Atlantida 4d6k1p

Daniel Medvedov

ATLÁNTIDA Tal vez no lo sepas. . .

♥<3░

Madrid 2014

Tal vez no lo sepas, pero cada vez que nace un niño, entra en el mundo un sobreviviente de la Atlántida. La Atlántida es la placenta, una criatura distinta del niño, y de la madre. Ni siquiera los médicos están conscientes de este hecho extraordinario: que la placenta es una criatura que vive nueve meses. En el griego clásico “placenta” es “aklothon”. La placenta se llama así por un término en latín que significa “torta plana” y ello se refiere a su aspecto y apariencia en los humanos. Se le considera un órgano “efímero”, lo que es una injusticia, pues su período vital es de nueve meses. La placenta está presente en los mamíferos placentarios y relaciona como una suerte de puente existencial - al bebé con su madre: satisface las necesidades de respiración, de nutrición, de excreción del feto durante su desarrollo y por último, de expulsión del feto.

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La placenta es el óvulo y se desarrolla de las mismas células provenientes del espermatozoide y el óvulo que permiten el desarrollo del embrión y luego del feto. Tiene dos componentes, una porción fetal, llamada “corion frondoso” y una porción materna o “decidua basal”. La Placenta no ha evolucionado, pero se pretende que sí, supuestamente a partir del tejido que cubría el interior del cascarón de los huevos de aves y de reptiles, lo que permite obtener oxígeno, aún estando aislados del exterior.

La placenta humana es de tipo hemocorial o discoidal -, lo que significa que el tejido fetal penetra el endometrio y está en o con la sangre materna. Se le ha considerado a la placenta como una barrera para las sustancias nocivas pero la placenta 3

no es sólo eso: ella es un cedazo, un cernedor, una criba, una zaranda, un tamiz a través del cual se maneja el transporte de sustancias, tanto de las provechosas, como de las indeseables para el feto. La membrana placentaria que separa la circulación materna y fetal está compuesta por cuatro capas y después de 20 semanas, se reduce a tres. La placenta humana es una criatura, no un órgano de relación estrecha entre el feto y su madre. Comienza a formarse en la segunda semana del embarazo, crece hasta el tercer o cuarto mes, cuando ya está totalmente formada y diferenciada, y sufre algunos cambios menores hasta el fin del embarazo. La implantación es el primer estadio en el desarrollo de la placenta. El cigoto, en estado de blastocito, se adosa [o se pega] a la capa funcional del útero - el endometrio, que para entonces ha sufrido modificaciones 4

histológicas [de tejidos] a causa de los cambios hormonales del embarazo. La progesterona favorece que las glándulas del endometrio se vuelvan voluminosas y se llenen de secreciones de glucógeno, las células del estroma uterino crecen y las arterias llegan a ser tortuosas y amplias en sus extensiones. La placenta juega el papel de «pulmón fetal», aunque es menos eficaz que los pulmones. Desde la placenta, la sangre alcanza al feto a través de la vena umbilical, y llega al sistema cava inferior fetal, en una circulación que se parece a la circulación menor de un adulto. La barrera placentaria está compuesta por estructuras que separan la sangre materna de la sangre fetal.

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El cordón umbilical se forma entre la cuarta y la octava semana de la gestación, cuando se unen el amnios—que recubre la cavidad amniótica—y la capa de ectodermo que rodea al embrión, formando así un anillo umbilical que se transforma en pedículo. Por el pedículo embrionario pasan varias estructuras, en la zona ventral pasan el conducto onfalomesentérico - el conducto y vasos del saco vitelino - y en la zona dorsal el alantoides con los vasos umbilicoalantoideos. Finalmente, ambos pedículos se fusionan y surge el cordón umbilical. A medida que se desarrolla la pared abdominal, la zona de implantación involuciona y el cordón llega a ser más largo y más delgado, hasta alcanzar medio metro de longitud. La longitud estándar del cordón umbilical varía entre 50 y 60 cm por 1.5 cm de diámetro. 6

En el mito de la Atlántida encontramos mucha información cifrada sobre la placenta y la formación del feto. Atlántida - en griego antiguo Ατλαντίς νῆσος, Atlantís nēsos, ‘isla de Atlas’ - es una “isla” porque la placenta se presenta como una entidad aparte de todo, una “isla “ de fecundidad. ATLÁNTIDA es el nombre de la isla mítica que aparece mencionada y descrita en los diálogos Timeo y Critias, textos del filósofo griego Platón. E los escritos de Platón se sitúa la isla “frente” las Columnas de Hércules, que no son otra cosa que las dos piernas de la mujer. Platón la describe de modo retórico y metafórico como “más grande que Libia y Asia juntas” - ¿Qué va a decir? Es señalada como una “potencia marítima” o sea “existencial” que 9000 años antes de la época del legislador ateniense Solón habría conquistado gran parte de Europa y el norte de África. 7

Ese número 9 está relacionado con los nueve meses de gestación. La Atlántida desaparece en el “mar de la vida” a causa de un “violento terremoto” [las contracciones de la placenta duran 24 horas] y de un gran diluvio, [el “diluvio es amniótico y es como llover nueve meses”] -“en un solo día y una noche terrible”. Lo de “terrible” es una manera e hablar. La descripción de los textos de Platón y el hecho de que en ellos se narra una historia real y verdadera, ha llevado a los analistas a creer que la Atlántida era una entidad geográfica, cuando se trataba de una entidad metafórica. Con la segunda mitad del siglo XIX, durante el Romanticismo, se han propuesto numerosas conjeturas sobre la existencia y real ubicación de la isla, lo que no es más que una tontería literaria. Hoy sabemos que el relato presenta un hecho anatómico y fisiológico. Con todo, es evidente que algunos entienden el mito y otros no. 8

Lo de creer haya sido un evento inspirado por un fondo de realidad histórica vinculado a alguna catástrofe natural es francamente infantil. Mapa de Athanasius Kircher mostrando una supuesta ubicación de la Atlántida. (Mundus Subterraneus, 1669).

Las únicas fuentes del relato de la Atlántida son el Timeo y el Critias, los dos textos o diálogos del filósofo griego Platón.

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En ellos, Critias, un discípulo de Sócrates, cuenta la historia que de niño había oído de su abuelo y que éste, a su vez, lo había recibido de Solón, el legislador ateniense. A Solón, la historia se la habían contado unos sacerdotes egipcios en Sais, una ciudad del delta del Nilo. Esa historia de Critias usa el numero “nueve” - un número que se relaciona con los nueve meses de gestación. El cuento se remonta a unos nueve mil años antes de la época de Solón, pero eso es una manera de hablar, pues se trata de los nueve meses de gestación de todos los niños que vienen al mundo. Los atenienses “detuvieron” el avance del imperio de los atlantes, un pueblo guerrero, habitantes de una gran isla llamada Atlántida, situada más allá de las Columnas de Hércules [las piernas de la mujer] y que, de pronto, al poco tiempo de la victoria ateniense, desaparece “en el mar” [ese “mar” es el mar de la existencia, de la vida] a causa de un violento terremoto [contracciones de 24 10

horas] y de un gran diluvio [el líquido amniótico que llena la placenta durante nueve meses]. En el Timeo, el personaje Critias habla de la Atlántida en un debate acerca de la sociedad ideal, como si quisiéramos definir un ser humano íntegro, ideal. Cuenta que llegó a enterarse de ello por Solón, que la escuchó de los sacerdotes egipcios de Sais. La ubicación de la isla y la extensión de sus dominios en el mar Mediterráneo, la victoria de los atenienses y, finalmente, la desaparición del país de los atlantes que se “perdió” en el “mar”. Así nos perdemos todos en la vida, cada uno de nosotros, en el destino de nuestra existencia. En el Critias, se habla de historia, de geografía, de la “organización y gobierno” de la Atlántida, para luego contarnos cómo fue que los dioses decidieron “castigar” a los atlantes por su soberbia: en ese instante, el relato se interrumpe de modo brusco, y la historia queda inconclusa, como inconclusa es nuestra vida al nacer. 11

Los dos textos de Platón describen la geografía de la Atlántida como algo escarpada, pero había allí una gran llanura, de unos 3000 por 2000 estadios, rodeada de montañas, hasta el mar. En el centro de esa planicie, hay una montaña, [la cabeza] distante 50 estadios del mar, el hogar de Evenor, en griego - "Εὐήνωρ"- uno de los primeros habitantes de la isla. Evenor, nace del lodo, del suelo. Según el diálogo “Critias”, Evenor tuvo una hija llamada Clito [el “clítoris”, si desean saberlo]. Se cuenta que Poseidón [el “deseo” erótico”] - era amo y señor de las tierras atlantes, [o sea del cuerpo] y cuando los dioses se han repartido el mundo, la suerte había querido que a Poseidón [el “deseo’] le tocara, entre otros sitios, la Atlántida. Poseidón se enamora de Clito [¡cualquiera se enamora de Clito! -Jaja] y para protegerla, o digamos, para guardársela, hace tres anillos de agua en torno a la montaña donde habitaba su amada. 12

La pareja tuvo diez hijos, [los diez dedos de la mano] y para cada uno de ellos, el dios divide la isla en diez reinos. Al hijo mayor, Atlas o Atlante, le entrega el reino de la montaña rodeada de círculos de agua, y le da autoridad sobre sus hermanos: es el “pulgar”. En honor a Atlas, la isla entera fue llamada Atlántida y el mar que la circundaba, mar Atlántico. En realidad es en honor a la placenta - Atlantis - por lo que al hijo se le llama Atlas. El hermano gemelo [hay dos pulgares en el cuerpo humano] se llamaba Gadiro o “Eumelo” en griego - y gobernaba el extremo de la isla [el cuerpo físico] que se extendía desde las Columnas de Hércules [las piernas] hasta la región que por derivación de su nombre se denominaba Gadírica [la cabeza]. Favorecida con mil regalos por Poseidón - el Deseo - , la isla de Atlántida [la Placenta] era abundante en recursos.

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La Placenta maneja toda clase de minerales, y el oricalco - o “cobre de montaña” no es otra cosa que el “semen viri” - como dicen los latinos, el “líquido seminal”. Ese “metal” es más valioso que el oro para los atlantes y tiene sus usos místicos y religiosos. También había grandes bosques [los cabellos y el bosque de la montaña de Venus, el Pubis] que proporcionaban madera [ o sea “atracción]; había animales [sentimientos], domésticos [domados] y salvajes [que arrastran a los humanos hacia movimientos casi incontrolables], y habían también elefantes [eso es a propósito del “cuerno” - miembro viril, considerado como un hueso de marfil por los griegos]. Los alimentos provenientes de la tierra [cuerpo] eran abundantes. Esa prosperidad les está dando a los atlantes [los recién nacidos] un impulso creativo para construir grandes obras.

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Edifican sobre la montaña rodeada de círculos de agua una espléndida acrópolis la cabeza - llena de “edificios”[la nariz, las orejas, etc.], entre los cuales destaca el Palacio Real- [la frente] - y el templo de Poseidón- [el cerebro] Construyen un canal de unos 50 estadios de longitud, para comunicar la costa con el anillo de agua exterior que rodeaba la metrópolis - el sistema circulatorio de la sangre;

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y otro menor y cubierto, [arteriolas] - para conectar el anillo exterior con la ciudadela. Todas esas descripciones muestran el conocimiento anatómico y fisiológico de aquellos tiempos. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro. Los muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco. Finalmente, cavaron, alrededor de la llanura oblonga, una gigantesca fosa a partir de la cual crearon una red de canales rectos que irrigaban todo el territorio de la planicie. Los reinos de la Atlántida [los humanos] forman una confederación gobernada a través de leyes, las cuales están escritas en una columna de oricalco, en el Templo de Poseidón [el código genético].

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Las leyes declaraban que los distintos reyes [los diez sistemas fisiológicos y anatómicos el cuerpo humano] debían ayudarse mutuamente, y no atacarse unos a otros.Tenían que tomar decisiones concernientes a la guerra [en contra de la enfermedad], y otras actividades comunes, por consenso y bajo la dirección de la estirpe de Atlas., o sea el cerebro, dominado por el Ser. Cada seis años, los reyes se reunían para tomar acuerdos y para juzgar y sancionar a quienes de entre ellos habían incumplido las normas que los vinculaban. Esos seis años son de hecho los seis meses del período de cambio de la sangre y del metabolismo del cuerpo. La justicia y la virtud, en principio, eran propios del gobierno de la Atlántida, pero cuando la soberbia, la necedad y las ansias de poder se volvieron una característica de los atlantes, comenzó una política de expansión que los llevó a controlar los pueblos de Libia hasta Egipto y de Europa, hasta Tirrenia - o sea a 18

tutti li mundacci. Cuando trataron de someter a Grecia y Egipto, fueron derrotados por los atenienses: eso se traduce como que hay un límite de la torcida soberbia de los humanos. Los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia, y el relato se interrumpe en el momento en que Zeus y los otros dioses se reúnen para determinar la sanción. En realidad ese proceso es el destino y su ley inexorable. El castigo fue un gran terremoto [contracciones de la placenta y el proceso de dar a luz] y una subsiguiente inundación [ruptura de las aguas] que hizo desaparecer la isla [el cuerpo del niño] en el mar [la existencia], "en un día y una noche terribles", dice el texto del Timeo. La Atlántida es la placenta y tu eres un sobreviviente de una antigua civilización.

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