Maltrato Animal Codigo Penal 43a1u

Análisis de los art. 337, 631, y 632 del Código Penal

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ANALISIS DE LOS ARTÍCULOS 337, 631 Y 632 DEL CÓDIGO PENAL. Juan Carlos Rodríguez Utrera, Fiscal de la Fiscalía Provincial de Málaga Málaga, a 10 de septiembre de 2009

Dentro de los tipos penales de los artículos 337,631 y 632 del Código Penal, el Legislador penal ha diferenciado la utilización de animales como medio comisivo de la infracción penal, de los supuestos en los que el objeto sobre el que recae la acción típica es el propio animal ((López Caballero). Al primer aspecto alude el Art. 631.1; al segundo, los artículos 631.2, Art. 632 y 337 . Los artículos 631 y 632 del Código Penal, catalogados como “falta contra los intereses generales” y el artículo 337, dentro del capitulo rubricado “de los delitos relativos a la protección de la flora, fauna y animales domésticos”. Vamos a analizar cada una de las infracciones: LA FALTA DEL ARTÍCULO 631.1 DEL CÓDIGO PENAL. Dispone dicho artículo que: 1. Los dueños o encargados de la custodia de animales feroces o dañinos que los dejaren sueltos o en condiciones de causar mal serán castigados con la pena de multa de 20 a 30 días. La frecuente aplicabilidad de esta infracción penal deriva de los nuevos hábitos sobre tenencia como animales de compañía de ciertas especies, y en concreto de ciertas razas de perros, que han producido episodios de ataques a personas con unas consecuencia muy graves, con la consiguiente alarma social. Desde el punto de vista istrativo hay que acudir a Ley 50/1.999, de 23 de diciembre, sobre Régimen Jurídico de Animales Potencialmente Peligrosos, en la que se establece el régimen jurídico necesario para la tenencia de esos animales. - La naturaleza de la falta del artículo 631.1 del Código Penal es la de ser un " tipo de peligro abstracto", no siendo preciso por ello, para su consumación, que se produzca un resultado lesivo o dañoso. Es decir, el tipo delictivo se consuma, se agota, con el hecho de no tener bajo control al animal feroz o dañino. - En cuanto al sujeto activo, puede ser el propietario del animal o el poseedor temporal del mismo, pero es necesario que tenga la custodia, legalmente o de hecho, así como el dominio del hecho, aun de manera eventual. -La acción típica consiste en dejar suelto a un animal feroz o dañino, o en condiciones de causar mal a personas o bienes ajenos, esto es, crear esa situación de riesgo o de peligro al que antes aludíamos. - Debe tratarse de un animal feroz o dañino. Determinar qué sea feroz o dañino, es equívoco.

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El concepto de "animal feroz o dañino" que establece el artículo referido no coincide con el concepto de "animales potencialmente peligrosos" establecido en la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, y a tal efecto baste recordar que el precepto penal ya existía antes de la promulgación de la referida; sin perjuicio de que la citada normativa istrativa no deja de ser orientadora para la valoración de la peligrosidad del animal. La falta del artículo 631 del Código Penal, no es una norma penal en blanco; es requisito de la norma penal en blanco un reenvío expreso por parte de ésta a otra normativa, que es la que completará parte del supuesto de hecho de la norma penal, siempre que el núcleo esencial de la conducta punible se encuentre en la ley penal. (ejemplo: Puede ocurrir que el perro en cuestión, por su raza no aparezca catalogado como animal potencialmente peligroso en el Anexo del Reglamento de aplicación de la citada Ley aprobado por Real Decreto 287/2002, de 22 de marzo, pero puede ocurrir que las circunstancias en las que se encuentre el perro, sin bozal, solo, al no estar al cuidado de persona alguna, puede ser un animal dañino en condición hipotética de causar un mal). Por tanto, qué sea feroz o dañino habrá de ser interpretado caso por caso, y verificar si el animal en cuestión, es capaz de ser una fuente generadora de daños. Así afirma la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga, 2-1-2008, que “todos los animales, incluidos los domésticos, en ocasiones presentan reacciones no previsibles, pudiendo resultar dañinos y causar un mal”. -En lo que concierne al elemento subjetivo, la falta es dolosa. El dolo abarca el conocimiento del sujeto activo de dejar suelto o en condiciones de causar a un mal, un animal feroz o dañino. No cabe la comisión imprudente; recordar que el Código Penal, castiga las acciones u y omisiones imprudentes cuando expresamente lo disponga la ley (artículo 12 del Código Penal); y en relación al tipo delictivo estudiado, no se ha configurado por el legislador, el paralelo tipo imprudente. Las acciones imprudentes (ejemplo: animal perfectamente custodiado en casa que se escapa) se canalizará a través de la responsabilidad extracontractual que prevé el artículo 1905 del Código Civil que establece que: "el poseedor de un animal o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe". Respecto de los perros potencialmente peligrosos la normativa istrativa antes referida, impone al titular del mismo una obligación específica de contratar un seguro de responsabilidad civil. La ausencia de seguro daría lugar a la falta del Art. 636 del Código Penal relativa a la realización de actividades careciendo de los seguros obligatorios de responsabilidad civil que se exigieran legalmente para el ejercicio de las mismas.

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Problemática concursal ¿Que ocurre si se produce un resultado lesivo a consecuencia del riesgo creado? Debemos distinguir varios supuestos, si bien, las soluciones que se ofrecen no son irrebatibles ni automáticas, dada la variedad jurisprudencial existente al respecto. Por tanto, expongo, las que a mi juicio, parecen mas acertadas. La casuística es la siguiente: a) si las lesiones causadas no son constitutivas de delito, estaríamos ante una falta del artículo 631.1 del Código Penal. (Audiencia Provincial de Málaga, S 2-1-2008). La lesiones no constitutivas de delito causadas por imprudencia, son atípicas (Art. 621.3 del ). b) si las lesiones son constitutivas de delito, existiría un concurso de normas penales, concretamente de los artículos 631.1 y 621.3 del Código Penal, si la imprudencia es leve (“los que por imprudencia leve causaren lesión constitutiva de delito...”), a resolver por el cauce del artículo 8 del Código Penal, aplicando, por el principio de la consunción, el artículo 621.3 (es decir, el precepto penal mas amplio o complejo absorberá los que castiguen las infracciones consumidas en aquel -Art. 8.3 del Código Penal). ST 31-7-2008 de la Audiencia Provincial de Barcelona. Esta solución estriba en que no debe sancionarse el riesgo de producir un determinado mal y ese mismo riesgo cuando efectivamente se produce el mal. El dolo, como ya adelantábamos, debe abarcar los elementos de este tipo penal de riesgo que son los relativos a la peligrosidad del animal y al hecho de dejarlo suelto o en condiciones de causar un mal, pero no los elementos del posible resultado. Los delitos o faltas de riesgo no exigen que el sujeto activo prevea el resultado a la postre producido. A falta de normas específicas como ocurre en el caso del artículo 383 (Delitos contra la Seguridad Vial), deberá resolverse conforme a las reglas del artículo 8 del Código Penal. c) Si la imprudencia fuera grave, regiría solución concursal precedente, aplicando los artículos 621.1 y 152.1 del Código Penal, dependiendo de la entidad de las lesiones causadas. d) si el resultado producido constituye solamente uno de los posibles resultados de la conducta (ejemplo: dos personas pasean, y solo una es atacada por el animal feroz o dañino), existiría, en mi opinión, un concurso ideal entre la falta de riesgo del artículo 631.1 del Código Penal y la falta de lesiones por imprudencia del artículo 621.3 del mismo Código, al ser el resultado de lesiones, uno de los posibles que podían acaecer por la conducta de riesgo, como fenómeno de progresión delictiva, (aplicando la doctrina jurisprudencial del artículo 316 del código penal). e) Si existía intención de causar las lesiones dejando suelto el animal: Sentencia de 31-1-2007 de la Audiencia Provincial de Cáceres, aprecia un delito de lesiones dolosas del artículo 147 del Código Penal del que hubiera sido un mero

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instrumento de ejecución, el animal, o falta de lesiones del artículo 617.1 del Código Penal, si éstas no hubieren necesitado tratamiento medico o quirúrgico. Es mi opinión que en este caso podría operar el subtipo agravado del artículo 148.1 del Código Penal, al ser isible la consideración del perro o animal en cuestión, como “instrumento peligroso”, siempre que por las características del animal, éste aumente la capacidad ofensiva del agresor y disminuya o enerve la capacidad defensiva de la víctima. Partiendo de la premisa anterior, si el ataque arriba mencionado, se dirige a agentes de la autoridad, podría concurrir un subtipo agravado de atentado con “medio peligroso” del artículo 552.1 del Código Penal. F) si no ha existido dolo en la creación del riesgo, deberá acudirse al artículo 1905 del Código Civil, antes citado, S 2-1-2006 de la Audiencia Provincial de Murcia. Responsabilidad civil en el artículo 631.1 del Código Penal El problema se plantea porque la falta estudiada es una infracción de riesgo y que en puridad, al no ocasionar resultado, no existiría responsabilidad civil. Nada dice al respecto el citado Art. 631, y tampoco las normas reguladoras de la responsabilidad civil en el Código Penal; lo que ha provocado distintas interpretaciones en la doctrina y jurisprudencia. Por un lado se encuentran aquellos que afirman que al tratarse de infracción de peligro, no debe itir pronunciamiento alguno en orden a la responsabilidad civil. Pero es lo cierto, que cuando el resultado dañino se ha producido a consecuencia de la actividad tipificada en el Art. 631 , se ha de restablecer el orden civil vulnerado, aplicando el Art. 116 Código Penal, que impone todo responsable de un delito o falta, la obligación de indemnizar los daños y perjuicios derivados de la misma. Además, es principio general, que nadie debe soportar el daño causado por otro, y así lo exige igualmente el principio de economía procesal, evitando a la víctima el peregrinaje a otra jurisdicción. Esta es la solución adoptada en los delitos contra la seguridad vial, concretamente la conducción bajo la influencia etílica o de sustancias prohibidas (Art. 379 del ), también de peligro abstracto y a las que pueden seguir un resultado lesivo, no necesariamente constitutivo de delito, acordándose, en el mismo procedimiento penal, el resarcimiento de los daños y perjuicios derivados de la conducción prohibida (Audiencia Provincial de Málaga, S 23-4-2008, Audiencia Provincial de Málaga, S 3-92007, Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, S 28-4-2009, Audiencia Provincial de Cáceres, S 31-1-2007). LA FALTA DEL ARTÍCULO 631.2 DEL CÓDIGO PENAL: El artículo 631.2 Código Penal castiga a "quienes abandonen a un animal doméstico en condiciones en que pueda peligrar su vida o su integridad".

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Este precepto implica que la obligación moral y legal de todo propietario de un animal es cuidar del mismo, y darle la asistencia precisa para permitir su vida e integridad. Este tipo penal exige la concurrencia de dos elementos, por una parte el abandono y por otro la puesta en peligro de su vida o integridad por las condiciones del abandono. El abandono puede entenderse tanto desde un punto de vista activo como omisivo, bastando con que la conducta cause desamparo del animal. El abandono se puede producir tanto por la acción directa de expulsarle como por la omisiva de no acogerle cuando se sabe dónde se encuentra.

LA FALTA DEL ARTÍCULO 632.2 DEL CÓDIGO PENAL: 2. Los que maltrataren cruelmente a los animales domésticos o a cualesquiera otros en espectáculos no autorizados legalmente sin incurrir en los supuestos previstos en el Artículo 337 serán castigados con la pena de multa de 20 a 60 días o trabajos en beneficio de la comunidad de 20 a 30 días.( LO 15/2003 de 25 noviembre). El bien jurídico protegido es la dignidad del animal como ser vivo que debe prevalecer. - Sujeto activo puede ser cualquiera. - El objeto material sobre el que recae la conducta prohibida es un animal. Este puede ser un animal doméstico, o cualquier otro siempre que ésta se verifique en espectáculo público no autorizado legalmente. La defectuosa o cuando menos desafortunada redacción del precepto conlleva a problemas interpretativos. Así, es posible entender: a) Que la no existe distinción entre animales domésticos y cualesquiera otros, pues en todo caso, es preciso que la conducta se haya llevado a cabo en espectáculos no autorizados; es decir, que el maltrato sin proyección a terceros es atípico. Interpretación que ha tenido traducción en algunas resoluciones de Audiencias Provinciales. (A 24-10-2008 de la Audiencia Provincial de Málaga: “el elemento

normativo del tipo penal en cuestión exige que tal acción se realice "EN ESPECTÁCULOS NO AUTORIZADOS LEGALMENTE", ..., pues el maltrato realizado sin proyección a terceros es atípico. Tal vez lo más adecuado hubiera sido incardinar tal conducta en la infracción leve del Art. 625.1 del Código Penal, dado que, en realidad lo sucedido fue la causación de un daño en un elemento patrimonial de la perjudicada por valor inferior a 400 euros

b) La distinción que maneja el precepto entre animales domésticos y cualesquiera otros, tiene su justificación exegética, y obedece a un doble nivel de protección, dependiendo de la relación del animal con el ser humano. En consecuencia el maltrato cruel a animales domésticos sin proyección a terceros es punible. Sobre el resto de animales, será necesario que el maltrato se lleve a cabo en espectáculos no autorizados legalmente. Con ello se salvan ciertas fiestas

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tradicionales de gran arraigo en nuestro país, en las que el componente de sufrimiento físico del animal está presente (López Caballero). Una interpretación literal apoya la segunda interpretación, al utilizar el legislador la disyuntiva "o" que implica describir dos acciones alternativas. - La definición de animal doméstico presenta alguna dificultad, teniendo en cuenta las excentricidades que existen hoy día a la hora de elegir un animal de compañía. A efectos interpretativos se puede acudir a Ley del Parlamento Andaluz 11/2.003 de 24 de noviembre de protección de los animales, en cuyo artº 1 se dice " A los efectos de esta Ley se consideran animales de compañía todos aquellos albergados por los seres humanos, generalmente en su hogar, principalmente destinados a la compañía, sin que el ánimo de lucro sea el elemento esencial que determine su tenencia ". Es especialmente interesante el concepto de animal domestico que utiliza la A.P de Valladolid en Sentencia de diez de noviembre de dos mil ocho. Dicha resolución judicial afirma que la definición que el Diccionario de la Real Academia da de "animal doméstico" cabe concluir que por animal doméstico ha de entenderse el que, por su condición, se cría y vive en compañía del ser humano, pudiendo predicarse de él que no es bravío, ni fiero, ni silvestre, ni salvaje. Un animal no adquiere la cualidad de domestico por el simple hecho de que "se halle bajo el control efectivo del sus dueños o responsables", interpretación que llevaría a atribuir tal condición, por ejemplo, a un león por el hecho de que sus dueños lo tuvieran encerrado en una jaula. El concepto de doméstico de un animal es una cuestión relacionada con las características del animal y no con el hecho de que viva en libertad o en cautividad. - La conducta consiste en efectuar sobre el animal un maltrato, esto es, infligir golpes o menoscabos físicos al animal. Es dudoso que se acojan aquí los supuestos de maltrato psíquico, la causación de estrés a los animales (López Caballero). Además debe ser un maltrato cruel, esto es, que produzca un dolor gratuito e innecesario; lo que en la praxis judicial se traduce en la mayor aplicabilidad de este artículo que del delito previsto en el artículo 337 del Código Penal, al ser dificultoso deslindar, el maltrato con crueldad al maltrato con ensañamiento; normalmente, la crueldad lleva aparejada brutalidad; y la brutalidad suele englobar matices de ensañamiento. El distingo entre el la falta del artículo 632 y el delito del artículo 337, será espinoso y complejo y tratándose del legislador penal, y las consecuencias que su voluntad acarrea, debería haber configurado y delimitado ambos tipos penales de forma mas precisa, y evitar el riesgo de un excesivo arbitrio judicial en la aplicación de los mismos. En la Jurisprudencia de las Audiencias Provinciales, se han configurado como supuestos de trato cruel a animales tanto las peleas de gallos, como las de perros.

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En cuanto al elemento subjetivo, se trata de una falta dolosa, cuya sanción exige el conocimiento y voluntad por parte del sujeto activo de realizar los elementos del tipo objetivo. - Cabe responsabilidad civil, por la vía del Art. 116 del , por los daños causados al animal que consistirán normalmente en la factura sobre la consulta y tratamiento recibido por el animal como consecuencia de la agresión. Aunque cabría incluso el resarcimiento de un daño moral causado al propietario del animal. La casuística es enorme y la diferente interpretación sobre lo que debe entenderse por “crueldad”, más aun. Resulta explicativo de ello las siguientes resoluciones judiciales: Sentencia núm. 36/2006 de 2 marzo, Audiencia Provincial de Asturias en la que se afirma que “Ocioso resulta explicar que dos disparos hechos a sendos gatos que acaban con la vida del macho y a la hembra la dejan con una cojera permanente denotan la clara intención de terminar con la vida de ambos animales, pero en ningún caso puede decirse que esa conducta sea "un maltrato cruel", sino el medio más rápido de matarlos o sea, justamente lo contrario, aunque resulte también reprobable. En la conducta enjuiciada es evidente que no concurre el dolo específico de la infracción del artículo 632.2. del Código Penal , esto es, el maltrato cruel, que implica deleite en hacer el mal o complacencia en los padecimientos causados voluntariamente, sin justificación alguna, que no fuera el propio placer de hacer sufrir sin otro motivo, en este caso a los gatos (Sentencias de la AP Valencia, Secc. 3ª, nº 656/2000, de 9 de diciembre ; AP Almería, Secc. 2ª, nº 99/2003, de 16 de mayo ; AP Madrid, Secc. 17ª, nº 287/2004, de 19 de abril ; y AP Castellón, Secc. 2ª, S 14-9-2004, nº 231/2004, de 14 de septiembre ). La anterior interpretación no implica, obviamente, que la conducta enjuiciada deba quedar impune, pues es constitutiva de una falta de daños del artículo 625 del Código Penal , ya que tanto la muerte del gato, como la cojera irreversible de la gata implican un daño económico para su propietaria que debe ser indemnizada por tales conceptos en las sumas que se determinen en ejecución de sentencia correspondientes al valor de adquisición de un gato de características similares a las del fallecido y gastos de veterinario por atender a ambos animales, como bien se resuelve en el fallo apelado. Sentencia 12-12-2008 de la Audiencia Provincial de Zamora, en la que se condena como autor de una falta contra el patrimonio penada y prevista en el art. 625.1 del Código Penal la conducta de quien ató el animal a una escavadora de su propiedad y elevando la pala de la misma lo ahorcó, aplastándolo con dicha pala, contra el suelo, cuando el perro se encontraba prácticamente inconsciente pero aun no había muerto. S 5-6-2008, Audiencia Provincial de Pontevedra, que aprecia el art. 632.2 del Texto Punitivo al “golpear con un palo, de forma reiterada y sin causa legítima que lo justifique, al perro; ....el maltrato debe calificarse de cruel, ...; es evidente, ...que quien golpea insistentemente a un animal con un instrumento contundente, como lo es un palo, por el mero hecho de que le ladre, incurre en la conducta del art. 632.2 del Código Penal y debe ser sancionado por ello”.

EL DELITO DEL ARTÍCULO 337 DEL CÓDIGO PENAL.

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“Los que maltrataren con ensañamiento e injustificadamente a animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones que produzcan un grave menoscabo físico serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales”. El ensañamiento requiere dos elementos, uno objetivo constituido por la causación de males objetivamente innecesarios para alcanzar el resultado típico, que aumentan el dolor o sufrimiento de la víctima, y otro subjetivo, consistente en que el autor debe ejecutar esos actos para aumentar el sufrimiento de la víctima. Si en ocasiones, como se ha expuesto, resulta complejo, acreditar la existencia de “crueldad”, mayor es la dificultad de acreditar la existencia del ensañamiento, que supone un plus de brutalidad respecto de la crueldad. Ello presume, como antes adelantaba, que sea mas frecuente en la practica la aplicación de la falta de maltrato cruel que el delito del art 337 del Código Penal, a pesar, de que tal y como está redactado el artículo 337, la falta del artículo 632.2 es defectiva respecto aquél. El Art. 337 requiere que se causen lesiones graves al animal o la muerte, pero, arduamente un maltrato cruel, no llevará aparejado lesiones graves o muerte del animal. Así, la Sentencia 1044/2006 de 5 diciembre Audiencia Provincial de Barcelona aprecia el delito del Art. 337: “Las lesiones que sufrió el perro, la reiteración de las patadas y el hecho de arrojarlo al vacío desde un segundo piso o por las escaleras son actos que revelan la crueldad del acusado al patear al perro y su acto posterior y el ensañamiento del acusado al lesionar al perro, siendo además el acto de agresión el perro injustificado. Ninguna duda cabe al Tribunal que la conducta cruel del acusado hacía el perro de su hermana puede ser incardinada en el ensañamiento pues no solo le propinó varias patadas injustificadamente sino que además provocó su caída desde un segundo piso, y ello revela que su intención era no solo golpearle sino aumentarle el dolor al perro, con rotura de hígado y otras heridas en boca y rodilla”.

Sin embargo, SAP Valencia de 3 abril 2009 absuelve a los acusados de un delito de maltrato a animales domésticos. La Sala afirma que “no es aplicable el delito de malos tratos porque los acusados no maltratan con enseñamiento ni de forma injustificada a los animales causándoles la muerte o lesiones graves. Sin embargo, se aprecian indicios para considerar aplicable la falta de maltrato cruel de animales en un espectáculo público: el acusado llevó a unos gallos a una pelea clandestina...

Tres gallos de pelea que presentaban heridas graves por todo el cuerpo y cabeza, y una paloma. Los mencionados gallos de pelea habían intervenido aquella misma noche en un espectáculo clandestino de pelea de gallos. .. . Este delito exige una conducta activa del sujeto agente consistente en maltratar personalmente a un animal, ensañándose con él hasta matarlo o herirlo gravemente. Y esta conducta delictiva no ha quedado probada en manera alguna. Pero sí se aprecian indicios probatorios suficientes para poder estimar cometida la falta tipificada en el artículo 632.2 del Código Penal , en la que se castiga a quienes maltraten cruelmente a animales domésticos o a cualesquiera otros en espectáculos no autorizados legalmente sin incurrir en los supuestos previstos en el artículo 337 .

Por su parte, la Audiencia Provincial de Valencia en Sentencia de 26 febrero de2009, condena acusado por una falta del art. 625.2 del Código Penal (falta de daños) la conducta de quien conducía la pala retro excavadora de su propiedad y viendo como se acercaba la gata, bajó la pala de la

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retro excavadora y cuando la gata se colocó debajo de la misma la soltó de golpe a propósito riéndose de ello, causando la muerte del animal. En primera instancia, fue condenado por un delito del artículo 337 del Código Penal. Sin embargo, en apelación, la A.P, afirma que resulta evidente que el mero hecho de matar a un animal no reúne todos los elementos típicos del delito, pues ello supondría castigar toda clase de caza, o sacrificio de animales para la alimentación humana. Lo que castiga y exige el delito del art.337 es "maltratar con ensañamiento". La actuación del acusado es contraria a toda sensibilidad y respeto por los animales, pero en los hechos probados no ha quedado probado que el animal sufriera, ni tampoco que la muerte violenta se hiciera con "ensañamiento" es decir aumentando deliberadamente el sufrimiento del animal. Por el contrario consta la prueba testifical de que la muerte fue instantánea, tal como por otra parte se desprende de los hechos probados y de la acción realizada de descargar una pala del vehículo sobre un pequeño animal. Al efecto es de indicar que las sentencias como la de 22 de abril de 2008 de la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia, o la de 18 de mayo de 2007 de la sección segunda de Madrid absolvieron, no ya del delito, sino de la falta del 632.2 que exige un "maltrato cruel", al no quedar acreditado el elemento de la crueldad. En este proceso, consta la muerte del animal, por lo que procede la condena del acusado por una falta del art. 625.2 del Código Penal ya que el valor del animal era inferior a 400 euros, y consta que el mismo tenía propietaria que ha sufrido ese menoscabo en su patrimonio. Tal como consta en los hechos probados.

- Como se aprecia la dispersión y variedad jurisprudencial es excesiva; y ello se debe, en primer lugar, la ausencia, como es lógico y dada la penalidad de los tipos estudiados, de una doctrina del TS que unificara los criterios interpretativos; y la segunda, la vaguedad e imprecisión en la que ha incurrido el legislador penal en la formulación de los mismos.

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