Francisca Tomar Romero
Hombre, Naturaleza y cultura La palabra "naturaleza" tiene dos significados fundamentales: En primer lugar, podemos entender la Naturaleza como el conjunto, orden y disposición de la realidad material existente, entendida como un sistema dotado de leyes propias al margen de la intervención humana. En este sentido, la Naturaleza está formada por el conjunto de todos los seres no artificiales que existen en el universo; y es cosmos (y no caos), en cuanto es un conjunto ordenado y regulado por leyes (físicas, químicas, biológicas...). En segundo lugar, el término naturaleza también designa la esencia o modo de ser que determina específicamente a un ser; el conjunto de caracteres particulares o propiedades que le definen. En este segundo sentido, cada individuo posee una naturaleza o esencia que se corresponde con su modo de ser específico. El hombre es un ser vivo y, como tal, forma parte de la Naturaleza. El hombre es un ser natural, cuya naturaleza específica consiste en la racionalidad, en poseer una inteligencia y una voluntad libre. Dicha naturaleza humana es universal y lo coloca en una situación privilegiada ya que, a diferencia del resto de los seres naturales, su comportamiento no está determinado por los instintos y necesidades naturales sino que, gracias a su voluntad libre, incluso puede obrar en oposición a los mismos (sacrificio de la propia vida, huelga de hambre...). No obstante, en el hombre no existe oposición entre naturaleza y libertad, ya que la libertad pertenece a su naturaleza. Ya desde sus orígenes, el hombre siempre ha intentado conocer la Naturaleza, ya que de ello dependía su propia supervivencia. Gracias a su inteligencia, el hombre ha sabido adaptar la realidad a sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza y perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas. En este sentido, el conocimiento del marco natural, así como su transformación y aprovechamiento motivó e impulsó el conocimiento científico y la técnica. El hombre es el único ser que posee cultura: la cultura manifiesta e identifica al hombre, pues no es algo "sobreañadido" a la condición humana, sino consecuencia de su inteligencia y libertad. Ningún otro animal posee historia o es capaz de cambiar la naturaleza y adecuarla a sus necesidades. La cultura, en sus muy diferentes manifestaciones, expresa el ejercicio libre de la inteligencia humana, al mismo tiempo que refleja la identidad de una sociedad determinada: Originariamente, el término "cultura" significaba el "cultivo del espíritu", es decir, el cuidado y perfeccionamiento de las aptitudes propiamente humanas más allá del mero estado natural. En los siglos XVII y XVIII se amplió este significado y también pasó a designar aquello que el hombre añade a la naturaleza, ya sea en sí mismo o en otros objetos. Así pues, la cultura es el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de ejercitar las facultades intelectuales del hombre; y se identifica con el conjunto de modos de vida, costumbres, conocimientos y desarrollo artístico, científico y técnico de una determinada época, lugar o grupo social. La cultura abarca todo lo que, en una sociedad determinada, es adquirido, aprendido y transmitido: la cultura va acumulando conocimientos en el transcurso de las generaciones y 1
comprende conocimientos, ideas, creencias, usos, costumbres, valores y esquemas de comportamiento o normas de conducta. Los progresos culturales se acumulan y transmiten de generación en generación. Entre la naturaleza biológica y el ser cultural del hombre descubrimos su libertad: Biológicamente situado en la universalidad de la especie humana, cada hombre posee una singularidad genética. En los genes no existe ninguna indicación o valor moral, y tampoco condicionan absolutamente nuestra libertad. Por otra parte, la vida del hombre se desarrolla en contextos culturales que son relativos. Junto con su herencia biológica, todo hombre recibe una herencia cultural que es relativa, pues depende de su contexto geográfico, histórico y social. Como toda actividad práctica humana, la cultura es plural, varía con las épocas y se acomoda a las necesidades del momento histórico y a las condiciones de vida de cada lugar. En este sentido, las normas sociales y legales son convencionales. La diversidad cultural es una realidad, pero no debemos confundir ese relativismo cultural con un relativismo moral.
2