DESTRUYENDO FORTALEZAS Y DERRIBANDO ARGUMENTOS (PARTE II) 2CORINTIOS 10:3-5
2Cor. 10:3-5
3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
PARA GOZAR A PLENITUD EL ESTADO BENDICION QUE DIOS TIENE PARA NUESTRAS VIDAS ES NECESARIO DERRIBAR LAS FORTALEZAS QUE SATANAS A CREADO EN NUESTRA MENTE. UTILIZANDO LAS ARMAS DE DIOS.
ILUSTRACION: LA TOMA DE JERICO.
REY DE JERICO= SATANAS.
MUROS DE JERICO= FORTALEZAS DE TU ALMA.
7 DIAS= SIEMPRE.
SONIDO DE LAS TROMPETAS= PALABRA REVELADA DE DIOS
¿CUANDO Y COMO SE FORMARON LAS FORTALEZAS?
1 TES. 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El Espíritu: Es la parte más interior de nuestro ser, y que nos permite comunicarnos con Dios. Estuvo muerta (primera muerte) antes de nuestra conversión y nuevo nacimiento, y esta es la razón por la que no podíamos tener comunión con Dios
El Alma: Es la parte intermedia entre el espíritu y el cuerpo físico. esta compuesto por el intelecto, emociones y voluntad. Es la parte de nuestro ser que nos permite ser consientes de nosotros mismos. La palabra alma en griego es psykhe, la cual da origen a nuestra palabra psiquis o psicología. Alma está conformada por el intelecto, la voluntad, y las emociones, lo que resume nuestra personalidad.
a) Intelecto: Es el instrumento de nuestros pensamientos, es decir ideas, marcos de referencia, cosmovisión (de la vida), maneras de pensar de acuerdo a lo que nuestros padres, maestros, y personas han influenciado en nosotros a lo largo de nuestro desarrollo intelectual. . Manifiesta el poder intelectual y es la fuente de la sabiduría, el conocimiento y el razonamiento. La Mente comprende el mundo material y el mundo de las ideas.
b) Emociones: Son diferentes estados de ánimo, deseos, ideales, amores, gustos, disgustos, odios, tristezas, alegrías, et. que manifiestan una gran actividad orgánica, que se refleja a veces como un torbellino de comportamientos externos e internos, y otras con estados anímicos permanentes.
Voluntad: Es el instrumento de nuestras decisiones y revela nuestro poder de elección. Es el libre albedrío que Dios ha entregado al hombre para tomar decisiones. Estos elementos (intelecto, emociones, y voluntad) han sido formados a lo largo de toda nuestra existencia, por personas muy cercanas a nosotros, los cuales han expresado mensajes de aliento o destrucción, ciertos o inciertos, y además tomaron acciones que afectaron positiva o negativamente a toda nuestra personalidad.
El Cuerpo: Es el aparato físico por medio del cual el espíritu y el alma hacen o con el mundo material, Es la parte que nos hace conscientes del mundo. Recibe la información del mundo físico a través de los sentidos.
Recordemos:
Antes de reconocer a Cristo como nuestro Señor y Salvador, estábamos muertos espiritualmente. Ef. 2:1. Muerte en el Hebreo significa apartados de Dios.
Como estábamos apartados de Dios, el alma gobernaba nuestra vida:
a) La inteligencia estaba entenebrecida.
b) Los sentimientos y emociones afectados.
c) La voluntad torcida. Inclinada al pecado.
El alma fue alimentaba por las enseñanzas, por los conocimientos adquiridos, por las vivencias vividas, (buenas o malas, correctas o incorrectas) los mensajes de edificación o destrucción recibidos, y como todo esto está gravado en nuestra mente, influye en el momento que tomamos decisiones. Muchas veces se han formado paradigmas.
Paradigma.
Significa ejemplo o
modelo. Un paradigma es el resultado de los usos, y costumbres, de creencias establecidas de verdades a medias; un paradigma es ley, hasta que es desbancado por otro nuevo.
PARADIGMAS
https://www.youtube.com/watch?v=ynsvSMbk7NU
Hemos adquirido modelos o ejemplos de vida para el matrimonio, para la educación de nuestros hijos, para lograr éxito en el trabajo, etc. Etc.
Damos por aceptado los modelos o ejemplos de como debemos acercarnos Dios.
También aceptamos como correctas las reacciones al amor, al rechazo, a la ofensa, a la envidia, etc. Etc.
https://www.youtube.com/watch?v=uKNLogmj1L8
Muchos de los modelos de vida aprendidos están sujetas a las normas de un sistema que busca su satisfacción personal basados en el egoísmo y el egocentrismo, y su seguridad en la acumulación de riqueza. Basados en el yo.
Estos modelos aprendidos no están sujetos a las normas dadas por Dios a través de su Palabra.
Esto genera una lucha en nuestro interior, y muchas veces esa batalla es ganada por los modelos aprendidos, porque lo nuevo por aprender, que es la Palabra de Dios, no son los cimientos de nuestra nueva vida cristiana.
El materialismo busca el éxito en la riqueza. El fin justifica los medios. El político busca aceptación general y dice legislemos y busquemos armonía. El industrial dice hay que trabajar, trabajar, y trabajar, no hay otra solución. El filosofo dice hay que razonar, pensar en una salida.
Jesús dice: No hay otra salida, sino es a través de Mi.
LA MEJOR ARMA PARA DESTRUIR FORTALEZAS Y DERRIBAR ARGUMENTOS ES LA PALABRA DE DIOS.
¿Por qué seguimos esos ejemplos o modelos de conducta?
Las Escrituras nos muestran que al estar alejados de Dios nuestras mentes estaban corruptas:
Rom. 1:28 “Como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, los entregó a una mente reprobada”
No solo eso sino que también nuestras mentes estaban ciegas.
2Cor. 4:4 “el dios de esa edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos”
Como nuestra mente antes de recibir a Cristo estaba corrupta, no escogíamos lo que es bueno; ya que estaba espiritualmente ciega, no sabia lo que es bueno; y como éramos ignorantes en la vida espiritual, que es la esencia de la vida, ni siquiera sabíamos el mal que estábamos haciendo.
Ef.4:18 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.
Al estar apartados de Dios intelectualmente estábamos en tinieblas. En el mundo antiguo la luz era el símbolo del entendimiento. En el judaísmo y el N.T. está referido a la relación con Dios, quien imparte vida.
Nuestra mente estaba en oscuridad porque estaba separada de la vida.
Entonces estábamos separados de Dios por la ignorancia alojada en nuestras almas, derivando en una dureza de corazón.
Cuando reconocemos nuestros pecados y nos arrepentimos, y reconocemos que El murió por nuestros pecados, y nos apropiamos de su obra en la cruz, y aceptamos a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador, una de las mayores bendiciones que recibimos es la capacidad de pensar clara y correctamente.
El Señor utiliza el evangelio para iluminar nuestra mente.
Rom. 1:16 “…es poder de Dios para salvación…”
La salvación empieza en la mente cuando el individuo llega a darse cuenta de la seriedad del pecado y la obra propiciatoria de Cristo. Jesús dijo: Luc. 10:27 “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente” Es una relación personal, no distante. Amar es algo vivo y activo. Con todo tu ser. No religiosidad. Es algo que por nosotros mismos no podríamos hacer.
Cuando
recibimos a Cristo nuestras mentes son transformadas.
El
Espíritu Santo está obrando en nosotros, renovándonos; y recibimos una mente nueva o nueva manera de pensar.
Pensamientos
sobrenaturales y divinos se inyectan en nuestros patrones de pensamiento.
1Cor. 2:11-12 11Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
Como el Espíritu Santo mora en nosotros, los pensamientos de Dios están a nuestra disposición.
Los pensamientos de Dios no los aceptamos, porque no nos parecen lógicos o sensatos.
IS. 55:8-9 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Los paradigmas (medias verdades) que están muy arraigados en nuestra mente, en muchos casos siguen afectando nuestras decisiones.
El amor que hemos aprendido está basado en nosotros mismo. Yo te amo si eres mi amigo, si me amas, o haces lo que te digo, o si eres complaciente, etc.
No hay amor más grande, dice la Biblia, que el del hombre que da su vida por un amigo (Jn 15.13).
Pero Jesús fue aun más lejos, al morir por nosotros cuando todavía éramos sus enemigos (Ro 5.10).
Es una nueva forma de amar.
Frente a la ofensa hemos aprendido que debemos enfrentarla discutiendo, peleado, o enemistándonos.
La Biblia nos dice:
Rom. 12:17-19 17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
¿ Como hacer para que los pensamientos de Dios gobiernen nuestra vida?
Pablo dijo que la fe viene por el oír acerca de Cristo (Rom. 10:17)
Entonces es necesario leer continuamente la Palabra de Dios.
Ahora bien, como nosotros aún vivimos en un mundo pecaminoso, no obstante, nuestras mentes renovadas necesitan continua limpieza y purificación.
Jesús dijo que el principal agente de Dios para la purificación de nuestro pensamiento es su Palabra. Jn 15:3 Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado. Este concepto de prestar atención a la Palabra de Dios es reiterado constantemente por el Apóstol Pablo. Rom. 12:1-2 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Ef.
4:23 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente
Col.
3:10 10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creóse va renovando hasta el conocimiento pleno.
Todas
las epístolas nos llaman la atención para que pensemos correctamente.
El Apóstol Pedro nos dijo:
1P. 1:13 13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
Todo creyente debe poner su confianza en la gracia de Dios. Nuestra mente puede estar ansiosa a causa de muchas preocupaciones, y estas nos impiden disfrutar de la gracia de Dios.
Pedro nos dice que seamos sobrios, sensatos, y que tengamos serenidad y lucidez, y que no seamos turbados por el temor, ansiedad o preocupación alguna.
Siempre que nos encontremos en situaciones problemáticas, adversas e inexplicables, nuestra mente suele divagar, se deja llevar por nuestras imaginaciones y especula.
Debemos aprender que cuando nos consuma el temor, nos sintamos amenazados o estemos llenos de ansiedad, es necesario ceñir los lomos de nuestra mente, ser sobrios y poner nuestra esperanza completamente en la gracia.
El
Apóstol Pablo estuvo muy interesado en que pensemos correctamente, pero la única manera de hacerlo es conociendo las Escrituras.
Pablo
en sus epístolas escribió lo siguiente:
“No
quiero que ignoréis…” (Rom. 11:25, 1Cor. 10:1; 2Cor. 1:8; 1Tes. 4:13); y
“No
sabéis” (Rom. 6:16; 1Cor. 3:16; 2Cor. 13:5)
Pablo siempre estuvo interesado en que conozcamos las Escrituras, porque es el único modo de renovar nuestra mente, y dejar los paradigmas aprendidos.
Jesús dijo: “Santifícalos en la verdad; tu palaba es verdad” (Jn. 17:17)
La verdad absoluta es la Palabra de Dios. Nuestro sometimiento a ella nos permitirá llevar una vida justa
La verdad también es Cristo.
Entonces para derribar nuestros paradigmas tenemos que meditar la Palabra de Dios, y tener puesto los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe. (Heb. 12:2)