Alexa Riley-fairytale#4.pdf 3396f

FINDING SNOW Fairytale shifter 4 Alexa Riley

Realizado por

Sinopsis Koda encontró a su hermana Winnie y se hizo de una vida en Gray Ridge, colorado. Como un shifter oso, él por naturaleza solitario y con pocas mujeres alrededor, renunció a encontrar a su compañera. Pero cuando se encuentra con una mujer en el bosque, todo su mundo cambia. Snow ha estado a la fuga y se hizo de una familia improvisada con una banda de siete trotamundos. Mientras descansaba en el bosque y los esperaba a que volviesen, algo grande la encuentra. Cuando Koda y Snow colisionan, perciben que sus historias se entrelazan con más fuerza de lo que imaginaban. ¿Será que la verdad rompera su vínculo de compañeros? ¿O va unirlos aún más? Atención: Este cuento de hadas shifter está lleno de dulzura alfa con una pizca de gruñido de oso. ¿Cómo no amarlo? Si te gustan los cuentos clásicos con un nuevo enfoque subido de tono, entonces ¡Sigue leyendo!

Capítulo 1 SNOW ¡Plapf! Finn suelta el tocino y tira su mano de vuelta, un gruñido sale de su boca como si el golpe le hubiera hecho daño. Levanto mis cejas mirándolo a sabiendas. El hombre tiene dos metros y probablemente cien kilos más que yo. Para no mencionar que es un shifter. —Forest no tomó el suyo aún— le hago una mueca. Fin solo gruñe y vuelve a comer su bife con huevos y todo lo demás que dejó en su propio plato. Levanto la cafetera y pongo el café. Vivir con tres shifters del sexo masculino puede ser una lucha cuando se trata de comida. Parece como si nunca comieron antes, como si yo los estuviera matando de hambre y no tuvieran la seguridad de que tendran tres comidas completas al día, pero desde que cocino para ellos los últimos siete años, sé que eso es un montón de tonterías. Yo los mantengo bien alimentados. Tres es mucho más fácil de manejar en lugar de los siete que acostumbrábamos ser, pero a lo largo de los años, uno por uno, los hermanos comenzaron a encontrar a sus compañeras. Nuestra pequeña familia va empequeñeciendo a cada año que pasa. Eso es todo lo que el grupo de hermanos parece querer, buscar al único y verdadero compañero. Cada vez que alguno encontró su compañera fue agridulce, sabiendo que encontró lo que buscaba pero a la vez iba a dejarnos. Nosotros siempre íbamos a la siguiente ciudad. Nunca quedandonos en el mismo lugar por mucho tiempo. Me gustaba estar en movimiento al comienzo. Parecía que mi pasado no podría alcanzarme. Si me mantuviera en movimiento, nunca sería encontrada. Desde el año pasado hemos sido solo Finn, Forest, Flint y yo. Los tres no encontraron a sus compañeras. Cansados de estar en la ruta y saltando de ciudad en ciudad, todos decidimos que era hora de establecernos en algún lugar. Estábamos en Gray Ridge, Colorado, hace más de un mes ahora, y estuve presa dentro de esta cabaña. Elegimos Gray Ridge porque supimos que era una manada más abierta. No tan apegada a las reglas. Algunas solo aceptaban a ciertos shifters y tenían una lista kilométrica de qué hacer y qué no. Pero aquí no eran así. O eso fue lo que mis hermanos dijeron. Todo el mundo solo tiene que ser parte de la comunidad. Todos trabajan juntos aquí. Me gusta cómo suena eso. Parece amigable, incluso hogareño. — ¿Crees que puedo, simplemente, salir un poco? Voy a tener mucho cuidado— me muerdo los labios y le hago a Finn mi mejor cara triste abriendo más mis ojos azules. Es algo que vengo

haciendo hace años cuando intento conseguir algo. Cuando era pequeña, eran dulces o helados. Cuando crecí, podía ser una noche de cine en familia o ellos llevándome a pescar. —Aaahh, Snow, no hagas eso— Finn suelta el tenedor y puedo ver que se siente culpable y eso me hace sentir culpable. Sé que están simplemente intentando mantenerme a salvo. Es todo lo que hacen desde el día que se volvieron mi familia. Todo lo que quiero es cuidar de ellos y hacerlos felices. Es todo lo que sé hacer. Pero soy un secreto para toda la vida. Nadie sabe siquiera que existo. Irónicamente, fue algo que les pedí cuando me encontraron en la nieve, sola, hace siete años. Les pedí no llevarme de vuelta. Imploré para que me escondieran de mi padre. Ellos lo hicieron. Ahora soy como una hermana pequeña. Al comienzo eran reacios en recibirme y esconderme como pedí. No es que los culpe. Tenía once años y me encontraron corriendo por el bosque a medianoche sola. Pero pronto su protección se elevó a un nivel totalmente nuevo. Era una de ellos. Les pertenecía. Ellos eran mi mundo. Todo lo que tenía. La mejor familia que podria tener. Fue un milagro el que los trajo a mi vida. Ellos me salvaron y estaría agradecida por siempre. —Lo siento. Es solo que estoy enloqueciendo aquí, es todo— Forest toma su plato mientras tropieza en la sala y se sienta al lado de Finn. Su cabello rubio está en cinco direcciones diferentes. Llevé unos buenos seis meses para ser capaz de distinguirlos, ellos son gemelos idénticos, pero ahora puedo decir quien es quien con una simple mirada. —Estaba esperando que, como vamos a quedarnos aquí por un tiempo, tal vez pudiera dejar de esconderme. Yo, ehhh…— hago una pausa, sintiéndome un poco culpable por mi próxima confesión. —Cumplí dieciocho años la semana pasada. — ¡¿Qué?!— gruñe Flint desde la puerta de la cocina haciéndome saltar. Incluso después de todos estos años, todavía no me acostumbré con la forma en que estos grandes hombres pueden moverse tan silenciosamente. —No es una gran cosa— intento tranquilizarlos viendo sus miradas furiosas. —No quería armar tanto revuelo. Ustedes han trabajado como locos y no quería ser una molestia, solo eso. Está todo bien. —No lo está, Snow. Deberíamos haberlo celebrado. Tú llegaste a la madurez— dice Forest mirándome con ojos tristes. Él siempre es el más dulce. —No soy shifter, por eso no creí que realmente importara. —Importa— Flint hace todo el camino hacia mí y me envuelve en un abrazo besando el tope de mi cabeza.

—Quiero decir, solo piénsenlo. Mi padre ya no puede venir y llevarme o hacerme cualquier cosa así. Tengo dieciocho y ya. —Yo le partiría su maldito cuello— gruñe Flint haciéndome sonreír contra su pecho. —Pero tú dijiste que tu padre se llevó todo tipo de gente— agrega Flint, apretándome más como si alguien fuera a entrar a la fuerza y llevarme. Él tiene razón. A mi padre le gustaba atrapar shifters. Encerrarlos y después hacer sabe Dios qué. Esto me carcome aún. Cuando los hermanos Denali descubrieron de donde vine, el edificio del que hui estaba vacío. Dijeron que el lugar estaba completamente vacío. Tal vez no hubiera razón para estar tan asustada, tal vez si lo hubiese contado antes, ellos podrían haber salvado a alguno. Aparto ese pensamiento doloroso. —Lo sé, pero ya pasaron siete años y no puedo esconderme por siempre. Si hago eso, muy bien podría haberme quedado en la jaula en la que él me colocó. Flint suelta una respiración profunda y enseguida me suelta. Camina hasta la mesa y toma un pedazo de tocino metiéndolo en la boca. —El problema es, que todavía tengo que hablarle al alfa sobre ti. Es algo así como ir contra las reglas permitir que seres humanos no apareados a shifters sepan sobre nosotros. —No es como si yo me iría de la lengua y contaría a todo el mundo— le recuerdo. Conocí shifters durante la mayor parte de mi vida. Flint pasa las manos por su cabello, algo que siempre hace cuando está pensando. —Piénsalo, es lo único que te pido. No tienes que hacer nada hoy. Además puedes dejar pasar un tiempo. No puedes estar haciendo eso en tu primer mes aquí— me vuelvo hacia la heladera y retiro los tres almuerzos empaquetados y las botellas térmicas llenas de café, entregándolas a cada uno. —Haz un pastel. Voy a traer unas velas. Lo celebraremos— dice Forest dándome un abrazo. —Ok. —De chocolate— agrega Forest. Yo sonrío. —Es mi pastel. ¿No debería ser yo quien escoja? —Está bien— él me guiña. Aún asi pienso hacer de chocolate. Sé que es su favorito y no consigo resistirme. Es difícil no consentirlos. Aún más considerando que ellos son prácticamente mi mundo. Cada uno de ellos se despide antes de ir a la puerta. Flint hace una pausa.

—Quédate dentro, Snow— me lanza una mirada dura. Es el mayor de todos y usa esa misma mirada con todos los hermanos. Yo solo sonrío y asiento. Voy hasta la ventana de la cocina para verlos entrar al camión cuando la nieve comienza a caer. Si la tempestad empeora tal vez van a estar en casa más temprano. No estoy acostumbrada a este nuevo horario o a estar sola tanto tiempo. Desde que llegamos a Gray Ridge, ellos están trabajando, construyendo casas con un tipo llamado X. Eso es todo lo que sé. A veces trabajan doce horas por día. Me quedo sola. Me acostumbré a cuidar de la gente. Eso me deja mucho tiempo para anhelar lo que mis hermanos encontraron. Compañeros. Pero creo que para mí sería un marido. Una familia propia para cuidar. Me aparto de la ventana y limpio la cocina. Me toma apenas cinco minutos. Entonces me quedo allí mirando alrededor de la cabaña que ahora es nuestra casa. Cuando llegamos por primera vez, estaba emocionada. Siempre nos mudábamos tanto que estaba animada por tener un lugar nuestro. No sabía que eso significaba que sería dejada sola tanto tiempo. Realmente no hay nada que hacer. Solo puedo limpiar la casa algunas veces incluso teniendo cuatro habitaciones y tres baños. Giro nuevamente hacia la ventana y miro afuera. La nieve está cayendo más fuerte. Una vez escuché a Flint decir que la nieve puede esconder su olor volviéndolo más difícil de rastrear o atrapar a alguien. Sé que la mayoría de la ciudad de Gray Ridge es shifter, pero también sé que tenemos una cabaña con una buena cantidad de terreno. No estoy segura de donde comienza y donde termina. Tal vez pueda salir un poco. Nadie lo sabría. Necesito hacer eso ahora. La nieve cubrirá mis pisadas y nadie va saber que salí. Solo veinte minutos me digo a mí misma. La excitación me tiene corriendo hacia mi cuarto. Encuentro mi capa con capucha azul oscuro y me pongo mis ropas. Subo mi capucha sobre mi cabello negro y enseguida las botas. Agarro unos guantes del armario y salgo a la baranda respirando el aire de invierno. Normalmente solemos quedarnos un poco más al sur, lejos del frio. No vi nieve desde… que hui. El deseo me golpea nuevamente. Esta vez, no estoy huyendo de algo, solo quiero correr. Salto hacia afuera de la baranda y corro en dirección al bosque tan rápido como puedo como ya vi a mis hermanos hacer muchas noches. Solo que yo no me transformo. Esquivando las rocas y evitando las ramas bajas de los árboles, corro hasta que mis piernas comienzan a quemar y el aire frio llena mis pulmones. Finalmente salgo de los árboles y llego a un pequeño lago congelado.

Cayendo de rodillas, miro al cielo, intentando recuperar el aliento cuando los copos de nieve caen alrededor. Cierro los ojos y me relajo en la nieve, respirando el aire del invierno y pensando sobre cuán diferente fue correr esta vez. Tan diferente de antes.

Capítulo 2 KODA Todavía está oscuro cuando despierto con un sobresalto, el sudor frio cubriendo mi cuerpo desnudo. Me toma un momento, como siempre me pasa, recordar donde estoy y que estoy a salvo. Los segundos van pasando y mi respiración se equilibra. Frotando las manos contra mis ojos recuerdo que no estoy en una jaula. Desisto de continuar durmiendo y me levanto de la cama. Voy al baño, abro la ducha y entro antes de darle tiempo al agua a calentarse. Estoy acostumbrado a tomar un baño frio después de no haber tenido el lujo de agua caliente por tanto tiempo y después, al bañarme en los ríos cuando me escapé. Tomando el jabón intento no pensar en mi pasado pero siempre me pasa eso después de una pesadilla. No logro parar entonces solo tengo que tolerarlo hasta que todos esos sentimientos pasen. Este sueño fue como muchos otros que tuve antes, la mayoría casi exactamente el mismo, pero a veces a mi mente le gusta agregar detalles que no estaban allí, solo para joder conmigo. Esta vez, cuando soñaba, estaba en la jaula nuevamente. En la que ellos me mantenían encerrado a menos que estuvieran haciendo pruebas conmigo. Tenían una teoría de que si los shifters eran mantenidos en lugares pequeños, sería menos probable que se transformen. En este sueño, estaba en la jaula y podía escuchar a Winnie llorando. Sé que eso no sucedió porque Winnie nunca estuvo presa conmigo. Ella escapó. Siempre tengo que recordar eso. Éramos jóvenes cuando fuimos capturados pero ella luchó y fue capaz de liberarse. Yo estaba muy dopado para saber lo que sucedió y todo lo que conseguía recordar era despertarme en una jaula sin ella. Aprendí a lo largo de los años que fuimos llevados por una empresa que estaba haciendo una investigación sobre shifters. Nos mantuvieron como si fuésemos animales de laboratorio. Fue una época horrible en mi vida y desde que me liberé, mi único objetivo fue encontrar a mi hermana. Cuando la encontré, descubrí que ella tuvo amnesia y estaba siendo cuidada en Gray Ridge. Winnie tuvo suerte y el alfa Stone la aceptó en la manada y la mantuvo a salvo. Cuando la encontré y cuando sus memorias regresaron, sentí como si mi viaje finalmente había llegado a su fin. Solo que eso no sucedió. Soy un shifter oso y no hay muchos de nosotros como hay de otras especies. Incluso las hembras oso son poco comunes. Cuando Winnie se apareó con Stone, podría haberme marchado pero no quise. Los osos normalmente no son animales que viven en manadas pero ellos son apegados

a sus familias. No podía alejarme de Winnie después que haberla encontrado finalmente aunque ella estuviera apareada. Felizmente, el alfa Stone me dio la bienvenida a la manada y me dio algo de tierras. Xavier, uno de los shifters lobo y yo construimos mi cabaña un poco alejada para darme algo de espacio lejos de la manada y a la vez tener una manera de estar cerca de Winnie. Estuve en cautiverio por tanto tiempo que me preocupaba no ser capaz de adaptarme a la vida en la manada. Pero Xavier pasó por algún trauma antes de encontrar a su compañera y fue capaz de darme algunos consejos para lidiar con eso. Cuando construyó la casa, me ayudó a poner en práctica, medidas de seguridad extra para que pudiese sentirme seguro nuevamente. Mis pesadillas solían ser mucho peores y creo que él lo sabía. Entonces para ayudar, instalamos cerraduras con pestillos tanto dentro como fuera de los puntos de entrada de la casa. Las cerraduras están de forma que nadie entra o sale de mi casa sin permiso. La seguridad extra me ayuda a dormir. Al menos mientras las pesadillas no aparecen. Cuando termino mi baño preparó el desayuno y tomo un café. Mi vida es muy tranquila y no tengo muchos amigos, solo las personas de la manada que Winnie me hizo conocer. Miro a la mesada y veo una invitación para una fiesta de cumpleaños infantil en casa de Xavier y Gwen. Sé que debería ir y estar con todos pero siento que estoy cansado y queriendo hibernar. Dejo escapar un largo suspiro e intento librarme de mi humor negro. Internamente, sé que estoy a salvo y que todo está bien. Solo estoy acostumbrándome con el mundo nuevamente. Y estar alrededor de un montón de felices parejas apareadas comienza a afectarme después de un tiempo. Hay un anhelo que viene del deseo de encontrar a mi compañera y, sabiendo que probablemente nunca la tendré, me trae otra oleada de tristeza. Cerrando los ojos veo cabello oscuro y ojos azules. Intento aferrarme a esa imagen pero desaparece como humo. Pienso en la imagen cada vez que pienso en encontrar a mi compañera. No sé de donde me viene esa imagen o como la recuerdo pero me es algo familiar. Me levanto y limpio la cocina. Cuando termino miro hacia afuera. El sol salió y está comenzando a nevar. Amo esta época del año. El aire fresco y los olores limpios de la floresta calman a mi oso. Lo siento moverse dentro de mí y decido que tal vez le gustaría un paseo por el bosque. Los osos no son de correr o gastar energía cuando no es necesario. Nuestros shifters son generalmente muy grandes y sólidamente construidos. Perdí mucho peso cuando estaba en cautiverio pero desde entonces lo recuperé. Es bueno tener capas extras de músculo e incluso un poco más de pelo. Somos muy peludos también y yo, definitivamente soy así. Mi larga barba y pelo en el pecho ayudan a mantenerme caliente cuando hace frio afuera. Así, incluso nevando, no necesito cubrirme mucho.

Uso una camisa térmica de mangas largas marrón claro y jeans. Voy hasta la puerta, me pongo las botas y después destranco la puerta. Camino hacia afuera, giro y cierro la puerta de la cabaña. Está todo silencioso y mi oso está disfrutando la paz. Le gusta estar afuera pero un montón de veces mis miedos superan su necesidad y me quedo dentro de casa. Eso está bien para los dos al menos por un tiempo. Ando por algunas millas y veo a través del claro cerca del lago. Normalmente no me aventuraría por este lado de las tierras protegidas solo que necesito algo diferente hoy. Un nuevo escenario. Algo dentro de mí me dice que será mejor para mí y mi oso. Que necesitamos una nueva dirección y algo diferente para hoy. Mirando a la distancia veo a una figura oscura en el suelo. Mi osos se pone instantáneamente en alerta y tomo posición, preparándome para el peligro. Levanto la nariz intentando sentir el olor pero el viento está en contra. Lenta y silenciosamente camino alrededor del borde del lago buscando el peligro en todas direcciones. Mi oso está paseandose , intentando salir, pero quiero ser capaz de mantener mi piel. Estoy siempre con temor de que alguien intentará llevarme nuevamente después de ser capturado la última vez, entonces, estoy siendo cauteloso. No sé lo que me hace querer investigar la figura oscura. Normalmente, me hubiera gustado solo girar y correr. Pero algo me atrae en esa dirección y necesito ver qué es. Cuando llego más cerca, veo la figura oscura tomar forma. El olor aun no me llegó pero puedo decir que es una persona acostada en la nieve. Mis pasos son lentos y llego cada vez más cerca. Cuando noto que es una mujer, mi corazón comienza a latir más rápido y mis pasos se aceleran. ¿Es una shifter en apuros? No los conozco a todos, aunque, éste podría ser un miembro en peligro. Llegando cerca veo que sus ojos están cerrados y ella está acostada de costado con los brazos extendidos. Ella no debe haber estado aquí por mucho tiempo porque no hay mucha nieve sobre ella. Está comenzando a nevar más fuerte ahora y ella está siendo espolvoreada con copos de nieve por su rostro y cuerpo. Tiene el cabello negro grueso y la piel color crema. Sus labios son rojos como la sangre y algo me tira hacia ella. No puedo explicar la fuerza que me hace ir hacia ella pero algo dentro de mí sabe que tengo que ayudarla. Algo dentro de mí necesita besarla. Probarla… marcarla. Me arrodillo a su lado y el sonido la despierta. Sus grandes ojos se abren y el azul me da un ramalazo justo en medio del pecho. Sus ojos son lo más bello que haya visto. Quiero

perderme en ellos. Quiero perderme en ellos y dejarme llevar. Hay algo familiar y seguro en ellos pero también aterrador y confuso. Un latido pasa entre nosotros y por un segundo soy llevado de vuelta en el tiempo a un lugar que pensé que había dejado. El miedo me atrapa pero, enseguida, la mujer sonríe y todo se derrite. —Hola— susurra ella y me despabilo. Comienzo a responder pero en ese instante su olor me golpea y mi garganta casi se cierra. Ella es humana. La rabia me recorre y comienzo a ponerme en pie. Quiero estar lejos del ser humano tan rápido como pueda, pero de repente, estoy atontado de necesidad. Inhalo nuevamente y siento a mi oso intentando asumir el control. Él está arañando para salir a rugir pero lo sujeto firme, intentando que mi cerebro gane la partida. Compañera, mi oso gruñe más y más y percibo que este ser humano es mi compañera. Un humano. La única cosa en este mundo del que no solo tengo miedo sino que nunca quise tener cerca nuevamente, es mi compañera. Gruño lento y bajo pero el ser humano no parece sorprendido. Ella se levanta y se aparta pero agarro su tobillo antes que pueda huir. —Mía— digo entre dientes. No quiero esto, no me gusta esto. Pero mi cuerpo no tiene elección. —Déjame ir— miro en sus ojos y veo pánico allí. —No, por favor. Mis hermanos van a preocuparse. Sé lo que eres, por favor no hagas eso. La súplica por su familia me toca el corazón. ¿Cuantas veces imploré para ser liberado y encontrar a mi familia? ¿Cuántas veces imploré por noticias sobre mi hermana? Siento tristeza por ella pero, luego es seguida por la rabia. Su especie es la que me apartó de Winnie. Esta humana es mi compañera. Tengo todo el derecho de alejarla de los humanos. —Eres mía ahora— le digo, levantandola del suelo y poniéndola sobre mi hombro. —Por favor, déjame ir. Te juro que no volveré. Nunca voy a contarle a nadie. Mientras la nieve cae más y más, la llevo a mi cabaña. Nuestras pisadas son cubiertas y nadie será capaz de encontrarnos. Estoy llevando a mi compañera a casa y ella se va acostumbrara. —No puedes hacer esto. No puedes llevarme— hay tanto miedo en su voz que casi me detengo y vuelvo para no perturbarla.

—Voy a tratarte gentilmente y no te haré ningún daño mientras viva— respiro y sigo caminando. —Es más de lo que tu pueblo me dio.

Capítulo 3 SNOW La capa cae sobre mi rostro bloqueando todo. Intento moverla de mi camino pero se vuelve a caer mostrándome nada más que el suelo cubierto de nieve mientras el hombre que me tiene sobre su hombro corre a través de los árboles. Cada paso me hace saltar. Uno de ellos hasta me hace gruñir. El sonido hace que él disminuya sus pasos en un esfuerzo para no empujarme nuevamente. Intento encontrar palabras para argumentar pero nada me viene ahora que estoy sobre su hombro y él me está llevando cada vez más lejos de la cabaña de mis hermanos. Intento saltar para ver si tal vez puedo tomarlo desprevenido y liberarme pero la presión de sus brazos solo aumenta. —Quieta o vas a golpearte. Obedezco al comando de la voz profunda. Sería un esfuerzo inútil. Probablemente me rompería algo si cayera de esta altura. El hombre es extremadamente grande incluso comparándolo con mis hermanos. —Estás haciéndome daño— miento, encontrando mi voz finalmente. — ¿Te estoy apretando mucho? Si paras de resistirte puedo aflojar la presión. No quiero dejarte caer. Yo refunfuño sin responder a su ostensiblemente generosa pregunta. Él me secuestra pero quiere asegurarse que esté ilesa. Cuando abrí los ojos y vi los más profundos ojos castaños, quedé sorprendida. Ese shock creció cuando un color miel comenzó a mezclarse con ellos. Eran bonitos. También supe inmediatamente que era un shifter. Los ojos humanos nunca podrían hacer eso. No estaba con miedo hasta que él saltó lejos de mí y comenzó a gruñir. Cuando se aproximó, sentí un momento de pánico sin saber lo que estaba haciendo. —Mía— gruñó él. En ese tiempo, estaba en modo lucha o fuga, pero ahora sé lo que sucedió. Ya vi eso antes. Compañeros. Lo había visto en mis hermanos, uno tras otro, encontrar a sus compañeras. Había testimoniado la atracción instantánea que tenían. La necesidad que sentían era fuerte e imparable. Es lo que está guiando al hombre que me carga sobre su hombro. Soy su compañera y él no parece muy feliz con la idea. La verdad, parece enfurecido. Intento recordar lo que dijo: “voy a

tratarte gentilmente y nadie te hará ningún daño mientras viva. Es más de lo que tu pueblo me dio.” Eso lo confirmó. Él estaba con rabia porque yo era humana. No puedo hacer absolutamente nada sobre eso. Muchas veces deseé no serlo. Los seres humanos que conocí eran malos, personas viles. No como los shifters en mi vida que me cuidaron y me mostraron más amor que mi padre. Mi cuerpo se sacude un poco cuando sube tres escalones de cada vez y luego escucho el sonido de cerraduras antes de abrir y cerrar una puerta. Escucho el clic de cerraduras una vez más. Entonces, estoy de pie mirando a un hombre. — ¿Qué eres tú?— el color miel estaba de vuelta en sus ojos apartando todo el marrón oscuro. —Un shifter. —Eso lo sé— pongo las manos en mis caderas. Estoy acostumbrada a levantar la mirada para mirar a mis hermanos pero esto es una locura. Voy a tener tortícolis permanente. Sus ojos se fijan en mí. —Sí, sé todo sobre shifters— le informo. No hay rodeos o fingimientos de que no lo sé. Además es más que obvio que él es uno de ellos por todo ese gruñido y bufido. —Un oso ¿Cómo sabes sobre mi especie? Solo me encojo de hombros sin sentir miedo de él. Shifters no hieren a sus compañeros. La mayoría incluso muere si el otro lo hace. Pero esos son verdaderos casos de amor. Es claro que el gran oso no está feliz con su elección de compañero. —Crecí con shifters, se podría decir. La verdad es que ellos me van a buscar. —Ellos pueden buscar donde quieran. No vendrán a mi tierra— dice él con absoluta certeza. Eso me hace pensar en lo que ellos van a hacer. El alfa aún no sabe de mí. —Ellos encontrarán mi olor— le respondo. —La nieve va cubrirlo. Está cayendo con fuerza ahora— sé que él está en lo cierto. Ellos no estarán en casa durante horas. Mis hombros caen y no sé realmente qué hacer. Mirando alrededor de la cabaña veo un piso plano y abierto y está muy poco decorada. Como si alguien entró y colocó sofás de cuero y una mesa para acomodar a una familia oso entera. Todo parece nuevo pero el lugar es un desastre. Platos en la mesada. Ropas esparcidas por todas partes, porquería aleatoria apilada sobre la mesa. Parece un poco triste. Como si la casa

fue construida pero no era querida. Y todas las ventanas estaban trancadas. Venecianas cerradas bloqueando toda la luz exterior. — ¿Entonces vas a mantenerme aquí contra mi voluntad? —Tu especie hizo lo mismo conmigo. Por lo menos voy a cuidarte no a aprisionarte en una jaula— sus palabras suenan con rabia, frías. Cada una me golpea fuerte, haciendo que mi estómago dé vueltas. Por favor, no. ¿Será que él fue uno de los shifters que dejé atrás? —Ok— me saco la capucha y tiro la capa al sofá. Él gruñe haciéndome mirar hacia atrás. Sus ojos vagan por mi cuerpo haciéndome hervir la sangre. Quería besarlo, mucho. Nunca fui besada. Nunca estuve cerca de ser besada. Él es lindo. Tal vez un poco peludo y rudo pero no eso no apaga su belleza. La verdad como que me gusta que él parezca un poco atemorizante. Él podría protegerme. — ¿Entonces, no vas a pelear conmigo?— puedo escuchar la duda en su voz. No, no voy a luchar con él. Tiene razón. Si lo que estoy pensando es verdad, entonces mi pueblo le hizo cosas peores de lo que él me haría a mí aquí. Tuve recuerdos de como mi padre trataba a los shifters. Él los mantenía enjaulados. Los que dejé atrás porque estaba con mucho miedo para quedarme. Egoísta. Eso podría hacerlo. Podría ser su compañera. Miro alrededor de la sala viendo la confusión y el caos. Si hay algo que sé hacer, es mantener una casa. Es lo que amo hacer. Le debo eso. Tal vez pueda hacerle ver que no todos los humanos son terribles. Puedo ver la tristeza en sus ojos. Veo eso cuando miro en el espejo. —No, no voy a pelear contigo, pero necesito avisar a mis hermanos. —No— gruñe él. —Ellos no pueden tenerte— gruñe la última parte sobresaltándome. Su frente se frunce. Eso muestra que no le gusta asustarme. Me gusta eso. Es una mirada extrañamente linda en un rostro duro. Aunque tampoco le informaré sobre eso. Pongo los ojos en blanco y hago morritos. —Solo necesito que ellos sepan que estoy bien— hago el mismo rostro que parece funcionar en mis hermanos. Sus ojos parecen en pánico. —No llores— él gruñe como si eso me fuera a detener. —Ellos van a preocuparse. Entonces me voy a preocupar yo porque ellos estarán preocupados y me voy a enfermar de tanta preocupación— presiono.

—Eso es un montón de preocupación. Tú solo tienes que preocuparte de tu compañero. Conmigo— apunta para sí mismo como si yo hubiera olvidado que era mi compañero. —Bueno, solo puedo preocuparme solo de ti si acabas con esas otras preocupaciones…— dejo morir las palabras. —Está bien— él va en dirección a la cocina y comienza a rebuscar en las gavetas. Tomo mi capa y la deslizo sobre la cabeza. Él vuelve y me entrega un cuaderno y un lápiz. Lo agarro, no sé lo que él quiere que vea en esto. —Dirección— dice él apuntando al papel. Lo escribo y le entrego la libreta de vuelta. —Puedo mostrarte el camino— miro a la ventana cerrada. No logro ver afuera. —O tal vez no. No recuerdo el camino hasta aquí. —Bueno— él mira la libreta. — Entonces no vas a intentar salir porque no vas a saber adónde ir. Mi boca cae abierta. — ¿Qué vas a hacer? ¿Vendarme de vuelta hasta llegar junto a mis hermanos?— pregunto. —No, eso es ridículo— él dobla el papel y lo guarda en el bolsillo del pantalón. —Sé dónde los hermanos Denali viven. También sé que son shifters lobo, lo que resulta en que no son en realidad tus hermanos —gruñe él la última parte y enciende mi temperamento. —Tal vez no por nacimiento, pero ellos me criaron como uno de los suyos— entrecierro los ojos porque no me gusta que diga que no son mis hermanos. Tal vez no por sangre pero son una familia. —Escríbeles una nota. Voy a entregarla en la cabaña, así sabrán que estas bien— él da un paso en mi dirección, envolviéndome. —No, voy a decírselos personalmente— camino hacia la puerta del frente. Ni siquiera trato de abrirla ya que escuché un millón de cerraduras cuando entramos. Además una de ellas está más alta de lo que puedo alcanzar. —Vamos— intento usar el mismo tono que uso con mis hermanos pero no parece funcionar. Él solo me mira con la mandíbula cerrada. —No. No estás vestida para el frio. Nadie puede llevarte si estás aquí— él se acerca a la puerta cercándome una vez más. Su olor amaderado trae un toque de canela que llena mis pulmones. Él huele delicioso. Siento que mi cuerpo reacciona a su dominio, despertando partes de mí que ni sabía que existían. Me hace preguntarme si los seres humanos sienten el apareamiento

también. No sé nada sobre shifters apareados con seres humanos. Ya escuché que eso podía suceder pero nunca lo vi. Intento hacer pucheros lo que pareció haber funcionado antes, pero esta vez me toma de sorpresa cuando su boca toma la mía. Es como si una luz se encendiera. Puro placer golpea mi cuerpo al instante en que sus labios tocan los míos. Él empuja la lengua en mi boca y yo le dejo hacerlo. La abro para él. Envuelvo mis manos en su cuello queriéndolo más cerca. Él profundiza el beso, un gruñido saliendo de su boca en la mía y no puedo evitar gemir de vuelta refregando mi cuerpo contra el suyo. Me levanta y sus manos van a mi culo cuando me presiona contra la puerta. No logro parar de moverme contra su cuerpo. Su boca sale de la mía yendo a mi cuello mientras va dejando besos desde mi oído hasta mi clavícula. ¿Quién diría que algo tan simple podría ser tan maravilloso? Todo mi cuerpo parece estar en llamas. Cavo mis dedos en su cabello queriendo tirarlo más cerca, entonces siento sus dientes rozando mi cuello y hundirse. Mi cuerpo explota, un orgasmo corre a través de mí haciéndome echar la cabeza hacia atrás de placer. Nunca tuve uno antes. Siempre tuve miedo de tocarme. Viviendo con shifters, ellos escuchan y huelen todo y la vergüenza me habría matado pero puedo disfrutar este regalo. Sumergirme en este placer. —Mía— él gruñe. —Sí, concuerdo contigo. Ya te dije que me quedaré— realmente quise decir eso. Él me necesita. Tal vez con el tiempo no va odiar estar apareado conmigo. Podrá ser más que solo la atracción animal que siente ahora. Siento su lengua lamer el lugar donde había mordido haciendo que mi cuerpo tiemble. Nadie me dijo que podría venirme con una mordida de mi compañero. Mis hermanos no hablan de sexo conmigo. Ni mencionan a los shifters teniendo sexo hasta aparearse. Él me pone en el suelo lentamente. —Escribe la nota. Es la única opción. Tomalo o dejalo— puedo decir por su mirada que es el final. Estoy sorprendida de que él no vaya a llevarme a la cama. Sé que con los lobos, el apareamiento golpea fuerte y rápido y en la mayoría de las veces la hembra apareada es tomada dentro de los primeros treinta minutos, pero él parece calmado. Completamente bajo control y eso duele. Tal vez esté usando mi cuerpo contra mí, sabiendo que estoy sintiendo la influencia del apareamiento. O peor, él lamenta haber besado a un humano. No tengo idea de cómo se aparean los osos. Solo sé que son raros. Tomo el bloc de notas y el lápiz.

—Basta decir que estás bien. Que encontraste a tu compañero y vas a ponerte en o pronto— dice él con voz aun fría y calmada, mientras mi mano aún está temblando del orgasmo que tuve. Me sorprende que aun pueda hablar. — ¿Quieres escribirlo tú?— le extiendo el bloc de notas. Él solo mueve la cabeza y hago lo que dice, escribiendo en el papel. Puedo decir que no discuto eso. Le entrego la nota, él la mira y la mete en el bolsillo con la otra nota. —Voy a dejar el mensaje y luego haré algunas cosas. Vas a quedarte en la cabaña. —Tengo la sensación de que aunque quisiera salir no habría manera de hacerlo. Él no respondió pero se aproxima y aparta una mecha de mi cabello. Se inclina y pasa su nariz por ella inhalándola. El simple acto hace mi corazón vibrar. Enseguida, la suelta y comienza a destrabar las cerraduras de la puerta. —Siéntete como en casa. Estaré de vuelta para cuidarte, muy pronto— él da una mirada más hacia mí como si estuviese debatiéndose si salir o no. Puedo ver la lucha en sus ojos. —Entrega la nota, por favor. Voy a estar preocupada— le recuerdo. —Estaré bien aquí— necesito tranquilizarlo y alejar esa mirada perdida. — ¿Cuál es tu nombre? Siento que me ruborizo un poco, luego de haber hecho lo que hicimos sin saber siquiera el nombre el uno del otro. —Soy Snow ¿y el tuyo? —Koda. Le sonrío y él asiente. Enseguida retrocede, se inclina hacia abajo y presiona sus labios con los míos. Esta vez solamente los mantiene ahí antes de apartarse, luego sale de la casa y cierra la puerta. Escucho todas las cerraduras en su lugar dejándome sola. Toco mis labios donde él me besó y pienso en su nombre. Koda. Me gusta como suena. Giro para ver el caos que es ahora mi casa. Me saco los zapatos y la capa una vez más. Cuelgo la capa en la puerta del frente y coloco los zapatos en un armario al lado de la puerta. Creo que debería comenzar a trabajar. Le dije que sería su compañera. Si él dijo la verdad sobre haber sido enjaulado, voy a transformar esta nueva jaula en una casa como nunca tuvo antes.

Capítulo 4 KODA Al alejarme de ella siento un dolor en el pecho. Intento controlarlo pero no puedo, por eso, lo ignoro e intento hacer lo que debo hacer lo más rápido posible. No sé lo que me pasó cuando la besé. Las cosas que sentí. La necesidad de morderla para mostrarle que me pertenece. Entonces cuando ella se vino, me sorprendió. No sabía qué hacer. Entré en pánico. Cuanto más tiempo estoy lejos de ella, más incómodo me siento y solo pasaron unos minutos. Necesito volver lo más rápido posible. Corriendo a través del bosque, voy a la casa de los Denali. Recuerdo al alfa Stone hablando de ellos en una de las últimas veces que fui a cenar con Winnie. Él mencionó que había tres shifters lobo viviendo juntos con la esperanza de encontrar a sus compañeras. Él nunca mencionó a un ser humano y no debe haber sabido de Snow. Snow. Un nombre bonito y perfecto para ella. En homenaje a algo que amo. Eso me hace pensar en hibernación y tenerla en mi cama conmigo. Ahora que ella es mi compañera, va ser la cosa que más amo. Voy a cuidar de ella. El tiempo se está poniendo peor entonces acelero para llegar a casa pronto. Sería más fácil ir manejando pero las rutas son todas de tierra apisonada aquí. Todo para preservar la naturaleza. Y como no traje un cambio de ropa, opté por no cambiar. Nuestros shifters no se preocupan con la desnudez pero ver a mi hermana estando desnudo no es algo que me gustaría hacer. Cuando llego a la cabaña de los Denali me quedo afuera por un momento y escucho señales de si hay alguien en casa. Después de un segundo, puedo decir que está vacía y camino hacia la puerta del frente. Una vez dentro de la zona protegida, un shifter no osaría romper o robar nada. Si necesitaran un abrigo, le sería dado, por eso la mayoría de las cabañas no son trancadas. Excepto la mía. Andando por la casa, puedo sentir el olor de los tres lobos y la humana que viven aquí. El olor de lobo es fuerte por eso cubre la mayor parte del de Snow pero llego a su habitación con bastante facilidad. Como un shifter oso, nuestro sentido del olfato no es tan acentuado como otros shifters pero soy un hombre y reconocería el olor de mi compañera en cualquier lugar. Cuando entro en su cuarto veo que está arreglado y es simple. Una pequeña cama con algunas cosas alrededor. Nada está fuera de lugar y es todo muy limpio. Me hace sentir un poco triste que mi casa estaba tan desordenada cuando ella entró. Cuando vuelva voy a limpiar porque creo que a ella le gustaría eso.

Llevo un bolso de su armario y guardo sus pocas pertenencias. Todo en su cuarto cabe en una pequeña maleta y otra puntada de tristeza me toca. No tenía mucho cuando vine a Gray Ridge. Solo tenía un pequeño paquete con las cosas que shifters amables me habían dado a lo largo del camino. Les dije a ellos que no podía quedarme y que estaba buscando a mi hermana y todos trataron de ayudarme lo mejor posible. Viendo el bolso de Snow y pensando que eso es todo lo que ella tiene me hace pensar en cuál será su historia y como ella vino a vivir con una pandilla de lobos a los que llama hermanos siendo que, ella es totalmente humana. Cuando voy a salir de la cabaña, dejo la nota sobre la mesa. Antes de girar para buscar un lápiz y escribir algo en la parte inferior. Espero que los ayude a comprender lo que está sucediendo.

“Estoy bien. No se preocupen muchachos. Encontré a mi compañero y él va mantenerme segura. Pronto daré noticias. Con amor, Snow” PS: Ella está acoplada con Koda, hermano de Winnie, que está apareada con el alfa Stone. Voy a protegerla con mi vida.

Una vez que terminé, tomo su bolso y salgo corriendo por el bosque en dirección a la casa del alfa. No demoro mucho en llegar al lugar de Winnie y Stone. Cuando llego no huelo al alfa y doy un suspiro de alivio. Solo necesito hablar con Winnie a solas por unos minutos y luego puedo volver a mi compañera. Golpeo la puerta y ella contesta un momento después, sonriendo radiante para mí. Felizmente ella es una osa y probablemente no será capaz de oler a mi compañera en mí cuando me abraza. A nuestra especie le gusta abrazarse y es muy afectuosa, entonces le respondo el abrazo pensando que sospecharía que algo pasa si no lo hago. Cuando me aparto y entro, ella me mira raro por medio segundo entonces la veo desechar lo que fuera que estuviera pensando. Escondí el bolso de Snow afuera para que ella no desconfíe. Solo tengo algunas preguntas que hacerle y luego puedo irme. —Koda, estoy feliz que viniste. Micah está durmiendo ahora pero puedo despertarlo si quieres ver a tu sobrino. Le sonrío moviendo la cabeza. —Adoraría ver al cachorro de oso pero déjalo descansar. Yo sé cómo es con este tiempo. Solo quiero enrollarme y dormir.

Winnie concuerda y acaricia su enorme barriga. Ella está embarazada de otro bebé y estoy seguro que el frio le hace querer dormir también. —Me sorprende que hayas salido— mueve la cabeza en dirección a la ventana. —Está nevando mucho ahora. Stone fue a comprobar a la manada para garantizar que todos estén abastecidos por algunos días. —Tuve que buscar unas cosas en la ciudad— miro alrededor intentando encontrar las palabras. —Necesito preguntarte algunas cosas. En particular. Ella se sienta en la silla mirándome con preocupación. — ¿Está todo bien? —Sí. Solo tengo algunas preguntas sobre… — dudo, y después simplemente decido ser directo. —Sobre tu apareamiento. Mirando hacia arriba veo su rostro enrojecer y odio verla avergonzada. —Lo siento mucho, no quiero incomodarte. Solo que no confío en nadie para hablar sobre eso. Es difícil no haber crecido en tu propia manada o tener a un alfa que te lo explique y sería aún más difícil preguntarle a Stone ahora. Winnie mueve la cabeza en señal de entendimiento. —Puedo imaginarlo. Tuve suerte de tener mujeres para conversar sobre eso. ¿Qué te gustaría saber? Carraspeo mi garganta a apenas hablo. Necesito saber lo más rápidamente posible. — ¿Sentiste la atracción inmediatamente? ¿Sabías que eran compañeros? No creo que esa fuera la pregunta que ella esperaba por la mirada en su rostro pero mueve la cabeza y comienza a explicar. —Sentí atracción, sí, pero por lo que escuché, es diferente para nosotros que para los otros shifters. No fue con la intensidad que experimentan algunos shifters y eso puede ser porque soy un oso. Fue algo que creció a lo largo del tiempo conmigo y ahora creo que siento lo mismo que los otros. Me pongo ansiosa cuando estamos separados por mucho tiempo y tengo una necesidad incontrolable de tener su olor en mí. No tuve eso antes. Yo asiento, escuchando sus respuestas y pensando en qué más necesito preguntarle. —Dom y Ruby están apareados pero ella es humana.

Ayudo al sheriff de Gray Ridge algunos días a la semana para que él pueda pasar más tiempo en casa desde que su compañera tuvo trillizos. Ayudo a los shifters que lo necesitan, siendo el musculo y manteniendo el orden, o haciendo trabajo de oficina. Dom y yo nunca tuvimos una charla seria sobre su compañera humana y no tuve una razón para hablarlo antes. —Sí. Aparentemente no es inédito. Es simplemente raro. Lo poco que sé, ella sintió la fuerza después de su primer acoplamiento durante la luna de apareamiento— sus mejillas enrojecen nuevamente y estoy tan incómodo hablando sobre esto como ella. —La luna de apareamiento es un designio para juntar a los shifters y propagar la especie. Y por lo que pude descubrir con Ruby, fue recién ahí cuando Dom fue capaz de reclamarla por primera vez. Ella sintió la atracción más fuerte y entonces estuvieron juntos. Asiento, contento de que por lo menos uno de nosotros sabe cómo supuestamente debe ser eso. — ¿Entonces Dominic no la reclamó hasta la luna de apareamiento? Ella mueve la cabeza. —Por lo que dijeron, él podría haberla tenido antes, pero la transición sería más fácil si él esperaba. Entonces, él esperó. Ella lanza una pequeña carcajada y acaricia su barriga. —La luna de apareamiento le pasa a todos los shifters, no solo a los apareados con humanos. Creo que esta tempestad llegó en el momento justo. — ¿Qué quieres decir?— le pregunto, confundido. —Creo que tú no podrías saberlo. Realmente no prestarías atención a menos que ya hayas encontrado a tu compañera. Pero cuando es luna de apareamiento, quieres asegurarte de que tu casa está bien abastecida y no hacer planes por algunos días. Ya estoy embarazada por lo que la atracción no será tan fuerte, pero todas las otras parejas van a notar un cambio. —Pero ¿eso que tiene que ver con la tormenta? Ella señala con la mano como si yo pudiera entender el significado. —La luna de apareamiento es esta noche, Koda. Los shifters van a estar encerrados en sus cabañas en una tempestad de nieve con la Madre Naturaleza incitandolos a reproducirse. — Ella suelta una carcajada. —Tienes que estar feliz que no eres un shifter recién apareado. Oí decir que es bastante rudo. Una sensación de dolor golpea mi estómago y siento que la tierra se mueve bajo mis pies.

—Koda ¿estás bien? Te ves un poco pálido. Yo moví la cabeza intentando alejar los pensamientos que corrían por mi mente. —Estoy bien. — ¿Por qué estas preguntas súbitas sobre el apareamiento? Me encojo de hombros y miro a lo lejos. —Solo me siento un poco solitario últimamente. Es difícil estar rodeados de parejas y cachorros y no querer tener los míos. Winnie extiende la mano y acaricia mi rodilla. Pongo mi mano sobre la de ella y miro en sus ojos color miel, el mismo color que los míos. —Vas a encontrarla un día, Koda. Y cuando lo hagas, eso va poner tu mundo de cabeza. Hago un gesto concordando, incapaz de contarle toda la historia. No sé por qué, pero quiero asegurarme que todo esté perfecto entre Snow y yo antes de contarle a alguien. Siento que nuestro apareamiento es algo especial y no quiero contarle a nadie por miedo de que todo desaparezca. Como despertar de un sueño demasiado bueno para ser verdad. —Dale un beso a Micah de mi parte cuando despierte. Y cuida de este cachorrito también— le extiendo la mano y acaricio su barriga antes de darle un abrazo de despedida. —Asegúrate de aprovisionarte de comida si te quedas preso en tu cabaña por un tiempo. Hago una pausa en la puerta, mi mano en el picaporte. Por un segundo me pregunto si Winnie sabe sobre mi compañera pero, no hay manera que lo sepa. Mirando por encima de mi hombro, le sonrío y salgo. Tomo el bolso de Snow de atrás del árbol y tomo el camino a la ciudad para traer provisiones. La tempestad está poniéndose peor por lo que tengo que apresurarme.

Capítulo 5 KODA Destrabo las cerraduras y entro en mi cabaña, cerrando la puerta detrás de mí y trabandola nuevamente. Coloco los paquetes de alimentos en la mesa de la cocina pensando que podría ser demasiada cantidad pero quiero estar seguro que mi compañera esté bien provista. Una vez que libero mis brazos de las bolsas noto la olla en el fuego, un olor apetitoso saliendo de ella. Caminando veo que es una olla de guiso y mi estómago gruñe alto. El olor es maravilloso y me hace pensar en una buena comida casera, algo que normalmente me hace ir a la casa de otra persona para tenerla. Eso no sucede con mucha frecuencia. Mirando alrededor de la cabaña, veo que todo está ordenado, como si fuera nueva. Siento una puntada de culpa, sabiendo que mi compañera hizo esto. Yo debería estar cuidando de ella y no al contrario. Debería haber limpiado antes de traerla aquí pero no tenía idea que iba a encontrarla mientras estaba fuera en una caminata. Doy un respiro oliendo su perfume y adoro eso. Sabiendo que está aquí en nuestra casa hace que mi oso quiera recostarse feliz. Después, rápidamente acomodo los víveres, tomo la bolsa de Snow y voy a buscarla. La cabaña está construida para una familia pero no tardo mucho para seguir su olor hasta nuestra habitación. Nuestra habitación. La idea pone a mi oso aún más feliz. Cuando camino, suelto el bolso y la veo en nuestra cama. Siento un gruñido bajo formándose en mi pecho. Parece que ella pertenece ahí. Tan pequeña en el centro de la gigante cama King size. Ella está extendida sobre la cama vistiendo una de mis camisas. La parte inferior se deslizó hacia arriba y puedo ver la curva de su trasero. Aprieto la mandíbula por la necesidad de morderla, de marcarla como mía. El sol está poniéndose y pronto la luna va estar llena y voy a tener que estar dentro de ella. Caminando hacia la cama, lentamente me saco la ropa. Mi oso está empujando para salir y la necesidad está creciendo. Estoy siendo atraído hacia ella como nunca sentí antes y necesito estar cerca. Piel con piel. Mirando hacia abajo, veo mi polla larga y dura. Nunca estuvo así antes. Para los shifters solo hay una erección cuando encuentran a su compañero. Envuelvo una mano en ella acariciando con movimientos hacia arriba y abajo pero, por lo poco que sé sobre apareamientos shifter, no voy a venirme a menos que esté dentro de ella. Es la forma de asegurar que la semilla no sea desperdiciada y sea usada para embarazar a tu compañera.

Cuando me arrastro sobre la cama, ella se mueva un poco. Paso mis manos sobre sus piernas calientes viendo que ella está desnuda bajo la camisa. Puedo oler su coño y el perfume mantiene a mi polla dolorida. La sensación es agridulce. Duele, pero es un dolor que deseo. Lamo mis labios, necesitando saborearla, entonces empujo las piernas más abiertas y aparto la camisa. Ella está sobre su estómago pero puedo llegar a ella, no importa como duerma. Mi cama es enorme porque soy mas grande que la mayoria de los shifters, esa es una ventaja ahora que tengo una compañera. Coloco mi pecho hacia abajo en la cama y mi rostro entre sus piernas inhalando su olor nuevamente. Escucho un pequeño gemido y abro mi boca presionando donde ella está más mojada. Sus caderas suben y escucho mi nombre en sus labios, el sonido me lleva a la locura. —Koda. La palabra es susurrante y me hace sentir dominante. Mi oso gruñe y empuja hacia afuera queriendo saborear su miel también. Cuando sus caderas suben nuevamente dándome más de ella, le agarro con ambas manos y la mantengo en el lugar mientras la como. Nunca hice esto antes pero si me guio por los sonidos que ella está haciendo, debo estar haciéndolo bien. La lamo, probando cuan dulce es. Chupo sus rosadas y tibias partes pensando que podría pasarme horas haciendo esto. Ruedo sobre mi espalda y mi oso quiere mostrarle que puede ser un buen compañero. Cuando ella se sienta en mi rostro y su coño en mi boca, mi oso se extiende hacia afuera y muestra la barriga. Continúo chupando su dulce miel y ella continua diciendo mi nombre. Empujo su camisa hacia arriba para poder verla mirarme y sus ojos azules se abren totalmente. Se agacha agarrando mi cabello despeinado en sus manos mientras se mueve para atrás y adelante en mi boca. Mi oso gruñe cuando ella se tensa e intenta apartarse de mi boca. Sujeto sus muslos y la traigo de vuelta sin dejarle escapatoria. Veo con el rabillo del ojo que mis garras están surgiendo y hay pelaje oscuro en mis manos. Mi oso está empujando y no sé cuánto tiempo podré mantener mi piel. Snow aprieta mis brazos y grita pero son sonidos de placer y no de dolor. Su miel se escurre en mi boca mientras ella se viene sobre mí. Lamo y chupo mientras el placer la atraviesa y el calor del apareamiento asume mi control. No sabía que esperar, pero es mucho más intenso que cualquier cosa que podría haber imaginado. Mi oso gruñe y estiro a Snow y la coloco de cuatro patas en medio de la cama.

Empujando hacia arriba la camisa, expongo su culo hacia mí. Agarro su cadera y separo sus piernas queriendo tomarla pero tratando de calmarme. Gruño de nuevo sin saber cómo detenerme. Snow se inclina y mirando sobre su hombro empuja su culo hacia mí. —Por favor Koda. Hay un destello de luz en sus ojos y puedo ver que el calor del apareamiento la está tomando también. Mi polla es tan grande y su cuerpo tan pequeño que no sé si va encajar. Pero ciertamente la Madre Naturaleza no iría a ponernos juntos en este estado para que después no podamos ser capaces de aparearnos. Empujo la cabeza de mi polla a través de sus pliegues mojados y la siento estirarse para envolverme. Lentamente me hundo hasta que ella me toma entero. Su canal apretado me agarra y me aparto tirando a Snow contra mí. Estoy arrodillado sobre la cama con ella sentada en mi regazo y mi polla dentro de su pequeño cuerpo. Rasgo la camisa necesitando sentir su piel contra la mía, su cuello expuesto a mi mordida. —Te extrañé, compañera— susurro contra su piel lamiendo su oreja. —Koda ¿Qué está pasando? Siento que estoy en llamas. Pero de una manera buena. —Es la luna de apareamiento. Te encontré cuando está llena. El calor del apareamiento será más fuerte. La necesidad de marcarte es tan poderosa que no creo poder contenerme. —Muérdeme Koda— ella suspira cuando se mueva de arriba abajo en mi polla. —Duele dentro de mí. Creo que si me muerdes vas a hacer que se sienta mejor. Siento su coño pulsar y empujo, moviéndome con ella. Sin dudar coloco mi boca sobre la piel suave de su cuello y muerdo. La pequeña muestra de sangre toca mi lengua y exploto dentro de ella. Mi polla tiembla y palpita mientras los chorros de semen se derraman en ella. En algún lugar en el fondo de mi mente percibo que ella se viene también, como si una unión sucediera y nos juntásemos como uno solo. Abro la boca lamiendo la pequeña herida sabiendo que habrá una cicatriz allí el resto de su vida mostrando a todos los shifters que ella es mía. La idea me hace gruñir y salirme, colocando a Snow sobre su espalda y abriendo sus piernas. Sus brazos me sujetan mientras coloco mi pene nuevamente dentro de ella. —No salgas de mí, Koda. Duele cuando haces eso.

Ella se mueve debajo de mí levantando su cadera y pidiendo por mí. Muerde su labio mientras empujo nuevamente. Esta vez reclamo sus labios necesitando probarlos mientras estoy dentro de ella. Ella tiene un sabor a estar en casa y mi oso rueda alrededor amando la atención. Es tan bueno tener a alguien cerca de nosotros. Acurrucándome contra Snow rozo mi cuerpo en ella permitiendo a mi oso sentir a nuestra compañera. Antes de saber bien lo que está sucediendo, estoy gozando dentro de ella nuevamente. Me muevo con ella debajo de mí y lleno su vientre de nuevo. No paro de empujar con mi polla aun dura incluso después de dos poderosos orgasmos. Miro a Snow y ella sonríe acariciando mi rostro. Me inclino para su caricia notando que mi oso ha empujado a la superficie. Sé que mis ojos probablemente están brillando y estoy más peludo que lo habitual. Mis caninos están un poco mayores y me siento más agresivo en proteger lo que es mío. —Yo era virgen, Koda. Pensé que sería doloroso, pero siento como si necesitara más. Inclinándome, beso nuevamente a Snow aun empujando en un ritmo constante. Ella agarra mi muñeca y mueve mi mano entre nosotros dos. Ella pone mis dedos en su clítoris y lo froto viendo que ella quiere que haga eso para darle placer. Voy a darle cualquier cosa que ella quiera. Para siempre. Cuando froto su coño, ella se estremece en torno a mí, tensionándose y, enseguida, viniéndose en mi polla. Su miel me moja y me vengo nuevamente dentro de ella. Perdí el control de mi cuerpo cuando se trata de orgasmos. Solo sé que no puedo parar ni salir de ella. Cuando bajamos del pico, ruedo en la cama de modo que Snow quede arriba. Ella se sienta y comienza a moverse. —Koda— ella gime y me araña. Aprieto sus caderas anchas y veo sus pechos balancearse con su ritmo. Inclinándome tomo un pezón con la boca y chupo mientras ella me monta. —Dios mío ¿esto nunca va parar?— pregunta ella después que un orgasmo toma su cuerpo. Yo me río a carcajadas empujando dentro de ella. —Espero que no. No nos soltamos por un largo tiempo, experimentando diferentes posiciones y teniendo orgasmo tras orgasmo. La luna de apareamiento recae sobre nosotros y el calor nos lleva de un

pico de placer a otro. Es una noche de magia más allá de cualquier cosa que haya experimentado y espero que, a pesar de ella ser humana, ella sienta por lo menos un poco de eso. Cuando la luz de la mañana atraviesa las cortinas de la habitación, Snow finalmente se recuesta sobre mi pecho y da un suspiro feliz. La sostengo acariciándola con los dedos de arriba abajo en su espalda. —No sabía que podía ser así— le digo, besando su cabeza. — ¿Nadie te contó lo que sucedía durante la luna de apareamiento?— pregunta ella. —Escuché trozos aquí y allá. Pero nunca imaginé que pudiese ser tan maravilloso. Prometo que voy a ser un buen compañero para ti, Snow. Voy a protegerte y mantenerte a salvo. Voy a asegurarme que nadie te haga daño. Voy a asegurarme que nuestros hijos sean fuertes y que tengas todo lo que desees. Ella se levanta, mira mis ojos y veo algo que se parece a amor y devoción en ellos. —Sé que lo harás, Koda. Estuve cerca de shifters un largo tiempo. Pero sé que serás un compañero maravilloso. Tengo suerte que me hayas encontrado. Inclinándome, beso sus labios y esta vez, cuando hacemos el amor, no tiene nada que ver con la luna.

Capítulo 6 SNOW Sonrío cuando Koda muerde mi cuello mientras me siento en su regazo en la mesa del comedor gigante. Tal vez haya exagerado un poco con toda la comida que preparé en el desayuno pero estoy acostumbrada a cocinar para tres shifters y la cocina de Koda tiene todo lo que un cocinero podría soñar. Podría cocinar para un ejército aquí. Un montón de cosas que nunca siquiera se usaron y tuve que desempaquetar. Eso solo destacó lo mucho que Koda me necesita. Él continúa diciéndome que va cuidar de mí pero yo voy a cuidar de él aún más. —Hice toda esta comida y vas a comértela— protesto levemente mientras inclino la cabeza dejándolo mordisquear mi cuello. Sus manos grandes están en mis piernas y bajo la camisa que uso, se dirigen a mi culo y lo aprieta. —Quiero comerte primero a ti— esta vez él me lame y la sensación me hace removerme sobre su pene muy duro. No sé cómo todavía estamos así pero parece que no he tenido suficiente. —No puedes vivir solo comiéndome— bromeo, frotándome contra él. —Claro que puedo— refunfuña él después vuelve a morder mi cuello haciéndome reír de nuevo. —Bueno, no puedo— retrocede rápidamente mirándome con sus grandes ojos castaños. — ¿Tienes hambre?— la preocupación aparece en su rostro. Él siempre parece estar preocupado por mí. Siempre que hago el menor comentario, él ya está en acción. Ni siquiera tengo que pedírselo. Yo pregunto y él lo hace. Es dulce. Me hace sentir importante. Como si nunca me dejaría ir. Él me mueve de su regazo y me pone en la silla al lado de la suya antes de levantarse y buscar en la mesa, preparando un plato gigante de alimentos. Lo llena con huevos, tocino, panqueques y papas fritas. Luego lo coloca frente a mí. —No puedo comer todo eso— pensé que estaba preparando el plato para sí mismo. Contiene tanta comida que me sorprende que no se haya derramado. —Eres pequeña. Voy a hacerte más linda y grande— él señala el plato.

Yo lanzo un resoplido sabiendo que si como todo eso me enfermaré.

—Yo solo soy de constitución pequeña. Créeme, yo como— lo tranquilizo. Crecí con shifters y pasé la mayor parte de mi tiempo en la cocina. La verdad, comí mucho, pero parecía que nunca se quedaba en alguna parte de mi cuerpo. —Pero no hay ninguna posibilidad de que pueda comerme todo eso. Él se sienta nuevamente en la silla, tomando el plato antes de agarrarme nuevamente y sentarme en su regazo. Es un hábito que él tomó en los últimos dos días. Cuando me quiere en algún lugar, él no pregunta. Solo me agarra y me coloca allí. —Voy a alimentarte hasta que acabes— toma algunas papas y las lleva a mi boca. La abro para él. Un sentimiento me entibia bien en el fondo. Sé que no voy a comer todo, pero voy a dejarle intentarlo. Yo siempre fui la única que cuidaba de mis hermanos. Y ellos eran buenos conmigo, pero esto es diferente. Me siento querida en su regazo mientras él me alimenta lentamente, mordida a mordida. Aun me gusta ocuparme de las cosas por aquí, cocinar y limpiar, pero la forma como él me muestra que le importo hace vibrar mi corazón. Eso me hace creer que tal vez estar apareado a un ser humano tal vez ya no le esté molestando. Estuve reflexionando sobre lo que pasaría si nuestros hijos fuesen humanos. No sé cómo funciona eso y lo que sucede cuando una compañera humana se embaraza. Sé que conmigo él siente la fuerza del apareamiento, por eso no tiene elección a no ser, desearme. Pero ¿sería diferente con nuestros hijos? Él no tendría ese vínculo especial con ellos y, si fuesen humanos, él podría no amarlos como merecen. Alejo ese pensamiento, no quiero pensar en eso ahora. Quiero zambullirme, aprovechar cada momento de ser el centro del mundo de alguien. Es excitante y quiero más. Por mucho tiempo esperé lo inevitable, cuando ya no sería útil para mis hermanos. Mi futuro era inestable. Todo lo que siempre quise era una verdadera familia que fuese mía. Una que no me dejaría. ¿Qué pasaría cuando el último encontrara a su compañera? ¿Dónde me dejaría eso? No poseo habilidades reales además de mantener una casa y cuidar de las personas. Eso nunca me incomodó y me gustaba hacerlo. Pero siempre me preocupé si sería lo suficiente para mantenerme cuando esté sola. Koda trae otro bocado a mi boca recordándome que nunca tendré que preocuparme con eso nuevamente. Tengo un compañero que cuidar ahora. Tal vez pueda hacer que me ame. La culpa me golpea con esa idea. Él probablemente me odiaría si supiese que mi padre lo mantuvo enjaulado.

Él me contó su historia anoche. Como llegó a Gray Ridge. Como rastreó a su hermana después de estar enjaulado por años. Él no me dio detalles y podría decir por su mirada que solo tiene recuerdos de dolor. Él no fue libre por mucho tiempo. Algunos años. Si hubiese sido más fuerte, él podría haber estado libre antes de eso. Él no estaría cargando esa tristeza y odio que veo en sus ojos cuando habla sobre ser enjaulado. Mirando alrededor de la sala, me pregunto si él mismo percibe que pasó de una jaula a otra. Ésta puede ser buena pero él sigue estando preso. Incluso las ventanas están trancadas y noto que no he visto el exterior en casi dos días. Me pregunto cómo estarán mis hermanos. — ¿Alguna vez abres las ventanas?— le pregunto apuntando a una de las ventanas. —No— dice simplemente él dándome otra mordida en mi boca. —Siento falta del sol. ¿Ya pasó la tempestad? —Sí. Ya pasó. Paró en algún momento de la noche pero no puedes ir afuera hasta conseguir algo mejor para vestirte. —Pero ¿puedo ir afuera? ¿Tal vez abrir las persianas?— se forma una mueca en su cara con mi pregunta. —No creo que me guste que las personas te miren. Eso no debería hacerme reír pero lo hace. Y eso le hace sonreír a él también. Muevo la cabeza y su sonrisa decae a medida que su ceño se frunce. Me rio de su humor cambiante. —Tanto cuanto amo estar encerrada contigo, Koda, tengo que salir a veces. Yo quiero hacerlo. Fui mantenida lejos de la ciudad por más de un mes. Me volveré loca. Él me observa por un momento como si estuviera pensando sobre eso. —Ok— dice a regañadientes. —Pero estarás a mi lado todo el tiempo. Yo concuerdo. Me siento más que bien con eso. Todavía me da un poco de miedo que un día mi padre pueda encontrarme. Me voy a sentir segura con él a mi lado cuando decidamos salir. —Pero tú necesitas comer aun— él trae un poco de comida a mi boca y esta vez muerdo su dedo cuando me alimenta. Él gruñe en respuesta. —Me gusta eso. Deslizo la lengua contra su dedo antes de liberarlo de mis dientes. —Tus dientes se sienten bien en mí— giro para ponerme a horcajadas sobre él. Inclinada hacia el frente, lamo su cuello como él siempre me hace, antes de darle una pequeña mordida. Todo su cuerpo se estremece. Un gemido se escapa y el sonido va directo a mi corazón. Apartándome, veo sus ojos, ahora de oro. Él llega a mi camisa, la rasga dejándome completamente desnuda en su regazo. Mi braga se perdió hace mucho tiempo.

—Mierda, eres perfecta. Ni siquiera sabía que alguien podría ser tan perfecto— su mano comienza a vagar por mi cuerpo y no consigo parar de mover las caderas. Sintiéndome osada, me inclino entre los dos sacando su duro pene del pantalón pijama. —Llévame dentro tuyo, Snow. Quiero verte montarme. Me muerdo el labio y él agarra mis caderas afirmándome mientras guio su pene a mi entrada. Cuando él está en posición, lentamente me deslizo hacia abajo. Los gemidos llenan el salón cuando comienzo a moverme encima de él. Su mano vuelve para adorar mi cuerpo, tocándome en cualquiera y en todo lugar antes de deslizarla entre mis piernas para jugar con mi clítoris. —Muérdeme Snow, por favor— implora él, algo que estoy segura que nunca tuvo que hacer. Y yo hago lo que me pide, inclinándome hacia adelante, muerdo su hombro. Un rugido sale de él cuando lo siento explotar dentro de mí, llevándome con él y haciéndome morder más fuerte. Siento más de él inundándome, haciéndome gemir cuando finalmente lo suelto. Me inclino para ver su rostro. Él siempre parece tan feliz y en paz después de hacer el amor y me encanta ser la que pone esa mirada en su rostro. —Eres perfecta— dice de nuevo él, llevando la mano que estaba entre mis piernas a su boca, lamiendo los dedos y haciéndome ruborizar un poco. —Tú también tienes un sabor perfecto también. Ambas manos pasan por mis caderas y se posan en mi estómago. —Podríamos haber hecho un cachorro— dice él sonriendo. — ¿Y si no fuera un cachorro?— le pregunto, incapaz de detenerme. Sé que los compañeros tienden a concebir rápido por lo que la probabilidad de estar embarazada es alta. Él se encoje de hombros como si no fuese gran cosa. — ¿Y si fuera humano como yo?— presiono, necesitando más de él. —Sé que no te gustan los humanos. —Me gustas tú. Las palabras duelen un poco porque yo siento algo más que solo gustar de él. — ¿Te van a gustar nuestros bebés si fuesen humanos? —Voy a amarlos de cualquier manera. Tú no eres el único humano que me gusta. La esposa del sheriff Dominic es humana también y ella no me incomoda. Si nuestros bebés fuesen humanos van a ser perfectos como tú. Todo lo que venga de ti será perfecto.

Sus palabras duelen más de lo que él pueda imaginar, porque no puede ser verdad. Mi padre era su carcelero. Estoy casi cien por ciento segura del lugar de su cautiverio. Él solo mencionó trozos pero reconocí sus descripciones y sabía que él estaba hablando del mismo lugar del que había huido. No solo eso, él tenía un completo odio por los humanos. Sé cuánto odio puede tragarse alguien. Vi eso en mi padre. Él odiaba a los shifters. Pensaba que eran proyectos de ciencia. Diablos, creo que él odiaba a los seres humanos también por la forma que me trató a mí. Fue por eso que hui en un comienzo. Él quería comenzar a hacer pruebas en mí también. Había visto una abertura para escapar una noche y la aproveché. Corrí por lo que pareció una eternidad hasta que colapsé en la nieve donde me encontraron mis hermanos. Solo tenía once años. Me había rehusado a decirles mi nombre entonces, Snow nació ese día. Saliendo del regazo de Koda, tome la camisa desechada en el suelo y la use para cubrirme un poco cuando sali de la sala. Escucho su silla caer hacia atrás y los pasos fuertes siguiéndome por el corredor hacia el cuarto donde comienzo a buscar una ropa que vestir. Él se queda en la puerta observándome con una mirada confusa en su rostro. —No vamos a ningún lado. Me gustas desnuda— protesta cuando deslizo una blusa sobre mi cabeza y tomo unas medias. Lo ignoro cuando encuentro pantalones y me los pongo. — ¿Cuál es el problema? Veo que estás triste, dime que pasa y lo voy a resolver. Podemos ir a la ciudad ahora si realmente quieres. Tal vez tenga algo que pueda mantenerte abrigada. Puede quedarte un poco grande pero… —Koda— le digo interrumpiéndolo. —No puedes pensar que cada parte de mí es perfecta. —Claro que puedo— gruñe él dando un paso adelante. Yo retrocedo un paso haciéndolo gruñir nuevamente. —Los Denali son mis hermanos porque me encontraron en el bosque una noche, cubierta de nieve. Es así como gané ese nombre, en realidad. Tenía once años cuando se tornaron mi familia. —Yo soy tu familia ahora— corrige él posesivamente. Una media sonrisa sale de mis labios. Amo que él sea así conmigo. Pero no es real. Me sigue llamando perfecta y eso no es verdad. Cada vez que dice esa palabra me hiere un poco más profundo. —Antes de ser Snow Denali yo era Angie Madden— sus cejas suben mientras está pensando. —Esa noche yo estaba corriendo de una instalación que dirigía mi padre. Esa fue la noche en que los hermanos Denali me encontraron. Su nombre era Jack Madden.

Veo el color abandonar su rostro antes de que un rugido de rabia sacudiera la casa haciéndome saltar. — ¿Ves? No todo lo que viene de mí puede ser perfecto porque yo vengo de él. Nos quedamos en silencio absoluto por lo que pareció una eternidad antes de Koda se girase y saliera del cuarto. Después de un momento escucho la puerta del frente golpear. Siguiendo los sonidos entro en la sala de estar para ver que la puerta que siempre está trancada con fuerza, está abierta. Tomo mis zapatos y mi capa, salgo al porche para ver si puedo saber hacia dónde se fue, pero solo veo nieve fresca. Un sollozo corta mi pecho y siento lágrimas deslizarse por mi cara. Saliendo de la baranda, comienzo a andar. Está claro que él me quiere fuera. Ha sido tan protector conmigo pero él acaba de dejar la puerta abierta. No pasa mucho tiempo hasta que comienzo a escuchar aullidos y comienzo a correr en dirección a los sonidos sabiendo que son ellos. Cuando salgo al claro, los veo viniendo en mi dirección en una carrera. Cuando llego a ellos caigo al suelo acariciando a cada uno. Puedo decir que ellos están inspeccionándome pero no van a cambiar hasta que vuelva a casa. —Guíenme— les digo mientras los sigo a través del bosque por un buen trecho antes de, finalmente ver la cabaña. Entro y me siento en el sofá. Ellos me estiran de mi asiento y me envuelven en abrazos. —Estuvimos malditamente preocupados, Snow. Los teléfonos se cortaron y tuvimos que esperar a que pase la tempestad para ir hasta la casa del alfa y descubrir dónde estabas— dijo Flint casi gruñendo. —Estaba con Koda— les digo. —Lo sabemos— dijo Forest con firmeza y le doy otro abrazo. —Él no nos iba a decir donde vivía Koda. Dijo que iría a verlo pero entonces su compañera se puso como loca, él nos expulsó de la casa. Dijo que luego iría junto a nosotros pero salimos a buscarte de cualquier manera— concluyó Flint. Puedo ver la tensión en su cuerpo. —Estoy bien— intento tranquilizarlos. —Tú no estás bien. Estuviste llorando— dijo Flint, preocupado. Mi piel clara no esconde nada.

—Yo…— hago una pausa, respirando hondo. —Mi compañero no quiere saber nada de mí— la última parte sale con un sollozo cuando Finn me abraza intentando hacer que pare de llorar. De repente, un rugido suena del lado de afuera.

Capítulo 7 KODA Salgo de la casa sin pensar en nada que no sea el nombre que Snow me dijo: Jack Madden. Él era el ser humano horrible que le hizo cosas horribles a nuestra especie. Cuando estaba allá, él era el único liderando la instalación. Estoy seguro que era el dueño del lugar. Todos respondían a él y parecía que tomaba todas las decisiones. Cuando estaba allá, tenía la sensación de que si él caia, el lugar se habría desmoronado. Podía sentir el desacuerdo de las personas que trabajaban allí y sabía que él podría destruir todo. La única persona que parecía querer estar allí era Madden. Sabía que tendría que esperar el momento perfecto. Esperé hasta que él era la última persona en el laboratorio aquella noche. A veces se quedaba hasta más tarde y hacía experimentos que los otros técnicos no estaban de acuerdo en hacer. Ellos sabían que estaba yendo demasiado lejos pero nadie estaba dispuesto a impedirlo. En mi última noche allá, él entró al laboratorio furioso. Estaba culpándome por cosas que no tenía idea alguna. Él dijo que nuestra especie era una enfermedad para la humanidad y él iba a curarnos. Pensé por un largo tiempo que él quería volvernos algún tipo de súper raza con sus experimentos pero luego noté que solo le gustaba torturarnos. Estaba loco. Sabía que un día me mataría y sabía que el día finalmente había llegado. Vi la aguja sobre la mesa y sabía que tenía una oportunidad de hacer mi jugada. El último técnico que salió, puso unas tijeras en la mesa cerca de mí y me dio una mirada. No lograba descubrir por qué él hizo eso hasta que Madden entró. Entonces lo supe. Me estaba dando una oportunidad. Mientras estaba de espaldas, tomé las tijeras y corté las correas. Antes que pudiera idear un plan, Madden giró y yo me balanceé hundiendo la tijera en su garganta. En un solo movimiento, mi captor estaba en el suelo sangrando hasta morir. Esperé, tijera en mano y lo miré hasta que la luz abandonó sus ojos. Quería tener la certeza de que nunca más le haría eso a alguien y que otros shifters no sufrirían como yo. Saqué lo que pude en el corto periodo de tiempo que tenía. Encontré a otros shifters y los liberé. Todos huyeron tan rápido como pudieron sin volver la mirada. Fui afuera y encontré un poco de gasolina en un almacén cercano. Observé el fuego asegurándome de no haber dejado nada además de cenizas. Una vez listo, salí de allí y comencé a correr. Corrí hacia algunos shifters que días más tarde me ayudaron. Todo lo que conseguía pensar era encontrar a Winnie. No pensé sobre lo que había hecho pero ahora me arrepiento.

Cuando llegué a un claro en el bosque, paré intentando recuperar el aliento. ¿Cómo podría quererme mi compañera si yo maté a su padre? ¿Será que ella siquiera me miraría cuando supiera la verdad de lo que hice? Hay un dolor en mi pecho y sé que es porque estoy separado de ella. No sé qué hacer. No sabré que hacer si ella me aparta. Los últimos días han sido los más dulces que haya tenido. Nunca pensé que tendría algo parecido nuevamente. Ella hizo retroceder toda la oscuridad que siempre estuvo presente en mí. Cuando estaba con ella, la oscuridad se iba. No veía nada más que a ella. Mi pequeña compañera perfecta. Quiero volver a nuestra casa y contarle lo que hice pero ¿Qué sucederá si ella me aparta? Mi oso gime con esa idea sabiendo que nos desgarraría. Ser rechazado por un compañero no sucede con los shifters, pero ella es humana. Esto puede dejarme en estado de shock. Caigo de rodillas en la nieve poniendo mi cabeza en las manos. No tengo idea de qué hacer. Me siento perdido. — ¿Koda? La voz del alfa me hace mirar hacia arriba. Stone está cerca pero ni siquiera lo escuché acercarse. Estoy tan perdido en pensamientos y dolor que ignoré todo el resto. — ¿Todo está bien, hermano? Él se aproxima y se arrodilla a mi lado, mirando mi cuerpo, supongo que buscando alguna lesión. —Mi compañera— le digo y siento el dolor en mi corazón. — ¿Ella está herida?— pregunta, como si ya supiera de ella. Tal vez sus hermanos hayan acudido a él después de que les dejé la nota. —No, no es nada de eso. Stone pone la mano en mi hombro y siento el peso del alfa hablando conmigo. No es de mi naturaleza curvarme ante nadie pero estar en esta manada significa hacer lo que mi líder pida y por eso, mi oso escucha. —Koda, dime lo que está mal. Dejo escapar un suspiro profundo y explico lo que pasó con Snow y yo. Como la encontré y como ella es mi compañera y luego le cuento sobre la confesión de quien era su padre y lo que eso significaba para mí.

—No quiero hacer nada que le traiga dolor. Pero temo que si le cuento la verdad, ella puede alejarse de mí— el peso de las palabras es casi demoledor y el dolor en mi cuerpo está empeorando. No puedo estar lejos de ella por tanto tiempo sin consecuencias. —Voy contigo, hermano. Vamos a hablar con ella juntos. Concuerdo. No hay ningún desacuerdo con el alfa. Y tal vez él va hacerle entender lo que me aparta. Es mejor con las personas que yo. Muchas veces me pierdo con las palabras. Después de haber sido mantenido en cautiverio por tanto tiempo, algunas de mis habilidades sociales no son lo que solían ser. Me levanto del suelo y él me sigue de vuelta a mi casa. Cuando la veo, estoy sorprendido que la puerta está abierta. Sorprendido de que la haya dejado así. Estaba tan alterado cuando salí que me olvidé de trancar la puerta. La dejé desprotegida. El pánico me golpea fuerte y rápido como nada que hubiera sentido antes y llegando a lo más profundo. — ¡Snow! Corro a la casa en pánico y sé en medio segundo que ella no está adentro. Mirando hacia abajo, veo sus huellas y comienzo a correr tras ellas por el bosque. Siento a Stone a mi lado acompañándome y corremos por un largo tiempo antes de encontrar un gran conjunto de huellas de lobo al lado de sus pisadas. —Sus hermanos, los Denali— digo sin aliento. Stone concuerda y corremos hacia la cabaña en la periferia de la zona protegida. Cuando llego allí puedo oler a los lobos y a mi compañera. Mi oso empuja hacia adelante y apenas puedo sujetarlo cuando ruge su rabia. Voy a derrumbar esta maldita casa, tabla por tabla hasta que ellos me devuelvan lo que es mío.

Capítulo 8 SNOW Otro rugido suena, éste último endemoniadamente más cercano. Enseguida, la puerta explota y pedazos de madera vuelan alrededor. Todos nos agachamos pero, incluso antes de saber lo que está pasando estoy en el aire con unos fuertes brazos en torno a mí cuando el frio de afuera me golpea. Una sensación extraña de deja vú me toma con Koda corriendo por el bosque en un ritmo que claramente no es humano, conmigo en brazos. No digo nada. La mirada en su rostro es totalmente salvaje. Parte de su rostro cambió y sus ojos están completamente negros. No demora mucho antes de comenzar a escuchar aullidos detrás de nosotros haciendo parar mi corazón. No quiero que nadie salga herido. En el fondo sé que Koda nunca me haría daño. Él no puede quererme como compañera pero no me haría daño. Me pregunto si es eso lo que lo está guiando ahora. Él sabe que tiene que tenerme como compañera incluso si me odia. Tal vez por eso que él esté tan salvaje. Él perdió el control. Mas aullidos suenan detrás de nosotros y Koda aumenta la velocidad mientras corre, esquivando los árboles y sin perder el paso. —Por favor— susurro, empujando mi rostro en su cuello. No sé si estoy pidiéndole para parar o para no atacar a mis hermanos que sé que nos siguen. —Mía— gruñe él. Sus brazos me aprietan. Pronto la casa aparece a la vista, la puerta todavía abierta. Koda salta los escalones y entra en la casa, pateando la puerta para cerrarla detrás de él y me baja, trancando las cerraduras. Siento alivio cuando escucho las trabas en su lugar. Sé ahora que no habrá lucha entre mis hermanos y Koda. Sé que Koda podría con ellos uno a la vez sin problema. Eso está claro debido a su tamaño. Pero no sé lo que haría con los tres de una vez y no podría soportar que ninguno de ellos salga herido. Koda gira hacia mí y entonces veo el dardo en su hombro. Suspiro y corro hacia él cuando lo arranca. —Calma— refunfuña él lanzado el dardo al piso. Él mueve la cabeza. —estos no funcionan en mí. Soy inmune.

Alivio y tristeza me golpean. Alivio porque sé que él estará bien pero tristeza porque sé que él es inmune probablemente a causa de haber sido disparado centenas de veces cuando estaba en cautiverio a lo largo de los años.

Él da dos pasos en mi dirección, cayendo de rodillas frente a mí y tomándome desprevenida. Se inclina contra mí como si estuviera aspirándome. Paso los dedos por sus cabellos queriendo calmarlo. —Vete— gruñe Koda un segundo antes de los golpes en la puerta. — ¿Snow, estás bien?— grita Flint. —Abre la puerta Koda— dice la voz profunda que no reconozco. — ¿Él está inconciente, Snow? Yo le acerté con un dardo. Koda no habla. Continúo pasando los dedos por sus cabellos oscuros, su respiración comenzando a calmarse y un poco de la tensión abandona su cuerpo. Amo que mi toque pueda hacer eso con él y que tengo tal poder sobre ese gigante. —Estoy bien, muchachos. Solo necesitamos unos minutos— intento tranquilizarlos. — ¡Yo dije que salgan! ¡Ella es mía!— gruñe Koda contra mí, su tono posesivo enviando un escalofrío dulce por mi cuerpo. Nadie responde y no tengo idea si se fueron o no, pero Koda no se mueve de su posición frente a mí. —No me dejes. No puedo soportarlo. Cuando regresé…— su voz falla. —Y vi la puerta abierta y descubrí que no estabas, fue el peor momento de mi vida. No sentí ese tipo de pánico cuando me aprisionaron. Nunca tuve un miedo así. Él me mira y puedo ver un ruego en sus ojos. —Pensé que me habías expulsado, Koda, después que te conté de donde venía. El mueve la cabeza. —No fue por eso que salí— puedo ver que necesita decirme algo, pero no quiere decirlo. Paso mis manos de su cabello a su rostro. Él se inclina para mi caricia, volviéndose para besar mi mano. —Dime que no me dejarás. —Para comenzar, yo no quería salir— ito. Cada paso que daba alejándome, dolía más y más. Era como si estuviera abandonando mi casa.

—Dilo— me exige él, trayendo una sonrisa a mis labios. —No te dejaré— aun puedo ver la incertidumbre en su rostro. —Nunca— agrego. —mientras tú me quieras aquí contigo, me quedaré. —Siempre te querré aquí— dice él instantáneamente. Yo sonrío. —Yo maté a tu padre— sus manos aprietan mis caderas como si fuera a intentar apartarme. —Bien— me siento aliviada. Como si un peso saliera de mis hombros. No tengo que mirar sobre mi hombro con miedo a que mi padre aparezca en cualquier momento. Koda me dio un regalo y ni siquiera se da cuenta de eso. Él me mira con sorpresa en el rostro. — ¿Esperabas que me entristezca? Yo hui de él. Todos huyeron. Sentí culpa por años sobre las personas que dejé atrás. Pero, cuando llegué a lugar seguro, me tomó doce horas para itir de donde venía y cuando ellos volvieron para intentar salvar a algunos de los shifters, el lugar estaba vacío. Tal vez si hubiera dicho algo más temprano, ¡podría haberte liberado! Un sollozo rasga mi garganta cuando pienso que lo dejé allá. —Snow— él me estira a su regazo. —tenías once años. Yo lo sé. Él está diciendo algo que mis hermanos me lo repiten hace años. No debería sentir culpa pero ésta aún está ahí. —Además, yo aceptaría cada uno de esos años que pasé ahí si eso significaba encontrarte. —Oh, Dios mío— me envuelvo en él, enterrando el rostro en su cuello mientras las lágrimas comienzan a fluir. No puedo creer que dijo eso. Es agridulce. Él de buen grado aceptaba haber quedado en ese lugar solo para estar conmigo. —Yo te amo— sollozo en su cuello. En un movimiento rápido estoy aprisionada en el suelo. —Repite eso de nuevo— exige él. —Yo te amo— su boca encuentra la mía. El beso es suave y dulce, pero posesivo. Todo lo que él hace cuando se trata de mí es posesivo. Cuando finalmente se aparta, tengo que preguntarle. —Sé que siendo compañeros, te sientes atraído por mí sin importar el porqué, pero, ¿crees que tal vez podrías amarme un día, incluso sabiendo quien era mi padre? —No me importa de dónde vienes. Eres mía— gruñe él, tomando mi boca en otro beso y haciendo encender mi cuerpo. Parece hacer eso cada vez que dice la palabra “mía”. Amo

pertenecer a alguien, ser tan importante para él. No me importa cuán necesitada eso me hace ser. Intento sacarle la camisa pero él me detiene, descansando su cabeza contra la mía. —Yo te amo, Snow. Me trajiste de vuelta a la vida. Estaba apenas sobreviviendo cada día, pero ahora siento que tengo un propósito. Una razón para estar aquí. —Me dices las cosas más dulces. —Seré tan bueno para ti— dice él, agregando más dulzura. Me sorprendería si no me vuelvo una feliz tonta sentimental cuando él pare de hablar. — ¿Bueno como llevarme a la ciudad y dejarme abrir las persianas?— le provoco, haciéndole gruñir, pero lo acepta. —Iré contigo todo el tiempo. Alguien podría intentar alejarte de mí. —Nadie va atraparme. —Sí, ellos lo harían porque eso es lo que yo haría— es adorable que él crea que todo el mundo me querrá. Él cree que soy tan rara y especial que nadie podrá resistirse. —Solo tú lo hiciste— le corrijo riendo. No quiero ir a ningún lugar sin él de todas formas. No sé si algunos de mis viejos miedos aun residen dentro de mí pero nunca me gusta estar sola y me siento segura con Koda. Voy a tirar de su camisa, queriendo hacer el amor con él pero una vez más me detiene. Yo hago un mohín. —Ellos van a oírlo— él mira por encima del hombro a la puerta del frente. —No quiero que te escuchen gemir. Nadie escuchará eso. De repente escuchamos los cerrojos cediendo uno a uno. Koda está de pie. Instantáneamente tirándome hacia él. Se vuelve cuando la puerta se abre. Una chica pequeña con cabello marrón y los mismos ojos de Koda, surge en la puerta, su barriga muy embarazada apareciendo. Ella tiene la mano en las caderas y veo a un hombre detrás de ella, un agarre posesivo en su hombro. Una sonrisa se esparce por su rostro.

— ¡Sabía que algo estaba pasando!— ella salta a la sala, el gran hombre tatuado siguiéndola. Él toma el dardo tranquilizante del suelo. La chica lo ve y sus ojos se estrechan. — ¡Le disparaste a mi hermano!— le grita al hombre y ahora sé que ella es Winnie, la hermana de Koda. Él me habló un poco de ella. —Como si hubiera servido para algo— él lanza el dardo sobre la mesa. —Sería necesario más que eso para impedirme de tener a mi compañera. Mis hermanos entran y puedo sentir la tensión entrar con ellos haciendo a Koda gruñir. Mis hermanos gruñen en respuesta. Me pongo frente a él, y pone las manos en mis caderas, por lo que no puedo alejarme de él pero todavía estoy bloqueándolo de mis hermanos. —A calmarse todo el mundo. Mi compañera está embarazada y no va a haber una lucha en la sala de estar. Una de las hembras puede salir herida. —Nadie va luchar— intento estar lo más calma posible. —Koda nunca haría daño a mis hermanos, ¿verdad Koda?— giro la cabeza mirándolo y haciendo pucheros. —No— gruñe él, claramente no gustándole la respuesta. —a menos que intenten alejarla de mí. —Nadie puede alejarme de ti— lo tranquilizo. Me vuelvo para mirar a mis hermanos. —Estoy feliz de que esa mirada de cervatillo que ella hace no funciona solo en mí— dice Forrest. —Sus ojos son perfectos— Koda me besa la punta de la cabeza. —no necesitas preocuparte por esos ojos de cachorrito. Son solo míos ahora. —Aaahhh, eso es tan lindo. ¿Ves? Te lo dije, Stone. Él es un dulce en su interior. Nadie me creyó— dijo Winnie aproximándose a mí e intentando tirarme para un abrazo, pero Koda no me soltará. —Déjala ir— bufa ella y a regañadientes, Koda me suelta con un gruñido. Ella envuelve sus brazos en mí.

—Gracias— susurra ella en mi oído. —Ya veo el viejo Koda volviendo— ella retrocede cuando me suelta. — ¿Qué tal una cena en familia? Todas las familias se encuentran y se reúnen— dice ella batiendo palmas. —No— dice Koda haciéndome reír. —Koda— dice ella pareciendo irritada y mirando al que estoy suponiendo que es su compañero haciendo asumo que es el alfa del me había dicho Koda. Ella lo mira como si esperase que él exigiera que tuviéramos una cena juntos. —Yo quiero conocer al hombre que se va quedar con mi hermana— dice Flint. —No— dice Koda nuevamente. —Lo que Koda está intentando decir— digo, interrumpiéndolos. —Es que adoraríamos cenar todos juntos— Koda gruñe detrás de mí tirándome hacia atrás. —Tal vez el próximo fin de semana. Necesitamos un tiempo para estar solos. Él aún está en el límite. Después, adoraríamos que vengan a cenar. Puedo cocinar para todos. Winnie y mis hermanos comienzan a expresar sus quejas. —Winnie, tienes que darles un tiempo— dice Stone. Sus cejas se fruncen un poco y a ella claramente no está gustándole lo que él está diciendo. —Tal vez puedas conseguir una sobrina o sobrino— agrega él, haciéndome ruborizar. — ¡Todos afuera!— grita Winnie intentando expulsar a todo el mundo de la sala, haciendo reír a Stone. Nos despedimos y mis hermanos renuentemente salen después de asegurarles (cuatro veces) que realmente quiero quedarme. Les prometo que voy a pasar por su casa mañana o pasado mañana. También los hago salir un poco más rápido cuando me comprometo a hacer las comidas para ellos porque son incapaces de encender ni siquiera la cocina. Cuando la puerta finalmente se cierra y todas las cerraduras hacen el clic de vuelta en su lugar, no pasa un segundo antes de que Koda me tenga en sus brazos caminando en dirección al dormitorio. Él me pone en la cama y me observa por encima. Subiendo las manos, agarra el cuello y se saca la camisa. Lentamente se mueve hacia debajo de mi cuerpo empujando mi blusa. Su boca posa en mi estómago y comienza a poner besos suaves allí. — ¿Quieres cachorros?— me pregunta y puedo ver el deseo en sus ojos.

—Quiero todo contigo, Koda. La familia que siempre soñé. Vi a mis hermanos aparearse uno a uno y nunca pensé que yo podría conseguir eso. Eres como mi príncipe. No solo me libraste de mi padre sino que vas a darme la vida que siempre quise. Mi “felices para siempre” de verdad. —Voy a darte todo, Snow. Solo tienes que decirme lo que quieres. —Solo a ti. Haz el amor conmigo, Koda.

Capítulo 9 KODA Aparto el resto de nuestras ropas hasta quedarnos desnudos. Necesito de mi compañera y la necesito completamente. Deslizándome aún más hacia abajo, me muevo entre sus piernas y lamo su coño. No sé cómo los otros machos shifters oso son, pero no logro tener suficiente de la miel entre sus piernas. La lamo más y más hasta que su cuerpo eventualmente se estremece debajo de mí. Espero que le guste lo que estoy haciendo porque quiero ser un buen compañero y tener mi boca entre sus piernas abiertas es algo que amo hacer. —Koda— ella susurra agarrando mi cabello y trayéndome más cerca. Chupo su clítoris y a ella parece gustarle porque cuando lo hago, ella se viene en mi boca. Más de su miel se escurre y la chupo. Cuando se calma giro mi boca y muerdo el interior de su muslo. La marca la lanza a otro orgasmo y el mío está tan cerca que es doloroso. Pero me contengo queriendo gozar dentro de ella. Lamo la pequeña mordida para sellarla y enseguida beso la carne tierna alrededor de ella. Sus muslos gruesos se abren más, dándome la bienvenida. Su cuerpo está abierto y listo para mí y no puedo controlarme por más tiempo. Subiendo, estoy impaciente pero tengo que ir despacio. Quiero que sea perfecto para ella a cada momento. Inclinándome hacia abajo, beso sus labios tiernamente. El sabor de su dulzura para entre nuestras lenguas y ella gime en el beso. Empujo entre sus pliegues mojados con mi polla dura encontrando mi camino dentro de ella. Debería haberme tomado mi tiempo pero si tuviera que pasar un segundo más fuera de su cuerpo puedo morir. Cuando su vagina tiene mi polla hasta la raíz, finalmente siento que puedo respirar. Mi boca se mueve hacia abajo en su cuello y pechos y lamo sus pezones amando la sensación de ellos en mi lengua. —Tan linda— susurro contra los montes turgentes. Empujo y entierro el rostro entre ellos. Los globos calientes presionan mis mejillas mientras lamo el valle. Ella ríe y dice que mi barba pica, pero no hace ningún movimiento para apartarse. Entonces hundo mi rostro ahí, amando su suavidad. — ¿Qué dijiste?— pregunta ella con otra risa surgiendo.

Levanto el rostro, sonriéndole porque ella no consiguió entender mis murmullos contra sus pechos. —Yo dije que te amo. Su mano viene hasta mi cara y hay mucho amor en sus ojos. —Yo te amo, Koda. Te amo tanto. Sujetando sus caderas, me vengo dentro de ella llenándola con mi semilla. Pero, como la Madre Naturaleza nos sigue recordando, hay mucho más de donde vino eso. Ruedo para que Snow se siente sobre mí, montando mi polla aún más dura. Cuando ella tiene un orgasmo casi colapsa en mi pecho, pero la sostengo contra mí. Empujando despacio, sin prisa para el segundo clímax, nos quedamos así por horas. —Creo que tal vez eres parte oso— le digo pasando una mecha de su cabello por mis fosas nasales. Ella se ríe, levantando el rostro para mirarme. — ¿Por qué dices eso? —Porque te gusta abrazar casi tanto como a mí. De repente, ella comienza a besar mi pecho y amo la manera como se siente. Adoro como cada parte de ella se siente, pero me gusta especialmente su boca. Cuando mi polla se desliza libre de su coño, gruño, pero ella solo se queda besándome y por un segundo me olvido de irritarme. Su boca va hacia mi cadera y casi comienzo a sentarme, pero ella coloca la mano en mi estómago, yo la miro. — ¿Snow, que estás haciendo? Tímidamente, ella se mueve más abajo, sosteniendo mi polla en la mano. —Solo quiero hacerte sentir tan bien como me lo haces tú. —Pero tú lo haces. Me haces sentir perfecto simplemente siendo mi compañera— agarro su muñeca intentando detener los movimientos, pero ella se aparta un poco. —Solo dame un segundo, Koda. Relájate.

Comienzo a decir algo pero la boca va a la punta de mi polla y pierdo todo pensamiento consciente. —Snow— consigo gemir mientras sus movimientos de lengua recorren la cabeza de mi polla. Ella debe probar nuestros sabores mezclados y esa idea solo me pone más caliente. Nuestra pasión me cubre y ella la lame. Egoístamente quiero saborearlo también. —Mmmm— ella gime en mí y me lleva más al fondo. Mis garras salen y las hundo en el colchón para intentar mantener algún control. Aprieto los dientes pero cuando ella va un poco más allá, no aguanto. Bajando, agarro sus brazos y la estiro hasta que ella se pone sobre sus espaldas y yo encima. Empujo en ella y tomo su boca. Plumas vuelan en torno nuestro y noto que debo haber roto alguna almohada. Debería importarme pero estoy tan excitado que no puedo parar a pensar en eso. Cuando mi boca va al cuello de Snow ella está sin aliento mientras yo sigo los empujes. —Yo no he terminado aún. —Sí, tú terminaste— gruño en su cuello y siento su vagina apretarse. Ella se viene y la sigo al paraíso. Poco tiempo después, ella dice que quiere intentarlo de nuevo y la tengo de espaldas antes que pueda terminar ese pensamiento. Ella ríe y dice que tal vez con el tiempo vaya a acostumbrarme con eso pero yo no creo que sea posible. Nunca voy a acostumbrarme a tener a este humano perfecto solo para mí. Y nunca voy a acostumbrarme a amar cada pulgada de ella con cada pulgada mía. Por el resto de nuestras vidas.

Epílogo SNOW

6 meses después Mi barriga esta enorme pero juro que cuanto más grande me pongo, Koda menos puede alejar sus manos de mí. La vida continúa perfectamente maravillosa con mi compañero cuidando de mí y de nuestro cachorro en desarrollo. Aparentemente, el embarazo de los shifters oso dura un largo tiempo pero no me importa. Me gusta sentir a nuestro bebé dentro de mí y no puedo evitar imaginarme si es un varón o una niña. O si será un shifter o no. Por lo que Winnie me contó, el gen oso es dominante y con una pareja del tamaño de Koda, es seguro que tendremos un varón shifter oso. Me encantó escuchar eso y pasé horas imaginándome a un pequeño con ojos color miel y cabello castaño claro como su padre. Lanzo un suspiro de felicidad y levanto la vista para ver a Koda cargando una canasta de arándanos para nosotros. Tendremos un picnic en el lago donde me encontró. Estoy remoloneando, disfrutando del sol en mi cara mientras él se recuesta a mi lado y besa mi barriga. — ¿Has pensado acerca del nombre de nuestro bebé?— me pregunta, alimentándome con un arándano. —Creo que tú deberías elegir, Koda. Tú tienes un nombre fuerte y creo que le darás a nuestro hijo uno así también. — ¿Y qué pasa si es una niña? Yo sonrío y levanto una ceja. —Ok. Si es un niño me gusta Jasper. Asiento con la cabeza y sonrío —Pero en caso que sea una niña, me gusta Snow— él se acerca y toca mi rostro y puedo sentir que me ruborizo. — ¿Por qué quieres darle a una niña el mismo nombre que el mío? Él se inclina y besa suavemente mis labios antes de susurrar. —Porque no consigo pensar en nada que ame más que la nieve.

Nos besamos por un largo tiempo antes de inclinarme hacia atrás y mirar en sus ojos suaves. Su oso está feliz por estar al aire libre y estoy feliz de poder hacer eso por él. Traje a Koda hacia la luz y él no siente más miedo de lo que pueda suceder. Él no tiene más las pesadillas que dijo que tenía antes que yo apareciera. En vez de eso, él duerme y duerme hasta que yo me levanto de la cama. Entonces está a mi lado hasta la hora de dormir nuevamente. Él dice que entes de encontrarme no salía mucho de casa pero ahora encuentra razones para llevarme a nuevos lugares y mostrarme el mundo. Creo que tiene que ver con el hecho que él supo que estuve encerrada por mucho tiempo aunque el encierro fuera por mi protección. Creo que siente la necesidad de compensar el tiempo perdido. —Bien, los dos sabemos que es un niño, por eso es un punto discutible. Él sonríe y besa mi cuello. Acaricio su espalda escuchándolo gemir de placer. Él adora cuando lo araño marcando su enorme cuerpo. —Si quieres una niña, haré que así sea. Rio de su tono serio. Solo Koda sería capaz de intentar ordenar a la Madre Naturaleza para darme el sexo de bebé que quiero. Lo beso suavemente y muevo la cabeza. —Un bebé sano. Eso es todo lo que quiero. Él me besa de vuelta y esta vez profundiza el beso poniendo mi espalda sobre la manta y colocándose sobre mí. Él empuja el vestido exponiendo mi sexo a la luz del sol. Entonces se mueve hacia abajo y se instala entre mis piernas. Cierro los ojos y gimo cuando su lengua caliente roza perezosamente mi clítoris. Estamos con prisa hoy, solo disfrutando el bello día de primavera y uno al otro. Su boca se abre y cubre mi coño y me enloquece. Siento sus dedos gruesos penetrándome y me inclino para recibirlos. Estuve en un estado de necesidad constante desde la primera vez que hicimos el amor. Pensé que en algún momento iría a disminuir o desaparecer pero eso no sucedió. Nuestro vínculo de apareamiento es algo que nunca pensé que iría a experimentar. Consume todo y no logro tener suficiente de él. Tiro del cabello de Koda trayéndolo más cerca de mí. Entonces me vengo contra su boca y él me lame lentamente. Cuando se levanta, teniendo cuidado con mi barriga, él se desliza dentro de mí. Mi marca de compañero hormiguea, así como el resto de mi cuerpo mientras hacemos el amor sobre la

manta. Sus pesados golpes elevan nuestros latidos cardiacos y el día perfecto se vuelve ahora aún mejor. Cuando su semilla caliente entra en mí, mi propio orgasmo es accionado y me agarro a Koda gritando su nombre. Él se inclina hacia abajo, adorándome y susurrándome palabras de amor. Nunca voy a cansarme de la forma como me él me adora y dice que me ama. Cuando cierro los ojos y duermo, siento a Koda acomodarse a mi lado y besar mi marca de compañeros. Es el cielo en la tierra y no quiero que se acabe nunca.

EPÍLOGO KODA

Dos años después… Gruño al ver al lobo sonreír a Snow. Estoy a su lado, pareciendo una sombra gigantesca asustando a los habitantes de la ciudad pero no me importa. —Koda, si vas a intimidar a todos los que vienen aquí, entonces, ¿Cuál es el punto de ayudarme con la venta de pasteles? Snow bufa y me siento en la silla detrás de ella mirando a su culo exuberante. Lamo mis labios mientras ella se mueve en torno a la mesa donde vende pasteles y tartas en el festival. Nos comprometimos a ayudar a Ruby, Gwen y Winnie con el festival de otoño y quedarnos a vender pasteles. Se realiza todos los fines de semana y continuará por meses. Ella comenzó a ayudar en el Goody Basket de Ruby luego de nuestro apareamiento diciendo que quería ir a la ciudad a tornarse parte de nuestra comunidad. Sabía que sería bueno para los dos. Asumí el papel de Vice Sheriff. También estuve ayudándola en la panadería y con nuestro cachorro. Snow está embarazada de cinco meses de nuestro segundo cachorro y viéndola así solo me excita más. Tuvimos una niña, pero ella cree que este es niño. Así como lo creía con la primera. No me importa lo que tengamos mientras estén sanos y felices como mi compañera. La pequeña Snow está en casa con su tía Winnie y Stone, de modo que el tiempo a solas es muy bueno. Aunque prefiriera quedarme en la cama en vez de aquí en la ciudad, pero esto hace feliz a Snow, entonces hago lo que ella quiere. —Hey, linda señora. ¿Hay algo en esta mesa tan dulce como tú? Escucho la voz de un hombre y saco mis ojos del culo de Snow para mirar a su alrededor y ver a un humano frente a ella. Si él fuera un shifter, habría olido mi aroma a una milla de distancia y se apartaría. Lentamente y con el máximo de contención, me levanto por detrás de Snow y miro por encima de su cabeza al humano. — ¿Qué has dicho?— pregunto con los dientes apretados. Escucho a Snow contener una carcajada pero creo que esto tenga nada de gracioso. —Yo, ejmm, yo estaba, humm…— él tartamudea algunas frases pero nada entendible sale de sus labios.

—Todos cuestan dos dólares y toda la ganancia va al parque infantil en la calle principal— dice Snow intentando suavizar la situación. Me aproximo a ella mirando al hombre, desafiándolo a hacer una jugada. Me gustaría arrancar su garganta en medio de la calle para mostrar mi dominio a todos los que piensen en insinuarse a mi compañera. Lentamente, él saca la cartera y saca un billete de 20 dólares colocándolo sobre la mesa y apartándose. Él no dice una palabra mientras se mezcla con la multitud sin darme nunca la espalda. Snow gira enseguida, poniendo las manos en las caderas y arqueando la ceja. Yo solo me encojo de hombros y me siento, sin siquiera pedir disculpas. Ella solo deja escapar un bufido como cuando se irrita, pero la veo sonriendo mientras se gira hacia la mesa. Eso es bueno para mí porque comienzo a mirar su culo nuevamente. —Por lo menos él hizo una buena donación— dice ella tomando el dinero y colocándolo en el frasco. —Por lo menos la vista es agradable— digo y ella mira por encima del hombro y me hace un guiño. Ella sabe exactamente lo que está haciendo cuando se contonea frente a mí, pero la dejo fingir ser inocente cuando pienso en todas las maneras en que voy a saborearla más tarde. Ella tiene suerte de estar embarazada o con certeza yo iría a colocar un bebé en ella esta noche. Luna de apareamiento o no, ella está siendo una provocadora y lo sabe. Snow sabe exactamente lo que sucede cuando provoca a mi oso. Extendiendo la mano, agarro sus caderas y la pongo en mi regazo. Ella lanza un grito e intenta apartarse pero sé que no quiere ir a ningún lado. A ella solo le gusta exasperarme. —Te contoneas de nuevo frente a mí y voy a cargarte sobre mi hombro— muerdo su cuello y le envío un escalofrío en la columna vertebral. — ¿Lo prometes?— ella me lanza una sonrisa maliciosa y yo gruño. —Cuidado, compañera. Se supone que debes estar aquí por una hora más— acaricio su barriga creciente y me siento cada vez más duro. Ella golpea mi pierna juguetonamente y la dejo levantarse de mi regazo. —Entonces creo que vas a tener algo de autocontrol la próxima hora. Sujeto la silla, casi arrancando las barras y aprieto los dientes.

—Snow, cuando se trata de ti, nunca tuve control. —Lo sé, y adoro eso. Tanto como te amo. El beso que da en mis labios es suave y dulce, pero me tiene contando los segundos hasta que pueda llevarla de vuelta a nuestra casa. Cuando se trata de Snow, sé que dos cosas son ciertas: nunca voy a dejar de amarla y nunca voy a tener lo suficiente. Fin

N. T.: Snow el nombre de la protagonista es nieve en inglés, de ahí el juego de palabras en toda la novela.