Texto: Gálatas 5:22,23
EL FRUTO DE UNA FAMILIA CRISTIANA El verdadero y más grande éxito en nuestra vida ha de enmarcarse en la presencia de Dios en medio de la familia. Si las familias que componen la iglesia de Cristo, son familias sanas, de buen testimonio y as de los dones que Dios nos concede, entonces la congregación
se
verá
sustancialmente
mejorada. En Gálatas 5, Pablo menciona los fruto del Espíritu, éste fruto ha de ser la pauta que dirija el timón de la familia cristiana en medio de los mares y océanos tempestuosos en los que navegamos hoy día. A. UNA FAMILIA CRISTIANA TIENE ABUNDANCIA DE AMOR. Los
lazos
familiares
son
estrechos
y
entrañables, pero cuando entra en escena Cristo, esta clase de amor se multiplica. Este amor busca siempre lo mejor de cada miembro familiar, padres e hijos se unen en el objetivo común de superarse y ayudarse mutuamente a sobrellevar cualquier carga. No recela de los
demás ni guarda rencor, comprendiendo las flaquezas de uno y de otro. Busca que Cristo sea el referente del amor y la misericordia en medio de la unidad familiar.
B.
UNA
FAMILIA
CRISTIANA
ESTÁ
SIEMPRE
GOZOSA. Por supuesto, todas las familias pasan por crisis, es muy difícil poder decir que pongamos buena cara al tiempo, sabiendo que todo es un desastre en nuestra familia. Sin embargo, Dios derrama de su gozo sobre todos sus , si se dejan guiar por el Espíritu Santo y ponen su confianza en Cristo a la hora de resolver sus problemas,
entonces
habrá
alegría
en
el
corazón de cada familiar. Los
días
de
carencias
y
dificultades
nos
muestran lo que realmente llena de gozo a una familia cristiana: el cuidado y provisión de Dios. C. UNA FAMILIA CRISTIANA ES UN AGENTE PACIFICADOR.
La paz que Dios da, no es la paz que brinda el mundo y lo sabemos. La paz que Dios nos ofrece como familias es ese sosiego interior que nos remite al control que Dios tiene sobre todas las circunstancias. Es esa tranquilidad que inunda las horas vacías y que nos hace más cercanos a los nuestros. Es ese reposo que surge de la dependencia de Dios. Si sales de tu trabajo
resoplando
por
lo
que
vas
a
encontrarte en casa, necesitas pedirle a Dios que te entregue esa clase de paz que hace que uno desee estar disfrutando de los suyos. D.
UNA
FAMILIA
CRISTIANA
DEMANDA
PACIENCIA. ¿En
cuántas
ocasiones
alguien
de
nuestra
familia nos ha sacado de nuestras casillas? Creo
que
todos
momentos soportar hermanos
en
los
ciertas y
hemos que
pasado no
actitudes padres.
eres y
por
capaz
actos
Como
esos
de
de tus
familia
cristocéntrica, la paciencia es una virtud que hay que saber istrar por lo poca que suele haber en el hogar.
La
familia
cristiana
sobrelleva
las
cargas
mutuamente y escucha con paciencia cualquier consejo que provenga del corazón. E.
UNA
FAMILIA
CRISTIANA
OBRA
CON
BENIGNIDAD Y BONDAD. La familia que busca ser un bloque firme y sólido es aquella que lo fía todo a hacerse el bien entre los de la misma. Cada acto que realizamos debe ser dirigido por la mano de Cristo. Es
satisfactorio saber que tu
familia
está
siempre al tanto de tu vida, de tus necesidades materiales
y
espirituales,
de
tus
malos
momentos y de tus éxitos, es algo que el dinero no puede comprar. Dios nos da de su bondad para que la extendamos a los nuestros. F. UNA FAMILIA CRISTIANA HA DE SER UNA FAMILIA DE FE. Algo que ha quedado en desuso, por desgracia, es el devocional familiar. El mandamiento que Dios dió a Israel de educar contándole a los hijos las maravillas que Dios ha hecho en la
historia del mundo, ha sido relegado a un segundo plano. La lectura de la Biblia sentados en el sofá, las oraciones fervorosas pidiendo e intercediendo los unos por los otros y la alabanza
a
Dios,
han
ido
desapareciendo
paulatinamente de nuestra vida privada. Convierte tu hogar en un lugar de culto al Señor para que compartir las enseñanzas que Dios te dio y lleves a tus hermanos las manos llenas de la plenitud de Cristo. E. UNA FAMILIA CRISTIANA SE HUMILLA BAJO LA MANO DE DIOS PARA NO SUCUMBIR AL SUSURRO DEL MUNDO. Si la familia cae, el mundo y la sociedad se vienen abajo. Si la familia refuerza cada día sus principios
en
la
Ley
de
Dios,
aún
existe
esperanza para esta tierra. El anhelo más profundo que debe tener la familia ha de ser el de servir a Dios con obediencia y amor. El hogar ha de ser esa fortaleza en la que la voluntad de Dios es la única que guía a cada miembro del mismo. CONCLUSIÓN.
La familia se encuentra en el punto de mira de Satanás. Cuando la familia arraigada en Cristo se mueve, Satanás tiembla. Cuando los padres atienden,
aman
y
protegen
a
sus
hijos
conforme a las Escrituras, Satanás sabe que está
vencido.
Cuando
los
hijos
respetan,
valoran y ayudan a sus padres, el diablo redobla
sus
esfuerzos
porque
no
sea
así.
Cuando esposo y esposa se aman, cuidan y buscan a Dios, el demonio intentará arrebatar todo lo que pueda para separarlos. Pero nunca podrá quitar el amor, la lealtad y la fe de aquellas familias que con denuedo, valentía y perseverancia se deja guiar por el Espíritu Santo
hacia
una
agradable a Dios.
madurez
excelente
y