Luis Enrique Osorio y Antonio Alvarez Lleras Los dos autores más destacados de la primera mitad del Siglo XX fueron el médico y comediógrafo Antonio Álvarez Lleras y el periodista y comediógrafo Luis Enrique Osorio, quienes no solamente escribieron una buena cantidad de piezas teatrales, sino que también formaron sus propias compañías, que hicieron parte del repertorio de teatro colombiano que se presentó en el Teatro Municipal, situado entre el Capitolio Nacional y el Observatorio Astronómico, edificio que fue demolido durante la istración del doctor Laureano Gómez. Antonio Álvarez Lleras (Bogotá, 1892-1956) ejerció la profesión de odontólogo, fue diplomático y académico, pero en el campo en que fue más conocido y al cual le dedicó largas jornadas de trabajo fue al arte escénico. Para montar sus propias obras creó la compañía Renacimiento, uno de los primeros elencos estables del teatro colombiano en el Siglo XX. Con un grupo de actores aficionados, llevó a escena sus sainetes, como El marido de Mimí, Sirena busca marido o El doctor Bacanotas, pero su obra teatral más importante la constituyen sus dramas, inspirados en el estilo de Echegaray o Benavente, autores españoles de gran prestigio en la época. Entre estas obras podemos destacar los dramas históricos El Virrey Solís, La toma de Granada y Los traidores de Puerto Cabello, o las que podríamos considerar como sus obras más importantes: Alma joven, El zarpazo y Los mercenarios. Además Fuego Extraño, Víboras Sociales y Como los muertos, esta última llevada al cine en los primeros tiempos de nuestra historia fílmica. Víboras sociales: 1991 da lugar importante al amor, pero siempre subalternando al problema económico; el ataque frontal a los estafadores que se hacen ricos a costa de la miseria de los ingenuos utilizando la caridad cristiana y el mal gobierno. Alma joven: 1912 demuestra mayor madurez en el dialogo y la caracterización; siendo una comedia, la obra se desarrolla en un periodo de verano, esta obra tiene relación con un cuadro de costumbres y el tema plantea el contraste entre la juventud y la vejez. Esta pieza fue descrita como “un canto a la vida” por algunos comentaristas, el autor nos muestra su faceta graciosa del costumbrismo. El fuego extraño: 1912 es una comedia si humor, más bien contiene la consabida dosis de sentimentalismo sin condimentar, es una de las primeras obras más flojas de Lleras, los personajes de doña consolación y su hija dolores parecen una caracterización falsa, así que encajan mal dentro del reparto realista y con el lugar de la acción, que es definitivamente naturalista, algo absurdo hoy en día es la absurda abnegación y el sacrificio de la hija de Federico “el protagonista” llamada Cecilia, quien renuncia a su restante vida y su matrimonio por acompañar a su viudo padre y esto desborda el sentimiento final y termina siendo un drama y no una comedia. Como los muertos: 1916 fue estrenada cuando el autor tenía 21 años; aquí el argumento gira alrededor de la enfermedad incurable que padece el protagonista, la lepra, la cual se apodera de él más espiritualmente que corporalmente, llevándolo a la locura, sin que su mujer se dé cuando sino hasta que ya es demasiado tarde y ella comienza a padecer un deterioro moral progresivo que arruina la relación conyugal que hace que el protagonista se suicide. Los mercenarios: 1924 es un drama de gran madurez, construido con objetividad, el sentimentalismo tan fatigante en sus anteriores obras aquí se supera con el carácter duro y frio del negociante esteban personaje principal, el marido hábil y atrevido en los negocios, pero dispuesto a sacrificar por ellos hasta du mujer, y el otro personaje principal el medico Ricardo quien aquí se muestra sincero y honesto; por otra parte esta Paulina, la mujer, el personaje
honesto pero desmoralizada al sentirse vendida por su familia y atrapara en un matrimonio. Mercenarios son casi todos los personajes excepto el doctor. El zarpazo: 1946 tiene un final sangriento y espectacular de toda la pieza en donde José da muerte al pretendiente de su madre, como era la época de Lleras en la que se trataba el amor filial en una forma que hoy parece enfermiza, el sentimiento de amor intenso hacia el padre o la madre, característico de los tiempos señoriales en Colombia, el esta obra se personifica mejor en el papel de Limare quien es el político e intrigante, quien como una fiera arrebata no solamente la dignidad del hombre trabajador que es José, su casa y hogar, sino también a su madre.
Uno de los autores más prolíficos y populares de toda la historia del teatro colombiano fue Luis Enrique Osorio, nacido en Bogotá en 1896 y muerto en 1966. Creó varias agrupaciones escénicas, entre las que se destacaron la Compañía Dramática Nacional y la Compañía Bogotana de Comedias, por medio de las cuales se esforzó por consolidar la actividad teatral de un equipo de actores que más tarde se vincularon a la radio y a la televisión como profesionales del arte dramático. Periodista y animador del teatro colombiano, trabajó durante casi cincuenta años, en forma ininterrumpida, por desarrollar la dramaturgia nacional, Osorio logró formar un público, primero en el Teatro Municipal y posteriormente en su propia sala, el Teatro de la Comedia, efectuada con una amplia acogida por parte del público capitalino. El teatro de Luis Enrique Osorio se caracterizó por su lenguaje sencillo, de carácter coloquial, con algunos elementos costumbristas y otros de un realismo urbano, muy ligados a la vida diaria de personajes de la clase media capitalina, así como otras comedias de carácter rural. Sus obras, de carácter amable y pintoresco, adquirieron matices sombríos y una atmósfera dramática, sobre todo a partir de los sucesos del 9 de abril de 1948, tras el asesinato del popular Jorge Eliécer Gaitán. Obras como Nube de Abril, Toque de Queda o Los Pájaros Grises, son un amargo testimonio de los conflictos de la época, y aunque conserven elementos de comedia, con el fin de atraer al gran público, no dejan de mostrar un sub-texto amargo y escéptico. Entre sus obras más reconocidas podemos citar Flor tardía que fue un fracaso, la zarzuela La ciudad alegre y coreográfica, La sombra, Al amor de los escombros, Las rapsodas, El beso del muerto, Los celos del fantasma, Sed de justicia, Tragedia íntima y El iluminado. Su comedia Los Creadores fue estrenada con éxito en París. Flor tardía: 1917 es ingenua y forzada en la caracterización y el argumento, excesivamente simple y sin originalidad; tal vez haya sino solo un ensayo, pero incluso por debajo de la calidad general de la época, el dialogo está salpicado de imperfecciones idiomáticas y de españolismo desagradable, la obra quiere ser sensacionalista y degenera en un perfecto adolescente. Al amor de los escombros: se desarrolla con su finalidad cosmopolita en un ambiente mundano que incluye personajes como una famosa actriz un escritor en ascenso, noble europeos en decadencia y millonarios americanos que hablan sobre sus inversiones petroleras en Suramérica el autor nos muestra sus más inconscientes sueños de grandeza, muestra el idealismo romántico tan típico de su generación en el que no puede faltar la madre abandonada y la esposa sacrificada. Quizás lo más importante que posee son las unidades de acción y de tema, la idea central de la obra es el concepto algo anarquista de que para construir es indispensable destituir, esta idea llega al protagonista cunado dice “El triunfo honrado nunca es posible”. Los creadores: 1926 es una obra llena de sutileza y de drama interior, compuesta solo por 6 personajes que no tiene vidas deslumbrantes; la sencillez excesiva es uno de los rasgos más
interesantes de esta obra, en esta hay más énfasis en la caracterización de los personajes que en la intriga misma. El principal tema es la búsqueda de la felicidad pero de acuerdo con la postura burguesa de la época, el personaje de Cecilia trata de hallar la felicidad ara vez del compartir sus ideas con la persona amada, lo que nunca logra y de ahí radica el drama, y el autor aluda los temas obsesivos del teatro del absurdo “como la soledad, la falta de comunicación, el vacío cotidiano y la carencia de sentido de la vida” Tragedia intima: 1927 solo tiene 4 personajes y Madette es casi la réplica exacta de Cecilia, aquí el conflicto no surge sino como un problema de celos de Raúl el esposo, lo que Madette busca en Darío no es exactamente amor, sino profunda comunicación espiritual, así el argumento degenera al plantear un drama pasional y vuelve al comienzo de la obra sin aportar nada nuevo. El iluminado: una de las mejores obras de Osorio con un sobresaliente sentido político, amargo, satírico y mordaz. Esta obra es una parodia historia que anuncia nuevos tiempos. La obra se divide en cuatro actos, en una república imaginaria Tartuja y con muchos personajes, sus nombre son la definición de su carácter, pero los protagonistas de la obra, llegan a veces a contradecir su propio nombre. Marical el protagonista, a pesar de tener un nombre con reminiscencia militar, es un personaje que quiere implantar primero por medio de la pluma en la prensa y luego por conducta de las armas como un dictador cambios en la república. Es como una obra profética, tiene interna coherencia, abundancia de acción, con el abandono definitivo del sentimentalismo donde las tradiciones colombiana más conservadoras son motivo de burla o de rechazo. El iluminado quizás representa a unos 40 años de distancia el comienzo del fin del teatro burgués colombiano.