Informe Poema Del Mio Cid. 6665l

Maibeth Tempos C.I. 24 266 510

Informe Parte I. Enunciar los aspectos históricos presentes en el poema del Mío Cid.  El verdadero nombre del Cid era Rodrigo Díaz, llamado también de Vivar, por ser natural de Vivar, lugar de Castilla.  Rodrigo Díaz de Vivar, es un personaje histórico. Malo de Molina, en 1857, se limita a decir que el nacimiento "del Cid hubo ¡de ocurrir entre los años 1040 Y 1050. La Historia Roderici es digna de fe y el Cid, por tanto, se halló en Graus como caballero novel. Ahora bien, dado que entonces los jóvenes se solían armar caballeros entre ¡los quince y los veintiún años, el Cid pudo nacer entre 1041 y 1047. La fecha hipotética que mejor se acomoda a todos los hechos posteriores del Campeador es aproximadamente el año 1043, qué nos da veinte años como edad del Cid en la mencionada batalla de Graus, donde acompaño a Sancho II.  La existencia del Rey Alfonso VI de León y su predecesor Sancho II de Castilla.  La existencia del sistema de Parias usadas por Alfonso VI para su expansión territorial a costa de los reinos taifas musulmanes.  Alfonso VI había casado al Cid con Jimena Ruiz, prima de éste e hija del conde Oviedo.  Rodrigo es enviado por el rey Sancho de Castilla a cobrar parias al rey moro de Sevilla, el Cid no llega a tiempo para sumarse a las incursiones que se hicieron en el reino de Murcia y muere el rey.  Cuando el Cid se va a su destierro (en Zaragoza donde por mucho tiempo defendió al rey moro y luchó en su favor) se enfrenta con el moro de Lérida y toma prisionero al conde de Barcelona (en el Poema se cita como reino de Aragón por estar unidas Cataluña y Aragón en la fecha de su redacción definitiva), de quien se hará amigo y casará a una de sus hijas (María, Doña Elvira en el Poema) con el sobrino de éste, Ramón Berenguer III (1098).

 renuncia al “protectorado” de las tierras de moros (Lérida) y se lo cede a Rodrigo. Con ese cargo comienza la conquista de Valencia y se reconcilia con el rey Alfonso.  Poseedor de Valencia, el Cid restablece una antigua diócesis y la entrega al obispo Gerónimo de Pedigord, quien es enviado por el obispo principal de Toledo.  El Cid muere en 1099 y sus restos son llevados por Alfonso VI, cuando va a buscar a Jimena, que durante muchos años custodió a Valencia  Cristina (Doña Sol en el juglar), la otra hija del Cid, se casa con el infante Ramiro de Navarra.

Parte II. Seleccione uno de los cantos y analiza aspectos como: El honor, la religiosidad, y la nobleza del personaje central del poema épico. Cantar seleccionado: La Afrenta de Corpes. El honor. El tema de la Honra es uno de los más destacados en el poema del mío Cid,ya que a lo largo de los tres cantos se desarrolla un viaje pendular entra la perdida de un tipo de honor. Se puede apreciar que en los dos primeros cantares se refleja una especie de honor Político y Moral, y sin hacer gran énfasis al honor familiar, hasta que se presentan las bodas de las hijas del Cid. Al revelarse la verdadera naturaleza y moralidad de los infantes del Carrión, se ve en manifiesto una honra falsa y aparente que le trae el matrimonio de sus hijas; debido a que el rey quería aumentar el honor de su vasallo insiste en estas bodas con hijos de sangre noble. Los infantes del Carrión al sufrir las burlas de los vasallos del Cid al demostrar cobardía en la batalla contra el Rey Búcar y anteriormente en el escape del León, dirigen su ira al Cid, pero al temer atacarlo directamente, usan a sus hijas para atacar su honor. Cuando las hijas del Cid sufren la afrenta en el Robledal de Corpes, el Cid cae en deshonra pero también en consciente que la honra del rey depende de la suya, por lo cual al realizar la petición de las vistas puede decir:

“Él caso a mis hijas, que no las he casado yo; ahora las han dejado, y es grande su deshonor; si existe alguna deshonra en esta afrenta mayor; la poca o mucha que haya es toda de mi señor.” (Cantar III, 133)

Y Muñoz Gustioz lo repite al dar el mensaje al rey:

“Por esto el Cid os suplica como vasallo a señor que a juntas, cortes o vistas llaméis a los de Carrión, que si afrentado está él vuestra afrenta es aún mayor.” (Cantar III, 133) El rey para restablecer el honor del Cid y el suyo propio, convoca una corte en Toledo, cuando finalmente todos en la corte están reunidos el rey tiene que esperar cinco días hasta que finalmente llega el Cid, esto y el recibimiento a el Cid, hacen ver como el Rey ve al Cid como su igual. “Hoy tenemos que besarnos con alma y con corazón, que de eso que a vos os duele yo también tengo dolor.” Durante la corte, el honor del Cid se ve más que restaurado desde el comienzo, casi todos los nobles lo reciben de pie junto con el Rey Alfonso, y el Rey concede todos los honores que solo le da un igual suyo, y lo invita a sentarse en el mismo escaño en que se halla el, declarando la valía y honra del Cid incluso más alta que la suya propia: "Sentaos aquí conmigo, Ruy Díaz Campeador,

aquí en este mismo escaño de que vos me hicisteis don, aunque a algunos pese, más que nosotros valéis vos" (Cantar III, 137) Los infantes del Carrión, devuelven las espadas tizón y Colada, devuelven en caballos y mulas el oro y la plata del botín que el Cid les entrego, quedando en vergüenza en la corte, pero el honor no queda restablecido hasta que tres vasallos del Cid retan a los infantes a un duelo, y salen victoriosos. Pero la verdadera victoria y remuneración del honor esta en el nuevo matrimonio de sus hijas con los infantes de Navarra y de Aragón. Al final el narrador nos hace partícipe de su iración, al ver crecer la honra de su héroe. “Y como una escala más en engrandecimiento del Cid, lo vemos a este en los versos finales del Poema, convertido en principio inmanente de honra. De él emana honra que cobija a todos los hombres de su pueble, entre los que se cuenta el juglar mismo del Poema. De tal honra será participe la nación española en todos los años por venir”. (Gustavo Correa, El honor en el Poema del Mío Cid, pg.199). Esta afirmación se ve reflejada en las líneas finales del Poema. “y a todos les toca honra por el Cid Campeador.”(Cantar III, 152) Religiosidad El tema de la religiosidad no se trata directamente en el Cantar, más bien hay como una referencia a él, como un recurso al que acude el héroe cuando busca ayuda o protección en su difícil vida, y atribuye a éste todas sus victorias y favores. El autor sitúa al Cid bajo la protección de dios, dando a entender que si ellos cumplen su misión serán remunerados.

Nobleza En cuanto a la nobleza, la moralidad y la fidelidad del Héroe, su generosidad son atributos presentes en el Canto. Al inicio del Canto el Cid apoya a sus yernos, e incluso les pidió que no entraran en batalla para evitar su preocupación. "Dios os guarde, yernos míos, los infantes de Carrión, mis hijas en vuestros brazos están, más blancas que el sol. Yo suspiro por batallas y vosotros por Carrión. Quedáos aquí en Valencia, holgad a vuestro sabor, que de luchar con los moros ya entiendo bastante yo y a derrotarlos me atrevo con merced del Creador." (Cantar III, 114)

La generosidad y orgullo del Cid hacia sus yernos fue tomado como reproche y humillación por éstos. Dijo el Cid: "Contento estoy de que así se hayan portado, si hoy ya son buenos, mañana aún habrán de ser bravos." De verdad lo dijo el Cid y ellos lo toman a escarnio. (Cantar III, 119) En el momento que se entera de afrenta hecha por los infantes, busca justicia y no venganza hacia los infantes. Y a pesar de que fue la decisión del rey casar a sus hijas, el sigue expresándole respeto y humildad, y a pesar de que el rey lo ve como su igual, el siempre vera al rey como su señor y superior. En diferentes situaciones del cantar se ve presentes distintos atributos que resaltan la nobleza del Cid. “Es de irar el temple moral del héroe, en quien se juntan los más nobles atributos del alma castellana: la gravedad en los propósitos y en los discursos, la familia y la noble llaneza, la cortesía ingenua y reposada, la grandeza sin énfasis, la imaginación

más sólida que brillante, la piedad más activa que contemplativa (...), la ternura conyugal más honda que expresiva (...), la lealtad al monarca y la entereza para querellarse de su desafuero.” (Menéndez Pelayo, 1903: 163) A pesar de esta nobleza magnificada en algunos momentos escasos del Poema en este cantar se presenta, cuando promete a Búcar entregarle a Valencia. “El Cid dijo a aquél que trajera el mensaje: "Id a decir a Búcar, a aquel hijo de enemigos, que antes de tres días ya le daré yo lo que pide." Al día siguiente mandó el Cid que se armasen todos los suyos y salió contra los moros” (Cantar III, 115) Este suceso marca un acercamiento a un hombre más real, no es un hombre que hace del todo bien, pero solo recurre a la inmoralidad cuando la situación tiene necesidad de ella.