Licenciatura en lingüística Introducción a la morfología Profesor: Carlos Barrientos
ENAH Semestre: 2018-1 Febrero-junio de 2018
CASO GRAMATICAL En la gramática tradicional el ‘caso’ es uno de los tres accidentes gramaticales del nombre. Se trata de una categoría gramatical a la que se remiten distinciones tales como NOMINATIVO, ACUSATIVO, ERGATIVO, DATIVO, GENITIVO, ABSOLUTIVO, ABLATIVO, etc. Tales distinciones y, por lo tanto, la categoría gramatical ‘caso’ que las engloba, se expresan a través de la flexión nominal. Por ejemplo, en latín, el nominativo dominus se diferencia del acusativo dominum por su flexión. En cuanto a su contenido, las distinciones casuales aluden a diferentes relaciones gramaticales que un sintagma nominal puede desempeñar dentro de una oración de acuerdo con la función que desempeñe. Así, el nominativo es la forma que adopta en latín el sintagma nominal cuando actúa como sujeto de una oración. El acusativo es el ‘caso’ que indica que el sintagma nominal contrae con el verbo una relación equivalente a la de objeto directo. Los ocho casos del indoeuropeo (nominativo, genitivo, acusativo, dativo, vocativo, ablativo, instrumental y locativo) se han conservado en algunas lenguas. En español sólo se dan diferencias casuales en este sentido entre las formas personales él, lo, le, yo, mí, etc. El término ‘caso’ cuando se emplea en esta doble acepción de relación de carácter nominal, y de forma, según la flexión, suele denominarse caso morfológico, para diferenciarlo de otros posibles sentidos. En el modelo teórico de Rección y Ligamiento, ‘caso’ tiene un sentido más amplio, que suele especificarse como caso abstracto para distinguirlo del caso morfológico. En esta diferente acepción se hace referencia a cualquier mecanismo por medio del cual se haga identificable la relación sintáctica establecida entre un sintagma nominal y el núcleo con el que se vincula. Caso ablativo es el caso morfológico, esto es, la forma flexiva que en las lenguas como el latín se asocian a los sintagmas nominales que expresan circunstancias de lugar, tiempo, procedencia, instrumento, compañía, causa, etc. En otras lenguas que, como el húngaro, poseen casos como el locativo o el instrumental, el caso ablativo queda restringido a la expresión de la procedencia o el alejamiento. Por ejemplo, la forma del turco evden ‘desde la casa’ (ev ‘casa’). Caso absolutivo es el caso morfológico no marcado que en algunas lenguas ergativas, como el vasco, distingue tanto al único argumento de un verbo intransitivo (el sujeto, en una lengua acusativa) como al participante menos activo (correspondiente al objeto directo en una lengua acusativa) en una construcción transitiva. Por ejemplo: «Nere anaia (mi hermano) etorri da (ha venido)» («Mi hermano ha venido»), «Ni (yo) etorri naiz (he venido)», «Nere anaiak (mi hermano) ni (a mí) ikusten nau (ve)» («Mi hermano me ve a mí»), «Nik (yo) nere anaia (a mi hermano) ikusten dut (veo)» («Yo veo a mi hermano»). Como puede apreciarse en estos ejemplos, el único argumento del verbo (intransitivo) ‘venir’ (nere anaia, ni) y el objeto del verbo (transitivo) ‘ver’ aparecen sin ningún afijo específico, de acuerdo con el comportamiento del ‘caso absolutivo’. En cambio, como es propio de una lengua ergativa, el sujeto (el participante más activo en la construcción transitiva con el verbo ‘ver’) va marcado con el afijo –k (nere anaiak, nik), correspondiente al caso ergativo. Caso acusativo es el caso morfológico, esto es, la forma flexiva, que el las lenguas acusativas identifican al objeto directo de una oración. En la construcción latina «Paulus librum legit» (Paulo lee un libro), el nombre «liber» (libro) presenta la forma flexiva correspondiente al ‘caso acusativo’, librum, de ahí que se interprete como el objeto de «legit». En español los nombres no reflejan caso morfológico, ni, por lo tanto, ‘caso acusativo’ en este sentido del término, pero tradicionalmente los llamados pronombres personales átonos lo, la suelen denominarse ‘clíticos de acusativo’ porque son precisamente las formas utilizadas para aludir al objeto directo: «A Juan lo vi en el cine», «A María la han despedido», en tanto que el clítico le es la forma empleada para señalar un objeto indirecto: «Al presidente de la compañía ya le han tomado su declaración». Caso abesivo es el caso morfológico que, en algunas lenguas con flexión expresa típicamente el significado de carencia. Por ejemplo, la forma del finés rahatta ‘sin dinero’ (raha ‘money’). Caso adesivo es una forma encontrada en ciertas lenguas, expresando típicamente la noción de adyacencia, correspondiente a formas del inglés como at, on o near o a formas del español como cerca de o al lado de. Por ejemplo, la forma del finés pöydällä ‘en/sobre la mesa’ (pöytä ‘mesa’).
Caso alativo es una forma que típicamente manifiesta la meta de un desplazamiento. Por ejemplo, la forma del vasco etxera ‘a/hacia la casa’ (etxe ‘casa’). Caso comitativo es una forma de caso que típicamente indica aquella entidad en cuya compañía se desarrolla algún evento. Por ejemplo, la forma del vasco gizonarenkin ‘con el hombre’ (gizona ‘hombre’). Caso dativo es el caso morfológico diferenciado en la flexión nominal que típicamente marca a un sintagma que asume el rol semántico que define a un objeto indirecto, es decir, destinatario o beneficiario, interesado o afectado por la acción o el proceso denotado por el verbo. Así, en la frase latina «Magister dedit librum puero» («El maestro le dio un libro al niño»), el nombre puer («niño») presenta la forma propia del ‘caso dativo’, puero, e identifica de este modo al destinatario de la acción. En español, la forma pronominal átona le suele identificarse como pronombre o clítico de dativo, por ser la variante formal utilizada para indicar la existencia de un objeto indirecto: «Le regalé una maceta preciosa a mi suegra». Caso elativo es una forma de caso que ocurre en ciertas lenguas y que típicamente se utiliza para expresar la noción de ‘movimiento hacia el exterior (de algún lugar)’. Por ejemplo, la forma del finés talosta ‘afuera de la casa’ (talo ‘casa’). Caso ergativo es aquel caso morfológico que, en las lenguas ergativas, como el vasco, marca formalmente al participante más activo -correspondiente al SUJETO- de una oración transitiva, distinguiéndolo así del objeto -el participante menos activo- de una construcción transitiva. Por ejemplo, según puede observarse en las siguientes construcciones vascas: «Gizona (el hombre) etorri da (ha llegado)» («El hombre ha llegado»), «Gizonak (El hombre) gozokia (pastel) jan du (ha comido)» («El hombre se ha comido el pastel»), el nombre gizona va marcado con el sufijo -k (gizonak), propio del ‘caso ergativo’, cuando representa al agente del proceso transitivo «comer un pastel». Sin embargo, se realiza con ‘caso absolutivo’, esto es, sin sufijo (gizona) cuando representa al sujeto del verbo intransitivo «llegar», coincidiendo en esa ausencia de marca con el objeto directo de «comer», gozokia. Caso esivo es el caso morfológico que típicamente expresa algún tipo de estado de naturaleza temporal o alguna característica de una entidad. Por ejemplo, la forma del finés poikana ‘semejante a/como un muchacho’ (poika ‘muchacho’). Puede ser utilizado también en complementos de verbos copulativos como en el siguiente ejemplo del finés: Isäni on pappina ‘mi padre es un predicador’ (pappi ‘predicador’). Caso genitivo es el caso morfológico que, en algunas lenguas con flexión de caso, identifica típicamente al sintagma nominal que complementa o modifica al núcleo nominal de otro sintagma, ya sea designando al poseedor de la entidad a la que hace referencia el sintagma, ya sea asumiendo cualquier otro rol semántico implicado por ese núcleo nominal. El latín, por ejemplo, es una lengua con caso morfológico ‘genitivo’. En «domus Caesaris» («la casa de César»), la forma de ‘genitivo’ Caesaris marca al sintagma nominal que designa al poseedor de la entidad designada por domus. En «amor virtutis» («el amor de/a la virtud»), el nombre en ‘genitivo’ virtutis identifica al argumento objeto (el complemento) del núcleo nominal amor. Caso ilativo es el caso que típicamente expresa la noción de ‘movimiento hacia el interior (de algún lugar)’. Por ejemplo, la forma del finés taloon ‘hacia el interior de la casa’ (talo ‘casa’). Caso inesivo es la forma de caso que manifiesta un significado locativo sin implicar movimiento al interior de un lugar, tal como lo manifiestan en español las formas ‘en’ o ‘dentro/adentro’). Por ejemplo, la forma del finés talossa ‘en la casa’ (talo ‘casa’). El término inesivo se utiliza frecuentemente para indicar un contraste con otros casos que expresan locación, tales como adesivo o ilativo. Caso instrumental es una forma de caso que expresa los medios a través de los cuales se realiza una actividad. Por ejemplo, la forma del vasco lumaz ‘con una pluma’ (luma ‘pluma’) en la oración Lumaz idatzi dut ‘Yo lo escribí con una pluma’. Caso locativo es una forma de caso que ocurre en algunas lenguas y que típicamente expresa el lugar en el que ocurre algo o existe algo. Por ejemplo, la forma del turco masada ‘en la mesa’ (masa ‘mesa’) o Ankarada ‘en Ankara’. El término es comúnmente utilizado en gramáticas que presentan un solo caso para los diferentes significados locativos en contraste con aquellas lenguas que poseen marcas distintivas más finas que remiten a relaciones más específicas, tales como inesivo, adesivo, ilativo, etc.
Caso nominativo es aquel que identifica al Sujeto de la oración en las lenguas nominativo-acusativas. Por ejemplo, en el enunciado latino «Hannibal a Scipione victus est» («Aníbal fue vencido por Escipión»), la forma del nombre Hannibal es la que corresponde al ‘caso nominativo’ porque desempeña la función de Sujeto en la oración. En cambio, en «Scipio Hannibalem vicit» («Escipión venció a Aníbal») es Scipio el nombre que presenta la forma de ‘caso nominativo’ porque es el sintagma que, en esta oración, desempeña la función de Sujeto, en tanto que Hannibalem va marcado con ‘caso acusativo’ porque designa al objeto directo. Caso partitivo es el caso morfológico que, en algunas lenguas con flexión de caso, distingue a un sintagma nominal que expresa una parte de un todo. Por ejemplo, el finés es una lengua con ‘caso partitivo’ y un sintagma nominal lo manifiesta cuando la entidad que representa se ve afectada sólo parcialmente por la acción del verbo: «Hän otti rahaa», «Tomó (algo de) dinero». En cambio, el objeto se marca con un caso morfológico distinto (con ‘caso acusativo’) cuando la entidad que designa resulta afectada en su totalidad por la acción expresada por el verbo: «Hän otti rahan (acusativo)», «Tomó (todo) el dinero». Caso vocativo es el caso que se utiliza para marcar a aquel personaje de la oración al que se le está dirigiendo el mensaje y se hace referencia directa a él por parte del hablante, tal y como ocurre con ‘María’ en una oración como: ‘¿Podrías ayudarme, María?’. Por ejemplo, la forma del latín amice (‘amigo’) frente a la forma en nominativo amicus. En lingüística moderna, caso es la asignación de una marcación (morfo)sintáctica a un nominal (o sintagma nominal) de la oración según la función gramatical que desempeña dentro de la misma, por lo que el término no se vincula únicamente con una marca morfológica, sino con diferentes recursos con los que cuente una lengua para la manifestaciones de diversas funciones gramaticales. En gramática tradicional, el término caso sirve para denotar cada una de las diversas formas, según la flexión, de un nominal o de los elementos que lo acompañan en un sintagma nominal (sustantivo, adjetivo, pronombre). En cada lengua el mismo caso marca sistemáticamente las mismas relaciones gramaticales. Caso morfológico y caso sintáctico El término caso morfológico se refiere a la posibilidad que existe en algunas lenguas de añadir una marca morfológica o distintiva a sustantivos, adjetivos o pronombres según la función sintáctica que estén realizando en la oración. Muchas lenguas, como el español poseen distinciones de caso sólo en los pronombres, pero en otras lenguas (como en chino) no se establecen distinciones de caso en ningún tipo de palabra. Realización del caso morfológico Entre las lenguas del mundo la marca de caso, es decir, el rasgo específico que permite reconocer cuál es el caso asignado a una palabra se puede realizar mediante: •
Sufijos, prefijos o infijos, como en muchas lenguas procedentes del indoeuropeo, tales como el latín, el griego, el sánscrito, las lenguas eslavas y, en menor medida, en las lenguas germánicas. En las lenguas romances, la flexión de caso se ha perdido casi por completo y sólo permanece en el sistema pronominal. Dentro de la marcación por sufijos conviene distinguir entre las lenguas fusionantes y las lenguas aglutinantes.
•
Modificación morfofonémica de la raíz mediante procedimientos como apofonía, el estado constructo de las lenguas semíticas, etc.
•
Indexación en el verbo con concordancia de género, como sucede en algunas lenguas de Papúa-Nueva Guinea. Por ejemplo, en Yimas, una lengua con unos 250 hablantes existen 11 clases nominales o géneros gramaticales, el orden de las palabras no es relevante y su caso es inferible por una partícula añadida al verbo que coincide en género con el nombre, así (1a) narmang uranngk kï-n-am-ït
mujer(II.sg) coco(V.sg) V.sg O-II sg A-comer-perf
‘La mujer se comió un coco’
(1b) uranngk narmang kï-n-am-ït
coco(V.sg) mujer(II.sg) V sg O- II sg A-comer-perf
‘Un coco se comió la mujer’
donde las abreviaturas son: II = nombre de la segunda clase, V = nombre de la quinta clase, sg = singular, O = objeto verbal, A = agente verbal.