de las cosas externas constituyen la materia-objeto de los sentidos externos, estas imagenes que Hegan a1 sensorio comun son a su vez la materia-objeto del «sentido interno» y la fantasia propia del alma sensible, que 11ega a discemir un objeto falso de otro verdadero6 , las percepciones resu1tantes, mas purUi cadas de materia que las imagenes, pasan a1 intelecto pasivo del alma racional. Las percepciones son la materia-objeto del intelecto pasivo, el cual a su vez elabora a partir de ellas conceptos mas depurados aun de materia, pero solo conceptos limitados y particulares7 . Hay intelecto pa sivo e intelecto activo, y este es un constructor de conceptos, architectus notionum8 , cuya materia-objeto son los productos del intelecto pasivo, a los que sintetiza, amplia y refina aun mas9 por medio de la abstraccion, dando conceptos generales y conceptos universales, y las nociones abs tractas de eternidad, infinitud, etc. Estos conceptos no estan, 0 estan apenas, manchados de mcn(:lria u de corporeo. La pureza espirituar completa. sin apice de corporeidad, se logra en los productos de la raz6n, con 10 que, en ultimo extremo, se 11ega a los juicios morales 10 como bueno y malo. Dentro del cerebro hay ciertos agentes (espiritus) del «principio vital» Dialogo. II. 4,
Physiol. V, 2. v. 18.
Ibid.. V. 11.
Ibid,. V, 8,
5. Ibid.. VI, 14. 6. Physlol., V. 11. 7. Ibid.• 14. al principia. 8. Ibid.. VI. 14. 9. Ibid., V, 11. 10. Ibid.. V. 19. 1. 2 3. 4,
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que poco a poco se van sublimando de forma que se funden con el inte lecto y la razon del hombre. Sin embargo, Riolan e1 Viejol, comentarista coetaneo de Fernel, no estaba convencido del argumento dial$ctico del autor a este respecto, Galeno, en sus estudios del cerebro de mono y hombre, muestra gran sorpresa ante las grandes camaras huecas. Era'inevitable esa impresion a1 diseccionar comp1etamente un organo de aspecto tan solido, Las cama ras son cuatro, estan intercomunicadas y contienen un fluido claro acuoso, Para Galeno,]a mente era, como mas tarde para Fernel, algo incor poreo. Para ellos, una ({cosa» podia ser incorporea sin dejar de ser una «cosa», La vida, en cuanto que la mente forma parte de ella, actuaba sobre el cuerpo por medio de los pneumas del anima que movilizaban e1 sistema nervioso. Las camaras del cerebro eran para Galeno ellugar de genera cion y de reunion de los espiritus animales del alma. AlIi llegaban y de alIi salian los nervios de todo el cuerpo. Por 10 tanto, las camaras eran la sede central de las operaciones mentales, y su fluido claro, el vehiculo, Es comprensible que a un observador Ie choque ver esas camaras vo 1uminosas Henas de fluido en un organo de aspecto tan macizo como el cerebro. Galeno no era tan buen anatomista como Aristoteles, y las ca maras solo se descubren disecando totalmente e1 cerebro. Galeno les atribuia una importancia clave en la funcion mental, y debio decirse, a1 verlas y suponer que e] cerebro y los nervios estaban llenos de fluidos sutiles y supertenues, que «son su deposito». En realidad, el significado de las camaras cerebrales era muy distinto. E1 cerebro, en su origen, tanto en,los animales como en el hombre, es un tubo. Las camaras que se forman son partes dilatadas de ese tubo y no tienen relevancia alguna en el sistema nervioso, salvo quiza por e1 hecho de que aumentan la su perficie cerebral. Habia ademas otra circunstancia que indujo a error a Galeno y a sus discipu10s en 10 que a las camaras se refiere, una circunstancia que con feria cierto colorismo a su suposicion de que los espiritus animales resi dian en las camaras. Los espiritus eran llCaUSa» de los movimientos cor porales y el cerebro se movia. El movimiento del corazon, que todos conocian, se atribuia a una explosion ritmica interna de unos espiritus generadores de vida de grado inferior, los espiritus vitales. Y se suponia que 'el1X~Qvimiento del cerebro era igual; seguramem:e Galena 10 obser varia en numerosas ocasiones, pues dice que la guerra y los juegos del circo eran la mejor eseueia quirurgica. El movimiento ritmico del cerebro se observa en las lesiones craneales traumaticas profundas. Es evidente ademas la palpitacion del esca1pel0 infantil antes de que e1 desarrollo haya cenado de forma ngida la boveda osea craneal. En realidad, no es un movimiento propio del cerebra; su ritmo corres ponde a1 de la respiracion toracica, Los movimientos toracicos influyen sabre la cantidad de flujo sanguineo que llega al cerebro. Cada movi miento respiratorio disminuye en ella cantidad de sangre y e1 cerebro reduce su tamano en consecuencia. En la inspiracion, vuelve a llenarse y se expande. Por 10 tanto, e1 movimiento cerebral es totalmente pasivo. 1. De immortaL animo disputatio. Paris. 1598. pag, 74.
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Pero, para Galeno, era exponente del movimiento ritmico de los espiri tus del alma en las camaras cerebrales. La autoridad de Galeno y la subsiguiente conjura de los tiempos, man teniendola Yexaltandola, impidieron que nadie 10 pusiera en tela de jui cio y asi quedo fijado como dogma siglo tras siglo, hasta tiempos de Des cartes y Harvey, y aun despues de ellos. Sin embargo, para Descartes, los espiritus del anima no eran incorporeos, sino una especie de dlama)) 1 que circulaba a tremenda velocidad. Harvey, mas objetivo, quiza porque llevaba trabajando dieciseis anos eri la experimentacion, se limito a afir mar que, en todo eate tiempo, no habia encontrado pruebas de los famo sos espiritus, negacion que asumia la fuerza de una recusacion positiva. Finalmente, a finales del siglo XVII, Thomas Willis de Oxford refundio practicamente la anatomia y la fisiologia cerebral nerviosa. Willis tome por referencia Ia propia Naturaleza, ayudado por su celebre alumno'Ro bert Lower, inventor Y artifice de la primera transfusion de sangre. Se iniciaba la «Magna Instauratio)) y, con ello, la futura Royal Society. Willis unia a su experiencia medica conocimientos anatomicos directos Ysupo aunar la observaci6n con el hecho anatomico. Del mismo modo que Fer nel un siglo antes, traslad61a sede del anima de las camaras cerebrales a la autentica sustancia cerebral; para el la corteza gris cerebral, y no la sustanc~a blanca subyacente, era la morada principal de los espiritus animales. Las grandes masas de sustancia gris del cerebro eran tam bien, aunque de importancia secundaria, las sedes de esos pneumas animicos. Desde la corteza cerebral hasta abajo, las masas de sustancia gris estaban sujetas por la sustancia blanca. Willis tuvo la agudeza de diferenciar la materia blanca fibrosa, muy parecida a las fibras nervio sas, y situo e1 cerebro y el sistema nervioso a nivel moderno, en la me dida de 10 posible para la epoca. Tambien por entonces los espiritus del alma vital tendian literal mente a «materializarse». Tan solo un siglo atras, habian sido, en el mi crocosmos del cuerpo, la contrapartida del eter celeste del macrocos mos, del unive.rso. Por la observacion personal de los hechos, a Willis Ie habia llamado la atenci6n la gran riqueza de irrigacion sanguinea de la materia gris nerviosa en comparaci6n con la blanca. De ello dedujo que .,.ellugar de mmeracion de los espiritus era la sustancia gris, mientras que la blanca solo constituia las vias por las que discurrian. Sostuvo que, desde la corteza cerebral hasta los nervios del cuerpo, habia una gran calzada y que la sustancia gris dispersa a 10 largo de la ruta formaba otras tantas estaciones generadoras, insertas sobre las vias conductoras. Como se comprobaria, estaba en 10 cierto. Tambien tenia razon al afirmar que estas estaciones, Y hasta la propia corteza gris, eran la sede de 10 que eillamaba «accion reflejall. En cuanto ala (docalizacion de la mente», opinaba que, cuanto mas cerca del cortex cerebral se producia una accion refleja, mas intervenia en ella la mente consciente. Podemos decir que Willis ilustra hasta donde puede Hevar una minuciosa observacion de cabecera en la enfermedad, junto con profundos conocimientos anatomicos, a pesar de no disponer de microsi
1, Traite des ions. III. 20.
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copio ni de autentica quimica. Fue \tVillis que la histeria no era una afeccion del utero -contrariamente a 10 que se creia entonees, por 10 que su nombre «sino una afeccion cerebrab. Pero Vieussens de Montpellier modificolas interpretaciones de Willis y dictamina que las fibras nerviosas del centro del cerebro, y no 1a coI teza gris, eran el deposito de los espiritus. A partir de entonces, el cen trum ovale fibroso, como se Ie denominaba, se convirtia en la «sede del alma». Los pneumas del anima iban slendo cada vez menos etereos. E1 mi croscopista Malpighi puso a trabajar sus lentes y dijo que los espiritus animales eran un jugo que podia verse brotar de las fibras nerviosas sec cionadas. Luego desarrollola teoria y expuso que los tubos de las fibras nerviosas contenian un jugo sutH, separado de la sangre en la cOIteza glis del cerebro por unas giandulas. Cualquier aplicada a un or gano sensorial se transmitia inmediatamente por el jugo del tuba ner vioso hasta el cerebra. Incluso los corpusculos de luz que inciden sobre el ojo inducian sobre el nervio ocular una presion que se tn:insmitia al ce rebro. A continuacion, esta presion se dirigia hacia los nervios motores. La difusion de estas teorias era presagio de que e1 largo reinado de los pneumas materiales de Galeno, que algunos consideran de inspiracion platonica, tocaba a su fin. EI siguiente paso seria la vis nervosa del si glo XVIlI, una especie del genero duerza vitak Un curioso episodio interrumpio su ineludible desaparicion. EI verda dero aniquilador del siglo XVIII fue el tiempo. Galvani, castigado pOI la crltica de Volta, fue en realidad el pionero de 1a interpretacion moderna de los espiritus animales, cuando a S6mmerring, concienzudo anato mista de Konigsberg, se Ie ocurrio una idea. Habia publicado numerosas laminas de anatomia general del cerebro, adquiriendo una buena repu tacion al reenumerar, aunque ineorrectamente, los nervios craneales. Luego, en plena madurez, comunico el ultimo hallazgo de su paciente la bor: el alma reside en e1 liquido cerebral. Para culminar su descubri miento, dedico su ultima obra a su compatriota el filosofo Immanuel Kant. Claro, algunos no pudieron reprimir una sonrisa. y Kant hizo frente a 1a situacion con estoica cortesia. acusando recibo del cumplido en una ex tensa carta al autor, en 1a que corresponde a la solicitud de su opinion: Este descubrimiento nos informa de que el common sensorium es ni mas ni me nos que elliquida de las camaras cerebrales. En el se aislan los nervios, cuyos ex tremos discmren par eUas para que las sensaciones no se confundan. Y al mismo tiempo les sirve de media de comunicacion. Hay una dificultad (prosigue] yes que el agua no esta organizada. Sin organi zacion no cabe imaginar nada que sirva de organo al alma. Sin embargo, si consi deramos la uniformidad mecanica en relacion con su composicion quimica, hay mas posibilidades. Actualmente, gracias a experimentos neumaticos, se ha ]0 grado descomponer el agua en dos gases [Cavendish, 1781]. Cada uno de ellos, aparte de su propia base, tiene calorico. Este puede descomponerse en luz y otro material semejante a la luz, que a su vez es descomponible en colores... [y as! su cesivamente]. Una gata de agua, un grana de arena, a incluso cosas mas senci
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Has, son en la diversidad de sus partes minimas, incluso para una in teligencia tan limitada como la del hombre. Las extraen del agua gran cantidad de sustancias. sabe 10 que los nervios pueden encontrar en e1 agua Supongamos que los nervios, segun sus diversas clases, pueden descomponer el agua del cerebra y que sus elementos originan diversas sensaciones. Al cesar la estimulaci6n, los elementos vuelven a juntarse, par 10 tanto, 10 que argumenta este libro suceder. Pero lsede del alma? No. No podemos atribuir una relad6n en el a 10 que tan s610 es determina ble en el tiempo. Muchos imaginan que sienten el pensamiento en su cabeza, pera es un error. EI error estriba en deducir que 1a causa de la sensaci6n esta en donde se experimenta. Atribuyen el pensamiento a las hueHas que dejan en el ce rebro las impresiones sensoriales. Estas supuestas huellas no corroboran la con clusion de que aquel sea la sede del alma. Es solo una actuacion material como la del comIIlon sensorium, tal una antecamara de la mente. El agua de las camaras cerebrales puede serciertamente un common sensorium, pera ",sede del alma? 1 una cantidad imposible • No. Seria como Vemos que, al cabo de mas de veinte siglos de investigaciones, de Hi pocrates a Kant, par una parte se afirma que la sede de la mente es el agua cerebral, y 10 dice un investigador que habia consagrado su vida al estudio de la materia, y, par otra, un filosofo, quizas el mas eminente de su epoca, Ie niega cualquier ubicacion corporal. Pera, entretanto, el hombre de la calle habia llegado a una conclusion pragmatica. En cuanto a los pneumas del anima galenica, para Fernel, en cuanto actos del anima, perteneGian tanto al alma como al cuerpo. Descartes los habia hecho poner pies en tierra. Para 131, aunque muy sutiles, eran ma teriales afines a una llama. Su toque de muerte sonG cuando Lucia Gal vani dijo a su marido que las ancas de rana que estaba preparando para la eomida pareGian vivas en el alambre de cobre. Sin prisas, pera sin pausas, durante el sigl0 ::;igulente, el an
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vital y las facultades (del alma). primer instrumento de toda funcion!. Habian asistido a acontecimientos cruciales, habian contemplado la conversion del Imperio al cristianismo, la «caida» de ese Imperio, la re conquista cristiana de sus conquistadores, y, dUrante todas aquellas vi cisitudes, habian aguantado como una verdad inquebrantable. Vieron como el Meditew3.neo fue dUrante una epoca un lago arabe y siguieron una difusion parale1a a la expansion islamica. Vieron nacer reinos y sur gir naciones sin sufrir la mas minima conmocion. Las lenguas vernacu las sustituyeron a las clasicas, hasta en la Iglesia y la Medicina, y ellos se integraran sin ambages, incorporandose a 1a legislacion de JUstiniano y sobreviviendo a sus decretos, y, cuando e1 mundo conocido iba amplian dose ana tras ano, ellos iban difundiendose. En la epoca escolastica, fue ron un medio magico para la fascinacion del basilisco y el «ojo del dia blo))2. La escolcistica paso, y ellos permanecieron. Aguantaron guerras, pestes, convulsiones politicas y cismas religiosos. Y, fina1mente, en los siglos XVII, XVIII Y XIX huyeran en desbandada. Desbandada que data del momento en que se comenzo a interrogar ala Naturaleza de un modo nuevo. No fue 1a tirania politica ni la violencia revolucionaria 10 que los destruyo, fUeran expirando Ientamente bajo la presion creciente de un esfuerzo inconsciente dirigido contra ellos, un simple intento de indaga cion directa en la Naturaleza corroborada a cada paso con un experi mento observacional. Una particular amenaza para los pneumas gaIeni cos fue Ia constante remodelacion del concepto materia. Los «espiritus del anima)) tenian que estar, 0 en la materia, 0 fuera de ella, con arreglo a;su comportamiento en los tests materiale::;. No podian seguir ambiguamente en ambos sitios. Como consecuencia, su modali dad de desaparicion fue doble, con arreglo a quien ejerciese la presiden cia del tribunal condenatorio. Segun la comedia clasica ((podia matarse los de dos maneras: rompiendo 1a botella 0 tirando el vin~». Se habian clasificado vagamente en dos categorias. Al ser expulsados de ambas, no quedo de ellos ni rastra. Su reivindicacion de inmateriali dad la acaparo la mente y su pretension de materialidad se convirtio en pulsiones electricas autocorrectoras que discurrian por las fibras nervio sas. Si Fernel hubiera vivido entonces, posiblemente habria afirmado quedos espiritus habian sido al menos un vinculo "cientifico" entre la mente y el cuerpo y ahora: ho'habiavinculo)). . No es que las corrientes electricas se alojaran en los zapatos materia les vados sin mas ni mas, porque existian vacilaciones con respecto a que vendria despues. Una pausa oportuna fue una familia denominada
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Pera la experimentacion electrica tenia algo mas que dech. La indue cion electrica resulta un estimulo ideal para los nervios. La «electricidad anima!» de Galvani dio un buen impulso a esta idea, y asta un buen em pujon a Galvani. Hada tiempo que el materialismo reivindicaba Ia pose sion del alma, y las observaciones de Galvani parecian prometersela en breve. Afirmaba que sus experimentos eran prueba de la existencia de electricidad en los nervios vivos; era una aseveracion de absoluta buena fe, y el publico oIvid6, 0 no escucho, que el fisko Volta demostro ense guida que la deduccion de Galvani era erronea. Sin embargo, Galvani habia mostrado un buen instinto en detectar Ia electricidad corporal. Las senales que circulan por el sistema nervioso son fundamentalmente electricas. Las reacciones electricas son a la vez de suma ubicuidad y de tan facil induccion, que cualquier experimento destina,do a examinar una parte del cuerpo las genera y puede inducir nos a creer que son propias del tejido vivo, confundiendo a1go artificial can un fenomeno natural. Basta con mojar una plumilla en tinta para producir una corriente electrica. Galvani, en un principio, cayo en un error de este tipo, pero, diez anos mas tarde, tras las criticas de Volta y despues de haber adoptado sus precauciones, consiguio -mejor dicho 10 logro su sobrina Aldini- establecer el experimento adecuado. Actual mente, la mejor tecnica para estudiar la actividad cerebral y nerviasa es la electrica. En una capital europea hay una universidad estatal, centro de investigaciones fisiologicas, en cuyo frontispicio figura en letras de ora la siguiente inscripcion: «La vida eselectricidad)). Data de la ultima decada del siglo pasado, y el tiempo ha justificado a tal punto esta anti gua divisa que la ciencia fisica actual postula que la estructura de Ia ma teria y las actividades energeticas pueden considerarse, en ultimo ex tremo, electricidad. La divisa ha resultado experimentalmente cierta, siempre que de la vida eliminemos 10 mental, mientras nos formamos una opinion al respecto. Los espiritus galenicos actuaban sobre la mente y el cuerpo, fueran un terminG medio basado en el confusionismo, la confusion de dos cosas que no pueden compararse. Babian hecho doble profesion de fe, y no se puede servir a dos senores. Su historia era parte de otra mas general. La vida, en SU antiguo con C6ptO de supramaterial, conforme, flelA fliendo sometida a analisis, se iba descomponiendo en una serie de facto res materiales; toda, menos un elemento. La ciencia se detenia y 10 contemplaba como un residuo inex plicable, discordante tras la disolucion de los demas. El conocimiento del mundo visible habia lle';;rado penosamente, y no sin clerto desen canto, ados conceptos: el de energia, a cuyo estudio se adaptaban todos los datos del conocimiento menos la mente. Y, entre Ia energia y la mente,Ia ciencia no descuhria el «(como» del toma y daca.Podia identifi car todas las causas finales, pera no una de ellas. Para el entendimiento humano, el mundo persistia en su obstinada dupUcidad, pero el ata reado sentido comun siguio su camino tratando la duplicidad como algo unitario.
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Los hechos son irrebatibles: sin una parcela concreta limitada del cor tex cerebral, no podemos vel. Hay muchos 6rganos, aparte del cerebro, que tienen ciclos en los que alternan la actividad con 10 que se denomina ({reposo». El ((reposo» no es inactividad. Las glandulas estomacales se gregan cuando menos y, entre comidas, pasan por una fase denominada ({reposo de reposo», pero que no es quietud, sino un perioda de intensos preparativos para la siguiente fase de secrecion. Las dos fases son anti teticas, a tal punto que una deshace 10 que la otIa hace, pero ambas son activas. Tambielil se dice que, durante toda la vida, el corazon no des cansa, 10 cua1 es tan erroneo como decir que descansa durante toda la vida. Descansa entre sistole y diastole, pero este ({descanso)) no es quie tud, es un cambia de actividad mediante el cual restab1ece la actividad que ha destruido en direccion opuesta. La Naturaleza jamas invento una rueda, pero, si 10 hubiera hecho, veriamos que esta invertiria periodica mente la direccion. Esta a1ternancia fasica de actividad y recuperacion, en el cerebra, hace que todos nosotros durante la vida seamos dos individuos alternos, uno despierto y otro dormido. Se cree que la ritmicidad en 24 horas es (sintomatica» de nuestra madurez cerebral, ya que el cerebro infantil presenta fases mas cortas y, por el contrario, en la senectud, se duerme menos. Fernel daba una explicacion del sueno diciendo que los espiritus ani males, aunque eran casi incorporeos, estaban sujetos a1 principio segun el eual el movimiento no puede ser perpetuo y, por 10 tanto, a interva los, el movimiento de aql1ellos espiritus cesaba, exhausto. Este agota miento de los espiritus, especialmente e1 que afectaba al gran «sentido interno», hallaba expresion en el sueno. Es un razonamiento de inspira cion aristotelica, y, en esta explicacion de la actividad onirica, Ferne1 va mas lejos que en ninguna otra y roza la nocion del «yO». Cuando el ({sen tido interno» queda totalmente suspenso, dormimos sin sonar, pero, cuando una de sus facultades -se refiere a la imaginacion- sigue activa, se producen suenos. Quizas uno de los interrogantes que primero se nos ocurren respecto al sueno es «.1.COmO nos mantenemos despiertos?». Hay una pa1abra que, como tantas, se ha empleado a veces con toda propiedad y otras con un sentido un tanto sorpierid.ente. En la Medicina'gri~ga, lcdenl:ii6n saluda ble que mantiene los musculos, aunque no esten realizando un movi miento, se equiparaba a la tension de una cuerda musicalmente afinada y se denominaba 't6yoC;. El termino aplicado a los musculos (0 'troy ~uro) incluia el grado suave de accion constante de los musculos cuando, por ejemplo, se limitan a mantener una postura, tal como la que efectuan su jetando la cadera y la rodilla cuando estamos de pie. Mas tarde, en el si glo XVII, el termino se vio envue1to en una gran confusion. Desnaturali zado de su claro significado en griego, vino a significar un misterioso principio vital de origen especulativo (Stahl), intrinseco a toda parte viva. Cuando, al perieccionarse los conocimientos, se abandono esta acepcion, el termino siguio adscrito a la actividad muscular 0 nerviosa. El pequeno musculo del iris que rodea la pupila mantiene una determi nada constriccion constante que modera la entrada de luz; esta constric 176
cion se denomina «tonica», y los centros nerviosos que rigen los muscu los que nos mantienen en pie conservan una accion moderada constante tambie!il Hamada tonica. ({Poseen tono)) , que, entre otras propiedades, permite con mayor facilidad y rapidez el paso del reposo a la actividad a de un movimiento a otro. No se pierde el tiempo can fiojedades: una des carga nerviosa ritmica, de unos diez impulsos por segundo, rnantiene el tono. Naturalmente, a largo plazo, se produce cierto cansancio acurnula tivo y si el acto siguiente que una extremidad tiene que efectuar es dar un paso, inmediatamente unos musculos tendran que actuar mas que otros. El cambio se efectua suavemente gracias a un simple incremento del envio de unidades de tonicidad muscular y 1a acumulacion cuantita tiva de unidades en la linea de fuego. EI disparo lento de tonicidad se convierte en un tiroteo nutrido y mas rapido. Si fotografiamos la activi dad,observamos una simple aceleraci6n y una superposici6n de series de ondas electricas. Percibimos el tono muscular por la reaccion del musc;;ulo en cuanto or gana sensorial. La «percepci6n» es muy parecida a la que «siente» un pescador atento a tirar de la cana cuando el pez muerde la carnada. Esta vigilancia «submental» es efectivamente un estado de centracion ner viosa, listo para una respuesta inmediata a cualquier novedad. Hablabamos del «refiejo rotuliano» que es la piedra de toque del tono. El reflejo rotuliano demuestra que el tono es un estado de alerta. Cuando ese rnuscul0 carece de tono, no se consigue inducir la contraccion ni con un golpe fuerte, mientras que, si el tono es bueno, basta con un golpecito que apenas distiende el muscul0 una milesima de pulgada para inducir un espasmo inferior a una centesima de segundo. Hace unos anos, se demostro que, colocando electrodos en el escal pelo, se detectan ondas electricas cerebrales ritrnicas. Las ondas cere brales son oscilaciones de potencial recurrentes unas diez veces por se gundo, su acentuacion maxima se produce en la nuca, porque, como se sabe, en esa region, e1 cerebro aloja una rica conexion con el ojo. EI ritmo de estas ondas cambia enormemente al cerrar los ojos y se a1tera com pletamente a1 abrirlos, produciendose otro foco de oscilaci6n eh~ctrica mas rapido e irregular. Adrian y Matthews atribuyen este cambio a1 he cho de que las celulas cerebrales experimentan l.J..:f).a estimulacion desi g ualy"se desfasan entre si, accion que recuerda la del tond nervioso de un musculo y su descarga incrementada cuando tiene que incrementar su actividad. La vigilancia del cortex cerebral queda en suspenso durante e1 sueno, y la descarga ritmica disminuye. En el sueno profundo, desciende casi a tres par segundo (Gerard) 0 cesa del todo. En esta modalidad de sueno, «(un estimulo que no despierte al durmiente induce unas ondas de breve duracion del orden de diez por segundo)) (Adrian). En el sueno ligero, se producen sucesivamente series de ondas cortas, y eualquier cosa que tienda a despertar a1 durmiente induce unas determinadas series. Si se despierta (manteniendo los ojos cerrados), las ondas electricas recupe ran su amplitud y regularidad habituales y, si la persona «mira» algo, aunque solo sea mentalmente sin abrir los ojos (Adrian y Matthews). se restablece completamente el activo conjunto de ondas. Se han realizado 177
r' experimentos can somniferos, y el ruido producido par una canaca in duce en la region acustica del cortex una serie transitoria de ondas elEk tricas (Bremer). pero enseguida remite. La actividad cerebral requiere la oxidacion del azucar (glucosa). Se ha comprobado que los narc6ticos in terfieren la oxidacion y que, cuanto mayor es su potencia, mayor es la in terferencia de oxidacion. Hay una fase en la narcosis en que las ondas electricas disminuyen y cesan completamente. Esta ausencia de uactivi dad)) es el sueno profunda; can el despertar, regresan las ondas electri cas. Al igual que la vigilia del tono muscular.-podemos considerar esta actividad de fonda del cortex un «tono» cerebral (Bremer), y el sueno profunda seda una pausa en este tono. Esta tonicidad. esa pulsacion electrica del cortex cerebral. tes efecto de una accion automatica propia? El centro respiratorio que Heva a cabo la ventilacion Titmica de los pulmon.es constituye un ejemplo. Los cen tros tecnicos que rigen Ia «vigilia postural» de las extremidades, y a los que hemos aludido como prototipos del tono cerebral, no son automati cos, sino que actuan por efecto de una coniente nerviosa 'procedente en parte de organos sonsoriales que, a su vez. actuan par etecto de la ten si6n de los propios musculos. yen parte procedente de los organos geo tropicos craneales. Hasta la frondosa marana neurocelular del cortex ascienden multitud de vias procedentes de organos dispersos de practicamente tadas las modalidades sensoriales. H~ce tiempo que se ha demostrado a nivel mi croanat6mico. Sobre el vasto complejo nervioso del cortex actuan el ojo y el oido y los organos cutaneos y. en a1. poseen su propia region especiali zada. Un leve o con el pie. par ejemplo. va seguido. momentos despues. de una alteracion elactrica. tambien leve. en un punto determi nado de la superticie cortical (Bard)l. La localizacion de este punto cere bral varia espacialmente con arregl0 al punta de o en el pie. En una zona de la superficie cortical, tenemos impreso el mapa de la sensi bilidad cutanea y esta region del tacto es independiente de la auditiva y la visual, y cada una de eUas tiene su propio territorio. Los narcoticos in hiben las respuestas cerebrales, pera, durante la vigilancia diurna, el cortex esta continuamente surcado por impulsos procedentes de los or ganos de los sentidos. Durante la Vigilia. no cesa la actividad elactrica en' 91 c6rtex; sin·embaIgo. ajuzgar por nuestra m8BtE;. CiicCi!!za una regu laridad, un fondo uniforme sobre el que nuestra atencion consciente ejerce modificacion al cambiar el objeto de atencion. Hay casos. comprobados medicamente, en los que la enfermedad blo quea casi todos los canales sensoriales principales, yen los que puede inducirse el sueno en cualquier momento, interrumpiendo el canal que haya quedado abierto. Asi, si cerramos el ojo del paciente, automatica mente se produce el sueno. En este caso, los experimentos de laborato rio tienen la ultima palabra: puede cerrarse de un golpe el caudal de im pulsos que Hegan al cortex desde los organos sensoriales y entonces se produce el sueno (Bremer)2. 1. Boll. Soc. Ital. Bi01. Speriment., XIII. 271-90. 2. C.R. Soc. Biologie. CXXVII, 355 y Boll. Soc. ltal. Bio1. Speriment. XII, 271-90.
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Todo esto coincide de momento con el omnia sensorio de Aritoteles (Bremer). Henri Head, en sus estudios sobre funcion cerebral. identifi caba un factor fundamental en la actividad mental que denominaba {(vi gilancia)). EI concepto y el tarmino elegido incorporan gran parte de 10 que parece ser el equivalente mental del tono. Pero, en el mecanismo fisio16gico de la vigilancia y el sueno, hay aun otro elemento. Anatomicamente. el cortex cerebral se extiende como una b6veda sobre el denominado tallo cerebral que 10 sostiene a modo de columna. Dentro de este tallo. en la parte mas fina del haz, hay un punto que, si se Ie estimula con una corriente e16ctrica, induce inmedia tamente el sueno. ({El gato ronronea. busca un rincon, se acopla, cierra los ojos y duerme.)) No sabemos como actua este centro inductor del sueno situado mas abajo del cortex. No muy arriba, las vias nerviosas, que ascienden hacia el cerebro desde los centros sensoriales. entran en las «estaciones)) intermedias. Una posible explicacion es que el centro inductor del sueno actue bloqueando, en esta estacion, Ia corriente de impulsos sensoriales que, logicamente se supone, es la que mantiene despierto al cortex cerebral. Ahora bien, el propio cortex dirige sus vias hacia este 6rgano de enlace (el talamo), y, a su vez, recibe vias de al. Por 10 tanto, debe intervenir el centro inductor del sueno que, disminuyendo aun mas el caudal de impulsos sensoriales que actuan sobre el cortex cansado y, relajando los musculos corporales. suprime los movimientos activos e incluso Ia postura activa: los parpados se cierran, Ia actividad del cortex desciende por debc'ijo del nivel de vigilia y e1 cerebro cansado se linde al sueno. Da habilmente la vuelta a Ia Have de las habitaciones apacibles, y cierra el ataud silencioso de mi alma.
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Keats habia tenido la intuicion, hace ya 130 anos, del mecanismo des cubierto en la actualidad. El doctor Bremer, autoridad en la materia, dice con vistoso estilol: «pO demos comparar el centra inductor del sueno a un centine1a alerta que, desde su puesto en el tallo cerebral. percibe el descenso de la actividad de vigilia del cortex cerebral, y, oportunamente apagalas luces y corre las cortinas para que su amo'se recupere con e1 descanso.» Sin embargo, con el cese de tonicidad del cortex no se interrumpe to talmente su actividad quimica 0 fisica; en absoluto. Lo que sucede es que cierta clase de actividad quimica y fisica se interrumpe, mientras otra prosigue. Se diria que la mente en vigilia esta interrelacionada con el cortex cerebral despierto. que a una fase de la quimica cerebral corres ponde la «mente despierta» y otra fase a la mente en suspenso. Asi pues. ila mente tendria dos facetas quimicas! HEl sueno y su hermana la muerte.» Hay, en efeeto, tal semejanza entre ellos que a un testigo no muy experto Ie pareceria que, en ambas cir cunstancias, el «alma» ha volado. simplemente porque el tono del cortex ha descendido a cierto nivel. 1. Boll. Soc. ltal. BiOI. Sperlment. XIII, 271-90.
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En el esquema de energia que es el cerebro se producen dos episodios que -pOlIo que sabemos- no se producen en ningun otro ser del uni verso. En este universo, del que nuestro planeta es paradigmatico, y en el que nosotros mismos somos entidades energeticas, nuestros ojos de tectan par doquier en esa inmensidad energetica cualquier relacion de energia salvo la energia del caso que nos ocupa: el cerebro. La mente, como sabemos, la mente -siempre finita e individual- esta aislada en cada individuo y carece de vinculacion directa can otras men tes. Tambien estas son individuales y, a su vez, finitas y aisladas. Me diante el cerebro, merced a la vinculacion que se da entre la mente y la energia, la mente fin ita logra la vinculacion indirecta can otras mentes finitas del entolno. La energia es el medio para esta vinculacion indi recta y unica de mente a mente. De este modo, se supera el aislamiento entre mentes finitas, indirectamente y a traves de la energia. El habla, por ejemplo, HustIa esta vinculacion indirecta merced a la energia entre una mente fin ita y otra. Yo he oido plantear la pregunta: Hc!.Por que tiene que tener la mente un cuerpo?ll La respuesta seda: «Para que actue de mediador entre ella y otra mente.» La especulacion filosofica quiza su ponga que esta sea su principal raison d 'etre en el esquema de las cosas. La eneIgia como medio de comunicacion entre mentes finitas. A ella po dria objetarse que es una perspectiva claramente «antropocentrica». EI «antropocentrismo» parece el actual objetivo del planeta, aunque el hombre pase y, con el, el antropocentrismo. Si consideramos que el programa del planeta es la expresion de un proposito, al tratar de hallar una interpretacion al programa para enten der este proposito, 10 mejor que podemos hacer es extraer todas las con clusiones posibles. Quizas el objetivo hacia el que se encamina, 10 que llamamos progreso, incluya al ser humane como transicion hacia otra fase, que previsiblemente seda sobrehumana. Si la mente, tal como la experimentamos y se manifiesta en otros seres, se considera a s1 misma e1 objetivo del programa del planeta y, si hacia 10 que se encamina pa rece ser «mas mente» y si la comunicacion entre mentes implica mayor mentalizacion, que dudemos en interpretar este mensaje porque nos pa rezca «antropocentrico» es mostrarnos ciegos a nuestra propia causa y a la de nuestro planeta. Que la energiasea e1 unico medio de comunicacion entre mentes fini tas parece, cuando menos, un hecho significativo en la economia vital. Es un favor especial que la energia concede a la vida y es tambien un ejemplo mas de la unidad del complejo del que la energia y la mente pa recen ser los dos componentes opuestos. c!.Como puede servir la energia . a la mente sin tener o can ella?
Sin embargo, hay una curiosa incoherencia que observamos en esta y otras muchac:: teodas psicologicas. Situan el alma en el cuerpo y la atan al cuerpo sin tratar de determinar el motivo 0 el estado del cuerpo en que se efectuo eata union. No obstante, me parece una cuesti6n real que requiere soluci6n. Arist6teles, PsicoJogia, I, 3, 22-3. Ademas, no puedo aceptar que la conexi6n entre alma y cuerpo sea inteligible 0 explicable. F.H. Bradley, Appearance and Reality.
9 EI cuerpo esta formado por celulas y, como parte que es de este cuerpo tambien el cerebro se compone de celulas. LTienen mente las celulas del cerebro y no las demas celulas del cuerpo? Un experto observador del mundo animal unicelular ha dicho que todos reconoceriamos 1a mente de una ameba, si esta tuviera e1 tamafio de un perro. Con todo respeto, yo no cree 10 mismo. Aristoteles sabia que e1 cerebra humane era insen sible al tacto a a 1a manipu1acion. Actualmente, los cirujanos extirpan grandes areas de cortex cerebral -el cortex es la region en que se unen cerebro y mente- de pacientes conscientes sin que estos 10 noten. Esta insensibilidad del cerebro iue quiza la razon que indujo a Aristoteles a pensar que la mente se alojaba en e1 corazon. La radio reacciona al mani pular el interruptor, pero no s1 se sacude la caja. La conexion del cerebro con la mente parece residir en la organizacion del cerebra, y Ia organiza cion es ceIuIar. Un observador solo detecta mente, aparte de la suya ptO pia que no la experimenta, por el comportamiento y por Ia motricidad que pueda observar en este comportamiento. Muchos tipos de celulas moviles llevan su prapia vida iIidependiente. Algunas son animales libres unicelulares, y todas son minuscu1as. Na dan y reptan, se procuran alimento, se aparean y se multiplican. El que las observa enseguida se dice: «Estan vivas.)) La ameba, el paramecio,Ia vorticella, etc., poseen partes especializadas para e1 movimiento en forma de pilosidades, fiagelos, espirales y muelles. Si observamos un punto pigmentoso, en apariencia carece de organos sensoriales. No hay indicio de nervios, pera la estructura ceIuIar, el citoesqueleto, puede ser virnos. No mucha imaginacion decir que Ia vida que alIi se aloja es uel mecanisme de la necesidadll. EI fragmento iagocitado, la motilidad hacia una particula sabrosa, el movimiento para esquivar un o, la captura selectiva entre dos particulas, la quimica de la celuia que reacciona a Ia quimica del campo limitado que Ia circunda, son cosas que no parecen diferenciarse e'n nada de Ia reaccion quimica que se produce en un tubo de ensayo. Sin embargo, observadores expertos, tras ded1car paciente estudio aI'com portamiento motor de este tipo de celulas simples, concluyen que la vida unicelular microscopica, carente de organoa sensoriales y de sistema nervioso, es capaz de aprender. No parece existir un limite inferior definido de mente. La mente que inferimos y observamos, por asi decir, sin dificultades en nuestros con tactos cotidianos, es la de nuestros semejantes, y su parametro es nues
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tra propia experiencia. Nuestro comportamiento motor y el suyo son re cip.ocamente interpretables, pero la seguridad de deducci6n en 10 que a mente respecta se disipa conforme descendemos en la escala de los se res vivos. Y, en ultimo extremo·;.la mente que alIi identificamos, no pa rece serlo; se convierte en algo tan infimo que el problema esta en la demostraci6n de algo negativo. Asi sucede con muchas clases de orga nismos de nuestra propia especie: <.-es observable la mente en el pez car tilaginoso? La respuesta es: ((Los peces aprenden», y quiza con esta con clusi6n podamos atribuirles mente. <.-Podemos pensar que esta mente es una mente pr6xima al extremo mas inferior de la escala? ~Una mente in capaz de aprender, que quiza no es mas que un mero impulso hacia el alimento, 0 una respuesta a la luz 0 a la sombra? La mente sin otro atributo que el germen potencial de 10 que en manos de la evoluci6n ha cristalizado en mente reconocible. ((Mente» en el limite de algo «sin mente». Arist6teles senalaba que la vida, en sus limites mas inferiores, no ad mite delimitaciones. Pensaba que 10 vivo y 10 no vivo se confunden gra dualmente 10 uno en 10 otro. Actualmente, la distincion entre ambos es convencional, con 10 cual la ((vida» queda descartada como categoria cientifica 0, si se prefiere, reducida a nivel atamico. Se ha perdido el punto evanescente de la vida. Seguimos a la vida en direccion opuesta y vemos, al menos en 10 que a la razon atane, que la mente que conocemos tiene por ahora su apogeo en la mente humana. ~Ha producido la evolucion del cerebro a partir de donde no la habia? Hemos' visto que la evolucion no crea y solo a partir de algo existente construye algo distinto. El concepto energetico de Ciencia agrupa a todas las denominadas ((formas» de energia en un re bano en el que en vano buscamos a la mente. <.-A partir de que ha gene rado la evolucion la mente? Para nuestro amigo Fernel, la historia se planteaba de forma distinta 1 : De manera que esta parte del alma que es la mente (mens) y que destaca en la dignidad del razonamiento, no queda, dado que puede separarse del cuerpo, in cluida en la potencialidad de la materia, de la que, finalmente, puede alejarse al cabo de un tiempo. Sin embargo, al hallarse inmersa en ella v mezclada con el cuerpo, necesitando siempre de su ayuda y de 5U presencia, no puede razonar, ni comprender, ni hacer nada sin su organo, el cuerpo. Dos siglo::: y medio mas tarde Kant trataria el asunto casi con el mismo resultad0 2 : No podemos asegurar que, despues de la muerte, la mente, a pesar de la per manencia de su sustancia, siga pensando y queriendo. En otras palabras, si es 0 no un espiritu (Geist), entendiendo per tal a un ser que, sin cuerpo, es consciente de su propio yo y sus manifestaciones. 1. De Nat. Parte Med. VII, 13. 2. Stimmtl. Werke. VIII. 570. etc. (Hartenstein).
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Femel prosigue 1 : Creada al principio por el Autor soberano de todas las cosas, esta parte del alma pasa 0 entra en e1 cuerpo en un movimiento. E1 nino esta preparado y formado para ello. Se cree que esta entrada tiene 1ugar a1 cuarto mes, fase en 1a que ya es tan desarrollados el corazon y el cerebro. El recital continua como un sencillo cuento de hadas. ~Quien la iba a descubrir en la pequena masa amoratada que somos todos poco despues de la fase unicelular, 0 incluso en el embrion feme liano de 40 dias? Aunque <.-quien puede negarla en el nino en que se con vierte este embrion al cabo de unos meses? Tambien en este caso, la mente parece surgir de algo que no la tiene. Pero es que, no solo procede de una nada, sino que regresa ala nada. Este regreso ala nada es tan di ficil de aceptar como la evolucion a partir de nada. Si 10 mental fuese al guna clase de energia a la que esta adherido, seria cuestion de transfor macian de energia, No hay calulas que parezcan mas alejadas del cerebro que las indivi duales unicelulares que mencionabamos; algunos investigadores, ob servando al microscopio sus movimientos inquietos y paraconscientes, les atribuyen mente. En lugar de la libertad unicelular, las celulas cere brales estan fijas y establecen os caracteristicos en determina dos puntas. En su momenta se creyo que podian separarse y reanudar el o segun las necesidades, conectandose y desconectandose. Fue una idea que surgio cuando el antiguo criterio anat6mico de la fijeza de las vias nerviosas sufrio el golpe del concepto de «sinapsis», el acto de soltarse de la mano, la perdida de o transitoria que explicaba el cambio de conductividad por «bloqueo» en la sinapsis. En un embrion de rana, pueden sustituirse las celulas destinadas al cerebro por otras de piel de la espalda, incluso de la espalda de otro em brian; estas, una vez trasplantadas, se convierten en el huesped, en celu las cerebrales, y por 10 visto cumplen perfectamente su funcion. Ademas, tambien celulas de aspecto, caracteristicas quimicas y pro cedencia similares a las del cerebra que observabamos al microscopio, intervienen en actos en los que no participa la mente: por ejemplo, en el reflejo rotuliano 0 pupilar. La{(patada» del reflejo rotuliano y 1a resolu cion de un problema matematico utilizan celulas de igual aspecto. Guando hay rotura de la columna cerebral y la medula espinal esta tan lesionada que la mitad inferior del cuerpo queda desconectada del cere bro, aunque aqual conserve indemne el remanente de la medula for mado por las masas de celulas nerviosas, no se observa signo de mente reconocible. Por 10 tanto, en base a su estructura celular, no existen pruebas de que el cerebro derive su mente subsidiariamente de una propiedad mental acumulativa de las celulas que 10 componen. Es un recurso pedagogico muy espectacular exhibir en un aula un cerebro con una etiqueta que
1. De Nat. Parte Med. VII, 13.
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reee «Organo del pensamiento»l, pero no eabe duda de que es una exa
geraeion didaetica.
Cierto que en el cerebro se desarrolla la genesis de los actos de los que nos damos euenta direetamente, y que am aleanzan su mayor profundi dad las acciones nerviosas que actuan en general sobre el individuo, pero hemos visto que era una simpleza estrechar el vinculo entre aetos motores y mente, y hemos demostrado que sigue siendo funcional, aun que ya no es una simplificacion. El control del acto y su percepcion coin eiden, pero, por mueho que esfueree mi voluntad, no puedo inducir el re flejo rotuliano. Del mismo modo, tampoco 10 experimento directamente y, cuando se produce, 10 eontemplo como si fuera un coche que se mueve. Mientras que, euando escribimos, contro1amos la mano y experi mentamos directamente el acto; en este caso, mi experiencia me dice que ((yO» escribo. EI hombre es un animal que utiliza herramientas y es tas requieren actos simetricos que, a su vez, requieren atencion y unifi cacion. El hombre Ileva viviendo una vida en la que emplea herramien tas desde hace, a decir de algunos, casi un millon de anos. La mayorfa de sus herramientas son para emp1ear con la mano derecha, y asi ha sido hasta en los tiempos mas remotos casi prehumanos. La mitad izquierda del cerebro del hombre es predominante, y a ella pertenece e1 habla. o puede casi renunciar a la accion muscular y prescindir casi por com pleto de los canales sensoriales. Este tipo de acto integrado , practica mente exclusivo del hombre, se da, por ejemplo, cuando esta concen trado reflexionando sobre un problema. En los primates antropoides, no estaba.tan desarrollado, pero LPodemos imaginar al hombre, incluso al hombre primitiv~, sin ello? Una escu1tura de Rodin representa a1 hom bre prehistorico de pie con Ia mana apoyada en la frente, entregado al pensamiento abstracto, pero tambien tenemos la escultura sedente del penseur, absorto en la abstraccion. En las posturas totalmente infrahu manas hay siempre algo que sugiere reflexion. Lo vemos en el perro cuando mueve curiosamente la cabeza y adivina 10 que decimos. Yo he visto un orangutan, al que llamaban uFilosofo» por su quietud facial y su actitud contemplativa. Por el contrario, cuando el hombre trata de de sentranar un problema mental, suele abandonar el movimiento muscu lar, salvo para respirer. Para el infrahumano, solo hay una clase de cli max posible; para el hombre, hay dos. Sin embargo, separarlos es algo artificioso. Dividirlos en {(accion» y «pensamiento», en fisico y mental, es artificioso porque ambos son obra de un individuo integrado, un ser to talmente psico-fisico. El tiempo puede ser una invencion de la mente, pero, a pesar de todo, la mente esta integrada por el. Generalmente vemos con los dos ojos y, si cenamos uno, disminuimos a 1a mitad la entrada de luz, su estimulo fisiologico. LHay aJguna diferen cia perceptible en la luminosidad de 10 que vemos? Incluso los matices de luz y sombra permanecen practicamente inalterados. 8i encendemos y apagamos una luz a intervalos frecuentes, esta par padea, pero acaba por parecernos fija si la alternancia es mas rapida, porque la fase luminosa sucede a la fase luminosa ant~rior despues de Figura 7. Flagelaci6n de los ap6stoles.
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1. Yo vi uno en Berlin en la clase del profesor W, Waldeyer.
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j..
que ha desaparecido completamente la sensaci6ri. Es el'-- principio de fusion de las imagenes cinematograticas. Cuanto mas bri llantes son estas, mas frecuente debe ser su sucesi6n para eliminar la re verberaci6n. Supongamos para nuestra observaci6n particular, un pe queno disco que se ilumina cada vez' que la ventana de una pantalla cilindrica, que gira delante de una !interna, deja pasar la luz. Haciendo girar Ia pantalla con mayor 0 menor velocidad, controlamos e1 centelleo, y este con una frecuencia aproximada de 60 por se gundo. Mirando el disco con los dos ojos, tenemos una imagen del ojo derecho y una imagen del ojo izquierdo, pero s610 vemos un disco. Es la conocida <mnicidad!l de la vision binocular. Las congruentes de los respectivos puntos retinianos dan una imagen simple a la mente, una imagen simple mental. Se ha aducido esto muchas veces como prueba de la conjuncion central del mecanismo nervioso de los puntos retinianos. Es decir, una fibra nerviosa simple que se ramitica en dos para cada via optica, 0 fibras gemelas de una unica celula cerebral, 0 la confluencia central de dos reacciones nerviosas par la derecha y par la izquierda en (mn centro fisiologico comun», a «punto». Si se manipula 1a pantalla giratoria, los puntos del ojo dere cho e izquierdo se excitan en cualquiera de las dos formas. Podemos sin'
cronizar 0 alternar Ia excitacion DoL En e1 primer caso, por efecto de una
de las sugerencias que hemos mencionado de confiuencia de respuestas
fisiologicas en un mecanismo comun, las dos excitaciones se unen. En e1
segundo caso de alternancia, las fases excitatorias de una retina ocupan
los intervalos en quela otra retina no esta exdtada. Con arreglo a las po
sibilidades que senalabamos, es dedr, la confluencia central de la exci
tacion en un mecanismo psico16gico comun, la frecuencia de excita
cion del mecanismo comun por efecto del plan (alterno)), el dob1e
de la del metodo sincronizado. y cada excitaci6n de las series es menor
que en e1 metodo sincronizado, porque no esta reforzada. Pero estas ulU
mas condiciones en la hip6tesis de un mecanismo central comun, redu
cen el ritmo de giro del obturador que elimina el parpadeo del disco que
observamos de forma binocular segun e1 plan «alterno». Se ha compro
bado experimentalmente que la velocidad necesaria para eliminar el
parpadeo mediante. una planificacion sincronizada y el planteamiento
alterno difieren poco 0 nada. - . ... Por 10 tanto. no hay evidencia de que las vias nerviosas de dos puntos retinianos correspondientes, De I,lleguen a un mecanismo comun en el cerebro. Las correspondientes percepciones del ojo dereeho e Izquierdo son simultaneas, y su simultaneidad las funde: no es necesario un aco plamiento espacial en el cerebro. Las imagenes perceptivas del ojo dere cho e izquierdo, observadas por separado, no difieren gran cosa, porque corresponden a «puntos visuales coincidentesll, es deeir, que se refieren al mismo (
matica erronea del «mundo». Que no sea demuestra que los canales nerviosos no forman parte de la experieneia, la mente no los menta para nada. Que las informaeiones eonfluyentes no se lean erro neamente indica que su conjuncion es mental y no fisica. Por 10 tanto, no se trata de una eonjuncion fisiologica en el espacio, sino de una con fluencia temporal en el espacio «mentahl. No es una conjuncion v"I-'0"'~':U de un mecanismo cerebral 10 que las combina. Basta la identidad tempo ral y perceptual en el espacio que recurre al (
..... 1'1 ..
sos visuales de ambos ojos. Es como 5i cada ojo tuviera un sensorium pro pio de considerable dignidad, en el que los procesos mentales propios de este ojo se desarrollaran hasta niveles totalmente perceptibles, algo equivalente fisiologicamente a un subcerebro visual. Habria entonces dos subcerebros, uno en el ojo derecho y otro en el izquierdo. EI medio de-, su colaboracion mental, mas que la union e5tructural seria la simulta- .. ~ neidad de accion. " ..
Esta comprobada 1a desigualdad mental del cerebro derecho e iz quierdo del ser humano, y el naturalista diferencia a1 hombre como ani mal especializado en e1 usa de herramientas, que hace ya 200,000 afios utilizaba con 1a mana derecha y poseia preponderancia cerebral iz quierda. En la reflexion interviene mas ellado izquierdo, es decir, que e1 cortex cerebral de este lado parece ser mucho mas importante en capaci dad reflexiva. El usa de la mana derecha con su sede en ellado Izquierdo del cerebro parece implicar la facultad del «habla», que de todos los aCe tos motores es la mas vinculada al «intelecto)J. Por 10 tanto, ellado iz quierdo del cortex cerebral es, ademas, sede de11enguaje. Henry Head ha demostrado, ademas, que, en las personas en quien predomina el em pleo de 1a mana derecha, las apreciaciones perceptivas se generalizan. En e1 cortex cerebral dellada derecho se centran, en un area determi nada, par ejemplo, la correspondiente a 1a mana izquierda, pero las apre ciaciones perceptivas correspondientes en el area equivalente dellada Izquierdo del cortex no estan circunscritas de igual modo. En este lado, la destruccion (par enfermedad 0 accidente) provoca alteracion, no solo de las apreciaciones perceptivas de la mano derecha, sino alteracion de estas apreciaciones en general. Tras la destruccion del cerebro iz quierdo, las relaciones perceptivas, visuales, auditivas 0 tactiles, pier den su sentido para la mente. Los cirujanos que operan un tumor cere bral de dificil abordaje saben que el bisturi puede hacer una aproxima cion cruenta del cortex cerebral derecha con impunidad, 10 cual es mucho mas dificil cuando se trata del lado izquierdo. El «ahora» mental es una, unidad, porque, independientemente de los elementos que 10 formen, estos se unen en un patron significativo, un ((ahora» seriado. Imaginar el tiempo como unificador de la experiencia momentanea 10 convierte en integrador de la mente; pero la unificacion de la mente en ViIi-ud de esta experiencia del mcmentc no puede por menos que interpretarse como una integracion. Esta unificacion de la experiencia momenttmea es un aspecto de la unidad del «yO». Existe un tipo de figuras pSicologicas denominadas equivocos, porque, segun fie miren, parecen una cosa u otra. Mientras se las contempla, su «signifi cado» cambia inexplicablemente: miramos una serie de escalones y, de repente, se convierten en una cornisa en voladizol, pero siempre son, sin termino medio, una cosa u otra. una simplificacion comparar con esto la interpretacion de la mente de su (lahora)), que es siempre una si tuacion can un significado simple? Del mismo modo, el individua inte grado -incluso para los que 10 consideran una maquina- es una ma 1. Se favorece el cambio mOlfiendo la pagina hacia 101 derecha 0 hacia la izquierda, mien trOIs se mira la figura.
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quina capaz de realizar diversas casas, si bien una maquina que, en un momento determinado, solo realiza una cosa. En el iuncionamiento del cuerpo, es una actividad muscular, por ejempl0, en la que la acci6n de una parte requiere la intervencion de otra, que en otras circunstancias no cooperaria, 0 esta Hamada a su primir la de otra para que no interfiera, el sistema nervioso garantiza la verdadera canexion espacia1 entre ambas, y e1 cerebro interviene en ello. Este es e1 significado del «principio de convergencian que 1a disposicion del sistema nervioso tan l; rel="nofollow">rofusamente exhibe. Podemos imaginar que este principia siguiera hasta culminar en una conver gencia final suprema en una celula nerviosa definitiva y potencial. En cualquier buen musea anatomico se exhiben las formas tipicas de nuestra especie, las series de vertebrados, dispuestas en una pano ramica que expJica las diversas evoluciones de que hemos sido ob jeto. Pero al observadar ingenuo -critico inmejorable-, al seguir paso a paso las series, puede asaltarle la sorpresa al plantearse que, de tantas cosas del mundo que escapan a nuestros sentidos, una de eIlas es que los «cinco» sentidos tradicionales sigan siendo cinco a traves de toda la evolucion. Hablamos de nuestra evolucion. EI museo nos muestra al hombre en Is cumbre de la escala nerviosa con 1a 'consa bida cifra de «cinco» sentidos, igual que el pez. Nuestro ingenuo ob servador esperaba, cuando menos, un organo sensorial extra, ponga mas el elE§ctrico, que, en el contexto domestico moderno, tendria no pocas aplicaciones. No cabe duda de que habria esperado que la evo lucion en su trayectoria nos hubiera dotado de mayor numero de or ganos sensoriales para una percepcion mas completa del mundo. Le decimos que 1a evolucion no esta a1 servicio de la curiosidad cientifica por el universo y que los cirico sentidos la sup1en y anadimos que, de todas maneras, desde los tiempos inmemariales, el «sentidoll ha pro gresado. Aunque Aristoteles no intuyera que el cerebro es el organo princi· pal de lamente, argiiia que una de las caracteristicas del organo de la mente habia de ser un lugar interno de recepcion de los canales sen 191
soriales. En nuestra evoluci6n concreta, el ojo es el mejor ejemplo, aun mas que e1 oido musicaL De forma en el desarrollo de los actos motores, subsiste el an tiguo aparato motor ampliado en todas las series de vertebrados. La nueva organizacion se manifiesta en que cada elemento del antiguo conjunto de actos musculares se halla situado a disposicion de mayor numero de distintos impulsos aferentes tanto del mundo externo como del mundo interno. Cada acto motor se convierte as! en siervo de mayor numero de amos, y recoge mayor numero de «abonados», que antes no eran suyos, para el uso de actos motores. Esto amplia el campo de actuacion del comportamiento motor y cons tituye un aprendizaje de nuevas modalidades. Es e1 itinerario que se si gue en el entrenamiento animal; el entrenamiento puede efectuarlo un entrenador 0 las circunstancias de la Naturaleza. Hubo antes ya, y sigue . habiendo, otros metodos educativos del sistema nervioso. EI cortex del cerebro anterior es tan educable que practicamente resulta algo casi vir gen en e1 planeta. El hombre, dice Francis Galton, es un animal educa ble. En el perro, se induce un nuevo comportamiento mediante repeti ciones y pueden combinarse las conexiones hasta un tercer grado. En e1 hombre parece ser que se alcanzan limites increibles. Actualmente, los fisiologos disponen de medios mas perfeccionados que nunca para descubrir la modalidad de actuacion de los aetos cere brales. Las tecnicas electricas permiten detectar episodios eerebrales antes irreeonocibles, y, con ellos, las partes cerebrales estudiadas reve Ian su relacion con la mente. Una paloma enferma de beriberi, que expe rimente la espectacular mejoria sintomatica por istracion de vita mina B 1 • acusa simultaneamente una mejoria asombrosa del proceso respiratorio lesionado a nivel cerebral (Peters). El cortex cerebral es mas sensible a la carencia de oxigeno que ningun otro del cuerpo. Se produce un trastorno de la reflexion y desconexion de ideas. Bancroft observo una aptitud deficiente para las matematieas en poblaciones de los altos Andes. La glucosa, el clasico azucar es de suma im portancia para el. cerebro que 10 absorbe de la sangre, pero que, a dife rencia de OtiOS organos,no Io.almacena, sino que 10 utiliza acto seguido. Si 10 juzgamos por su cicIo quimico, el cerebro no es elorgano homoge neo que evidencia su estructura microscopica. En el manto cerebral 0 cortex los requerimientos de son mayores que casi en todas las otras areas juntas. Los narcoticos reducen la oxidaci6n cerebral de azu cares y, cuando es menor la cantidad que Ie aporta el torrente sangui neo, la tasa de oxidacion cerebral disminuye por la carencia de nutriente oxidafivo. Sin vitamina B, e1 cerebro no puede sintetizar adecuada mente la glucosa para su nutricion, y se alteran la reflex10n y e1 compor tamiento. Si persisten estas condiciones, se produce inconsciencia y, S1 se prolonga aun mas. se produce lesion permanente de las ce1ulas cere bIales. Si no se prolongan, a1 restablecerse la tasa normal de azucar, las celulas cerebrales se recuperan, y la reflexion y el comportamiento re gresan a la normalidad. 192
Sin como la actividad de los 6rganos nerviosos es par media de corrientes ehktricas. Las corrientes eh§ctricas senalan con exactitud y la actividad nerviosa. Los impulsos neI viosos -proceso el que. de forma total y quizas exclusiva, se comuni can entre si las nerviosas- parecen en esencia e1ectricos. Los im pulsos de un inferior a una millonesima de voltio, can duracion. a su paso por un punto, de una diezmilesima de segundo, se fotografian, se visualizan 0 se escuchan, practicamente en una temporal no distorsionada. Son impulsos electricos efimeros y autoco rrectores que se por la superficie del filamento nervioso. La in tensidad de accion no aumenta un impulso, sino que desencadena suce sivos impulsos con mayor velocidad. Cuando decimos que un nervio cerebral esta en reposo, en el sentido de que no discurren por el impul sos nerviosos, el termino {(en reposo)) solo indica que efectua otra activi dad mas sosegada. La alternativa que denominamos «accion» es algo rit mico y de diversa intensidad. Su alteracion, que es ((accion», no es equilibrio y no puede mantenerse mucho tiempo, porque gasta una re serva que tendra que recuperar y con su veloeidad causa datiga). Se objetara que no son los impulsos nerviosos los mas adecuados para darnos informacion sobre e1 cerebro, por ser la accion de las fibras ner viosas que son simples hilos que salen y entran en la centralita telef6 nica. La actividad cerebral impliea la cooperacion de un gran numero, por no decir una citra enorme, de celulas nerviosas. Pero, para que se de tal cooperacion, son necesarios los impulsos que se transmiten a traves de las fibras nerviosas que conectan las celulas. Por 10 tanto, gran parte, esencial, de la mas elevada actividad cerebral tiene que consistir en im pulsos nerviosos. Estos proceden probablemente de la capa superficial de las celu1as ce rebra1es y la velocidad de su ritmo, al no ser muy elevada, nos permite oirlos con facilidad, aunque nuestra conciencia no los capte. A traves de los tiempos, nunca hemos llegado a sentirlos, ni siquiera ahora que sa bemos que existen. El origen del ritmo es la region visual del cerebro, pero la vision no la capta. Sin embargo, cuando se produce un cambio en la mente, el ritmo se altera y se altera con un simple abrir y cerrar de Puede tambien alterarse viendo algo sin abrir los ojos, y, si e1 ojo se des lumbra con una rataC8 rle luz. en el area visual delcerebro se detecta una serie de ondas.
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LA ALQUIMIA DE LA TIERRA Deseo... finalmente preguntar si, en la Historia. podemos ver indicios de finalidad unitaria. W.R. Inge, God and the Astronomers, pag. 125. El hecho del progreso esta claramente impreso en las paginas de la historia, pero el progreso no es una ley de la Naturaleza. H.A.L. Fisher, prolago a The History of Europe. Si yo hubiera existido cuando nacio el planeta, probablemente no habria creido en la palabra de un arcangel que me hubiera dicho qUe aquella masa en llamas que contemplabamos, aquella vO!Clg1ne, se resolveria en Ia actual estructura de impelios y civilizaciones, que producirian la pintura griega e italiana... W. MacNeile Dixon, The human Situation Conferencias Gifford, Glasgow, 1935-37. Somos marines surcando los mares E.N. Da C. Andrade, uDesire!! en Airs.
Hemos visto que la fisiologia ha llegado bastante lejos en el estudio de la acci6n electrica en la parte «mental» del cerebro durante la actividad normal, pero Lnos ha llevado hasta la «mente»? Nos ha demostrado que el cerebro es como una centralita telefonica y que todo e1 trafieo se re gula por medio de clavijas, pero 10 que realmente queriamos era conoeer a los abonados cerebrales que utilizan el teletono; los abonados y sus ideas, sus deseos, sus expectativas, sus motivaeiones, sus penas, sus alegrias. Si 10 que buscamos en el cerebro es la mente, hay que suponer que aquel es mucho mas que una centralita electrica, hay que imagi nar que es una centralita con sus respectivos abonados. LNos facilita esta irable y minuciosa exploraci6n electrica datos sobre ellos? Su tacto es ultrasensible, pero s610 siente energia, y la mente Les energia en sentido estricto? El «SujetoD que mueve los ojos y cuyas ondas cerebrales se alteran, ex perimenta la visi6n de algo que antes no veia como acto maximo rele vante del momenta del cambio tnental. Hace ya tasi ochenta afios desde que el famoso bi610go la frase: «Los pensamientos que expongo en este momento y 10 que vosotros penseis sobre eltos son el resultado de cambios moleculares en esta materia vital, fuente de todos los demas fen6menos vitalesJ) Huxley). En el estudio y en el ejercicio de la Medicina se un distancia iniento entre el campo de la neurologia y el de la salud mental, la quiatria. A veces, se atribuye a los prejuicios.o.eJl):;J.a u otra. Es grave y a la vez sin importancia, porque el problema estribaen el binomio energia-mente. La fisiologia no tiene mucho que ofrecer con respecto a la relaci6n cerebro-mente que sea de gran utilidad al Funda mentalmente se ha centrado en el estudio de 10 que se denomina niveles inferiores de la accion nerviosa, y de el han resultados de valide:? general: la naturaleza del impulso nervioso; las de los con· tactos celulares en cuanto puertas de una sola '-'~Jl"'''.''''' solo de accion, sino de inhibici6n activa de la nOQion de que l.l intensidad de accion no significa mas cantidad de impulsos, sino mayer frecuencia; el dato de que los efectos de los impulsos se suman, 0 se anu . lan, y de que hay sitios en los que se originan impulsos espontaneCl mente. Muchos de estos datos son, por supuesto, aplicables al cerebro '1 a la parte del mismo que nos ocupa: el c6rtex del prosencetalo. Vemos in mediatamente que cada celula nerviosa de los millones que 10 forman 197
es una celula nerviosa; pera las celulas nerviosas, aparte de su natura nada tienen que ver en particular con la mente. Es en parte una conjetura decir que las propiedades de todas estas celulas nerviosas, sus fibras, sus puntos de o (sinapsis), sus cuerpos celulares, tengan irrebatiblemente estos caracteres que se observan en las celu las nerviosas mas accesibles de la medula espinal y de otras zonas. Que las propiedades no difieran fundamentalmente de las celulas de otras regiones es una suposidon que parece acertada. Si, por ejemplo, el tra fico unidireccional de las vias nerviosas en la medula espinal no fuera similar al de las vias del cortex, habria otras posibilidades de interac cion que no prevemos en nuestra interpretacion actual. En un aspecto, las celulas nerviosas muy especializadas mas conoci das, las de la medula espinal, no responden al tipo general de celula nerviosa. Su especializacion en la accion refleja ha reducido su caracte rlstica de autoexcitacion hasta hacerla cas! desaparecer. El disparo rit mico de grupos celulares del cortex cerebral es esta autoestimulacion, pero esta capacidad de autodisparo en sf no nos autoriza a suponer que exista una reladon entre el cortex y la mente. Las celulas del cortex, quiza porque son las ultimas y menos estereotipadas en su forma de ac tuacion que las otras ancestrales, son mas pl
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diante una paralizacion cerebral mucho antes de que desaparezca la contraccion. Los reflejos protectores son indoloros e innatos. Se supone que su utili dad es Ia causa de que perduren. El (Idolon) es un impulso psiquico agudo. Este impulso aumenta y amplia los medios de proteccion y paHa cion que aporta el puro acto reflejo. Al ser mental, desarrolla la situacion hacia un estado mental que impliea percepcion e impresion, configura dos en el {(tiempo» y el ((espacio», atributos de la mente. Esta reacdon mental, igual que el reflejo puro al que acompana, es protectora, pero, al incluir el ((tiempoll, no es indefinida en ningun momenta como 10 es Ia re fleja. Es una IIleccionll. {lEI nino quemado se aparta del fuego.» Los expe rimentos de Thorndike y Pavlov demuestran 10 importante que es en la metodologia del entrenamiento. En este caso, nuestro interes se centra fundamentalmente en dos pun tos. Uno es la distribucion practicamente generalizada en la vida animal de un conjunto especial de organos receptores cuya unica fundon es obligar al animal a reaccionar a la infliccion de lesion fisica, por medio de ((defensa)) 0 «huidall, 10 cual nos prueba que la Naturaleza adopta ante las agresiones extranas a la vida una actitud vital rutinaria normaL Este conjunto especial de los denominados organos «(floci-receptoresll, que provoca movimientos de proteccion, parece estar mas ampliamente dis tribuido que la mente reconocible en las especies animales. Se observa en las formas animales en las que no hay evidencia de mente. Sin em bargo, en las formas animales mentalizadas, estos organos noci-recepto res forman parte de la sensibilidad y provocan «dolon>. Por 10 tanto, el dolor fislco es subsidiario del reflejo protector. La unica modalidad sensorial que inducen los organos nod-receptores es el dolor. Los otros tipos de organos sensoriales provocan su propia modalidad de sensa cion -visual, auditiva, tactil por frio 0 calor, olfativa, gustativa- sin (Ido lor», pero los noci-receptores ante una lesion provocan unicamente dolor. Su estimulo especifico" en rigor, no es nada especifico, pero, en sen tido biologico, 10 es mucho. El estimulo 10 constituye cualquier cosa que lesione a la parte, porque el pequeno organa receptor vigila, por as! de cirlo. la parte en cuestion y las zonas anexas mas pr6ximas. Por 10 tanto, e1 dolor es un elemento de is. evolucion mental en la economia normal de la naturaleza animada y esta tanto mas desarrollado cuanto mas desa rrollado este el organismo en la escala mental. No requieren grandes es tudios estos organos del dolor y su distribucion para comptender que la inflicci6n de la lesion que les hace reaccionar es fundamentalmente Ia causada por otras especies de vida. Por 10 tanto, la infliccion de una le sion por una especie de vida sobre otra, forma parte de un esquema nor mal de la Naturaleza. EI cuerpo posee un sentido especial para sus propias lesiones que afecta drasticamente a la mente, porque capta su atend6n incluso ex cluyendo transitoriamente todo 10 demas. EI desarrollo de este sentido del dolor presenta el interes de que Hustra el aspecto mental del orga nismo como una eficaz defensa del cuerpo. A juzgar por todas las prue bas de que disponemos, la evolucion no hace distingos pragmaticos en 199
tIe ambos. Un episodio mental, e1 dolor, sobreanadido a un acto reflejo, el protector, parece reforzar y ampliar e1 acto fisico. E1 propio acto reflejo local aporta proteccion limitada y paliativo provocando tension y parali zacion de la parte corporal. Pero e1 «dolor», elaborado par la mente, re gula la quietud general del cuerpo por medio de la tension. En nosotros, seres sofisticados y sociales, provoca el impulso de «llamarn al medico. En resumen: bajo Ia nIbrica de «dolor», encontramos actos motores men tales que Ie ayudan en su afliccion. La mente invoca a1 cuerpo para que haga algo y que sea eficaz a pesar de su eterna torpeza psicofisica. E1 do lor no parece respetar este antiguo dilema. Si una muela nos atormenta, vamos a1 dentista.
El cortex cerebral es un organa nervioso idoneo para el aprendizaje y, ademas, el propio de la reflexion sobre las causas finales. Una de sus ca racteristicas estructurales es tan acusada que impresiona: su enorme pob1acion ceIuIar. Esta asciende a diez mil millones (Judson Herrick) y, vista al microscopio, es una profusion alucinante de celulas que, al estar acumuladas en las masas cerebrales, es la causa del mayor tamano del cerebra de los seres superiores. En el perro, la masa cerebral es mayor que todo el resto del sistema nervioso, y en el hombre la proporcion es aun mayor, siendo desmesurada su proporcion con la masa corporal. Como deda el anciano Laurent Jouberl, el cerebro del hombre es mayor que dos cerebros de buey. En los tiempos preteritos de la historia geologica, algunas de las for mas de vida alcanzaron tamanos de treinta metros de largo, pero tenian un prosencetalo como una nuez. El nuestro es tan grande que ha condi cionado el contorno craneal: es un cerebro monstruoso. Es nuestra bola somital un ganglio nervioso hipertrofiado, protegido por un estuche oseo. Nuestra sofisticacion y nuestro prejuicio nos hacen considerarlo algo bello, de tal forma que se ha convertido en simbolo de nuestra pre rrogativa: la mente humana. Acerca de los tres aspectos de Ia mente,; facilmente reconocibles -afectivo, conativo y cognoscitivo-, en 10 que al cerebro humano atane, se impone quizas una conclusion y es que el desarrollo de los procesos cognitivos exige el concurso de gran numero de celulas nervio£:3.S. Pc::'c mos entender su funcionamiento si imaglnamos que el principio de la antigua Psicologia, la «asociacioml, interviene de forma preponderante, cual un archivo gigante de tarjetas con abundantes referencias cruza das. Es una region cerebral evidentemente acumulativa en el tiempo, igual que el conocimiento. ~No habra, pues, una relaeion entre ambos? Es como si la actividad intelectual tuviera a su disposieion un deposito de pensamiento. Esta esponjosidad multicelular del cortex cerebral hu mano es como un continuum que, de extrema a extremo, abre quizasun millon de bocas parlantes, y que, en ciertas ocasiones, puede aportar re fuerzos para suplir a otros organos. Antes, se pensaba que el cerebelo era un organo de reserva para refuerzo de la potencia motora del cerebro, 1. Traite du Ris. Paris, 1579.
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pues, aparte de esta franja restringida a partir de la cual se induce el mo vimlento corporal, la mayor parte del cortex es «silenciosQ)), es decir que, en respuesta a la electricidad, no produce nada detectable. Existe la teo ria psicologica de que un factor general, g, interviene en 1a habiIidad mental. De este lancero, su autor nos dice que podemos imaginarlo a modo de uenergia)) que llega a la factoria mental desde una estacion energetica general y se distribuye a cualquier maquina que 10 requiera. Quiza Lashley identifique e1 factor g can una «accion masiva» del cortex cerebral. Cabe suponer que la base neural del afecto no requiere la intervencion de mucha superestructura neural y que seguramente recurre a un re fuerzo quimico. Con eIlos se pone de relieve la facultad particularmente cognoscitiva delorgano superior del prosencetalo que tiene bajo el alor gano del prosencetalo especialmente relacionado con el HateetO», y no 01 videmos que cualquier cognicion posee, al menos potencialmente, un valor emotivo y a Ia vez un esfuerzo conativo. ~Como se vinculan? <,-Gual es la importancia de este nexo? No solo en el hombre, sino en los diver sos grados de seres infrahumanos menos cognitivos, naturalmente. <,-Gual es e11azo que inseparablemente une estos distintos aspectos de la mente? l.Que es, aparte del «impulso vita!»? La cognicion humana es como el caballo Pegaso que, a veces, vue1a hacia las estrellas olvidando la Tierra, pero sigue atado al carro de la vida y cuyo cochero es e1 «im pulso vitab sublimado en e1 «gusto de vivir». El y OtIOS corceles sienten la misma fusta del' deseo, la emocion, la pasion, como queramos Ha marla. Al que estudia la mente, como es e1 caso del psiquiatra residente hos pitalario, Ia fisiologia cerebral debe parecerle algo remoto y vago, pues quizas esperaba extraer de ella unos conocimientos que Ie sirvieran para establecer la norma a partir de la cual situar las premisas de Ia psicopa tologia en una u otra direccion. Tomemos como ejempl0 la alteracion patologica de la «ansiedad». No hay ninguna que altere tanto la mente. Pera Len que contribuye la neu ropsicologia al conocimiento de la nOrril8. a partir de la cual se elimina la ansiedad, y que puede ofrecernos la fisiologia cerebral en el contexto general de Ia «ansiedad»? EI psiquiatra se ve obligado a continuar a su modo buscando datos mas pertinentes. La mente es algo tan variado, con tantos cambios fluctuantes, matices tan numerosos, combinacio nes tan abundantes, tantos altibajos de humor, tantos arrebatos de pa sion, tantas posibilidades imaginativas, que Ia ciega aceptacion de unas simples corrientes electricas detectables en los centros nerviosos, que corresponden a todas las alteraciones enumeradas, puede parecer al que Ia estudie alga casi irrisorio. Ademas, 10 que decepeiona en la comparacion es algo mas que la simple falta de compIejidad coinci dente. Lo mental no puede examinarse como una forma qe energia. Esta es precisamente la brecha que separa psiq1,J.iatria y pSicologia. Por mucho que demos vueltas al cicIo de las «formas de energia» no salimos del ato 201
Hadero. Quizas es 10 que pretendia decir William MacDougalP al excla mar: «La Medicina no tiene nada que aprender de la Psicologia ni la Psi cologia de la Medicina.» Suele oirse decir que es improcedente plantear el problema de la rela cion funciona1 entre cerebro y mente. Es «insoluble}) por naturaleza, ig norabimus, «los datos actuales son insuficientes», 0 no es de importancia practica. Opino que la coherencia de esta argumentacion depende en parte del sentido con que se plantee la pregunta, y puede servirnos para precisar ideas. Yes algo que podria ser urgente: la prueba esta en Ia for macion de psiquiatras y pSicologos. Solo despues de discutir el pro blema se veran con capacidad para seguir sus respectivos caminos, como de cua1quier modo tendran que hacerlo -quiza decepcionados, pero mejor informados como clinicos y como personas-. En este callej6n sin salida parece factible que e1 hombre de la calle, como es mi caso, se esboce sucintamente su propia postura, par ingenua que sea. Para e1 antiguo materialismo resultaba facil a priori pisotear la mente porque empleaba e1 tEHmino materia sin limitacion cientifica al guna como concepto. Era una doctrina que sabia mucho menos y se to maba muchas mas libertades que el estudio cientifico actual propia mente dicho de la materia, 0 de 1a energia, ,que va a contestar e1 que estudia la energia, es decir, e1 que sigue la ciencia natural, si a1guien Ie dice da mente se manifiesta por pensamientos, sentimientos, etc., que son el producto del cerebro; el cerebro es materia, energia, la materia y la energia solo pueden ser materia y energia, luego, la mente es materia y energia»? No creo que sea violentar la argumentacion, no es esta mi in tencion. El hombre de Ia calle intuye 10 que contestaria un partidario ac tual de la ciencia natural: algo muy distinto, aun en tendencia, a 10 que Lucrecio definio en un vehemente panafo sobre unos atomos muy pe quefios y redondos. Aquel materialismo no era mas que un marco men tal. La perspectiva materialista actual es la postura cientitica, y su res puesta contemporanea es distinta. Yo imagino que la respuesta seria: las ideas, sentimientos, etc., no son explicab1es por e1 concepto de ener gia (materia), Ie son ajenas y estan fuera de la ciencia natural. Si, como dices, los pensamientos son producto del cerebro. Dosotros, como estu dj.osos que empleamos el concepto de ene:r:gia. nada sabemos y; como seguidores de Ia ciencia natural,no conocemos relacion alguna entre los pensamientos y el cerebro, a excepcion de una relaci6n general espacio temporal. En derto modo, es embarazoso para la Biologia no poder ir mas alla en este tema sin tropezarse con la mente. La Biologia, como su nombre in dica, estudia la vida y es una rama de la ciencia natural. La cieneia natu ral ha estudiado tanto la vida que la explica como una clase de fen6meno totalmente aparte. Las categorias de 10 vivo y 10 no vivo quedan fuera de juego en 10 que a 1a ciencia se retiere, al no haber una diferencia cientifi~ camente radical entre 10 vivo y 10 muerto. Hubo un tiempo en que pensar o respirar eran atributos vitales equivalentes. Actualmente, la ciencia natural ha tomado nota -«explicado», diran algunos- de 10 vivo en cuanto 1. Brit. Med. J .. abril, 1939.
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que respirar. moverse. asimilar, crecer, reproducirse, etc., equivale a vi vir. No hay nada de estos fenomenos ajeno al reino de la ciencia: son fe nomenos fisicos y quimicos. Pero, aunque 10 vivo es analizable Y deserip tible por medio de la ciencia natural, el pensamiento -ese adjunto de la vida- escapa y es refraetario a la ciencia natural. En realidad, la ciencia natural 10 repudia como s1 fuese algo fuera de su competencia, y por ello se ha establecido una distincion radical entre vida y mente. Aquella es cosa de la Quimica y la Fisica, y esta se les escapa y, sin embargo, la existencia de la mente -mente finita reconocible- esta circunscrita a un campo concreto de la Quimiea y la Fisica, esto es, el de los seres anima les altamente integrados. «EI pensamientoll, en este campo Hmitado de manifestacion, se nos muestra como una fase de 10 vivo. Si, a efectos practicos, seguimos subsumiendo Ia mente a la vida, tendremos que distinguirla como una actividad peculiar de Ia vida y clasificarla aparte del resto. La dificultad psicofisica nos coloca en una posicion bastante empirica. Por caminos que pueden juzgarse indirectos, nos encontramos en definitiva en una posiCion pragmatica paralela a Ia opinion general de sentido comun, posicion que puede considerarse eordura, superficia lidad 0 quizas ambas cosas. Nuestro medico del siglo XVI, Jean Fernel, sonreiria ante la dificultad con que tropezamos; para el, no existia diferencia entre el pensamiento y el resto de 10 vivo. La causa de 1a capacidad reflexiva del cerebro era para e1 el espiritu vital que encerraba. Este espiritu era huesped del ce rebro, su morada transitoria. Nos diria que es como Ia barea para el mari nero, y no Ie pareGia nada extraordinario que obedeciera e hiciese 10 que Ie impusiera el espiritu, del mismo modo que la barca obedeee al que la gobierna. Pero tuvimos Ia ocurreneia de haeer volver a un vagon de tren unido a la locomotora por Ia simple buena voluntad del maquinista y el guardafrenos, y no 10 conseguimos... Para FerneI, existia una dualidad, pero esta dualidad no planteaba si tuaci6n insoluble alguna. Sus componentes, materia y espiritu, se com binaban en una cooperacion perfecta y satisfactoria. La materia era el criado, y el espiritu, la mente, el amo. Quiza se inspiraba en e1 Fed6n, en el que, recordemoslo, el alma ordena y el cuerpo obedece. El terna ha sido tratado irablemente bajo el epigrafe de situaci6n humana en un volumen sobre unas conferencias 1 pronunciadas bajo e1 patrocinio de esta Fundacion en una universidad hermana. Nada que yo diga podria rivalizar con esa exposicion en amplitud 0 en caUdad des criptiva; sin embargo, sus paginas, por esa referenda ala «situacion hu mana», me sugieren la'reflexi6n que sigue. E1 hombre, en intercambio con la Naturaleza y sus criaturas, mirando desde si mismo como desde un puesto de observaci6n, ha Uegado pro gresivamente a un esquema notablemente coherente de todo 10 que per cibe. Ha sido una tarea laboriosa, a la que se ha entregado ya desde sus 1. The human Situation. W. MacNeile Dixon. ciclo de Conferencias Gifford. Glas gow. 1935-37.
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primeros pasos como hombre, primero sin proposito, inconsciente mente, y luego con un proposito. Para algunos hombres a1 menos, el de sea de Hegar a una concepcion unitaria de toda la diversidad que e1 mundo presenta era de por si una motivacion. Pero mucho antes y a1 margen de ello, 1a necesidad de ampliar conocimientos de 10 perceptible debio impulsar y embargar al hombre desde todas las proyecciones sen soriales. En su interior, llevaba e1 impulso del saber, cierto, pero tam bien la situacion externa Ie inducia a indagar. Cabe imaginar que, en 1a historia evolutiva, este impulso externo fuera una situacion en la que se encontraban inmersos los seres vivos mucho antes de la aparicion del hombre. Pero el impulso interno par ((saber» fue una nueva actitud que seguramente antes no existia del hombre. A partir de ella, se fue creando paulatinamente -desde muy distintas esferas y con progreso heterogeneO, al principio de un modo casi insensiblemente 1ento- una familiarizacion mas amplia con el mundo sensible. El hombre, animal social, como se Ie ha Hamado, fue ademas un importante , fabri cante e inventor de herramientas, es un explotador del p1aneta como todo ser vivo, pero en el esta facultad del empleo de herramientas cons tituye un rasgo caracteristico humano. Can la herramienta imprimio un caracter especial a 1a explotacion del mundo, y esta explotacion repercu ti~ a su vez en el hombre, porque, durante la evolucion, fue compren diendo que, para mejor explotar el mundo, necesitaba entenderlo. Este ha sido e1 camino por el que ha Uegado a la expIicacion que ac tualmente da sobre 1a estructura sensible del mundo tal como ello apre hende, a esta descripcion de las cosas tal como son y 10 que hacen, de 10 que con elIas puede 0 no hacerse. Pero fue el aprendizaje de este Ultimo 10 que generalmente vin~ primero y abrio camino al resto. Afinando ili mitadamente el analisis de la diversidad, ha llegado a descubrir una re lativa homogeneidad latente en la variedad. Este esquema, cuyo desarrollo en el tiempo ha side 1aborioso, sigue perfeccionandose. Se ha progresado mas que el en determinadas epocas y prospero notablemente en el breve periodo de auge intelectual de la antigua Grecia, y de nuevo en los ultimos cuatro siglos. Y hay que decir que, en epoca reciente, ha alcanzado una fase eminente que hasta el hombre de la calle que, como yo, nunca ha aportado a e1 ninguna contri bueion,queda sorprendido por la apasionante dilucidacion a que se ha Uegado. A partir de un numero muy limitado de tipos de unidad, el esquema de la ciencia natural construye un conjunto de sistemas de masas dina micas. Estos minusculos sistemas son muy estab1es en las condiCiones terrestres y, en una epoca, fueron considerados particulas definitivas; de ahi que fueran incorrectamente denominados atomos, con arreglo a la caprichosa definicion clasica. Nt por un momenta debe considerarse esta concepcion como un re greso ala alegoria, no cuantitativa, expresada por Lucrecio yenunciada en algunos versos con poder arrollador. La argumentacion racional a que se ha llegado en nuestra epoca, tras siglos de paciente labor y tajante re chazo de todo 10 que no confirmase la observaci6n sensible a la luz de la razony de la experimentacion, ha servido para demostrar la coherencia 204'
de toda una inmensidad que no 10 parecia: la tierra, el cielo, el mar. el aire, el sol, las estrellas, las rocas, las plantas, los animales,los microbios y nuestro propio cuerpo y sus partes. No solo eso, sino que, en terminos de Hcomportamienton, se les puede describir con el mismo razonamiento explicando 10 que y ni que decir tiene que el corolario de esta des cripcion es la HacciOn». Seflalemos tambien que la modestia -0 la pru dencia contemponinea- opta por «describin) en lugar de «explican). Des cribe el comportamiento de la tierra, el cielo, e1 mar, el aire, el sol, la las estrellas, de rocas, plantas, animales, de los microbios y de nuestro cuerpo y sus partes, en todos sus actos. Describe todas sus mani festaciones y, de entre todas elIas, su «comportamienton, que es la ac cion. perfectamente armonica, porque. al reducirIos a todos a modalida des de unidades de igual categoria, descubre que en conjunto consti tuyen un sistema homogeneo. Todos su actos son exponente de un «hacen> a de un (poder» quefundamentalmente es igual en todos. No quisiera causar la impresion de que los electrones, neutrones, ~homos. etcetera, en que desemboca este analisis del mundo sensible, sean ne cesariamente objetos concretos; pueden serlo 0 no, pero, en este caso, son simbolos fisicos. Son, como dice el profesor Dingle, postulados. El mundo externo queda asi asumido como un mundo de percepcion, algo que nos presenta la mente servida por los sentidos. Considero fuera de lugar plantear si hay otro mundo externo distinto al perceptible. No por el simple hecho de que el problema resulte insoluble, pues la discu sion de 10 insoluble puede dar resultados interesantes, sino porque este mundo externo, sea ((real» 0 no, dificilmente presenta interes en relacion con 10 que nos ocupa. La «realidad», y la «ultima realidad», no Ie con cieme. Aqui se trata del mundo sensible y de los conceptos que este pone a nuestro a1canee. En su analisis, con el proposito primordial de comprobar su homogeneidad, la ciencia flsica llega a eiertas abstraccio nes que, aunque simbolicen fielmente parte de sus acciones, solo guar dan parecido superficial con e1 mundo concreto cotidiano que perciben nuestros sentidos. Los electrones, neutrones, etc., forman par~ja de estas abstracciones. Recuerdo la famosa descripcion de Sir Arthur Eddington hablando 1 de una me£:la, su mesa de trabajo. La describia segun los terminos analitic;os a que me,estaba-reiiriendo. La describia con una gracia y una autoridad apabullantes. La mesa estaba formada por «cargas electricas desplazan dose a gran velocidad)), cc;mstaba de campos de fuerza y podia descom ponerse en cargas electricas. La Fisica modema, «mediante refinadas verificaciones y 10giea implacable», ha corroborado que su mesa cienti fica era la mesa; sl, la mesa que el veia, sabre la eual se inclinaba y en la que escribia, etc. Las numerosas cargas electricas que la formaban esta ban muy diseminadas, pero era una mesa, hacia todo 10 que hace una mesa corriente y seguia siendo una mesa, la mesa perceptible descrita de un modo distinto. Aunque sus elementos basicas estuvieran muy di seminados, aseguraba que, cuando apoyaba en ella los codos, podia 1. The Nature of the physical World. "rntroduccionll. Conferencias Gifford, Edimbur· go, 1927.
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fiarse. Pero tambien un coda cientifico, como decia, podia ser una «gran vacuidad)}; unido a una masa simple, no pasa de ahL Sin embargo, e1 codo -decia- no atraviesa la mesa, y eso que tambien e1 codo esta for mado cientificamente por numerosas cargas electricas muy dispersas que se desplazan a gran velocidad. y en general mas diseminadas que las de Ia mesa. EI analisis de que hablabamos ha servido para confirmar que e1 codo no presenta diferencias fundamentales con Ia mesa, aunque, en ciertos aspectos. no menos importantes. es distinto. Si decimos que no hay «diferencias fundamentales». se entiende. naturalmente. hasta alli donde pueda Hegar una diferencia para que la consideremos funda mentaL Los resultados del analisis del que hab1amos nos garantizan. me diante ({refinadas verificaciones y logica implacable). que tanto la mesa como e1 codo estan del todo compuestos con cargas electricas. Si entra mos en detalle. vemos que los sistemas en que se organizan estas car gas. los denominamos atomos. a pesar de que tanto en la mesa como en el codo son de un tipo basieo, en ambos tienen distinta distribucion. Si pasamos a la siguiente fase de gran complejidad, las moleculas, aunque la clase de algunas sea comun en ambos casas, predomina la diferencia. pero, aun asi, la diferencia molecular es una simple cuestion de distribu cion de cargas electricas. Cierto que, entre el codo y la mesa, existe 1a diferencia de que uno esta «vivo» y el otro muerto, pero la Ouimica y la Fisica no dicen nada al res pecto. 0, mas bien, dicen mucho, pero en su enunciado no utilizan estas dos palabras. Si decimos que la mesa, en su momento, fue madera viva y que ahora es madera muerta, que esta antafio formaba parte de un arbol vivo, los cientificos no consideran que esta palabra aporte una distincion radical entre ambos estados. La Ouimica nos dice que la mesa posee tal y cual composicion quimica en este momento y que, cuando formaba parte del arbol en desarrollo, tenia tal y cual otra. Pero tanto uno como otro eran estados fisicos, regidos por los mismos principios. Cierto que ahora, entre la madera en forma de mesa y el campo qui mico que la rodea, existe menor intercambio que el que habia entre ese mismo campo y la madera en forma de arbol. Menor intercambio con el aim y ningun intercambio con etsuelo, pero la Ouimica postula que, en' ninguno de los casos, se observa un comportamiento ni nada parecido que no sea quimico. Por 10 tanto, la quimica prefiere describir los dos ca sos en terminos quimicos. Llamar a uno vivo y al otro muerto no significa nada desde el punta de vista quimico. El concepto de energia se adecua perfectamente a ambos casas, y no hay un tipo distinto de energia en la madera muerta y en la madera en el arbol. Si recurrimos a la Fisica, la respuesta es similar. Ambas describen 10 perceptible, vivo a muerto, con arreglo al concepto de energia. Pero hay causas finales vinculadas al ar bol vivo y a la mesa artesanal notablemente distintas en ambos casos. El alcance de aplicacion del concepto de «energia» responde a su pro fundidad analitica, ya que une toda estructura sensible dotandola de un modo de actuacion. Merced a ella, el ~itomo, la rosa que cultivamos y nuestro compafiero el perro son susceptibles de descripcion. Dentro del ambito descriptivo de esta unificacion, entra nuestro mundo sensible, 10 206
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que es y 10 que hace. La nube que pasa, el pajaro en el cielo, el sol en el oeaso,la costa y el mar, el barco y el puerto, la ventana iluminada, el reo bano y la hierba, la voz del pastor, unidos para formar una sola existen cia, cuya ide'ntica naturaleza intrinseca, merced ala energia, se nos hace inteligible. De este modo, su aparente variedad infinita adquiere para el hombre el interes de un sistema concertado y, para hacer mas punzante este interes, 131 mismo forma parte de este sistema. Asi, se ofrece a los sentidos un mundo unitario. aunque fragmentado si nos referimos a cau sas finales. No podemos excluir de este esquema las especulaciones de Demo crito y Lucrecio. La relaci6n que con 131 guardan es la de simples conatos de fantasia, quiza motivados en su epoca fundamentalmente como des plantes al Olimpo vigente. El esquema a que ahora ha llegado la ciencia es el fruto de una paciente tarea, que consiste en comprobar los hechos y en buscar otros, sin ninguna remora religiosa. Sabemos que el campo es amplio, pero tambien limitado. La perspectiva antropocemtrica del cristianismo medieval nunca logro aglutinar este mundo en una unidad tan coherente como la actual. Cierto que el zodiaco y el cuerpo humano, el macrocosmos y el microcos mos de aquellos tiempos, se equilibraban actuando de mutuo contra peso. El esquema ortodoxo medieval de las casas contaba con una multi plicidad de categorias sustantivas: 10 animado, 10 inanimado, sus espiritus, su fuego innato, sus esencias siderales, su fluido astral, sus demonios, sus angeles, su sustancia inmaterial. Pero sus categorias edi ficadas con esforzada ingenuidad eran imprecisas. El mundo medieval logro unificar sus diversidades, pero, para hacerlo, se salio de elIas. recu rriendo a la teologia y pontificando que todas eran obra de un Gran Arti fice. El concepto actual de energia unifica la diversidad de la naturaleza de una manera radicalmente distinta. Unifica las cosas en su diversidad, sin salirse de elIas. Por ella, una dificultad que, aunque de origen mas ancestral. acosaba a nuestro Fernel, era la planteada par la asociacion de <dorma» y «mate ria». Arist6teles habia tenido ya que haberselas con ella. Actualmente el concepto simple de energia las encierra y relaciona. Ademas en la Edad Media y mas tarde en tiempos de Fernel, como habia sucedido antes en la epoca de Aristoteles, existia la dificultad de 16 a.nimadoy 10 inani-_, mado, y de la evidencia de la frontera que los separaba. EI esquema ac tual aclara el quid de esta dificultad, y la disipa. No existe frontera. Hemos mencionado la mesa cientifica, una especie de entramado electrico que, a pesar de su vacuidad basica, actua como cualquier mesa. Puedo apoyar mi codo en esa mesa cualquiera, ya que el mismo coda se encuentra en e1 mismo caso. Poco importa que 10 llamemos coda cientifico 0 no, ya que aquel describe de forma exhaustiva todo 10 que este es y hace. Tanto el cientifieo como el cotidiano son el mismo y unieo sistema de cargas electricas. De nada sirve, como hemos visto, pregun tar a la Fiska y a la Quimica si esta vivo, porque no entienden esa pala bra. La distincion entre el coda y la mesa no es menos esencial. iten que entre ambos hay diferencias y que el codo puede hacer una serie de cosas que la mesa no puede, y que, por otra parte, 10 que hace la mesa 207
probablemente seguin& haciEmdolo durante mucho mas Hempo. Acep tan que, en un futuro no muy distante, previsible con realismo estadis tieo, el codo dejara de hacer bruscamente las cosas que la mesa no puede hacer, y sefialan que, cuando Hegue ese momenta, no se produciran cambios inmediatos espectaculares en el codo, ningun cambio externo muy evidente. EI cambio mas inmediato sera la interrupcion de la tasa normal del intercambio de oxigeno, la disminucion del intercambio mo lecular y, con ella, de la radiacion energetica que conllevan; este cambia se hace rapidamente irreversible. Para mantener el coda, existia un de terminado equilibria, perc ahara cesa el riego sanguineo, y el miembro resulta frio al tacto. Despues, todo el conjunto del sistema organizado esta condenado, se disgrega, deja de ser un coda. Sus cadenas enzimati cas se desintegran y se convierte en presa de miriadas de sistemas enzi maticos, invasores parasitarios; en lugar de un sistema coordinado de energia, se desglosa en miles de ellos, y ya no es un coda, sino partes dis persas recompuestas, formadas par millones de cosas, parasitarias a no. Como sistema simple unificado de naturaleza especifica, este coda era una cosa desconocida en el planeta hasta una epoca relativamente re ciente y hada cosas relativamente nuevas; par muy disgregado y dis perso que este entre millones de sistemas distintos, y aunque sea un sis tema concreto destruido, sigue existiendo en esa forma disgregada y dispersa y, ademas, esta listo para sucesivas permutaciones infinitas. Sir Arthur hablaba de 10 que sucederia si la casa se incendiara yardiera su mesa: se desvaneceria en humo cientifico. El coda, con sus poderes supratabulares, si no se libraba del fuego del incendio, desapareceria de un modo muy parecido al de la mesa. La diferencia entre ambos estriba ria fundamentalmente en que sus partes basicas estaban unificadas de modo distinto, pero el fuego las reduce de forma muy parecida a partes basicas can una ordenacion relativamente escasa. El codo en cuestion era una organizacion cuya elaboracion tardo mu chisimo mas tiempo del que iba a durar una vez acabado, independien temente de que fuera 0 no pasta del fuego. Conocemos a grandes rasgos la historia de su evalucian y podriamos evaluarla prudentemente en 100 millones de afios, mientras que, a nivel individual. no supera los sesenta o setenta anos,pero sudiseno, por as! Hamarlo, una vez alcanzado, sigue repitiendose con arreglo a esap8uta, mas omenos invariable, durante un periodo de tiempo bastante considerable, quiza de muchos miles de anos. Naturalmente, al decir esto, no olvidamos que es una simple muestra de una organizacion mas completa de la que 10 hemos desgajado. Po driamos haber tornado cualquier otro ejemplo del cuerpo, otro organo, e1 corazon. el cerebro, pero habriamos llegado ala misma conclusion. El ce rebro se habria reducido a las mismas cargas electricas basicas que se desplazan a gran velocidad en 10 que hemos denominado vacuidad fun damental. Las cargas electricas organizadas en una jerarquia ascedente de sistemas de complejidad creciente, atomos, moleculas orientadas. complejos coloides, campos celulares y agregados celulares. El esquema es aplicable a cualquier estrella que percibamos. Nos des cribe la llegadade su radiacion al ojo, la pequefia imagen que se forma
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en el fondo del ojo, la subsiguiente accion fotoquimica en la retina. las series de impulsos motores que discurren a traves del nervio hasta el ce rebro, el subsiguiente cambia electrico en el cerebro, los impulsos moto res que, a partir de el. discurren hacia los musculos del globo ocular y de la pupila, su contraccion para enfocar la imagen luminosa y centrarla en la zona visual retiniana. loEs esto la ({vision))? EI esquema basado en el concepto de energia no quiere saber nada, 131 no nos habla de ((vision» al guna, y eso que nos da muchos datos. Un punto diminuto que irradia energia y altera la superficie del cuerpo en una zona particularmente re activa a este estimulo; el punta entra en o con una via energetica que penetra en el ojo y, despues, can una ruta procedente del cerebra y con una cascada de cargas electricas Iepetitivas. Estas se localizan en una determinada region cerebral, 10 cual indica que es la encargada de 10 que nuestro cuerpo percibe a traves del ojo y que ademas coordina to das las maniobras del globulo ocular, al captar la imagen luminica y cen trarla, y el correspondiente movimiento de giro craneal para tacUitar la operacion. Pero, en cuanto a la vision, 1a estrella no explica nada. Que, para nues tra percepcion, sea brillante, tenga una posiCion, sea distante, que la imagen en el fondo del ojo la convierta en una estrella en 10 alto, ademas de ser una estrella que no se mueve, a pesar de que nosotros y nuestros ojos nos movamos mientras captamos su imagen, y que, finalmente, esta cosa sea Ia estrella que nuestra capacidad cognoscitiva reconoce, a todo esto, el esquema basado en el concepto de energia no hace comentario alguno. El esquema energetico trata a la estrella como un objeto obser vable, pero, en cuanto a la percepcion mental. se limita a poner un dedo en los labios, y a callar. Puede decirse que nos acompafia hasta el umbral de la percepcion y a continuacion se despide. Nos situa en ellugar y el tiempo que se relacionan con la experiencia mental. pero no da un paso mas. S1 el esquema energetico agota el movimiento y enmarcara toda 1a accion, e1 acto perceptual no pareceria movimiento y no seria «accion», pues, si no, astaria incluido. Asi sucede can la experiencia mental, el es quema energetico la deja a un lade y no la toea. Nuestra experiencia mental no esta abierta a la observacion a traves de un organa sensorial. por 10 tanto todo 10 que propone el esquema esta abierto. Lo perceptible yelesquema energetico son coextetisivos, ya que ambos tienen raiz sen sorial. Nuestra experiencia mental no posee esta via de a la mente, es ya de la mente, es mental, y no podemos dirigir hacia ella nin organa sensorial. Las expresiones como «sentido interno» son equi vocas, si se taman al pie de la letra. Somos conscientes del acto mental de {(saben), pero no podemos observarlo sensorialmente: 10 experimen tamos independientemente de que tratemos a no de observarlo. El in tento de dirigir hacia ella observacion falla igual que el tratar de hacer dos cosas a la vez perjudica a ambas. Si la mente sigue una pista en un rompecabezas, en nada la ayuda tratar de desviar la atencion hacia una observaci6n de ese empefio. «Esforzarse en hacer dos casas a la vez es no hacer ninguna», dice un antiguo proverbio. Seria un esfuerzo equiva lente a intentar superar la ley de la naturaleza que dispone que hagamos una sola cosa a la vez; un intento de disgregacion del yo. Probablemente
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seria mejor recurrir a la memoria y evocar las huellas memorizables del acto mental que deseamos hacer objeto de observacion. Otra dificultad del estudio analitico de la mente surge de 10 si guiente: nuestra mente pasa de un estado consciente a otro, y siempre es una actividad en curso. Una de las situaciones nuevas mas comunes es aquella en la que se interpone algo nuevo. Si, por ejemplo, oimos un grito en la calle mientras estamos mirando' un avi6n, en la nueva situa cion que se produce, el grito percibido, es decir el grito como aconteci miento mental, irrumpe como un factor de nueva situaci6n. Contiene (quizas) afecto emocional. Dejando esto aparte, denominemoslo de mo mento una {(percepcionn. En calidad de tal, es un conjunto de determi nados componentes mentales, algo oido, con atributos de dugan) -«en 1a calle))-. de tiempo -llahora))- y clases 0 «especies» de
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que el movimiento de la superficie es 10 tinieo que experimentamos, es decir, que 10 que as nuestra experiencia mental parece surgir de elemen tos mentales que no experimentamos. La mente que experimentamos es, cuando menos, el resultado parcial de una mente que nunca hemos experimentado como taL Sin mirar mi brazo, «Se donde estall. Puede pensarse que extraigo esta experiencia del tacto, del o entre mi brazo y la manga, etc., pero no es asL Desvisto mi brazo y se donde esta; en una piscina, sin sensacion tactil. se donde esta, pero, si por enfermedad se lesionan los nervios sensoriales museulares y articulares, el enfermo no sabe donde esta su brazo si no mira hacia donde 10 tiene. En la cama ((pierde el brazo». La consciencia de la postura del cuerpo y de la posicion que adopta -si dirigimos 1a atencion a ello conforme 10 experimentamos- es una experiencia un tanto imprecisa. Al menos, en mi caso, va acompanada de una vision fantasmal de la extremidad, quiza mas concretamente de la mano. Tengo la impresion de que mi mente, consciente de la extremidad y de su postura, en su esfuerzo por atender a esta experiencia, evoca el re cuerdo memorico del aspecto de la extremidad en esta postura,
DOS FORMAS DE UNA MENTE UNICA Nuestros amores tan fielmente paralelos, aunque infinitos nunea coincidiran. A MarvelL l,Por que hemos de separar la actividad mental de la cerebral, si ambas son identicas? G.S. Meyer, In the Realm of Mind.
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11 La principal base sensorial de la conciencia de los radica, como demuestran experimentos y enfermedades, en los nervios sel1so riales de las estructuras motoras. Las fibras nerviosas que colectiva mente registran la tension se cuentan par miles, en miles de puntos tes tigo, en musculos, tendones y ligamentos de la extremidad. Estos puntos bombardean constantemente con impulsos los centros nervio sos, registrando, p~r asi decirlo, 1a tension en los puntos testigo del miembro. En mi conciencia del miembro y su postura, e igualmente de sus movimientos cuando se mueve, no percibo para nada ese origen multiple de la percepcion, ningun caracter aditivo en ella, ningun indi cio de tension en el miembro, sus musculos 0 tendones. Solo percibo donde esta el miembro y cuando se mueve -0 es movido-, ya que el que yo 10 mueva poco ayuda a aumentar mi percepcion. No es una percep cion muy vivida. En cierto modo, puedo someter a una prueba pragmatica la intimidad y certeza de mi familiarizacion con el miembro a traves de mi «percep cion». Como esta no'me 11ega a traves de la vista 0 el tacto, 10 denominare miembro motor. Si 10 utilizo para hacer esta actividad 0 aquella otra, 'como par ejempl0 coger un papel de la mesa, la justa interveneion de los musculos tendra que adecuarse al grado de tension y contraccion ya existe:ry.te, ya que ella es el punto de partida del nuevo acto. De ella de pende la cantidad y la diversidad de las otras acciones en que inter venga. Pero, como he dicho, no tengo conciencia de la tension muscular: en definitiva no tengo conciencia de los musculos como tales. Sin em bargo, efectuo correctamente y sin dificultad el mbvimiento. Se inicia suavemente como si tuviera conciencia exacta de la 10ngitud y de la ten sion de cada musculo y sus respectivos tendones y como si, con ella, los tomara como punto inieial para acortarlos 0 distenderlos segun los ca 50S. Si mis nervios sensores musculares sufren lesion, como sueede en algunas enfermedades, no puedo realizar este inicio correcto de movi miento y 10 inicio torpemente, en exceso 0 en defecto, en cuyo caso de poco me sirve mirar el miembro, aunque, al hacerl0, cobre la conciencia visual complementaria de la situacion del miembro, experiencia que, al aportarla el propio miembro, recibe esta denominacion. Sin embargo, no hay en ella el menor indicio de que este compuesta de miles de elemen tos sensoriales como el analisis psicofisio16gico del aparato sensorial del miembro me habria inducido a creer. La percepcion propioeeptiva del miembro parece ser un producto mental procedente de elementos que 215
no son en si objeto de experiencia y que, sin embargo, son mentales, en e1 sentido de que la mente los utiliza para producir 1a percepcion. Estos productos mentales van estrechamente asociados a nuestros ae tas motores. Par 10 tanto, hay que suponer que, en nuestros semejan tes del Ieino animal, hay a1go parecido asoeiado a sus aetos motores intencionados. Si el sllbeonsciente, en el sentido que nosotros atribuimos al termino, desempena en eIlos el papel que reconocemos en nosotros, podemos pensar que, en tipos de mente mas antiguos, entre los euales la nuestra es una aventura reciente, su papel era aun mas importante. Lo que deno minamos «encefalizaeion»1 es un cambio evolutivo del que nosotros so mos un espeetacular paradigma. Es un cambio de funcion en el cerebro a partir de partes mas antiguas y rudimentarias que se han transformado en otras nuevas y mas complejas. De elIas, la principal, mas nueva y mas compleja, es el cortex, denominado «organo de la mente». Existen fun dadas pruebas de que algunos de nuestros actos motores ancestrales se estan incorporando desde zonas, digamos mas viejas y primitivas, de nuestro cerebro, a la parte mas nueva Hpensante». El predominio de esta es moderno, y nuestra mirada se ha transformadoen algo dirigido de forma mas ((reflexiva». Quiza si compartieramos la mente de formas de vida muy distintas a la nuestra, no hallariamos en eHas «experiencia» al guna, sino una mente subconsciente. Parece que la mente subcons ciente es capaz de «aprenden); 10 sabemos por nosotros mismos, y la prueba esta en los tipos de «habilidad» motriz con que disfrutamos en los deportes. Hay un fuerte contraste entre e1 exito que ha logrado e1 estudio anali tieo de 10 perceptible y el eonseguido por el estudio analitico del percep tor. Aquel es el que mas ha progresado. EI analisis humane del mundo sensible que Ie es propio ha superado el analisis de su propia mente. Se alegaIi~ que, en reatidad, analizar e1 mundo sensible es analizar la mente, pero, si al hombre se Ie preguntara si era esto 10 que perseguia al analizar el mundo sensible, seguramente responderia: «No, mi proposito era entender mejor el mundo que percibo.» Persiguiendo este objetivo, en los illtimos siglos ha adelantado en sus conocimientos. Las antiguas de~cripciones del mundo sensible, incluso las de la epoca de. esplendOl intelectual de la Grecia clasica, resultan tristemente obsoletas para el lector contemporaneo. Tras un lapso de varios siglos, el estudio del mundo fisieo experimento un auge, pero no sucediolo mismo con el es tudio de la mente; la diferencia entre la Grecia clasica y los tiempos ac tuales es menos acusada. Se argllira que el analisis de la mente, en com paracion con el analisis del mundo fisico, estaba en la Antiglledad mas adelantado. Si asi es, poco ha avanzado desde entonces en relacion con la ciencia fisica. Lo cierto es que las modalidades de pensamiento relati vas a la mente durante los tiltimos 2.000 anos no parecen haber cam biado en la medida en que 10 han hecho respecto al mundo perceptible. Desde los tiempos clasicos, la ciE!neia fisica se ha centrado en el mundo 1. Vease una explicacion mas detallada en Physiology of the Nervous System. de Fulton, Oxford, 1938.
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perceptible y se ha dedicado a deseribir sus aetas al punto de haeer de su totalidad un nuevo ambito intelectual, mientras que el progreso, en el plano del intelecto, no ha llegado a nada parecido. Por el contrario, aun hoy dia nos planteamos Ia pregunta de si tenemos derecho a utilizar la palabra «aeeion» referida a la mente. Son eomprensibles los motivos de esta desigualdad de progreso. Una entidad que, cuando esta abierta ala experiencia, no esta abierta a mensuracion cuantitativa y que, en caso eontrario, no este. abierta en absoluto a la experiencia, es una entidad to talmente refractaria al tratamiento analitico. A veces, se oye la critica de que «hemos aprendido a controlar la Natu raleza antes de aprender a controlarnos». Pero lanzar tal aeusacion con tra la civilizacion es olvidar que se trata de dos tesis muy distintas. No quisiera en absoluto dar la impresion de que intento decir que los traba jos y logros de la pSicologia no son dignos de iraci6n e interes. Pro bablemente nunca los estudios de pSicologia fueron mas profundos que hoy, y la tarea que con elIos se desarrolla es encomiable, sobre todo por la formulaci6n de ciertas deyes» recientemente formuladas (Spearman) sobre el pensamiento, pera hay que reconoeer que, en los ultimos diez 8i glos, la mente ha resultado mas esquiva al conocimiento que el mundo sensible. La experiencia consciente en cuanto tal es mas refractaria a la medici6n, y no podemos decir que, en la experiencia, una luz sea el do ble de brillante que otra. Los terminos can que medimas la experieneia de un sonido no pertenecen al ambito de la experiencia, sino que son tt!iH minos intrinsecos al estimulo, al sonido fisieo 0 a la accion nerviosa 0 corporal concomitante a dicha experieneia. Si la mente fuera energia, seria mensurable cuantitativamente. Sin embargo, para la medicion cuantitativa de 10 mental, recurrimos al esquema energetico, 10 cual es cuestionable, pues es inutil establecer con el una eseala de equivaJencia entre energia y experiencia mentaL Se trata de dos cosas inconmensu rabIes. Sucede ademas que, dentro de los limites de 10 incluso al nivel mas simple, se plantean grandes obstaculos para la comparacion cuanti tativa entre determinadas clases de hechos ffsicos, como es el caso al equiparar la estimaeion cuantitativa de la luminosidad que se experi menta ante una luz y la potencia que ejerce un sonido sobre el oido, 0 la intensida.d qUE: se experimenta a traves del tacto o del gusto. Sm em bargo, todos estos estimulos fisicos son cuantitativamente medibles en parametros comunes y comparables entre s1. Y es una inmensa ventaja para el estudio de los fenomenos. EI digurismo» que insiste en que la to taUdad fisiea es mayor que la suma de sus partes mostraria mayor pru dencia si, en lugar de mayor, dijera distinto a. En los procesos mentales no se detectan atributos de Ia {(energia n , yes una ausencia que entorpeee la explicacion del vinculo entre 10 cerebral y 10 mental. En el correlato de cerebro y mente, los medios microscopicos, fisicos 0 quimicos no sirven para detectar diferencia radical alguna entre este vinculo yotro organo nervioso que no este relacionado con la mente. En ambas regiones, independientemente de que sean cerebro «mental» y celebro
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rada par relaciones energeticas. Para la relaci6n can esta entidad fisiol6 hay una clase de experiencia mental, un conjunto de ideas y sensa Clones, de cognici6n, una actividad, que sin duda guarda una relacion can la corriente electrica, el calor y la Ouimica. Personalmente, 10 poco que conozco sobre el modo en que actua una, ni siquiera me sirve de orientaci6n para imaginar como actua Ia otra, y ambas, por mucho que me esfuerce, siguen siendo entidades irreconciliables. Me parecen dis tintas, sin extrapolacion posible. Esta dificultad secular es aplicable al tema que nos ocupa en mas de un punta. Se plantea, par supuesto, en el mismo umbral del sentido. He mos visto que seria preferible denominar a los 6rganos sensoriales orga nos «receptoresll, ya que estan particularmente dotados para «recibir» estimulos de forma que, a traves de elIas, el cuerpo reaccione, pera no siempre todos eIlos despiertan con su accion el «sentido». El problema planteado desde la perspectiva de una mente energetica es ~en que modo afectan a los sentidos? El sentido es un aspecto de 10 mental, lcomo pueden afectarle los receptores fisicos? El problema no queda re suelto, porque un receptor fisico como es el ojo, por ejemplo, conecte con e1 cortex. ~Como puede una reaccion cerebral inducir una reaccion men tal? Sin embargo, ~para que tenemos organos sensoriales sino para eso? La dificultad que plantea el sentido es la misma, en sentido contrario, a la que plantea e1 problema de la mente con su influencia en nuestros ac tos motores. Creo que hay que aceptar la correlacion cuerpo _ mente y calificarla de interaccion. Ouiza .no convenga el termino macrocosmos por sus ex cesivas connotaciones medievales; sustituyamoslo por «entorno)), y ten dremos entorno <=l: cuerpo p mente. La energia solar es parte del cicIo cerrado de la energia.lOue influencia puede ejercer sobre la mente? Sin embargo, a traves de la retina el cerebro actlia sabre la mente. Lo teori camente imposible es verdad, y tengo que itir que actua sobre mi mente, y a la inversa: mi «yo» pensante cree que dobla mi brazo. La Fi sica me dice que mi brazo no puede doblarse sin alterar el soL La Fisica postula que, a menos que mi brazo sea energia, no puede alterar el sol. Luego, mi mente no dobla el brazo. Si 10 hace, sucede te6ricamente 10 impoBible. Prefiero creer que efectivamente sucede 10 teoricamente im posible y, a pesar .de 10 teorico, acepto que mi mente dobla mi br-azo y este acto altera e1 sol. La evolucion organica, con sus modalidades y sus medios, segun los biologos, trata y manipula cuerpo y mente conjuntamente como si fue ran uno. Para un espectador humano, resulta evidente que tiene su ra zon de ser en todas las especies animales como mecanismo para la evo lucion de la mente, y se inclina a considerar su propia mente como el preciado producto, su desideratum. Pera. can ello, cae en el «antropocen trismo», ya que la mente humana no es una meta. La Naturaleza ha creado el cerebra del pajaro despues de poner potencialmente en mar cha el cerebro humano. La mente del individuo, mente finita, a juzgar por un impresionante consenso de opinion, tiene un dugarll, posee un «sitio» y, para nuestro praposito, de momenta no importa cual. Tiene un dugan). A titulo perso 218
nal, aunque dialecticamente acepto el punto euclidiano y ito que su artificiosidad es un convencionalismo utH, considero inconcebible e inimaglnable, ni siquiera par aproximacion, que una cosa concreta no tenga una localizacion magnificable. Una cosa sin extension para describir la mente, aun en el caso de que la describiera negativa mente, para mi no pasa de ser un simbolo convencional. Creo que Kant se enfrentaba a una dificultad no muy distinta cuando escribia 1 que el alma humana ureside en un luga! de pequenez imposible de describirll . Aceptando que la mente finita tenga un «lugar» y que este dugan) esta dentro del cerebro, vemos que el sistema energetico con el que relacionabamos la mente posee, naturalmente, extension y partes que, ad!3mas, presentan una acusada organizacion espacial que aque lIas de sus componentes que se relacionan espacio-temporalmente con la mente finita. El cortex es un autentico laberinto de arquitec tura espacial, y, en distintas partes de ese laberinto, la Hadon percep tual conecta las distintas acciones mentales. De este modo, resultan lesionados distintos grados de memoria, segun el area a que afecte la enfermedad cerebral. Hay un area «visual)), «auditivall, etc., de modo que, en esta region cerebral, se ubican las «teclasll de los distintos puntas cutaneos en zonas independientes, y cada una de estas «te clas») fisicas posee, con arreglo a BU situacion, su particular {(signa 10 cain. Las relaciones espaciales del cerebro tienen repercusion mental; diferentes «lugares» del cerebro correlatan can distintas acciones mentales, para su relacion can la mente es mas estrecha y aun mas «mentain. Prueba de ella las observaciones antes citadas del doctor Holmes. Hay que itir que la mente finita se localiza en un espacio dimensionaL La accion llama a la reaccion, en cuyo caso la mente influye en la energia. Mi mente parece actuar sobre el «yo materia]» cuando, en e1 desayuno, levanto mi taza de cafe can intencion de beberlo. Puedo deducir una situacion similar viendo al chimpance que pela un pla tano para comerselo. La interaccion reversible entre el «yOll y el cuerpo es una conclusion valida a partir de la evidencia. Hay una serie de cualidades y cantidades energeticas del mundo que nuestras organos sensoriales rio-captan. Por ejemplo, los impulsos nerviosos del organo olfativo de un pez resultan insensibles para nuestros organos sensoriales, pero, si Adrian en sus experimentos los convierte en un sonido semejante a descargas de fusileria, todos los oimos. Can medias cientificos podemos ampliar nuestra potencia sen sorial; sin embargo, 10 mental sigue siendo obstinadamente inaccesi ble a los sentidos. Naturalmente, no hay que olvidar que, en esta busqueda de la mente en forma de energia, no se busca una forma de energia para luego convertirla en mente. De esto hay ya abundantes ejemplos, como sucede con la energia irradiada que, a traves de los nervios, se convierte en viSion, en sensacion termica a en dolor. Esto equivaldria L Sammtl. Warke. II. 332 (Hartenstein). 1867_
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a buscar meras formas de energia que los nervios puedan transmutar a traves de los sentidos en algo mental. Lo que buscamos es una energia que sea mente. EI juicio pragmatico acepta que somos un compuesto de energia y mente. En nuestro caso y en el de numerosas formas animales. no muy distintas a nosotros. la evolucion ha actuadosobre seres compuestos de (!energia» y «psique». y ha tratado paralelamente a cada uno de estos dos componentes en cada individuo. En nuestro amilisis. estos dos compo nentes son un sistema de energia y un sistema mental unidos en un in dividuo ambivalente. En el caso del sistema de energia de este sujeto ambivalente, nuestro conocimiento descubre un largo continuum en el tiempo que, en cada caso individual, se remonta ininterrumpidamente a 10 largo de millones de anos, como minimo. El sistema de energia de cada uno de nosotros es la continuacion actual de un Sistema que viene actuando desde el ordoviciense 1 , hace 20 millones de anos como minimo. El individuo actual es el ultimo brote de este perdurable patron energe tico que constantemente ha estado reproduciendose en estos ultimos 20 millones de anos. Cuando uno de nosotros muere significa que se acaba un hilo que ha venido desarrollandose incesantemente a 10 largo de todo este tiempo. al margen de que el individuo deje progenie. Es este conti nuum el que la evolucion ha moldeado a 10 largo de todos estos anos hasta dar el individuo actual, modificacion de individuos del pasado. Por 10 tanto, hay que itir que energia y mente son fenomenos de distinta entidad. Creo que Ia mente, vinculada a cualquier tipo de vida unicelular. es irreconocible a la observacion, pero no consideroque esto permita afirmar que no existe, mas bien me inclinaria a pensar que, como la mente aparece en el soma en desarrollo, equivale a demostrar su existencia potencial en elovulo (yen el semen) del que procede el soma. La existencia de mente reconocible en el soma no seria, pues, una creacion de novo, sino un desarrollo de mente que pasa del estado irre conocible al reconocible. Aunque sea aceptar una dualidad, no olvide mos que la Naturaleza presenta constantemente esta dualidad bajo forma unitaria. La evolucion actua sobre ambas como una sola. En este individuo formado por cuerpo y mente, con sus sistemas coherentes, cor poral y mental;al igual que aquelpresenta tanto los caracteres heredita ribs como los adquiridos, esta tambien. As! sucede en el perro domes tico: al ser amaestrado, tenemos que volver a ensenar a sus crias los habitos que adquiere, porque no son hereditarios. Sin embargo, la do mesticacion y el entrenamiento se incorporan como un elemento mas del «entorno)) del perro y, al igual que otros factores, ejercen una preSion selectiva. Por 10 tanto, los perros domesticos actuales no nacen del rnismo modo que las crias de la epoca de la edad de piedra en que aun no existia la domesticacion. Cien mil anos de domesticacion Ie han predis puesto geneticamente a eUa, y hay en el algo de una disposicion heredi taria hacia 10 social. Lo mismo sucede con nosotros en relacion con la ci vilizacion. 1. Un caicula mas realista del periodo ordoviciense, segun las tiltimas tecnicas de data CIon isotopica. seria entre 500 y 425. millones de ailos. (N. del T.)
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La Naturaleza nos ha evo1ucionado en forma de compuestos de ener y mente. El escenario de esta operacion ha sido el planeta que habi tamos. Creo que, para el que tenga dotes de historiador, es un tema que la humanidad leeria con entusiasmo. Un tema que, creo. es por natura leza historico, aunque gran parte de el se remonte a los tiempos anterio res a la tradicion. Merece 1a pena esta verdad general: la historia del neta con todas sus vicisitudes. Nada en el universo es autosuficiente, pero e1 planeta es un objeto mas autosuficiente de 10 que ninguna histo ria ha consignado y, porque es mas autosuficiente, podria facilitarnos una explicacion mas completa y satisfactoria de 10 que somos nosotros mismos como parte de el, de donde venimos y quizas hacia d6nde va mos. Esta historia nos daria una perspectiva temporal mas adecuada para nuestro problema. La historia ha establecido numerosos datos rela tivos a los ultimos 8.000 anos, pero en un pasado que se cuantifica en mi Hones de anos nos facilitada una base de juicio mucho mas elocuente so bre nuestro futuro. como a veces se ha dicho. la historia es la deteccion de los proposi tos del pasado, en este caso Ia historia resultante, ademas de ella, nos sugerida los propositos del futuro. Ouiza nos sugiera que nosotros somos el proposito de la Tierra, pero no debemos ceder excesivamente a Ia li sonja. porque no puedeser «un final sino un medio para otro final». Ade mas, si reflexionamos, veremos que la historia. considerada en retros pectiva. dada la misma respuesta a cada uno de sus productos que Ie plantease esta pregunta; circunstancia que en nada falsea la respuesta. Nuestra deuda COD los historiadores es grande; sus ensenanzas han sido muy esclarecedoras: las historias de reyes, ciudades. paises. de sus movimientos politicos y filosoficos, los datos variopintos sobre sus gen tes y caudillos... A veces, el historiador se ha centrado en la historia de 1a civilizacion de un continente... La historia crece y va mas aHa de Ia tradi cion escrita, la prehistoria se convierte en historia, Ia paleontologia des pliega ante nosotros, como un cuento ilustrado, las formas y modalida des de vida que nos precedieron. La geologia establece la dataci6ri de rocas. la astronomia nos explica el desarrollo de las estrellas, pero esta ese otro tema a la vez exhaustivo e intimo: la historia del planeta; todo 10 que encierra, con sus peripecias. Hay que escribirla. y de forma que todo 10 que contiens nos incluya. Hay que emprencier la tarea de igual modo que, no hace tantos siglos. se emprendiola de desmitificar la teoria de las nueve esferas celestes que presidian Ia vida del hombre. centro del mundo. Esta historia del planeta debe ser un contexto esclarecedor para nuestras vidas. Para nosotros no es una historia preterita, porque es nuestra propia historia; la del planeta puesto manos a la obra con sus propios hijos, con el universo como magnifico telon de fondo de 10 que para nosotros constituye una epica personal y heroica. Un nacer del caos, eones, torbellinos y explosiones de formas. Una triple espuma de roca, agua y vapor -los elementos del planeta- en continuo movimiento, dia y noche. Y. surgiendo de ellos, una forma y otra, desbordando la fan tasia, y, finalmente, algunas de eIlas con capacidad sensorial y mentaL y, aun mas tarde, otras con intelecto capaz de «valores moralesll. EI ata nor planetario, produciendo de su fusion de rocas y metales, intelectos y
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({valoresll. Horno magico. Comparados a su alquimia y transmutaciones, los suenos mas apasionados de Hermes Trismegisto y de sus acolitos son mezquinas naderias. Los conocimientos actuales del hombre Ie facultan para intervenir como esporadico espectador en su propia modelacion, aun en curso, yen la fertilidad del planeta en intercambio can el medio. Ambos sostienen un intercambio con el sol y, mas alIa de ello, can 10 que al espectador no pocas veces Ie ha parecido ilimitado, en tanto que es un ser capaz de pensar en 10 ilimitado. El espectador humano es consciente de que, en este espectaculo, el planeta es un retono del sol y que, a su vez, el espec tador es un retono del planeta. Es consciente de que toda esta propiedad planetaria, su copropiedad, es tan autoctona como el mismo. Los retonos de la Tierra, incluidos las rocas, el suelo, el mar, las nubes, las plantas, los animales y el mismo: el hombre. De todo este inventario, el es el ul timo producto. Para el, recien nacido que no sale de su asombro, el pla neta, con' todas sus pertenencias, es como una comunidad y 10 acepta como algo que, aunque sea un agregado de.partes, sigue siendo abarca ble e inteligible como unidad. Para el es algo mas que un simple escena rio y el hogar que Ie cobija, pues configura con todos sus enseres la se mejanza de un conjunto familiar, una comunidad de cosas relacionadas, de cosas que forman parte de una gran cosa. El hombre ve este conjunto como una organizacion no estatica, sino progresiva y consciente de que la vida es un nivel de organizacion, ve que la organizacion progresiva del planeta incluye Ia vida y promete mas vida. Hubo un momento en que no existia esta organizacion que se tradujo en vida. Ve la energia como un vehicul0 de la mente, que progresa por efecto de la constante organizacion de las diversas clases de sistemas productores de vida. Todo el conjunto es una magna escala de organizacion bullente, indicio de que, en algun momento, el planeta seguramente no tenia esta clase particular de sistema. Pero ahora 10 tiene, luego, ha desarrollado mente reconocible, de su propio seno, en la zona de confluencia de la atmosfera con otros ciclos fisicos, bajo la cadencia de los dias y de las noches. El planeta, en esta ultima fase, se ha convertido en un lugar pensante. Y 10 que es mas: actualmente alberga una mente que reconoce los «valores»; es ahora un planeta con esperanza, temores y opciones entre 10 «buena» yto (;:;:-;:alo;;: v:n planeta humano. i,Cual es su futuro? Ese espactador hu mano que contempla a la madre Tierra cree que de ella saldra mas y mas mente. Y sin duda, esta creencia procede del nexo entre energia y mente. Kant deda: «Si me preguntan si la sede del alma esta en el cuerpo, em piezo a sospechar algo turbio en la preguntall, y, aunque tolera su locali zacion en el cerebro, dice que su pequefiez no puede evaluarse. En resu midas cuentas, hace de ello un punto euclidiano, una situacion sin dimensiones. De modo muy parecido a como Descartes hacia del «yo pensante» la antitesis de la res extensa, Kant se reliere a ello como algo unicamente determinable en e1 tiempo. Recuerdo la definicion que daba una autoridad de fama internacional sobre el cerebro. Nos habia demos
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trado al microscopio las celulas de un tumor cerebral, y a la pregunta de si estas cEdulas pensaban, respondia: «Es s6lo un tumor de las celulas de sosten, no de las verdaderas celulas cerebrales.)) Es evidente que las ver daderas celulas quiza no en el tumor debido a su deficiente organizacion. Por 10 tanto, la opinion actual sabre el problema es mas proxima a Aristoteles que a Kant. El mundo externo, a diferencia del cuerpo, no alberga «dolores», ni tampoco es unitario, sino una heterogeneidad. Es un marco espacio temporal poblado de ((cosas», muchas de eIlas perceptibles a traves de los distintos sentidos, y 10 que genuinamente mas las diferencia entre si es quiza su silueta. La silueta visible domina e1 espacio visual; la silueta es una linea a nivel perceptivo. Cuando oimos que en la Naturaleza no existe 10 que llamamos linea, nuestra vision responde que toda las silue tas son lineas, que todas las tangencias de campos luminosos 0 cromati cos se concretan y resuelven en lineas; lineas psicologicas. El «con traste» produce una «linea» en todas las zonas de o entre areas drasticamente diferenciables. Si la mente no reflexionara en base a las «lineas», dificilmente un boceto llegaria a ser la cosa magica que es, ni los miles de diagramas lineales que ilustran claramente cualquier tema. l.Reflexiona la mente en base a las dineas»? La denominada rivalidad entre siluetas es una clave esclarecedora del «sentido» en la percepcion visual. En la medida en que la mente piensa en forma espacial, sus idea ciones aceptan y elaboran, de modo generalizado, las dineasll. El mejor ejempl0 de ella son unas palabras de De Anima, aunque su contexto no se corresponda a la actualidad: «Hemos de anadir que decir que el alma siente enfado es tan inapropiado como decir que el alma teje o edifica. Quiza sea, en realidad, mejor decir, no que el alma se apiada, aprende 0 inflere, sino que el hombre 10 hace por medio del alma.» Cuando Lucrecio afirma que la mente esta formada por trocitos de «materia» de particular suavidad que resbalan veloces unos sobre otros porque el funcionamiento de la mente es rapido, esta cometiendo una grave transgresion trasladando el «concepto sensoriab al terreno de 10 no sensorial. Su fervor poetico adultera su concepto preferido, hacien dolo un tanto ridiculo, olvidandose de dar al Cesar 10 que es del Cesar en su argument?lc:;ion expositiva. TambUm se comete una transgresion atribuyendo al ser humano un alma inmortal al prescindir de y olvidar la propia concomitancia de am bos conceptos, condicion basica a nuestra comprension de ambos. Se mejante ampliacion conceptual se legitima con el recurso a la religion revelada apoyando su evidencia en fundamentos que no vamos a discu tir, pero como aserto a nivel del Conocimiento Natural, es un golpe irra cional contra la coherencia del individuo que se diria dirigido contra la propia armonia que integra hermanadamente los dos conceptos, escin diemdolos y distanciandolos inexorablemente. En este instinto arcaico, que todos lIevamos y que nos impulsa a rela cionar los fenomenos y encontrar «causas», 10 que circunscribio a este empleo el concepto de no sensorial, y cuanto mas fenomenos explica ba, mas satisfacciones procuraba. Es coherente «explicarll todo de una manera, pero una de las famosas Maximas dice: IILe plus grand dt§[aut
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de 1a penetration n'est pas de n'aJ1er point jusqu'au but, c'est de 1a er!!l.
En los ultimos siglos, su tTiunfo ha sido rotunda. Ha hecho del con cepto de energia un arma con la que el hombre ha conquistado la Tierra. No ha tenido rival en su descripcion de 10 perceptible, pero ha resultado un fracaso en 10 sensorial, como el ((yo pensante», sus modalidades y sus actos: la «mentel). El progreso del conocimiento y, en especial, de la Giencia Natural solo ha dejado mas claro que la nocion de largo alcance espacial del concepto «energim) es, en su estado actual, impotente para el tratamiento 0 la descripcion de la mente. No hace aun tanto tiempo, muchos defendian la tesis de que, al aumentar los conocimientos, se demostraria que la mente era alguna forma de energia, quizas aun no determinada. Es decir, que habria que situarla, segun el lexico imperante en aquella epoca, y a veces dema siado imperante, al mismo nivel que la luz, el calor, las reacciones quimi cas y otros fenomenos energeticos. Por 10 tanto, la mente en nuestro mundo espacial, en 10 que nuestra percepcion abarca, es mas fantasmagorica que un espectro, invisible, intangible. Es algo que ni siquiera tiene silueta, no es una ((cosa». No tiene confirmacion sensorial y seguira sin tenerla. Lo unico que cuenta es la vida. Deseo, ansia, verdad, amor, conocimiento, ((va!ores» y, for zando la metatora, la profundidad del infierno y la infinitud del ciel0. Mente desnuda. Vivimos una epoca sin igual. Nuestro planeta ha desa rrollado en nosotros la mente a tal punto que somos capaces de asumir nuestra situaci6n en el presente dejandola a un lado. La mente uncida a la vida, jcuan variadas son sus reacciones! Se sienta a contemplar tran quilamente la vida y, por otra parte, agaua a la vida y la exprime como un lim6n. Y nos queda el otro concepto: la energia. tQue nos brinda? Hemos visto que el Tiempo tambien ha aventado su cosecha. tQue nos queda? El mundo perceptible. Todo 10 que el continuum espacio-temporal con tiene; una categoria en la que no puede incluirse nada de 10 que no actua o siente, ya la que pertenece todo 10 que cumple esta condicion. Nos queda la duda de si todo 10 que sentimos sera puro resultado de nuestra mente. As! pues, entre ambos conctoG, perceptora y mundG bido, tno hay nada en comun? Juntos componen .nuestro todo, son 10 tmico que tenemos y los llamamos distintos e incompatibles. l Tan total es su disociacion? LNo podemos vincularlos bajo ningun concepto? Sin embargo, tienen en comun -como hemos visto- que son parte de nues tra mente. Por 10 tanto, son diferenciables, aunque no separables. La Na turaleza, en su evoluci6n, los ha convertido en dos partes del conoci miento de una sola mente. Nuestra mente. Nosotros somos su nexo. Quizas existamos para eso.
1. "El pear defecto de Ia penetracion. no es Hegar al fondo, sino rebasarlo)). (N. del T.)
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ALTRUISMO
jC6mo. nada en 10 insensible que provoque Algo consciente que repulse el yugo! Edw. Fitzgerald, Omar Khayyam Un amante no pasea con flores en e1 pelo aunque retoce de la tarde a1 alba Keats que la madre Tierra se entrega nuestro papel es mas dejarnos
que hacer C.S.S.
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La ciencia natural contempla necesariamente Ia Naturaleza a traves de nosotros. Sin embargo, el viejo Aristoteles acerto en su criterio, Y Ia evolucion 10 confirma: desde el punto de vista cientitico, no hay un abismo fundamental entre el hombre y la Naturaleza. El hombre es parte de la Naturaleza. La ciencia ansia, no obstante, que el punto de vista hu mano, por ser parte y juez, no la distorsione en exceso. En los primeros tiempos, el hombre tendia a contemplar todas las cosas de la Naturaleza desde una perspectiva antropocentrica, y Ia Naturaleza, supeditada al hombre, «detestaball el vado: si una piedra cafa era porque una «fuerza la impulsaba». EI hombre se inclino a leer en la Naturaleza 10 que e1 siente cuando, por ejemplo, mueve un brazo. Cierto que el forma parte de ella, pero no es mas que una parte entre otras muchas especializadas como e1. Contemplar la Naturaleza como ello hace es una vision particu lar y parcial. La ciencia necesita liberarse de ((antropocentrismosll inne cesarios y es mas dada a considerar «antropocentrismo» 10 que nosotros creemos «causalidad». Cuando, a su vez, Ia Fisica y la Quimica comenzaron a describir 10 per ceptible, la vida hizo mutis por el foro y, en consecuencia,la muerte. Am· bos son puro antropocentrismo. No hay principio ni fines absolutos. El cambia de una fase a otra no es en realidad ni principia nl fin, porque no hay principios de novo. Desaparecen el tiempo y el espacio absolutos. Asi pues, la ciencia natural trata de eIiminar el maximo de condicio nantes humanos. En tiempos pasados, lagro ya desembarazarse de vie jos antropocentrismos como el Olimpo y los Rnge]es, pero, en su lugar, surgieron otros. Al observar 10 perceptible, el cientifico' intenta despo jado de «causas», «fuerzas», «tiempo absoluto)), «espacio absoluto», «ori gen de la nadall, «final en la nadall, «ultima realidad)), «vida)), «muertell y «deidad personab, y no digamos de «buena)), «malo», (Ccorrectoll e «inco rrecto». La ciencia no es buena nl mala, sino falsa 0 cierta. Despues de todo, adolece de 10 que el viejo Socrates reprocha a Anaxagoras en el Fe don. El hombre como observador cientlfico se convierte en instrumento de lectura fiel en manos de un intelecto neutral. Si consideramos la teologia natural en base a una famosa definicion: «Esa chispa del conocimiento de Dios que nos llega mediante las luces de Ia Naturaleza y 1a consideracion de las casas creadas)), vemos que e1 terreno en el que se adentra forma parte del campo propio de las grandes religiones reveladas. Pero, en este fondeadero comtin, no esta asegurada par anclas tan firmes como aquellas; constituye su anclaje Ia ciencia na
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tural de la epoca correspondiente y ganea constantemente. En su dia, aportaba el argumento del Designio, del que mas tarde Hume, a1 ata carlo, declaro que, aparte de la revelacion, era el argumento mas solido de una causa divina. El retiro tradicional de la natural ha side el gabinete del fisico. La observacion que a este respecto hizo Rabelais, quien antes habia side fislco y clEnigo. es que si solo hubiera tres fisi cos, dos serfan Hbrepensadores. Y, en clasico texto del siglo XVII, Apolo gie pour les lW3dicins l , leemos que era habitual que a los medicos se les acusara de irreligiosidad. El autor era medico de Luis XIV y afirma que los motivos de sospecha eran que, por su profesion, el medico se ve im pulsado a buscar en la Naturaleza las causas de la enfermedad, y la gente decia que se inclinaba ante la Naturaleza, mientras que -arguye la Apologia- la verdadera interpretacion es que el fisico conoce, por el estudio de la Naturaleza, la existencia de Dios, que es quien ha creado y rige todas las cosas; su atencion por ·la Naturaleza es un homenaje aDios. Ha habido sucesivos cultos especificos de la Naturaleza que veian en ella poderes divinos. Un culto concreto y organizado formalmente, de gran florecimiento en Ia Antiguedad y que duro hasta una epoca relati vamente proxima, fue la Astrologia, que hizo un maridaje de compro miso con el cristianismo, pero 10 hizo. «Si la Astrologia cree en algo es en los planetas, no en Dios)) era un dicho del siglo . La venganza fue terri ble: la Astrologia perecio a manos de su propia hija la Astronomia. Si Hume hubiera vivido un sigl0 mas tarde habria visto que el argu mento del designio natural. que el tanto habia combatido, era sustituido por explicaciones de la Naturaleza aun mas tristes e intransigentes que las suyas. El nuevo punto de vista enaltecia la inteligibilidad de muchas cosas, y quiza con ello e1 misterio del todo, pero arrojaba una sombra so bre la exultacion franciscana de la hermandad de la Naturaleza. Hay qllien se encuentra a gusto en la mano paternal de Dios, y San Francisco era uno de ellos. Actualmente, el conocimiento contempla la escena na tural con ojos bien abiertos y este hecho constituye un cambio notable para la situacion humana con respecto a aquellos tiempos. La ciencia natural se muestra mas distanciada que en tiempos de Fer nehlel punto de vista de Raymond de Sabuhde y.de este mundo natural que, en opinion del moralista, afirmaba «en cada recoveco que un padre Amoroso 10 habia creado y era un Padre el que amaba 10 que habia he cho». Quiza sea una opinion mas afin a la del Philo del Dialogo de Hume. «Mira el universo. JOUe inmensa profUSion de seres animados y organi zados, sensibles y activos! Pero observa mas detenidamente esas vidas. jCUan hostiles y destructivas unas para con otras! jCUan incompletas en su propia dicha!ll Actualmente, los nuevos conocimientos con los que se contempla la Naturaleza sefialan que, como escribio Aristoteles, «el mal es mas abun dante que el bien; 10 repulsivo es mas abundante que 10 hermoso», afia 1. Apologie pour les medicins, Gh. Lussauld, 12.°, Paris, 1663; reeditada en el siglo pasado por P.J. Amoreux, Montpellier, 186, 8.° (vid. tambiem Lettres de Guy Patin, carta 352.618). 2. Pico della Mirandola, Disputationes adversus astrologiam, Bolonia, 1496.
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como devoto naturalista que era, la pequefia parabola de «un fi 16sofo en cierta ocasi6n dijo que la clave era "amor" y "discordia"». La Na turaleza es el escenario de la interaccion, y, entre las cosas Ia in teraccion es cooperativa 0 conflictiva. La Naturaleza muestra esta clase de cooperaci6n, pero esta de conflictividad. Presenta casas be tiene alegrias, pero esta infectada por una plaga de sufrimiento. Quizas esta perspectiva resulte en cierto modo un regreso a 10 predo minante en la Antiguedad. En la Roma patricia e imperial hubo, en re lacion con la Naturaleza, un periodo de desencanto y Durante un tiempo prevalecio la actitud materialista. En and Reality (Londres, 1925), el doctor Singer ha recogido sucinta pero muy acertadamente la impresion que produce el ambiente cientifico de aquella apoca. «En nuestro tiempo, los hombres aprenden las leyes de la Naturaleza para dominarla, pero, en aquella epoca, no. EI propio Epi curo nos habria ensefiado sobre ella 10 bastante para eliminar cualquier temor de intervenci6n sobrenatural. Asi pues, en los escritos de los es toicas y epicureas de la ultima fase de la Antiguedad, se detectan ya indicios de curiosidad cientlfica. Los hombres estaban cansados del mundo.ll «La ciencia vinculada al estoicismo asumia una actitud fata lista y pesimista.» El estoico meditaba: que has subsis tido como parte del todo. Tu te desvaneceras en 10 que te engendr6, 0 mas bien seras en la Razon Seminal a traves de un proceso de cambio» (Meditat. IV, 14). Era una filosofia que miraba la Naturaleza de soslayo yean resentimiento, como a un tirano. «Dios, si hay Dios, esta fuera del mundo y no se ocupa de el», dice Plinio. «La Deidad solo significa Naturaleza.» Era un universo ferreo, impasible, que la ciencia habia expuesto imperterrita y en el que el hombre se sentla encade nado, preso y anonadado. ~Por que iba e1 hombre a tratar de conocer mejor la Naturaleza?, esa Naturaleza implacable, tiranica, cruel... «La ciencia habia suscitado ese pesimismo esencial que ensornbrece el pensamiento de la epoca final de la Antiguedad (Singer), y el ensayista del siglo XVII hace hincapie en el particular cinismo de los patricios ro manos cuando escribe: «"~Que es la verdad?", diio en broma Pilatos sin esperar El-matcrialismo de la epoca era, sIn embargo; radicalmente distinto al materialismo cientifico actual. El atomismo actual no es un dogma especulativo sin pruebas a priori. El materialismo de la Antiguedad permanecia inmovil mirando a la Naturaleza, impotente para enten derse can ella, convirtiendola en algo contemplativo y desesperante. El materialismo razonado actual, por el contrario, es fuente de inspiracion para entender la Naturaleza. Las evoluciones son la nota dominante en el mensaje que actualmente nos transmite la Naturaleza. Un gran campo de Ia actuacion evolutiva es el de la interaccion entre los seres vivos. Una interacci6n que es coopera cion 0 pugna. Existe, por ejemplo, la asombrosa compenetraci6n entre la de los insectos y la poblaci6n de las flores del planeta. Los in sectos sirven de vehicul0 fertilizante a la planta, y esta los alimenta. Es una interaccion no tan antigua, ya que las plantas con flores son relati vamente recientes, y es una alianza beneficiosa para ambas partes. Ha 229
contribuido a desarrollar las formas, los colores y los perfumes florales y al insecta Ie ha procurado medios para lograr el nectar y el polen y, es de suponer, desarrollo mental: ciertas maravillas del instinto, potenciando su capacidad perceptiva y volitiva. Si no, cuesta comprender que utili dad de supervivencia habrian tenido las formas florales y cromaticas. Gierto que puede aducirse que, en tal asociacion, no interviene para nada el intelecto y solo se trata de instinto ad hoc. Sin embargo, opina mas que se trata de una asociacion entre dos fmmas de vida totalmente distintas, de la que extraen mutuo beneficio,lo que ya es mucho. La aso ciacion entre dos formas de vida distintas es bastante comun, pero no para beneficio mutuo. Vamos a referirnos a un caso que podria servir de curiosa comentario a la afirmacion de Sabunde: «Gada criatura es una carta escrita que confiesa la divinidad.» En nuestro ejemplo, la Natura leza asocia tres vidas, y no para «bielll) de ninguna de elIas. En los charcos se cria un gusanito minusculo que sale del huevo ma dura, formado con dos orificios a modo de ojos y, entre ellos, un brote en forma de lengua. No deja de moverse por el charco como si bUscara alga. En el agua de este charco vive un caracolillo de delicada concha espiral al que busca ansiosamente el gusanita, pero solo dispone de ocho horas para encontrarlo. Si 10 consigue, perfora con su lengua el pulmon del ca racol y alIi se hace una balsa que crece a expensas de la sangre del hues ped. Las celulas que recubren la bolsa se convierten en individuos inde pendientes. Un esofago, un estomago, algunas visceras y un poro ge nital. Es la redia, asi denominada en recuerdo de Francisco Redi, emi nente naturalista italiano. El quiste del pulmol1 del caracolillo esta lleno de redias que se abren paso al exterior y vagan por el cuerpo del caracol en donde viven en sus partes menos vitales para que dure mas, pues, si 10 matan, interrumpen su propia crianza; las redias crecen y se reprodu cen, y su progenie se instala en el caracol enfermo. Al cabo de cierto tiempo, abandonan el caracol agonizante y se dirigen a la hierba hu meda de la orilla del charco y, alli, entre el verdor, se enquistan y espe ran. Llega un buey a una oveja para pastar y come los quistes, los di suelve en su estomago y asi quedan libres en su interior los gusanitos. Ahora, el gusano se encuentra en el organismo de su segunda presa; del estomago nada al higado y, alIi, chupa 1a sangre y se desarrolla .cau sando una enfermedad denominada comalia. Las granjas se infectan, pues los gusanos alojados en el higado del animal maduran en tres me ses y ponen huevos que descienden por el ducto hepatico y caen en los pastos humedos, a partir de los cuales, en su calidad de larvas libres, lle gan al charco en busca de otro caracol acuchico para recomenzar el ciclo inexorable. Es la historia de como un gusano se asegura la existencia a costa de vidas de seres superiores en la escala vital. El premio de la vida se Ie otorga a la vida inferior y agresiva, destructora de otras vidas a expensas de eIlas y, por triste que parezca, de vidas superiores en la escala vital. El ejemplo elegido es uno de tantos. Pero citaremos otro, en cierta manera mas simple. Hay un mosquito Hamada Anopheles, por etimologia griega «danino)). Muchos mosquitos estan dotados bucalmente de aguijones succionadorss, y asi sucede can 230
el anofeles que perfora la piel y chupa la sangre. Hay un tipo de anofeles de alas moteadas, cuyas hembras pican al hombre para alimentar sus huevos. Ghupan sangre una vez al dia y se retiran a continuacion a un lu gar umbrio. Despues de picar a alguien, en las casas del tropico, que sue len estar bien sombreadas para mantenerlas frescas, se retira a un rin con oscuro para digerir su botin. La denominada «picadura)) la hace del modo siguiente: el mosquito se posa sabre la piel, inspecciona el lugar can sus palpos y a continua cion inclina su cabeza sabre la piel y la perfora con sus proboscides pun tiagudos de hordes dentados, mientras balancea la cabeza can movi mientos de succion para llegar a los vasos sanguineos en los que introduce un tubito hueco a modo de aguja, situado detras de los probos cides y conectado a una glandula urticante. Al inyectar una gota de ese liquido en la herida que acaba de practicar, irrita los vasos sanguineos que aportan mas sangre al punto de succion. Es un liquido que, ademas, tiene par funcion retardar la coagulacion sanguinea para evitar que el mosquito se quede sin comer al reducirse el caudal sanguineo en la pica dura. La Naturaleza Ie ha provisto de instrumentos especiales y de pres teza especial. La hembra del anofeles chupa sangre a traves de un tuba que va directamente a su estomago; la sangre humana es un alimento exquisito, pues, aparte de ser liquido, tiene dos tipos de celulas, no 10 01 videmos. Uno de ellos son los globulos rojos (fig. 4, arriba) (5 millones por milimetro cubico de sangre) que son los que la dotan de su color ca racteristico. Los globulos rojos son las celulas mas especializadas del cuerpo, tan especializadas que, a semejanza de las abejas obreras de la colmena, no tienen capacidad reproductora. Sirven de vehiculo al gran pigmento res piratorio, la hemoglobina, que no deja de tener su relacion can la cloro fila, el verde de las plantas, clave del ciclo carbonico de la vida. Es un complejo de anillos de pirrol, de enlace terrico, que regula la respiracion enzimatica animal, en cuya funcion tiene aun mayor importancia que la clorofila. Su funcion, a grandes rasgos, es la siguiente: se dice que el oxi geno «da cuerda al reloj vitali), y asi es en todas las celulas del cuerpo. La hemoglobina del hematie a globulo rojo es el vehiculo en el que llega el oxigeno a las celulas del cuerpo. El cor
HOMBRE
proxima persona sanas
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Glandula urticante del mosquito infectada inyectando el panisito de la malaria
urticante proxjma a la cabeza del mosquito, y la gota de llquido que este inyecta al hombre va Ilena de animalitos fusiformes culebreantes, los es porozoos del Plasmodium, parasito microscopico de la malaria. Estos pe netran en el torrente sanguineo del hombre par la brecha practicada por e1 mosquito en los vasos sanguineos y en el se diseminan. Y se produce la tragedia. Los microbios no pierden tiempo: atacan y se introducen en los globulos rojos (vease la figura) y alIi dentro, en principio, el parasito se .mantiene inmovil y es como una diminuta ameba. Despues, empieza a moverse por el globulo rojo, la casa que ha elegido y cuya ruina va a provocar, y poco a poco se la va comiendo mientras crece. Cuando ha de vorado todo el globulo rojo, se escinde en varios parasitos, y el globulo rojo ya destruido se lompe y ios dejalibres. En la circulaeion sanguinea, eada uno de estos nuevos microbios ataca a su vez a otro globulo rojo como hizo su progenitor, penetra en el, se desarrolla y se come e1 nueleo, repitiendose el cicIo. Cabe preguntarse l,que hacen mientras tanto las celulas ameboides de la propia sangre? No olvidemos que no atacan a sus propios compa neros constituyentes de la sangre. Los parasitos de la malaria se hallan perfectamente seguros dentro de los globulos rojos; se «camufian» en elIas. Las celulas ameboides sanguineas consiguen tropezarse eon algu nos y devorarlos, pero no basta para poner coto al mal. La malaria es una enfermedad penosa. Fiebres altas cada cuatro 0 cada dos dias, e incluso diarias, hasta que el enfermo se desgasta y pierde totalmente fuerzas. EI periodo del cicIo febrillo marca la vida del parasito, y cuando se rompen los globulos sanguineos enfermos dejando 232
en libertad a la prole del Plasmodium, estos esparcen por la circulacion toxinas que exacerban la pirexia. Casi todos los parasitos maduran jun tos en la sangre, y millones de hematies se fraccionan a un tiempo. El or ganismo se Hena de toxinas y de millones de nuevos parasitos, con 10 cual recurren los paroxismos febriles. Si suponemos que de cada cien globulos rojos hay cuatro infectados, cada tres dias, ellunes, por ejemplo, el jueves y el domingo, ala misma hora aproximadamente, se produce la ruptura del cuatro por dento de los globulos rojos del Es decir, aproximadamente un bHlon de hematies que se rompen y esparcen toxinas, dejando en libertad una ci fra unas diez veces mayor de parasitos jovenes que reemprenden el ci elo. Y asi sucesivamente. Cada repeticion es para el enfermo un dia de hebre paroxlstica. Al principio, sufre escalofrios con espasmos que ha cen temblar la cama, y al cabo de 20 minutos siente menos frio, cesan los t.emblores, se destapa y empieza a arder. El calor va en aumento, la tem peratura alcanza 40° y hasta 41 0 ; luego, al cabo de unas horas, se inicia por fin la sudoracion y la fiebre remite; el enfermo, totalmente exhausto, cae rendido al sueno. Tres dias mas tarde se repite la sintomatologia. En 10 horas de un paroxismo malarico se destruye ell0 por ciento de globulos rojas, y asi cada tres dias. El organismo no 10 soporta, y el en fermo sufre deficit cardiaco y dificultades respiratoriasporque los glo bulos rojos muertos y los parasitos vivos taponan los vasos sanguineos cardiacos y cerebraies. En esta lucha entre los parasitos y el hombre, 11ega un momento en que aquellos se preparan para una nueva fase: la reproduccion sexual. En cada uno de los globulos rojos parasitados, el Plasmodium adquiere una forma sexual inmadura, macho 0 hembra, y, en esa nueva fase, en lugar de romper el globulo saqueado, se abate y espera. Esta en una fase critica que puede resultarle fatal; no puede aparearse por dos motivos: no esta maduro y se halla solo dentro de un globulo rojo. Y espera; espera un incidente que, en comparacion con toda la estrategia que ha desarro Hado hasta entonces, parece muy aleatorio. Los dos congeneres sexua les, que, aislados, son inutiles, estan encerrados en distintos globulos rojos ya destruidos, y su posibilidad de encuentro depende de un agente fortuito. En.este. caso, no es un viento 0 una corriente de agua, como con tanta frecuencia sucede en la Naturaleza, sino un insecto -otra vez e1 fa moso mosquito- que pica al enfermo de malaria y Ie chupa su raGion de sangre. Los globulos rojos afectados contenidos en Ia sangre encierran fases sexuales inmaduras del parasito, que, en lugar de ser digeridas por el mosquito, al a su estomago entran en una fase muy activa. De doble actividad: unos adoptan forma de huevo listo para la fecundacion, y a otros les crecen tres 0 cuatro colas cada una de ellas en un pequeno nUeleo. Las colas se desprenden y nadan. Son celulas esperma ticas maduras que van en busca de los ovulos listos para la fecundacion en el interior del estomago del mosquito y los fertilizan. A continuacion, estos se alargan y se hacen puntiagudos por un extremo. y estos seres puntiagudos se dirigen a las paredes del estomago del mosquito y las perforan para asentarse en ellas y seguir creciendo hasta convertirse en un sacu10 lleno de un caldo de finisimas celulas falciformes. Por efeeto :33
de la presion que estas ejercen, el quiste revienta, y las celulas se disper san por la sangre del mosquito y en sus cavidades corporales. El parasito vuelve a estar en la sangre. De la sangre humana ha pasado a la sangre del mosquito. Alli prolifera por miles y especialmente en la glandula ur ticante de la cabeza del insecto. A los diez dias de alojarse en el esto mage de este, el parasito ha completado su ciclo sexual y se encuentra en la glandula urticante listo para cuando pique el mosquito infectar de malaria a otras personas, hombre, mujer 0 nino. Este parasito asola regiones enteras del globo. Un poeta que ha pro fundizado en el proceso 10 ha calificado de «asesino genocida», y es cierto. Este orden de vida destruye otras vidas, infectando a casi un ter cio de la poblacion mundial. Es un producto de la evolucion; la evolucion 10 ha adaptado compleja, delicada y eficazmente para que destruya otras vidas. Como para semejante matanza es imprescindible el hombre, 'debe tratarse de una evolucion reciente. Su repugnante ciclo ha supe rado «ingeniosamente» grandes obstaculos para perpetuarse. Pongamos como ejemplo un detaIle: desde el estomago del mosquito tiene que abrirse paso hasta la glandula urticante. LComo la identifica? Quiza se guie por un principio quimiotactil. Y llega, 0 no, el momento en que su aguijon penetra en la sangre hu mana e inocula el parasito al hombre. A partir de ahi, al Plasmodium se Ie presentan tres posibilidades: el sabroso fluido sanguineo, los globulos rojos a las otras celulas de la sangre. Pero el parasito no 10 duda y hace 10 correcto: elige los globulos rojos. Ya esta seguro. Adopta nueva forma y se alimenta. «Prusba y error» es' una expresion que sueIe aplicarse a la accion «aleatoria» de un animal, una rata, pongamos por caso, frente a una situacion determinada, como puede ser un trozo de comida dentro de una jaula que no conoce. La rata olfatea 0 se mueve en diversas direc ciones continuamente. Gon un movimiento precise acciona el pestillo 0 el gozne, 10 repite varias veces y, se cree que el movimiento queda gra bado como «comportamiento adquirido». No~ hacepensar en la quietud latente al movimiento aleatorio indicativo de una condicion mental, una conacion, una «prueba». En la rata, cabe tambien pensar un motivo men tal en e1 que se vislumbra un futuro. Ademas, la rata posee ciertos gra dos de conceptualizacion, puesto que apreride a. distinguir entre un triangulo y. un cuadrado independientemente de su tamano, ilumina cion, orientacion y entorno. El Plasmodium de la malaria es una celula simple. Nos parece razonable que se dude que una celula simple forme parte de un organismo a sea organicamente independiente, tenga mente inequivocamente detectable Em su comportamiento; y, en el caso de la malaria, la necesita para enfrentarse con exito al problema -como es el caso-, sintiendo y percibiendo, conociendo y juzgando; razon, in tencion y vision de futuro, y no digamos reconocimiento yeleccion. Si los tuviera, can toda seguridad modificaria aun mas su modo de compor tarse y probaria nuevas metodos. Sin embargo, aun itiendo la des cripcion que, hace un observador experto 1 del infusoria que adopta el metoda de «prueba y erron), en el casa del Plasmodium malariae no nos 1. H.S. Jennings, The Behaviour of lower Organisms, pag. 243.
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sirve de mucho. El Plasmodium, tras una serie de generaciones por espo ras en el organismo humano enfermo, subitamente se dispone para la generacion sexual. Tal actitud implicaria estar dispuesto para la espera del agente concreto capaz de surgir en un lugar concreto del mundo, ido neo para completar su cicIo sexual. Nos parece una situacion mas com pleja que la del infusorio que se alimenta en una gota de agua opservada al microscopio. Si en ella hay mente, habra que suponer en la misma co nocimiento de la existencia del mosquito y del hombre y de los modos de actuacion de ambos, al menos en 10 que atane a la relacion en la que uno chupa sangre del otro. Pero, ademas, tiene que salir del estomago del mosquito y abrirse paso hasta la glandula urticante, organa del mosquito que, entre todos los demas, puede trasladarle al otro huesped imprescindible para la si guiente fase de su ciclo. LComo conoce la existencia de la glandula? Lo unico que cabe afirmar, como hemos dicho, es que quiza responda a un principio quimiotactico que Ie orjente. Todo el ciclo, en cualquier fase que 10 consideremos, parece un plan al que el comportamiento del Plas modium se ajusta en sus minimos detalles, y en el que cada paso parece premisa al siguiente. Es de apariencia tan finalista que la descripcion que de el dan naturalistas y medicos incurre en lapsus de lenguaje indi cativos de un comportamiento mental por parte del parasito. «Gada me rocito intenta penetrar en un globulo rojo.» «El microgametocito espera hasta que el mosquito inflija la picadura»l. Pero podemos reflexionar en otra direccion diciendo que la criatura que se beneficia de este esquema expresa una finalidad, ignota para ella, del Designio que se detecta en la Naturaleza. El recurso a esta clase de Designio carre pareja a la atribu cion de Conocimiento infinito y Poder infinito. Cuando se recurre a se mejantes hipotesis y providencias hay que pensar que la osadia en que se incurre conlleva una valoracion del plan finalista. En determinados pasos del ciclo vital de nuestro Plasmodium, se evidencian puntos fla cos. Giertos metodos aleatorios que amenazan echar par tierra su «desig nio». Por ejemplo, las formas sexuadas inmaduras viven en sangre un tiempo limitado, por 10 tanto, el esquema general depende de la posibili dad de que el mosquito adecuado -la hembra de alas moteadas- pique en ese preciso momento. Hay quienes juzgan los fenomenos naturales como si en cada momenta se produjeran con arreglo a 10 que ellos consi deran razonable y adecuado si elIas los dispusieran. Es una manera de ver las cosas que implica detectar siempre en elIas un proposito, y que ese proposito sea beneficioso. Pero esto equivale a eludir el examen cri tico de la tesis. Los de mente mas abierta optaran par pensar que, en el caso del Plasmodium versus homo, 10 benefico va aliado a la mala causa. Sin embargo, queda el punta de vista mecanicista, segun el cual un sis tema genetico que satisface una necesidad organica aporta el meca nismo de su propia supervivencia. La malaria es la fiebre de que habla Homero. Solo despues del si glo xv, cuando los grandes navegantes permitieron determinar la extension del globo, se empezo a conocer en Europa la amplitud de sus estragos. 1. Castellani y Chalmers, Manual of Tropical Diseases.
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Actualmente, sabemos que solo en la India mueren anualmente de ma laria 1.200.000 personas, y, naturalmente, a cada muerto corresponden varios enfermos. En algunas regiones de la India, es una enfermedad en demica. Es inimaginable la magnitud del sufrimiento humane y la des gracia que causa. La Naturaleza ha producido, por la evolucion de este Plasmodium, un agente de dolor y angustia de magnitud calculable, pero inimaginable en la practica. Existen otros dace parasitos par el es tile que campiten por el puesto de honor. Desesperando ante Ia Natura leza, esta fuente de moralismo, Matthew Arnold escribio: HLa Natura leza es cruel; el hombre esta harte de sangre: la Naturaleza y el hombre no haran buenas migas.ll En el Dialogo de Hume, el personaje Cleantes apone al dolor que se ob serva en la Naturaleza la equivalente existencia de placer. La malaria era un capitulo del conocimiento biologico inexistente en la epoca de Hume. l,Oue equivalencia entre dolor y placer habria hallado en ella Cleantes? Millones de hombres, mujeres y ninas victimas de una enfer medad mortal, l,para que? Para alimentar a algo no muy distinto de una ameba de charco, a un parasito protozoario. LPodemos, dando rienda suelta a nuestra fantasia, concebir que esta particula de inmundicia or ganizada encierre un apice de placer? La simple sugerencia, por necia que sea, sonaria a cruel frivolidad ante el triste espectaculo de una po blacion torturada. Los ingenuos pensaban quiza que el esquema de la Naturaleza, euando menos, valoraba la trascendencia de la vida, es deeir, un hombre mejor que un protozoario 0 que un bacilo parasitario. Pero no es asi; hay demasiadas clases para mencionarlas aqui de este tipo de vida que pro litera a costa de la vida humana, pero hay uno en concreto, el bacilo de la tuberculosis, que martiriza a los hombres y animales que pueblan la tie rra. Hace ciento.treinta anos, John Keats, el joven y gran poeta. sucum bia a la edad de veinticinco anos. El baeHo habia minado sus pulmones. No hace mucho que. con gran propiedad, un critico dijo dellibro publi cado un ano antes de su muerte: «Cuanto mas 10 leo. mas me convenzo de que este libro es, con mucho, el mas maravilloso de todos»!. Keats ha bia cuidado inutilmente a su herrnano menor. afectado por la misma en ferdad, y Si;l cqn~agi9.. Inexorable tragedia que arrostr6 con entereza. LOue indicio hay en ella de lacompensacion que arguye Cleante::;? El Destino, en la tragedia griega, era inexorable y de naturaleza divina. tEs en este caso inexorable por simple quimica? El hombre, como critico y censor, debe impedirlo. Estos y otros microbios nocivos viven a costa del inenarrable sufri miento humano. Para el buen Cleantes de Huma seria sin duda un hecho sorprendente y desagradable tener que itir que la Naturaleza, aun que ha permitido la evolucion de la vida, no la aprecia. Para ella, no hay vida de mayor 0 menor precio. porque para ella todas son despreciables. Si es un simple conjunto de principios mecanicistas, tcomo va a apre ciarla? Hume, por boca de su personaje Philo. apostrofa a la Naturaleza que ((echa en su regazo sin discernimiento ni cuidado materno a sus hi 1. H.W. GaI£Qds. Keats. 1926! pag. 62 (2." e9.).
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jos abortivos y lisiadosl!. Actualmente,los genetistas que hablan de evo lucion nos dicen que la mayoria de las mutaciones qua S8 producen son letales para e1 individuo, y a la sugerencia de Philo de que la Naturaleza sea inmoral, nos responderian que es Hamoral». no ((inmoral)). Con desig nio 0 sin e1. algunos diIan, y quizas Hume se con tara entre que compete al hombre, con arreglo a sus propios dietados, adoptar partido en esta pugna entre vida y vida. Arist6teles hallaba un «proposito in consciente» en la Naturaleza. Si nos atenemos a la evolucion, la Natura laza. que actualmente concierne al hombre y a las formas superiores, co mienza a contener cierto proposito consciente. Si aceptamos que el objeto actual de la ciencia natural es distinguir 10 verdadero de 10 falso. y no el bien del mal, asumimos un principio que hace del hombre de ciencia un hombre fraccional, no el hombre total; no es el ciudadano total. sino una fraccion del mismo. EI hombre total, ahora que su mente posee «valores morales». debe articular su humani dad parcial cientifica con el resto. Cuando su mited cientifica Ie asegure algo y su mitad etica afirme que ese alga es malo, corresponde al hombre total actuar para que la cosa no quede asi. Si no, en un mundo de parcan ces, su conocimiento cientifico y su juicio etico se convierten en dos rue das que giran inutilmente en el vado, y son dos engranajes que han evo Iucionado y sobrevivido para procurarse mutua inercia. No las tiene para que esten ociosas; para esto no las necesita. Si las aprecia debe usarlas para no perderlas. Es de esperar que la mente humana sea consciente de su mision. El hombre que mira a su alrededor desapasionadamente ve que hay cosas que Ie alegran y cosas que Ie entristecen. Hay COi;as agradables en la vida. ((Et je ne verrai plus les nantes Cyclades))!, ha sido muchas veces el suspir~ de despedida a la vida. «Ay de mi, ay de mi, como amo la Tie rra y las estaciones y el tiempo y todas las cosas que Ie pertenecen, todo 10 que crece en ella», escribio William Morris, socialista y poeta. LOUe es entonces 10 que envenena la Naturaleza? Si pudieramos contestar con cinco palabras, diriamos: la crueldad de la vida. La historia de los hechos de nuestro pasado es, efectivamente, casi tan antiteticamente remota del mito pagano de que el hombre des ciende de los dioses, como de las optimistas «alegorias» poeticas al es tilo de «evanescentes nubes: de gloria do venimos>l. La verdad tiene la compensacion de que es ciElrta. Una conclusion practica que extraemos sobre la vida de la experiencia cotidiana, aunque un estudio desapasionado la haga peligrar, es que parte de la Vida va asociada a mente y parte no. Sabemos que el mundo de las plantas esta vivo. pero incluso en ejemplos superiores, como son los arboles y las flores, nuestra reflexion practica cotidiana no les atri buye mente. La postura pragmatica es que diferenciamos vida de mente. Asi, nos preguntamos Lque es «vida», por ejemplo. en una flor 0 en un arbol, carentes, al parecer, de mente? Los hechos nos impulsan a responder que esta vida, la del arbol y la flor. es un comportamiento mico-fisico con una causa final intrinseca. Esta competencia sin mente 1. J< de Heredia. [«Y no volvere a ver las risuenas Cicladas." (N. del T.)]
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no conlleva sufrimiento. Cuando el hombre haee uso de estas vidas y las utiliza a sacrifica, se limita a haeer 10 mismo que en el caso de otros ins trumentos, porque son instrumentos. La vida, en cuanto vida per se, no es nada sagrado. Cuando la mente va unida a la vida, entra en competencia entre una vida y otra vida, y en ultimo extrema Ia competencia trasciende a un plano etico. No pretendo moralizar, pera es una competencia que se su perpone, se inserta y se prolonga en este mismo plano. Y tambien, de bido a Ia lucha por la vida, es fundamentalmente lucha hacia la muerte. La vida sin mente vive como si su vivir fuera su mas preciado don, posee un «ansia de vivir!l innata. La mente instrumentaliza este «ansia de vi vin). La mente, en su evolucion, sanciona este punto de vista tradicional innato. Lo llamamos e
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dador y victima poseen mente desarrollada, la lucha deja un rastro de sufrimiento. La vida depredadora es un foco de sufrimiento en el pla neta. La Naturaleza tiene mucho de repulsivo y doloroso. Muchas cosas «que estropean el canto del ruisenon) 1. En este conflicto, la mente potencia el ataque y la defensa. Una estra tegia para la que esta dotada es la organizacion de los individuos en co munidades defensivas 0 agresivas: Ia manada, el rebano, el enjambre, los grupos de afinidad individual con intereses en comun, organizados en son de paz; el individuo como unidad contributoria a la seguridad y como soporte social de una comunidad de unidades. En esta organiza cion, la mente va revelando progresivamente nuevas cualidades' del «yO)). EI gusto de vivir adopta nuevas facetas, y asi, en la especie hu mana, el altruismo se extiende a la familia y por encima de ella; ala tribu y mas alla, y estrecha los lazos sociales de camaraderia y buena volun tad en todo el planeta. El amor por la vida se extiende mas alla del «yOll y se sublima en nuevas aspiraciones, que se refuerzan en su propia pleni tud y se hacen gratas como el amor por la vida, piedad, caddad y amor por los dema.s, y sacrificio, incluso el sacrificio del propio «amor a Ia vida»). Como antitesis, existe otro tipo de vida, Ia depredadora. Ha praspe rado y mucho, y ha servido para dar existencia y mantener a innumera bles milIones de vidas que, sin ella, no habrian sido y que solo gracias a ella perduran. Ha producido magnificos tipos en cuanto a forma y dina mismo. Como corolario al «gusto de vivin) une la «codicia de matar». De sarrolla este don asesino a unos niveles de habilidad e ingeniosidad asombrosos. El tipo de vide depredadora. aun en los casos en que este. acompanada de mente desarrollada, es en terminos mucho mas genera les una vida no comunitaria y aporta poco progreso a la organizacion so cial, caracteristica que puede atribuirsele como representativa. Sin em bargo, hay ejemplos en ella de este tipo de organizacion, como es el caso de la manada de lobos. Pero los ejemplos relevantes de vida depreda dora -haleon, aguila, leopardo, tigre- no viven en comunidad. La calamidad del sufrimiento bajo el regimen de depredacion aumenta conforme ascendemos en la escala vital, 10 cual, en S1. pramete una paliacion definitiva bajo la forma de limitacion del regimen. Cuanto mas elevada es la clase de vida de la presa atacada. mayor es la tarifa de sufrimiento que esta paga, pero tambien existe mayor posibilidad de que, al tener mente, triunfen el incentivo y la habilidad para librarse. EI hombre se ha protegido con una paz respetada por la mayoria de modali dades de vida depredadora. Aun Ie atacan y se alimentan can el, se cdan entre el y Ie torturan, produciendo anualmente millones de victi mas en su estirpe, pera este, en Ia epoca reciente, ha procurado mejorar sus sistemas defensivos que, fundamentalmente, consisten en atacar. Se ha prapuesto deliberadamente exterminar a los tipos de vida que in vaden, inutilizan y destruyen su propia vida. En ella su politica plantea de nuevo el interrogante de «Les sagrada la vida?» .!,Tiene derecho Ia vida raGional, poseedora de ((valores», a destruir la vida? La vida es un 1. J. Keats.
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compuesto quimico a1 servicio de una causa final propia. GEs sagrada la vida? La vida en terminos generales no puede ser alga sagrado. Ha es clavizado y abusado del planeta. Cierto que la vida es la bendici6n su prema de la Tierra, pero, a pesar de ello, es tambien la mayor maldici6n. Si el planeta fuera a asegurar en su superficie bienestar vital a su comu nidad, su prop6sito se veria frustrado y amenazado por pantanos de vi das hormigueantes de asombrosa fecundidad con eiega Hansia de viviD). Hay que salvar al planeta de este tipo de vida. Si planteamos la pregunta a la Naturaleza, veremos que nos responde llanamente que la Ilvida no es sagrada», pero nos queda la duda de si la Naturaleza tendra «valores» segun el sentido que nosotros les atribui mos. Si Ie planteamos la pregunta a un vecino, puede que nos conteste: es muy claro; cuando la vida tiene mente, sufre; 10 relevante es el sufri mien to. Cuanto mas alto es el grado de vida, mayor es el sufrimiento. En tre los privilegios de la vida humana se cuenta el de la preeminencia del dolor, y en muchos casos las civilizaciones se han impuesto el precepto de que, entre todas las vidas existentes, al menos una es sagrada: Ia del hombre. Nos vienen a la mente esas repugnantes eseenas bio16gicas preteritas de los tiempos prehist6ricos de los que procedemos, como se sabe. En aquel entonces, la vida no era sagrada. En aquellos tiempos, los millones de anos de dolor se sucedian sin un solo momenta de piedad, y no diga mos de misericordia. Aquel1a vida dotada geneticamente del «gusto de viviD), estaba tan condicionada que la mayor parte de ella tenia que ma tar 0 morir. Para el hombre, parcialmente emancipado de estos condicionantes, la situaci6n ha cambiado. La regIa y el escenario siguen ahi y son los mis mos, pero al margen de 131. Es 131 mismo el portador del cambio. tDe d6nde han salida sus «vaIores»? La vida infrahumana de la que escape no los conocia. Las grandes formas depredadoras -tibur6n, halcon, pan tera, lobo- no son ciegas; el vasto registro de las rocas atestigua que sa bian y saben 10 que hacen: habian adquirido mente, pero no valores. Lo «incorrecto)) es y era inconcebible para eUos, e, irremediablemente, aun menos concebible, el concepto de «correcto). Los otros seres distintos a 131, incluso los mas parecidos a el, por 10 vista adolecen de «va1ores» 0, a 10 sumo,poseen algun «valoD) ad hoc para una situacion concreta>No pac seen valores conceptuales, como los humanos, que constantemente les sirvan de consejeros en situaciones muy versatiles. iDe d6nde los saco el? iLos invent6? ,!,Hasta que extrema puede confiar en eUos? ,!,Pueden realmente fundamentarse en principio a prion? iSon hereditarios? Estan en rodaje. Se estan hacienda; la hecha par el hombre liene que corro borarlos. En el hombre se da por primera vez la cireunstancia de que un pro ducto dela evolucion perciba este proceso. Es como si se hubiera entrea bierto la puerta de la Naturaleza y 131 escudrinara por el hueeo para tener una impresion de su propia historia y un conocimiento mas renovado 50 bre sf mismo. En muchos aspectos, su mayor conocimiento ha causado decepcion y desencanto. En 131, la evoluci6n mental ha Uegado tan lejos que se ha vuelto autocritico can su vida. Advierte que, en el «gusto de vi 240
vir», se aunan par igual ma1diei6n y bendici6n. Le agobia la crueldad in trinseca a 1a economia de su propia vida, y Ie desilusiona aun mas ver que forma parte de esa providencia. Si interroga can sineeridad a su HCO razon», este no puede por menos que recusar semejante situacion. Tene mas la vieja parabola del arbol del bien y del mal y la expulsion del pa raiso. Al conocer el bien y el mal, perdio el Eden. Mirar con eonocimiento 10 que pasa en e1 mundo vivo y formar parte de e1 es hacerse compliee de esta guerra contra los ((valores». Pera las tendencias antiguas nunea rnueTen. E:l mismo es muchas veces factor de sufrimientos para los de mas. Tiene que intentar eliminar de su carga genetica algunos elemen tos infrahumanos. El molino por el que ha pasado moHa sus praduetos conservando fundamenta1mente, par eneima de todo, los intereses del «yO», y e1 es un buen producto de ese proceso. La eontradicci6n estriba en que va extrayendo lentamente de la vida la conclusion de que el a1 truismo, 1a caridad, es un deber propio de 1a vida pensante, que uno de los objetivos de la conducta consciente debe ser una vida altruista. Pero esto equivale a desaprobar los propios medios que Ie trajeron hasta aqui y que Ie mantienen. De todos estos va10res recien descubiertos, e1 altruismo es e1 mas dificil de cultivar. El «yO» ha estado mucho tiempo dedieado a si mismo. El altruismo es un egotisrno muy humano, se dice. Quiza tengamos ahi un agarradero. La Naturaleza es amoral. no inmoraL Lo repugnante abunda en ella, pero no es culpa suva. Tambien tiene cosas agradables, placenteras, obras de la evolueion que son un regocijo de a1truismo: leche para ali mentar a la cria, la devoci6n materna, nuestm amigo el perro... Pero esto no es prueba de que ella ni Ia evoluci6n sean benevolentes. Para e1 cono eimiento natural, si itimos que la ciencia natural es este conoci miento, e1 mundo natural como fenomeno se convierte en algo muy vasto en 10 que no influyen los «valores». El recurso al Designio es un ar gumento preterito y, can ello, la Natura1eza queda absuelta para bien y para mal. Mas literalmente que nunca, (<110 hay nada bueno ni malo, es el pensamiento el que 10 hace), y la Naturaleza en este sentido no es «pen sante»), si exceptuamos a1 hombre. Este y su etica estan solos, no hay nada bueno 0 malo salvo e1. Contemplar el mundo y comprobar que no hay nada que mentalmente compalt6. Sli cIiteri.:) de "hq.eno» y «malo» suscita en 131 una curiosa ::;81)$::' cion de soledad. Lafargue volvia a medianoche de contemplar las estre lIas diciendo: ((Comme nous sommes seuls portant SUI notre terre!}}l Sen tia la angustia de la inmensa lejania de las estrellas mas pr6ximas, inal eanzables. Y la cruz de su soledad «casera», en e1 propio ambito humano yen medio de sus congeneres planetarios. Pero, por raro que parezca, es ellugar asignado a la mente humana y no existe otra mente equiparable y, menos, superior. Todas las otras clases de mente son inferiores y casi insolidarias. Por 10 tanto, su pensamiento se vue1ca irremediablemente sobre si mismo y lueha a brazo partido con sus «va10res» reeien descu biertos, sin otra experiencia que la propia, su propio juicio, su propio consejo Dotado en apariencia para ser lider de la vida en el p1a 1. 'qCuan solo& estamos en la Tierra!" (N, del T.)
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neta y, 10 que es mas. mentalmente predispuesto a serlo, y sin nadie par quien guiarse. Nadie a quien plantear preguntas. No es de extranar que busque a traves de la religion un Ser Supremo que Ie resueIva sus cuitas. EI espiritu del hombre anora compania, su pensamiento medieval Ie situaba como a un ser aparte, pero jamas Ie aSigno una soledad como la que ahara Ie es tan patente. Nada fuera de el can que poder comunicar a que mueva su corazon. Fue Kant, naturalmente. quien escribio1 : c
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forma parte del plan de la Naturaleza, pero tampoco 10 mitiga. Se limita a seguir haciendo de parte culpable. no solo par omision, sino por obra. l.Cito un ejemplo? The Blinded Bird 1 So zestfully canst thou sing?
And all this indignity
With God's consent, on thee!
Blinded ere yet a-wing
By the red-hot needle thou,
I stand and wonder how
So zestfully thou canst sing!
Resenting nou such wrong,
Thy grievous pain forgot,
Eternal dark thy lot,
Groping thy whole life long
After that stab of fire;
Enjailed in pitiless wire;
Resenting not such wrong! 2
Aqui la supervivencia de 10 infrahumano es alm mas horrible, porque es producto de una inteligencia de grado humano. El altruismo debe aumentaL No basta con que el hombre deplore. Es necesaria una caridad positiva, la repulsa pasiva no basta. Es necesario un desarrollo espiritual que desemboque en un yo de mas calidad, yeso requiere que 10 biologico de un paso extra y hasta peligrosamente anti natural. EllIgusto de vivirn, equilibrio de la sacralidad del yo, su punto de apoyo, corre un riesgo frente al altruismo. El yo es la bisagra biologica del individuo; equivale a compartir los sufrimientos de los demas como los suyos propios. Cuando sentimos dolor, este dolor es nuestra concien cia. El «yO» adquiere un magnifiCO don -algunos 10 califican de divino cuando, al percibir el sufrimiento ajeno, reacciona como si fuera propio. Es un don casi exclusivamente humano que confiere a la vida humana un lugar privilegiadoelevandola a 'un"'plano superior. Es un logronc compartido por la humanidad equitativamente. Ha habido pIanos de comportamiento humano a los que ha llegado el hombre «sin pensar, por exuberancia vital y placer, mientras la vida Ie someia)). Es una actitud que demuestra despreocupacion por la desgracia ajena y que esta muy por debajo del plano propiamente humano. Es notorio su contraste con esta otra: 1. Thomas Hardy. Moments of Vision, Macmillan. Nueva York. 2. El pajaro c1ego. "l.Cantas con tanta fruicl6n I ante toda esta indtgnidad I que te aflige por consentimiento divino I ciego ya antes de volar I POI la aguja al rojo vivo I te mira y me pregunto I l.c6mo cantas con tanta fruici6n? II Insensible a tal injusticia I olvidas tu amargo dolor I siendo la eterna oscuridad tu suerte I a tientas toda tu Vida I por ese pufial de fuego I presa en cruales alambres I Insensible a tanta injusticia.» (N. del T.)
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mayor altruismo. La altruista que se observa entre la gente es reducida par ahara, pero, en comparacion can las eras geologicas, nues tra civilizacion es joven. en el pasado, la union entre las familias cam biolos modos de vida en el planeta, Luna mayor union de las vidas indi viduales no implicara una mayor transformacion propicie el auge de una vida apenas para nuestra
({None can usurp this height' returned the Shade But those to whom the mLgeries of the world Are miseries, and will not let them restill.
El altruismo como pasion; este el producto mas noble de la Naturaleza, 1a mayor contribucion del hombre a 1a Vida. A primera vista este altruismo choca a los biologos por ser contrario a la amplia tendencia y constitucion de la vida, aunque no deja de ser cu rioso, tratandose de algo que, en definitiva, es producto de la evolucion, y nada mejor que ella demuestra que el Hombre en la Naturaleza em pieza a tener condencia propia. Pero 1a biologia exclama: <<jEl individuo para sf mismo/l! ~Cua1es son los mejores ejemplares individuales de la vida? Los multicelulares. <-Que es 10 que ha intervenido en su genesis? El propio organismo multicelular, variante del perenne antagonismo en tre celula y celula; en lugar del sempiterno antagonismo, optando por la relacion para el enlace celular cooperativo. EI organismo multicelular re presento un cambio, y el conflicto entre las celulas se convirtio en armo nia entre elIas. Ahora sabemos que su resultado represento un gran avance para el futuro de la vida en la tierra. Fue el antecedente del ac tual exito de las formas vivas que pueblan el planeta, y 10 primero impli cito en el fue el surgimiento de una mente reconocible. Desde luego, es mas que una simple analogia equiparar aquel modesto principio de vida multicelular de hace millones de arios con la tenue aparicion actual de altruismo. La:evolucion siempre ha representado, en la reladon entre 10 corporal y 10 mental, algo mas que una simple analogia. Es el altruismo como pasion. Cabe pensar que, en los tiempos actuales, representa el ce nit de 10 mental, aunque conviene seiialar que no es algo esencialmente raciona!, sino muchas veces algo mas proximo a-la emocion que al inte lecto. Forma parte, si prefieren, del sentimiento y eleva el sentimiento a tal altura que el intelecto queda relegado al Simple rango de instru mento. E1altruismo genera una emocion razonada, puede conquistar el mundo y para ella la razon intervendra necesariamente en su calidad de instrumento. EI altruismo constituye un futuro para la humanidad, en el queJa,muj~r esta Hamada a desempeJla! una funcion mas relevante que e1 hombre~ Y puede que, al decir esto, nos venga a los labios un tanto perversamente el simi! del cerebro de pajaro con cortex humano, una mente de pajaro con inteligencia humana, pero no olvidemos que la mente de pajaro no es una evolucion mas reciente que la nuestra. Contemplando la Naturaleza grosso modo, vemos que el altruismo tiene en ella escasa cabida. l..Son altruismo la muchedumbre y el re bano? En cualquier caso, si alga hay que nos ensena nuestra civilizacion es que el altruismo crece. Quizas el maximo producto de masas de nues tra sociedad civilizada sea 1a «paz!) humana, tal cual es, con su limita ci6n. La paz, aunque no es altruismo puro, es una mejor oportunidad de 1. J. Keats. [«Nadie puede adueiiarse de esta altura, respondio la Sombra I sino aqueno's para quienes las desgracias del mundo I son desgracias y no les dan reposo." (N. T.)]
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Ah Love! could thou and I with Fate conspire To grasp this sorry Scheme of Things entire Would not we shatter it to bits -an then Re-mould it nearer to the Heart's Ut~"'IH:J!
"I
Insurreccion espiritual. En su propio planeta, 131, su propio producto, se alza en rebeldia contra los procesos que Ie han entronizado. La mente se despabila, acuciada par su propio agobio. El altruismo en demes. Es uno de los grandes enigmas que abruman al hombre. Nuestro en torno, en 10 que conocemos, se nos muestra como un campo de de un extrema a otro. Nuestro mundo esta en evolucion y sigue un devenir nada pacifico. Por todos lados obstaculos y sorpresas. Entra en lid con metodos muchas veces atroces para el criterio human~, y una de estas batallas se libra entre el Hombre y la Naturaleza: el hombre esta en con flicto con la naturaleza. No hay necesidad de citar los otros dos grandes conflictos: el hombre contra el hombre y el hombre contra S1 mismo. Nuestro discurso es la Naturaleza y el hombre como parte de ella. Como parte de la Naturaleza, el hombre esta profundamente impli cado en un conflicto con el resto de los seres. Personalmente, 10 consi dero un tema que en nada desmerece en epica y lirismo el de los otros dos. El hombre, rigiendo la evolucion y la situacion que 191 mismo crea, ve que su conocimiento entra en conflicto con su etica. Quiza la Naturaleza carezca de en cuyo caso el proceso sera en parte frustracion. EI hombre es un critico severo de este proceso creativo, se esta convir tiendo en un critico severo de su propio ((gusto de viviD), perc una vida sin «gusto de vivir» esta sin duda condenada a la extindon. Su sentido critico replica, sin embargo, que, aunque el «YO» sea la fuerza impulsora de la'vida,~e5''Pleciso que e1 yo humano sLiblime su obtusa obsesion por su propia existencia a1 servicio p1acentero de un «yo comun)). EI altruismo se enfrenta al «ansia de vivin! ancestral, 10 cual genera una antinomia en la vida humana. Entre el hombre y e1 resto de la vida ha surgido otra diferencia. En e1 planeta, 191 es la unica vida cri tica para can la vida. Su a1truismo Ie enfrenta al viejo «impulso vitali), es una antinomia que Ie aparta de todas las demas vidas que conoce. La contradiccion estriba en que, en su caso, el «gusto de viviIH pone ahora «condiciones)) antes de a5umir la vida. Se Ie ocurre un nuevo orden para el planeta. Actualmente, es un 1ugar 1. ''iO h Amor!, si pudieramos tu Yyo conjurar con el Destino Esquema de las Cosas I Lno 10 hariamos trizas y luego /10 seo de nuestro corazon?» (N. del T.)
agarrar todo este triste mas acorde con el de
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de propositos cruzados. La fantasia humana ha creado todas las utopias imaginables, las religiones han prometido toda clase de paraisos, pero despues de la muerte. La cienda, con la vista al frente, ha esbozado un templo de Salomon en una nueva Atlimtida. Joseph Priestley, escritor protestatario de su apoca, predecia 1, veinte anos antes de la Revolucion sa, un futuro «glorioso y paradisiaco inconcebible» de la mano de la Ciencia. «Dominaremos mejor la Naturaleza, can sus productos y sus leyes; los hombres lograran que su lugar bajo el sol sea mucho mas facil y comodo; probablemente conseguiran prolongar su existencia y cada dia seran mas dichosos.» La prediccion era correcta, salvo en su conclu sion, que actualmente nos suena como una inconsecuencia. Priestley, en su entusiasmo, pensaba que el aumento de conocimientos se traduciria en una supremacia de «los valores)). Asi podria haber sido, pero no 10 fue. En todo esto, el hombre no puede esperar ayuda de ninguna mente del Planeta, salvo de la suya. Tiene que comprender que, si nacio para diri gir, debe apechar con la responsabilidad y dirigir con criterio propio. El es el unico arbitro de los «valores)). iEs «el dueno de su destino))! Pero mu chas veces mas bien debe parecerle que es un simple detalle tragico en media de una diversidad que sigue su camino sin apenas hacerle caso. Un elemento solitario en medio de una construecion con millones de ele mentos, de cuya motivaeion exaeta, si es que tiene alguna, 10 unieo que sabe es que es ajena a la suya y a aI mismo tambiEm Ie es ajena. ..:,Dueno de su destino? A su alrededor, ingentes oceanos de energia en los que su propia energia es, en eomparacion, una gota que resbala por el eris~al de la ventana. Pero posee una mente y la mente, conocimiento. La ciencia, en cuanto conocimiento de la energia, Ie ayuda, y, recordando que en ciencia no existen los tarminos «sufrimiento)), ni «bueno)) ni ({malo)), Uene que ase gurar su programa vinculando a la ciencia su propio antropocentrismo. Suponiendo que, en el ambito del planeta, pueda demostrar que es dueno de su destino, Lcual es este programa? Hemos visto 10 que profetizaba Joseph Priestley hace 180 anos. LQue previsiones hariamos ahora en base a la cienda aplicada que domina mos? «El gran despilfano de riqueza natural por 1a competencia entre multitudes de especies indiferentes a las necesidades humanas t;iene que 0eSCiI si el hombre sabe aplicar sus conocimientos c!entifitos a un proyecto bien planificado para eliminar las especies que compiten con aI, conservando unicamente las que, directa 0 indirectamente, Ie sir ven de alimento, abrigo, adorno y placern 2 • Los medias serian: «Primero, el modo de controlar los factores fisicos que limitan la supervivencia y la calidad de especies utiles a las necesidades humanas. Segundo, el modo de destruir las especies competitivas que no son utHes a sus nece sidades. Tercero, el modo de preservar las utHes mediante una seleccion de las variedades adecuadas»3. La eliminacion selectiva de es pecies puede llevarse a cabo por diversos metodos, y, entre ellos, los mas 1. Essay upon Principles o[ Government. 1768. [OI the Citizen, 1938, pag. 965.
2. L. Hogben. Science 3. Ibid.
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importantes son la regulacion del entoIno fisico, la segregacion, el enve nenamiento Y el hiperparasitismo 1 • Vemos que la naturaleza, antecedente del hombre, junto con el mayor conocimiento de se ha alejado de Sabunde 2 para aproximarse a Hume, y que el tono del hombre se ha hecho mas que nunca el de un con quistador que domina la Tierra. Es su planeta, y un epigrafe de su pro grama es cuidarlo. No por una razon medieval de don divino, sino por el derecho de su desarrollo mental. Tambien vemos que sus intereses son los unicos que cuentan. La otra vida se premia 0 se castiga, no por ella misma, sino porque afecta al hombre. Hay quien sostiene que es una vida aparte y superior al testo; 10 mismo que durante el cristianismo me dieval 0 en tiempos de FerneI. s1 bien con unos fundamentos muy distin tos. Parece que el «gusto de viviD) de las vidas distintas a la suya no con mueve a1 hombre. El planeta es el planeta del hombre, y hay que eliminar la vida que Ie impida ser el planeta del hombre. EI programa del hombre es un planeta para una sola vida, la suya y las vidas satelites provechosas para ella. Este parece ser actualmente el criterio de los ((va lores» en la actual situacion humana. En el mundo de las unidades, su magnitud es un factor decisivo. Re sulta que el hombre, entre todas las miriadas de vidas, tiene una imagen imperfecta pero coherente, de una gran diversidad de actividades. El es pacio insondable, que rodea y aisla el planeta, potencia por sl solo la her mandad del hombre con el hombre. Solo en esta hermandad humana se hace caso de y se comparten los «valoresn. Su evolucion Ie ha configu rado como animal social. Un hombre totalmente solitariO, dijo Arist6te les, es un dios 0 una bestia. Saber que es una vida en evolucion porta dora de «valores)), dota a su sistema social de finalidad. La mente del projimo es la unica mente que la suya comprende y comparte de lleno. El mejor amigo del hombre es el hombre. Hay una parte de la Naturaleza a 1a que el hombre accede directa mente. La reconoce bien por la pugna que Heva contra ella: el mismo. En el camino que ha reconido y en su superacion de 10 amoral de donde pro cede, se ve codo a codo con 10 que, en la ultima fase de su evolucion, se considera «bueno)) y «malo»). La Naturaleza, proceso sin mente, al pare cer. mezcla consecuendas buenas y malas, y el hombre es uno de estos productos Inlxtos;Parte de 10 despreciable que en €II se observa es culpa suya, sobre todo en 10 que respecta a sus semejantes. Tambie!ll parte de 10 bueno parece haber surgido de al. Tiene que confiar en sus «valores». l.Cree en eUos al punto de que Ie sirvan de parametro del mundo? Si es asi, dispone de un criterio para el mundo. La salida y 1a puesta del sol son hermosas si a un nino Ie parecen hermosas. iNo creera que la mala ria es algo malo que hay que erradicar? LNo apreciara el ruisenor Yellu cero del alba gracias a estos «va10res»? La Naturaleza dio paso en la evolucion a 10 uacertado», y e1 hombre se considera uno de estos adertos. Hace medio millon de anos se dedicaba a tallar e1 silex al aire libre para fabricarse un arma, quiza para aeabar 1. Ibid., pag. 967. 2. Vease supra. cap. 228. pag 228.
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con un enemigo a la entrada de su cueva, 0 para hacerse matar; par 10 Vista, sintia la belleza del hacha de mano artesana y elaboraba hachas 0 rascadores para uso no estrictamente personal, sino para sus semejan tes, un grupo reducido cuyos se encargaban de reducir la muerte. Ahora, anos despues, su estirpe asciende a miles de millones, y sus ciudades cubren la tierra. Es capaz de trasladarse en avion de un he misferio a otro en horas, en un segundo su voz da la vuelta a1 mundo, y ya suena con romper ese abismo de silencio interp1anetario. Empieza a pensar en unidades de mayor magnitud, de fracciones mas minuscu1as y de gran precision. Debido a los cambios que Ie han modificado, 1a men talidad terrestre actual concede mas importancia a la belleza y m~s campo a1 altruismo. Se han sucedido diversas formas de vida que han dominado e1 p1aneta en una epoca determinada; cada uno tuvo su momento. EI registro fasU nos descubre los amonites del oceano ancestral que fiorecieron, prolife raron y luego desaparecieron. Hoy, son fasiles. Los grandes saurios que, en su momento. dominaron 1a tierra medrando en las llanuras fluviales -torres prodigiosas en fuerza y tamano- tambien tuvieron su momento, y su reinado fue largo. pero desaparecieron. Hoy Ie toca a1 hombre. Una forma simple y, no obstante, 1a vida dominante; es a1go tan evidente que basta echar un vistazo para darse cuenta. ~Que significado tiene? LEs e1 hombre un experimento mas que 1a Naturaleza luego desecha? Quizas. ~El tiempo ha traido a1 hombre para llevarse10 despues? LO e1 signifi cado es otIO? LQuizas e1 hombre va a permanecer? Nada permaneci6. Todo 10 demas tuvo su momentoy fue reemplazado. Hubo ya conatos de ocaso en el horizonte humano, pero, en su caso, existe un factor nuevo, 0 a1 menos uno muy relevante: 1a mente. Pero el curso de 1a Natura1eza -y el de la historia del p1aneta- revela una ley de remota antigiiedad. e1 cambio, e1 cambio progresivo. Una ley mas antigua que 1a propia vida. Una opcion seda transgredir 1a ley, si pudieran transgredirse las leyes de la Naturaleza. The old order changeth, yielding place to new And God fulfils Himself in many ways Lest one good custom should corrupt tbe wprld. 1
Las grandes religiones, portadoras de altruismo, son prueba de una nueva tendencia. E1 hombre debe dirigir 0 desaparecer. Esta para diri gir, pero el Uderazgo no consiste en tratar como presas a los seres que en tran en competencia con 131. El hombre es ante todo un dirigente encar gada de 1a supervivencia de los «valares» que se Ie han confiado. Con estos ((valores», elliderazgo tiene que ser una especie de companerismo, y la piedra de toque del companerismo es el altruismo. El companerismo cultiva igualitariamente los (YOS», observa igua1 respeto por los va10res e iguaies derechos ante los va10res. Obliga al hombre a ser cuidadoso con sigo mismo para no danar al pr6jimo. El altruismo es la base del esfuerzo 1. «EI viejo orden cambie dando paso al nuevo! y Dios S6 manifesto en diversas for mas! no sea que una buena costumbre corrompa al mundo». (N. del T.)
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colectivo que 11a de informar modos de vida con finalidades mas nobles. Los hombres tienen mucho que hacer en comun. Una nueva forma del ((gusto de viviD) instrumentada por el conocimiento. El hombre sabe que esta cambiando, cambiando quiera 0 no. Aunque responda a una tipologia comun, sigue siendo un individuo unico, muy distinto a cualquier otro que haya existido desde e1 alba de Ie vida. El mundo inorganico es posiblemente un simple conjunto de tipos, per a e1 mundo organico es un oceano de individuos. Todo ser vivo es distinto a su progenitor, 10 cual quiza da mas relieve a Ia suprema crueldad de la muerte. El nuevo individuo cumple la ley vital de obedecer al cambio. El indi viduo, en la Biologia actual, se vislumbra mas grande que nunca. LSe da ban plenamente cuenta de 10 que hadan Ray, Linneo y Cuvier, con enu merar la variedad de Ia vida? Su inventario taxon6mico de las especies no apuntaba hacia Ia variedad; con 131 se iniciaba un nuevo orden de Ia variedad. La Medicina nunca pudo difuminar 10 individual en la tipolo gia; su problema siempre fue enfrentarse al individuo. De ahi la pru dente definicion del «temperamentol) de la Medicina antigua. Aristate les, contrariamente a Platon, sabia que 10 importante es el individuo concreto; e1 individuo es 1a aproximacian a la realidad. Reconocemos al ~.ndividuo actual como un mosaico de genes. Por sus enlaces y fracciona mientos. Ia permutacian de los complejos geneticos siembra el mundo de variabilidad individual que e1 sene amoroso de Ia Naturaleza se en carga de desarrollar aun mas. Nuestro viejo amigo, como podemcs llamar1e va, Jean Fernel, escribia en e1 siglo XVII: Los principios de nuestro ser son, por consiguiente, de gran importancia para nosotros; los que nacen can salud son muy afortunados. Por ella, seria excelente para nuestra raze que solo los que estim sanos se dedicasen a engendrar ninos. Si e1 marido sabe que. para sembrar la tierra, hay que escoger la mejor semilla, por haber comprobado por la experiencia que de una semilla mala sale una mala co secha, can mucho mayor rigor deberiamos practicarl0 en la propagacion de la es pecie.
Actualmente, conte.m:plartdo 81 cambia dentro denosotros mismos. advertimos que nuestro ser tiene una oportunidad. HEl conocimiento y e1 dominio que el hombre tiene sabre su cuerpo es igual al que hace un si glo se tenia sobre 1a naturaleza inanimada»2, dice e1 profesor Ralph Ge rard. Orientar Ia variedad individual serviria para mejorar el mundo, si el supiera que es 10 mejor. La vida p1anificada par el hombre tiene que ser una «vida mejor». Si consideramos la historia que nos precede, e1 planeta que, al ser ciego, nunca tuvo una finalidad, ahora ha elegido una finalidad y -ipara colmo del antropocentrismo!- valiendose del hombre. En e1 Dialogo de 1. Medicina, Paris, 1554. Pethol.. !ibm I, cap. 11. En la Anatomy of Melancholy de Burton del sig10 siguiente, se comenta este parrafo. 2. "SCience)}, vol. 58, pag. 367.
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Hume, Philo hablaba con acritud de la Naturaleza reprochimdole ser «un principio vivificador que produce innumerab1es retonos para e1 sufri miento)). Hablaba con acritud de su ceguera, pero 131 mismo era un pro ducto de esa Naturaleza, y una parte de la Naturaleza que, a1 menos, em pezaba a comprenderse a si misma. . Quiza la Naturaleza, tan agriamente vituperada, contestara: «Tu y los tuyos antes me considerabais racional; deciais que tenia una prevision y un proposito; afirmabais que tenia un plan en mi creacion, veiais en mi una superinteligencia con designio. Ahora que os habeis decepcionado, pareceis tener empeno en decir que no muestro inteligencia en donde de ciais que la mostraba; donde mostraba designio ahora no veis ninguno. Y vosotros Lque? Que yo imitase Ia inteligencia es obra vuestra. Imitar la in teligencia como yo 10 hice, requeria inteligencia para interpretar mis actos pseudologicos. Si hubiera sido caos, lode que os habria tenido utilidad para la supervivencia? y, entonces, no habriais tenido inteligencia. La in teligencia es vuestra porque os ayudo a entender 10 que erroneamente creiais que yo era. Eso justificaba que la tuvierais y, par eso, Ia teneis. Fue mi pseudointeligencia 10 que agudizo vuestro intelecto.·Pensabais que era racional y tenia "fuerzas" y "causas" y "finalidades" ytodo eso, yadqui risteis el don de la razon, un medio para interpretar 10 que parecia razon. jY ahora la inteligencia que habeis conseguido de este modo parece vilipen diar a su autentico dueno! Al menos, deberiais darme las gracias por ser "ley". Eso fue 10 que os hizo y os dio "mente".)) Y podria continuar diciendo: «Porque debeis recordar que, habiendo adquirido vuestra capacidad de razon, ahora est,iis en realidad compi tiendo con una capacidad de razon y con un mero simulacro de razon. Teneis que afrontar esta nueva situacion, porque debeis ocuparos de vuestros semejantes. Tampoco o]videis que esto no va a quedar asi -en esta modesta razon que teneis-, porque una dosis mayor de ella tiene utilidad de supervivencia. Ahora, como especie, teneis una buena opor tunidad en base a vuestra inteligencia, apenas hace un millon de anos que estabais tallando pedernales. »Pensabais que era moral, ahara ya sabeis que soy amoral. loComo voy a tener moral, si soy, como decis, necesidad ciega, puro mecanismo? No obstante, en e1 curso del tiempa o.s produje a vesotros que seis morales. Sf, sois el unico ser moral en vuestro mundo y, en consecuencia, el unico inmoraL »Pensabais que la Naturaleza era inteligente, incluso sabia. Ahora sa beis que carece de razon. ~Come va a tener razon 0. finalidad, si es puro mecanismo? No obstante, en el transcurso del tiempo, os hizo a vosotros que disponeis de la razon. Si pensais un poco, podeis entenderlo can vuestra razon; vosotros, el unico ser radonal ~n vuestro mundo y, por 10 tanto, el unico irracional. "Sois mis hijos. No espereis que os quiera. ~Como puedo quereros, si soy dega necesidad? No puedo querer ni odiar. Pero, ahora que os he creado, no olvideis que formais un mundo propio, un mundo que, en vir tud de vosotros, conoce el amor y el odio, la razon y la locura, 10 moral y 10 inmoral, el bien y el mal. A vosotros corresponde amar 10 que corres panda amar. Es decir los unos a los otros. 250
»Pcnsad tambien que quizas, al conocerme, 10 unico que haceis es co nOCf'1 el instrumento de una FinaUdad,la herramienta de una Mano de maslado grande para que vuestra vista pueda columbrar. Intentad, pues, que vuestra vision aumente.)) ~Es quiz8S una interpretacion excesivamente sombria del mundo na tural? Si acaso, un «informe provisionab. A todos nos atane interpretar e1 mundo. Nos movemos por 131, muchos nos mostramos contentos y todos estamos contentos algunas veces. Solemos considerar el conocimiento natural como algo alegre, pero esta claro que tambiem es triste. La Natu raleza es como una musica que escuchan dos amigos: a ambos les con mueve, pero con arreglo a distinto proceso mentaL Una de las satisfacciones de la tarea que tiene por objetivo entender Ia Naturaleza, as la de que, conforme progresa, sus verdades son verifica bles. La verdad es un «valo!>" y por 10 tanto su busqueda es, en cierta me dida, su propia satisfaccion. Nos queda la leccion de que nuestro. caudal de conocimientos es de naturaleza asintotica y, cuanto mas se aproxima a la meta, mas se a1eja esta. Por 10 tanto, la satisfaccion sera eterna. En el Dialogo de Hume, se plantea Ia pregunta de si el dolor del mundo no. queda compensado por la alegria, a 10 que Thomas Hardy respo.ndio: «Sin duda Dios pondra pronto fin allamentable espectacul0 humano)). Pere era una imploracion precipitada. Una de las cosas que discernimos a proposito de la Naturaleza. factor intrinseco de este discurso, elemento indiseciable de nuestra situacion, es su armonia. Ahora que ha sido exorcizado 10 magico, podemos ver la homogeneidad de su armonia. Donde veiamos tragedia, comedia 0 tragicomedia, ha quedado. estable cida su propia armonia. Es muy positivo que hayamos adquirido este co nocimiento, que hayamos tenido nosotros la o.pcion de aprehenderlo, que podamos seguirIo, ohIo, identificarlo, remontarnos a sus origenes par parciales que sean, y hasta pronosticarlo. En esto somos unes privi legiados. Por 10 que sabemos, es un don exclusivamente nuestro, es e1 don humano. Esta es la compensacion de que habla C1eantes a proposito del doler. Es el don primigenio y ancestral del conocimiento, que ahora sabemas no. es tan primigenioi sino oC'.si de ayer, y. en consecuencia, can promesa de futuro. Hemos descubierto que estamos hechos de un modo que nuestro mundo, que es nuestra experiencia y un solo mundo, es un mundo diurno, un mundo de observaci6n de intro.speccion. Este mundo, con sus abrumadores contenido y extension, es dificil de catalegar, pero es precisamente a nosotros a quienes compete comprenderlo, y con co herente armonia. Ademas, nos revela los «va10res»: Verdad, Caridad, Be Heza. Son sin duda compensaciones bastante importantes. iNo ha de aumentar su cempensacion? La caridad aumentara, la verdad aumenta y tambien la belleza. La musica, conforme se agudiza el oido, abarca 10 que antes era disonancia. La mente, que comenzo siendo una cosa, ha llegado a ser -como tantas veces ha sucedido en la evolucion- otra. Aun que la mente estuviera destinada a desaparecer en el cataclismo de la Naturaleza, y con ella la mente humana, el hombre habria tenido su compensacion por el simple hecho de haber entendido un mundo cohe
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rente del que el farma parte, por haber escuchado un momento una ar monia en la que el es una nota Una ultima palabra. I-Y la religion natural? Lo que hemos expuesto tal vez defina una situacion, pero I-ofrece una religion? Veamos las grandes religiones. Mueven a los pueblos, han movido y transfigurado mUltitu des, estan arraigadas en la fe de los pueblos. Organizan sectas piadosas y fundan ordenes. La religion natural no ha hecho nada de esto, ni 10 y se diria que no muestra deseo alguno de hacerlo. Su ideologia parece carente de atractivo comparada con las otras religiones. La reli gion tiene una emocion transmisible. LQue religion no nos mueve? LEs una autentica religion? EI espiritu, de la besUa 0 del hombre, no llega a realizarse si carece de emocion. LPodria un pajaro construir su nido sin emocion? Pero la religion natural Uene convicciones, por 10 tanto debe tener emocion. Sus convicciones crean los ({valoresll, y los «valores» causan emocion. Uno de los «valoresl) es 1a Belleza, conoce tambien e1 senti miento de la iracion, y, ahora que la Natura1eza esta libre de la falsa iracion por 10 magico, es la iracion autentica, la iracion de la ley natural de nuestra experiencia universal infrangible. La ley que ha generado en nosotros capacidad de raciocinio, las leyes de Newton so bre la gravitacion y las de la composicion de la luz, unifieadoras de nues tro universo. Hemos visto que la ciencia natural se despoja del antropocentrismo y ha impugnado la astrologia y la magia, que eran antropocentricas, pera falsas. En tiempos pasados, las preguntas que planteaba a 1a Naturaleza se hacian sobre la pauta del IlporqUElll; por eso, las respuestas solo eran antropocentrieas. Hoy interroga ala Naturaleza con el «como» y, en con secuencia, las respuestas superan la simple metatora humana. Despues de todo, e1 hombre es el gran «objeto afectivoll del hombre, y 10 humano suele ser el motivo mas poderoso de atraeeion emotiva para la humanidad. Los aetos humanos, los sentimientos humanos, las espe ranzas humanas y los temares mueven al hombre como no es capaz de hacerlolo no humano. Las grandes religiones, cedi€:ndo al'antropocen trismo, personalizan 1a Deidad, pero esta fuente de fuerza emocional que es la religion natural, no 10 hace parque ella sublima la deidad personali zada en una deidad impersonaL En ciE1rto sentido, se aproxima al 68.0<; aristotelico. Sin emocion no podria sonar las tareas que suena. itido que pase sin templos y ritos, pero, sin pasion, seria desdecir las empresas que se propone. La Verdad y la Belleza son sus pilares. Obtiene con esfuerzo im probo 1a verdad sobre 1a Naturaleza, 1a Naturaleza que para ella incluye una faceta del hombre. Su curiosidad par conocer la verdad no es mera adoracion de 1a Razon. La racionalidad es su esclava, porque la racionali dad no es un «valor», sino un instrumento para pensar. La finalidad, el impulso capaz de utilizar la razon, es el autentico «va lor»; y su proposito, conocer los «secretos de 1a Naturaleza», segun 1a an tigua expresion. «Si pudiera consumir la eternidad en un paraiso de va 252
riada hermosura, no creo que mi felicidad sufriera menoscabo si no se me revelara el ultimo secreto del universo»l. Esto significa que compren der la Naturaleza no es una premisa en la argumentacion de 1a belleza de la Naturaleza, y que esta emocion de comprender es distinta a la de la propia Belleza. A ella se une la condicion de que, para satisfacer 10 que se ha logrado, 10 que se ha aprendido, debe ser para ella «verdad». Es una caracteristica de esta pasion. Es una curiosidad I(sagrada», aunque, par 10 que pareee, no de igual sacralidad para todas las mentes. «No es taria tranquilo con una verdad si estuviera obligado a considerarla horri ble»2. Esta afirmacion avala por si sola la emoci6n que implica la bus queda de la verdad. El conocimiento natural no esta privado de emocion, simplemente se ha delimitado un nuevo campo de emociones, impulsado por yen aras de uno de sus
1. W. MacNeile Dixon. The Human Siwation, 1937. pag. 14. 2. F.H. Bradley, Appearance and Reality.