Virtual Dominante 5b4a11

Título

Virtual dominante

Por

Erika Sanders

Serie

Colección Dominación Erótica

@ Erika Sanders, 2020

Imagen portada: @ Fernando Cortés, 2020

Primera edición: Octubre, 2020

Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de la obra sin la autorización expresa de la propietaria del copyright.

Sinopsis

Samantha es una gran programadora informática que tiene el propósito de diseñar un programa de RV (Realidad Virtual) con el que someter y dominar a los sujetos que lo utilicen.

A través de programas piratas informáticos intenta localizar a jóvenes sin familia y que tengan tendencias sumisas y bisexuales para probar su invento.

Debido a ello localiza a tres compañeros (Paul, Diana y Virginia) a los que renta una habitación, a cada uno de ellos, en su casa.

Virtual dominante es una novela de fuerte contenido erótico BDSM y, a su vez, una nueva novela perteneciente a la colección Dominación Erótica, una serie de novelas de alto contenido BDSM romántico y erótico.

Nota sobre la autora:

Erika Sanders es una conocida escritora a nivel internacional que firma sus escritos más eróticos, alejados de su prosa habitual, con su nombre de soltera.

VIRTUAL DOMINANTE POR ERIKA SANDERS

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO 1

En una de las habitaciones de arriba de la casa enladrillada, suburbana, tranquila e independiente, Samantha se miró en el espejo de su habitación.

Ella vestía una falda corta, calcetines largos, un top sin mangas blanco y un sujetador verde claro, bien visible debajo del top que compensaba perfectamente su flexible piel marrón de tono oscuro.

Su brillante cabello negro estaba suelto en mechones, y lo dejó balancearse libremente.

Perfecto.

Abrió la puerta del dormitorio y escuchó al otro lado de la casa.

Los únicos sonidos provenían de la sala de estar, donde se podía escuchar a su tímido y hermoso compañero de casa Paul jugando un juego.

Samantha bajó saltando las escaleras y se sentó en el cómodo sofá junto a él.

Su primer objetivo, aquí, a su disposición.

Su corazón saltaba con latidos rápidos.

Sus cámaras secretas ya habían grabado al chico desnudo, masturbándose, incluso en una pequeña esclavitud en la que le gustaba hacerlo.

Ella quería ese cuerpo.

Lo necesitaba, incluso.

Necesitaba que fuera de ella.

Pero, sobre todo, ella necesitaba su mente.

* * *

Había esperado hasta que las otras dos compañeras de casa estuvieran fuera durante el fin de semana para lanzar su trampa.

Paul sería el primer caso de prueba real para sus gafas de realidad virtual muy especiales.

Excepto ella misma, por supuesto.

Samantha era un genio.

Ella había tenido cuidado de ocultar este hecho desde una edad temprana, y la muerte prematura de sus padres hace dos años cuando tenía dieciocho años la había dejado sin orientación, pero en posesión de una gran herencia y una bonita casa en un suburbio de Manchester.

Ella tenía los recursos que necesitaba para hacer el mundo suyo; todo lo que le faltaba eran unos pocos sujetos de prueba.

Había reclutado cuidadosamente compañeros de casa sin familia, pocos amigos y fuertes tendencias sumisas, y los atraía con alquileres bajos para habitaciones en su hermosa casa.

Su primer año en la universidad le había permitido perfeccionar su tecnología experimental.

Ahora, bien entrado el segundo año, ya había superado con creces el curso, pero estudiar informática y psicología le permitió analizar la realidad virtual, las sugerencias, la hipnosis y todos los demás componentes que necesitaba, todo al amparo de un estudio legítimo.

Se preguntó si otros como ella habían hecho los mismos enlaces, probado los mismos enfoques y cómo podría encontrarlos.

Pero primero, necesitaba probar si la tecnología realmente funcionaría.

* * *

"Estoy aburrido con este juego, Paul. ¿Quieres probar otra cosa?"

"Solo déjame terminar este nivel".

"Pero Paul! Estoy aburridaaaaa. ¿Por favoooorrr?"

"Yo…"

"¿Por favoooooorr?"

Esperaba que fuera la última vez que tuviera que decirle esto, y se movió algo para que él pudiera ver un poco más abajo por el escote.

Funcionaba todo el tiempo.

"S… Sí, bien. ¿A qué quieres jugar?"

"Estoy lista para dejarte probar mi juego, ¿a que sí quieres?"

"¿Qué, en serio? Pensé que habías renunciado a eso"

"Solo necesitaba tiempo para obtener la versión beta correcta. Ya me conoces, soy una típica perfeccionista".

"Podrías ser acusada de eso, sí".

"No te pases. Vamos arriba, las gafas están ahí".

* * *

Samantha hizo que Paul se sentara en el borde de su bien construida cama de roble en medio de su espartana habitación, mientras ella sacaba las gafas.

Estaba contenta de que él se rindiera tan fácilmente.

Se ajustaba al perfil que tenía de estar cómodo dominado por mujeres seguras como ella.

No por primera vez, ella echó un vistazo y iró su cuerpo, el físico de un nadador ligeramente tonificado, con hermosos brazos y un cuello fino.

Pelo corto, podría hacer que creciera un poco, y alto, pero no demasiado alto.

Un buen ajuste para el lugar de su primer esclavo.

* * *

Arrancó la poderosa computadora de escritorio que usaba para el diseño y la programación de juegos, y le entregó a Paul las gafas de realidad virtual para que se las pusiera.

Luego algunos controladores de movimiento para que los sostuviera: eran de su propio diseño.

Parecía listo y dispuesto y ella sintió que el sudor comenzaba a gotear de su frente.

Esto realmente era todo.

Ya no hay vuelta atrás.

"Comienza por seguir la maestra de los acertijos, esa soy yo, y haz lo que ella dice. Voy a monitorear desde aquí. Hazme saber lo que piensas a medida que avanzas".

Paul asintió, sonriendo y entusiasmado, y Samantha cargó el programa.

Realmente no quería nada más que desconectarlo todo en ese momento, sujetar a Paul, esposarlo a su cama, quitarle la ropa y montar su cara hasta que se agotara.

Incluso él podría consentirlo si ella solo le preguntara, pero ese no era el punto.

Ella dejó pasar la imagen mental.

Hay tiempo suficiente para eso si esto funcionara.

* * *

Samantha nunca se preguntó si esto era lo correcto.

Había probado las gafas en sí misma, programándolas para fortalecer la opinión de que era un ser superior y que otros deberían seguirla.

Eso la había librado de sus dudas restantes.

Ahora era libre de gobernar esclavos.

¿Pero serviría Paul?

* * *

El programa comenzó y Samantha observó a Paul seguir voluntariamente las instrucciones de la maestra de acertijos.

Estaba solo, todo en color de rosa, allí en la cama, haciendo lo que la ella virtual le decía que hiciera.

Samantha sintió el calor en la ingle.

El avatar de ella guió al chico a llevar a cabo tareas simples: unir bloques de rompecabezas, ecuaciones matemáticas básicas, y siguió instruyéndolo, agregando más movimientos y más complejidad, y dando más elogios por cada rompecabezas que resolvía.

Era un buen matemático, ese era su título, y se notaba, aunque una vez que ella lo esclavizara, planeaba ponerlo en un camino diferente.

"Hay fallas gráficas a veces", dijo Paul, "¿debería parar?"

"¡No! Quiero decir, lo veo, realmente me ayudaría si continuaras. ¿Por favor?"

"¡Claro! El programa es genial. Solo pensé que querrías arreglarlo ".

"Necesito más datos, continúa el tiempo que puedas".

Paul solo asintió.

Las fallas formaban parte del programa de Samantha, diseñado para meterse con los centros de recompensa y motivaciones del sujeto, abriéndolos a nuevas entradas.

Todas las nuevas entradas eran para los propósitos de Samantha, y un problema diferente provocó un golpe de dopamina.

Intentaba, en esencia, volver al chico adicto a seguir sus órdenes, pero las implicaciones eran mucho más profundas que eso.

Por sí solas, pensó que lo que estaban haciendo las gafas podría ser suficiente para sus objetivos durante una exposición lenta de alrededor de un año, mientras se repitiera todos los días.

No tenía tanto tiempo, ya que quería un esclavo ahora.

De hecho, ella era una diosa.

Ella merecía un esclavo ahora.

Ella le dijo a Paul que continuara y le entregó una botella de una bebida energética dulce para que continuara.

Había estado jugando solo media hora, pero se la tragó en unos pocos sorbos, para deleite de Samantha.

Había tomado la dosis completa, sin saberlo.

El azúcar disfrazaba el sabor, pero el agua estaba mezclada con un cóctel de drogas, algunas para ayudar a abrir la mente de Paul, otras para ayudarla a dominarlo si fuera necesario.

Su último recurso era una gran dosis de rohypnol: por si tenía que hacer que lo olvidara todo.

Ella le diría que se habían acostado juntos y él se había desmayado nuevamente.

El pequeño chaval creería cualquier cosa que ella le dijera.

* * *

Paul se quedó callado unos minutos más tarde y Samantha se sonrojó de emoción.

Ella intensificó el programa en la segunda de sus tres fases, y cerró las cortinas para que ninguna mirada indiscreta pudiera ver lo que sucedería después.

La nueva avatar de Samantha estaba vestida con cuero ajustado, como uno de sus trajes reales.

Sexy pero no completamente fuera de lo común.

El programa hizo que Paul se recostara en la cama y comenzara a resolver acertijos relacionados con la forma femenina.

Samantha lo observó hacerlo voluntariamente, y los problemas técnicos se hacían más fuertes con cada nuevo problema, lo que obligó a la mente del chico a someterse más profundamente.

Samantha comenzó a escribir el comando para saltar al nivel tres, pero se controló justo a tiempo.

Ella tenía que esperar.

La mente del sujeto tenía que estar completamente abierta antes de que comenzara el nivel tres, o de lo contrario las órdenes que cambiarían su vida golpearían algunas defensas psicológicas profundamente arraigadas.

Sin embargo, Paul estaba quieto y drogado, acostado en la cama, y con las gafas puestas.

Él no podía ver nada de lo que Samantha estaba haciendo en la vida real, y no había forma de que pudiera siquiera levantarse de la cama, así que podía hacer lo que quisiera.

Se quitó las bragas de debajo de la falda y comenzó a masturbarse libremente.

* * *

Paul tardó otra hora en completar el nivel dos.

Samantha se corrió en silencio, con respiraciones cuidadosas, mientras él yacía allí en la cama, cada vez más susceptible a su control.

Revisó su teléfono varias veces, buscando alertas de los rastreadores que había instalado en los dispositivos de sus otros compañeros de casa avisando que se

acercaban.

Ambos estaban aún a cien o más millas de distancia, visitando a los amigos de la escuela de los que gradualmente se estaban separando.

A ellos no les quedaba familia real, nadie que realmente los extrañara o notara la diferencia de su comportamiento una vez que ella los esclavizara también.

Anhelaba el día en que solo necesitaran su compañía, pero volvió su atención a Paul.

CAPÍTULO 2

Presionó el botón para el nivel 3, tomando una pistola paralizadora, importada ilegalmente y la jeringa de rohypnol lista por si acaso reaccionaba mal contra el nuevo nivel.

Él se sacudió y gorgoteó cuando su programa eliminó la última parte de su resistencia mental.

Luego se congeló en la cama cuando la avatar de software de ella, ahora completamente desnuda y completamente exacta a ella, le dijo que no moviera un músculo, ni pestañeara, ni parpadeara, excepto respirar.

* * *

El nivel 3 le presentó a Paul su nuevo papel en la vida.

Fue creado para resolver acertijos que se fusionaban en imágenes 3D de sí mismo sirviendo a Samantha, siguiendo sus órdenes y, en general, sometiéndose a ella en todas las cosas.

El programa inducía un gran golpe de dopamina cada vez que completaba uno de los acertijos, y comenzó a introducir un elemento auditivo.

Este elemento le decía que tenía que jurarle lealtad, jurar mantener su esclavitud en secreto absoluto a menos que ella expresamente le diera permiso para decirlo, jurar servirle, jurar abandonar sus propios objetivos en favor de los que ella le diera.

Samantha se regodeó al ver al hombre nervioso e indefenso mientras las horas se alargaban y las gafas hacían su trabajo.

Su cuerpo se sacudió con cada nuevo impulso sumiso que le daban, hasta que se estremeció y estuvo listo para el implante final.

Samantha se acercó a él y le habló al oído.

"Mientras me sirvas fiel y bien, tu corazón será feliz y tu mente estará completa. Ahora eres de mi propiedad. Soy dueña de tu cuerpo, tu mente, tu alma y cualquier otra cosa que tengas. Soy dueña de todo que eres y todo lo que serás. Relájate en mi servicio. Relájate en mi propiedad. Relájate en tu verdadera naturaleza, como mi esclavo. Relájate, relájate, relájate. Ríndeme el control. Relájate. Ahora eres mi esclavo. Tu único propósito en la vida es servirme ".

"Ahora soy tu esclavo", dijo Paul.

Samantha sonrió, su corazón rebosante de victoria.

El poder se había pulsado a través de ella, una carga eléctrica que puso su cuerpo al límite, hormigueando.

"Paul, quítate las gafas y ponte de pie, en el piso, donde estoy señalando".

"Sí, diosa", respondió.

Y Samantha se emocionó al escucharlo usar el título correcto.

"Quítate la ropa", dijo.

Paul tembló mientras lo hacía, lo que podría haber sido el miedo de su esclavitud, o podría haber sido un signo de resistencia.

Samantha tenía la pistola paralizadora lista en la mano por si algo salía mal, y se sacudió con adrenalina mientras el chico se desnudaba por completo.

Se veía aún mejor desnudo: delgado y en forma, con una buena polla y bolas de tamaño mediano que se verían muy bien en cualquier atuendo o simplemente en exhibición.

Tendría que dejarlo mantener su vello corporal por ahora, al menos hasta que esclavizara a los otros compañeros de casa ...

"Exhibe la posición uno", dijo.

Paul estaba de pie con los pies separados y las manos detrás de la espalda, mirando con confianza a su nueva diosa, pero aún con un temblor.

Ella ronroneó al ver su obediencia.

Su capacidad para ocupar el puesto era una gran señal: había absorbido instrucciones detalladas del programa.

Samantha se acercó un poco, luego se acercó un poco más, observando signos de violencia o desobediencia.

Realmente, el chico esclavo todavía estaba tan drogado que apenas podría resistirse.

Y todavía se sacudía un poco.

Samantha olisqueó, olió.

La programación lo había hecho echar cubos de sudor allí en la cama.

"Exhibe la posición cuatro", dijo.

Se dejó caer al suelo y se alejó de ella, luego alzó su trasero en el aire y se lo presentó, temblando.

Ella no lo necesitaba en este momento, así que le ordenó que se arrastrara así al baño y se bañara solo.

La forma en que su polla y sus bolas rebotaban la hizo salivar, y ella se preguntó si debería mantenerlo gateando todo el fin de semana.

Probablemente no, no debería llevarlo al límite demasiado mientras su mente aún pudiera resistirse.

* * *

En el aire cálido del baño grande y limpio de azulejos blancos, ella se quedó mirando cómo el esclavo se bañaba y lavaba el horrible olor a sudor.

Y cuando lo elogió por hacer un buen trabajo, le pareció que la sonrisa era real y sincera, un verdadero esclavo que reconoce la aprobación de su diosa.

Samantha se había puesto más y más húmeda mientras inspeccionaba su propiedad, y ahora no podía esperar más.

"Esclavo, a mi habitación, de espaldas, en la cama".

"Sí, diosa".

Se siguió arrastrando hasta allí sin que se lo ordenaran.

La mente racional de Samantha señaló que, esto era una buena señal, una señal de que siempre había sido un sumiso natural y que de ahí había surgido todo.

Una vez que lo tuvo en la cama, le encadenó los brazos y las piernas al robusto armazón de la cama de roble, y luego se quitó la falda, pero se dejó el resto del atuendo puesto.

Ella pensó que él parecía decepcionado, pero no importaba.

La opinión de un esclavo no estaba bajo consideración.

Samantha saltó a la cama y se colocó sobre su nuevo juguete, de pie con las piernas abiertas, justo sobre su rostro.

Tenía miedo de que él pudiera morderla, así que se levantó de la cama y sacó una mordaza de anillo de una mesa auxiliar, en un cajón que solía mantener cerrado.

Ella ató la mordaza a su rostro y le pasó la lengua.

Ahora estaba realmente indefenso, pero no estaría de más reforzar su autoridad.

"Esclavo Paul, puedo hacer lo que quiera contigo. Voy a sentarme en tu cara y vas a hacer que me corra, y corra, y corra. Cualquier resistencia y azotaré y torturaré en tu atadura. Si intentas morderme, publicaré fotos de ti atado e indefenso en Internet, y me aseguraré de que todos los que conoces puedan verlas. Sin embargo, si obedeces con entusiasmo, te daré una recompensa Sé que lo has estado anhelando ".

Con el cuello de Paul estirado para tratar de llegar a su coño, Samantha se paró sobre él nuevamente y plantó su jugoso trasero redondo en su rostro.

Su lengua golpeó ampliamente la raja, así que ella le habló sobre lo que quería.

Cuando consiguió que tuviera un patrón de amida de arriba hacia abajo, pudo relajarse más.

Con la mordaza de anillo puesta, casi no había posibilidad de que pudiera morder, pero la desobediencia parecía ser lo más alejado de su mente.

Su lengua acariciaba su clítoris, su vagina y su ano en igual medida.

Samantha se emocionó y dejó que el placer la invadiera.

* * *

Había estado preocupada, muy preocupada, porque esto saliera mal, por arruinarle la vida a Paul, por su vida, por ser atrapada, porque su invento no funcionara como estaba planeado.

Realmente ella siempre había tenido éxito en las pruebas.

Probar el dispositivo en sí misma, para eliminar lo último de su mente no dominante, había sido un gran éxito, y ahora, aquí estaba, montando la cara de su propia posesión humana.

Lamió cómo le había ordenado, sin desviaciones, sin sorpresas.

Sin voluntad propia.

Su único temor ahora era que ella pudiera haberlo dejado demasiado atontado.

* * *

Samantha jadeó.

Ella era una diosa y aquí estaba su leal esclavo.

Sus jugos cubrían su rostro y su lengua mantenía su hábil deber.

Ella se aplastó sobre él un poco más, asfixiándolo, por lo que tuvo que respirar hondo a través de su sexo, y la sensación del aire que entraba y salía la llevó más cerca del borde.

Ella podría entrenar a este chico para hacer lo que quisiera, y con el tiempo, él aprendería todo tipo de formas de agradar.

Pero ahora ...

Pero ahora ...

¡Oh!

Ella se vino fuerte y repentinamente, y el chico esclavo farfulló cuando el orgasmo de su diosa llenó su boca y amenazó con cortarle el aire por completo.

* * *

Samantha se movió un poco y lo dejó respirar, pero ella insistió en que él siguiera lamiendo mientras el clímax latía y corría por todo su cuerpo.

Él nunca dudó en obedecer, y ella tuvo la maravillosa sensación de una lengua que poseía, unida a un chico que poseía, ya que la levantó por encima de la tensión que había sentido toda la semana y la dejó caer en un estado puro placer.

Era el cielo de la dominación.

Sus ojos captaron la polla del chico retorciéndose, y vio cómo se ponía cada vez más dura mientras hacía que su rostro se humedeciera más y más.

Realmente era muy natural.

* * *

Samantha decidió quedarse sentada en su nuevo trono mientras el clímax se alejaba.

Su esclavo nunca dejó de lamer, y pronto sintió los primeros signos de otro orgasmo comenzando a crecer.

Su piel se erizó, y sintió el torrente de sangre en todos los lugares espinosos que significaba que estaba realmente excitada.

¡Llegaría de nuevo muy pronto!

La lengua del esclavo siguió prestando atención a todos sus lugares más íntimos, hasta que ella le ordenó que se concentrara en su clítoris y gritó otro orgasmo mientras sujetaba su cabeza en su lugar y lo golpeaba.

La nueva Ama se bajó de su esclavo después de que él le prestara un poco más de atención a su ano, luego se tumbó a su lado y agarró su polla dura como una roca.

Ella le quitó la mordaza y observó cómo a él le volvía la vida a su mandíbula.

Luego acarició perezosamente su pene y el chico se retorció y se retorció mientras su diosa jugueteaba.

Ella sabía lo que estaba haciendo, así que se tomó su tiempo y dejó que el chico se acercara un par de veces al clímax, pero retrocedió en el último segundo.

Cuando lo consiguió anhelante y desesperado, lanzó su trampa.

"Puedes correrte si juras tu lealtad eterna como mi esclavo y lo pedirás como recompensa. ¿De acuerdo?"

"Sí, diosa".

"Pregunta, entonces".

"P- p- por favor, d- d- déjame correrme d- d- d- diosa, y te juro mi eterna lealtad como tu- tu esclavo."

"¡Buen chico!"

Samantha lo hizo jurarlo un par de veces más solo por diversión, luego agarró su polla y comenzó a sacudirla más y más rápido.

El chico jadeó ante el repentino aumento de intensidad, y Samantha lo vio tratando de respirar y escuchó como se contenía el orgasmo.

Ella le ordenó que dejara de hacer eso, y rápidamente modificó la orden especificando que se refería a que dejara de contenerse, ya que él había dejado de respirar por completo.

Ella podría haberlo hecho demasiado obediente, pero un pequeño ajuste al programa podría solucionarlo.

Sus ojos se abrieron cuando la polla de Paul lanzó un chorro de semen al aire y se esparció por sus dos cuerpos, y se entretuvo haciéndole lamer su dedo.

* * *

Le dio de comer tantas cucharadas de semen como pudo encontrar, luego revisó dos veces sus grilletes, le dio más agua drogada y volvió a ponerle las gafas de realidad virtual para completar el nivel tres.

Con el chico indefenso a salvo en la cama, bebiendo más mensajes subliminales e hipnosis, se sentó en su escritorio y comenzó a planificar sus próximos movimientos.

CAPÍTULO 3

Le quedaba mucho fin de semana: el sábado apenas comenzaba, y Diana y Virginia no debían regresar hasta el domingo por la noche.

Diana, a ella la reservaría hasta el final.

Tenía una idea aproximada de cómo meter a esa chica con curvas y con el cabello castaño ondulado en las gafas, pero pensó que necesitaría que Virginia la sedujera para intentarlo, tal vez como una forma de acercarse a la chica que deseaba.

Samantha sabía que la curvilínea Diana estaba loca por la delgada y andrógina chica Virginia, y no podía culparla.

Una pequeña piratería en su computadora le había revelado la bisexualidad de Diana, y eso la hacía perfecta para ser la esclava de Samantha.

Había seleccionado a todos sus compañeros de casa sobre esa base: esperaba que todos fueran bis, como ella.

Pero solo de Virginia, la encantadora Virginia, estaba segura de eso.

Samantha tenía que esclavizar a Virginia la siguiente.

En unas pocas semanas aparecería una oportunidad, cuando supo que Diana volvería a estar lejos, visitando a unos amigos en su propia casa.

Con Paul bajo su control, podría ordenarlo que empezara a jugar con las gafas sin previo aviso y hacer que Virginia se interesara.

Pensó que él le dejaría que se probara las gafas para hacer que pareciera que le daba a Virginia algo de qué hablar con él, y una vez que ella estuviera esclavizada de forma segura, podría dejar que hicieran el amor como querían en secreto.

Ella no había planeado el triángulo amoroso entre sus tres compañeros de casa, pero eso facilitaba las cosas.

* * *

La joven diosa dejó pasar dos horas más y después interrogó a Paul para evaluar el alcance de su sumisión.

Decidió que ya estaba lo suficientemente satisfecha y lo dejó escapar de los grilletes, siempre con la pistola aturdidora lista, ahora en una funda con cinturón alrededor de su cintura.

* * *

Bajó con Paul y después de cerrar todas las cortinas de la casa, le ordenó que comenzara a limpiar las habitaciones de la planta baja, y que no se detuviera hasta que hubiera terminado todo lo que había en una lista que le entregó.

Había horas de trabajo allí, pero Samantha tenía tiempo y su vibrador a mano.

Ella planeaba disfrutar del espectáculo.

* * *

Paul se dejó caer obedientemente sobre sus manos y rodillas y comenzó a fregar el duro piso de madera en la sala de estar.

Desde allí pasaría a la cocina adjunta, luego al comedor.

Todas eran habitaciones agradables, luminosas y bien ventiladas, con muchos muebles, rincones y recovecos.

Un pequeño desafío para él limpiarlos a todas.

Samantha se rió cuando la polla y las bolas del chico rebotaron y se sacudieron

mientras el esclavo trabajaba en las manchas y marcas más difíciles, haciendo todo lo posible para sacarlas.

Su nueva dueña planeaba que trabajara hasta que el piso brillara como nuevo.

Se sentó en el sofá, abrió las piernas y dejó que su vibrador hiciera su trabajo mientras veía el espectáculo.

Realmente se estaba esforzando mucho.

Ella se sonrojó de orgullo y lujuria: su invento había sido un éxito.

* * *

Paul frotaba y frotaba, y Samantha jadeó un orgasmo mientras él trabajaba diligentemente.

No le importaba que él la mirara sigilosamente.

Vería todo lo que ella tenía que mostrar, con la frecuencia que ella eligiera, y nunca por un segundo sería otra cosa que su elección, sus reglas, su forma de hacer las cosas.

Se mantuvo en el orgasmo todo el tiempo que pudo, luego encendió la televisión y puso una película.

Paul terminó el piso y se puso a trabajar en la pequeña cocina, que Samantha podía ver desde el sofá.

Ella pensó que no se veía tan sexy limpiando la cocina, pero eso estaba bien.

Tenía que hacerlo, y ella estaba más interesada en la película en ese momento de todos modos, por lo que dejó que continuara con ella.

Pasó otra hora y el chico desnudo regresó a la sala de estar y comenzó a desempolvar.

Estornudó, que lindo, y tosió mientras desenterraba meses de polvo acumulado y este lo había alcanzado.

Samantha tuvo que itir que estaba impresionada con su dedicación implantada.

Esperaba que sus otras compañeras de casa fueran tan fáciles de esclavizar.

* * *

Se estaba haciendo de madrugada cuando notó que el chico comenzaba a disminuir la velocidad y a perder el ritmo que estaba llevando del pulido.

Observó durante unos minutos, tomando notas mentales, y cuando estuvo segura de que el chico ya no estaba completamente dedicado a la tarea, su corazón comenzó a latir con fuerza.

Respiró hondo, luego otra, luego otra, hasta que volvió a tener el control total.

"Esclavo, ¿qué pasa?" ella preguntó.

Paul dejó caer el paño de pulido sin que se lo ordenaran y se volvió para mirarla.

Samantha lo vio tratar de levantarse y fracasar, por lo que le ordenó que se pusiera de pie.

Él lo hizo y se alejó de ella, en un rincón de la sala de estar.

Ella desenfundó la pistola aturdidora.

"¿Esclavo? ¿Qué te pasa?"

"Yo ya n- n- n- no quiero hacer esto".

"Sí, tú puedes, esclavo."

"Sí, diosa. N- n- n- no, diosa. Samantha. Diosa. Sí. No. Yo-"

"Cállate".

"Y-"

"Ve arriba y acuéstate en mi cama, ahora mismo".

"N-"

"¡Ahora!"

Lo hizo, pero ella vio que estaba temblando y perdiendo el equilibrio mientras avanzaba.

* * *

Una vez que estuvo en la cama, ella le lanzó una explosión de la pistola aturdidora y lo observó quedarse quieto.

Luego lo encadenó a la cama con las piernas abiertas y pensó en qué hacer a continuación.

No le preocupaba que él pidiera ayuda, ya que la casa tenía triple acristalamiento y estaba completamente insonorizada.

Pero algo no estaba bien.

CAPÍTULO 4

Si ella lo inyectara ahora, él podría olvidar esto, pero podría haber pasado demasiado tiempo desde que las gafas comenzaron su trabajo.

Si tan solo lo hubiera visto antes, pero no hubiera habido señales en absoluto.

Ella podría usar las gafas para llevarlo nuevamente a través de la secuencia, pero intentar lo mismo dos veces podría no tener éxito.

Podría aumentar la dosis del cóctel de drogas a un nivel peligroso y aumentar la intensidad de las gafas también.

Eso podría funcionar, o podría matarlo, lo que sería el peor resultado que ella podría imaginar.

Ella sabía en su corazón que este chico necesitaba ser su esclavo, y viviría una vida feliz como su propiedad.

"¿Pensé que querías ser mi esclavo?" ella le susurró al oído.

"Yo d-" dijo, escupiendo dos sílabas y luego recordando la orden de guardar

silencio.

"Puedes hablar libremente, esclavo ", dijo.

"Quiero ser tu esclavo, diosa. Lo he querido desde que te conocí".

"¿Por qué estás luchando contra eso, entonces? Eres un sumiso natural, soy una Domme natural. Serás feliz como mi propiedad".

"Estoy avergonzado, diosa".

"¿De qué?"

Hizo una pausa por un largo tiempo antes de estar dispuesto a responderle:

"De estar desnudo frente a ti".

"¿Por eso te estás resistiendo?"

"Sí, diosa".

"¿No porque no quieres ser mi esclavo?"

"No, diosa".

"Bueno, deja de avergonzarte. Me gustas desnudo y te mantendré así a veces. Es mi derecho como tu dueña, después de todo. Te ves fantástico".

"No, no lo soy, diosa."

Samantha escuchó la certeza en su voz y supo que lo decía en serio.

Esta era una defensa mental que no había planeado, no de Paul.

Siempre había parecido tan seguro en su propia piel, y cuando iban a nadar juntos siempre se veía increíble, no voluminoso, no flaco, realmente justo en el punto óptimo.

Su punto dulce, de todos modos.

Samantha se calmó y se tomó unos minutos para pensarlo.

Su mente fluía de la manera especial que tenía cuando tenía que resolver un problema verdaderamente electrizante, y pasó rápidamente por una evaluación

de sus opciones.

Deshacerse de él: no, demasiado pronto para eso.

Más programación: había una defensa que no había visto venir, por lo que no funcionaría en su forma actual.

Ella jugó con la idea de encerrarlo en el pequeño estudio vacío que poseía en una ciudad a muchas millas de distancia, por la eventualidad de un éxito parcial: Podía fingir que él se había largado o que tuvo que regresar a su ciudad natal, o algo parecido.

Demasiado pronto para eso también, y conllevaba sus propios riesgos, como tener que desactivar sus cuerdas vocales y mantenerlo enjaulado.

Entonces la idea la golpeó.

Tenía hasta 24 horas antes de que las otras compañeras de casa regresaran.

Si ella comenzaba a codificar ahora, podría crear un nuevo programa, probarlo y ver si lo curaba.

Primero, ella le preguntó sobre cualquier otra defensa que él pudiera tener, cualquier otra reserva, cualquier cosa que ella pudiera pensar podría ser un

problema.

No había nada, solo un miedo abrumador de estar desnudo frente a los demás.

Ella dejó al chico encadenado a la cama, pero lo cubrió con una manta y se puso a trabajar.

CAPÍTULO 5

Tres horas sudorosas después, después de mucho café y muchas palabrotas, tenía los principios básicos de un programa listo para usar con las gafas de realidad virtual y decidió que era ahora o nunca.

Se sentó en la cama y acunó la cabeza del chico en sus manos, luego le hizo beber una gran dosis del cóctel que le abriría la mente, lo que lo mantendría complaciente y abierto toda la noche.

También evitaría que se moviera, pero probablemente podría arrastrarlo hacia su habitación si fuera necesario, en caso de que una de las compañeras de casa regresara temprano.

* * *

Ella le colocó las gafas a él, regresó a su escritorio y presionó ejecutar.

Era sobre todo el mismo programa que antes, excepto que ahora los rompecabezas incluían fotografías y videos que ella había tomado de su cuerpo desnudo, con refuerzo positivo, algunas sesiones de fotos que lo mostraban desnudo y feliz en compañía mixta, y una serie de mantras y juramentos que atacaba las características psicológicas clave de una imagen corporal pobre.

Esperaba que fuera suficiente, pero todavía tendría tiempo para sacarlo de la casa por la mañana si no fuera así.

Samantha infló un pequeño colchón de aire y lo dejó en el suelo de la habitación, luego cerró los ojos y se obligó a dormir.

Necesitaba dormir solo unas pocas horas, y el programa era largo.

Este era otro riesgo calculado: realmente no podía ajustar el programa a medida que avanzaba, pero tampoco podía monitorear su progreso en tiempo real.

Lo que tenía que hacer era confiar en sí misma de que su programa funcionaría y luego evaluar los efectos en unas pocas horas.

* * *

La alarma la sorprendió un poco más tarde, demasiado poco tiempo, y gimió ante la idea de pasar un día entero con tan poco sueño.

Frotando el cansancio de sus ojos, se puso de pie y examinó a su nuevo posible esclavo.

Estaba completamente quieto, las gafas todavía firmemente unidas, y por el gran monitor en la esquina de la habitación, pudo ver que el programa casi había completado su ciclo final.

Preparó un buen café fuerte y lo bebió, saboreando el aroma mientras observaba al esclavo completar la última parte, esperaba, de su nuevo lavado de cerebro.

Cuando acabó el programa, le quitó las gafas y ella se tumbó junto a su cuerpo encadenado en la cama y le acarició la cara.

"¿Te importa si te quito la manta para que podamos ver tu cuerpo completamente desnudo, esclavo?" ella preguntó.

"No me importa, diosa. Por favor quítamela, diosa, quiero que me veas. Todo de mí. Por favor."

Samantha se echó a reír y se llevó la manta.

Paul usó la poca flexibilidad que tenía en los grilletes y se giró tan lejos de su mirada como pudo.

Samantha se rió de nuevo y comenzó a pasarle las manos por los costados, el vientre y la polla, luego a lo largo de sus piernas y de regreso a su polla y bolas, dejando que la polla se le endureciera en sus manos.

"¿Cómo te sientes al estar desnudo, esclavo?"

"Excepcional, diosa. Me siento tan liberado, solo quiero quedarme así para siempre, aquí contigo."

"¿Entonces no tienes miedo de estar desnudo?"

"¿Por qué iba a tenerlo diosa? Eres dueña de mí y me has visto desnudo, así que quiero estar desnudo para ti".

"¿Qué pasa frente a otras personas? "

"Yo también quiero eso, diosa. Para ti".

"Eso está bien, esclavo, porque un día pronto sucederá".

"Sí, por favor, diosa. ¡Sí! ¡Por favor!"

Samantha se rió y se preguntó si lo habría llevado demasiado lejos.

Para probarlo, lo dejó salir de los grilletes, lo llevó a su propia habitación al otro lado del pasillo y le ordenó que se vistiera.

Lo hizo, una vez que ella le había dicho exactamente qué ponerse, pero ahora, si acaso, parecía incómodo con su ropa.

Ella le ordenó que dejara de inquietarse y, mediante un entrenamiento cuidadoso, lo llevaría al punto donde podría usar la ropa normalmente.

* * *

Samantha saltó y recordó lo que había olvidado hacer.

Volvió corriendo a su habitación y activó el programa del rastreador en los teléfonos y computadoras de sus compañeras de casa.

Luego suspiró aliviada cuando todavía mostraron que estaban a cientos de millas de distancia.

Todavía tenía mucho tiempo, pero se aseguró de que la alerta sonara cuando comenzaran a regresar hacia Manchester.

* * *

Cuando ella regresó a la habitación de Paul, él estaba parado exactamente donde ella lo había dejado, tranquilo y feliz, solo esperando sus órdenes.

"Desnúdate y hazme el desayuno, esclavo. Huevos revueltos con tostadas, café y jugo de naranja. Y haz algo para ti también. Y llévalo a mi habitación".

"¡Sí, diosa!" dijo, pareciendo deleitarse estando desnudo para ella.

Incluso tuvo una media erección hinchable mientras bajaba las escaleras.

CAPÍTULO 6

Samantha lo hizo arrodillarse en el suelo para desayunar, luego pasó una hora probando la disposición del chico a exponerse.

Había pensado en esto mientras comía, mientras sus ojos se deleitaban con el hermoso cuerpo desnudo del chico, y ahora era un momento tan bueno como cualquier otro para probarlo.

"Abajo, en la sala de estar y párate en la posición de exhibición uno".

"¡Sí, diosa!"

Samantha lo siguió hacia abajo, sosteniendo sus cámaras y un trípode, que ella configuró para comenzar a filmar al esclavo desnudo.

"Esclavo, dime cómo se siente estar desnudo ahora".

"Me siento libre, diosa. Mi cuerpo es hermoso y me encanta cuando me miras".

"¿Qué tal si te estoy filmando?"

"Me gusta que creas que valgo la pena filmar".

"Buena respuesta, esclavo. Ahora, arrodíllate en el piso y mastúrbate hasta el orgasmo mientras miras a la cámara, y mientras repites continuamente: ‘Soy la orgullosa y desnuda propiedad de Samantha Gibson, y me veo fantásticamente desnudo’."

“¡Sí, diosa! Soy la propiedad orgullosa y desnuda de Samantha Gibson, y me veo fantásticamente desnudo. Soy la propiedad orgullosa y desnuda de Samantha Gibson, y me veo fantásticamente desnudo. Soy la propiedad orgullosa y desnuda de Samantha Gibson, y me veo fantástica desnudo Soy la propiedad orgullosa y desnuda de Samantha Gibson, y me veo fantásticamente desnudo ... "

Samantha dirigió las cámaras al chico, luego se quitó la ropa interior y se unió al frenesí de placer lo que le llevó a un feliz y flotante orgasmo mientras miraba al esclavo con furia.

Se veía tan dulce y feliz, ni rastro de la vergüenza del día anterior, y todos los signos eran positivos.

Él llegó también enormemente, disparando fajos de esperma por toda la sala de estar, que su nueva dueña le hizo limpiar a fondo mientras ella intentaba reprimir su risa y se masturbaba.

Ella estaba en la luna cuando él también vio el lado divertido.

Eso pareció cerrar el problema.

Ella lo mantendría vigilado durante el resto del día, pero tenía la certeza de que el lavado de cerebro había funcionado por completo esta vez.

* * *

"Levántate, esclavo. Vamos a meternos en el baño para darnos un baño. Oh, antes de que me olvide. Limón, Dedal, Seda" La cara de Paul se puso en blanco y sus ojos vidriosos ante la serie de palabras clave de condicionamiento, "Polla flácida hasta que te ordene lo contrario. Limón, Dedal, Seda. De ahora en adelante, tengo el control total de tu polla, como corresponde al hecho de que la poseo. Te permitiré que se te levante, pero solo cuando lo diga yo. Esto será más efectivo que la jaula de castidad, y completamente inmaterial también."

"Gracias, diosa", dijo Paul.

* * *

El agua del baño estaba perfecta y Samantha se emocionó con el toque atento de su esclavo.

Él le prestó su atención completa y total, y ella se relajó en su cuerpo mientras se recostaba contra él, y lo dejó masajear la tensión que se había acumulado en el

curso del intenso y estresante día que le había llevado esclavizarlo.

Esto era todo lo que siempre había querido, y se preguntó si sería suficiente para esclavizarlo.

Podría casarse con él, deshacerse de sus compañeras de casa y vivir felices para siempre.

Pero no.

Necesitaba una esclava, al menos, y la idea de ser dueña de un par de chicas que pudieran follar para su diversión era demasiado deliciosa para dejarla pasar.

Tenían que ser todos ellos.

Incluso podría agregar uno o dos más en el futuro, aunque necesitaría una casa más grande.

Y ella tenía un plan maestro, que dependía de adquirir personas con las habilidades adecuadas.

Sus otras compañeras de casa estaban estudiando medicina y bioquímica, y ella necesitaba eso para realmente sacar adelante su plan de negocios de esclavitud.

CAPÍTULO 7

Las manos de Paul la trajeron de vuelta al momento.

Ella las condujo a su sexo y mientras se recostaba contra su pecho.

Sus dedos haciendo su trabajo bajo el agua, donde acariciaron su clítoris y comenzaron a hacerla jadear.

Samantha imaginó un futuro en el que podría tener esto todos los días.

Oh, Dios, él era bueno en esto ahora, y de alguna manera conectado con su cuerpo de una forma que no había ocurrido el día anterior.

Incluso la sostuvo al borde de su clímax por un tiempo, lo que ella ni siquiera le había dicho que quería, antes de empujarla y hacerla gritar con la oleada de placer.

El condicionamiento se mantenía, y ella sintió que él no podía ponerse duro incluso cuando la complacía.

Ella sonrió ante eso.

"Esclavo, sal, sécate, luego sécame".

"Sí, diosa".

Cuando él salió, ella se acercó y agitó su flácida polla y se rió.

Estaba completamente suave, y se sonrojó con un carmesí brillante.

Ella se deleitaba con la sensación de un hombre obediente secando su cuerpo delicioso y estaba satisfecha de que lo hacía perfectamente, con una intensidad que parecía aportar a todo lo que estaba haciendo por ella.

Luego lo condujo de vuelta al dormitorio y lo puso en posición a cuatro patas.

Bajó las escaleras, todavía desnuda, y recogió las cámaras.

Ella las trajo de vuelta y las instaló.

Después de otra revisión de las ubicaciones de sus compañeras de casa, comenzó a encender las cámaras y buscó su consolador más pequeño.

"Esto son solo los preliminares, esclavo".

Ella le sentó en la cama, lubricó el consolador y quedó impresionada con lo bien que reaccionó el esclavo cuando lo empujó dentro de él sin previo aviso.

Ni siquiera intentó alejarse de ella.

Obediencia total, tal como se le programó.

Sus manos se cerraron alrededor de sus fuertes caderas y dejó que cada empuje lo penetrara profundamente, y lo sostuvo allí antes de retroceder y golpearlo nuevamente.

Ella usó las palabras de condicionamiento para dejar que se pusiera duro nuevamente, luego le habló sobre los parámetros de su nueva vida.

"Esclavo, hablemos mientras ... disfrutamos ... follamos. Serás de mi propiedad hasta el día de tu muerte. Hoy más tarde, tomaré el control de tu vida. Me darás a tus cuentas bancarias y me transferirás todo tu dinero. No lo necesito, solo quiero controlar el tuyo. Te daré un subsidio para que puedas gastar un poco de dinero.

"O te casarás conmigo o me firmarás un poder notarial, pero de ahora en adelante estaré manejando tu vida. A menos que revoque esta orden, debes actuar en presencia de otros de una manera que nunca revele que estamos involucrados, que soy tu diosa, o tu dueña, o que soy otra cosa que tu compañera

de casa y amiga. Solo dirígete a mí como 'diosa' cuando estés seguro de que nadie más pueda escuchar, y cuando haya explícitamente ordenado que entres en modo esclavo. Cambiaré ese orden una vez que esclavice a más personas.

"Me gusta tu nombre y puedes quedarte con él, pero también te voy a dar un nombre de esclavo: Esposo de la casa. Mañana irás a la universidad y formalmente abandonarás tu licenciatura en matemáticas. Luego, en cambio, vas a postularte para estudiar arte y diseño: lo pagaré y te diré dónde presentar la solicitud. Sé que eso es lo que siempre quisiste estudiar, y necesito esas habilidades más que las matemáticas, así que funciona para los dos ".

"¡Gracias, diosa!" respondió su esclavo.

"Buen chico, esposo de la casa. Como tu nuevo nombre lo indica, pasarás mucho más tiempo en la casa atendiendo mis necesidades de ahora en adelante. Para empezar, solo lo harás cuando nuestras compañeras de casa estén fuera y no deban regresar por al menos media hora. Una vez que estén esclavizadas, también puedes ser el esposo de la casa para todas. Todas estaremos más ocupadas estudiando y trabajando que tú ".

"¡Sí, diosa! ¡Gracias, diosa!"

"Oh, buen chico. ¡Tan ansioso! Cómo te gusta que te follen por el culo, ¿verdad, esclavo?"

"Me encanta tu polla en mi trasero, diosa. Sin embargo, duele".

"Eso pasará, esclavo. Solo respira y disfrútalo".

"Sí, diosa".

"Vas a tomar pollas mucho más grandes que esto una vez que te tenga estirado correctamente".

"¡Gracias, diosa!"

Samantha se centró en realmente follar a su esclavo.

Esta era otra buena prueba de si él era realmente suyo, pero en verdad, ya no había ninguna duda.

¿Estaba segura?

Tenía que estar muy, muy segura, y no dejarse llevar.

Pero estaba exhausta y podía sentir que su cuerpo estaba a punto de rendirse, ya que se enfrentaba a un límite biológico normal después de uno de los días más intensos de su vida.

Ella seguía follando porque su esclavo lo necesitaba y ella también, pero al

menos necesitaba descansar un poco.

* * *

El consolador continuó hasta que su esclavo gruñó de verdadero placer, y ella hizo que él se la tocara con una mano para correrse mientras ella estaba dentro de él.

Ella quería que él asociara el placer con la obediencia, y esta era una de las mejores maneras.

Ella se aferró a sus caderas y golpeó su trasero, y se obligó a luchar contra la fatiga y continuar hasta que él llegó al clímax.

El alivio se extendió cuando lo hizo, y ella lo desmontó y dejó que el consolador cayera al suelo.

CAPÍTULO 8

La nueva propietaria de esclavos recuperó su teléfono y comprobó el paradero de sus compañeras de casa.

Todavía no viajaban de regreso, pero tendrían que comenzar a hacerlo pronto.

Ella aún tenía tiempo.

La alarma la despertaría cuando una de ellas definitivamente se acercara, nuevamente, a Manchester.

Le ordenó a Paul que se tirara al suelo y se recostara en el frente donde él había estado, disfrutando de la sensación de su semen pegajoso en las sábanas, y luego le abrió sus piernas.

"Esclavo, lame mi trasero hasta que me duerma".

"Sí, diosa".

Había algo especial en la forma en que Paul la lamió allí.

Tenía un gran trasero y lo sabía, y sentía que él quería adorarlo tanto como ella quería que lo adoraran.

Eran una pareja predestinada a encontrarse, o al menos una pareja renacida.

Su lengua se volvió más hábil en respuesta a las pequeñas patadas, gemidos y gruñidos de Samantha, y ella lo sintió experimentar hasta que encontró la forma correcta de relajarla.

Se durmió, una diosa contenta.

* * *

Y despertó sobresaltada.

Podía escuchar la voz de Diana abajo, clara como una campana.

Ella saltó de su cama y buscó a Paul a su alrededor.

No había señal de él.

Luego su voz, abajo, también.

Mierda.

¿Era este el final?

¿Le estaba diciendo en este momento lo que ella le había hecho?

¿Qué debería hacer ella?

Se puso unos jeans y se puso una camisa holgada que le permitió esconder la pistola paralizante en la cintura sin que se le notara.

Luego abrió la puerta del dormitorio para escuchar.

"Y fue entonces cuando me quitó el teléfono y se largó en el scooter. ¡Mi puto teléfono! ¡No puedo permitirme otro!" escuchó a Diana gritar.

"Estará bien, Diana", oyó decir a Paul, "podemos conseguirte otro. Podemos conseguirte un plan de pago a plazos o algo así. Oye, está bien. Está bien".

"Y mi computadora portátil también se ha comportado realmente extraña. ¿Crees que podría tener un virus?"

"Preguntémosle a Samantha cuando esté despierta".

Samantha entró en la sala de estar para encontrar a un Paul completamente vestido sentado hablando con Diana, mientras el sol de la tarde entraba por la ventana.

No vio ninguna señal de que algo estuviera mal, y cuando Diana le contó la historia del robo de su teléfono, se dio cuenta de por qué nunca había aparecido que volviera a la ciudad.

Le dio a Diana un teléfono viejo de su cajón de tecnología, y cuando la chica la abrazó con fuerza, fue lo que Samantha le dejó hacer para resistirse a ordenarle a Paul que la inmovilizara allí mismo para poder tratar de esclavizarla de inmediato.

Samantha dejó escapar la tensión y Paul le guiñó un ojo.

Realmente era todo suyo ahora.

SEGUNDA PARTE

CAPÍTULO 9

Samantha se despertó temprano y bajó las escaleras para prepararse su propio desayuno.

Anhelaba el día en que Paul, su marido perfecto para la casa, preparara todas sus comidas para ella, pero tenía que mantener el control.

Ella lo había enviado a su estudio secreto en otra ciudad, para preparar el fin de semana en el que Diana estaría fuera.

En la cocina, Samantha se sorprendió al encontrar a Virginia ya levantada y preparándose el desayuno.

Si ella tuviera planes que Samantha no supiera, eso sería una complicación.

"Hola cariño", dijo Samantha, "este es un comienzo de día muy temprano para ti, ¿eh?"

"Oh, totalmente, pero tengo que terminar un ensayo general y realmente necesito pasar algo de tiempo en el gimnasio también".

"Pensé que ya lo habías terminado todo"

"¡Yo también! Pero cometí un error desde el principio y ahora tengo que reescribir todo, pero estoy muy estresada, así que voy al gimnasio primero. Voy a quemarlo todo, ya sabes, realmente necesito quemar energías "

" ¿Entonces no puedes pasar el fin de semana conmigo? " Samantha la interrumpió.

"Oh Dios, Samantha, lo siento mucho. Olvidé que teníamos planes. Oh, mierda ..." Virginia se apagó.

"¡Está bien, cariño, está bien! Te digo qué, te llevaré al gimnasio, podemos entrenar juntas, y te traeré de regreso, y te mantendré completamente cafeinada y alimentada hoy mientras tú trabajas en ese ensayo, ¿ok? "

"¡Oh Dios mío, eres la mejor! Pero realmente, lo siento mucho. Tenía tantas ganas de ser una chica de ‘un fin de semana contigo’ pero luego se me pasó esto por en medio ".

"Está bien, ¿sí? Sin embargo, es una pena, iba a mostrarte mi nuevo juego en el que Paul realmente se ha enganchado"

"Oh, ¿qué es eso?" dijo Virginia, repentinamente enfocada en Samantha ante la mención del nombre de Paul.

"Es un juego de acertijos que hice. Quiero decir, no sé si a ti también te gustaría. Hay muchas cosas de ciencia, si lo pruebas ¿podrías decirme si todo está bien? Sin embargo, ha sido bueno que él lo probara ... me ha ayudado mucho en pulir varios errores y realmente nos ha dado algo de qué hablar. Puede ser muy tímido, ¿verdad? "

"¡Es muy difícil hacerlo hablar!"

"Muy difícil. Sin embargo, es un buen oyente".

"¡Oh, sí lo es! Nunca he conocido a un chico que escuche tan atentamente".

"¿Tal vez si terminas tu ensayo antes podrías probar el juego? "

"Mmmm, ¿supongo? "

"¿O podríamos esperar para probarlo hasta que necesites un descanso? "

"¡Oh, sí, eso podría funcionar!"

"Hablaremos de eso más tarde".

"¡Si!"

CAPÍTULO 10

Samantha vio a Virginia comerse el desayuno rápidamente y ella se comió el suyo igual de rápido.

Luego tomaron sus bolsas de gimnasia y Samantha las llevó a las dos allí.

Samantha había estado corriendo por su vecindario con Virginia varias veces, pero nunca antes había ido al gimnasio con Virginia.

Habían decidido darse un baño rápido y luego visitar la sauna antes de regresar apresuradamente a casa para que Virginia trabajara en su ensayo.

* * *

En los vestuarios, Virginia sorprendió a Samantha al desnudarse completamente frente a ella sin pensarlo dos veces, y Samantha decidió seguir el juego desnudándose también.

Sabía que tenía el cuerpo de una diosa, y se tomó su tiempo entre terminar de desvestirse y ponerse el bikini, conversar casualmente con Virginia y tomar nota de las miradas subrepticias que Virginia le dirigía.

Esta era una buena señal.

Samantha había sentido cierta atracción por parte de Virginia en el pasado, pero nunca había estado segura de lo fuerte que era.

Nadar con Virginia confirmó las sospechas de Samantha.

La chica estaba loca por ella y por Paul.

Samantha conversó y se rió con Virginia en la piscina, y Samantha se aseguró de dejar que Virginia viera sus mejores poses e incluso le dio a Virginia algunas pistas físicas de que ella también podría estar interesada en ella.

Samantha nadó frente a Virginia para que Virginia tuviera una gran vista de su trasero perfecto, y para su deleite, Virginia siguió sugiriendo solo un par de vueltas más, pero insistió en que Samantha marcara el ritmo yendo primero.

* * *

En la sauna, Samantha felicitó a Virginia por su hermoso corte de pelo de tipo duende y por lo bien que su traje de baño combinaba con su complexión.

Virginia devolvió cada uno de los cumplidos en tocamientos y roces, por lo que Samantha estuvo absolutamente segura de que Virginia se estaba poniendo caliente e inquieta.

La mente de Samantha había estado procesando y planificando a la velocidad del rayo mientras nadaba, y podía ver varias formas de avanzar.

"Bueno", dijo Samantha, "supongo que realmente necesitas ir a casa y seguir con ese ensayo, ¿verdad?"

"Oh, Dios, lo sé. Lamento mucho estropear nuestro fin de semana".

"No te arrepientas, cariño, todavía podemos pasar tiempo juntas. Fue un gran baño. ¿Nos vamos a las duchas?"

"¡Si!" espetó Virginia.

* * *

Samantha condujo a Virginia fuera de la piscina y de regreso a los vestuarios, manteniéndose un poco más adelante para que Virginia pudiera tener una buena vista del fino culo redondo de Samantha.

Samantha se desnudó y sacó la toalla de su casillero, luego se dirigió a las duchas abiertas para ver si Virginia la seguiría.

El corazón de la futura Ama latía con fuerza mientras esperaba ver qué haría Virginia, y cuando entró en el área de la ducha se saludaron con grandes sonrisas y miradas cada vez más obvias.

Samantha se tomó su tiempo para ducharse, y Virginia también.

Charlaron sobre esto y aquello, las personas que conocían, y Samantha metió a Paul en la conversación solo para ver qué pasaría.

Virginia apenas apreció el nombre el instante de caer una gota.

Seguía llevando la conversación de vuelta a Samantha, hasta que la futura Ama se dio cuenta de que Virginia estaba tratando de averiguar si estaba viendo a alguien.

* * *

En el camino de regreso en el coche, Samantha no pudo evitar notar que Virginia estaba inquieta, preocupada y tal vez cachonda al mismo tiempo.

Ese maldito ensayo se estaba interponiendo en el camino de la seducción de Samantha, y cuando llegaron a casa, Virginia pareció perder el valor y corrió escaleras arriba a su habitación del ático para ir a trabajar.

Samantha le dio unos minutos para calmarse, luego se acercó al ático con una

taza de té y deseó a Virginia buena suerte con su ensayo.

"Estaré abajo en mi habitación por si necesitas algo, cariño. Cualquier cosa", dijo Samantha.

* * *

Con la puerta de su habitación cerrada, Samantha encendió su computadora y ejecutó los comandos para acceder a las cámaras ocultas que había colocado en la habitación de Virginia.

Vio como Virginia luchaba por concentrarse, escribiendo algunas frases con rapidez en su ensayo y luego levantándose de su escritorio y caminando hacia su puerta.

Esperando cerca de la puerta.

Comenzando a abrirla ...

Sacudiendo la cabeza y volviendo a sentarse.

Maldición.

CAPÍTULO 11

Samantha decidió dejar que la chica acumulara algo de tensión.

Le haría más fácil que se distrajera y seducirla.

Mientras tanto, abrió las cámaras que había colocado en el estudio donde había escondido a Paul.

Según lo ordenado, estaba completamente desnudo, sentado en el suelo con un cuaderno de bocetos, practicando como dibujar la forma humana a partir de imágenes fijas.

Todavía no era muy bueno, pero lo estaba intentando y ella sabía que se destacaría en esto.

Todo el lavado de cerebro que había hecho le había dado un enfoque singular.

Un enfoque singular. Samantha sintió la oleada de placer que la invadió cuando tuvo una gran idea.

Colocó la visión de la cámara en otro monitor y se puso a trabajar en su

computadora en una versión adaptada de su juego de lavado de cerebro de realidad virtual, creado especialmente para Virginia.

Lo bueno de esto era que solo necesitaba el nivel 1 para enganchar a Virginia, y la chica sola seguiría regresando por más mientras terminaba su ensayo.

Samantha reemplazó algunas de las sugerencias del primer nivel del programa con una instrucción para enfocarse en la tarea de hacer ese ensayo y hacerlo bien.

Se dejó como maestra de rompecabezas, y condensó el juego para que Virginia pudiera sentir algún efecto de las sugerencias en un corto período de tiempo.

Ahora el efecto de preparación del juego ayudaría a Virginia a aclarar su mente, y vería que mejoraba su enfoque dramáticamente, aunque solo fuera por un corto tiempo.

Luego volvería por más.

CAPÍTULO 12

Samantha se vistió con el atuendo más delgado y transparente que era razonable para ella usar en la casa, y llevó otra taza de té a la habitación de Virginia.

Los ojos de Virginia casi saltan de sus cuencas cuando vio como vestía Samantha, quien le preguntó:

"¿Cómo va el ensayo?"

"Mal."

"¿Estás estresada cariño?

"¡Maldita sea, Samantha! ¿Cómo diablos voy a hacer esto? No puedo pensar con claridad. Estoy tan jodida. Joder, joder, joder".

"Toma un respiro, cariño. Está bien. Te digo algo, podría tener algo que pueda ayudar. Dame una hora, y si todavía no puedes concentrarte, baja y llama a mi puerta. Estará listo para entonces."

"¿Qué es?"

"¡Es una sorpresa! Pero es una especie de herramienta psicológica que puede ayudarte a enfocar tu atención. Lo uso todo el tiempo y realmente me ayuda. Eso es todo lo que te diré, pero no puedo prometerle que te dará ayuda, así que deberías intentar concentrarte primero. ¡Puedes hacerlo, chica! "

En verdad, el programa ya estaba terminado, pero Samantha pensó que esta versión era más creíble, y eso hizo que Virginia fuera aún más vulnerable a lo que iba a hacer.

* * *

Cincuenta y tres minutos después, Virginia llamó a su puerta y Samantha le entregó las gafas de realidad virtual y la hizo sentarse en el borde de su gran cama de roble.

"Este es un juego diseñado para ayudar al jugador a enfocarse en completar tareas y objetivos. Utiliza acertijos para mejorar la atención y proporciona señales visuales y auditivas que ayudan a la mente a relajarse. Ha hecho maravillas para mí. Lo he adaptado un poco para ti. ¿Lo probarás? "

Virginia asintió en silencio y se puso las gafas.

El corazón de Samantha comenzó a latir en su pecho otra vez.

Se preguntó si Virginia tomaría contra el juego, si se derrumbaría por completo

del estrés, si corría un riesgo demasiado grande y solo necesitaba esperar.

No, esto estuvo bien.

El Nivel 1 tenía un efecto realmente pequeño en la mente, y lo peor que podía pasar era que no funcionara, en cuyo caso Samantha o Paul seducirían a Virginia a la antigua usanza para llevarla a las gafas.

Samantha se sintió aliviada cuando Virginia se relajó en el juego en los primeros minutos.

Los sonidos y las vistas relajantes habían sido idea de Paul, una idea que su mente artística le había proporcionado, idea que Samantha sabía que ella nunca habría tenido sola.

Era demasiado simple para su mente compleja, pero tenía que itir que era elegante.

Quince minutos después, Virginia salió de la habitación de Samantha sintiéndose tranquila y concentrada, y pasó noventa minutos trabajando sin parar en su ensayo mientras Samantha jugueteaba con su código.

* * *

Virginia regresó un poco después, informando que la sensación de concentración

había desaparecido y luciendo un poco esperanzada, incluso lastimera.

Samantha la sentó y le dio un programa adaptado, con una dosis baja de lavado de cerebro.

Virginia se fue sintiendo tan preparada mentalmente como la primera vez, pero esta vez regresó en una hora.

"¿No funcionó?" preguntó Samantha.

"¡Lo hizo! Muy bien al principio, pero luego se desvaneció más rápido que antes. ¿Te ha sucedido eso alguna vez?"

"Sí, es normal, me temo.”

" Joder. ¿Qué hago ahora? "

" Bueno ... "dijo Samantha, luego sacudió la cabeza.

" ¿Qué? "

" Hmmmmm ... "

" ¿Por favor? "

" Podríamos intentar el nivel 2. "

" ¿Cuál es la diferencia? "

"Es más poderoso y duraría más, pero cuando desaparece te sentirás más cansada y confundida por un tiempo. Creo que deberíamos intentar el nivel 1 nuevamente. Es menos arriesgado. "

" ¿No desaparecerá más rápido esta vez? "

" Podría, no lo sé. Pero probablemente será así. Sí, si quiero seguir siendo honesta contigo. "

" Bueno, ¿cuánto duraría el nivel 2? "

"Por lo general, pienso en seis o siete horas para mí, así que probablemente sea lo mismo para ti".

"¡Con un enfoque como ese, podría terminar todo el ensayo!"

"¿Estás absolutamente segura? Después te estrellarás duro, ni siquiera podrás mantenerte despierta. Tendré que vigilarte, si eso está bien".

"Sí, está bien, ¿no te importa?"

"¡Por supuesto que no me importa!"

"Entonces probémoslo".

"¡Muy bien! Nivel 2 aquí vamos. Sin embargo, tienes que volver a hacer el Nivel 1. Funciona en pasos".

"Claro. ¡Hagámoslo!"

"¡Tan entusiasta! Ponte esto".

Virginia se puso las gafas de realidad virtual y tomó los controladores que le permitirían resolver los acertijos.

Samantha fingió tener una idea brillante e hizo que Virginia tomara una botella de bebida energética para ayudarla a mantenerse comprometida con el programa, luego le devolvió los controles.

Al igual que con Paul, unos minutos más tarde el cuerpo de Virginia se detuvo y su respiración se desaceleró cuando el cóctel de hipnóticos se apoderó.

Samantha cerró las cortinas de la habitación y revisó el rastreador en el teléfono de Diana y de los otros a los que había revisado sus cosas.

Todo en el mismo lugar, a cientos de millas de distancia, justo donde deberían estar.

Perfecto.

CAPÍTULO 13

Virginia pasó por el programa, completó el nivel uno y llegó al nivel dos, donde un avatar más sexy de Samantha comenzó a guiarla a través de los rompecabezas, mientras que los problemas técnicos y las drogas abrieron la mente de Virginia a profundas sugerencias y reprogramaciones.

Virginia ya estaba bastante indefensa, pero Samantha estaba lista con su pistola aturdidora y el rohypnol por si las cosas no funcionaban.

El programa que Samantha había adaptado mantenía muchos de los elementos centrados en la mente que Virginia hubiera querido, para hacer que la chica fuera menos sospechosa, pero con el tiempo los dejó y se convirtió en una rutina de lavado de cerebro puro.

Para estar segura, Samantha dejó que Virginia corriera por el segundo nivel un tiempo extra completo antes de comenzar con el nivel tres.

Virginia se retorció y se movió en la cama cuando el nivel tres comenzó, pero los problemas audiovisuales especiales eliminaron la última resistencia de Virginia.

Samantha estaba acalorada e inquieta mientras estaba sentada en su escritorio mirando a Virginia ser esclavizada.

Ella le envió a Paul un mensaje de texto para que cerrara el estudio y volviera a la casa, y luego, después de verificar la ubicación de Diana, Samantha se quitó las bragas y comenzó a masturbarse lentamente.

Ahora tenía todo el día para correrse tanto como quisiera.

* * *

En el programa de realidad virtual, una indefensa Virginia siguió a un avatar desnudo de Samantha a través del paisaje de los rompecabezas.

Con cada uno que Virginia resolvía, se permitía que una nueva parte de su esclava apareciera en su personalidad.

Suavemente al principio, luego en casi como un grito, Virginia comenzó a recitar el juramento de esclavitud a Samantha, las mismas palabras que Paul había dicho tres meses antes.

Samantha se regocijó.

Finalmente estaba obteniendo lo que merecía como un ser superior.

* * *

Samantha observó los signos físicos mientras la dopamina inundaba el cerebro de Virginia con cada nuevo rompecabezas resuelto, con cada nuevo aspecto de su esclavitud que se le revelaba.

Dejó que Virginia permaneciera en el programa mucho tiempo, y después de haber aprendido su lección con Paul, Samantha le hizo a Virginia una serie de preguntas diseñadas para evaluar si había algo que pudiera hacerla resistente a convertirse en esclava, tal como lo había hecho el miedo a la desnudez a Paul.

Al acabar la serie de preguntas Samantha estuvo muy satisfecha de no encontrar nada que pudiera bloquear a Virginia.

Su nueva esclava.

CAPÍTULO 14

Samantha se subió a la cama y le susurró al oído a Virginia:

"Mientras me sirvas fiel y bien, tu corazón estará feliz y tu mente estará completa. Ahora eres de mi propiedad. Soy dueña de tu cuerpo, tu mente, tu alma y todo lo que tienes. Soy dueña de todo lo que eres y todo lo que serás. Relájate en mi servicio. Relájate en mi propiedad. Relájate en tu verdadera naturaleza, como mi esclava. Relájate, relájate, relájate, para mí. Relájate. Ahora eres mi esclava. Tu único propósito en la vida es servirme ".

"Soy tu esclava", dijo Virginia.

"Buena chica. Quítate las gafas de realidad virtual, ponte de pie y desnúdate para mí".

"Sí, señora", dijo Virginia.

Se tambaleó un poco, todavía inestable por las drogas, pero se quitó la ropa según lo ordenado y adoptó una de las posiciones de exhibición que el programa le había presentado.

Samantha le dio a Virginia algunas órdenes más detalladas sobre cómo ella solo actuaría como una esclava cuando no hubiera nadie cerca, excepto Samantha y

Paul, por el momento, y sobre cómo dejaría gradualmente a sus otros amigos de su vida.

Virginia asintió y sonrió.

"Espera aquí, esclava", dijo Samantha.

Entró en el baño y regresó con la toalla de Virginia.

Luego hizo que Virginia se acostara boca arriba en la gran cama y extendiera las piernas.

Samantha abrió en un cajón y sacó un kit de depilación con cera, y disfrutó aplicar la cera en el fino cabello castaño del vello púbico de Virginia, que nunca más le volvería a crecer.

Samantha le dio a Virginia un trozo de madera para morder, luego hizo que la chica gritara arrancando su mata de pelo en unos pocos movimientos rápidos.

La nueva dueña de Virginia acarició el coño suave de su esclava y sonrió.

Su nueva propiedad era perfecta.

"Extiéndete en la cama y junta los brazos por encima de la cabeza", dijo Samantha.

"¡Si señora!" ella respondió.

Samantha amarró a Virginia en la cama y luego amordazó a la esclava por si tenía algún impulso restante de la mente libre de la que Samantha había tomado el control.

Samantha la dejó allí, regresando a su computadora donde revisó los rastreadores para encontrar que Paul estaba de regreso, mientras que Diana todavía estaba muy, muy lejos.

Eso lo resolvió todo.

Samantha saltó a la cama, luego se dejó caer sobre la cara de Virginia y le ordenó que comenzara a lamerla.

La chica sabía lo que estaba haciendo y Samantha pronto flotó en felicidad.

Su plan tenía dos tercios completos y ahora era dueña de una perfecta gatita duendecilla para acompañar a su dispuesto y capaz esposo de casa, Paul.

La hábil lengua de Virginia jugó expertamente con el clítoris de Samantha, y Samantha jadeó y gimió para mantener el orgasmo a raya todo el tiempo que

pudo.

La golpeó con fuerza y llenó su mente de luz efervescente y calor, e hizo que su piel hormigueara por todo su cuerpo.

* * *

Buena chica", dijo Samantha, saltando de la cara de Virginia, "ahora levanta las piernas en el aire y extiéndelas".

La esclava amordazada trató de decir "Sí, Ama", pero no pudo hacerlo, y Samantha se rió.

Esta chica era muy linda.

Samantha se acercó a Virginia para mostrarle a su nueva esclava que obtendría tanto placer como ella le daba, si tan solo obedecía.

Virginia tardó unos segundos en jadear su clímax, que continuó durante tres poderosos minutos hasta que estuvo completamente agotada.

Samantha pensó que era una pena que hubiera tenido un orgasmo tan rápido.

Ella había querido pasar más tiempo explorando el cuerpo de su nueva esclava.

Aun así, ella tenía toda su vida juntas para hacer eso.

CAPÍTULO 15

Samantha le preguntó a Virginia unas cuantas cosas más para comprobar que el lavado de cerebro había sido completo.

Luego ordenó que la esclava atada se durmiera, usando una palabra de activación implantada por el programa de realidad virtual.

Después de todo, necesitaba continuar con ese ensayo, y una siesta poderosa era lo que necesitaba para restablecer un poco su cuerpo.

* * *

Paul llegó cuando Virginia se despertaba y Samantha hizo que el chico se uniera a ellos en la habitación.

"Paul, ahora actuarás como un esclavo frente a Virginia o frente a mí, o los dos cuando ambos estemos presentes, siempre y cuando no haya nadie más cerca para ver".

"¡Si señora!" dijo ansioso.

"Desnúdate".

"¡Si señora!"

"Paul, Virginia es superior a ti. Cuando sus órdenes no entren en conflicto con las mías, las seguirás. Mis órdenes siempre tienen prioridad. Y debes cumplirlas".

"¡Si señora!"

Samantha sonrió mientras Virginia miraba a Paul atentamente desde la cama.

El chico estaba desnudo rápidamente como un rayo, y se puso de pie con orgullo en una posición de exhibición mientras Virginia lo follaba con la mirada y él le hacía lo mismo.

Samantha se rió y se puso nerviosa.

Se acercó a Virginia, le acarició el pelo y la soltó.

"¿Quieres follarte al esclavo Paul, Virginia?"

"¡Sí, por favor, Ama!"

"Bueno, todavía no puedes. Paul, Virginia tiene que terminar un ensayo difícil hoy y mañana. Vas a motivarla, de alguna manera. Ven aquí y deja que te ponga en tu jaula de castidad. Y no hagas pucheros, esclavo."

"Lo siento, Ama".

"Ahí, bien. Virginia, ahora te desabrocharé. Luego usarás el baño y te limpiarás, después de lo cual irás directamente a tu habitación donde te sentarás en tu escritorio y escribirás tu ensayo. Te enfocarás en el ensayo con la exclusión de todas las demás cosas, excepto ir al baño y comer y beber cuando sea necesario.

"Te quedan cuatro mil palabras para escribir. Por cada mil palabras que alcances, con las que estás sinceramente satisfecha, te daré un número de la cerradura de combinación que mantiene la jaula de castidad de Paul. Cuando el ensayo haya terminado, yo te dirá el orden en que se ingresan estos números. Luego, se te permitirá el uso gratuito del cuerpo de Paul durante dos horas como recompensa. Diana debe regresar alrededor de las siete en punto mañana por la noche, así que, si deseas tu recompensa, con una ventana de seguridad, tendrás que terminar a las cuatro en punto mañana por la tarde. ¿Entendido? "

"¡Si señora!"

"Buena chica. Esposo de la casa, haz que Virginia y yo comamos un bocadillo apetitoso y llévalos arriba"

"¡Si señora!"

CAPÍTULO 16

Una vez que Virginia estuvo arriba en su habitación, escribiendo rápidamente, con Samantha supervisándola desde la cama, la dueña de la esclava tuvo tiempo de reflexionar sobre sus planes.

Cuando Paul entró, ella lo hizo adorar su coño y su culo por un tiempo, lo que la puso en su estado de ánimo más dominante.

Diana era su próximo desafío.

La chica era bis, y definitivamente un cambio en lugar de unos simples sumisos como Virginia y Paul.

* * *

Estaba segura de que Diana estaba entusiasmada con Virginia, por lo que el plan era sacar a Paul del camino cada fin de semana a partir de entonces.

Él afirmaría haber tomado un trabajo de almacén en algún lugar a unas pocas millas de distancia, trabajando turnos de doce horas.

Eso dejaba a Samantha libre para poner sus propias excusas: personas para ver, lugares para estar, investigaciones para hacer, lo que dejaría a Diana y Virginia solas juntas.

Virginia recibiría la orden de seducir a Diana, pidiéndole que rápidamente dominara a Diana y luego buscando una forma de convencer a Diana para que pruebe el programa de realidad virtual.

Samantha pensó que podría ser suficiente para que Virginia le suplicara por favor, pero las motivaciones de Diana a menudo eran opacas para Samantha.

No había garantías.

* * *

Virginia, mientras tanto, estaba volando a través de su ensayo.

Obtuvo dos números en la cerradura de combinación que la mantenía alejada de la polla de Paul, y solo tardó tres horas en hacerlo.

Samantha revisó su trabajo y puso a la chica desnuda sobre sus rodillas para que recordara la importancia de la buena ortografía y la gramática en un ensayo formal.

Con los moretones floreciendo en su trasero, se sentó de nuevo a trabajar.

Samantha hizo una nota mental para recordar con qué facilidad se le marcaba el culo a la chica pálida.

Ella no sería capaz de seducir a Diana hasta que esos moretones se desvanecieran.

* * *

Virginia no terminó su ensayo ese día, y después de que todos habían cenado la comida que Paul había preparado para ellos, Samantha puso a Virginia en la cama en posición de esclavitud y usó auriculares para darle la versión para dormir de su programa de lavado de cerebro, solo para colmarla al levantarse.

* * *

Le dio otra recarga de las gafas de realidad virtual a la mañana siguiente.

La obediente Virginia terminó su ensayo con horas de sobra, y se ganó su a la polla de Paul una vez que Samantha había verificado su trabajo.

CAPÍTULO 17

Samantha los hizo reunirse en la habitación de Virginia.

Ella hizo que Virginia encadenara a Paul a su cama, y luego la nueva esclava estuvo jugando con el chico hasta que la hizo correrse por toda su cara.

Virginia no perdió el tiempo envolviendo un condón sobre su polla, y mientras se agachaba para follar al esclavo, recordó agradecerle a su Ama por el privilegio.

Ella, como suponía Samantha, se portaba muy bien, parecía toda una experta y con ese cuerpo atlético le dio a Samantha todo un espectáculo mientras follaba a Paul hasta dejarlo seco.

Después de correrse regresó a follarlo una segunda vez para deleite visual de Samantha.

TERCERA PARTE

CAPÍTULO 18

Habían pasado tres meses desde el día en que Samantha había esclavizado a Virginia, y habían pasado seis semanas desde que Virginia había logrado seducir a la encantadora y curvilínea Diana mientras los otros compañeros estaban ausentes.

Samantha había revisado los videos y grabaciones que sus cámaras secretas habían hecho de Virginia y Diana, y le había informado a Virginia sobre cómo construir un perfil psicológico del último objetivo restante.

Samantha quería usar el lado dominante de Diana para ayudar a controlar a sus otros dos esclavos, y cualquier adquisición futura que hiciera.

Diana sería un excelente sujeto de prueba para descubrir cuánta iniciativa podía dejar a sus esclavos mientras los hacía dedicarse irremediablemente a ella.

Claro, ella podría lavarle el cerebro a Diana con fuerza, convirtiéndola brutalmente en una sumisa completa y muy feliz.

Parecía una oportunidad desperdiciada para no intentar al menos convertirla en una co-domme y en una esclava.

* * *

El lado dominante de Diana era muy cariñoso, no tan duro como el de Samantha, ya que en la única ocasión en que Virginia había dominado a Diana, parecía que su subpersona también disfrutaba de un estilo apasionado de dominación.

Samantha había estado trabajando horas extras en la elaboración de un programa de lavado de cerebro VR que mostraría a Diana que ella era la esclava de Samantha, pero que en esa esclavitud tendría la oportunidad de dominar y nutrir a otros esclavos.

Con ese fin, Samantha había hecho imágenes en 3D de Virginia y Paul felizmente presentando todo tipo de formas traviesas, y trabajó en el programa, para sentarse junto a los segmentos donde Samantha sería presentada como una Ama para todos ellos.

Era un programa complicado, y Samantha quería probar el nivel 1 para ver qué efectos podría tener en Diana.

Diana no sería más sabia, ya que las partes sexuales del programa eran destellos subliminales que ella nunca vería conscientemente, y el resto era una tontería sobre el aumento de la confianza.

Samantha había tenido a Virginia cada vez más segura durante las seis semanas, y Virginia finalmente se dio cuenta del cambio y le había preguntado al respecto.

* * *

Desde una camioneta a media milla de distancia, Samantha observó las cámaras secretas de la casa para ver cómo Virginia hablaba con Diana para probar el programa.

"Buenos días, amante", dijo Virginia, entrando en la habitación de Diana en tanga negra.

"Buenos días, Virginia", dijo Diana.

Virginia se acercó a la cama y retiró las sábanas, revelando el cuerpo desnudo de Diana.

Virginia sujetó los brazos de Diana hacia abajo y se sentó a horcajadas sobre ella.

Luego se besaron apasionadamente mientras Diana se retorcía contra el agarre de Virginia.

Virginia no se rindió.

Con una sonrisa en su rostro, usó las esposas que Diana mantenía unidas a su cabecera para encerrar a su novia en la cama.

Luego procedió a calentar a la explosiva rubia jugando con la lengua.

Virginia saltó de la cama y se quitó las bragas, luego buscó en el cajón de la mesita de noche de Diana y sacó el consolador que guardaba allí.

Samantha observó desde la camioneta cómo Virginia le daba a Diana una follada dura pero sexy, con muchos besos apasionados y palabras de elogio para la hermosa 'esclava' Diana.

Virginia se aseguró de que ambas tuvieran un orgasmo de alguna forma coincidente, y luego sacó a Diana fuera de las esposas de esclavitud y se metió en la cama para acurrucarse junto a ella.

"¿Siempre fuiste tan buena domando?" preguntó Diana.

"¡No! ¡Tengo un arma secreta ahora!" dijo Virginia

"Intrigante. ¿Te refieres al consolador?"

"No, nada tan obvio. Adivina de nuevo".

"¿Esos pantalones sexys que usabas antes?"

"¡No eso! Bah. Así que no estás en la línea correcta en absoluto".

"¿Has estado leyendo un libro?"

"Um, no, en realidad no. Creo que te estás calentando un poco".

"¿Has estado viendo videos instructivos?"

"Ooh, más cerca, mucho más cerca. Pero eso no".

"¿Podcasts?"

"Más frío".

"¡Me rindo!"

"Estoy jugando un juego de construcción de confianza que Samantha me hizo, con esas cosas de gafas VR en las que ella y Paul siempre están jugando".

"Aburridooooo", dijo Diana.

"Yo también lo pensé, pero es muy divertido. ¿Quieres intentarlo?"

"¿No lo dirás en serio?"

"No puede hacerte daño intentarlo. Por mí, ¿eeeeeeeee? ¿Por favooorrrr?"

"Uhmm ..."

"¿Bastante con, por favor, con azúcar encima?"

"No lo sé."

"Usaré mi viejo uniforme escolar si lo haces, el que más te guste".

Diana tosió, lo pensó y luego se encogió de hombros.

"Sí, está bien, lo conseguiste. Jugaré tu tonto juego durante quince minutos, si llevas el uniforme escolar y la ropa interior de colegiala todo el día hasta que vuelva Samantha".

"¿Treinta minutos?"

"Te haré pagar una multa."

"Trato, amante. Ahora vuelvo ..."

CAPÍTULO 19

Virginia regresó unos minutos después con las gafas de realidad virtual y con su viejo uniforme escolar, que Samantha solo lo había visto en las cámaras de la casa.

Podía arreglar eso una vez que hubieran esclavizado a Diana.

Samantha tuvo que reducir la respiración mientras veía a Diana tomar las gafas y ponérselas.

Podía monitorear remotamente el programa desde una de las computadoras portátiles en la camioneta, e incluso pensó que Diana parecía estar bastante metida en eso.

Solucionó los acertijos en un tiempo súper rápido, pero fiel a sus órdenes, Virginia la hizo revisar el programa una y otra vez durante treinta minutos completos.

Era una rutina estándar de fomento de la confianza, muchos refuerzos positivos y algunos destellos subliminales que asociaban la positividad con imágenes de Samantha dominando a sus tres compañeros de casa renderizados en 3D.

Al mismo tiempo, el programa activó algunas de las tendencias dominantes de

Diana.

Samantha observaba y vigilaba.

Tenía un gran programa para desencadenar tendencias sumisas, pero hoy demostraría si podría construir uno que hiciera a alguien dominante y sugestionable al mismo tiempo.

Primero vendría la prueba de dominio.

Con las gafas ya apagadas, Diana se levantó y miró a Virginia sonriente, que estaba sentada junto al escritorio donde una computadora ejecutaba el programa de realidad virtual.

En la camioneta cercana, Samantha agarró las esquinas de su computadora portátil mientras observaba y esperaba.

* * *

Diana se acercó a Virginia, la puso de pie, luego sujetó las manos de Virginia a la espalda y la besó.

Diana no parecía poder controlarse a sí misma, y pronto sus manos estaban sobre el cuerpo de Virginia, tirando de ella de un lado a otro, alrededor de la habitación.

La chica rubia empujó a Virginia sobre sus rodillas, luego la tomó por el pelo y la hizo comer el coño hasta que su amante hizo que se corriera.

"Buena chica, Virginia", dijo Diana.

"Gracias, señora", dijo Virginia.

"He creado algunas reglas nuevas para ti, mientras estabas de rodillas sirviéndome. ¿Quieres escucharlas?"

"Emm, sí, amante?"

"Buena chica. Eres una cosa muy hermosa. Mírame mientras te lo digo. Regla 1 - siempre que solo estemos nosotras en la casa, tienes prohibido usar bragas. Regla 2 - Te lo diré de antemano cuando yo quiero someterme, de lo contrario solo asume que estoy dominando y trátame como tal. Regla 3, cuando entres a mi habitación, me besarás los pies para saludarme, luego te arrodillarás en el suelo con las piernas separadas hasta que te diga qué hacer. ¿entiendes?"

"¡Si señora!"

"Buena chica. Ahora levántate en la cama para que pueda follarte como la colegiala cachonda que eres en el fondo".

"Si señora."

* * *

Samantha tuvo que decir que el programa ciertamente parecía haber incrementado las tendencias dominantes de Diana.

Observó en los monitores cómo la chica rubia dominaba a Virginia con una intensidad que nunca había visto, y seguía observando mientras Diana llevaba a Virginia más allá de todo lo que habían hecho juntas antes.

Era como si todavía estuviera mirando a la misma persona, pero enfocada y purificada en una forma que era más singular, sin tanto ruido mental que la distrajera.

CAPÍTULO 20

Samantha las dejó continuar durante un par de horas, hasta que las vio tomar un descanso.

Aprovechó la oportunidad para enviarles un mensaje de texto a ambas diciendo que volvería a casa temprano.

Esperó hasta estar segura de que habían visto el mensaje de texto, luego les dio diez minutos para que se pusieran decentes a toda prisa, antes de estacionar la camioneta a unas calles y caminar de regreso a la casa.

Le temblaban las manos cuando abrió la puerta, y fue vista por Virginia que estaba viendo la televisión en la sala.

Diana estaba arriba en su habitación.

Sentándose en el sofá, Samantha probó el primero de sus trucos para ver si Diana podría estar más inclinada a seguir sus instrucciones.

Le envió un mensaje de texto para que viniera a pasar el rato con ellas en la sala de estar, solo un simple mensaje, una instrucción que podría tomarse como una sugerencia amistosa.

Diana bajó corriendo las escaleras y le dio un abrazo a Samantha, y se unió a ellas para una sesión frente al televisor.

Hasta aquí todo bien.

* * *

Samantha probó la situación.

Ella salpicó su conversación con instrucciones y sugerencias, logrando que Diana cambiara el canal, el volumen, hiciera bebidas, tomara comida, cambiara a un asiento diferente e incluso fuera a la tienda a por más leche cuando se les acabó.

Samantha también hizo lo suficiente de esas cosas como para calmar sus posibles sospechas, pero en su mente, el experimento había sido un verdadero éxito.

Para evitar que Diana tuviera tiempo de reflexionar sobre su comportamiento, Samantha ideó una excusa por la que tenía que salir de nuevo por unas horas, y le ordenó a Virginia que le hiciera peticiones a Diana tantas veces como pudiera.

CAPÍTULO 21

Pasaron cuatro semanas más antes de que Virginia lograra convencer a Diana de probar el nivel 2 del programa.

Cuando se puso las gafas, bebió la bebida energética con estimulantes, tomó los controladores y completó el nivel 1, Samantha condujo la camioneta tan cerca de su casa como se atrevió y anduvo el resto del camino a pie, casi corriendo con la emoción.

Entró en la casa y subió las escaleras.

Luego esperó hasta que Virginia le dio el visto bueno, lo que significaba que había encadenado a la indefensa Diana a la cama.

Samantha entró en la habitación a oscuras, donde la obediente Virginia había corrido las cortinas antes, y miró a la chica rubia con las piernas abiertas en la cama, con las gafas de realidad virtual y un controlador todavía en cada mano, con suficiente espacio para moverse aun con las cadenas que la mantenían sujeta a la cama.

Samantha envió a Virginia a buscar algo de comida, luego hizo que la chica se desnudara y se arrodillara en la esquina por si la necesitaba.

También convocó a Paul a su casa, y él se unió a ellos en la pequeña habitación para ver cómo se convertía la última habitante de su hogar.

* * *

Samantha esperó en tenso silencio hasta que pensó que Diana estaba lista para pasar al nivel 3.

Había sido sometida a un programa de nivel 2 mucho más largo que cualquiera de los otros.

Había sido necesario darle una oportunidad completa para resolver acertijos con una versión sexy y sumisa de Virginia.

Luego otra prueba con un avatar dominante de Samantha vestida de cuero.

Samantha no estaba totalmente contenta con lo bien que Diana había respondido al manual de nivel 2 con su propio avatar.

Hubo más vacilaciones de las que hubiera sido conveniente, y se intentó calmar para tratar de pensar en cómo solucionarlo.

Llevar a Diana al nivel 2 nuevamente significaba que tendría que recargarla con más de las drogas hipnóticas que le abrieran la mente al lavado de cerebro.

Sin embargo, demasiado de esas drogas sería muy peligroso.

Y ponerla directamente en el nivel 3 se arriesgaba a un rechazo parcial, o total.

Podía darle mucho rohypnol y hacer que olvidara, con suerte, lo que había sucedido, pero eso era peligroso.

O podría usar la fuerza bruta y seguir sometiéndola a más y más lavado de cerebro hasta que se quebrara.

Samantha luchó para decidir, y miró a Virginia en la esquina de la habitación.

¿Por qué Diana no podía ser una conversión fácil como lo había sido la encantadora Virginia?

Para su sorpresa, la ninfa desnuda levantó la mano para pedir permiso para hablar.

"Adelante, esclava", dijo Samantha.

"Ama, creo que puedo ayudar a relajarla y abrirle la mente".

"¿Cómo?"

"Si hablo con ella, la adoro y trato de convencerla de que todavía puede tenerme si la tienes, eso podría ayudar".

"¿Quieres decir, hablar con ella en la vida real?"

"Si señora."

"¿No en el programa?"

"Si señora."

"Así que estará asimilando palabras y sensaciones en su estado sugestivo, pero con un vector de ataque diferente. Probémoslo durante media hora en el nivel 2, y luego en el nivel 3 durante media hora. Si no se consiguen resultados, entonces es hora de rohypnol y puedes convencerla de que todo fue un sueño febril. Paul, trae las tijeras y ayúdame a cortarle la ropa, y Virginia, prepárate para comenzar ".

"¡Sí, señora! ", Dijeron al unísono.

* * *

Virginia desnuda se tumbó entre las piernas de Diana y comenzó a acariciar su coño.

Ella habló con confianza, en un maravilloso tono amoroso, de cómo su nueva dueña, Samantha, los dejaría estar juntos, dejaría que Diana dominara a Virginia por todo lo que valía, y no exigiría nada más que obediencia amorosa y apasionada a cambio.

Samantha no podía ver cómo un enfoque tan poco científico inclinaría la balanza, pero estaba dispuesta a intentarlo.

Para empezar, no hubo cambios, pero Samantha hizo que Virginia continuara, probando nuevas formas de explicar los méritos de la esclavitud con una casa con dos sumisos puros.

Hasta que después de diez minutos, Samantha notó que el pulso de Diana disminuía y su respiración se aceleraba y parecía menos intranquila y más ansiosa.

Ella asintió con su aliento a Virginia, quien convenció a Diana de que, poco a poco, comenzara a aceptar el lavado de cerebro.

Si el resultado exitoso podría conseguirse porque Virginia era realmente convincente para su amante, o si porque la última de las defensas de Diana finalmente se habría superado, Samantha no podría asegurarlo.

Samantha pensó por unos segundos, luego se arriesgó.

Ahora era el momento correcto.

Metió a Diana directamente en el nivel 3 y observó cómo su cuerpo se sacudía cuando las gafas de realidad virtual se conectaron con su cerebro y la abrieron al lavado de cerebro.

El nivel 3 para Diana era una mezcla de acertijos que terminaban en escenas de Diana sometiéndose a Samantha, o dominando a Paul o Virginia, cada una con golpes masivos de dopamina inducida, pero más intensas que cuando Samantha probó en si misma el programa de dominación.

Samantha hizo que Diana completara el ciclo a través del largo programa de nivel 3, luego le dio más de la bebida energética mezclada con hipnóticos.

Ella había estado monitoreando el progreso de Diana y se sintió alentada por lo que vio.

Casi tenía los esclavos que merecía, y la idea la estaba volviendo increíblemente húmeda.

Con la ayuda de las palabras y la lengua de Virginia, Diana se había relajado en el proceso y seguía adelante, pero Samantha quería estar segura.

Absolutamente segura.

Puso a Diana inmediatamente en el nivel 3 nuevamente, arriesgándose a llevar a la chica demasiado lejos al estado hipnótico.

Vale la pena estar segura, y Diana tenía una mente fuerte.

Ella se recuperaría.

CAPÍTULO 22

Cuando la segunda ejecución del nivel 3 finalmente terminó, Samantha le hizo a Diana todo tipo de preguntas sobre su nuevo estado y cualquier cosa que pudiera interponerse en su esclavitud total.

Agotó todas las vías de investigación en que ella y sus esclavos podían pensar, y finalmente liberó a Diana de la cama, pero la mantuvo encadenada ataba de sus pies y manos con solo un pequeño espacio para moverse.

Samantha observó con ojo crítico cómo Virginia y Paul limpiaban a Diana, y cuando Diana miró directamente a los ojos de Samantha y le agradeció sincera y apasionadamente por el uso de los otros dos esclavos de Samantha, su corazón dio un vuelco.

Samantha depiló el coño de Diana, luego llevó a la rubia encadenada a su propia habitación y le hizo el amor con un consolador hasta que su nuevo coño suave estuvo bien jodido.

Samantha encadenó a Diana y Virginia a la cama juntas y le dio a Paul un estimulante para mantenerlo despierto, para que pudiera vigilarlas mientras ella dormía.

* * *

Por la mañana, hizo que Paul la vigilara mientras liberaba a Diana y la dejaba dominar a Virginia, lo cual fue fabulosamente bien.

Luego, otra ronda de lavado de cerebro y algunas pruebas más, y Samantha estaba convencida.

Diana era de ella.

EPÍLOGO

Seis meses después ...

Samantha tocó el timbre que estaba en su escritorio, y unos segundos después, Paul entró corriendo y se paró justo dentro de su puerta con las manos detrás de la espalda.

El clima se había vuelto más frío en esta época del año, y aunque Samantha podía permitirse toda la calefacción que le apeteciera, había decidido vestir parcialmente a su esclavo.

Llevaba una camisa y una chaqueta de mayordomo en la mitad superior de su cuerpo, y unos leggings elásticos transparentes en la mitad inferior que mostraban su piel suave y su polla esclavizada.

Le había quitado todo el vello púbico cuando su miedo a la exposición había pasado y a menudo le ordenaba que usara las duchas públicas después de sus brazadas en la piscina del gimnasio para asegurarse de que todos los demás hombres pudieran ver su polla y sus bolas sin pelo.

Él le dijo que lo hacía sonrojarse cada vez.

"Marido de la casa, sé un ser amoroso y tráeme una taza de té. Mira si la señora

Diana y la señora Virginia también quieren algo".

Ella escuchó cuando Paul, a quien ella consideraba cada vez más como el marido de la casa, respetuosamente les preguntó a sus superiores si podía conseguirles algo.

Samantha podía verlos en sus monitores, trabajando duro y estudiando todo lo que podían, tal como ella les había ordenado.

Diana llevaba un corsé negro, medias, tirantes y ropa interior a juego, mientras que Virginia lucía un vestido transparente y nada más.

Samantha y Diana habían acordado nunca dejarla usar bragas dentro o fuera de la casa, nunca más.

Virginia había hecho pucheros, pero pronto se le habían pasado.

Cuando el esposo regresó con el té de Samantha, se tomó un pequeño descanso para beberlo con él debajo de ella comiéndola en su cama.

Y cuando se corrió, se regocijó en el sentimiento pacífico de absoluta superioridad que sentía cada vez que entraba por la puerta de la casa a su hogar.

Su teléfono sonó con el tono de un mensaje y se bajó de la cara de su esclavo,

mientras su corazón se aceleraba al preguntarse si era el mensaje que había estado esperando.

Decía:

'¿Puedo ir hoy, S? Finalmente podría probar ese juego por el que me sigues dando curiosidad. R '.

Samantha reunió a sus esclavos y los hizo cambiarse con ropa de persona normal.

Se había puesto un poco celosa de lo cercanas que estaban Virginia y Diana, pero nunca rompería un amor como el de ellas, así que había ido a buscar uno propio.

Otra chica sin familia, una sumisa pura que bebía de cada palabra de Samantha, había entrado debidamente en su vida después de una extensa búsqueda.

Parecía que hoy sería el día en que Samantha finalmente completaría su hogar.